Biografía de don Carlos Antonio de Torres Angulo Villavicencio y Ramírez de Arellano

Posted By on 4 de octubre de 2009

Teniente general de la Real Armada Española.

IV Marqués de Arellano.

Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Vino al mundo en la ciudad de Jerez de la Frontera el día 5 de agosto del año de gracia de 1727. Fueron sus padres, don Martín de Torres, 24 perpetuo de la ciudad de Jerez de la Frontera y de su esposa doña Ana María de Angulo.

Solicitó y se le otorgó Carta-orden de ingreso en la Real Armada, sentando plaza de guardiamarina en la Compañía del Departamento de Cádiz, el día 26 de noviembre del año de 1741, contando con catorce años. Expediente N.º 393.

Fue ascendido a alférez de fragata el día 20 de noviembre del año de 1749. Pasando a embarcar como oficial subordinado en diferentes buques, navegando por el mar Mediterráneo en misiones de corso, así como en navíos en la protección de la recalada de los buques provenientes de Tierra Firme y las Antillas, entre los cabos de San María y San Vicente

Recibió la Real orden del día 28 de octubre del año de 1751, en la que se le notificaba su ascenso al grado de alférez de navío. Con este grado estuvo realizando viajes a Tierra Firme, por lo que cruzaba por primera vez el océano, entre otras comisiones y destinos.

Se le otorgó por Real orden del día 20 de marzo del año de 1754, su ascenso a teniente de fragata. Al recibir la Real orden iba acompañada de nuevo destino, siendo su pase a los batallones de Infantería de Marina.

Por Real orden del día 13 de julio del año de 1760, se le notifica su ascenso al grado de teniente de navío. Con este grado estuvo embarcado participando en varios combates, en los que demostró su valor y acierto en sus órdenes, lo que le granjeó una gran admiración por sus jefes.

Recibió la Real orden del día 19 de marzo del año de 1767, por la que era ascendido al grado de capitán de fragata, con la que pasó de segundo de dos navíos y se le otorgó el mando de una fragata, participando con ellos en diferentes comisiones, así como con la fragata realizó un tornaviaje a Cartagena de Indias.

Se le otorgó por Real orden del día 17 de febrero del año de 1776, su ascenso al grado de capitán de navío, siéndole entregado el mando del San Joaquín, que estaba incorporado a la escuadra del general Gastón. Al terminar su tiempo obligatorio de mando, se le destinó a los Batallones de Infantería de Marina como propietario de uno de ellos.

Por Real orden del día 21 de diciembre del año de 1782, se le notificó su ascenso al grado de brigadier, ascendiendo al mismo tiempo en su destino del Real Cuerpo de Batallones de Infantería de Marina y siempre como propietario.

Recibió la Real orden del día 14 de enero del año de 1789, por la que se ascendía al grado de jefe de escuadra, permaneciendo en su destino del Real Cuerpo de Batallones de Infantería de Marina, donde también se le ascendió. Recibiendo una Real orden del día 16 de agosto del año de 1795, por la que se le nombraba Inspector y Comandante General del Real Cuerpo de Batallones de Infantería de Marina.

Encontrándose en su destino, recibió la Real orden con fecha del día 5 de septiembre del año de 1795, por la que se le notificaba su ascenso al grado de teniente general, confirmándole al mismo tiempo en su cargo que con tanto acierto estaba desarrollando.

Como es notorio su carrera transcurrió principalmente en el Real Cuerpo de Batallones de Infantería de Marina donde desde el grado de oficial mando diversas unidades y siempre como propietario de ellas.

Nombrado vocal del Consejo de Guerra de generales, que juzgó la entrega de la isla Trinidad de Barlovento a los británicos y la quema de la escuadra fondeada en el puerto de Chaquaramas, siendo los juzgados el brigadier de la Real Armada don José María Chacón, Gobernador de ella, y de la destrucción de los buques al jefe de escuadra don Sebastián Ruiz de Apodaca que dispuso la quema de la escuadra de su mando compuesta por cuatro navíos y una fragata, así como un brigadier y los cuatro capitanes de navío comandantes de ellos.

El Consejo de Guerra sentenció con fecha del día 26 de mayo del año de 1798, estando en el jurado, el conde de Cumbre Hermosa, el marqués de Arellano, Blasco Morales y Souza, Ildelfonso Arias Saavedra, Pedro Autran, Francisco María Solano y Jacinto de Taboada, con la sentencia de estar todos exonerados de todo cargo, por la imposibilidad manifiesta de poder seguir soportando la pérdida de vidas humanas.

Pero pasados casi tres años, se recibió una contraorden, porque S. M. había repasado los asuntos y razones, compartiendo la información con personas de su intimidad y de sabios conocimientos, que como se podrá comprobar se olvida de todo y actúa con una energía, que desde luego ya la hubiéramos querido de don Carlos IV (don Manuel Godoy) para otras ocasiones, sólo que un poco tardía, pero ya sabemos que las cosas de palacio van despacio; por lo que se emitió la siguiente Real orden:

«…en su consecuencia, se ha servido S. M. declarar que el D. José María Chacon no defendió como pudo la isla de Trinidad, y que D. Sebastian Ruiz de Apodaca se determinó prematuramente al incendio de los buques de su mando,…y por lo tanto ha condenado á uno y otro á privación de sus respectivos empleos, cuyos despachos se le recogerán, y además al primero á destierro de todos sus dominios perpetuamente; y en atención á que segun declaran los Comandantes de los buques incendiados, el Brigadier D. Gerónimo González de Mendoza y los capitanes de navío D. José Jordan, D. Gabriel Sorondo, D. Rafael Bennazar y D. Manuel Urtezabel, fueron de dictámen en la última junta que celebró Apodaca de que se procediese al incendio en los términos que se hizo, los suspende Su Majestad de sus respectivos empleos por cuatro años, apercibidos de que en lo sucesivo arreglen sus votos á lo literal de la ordenanza; sin que á ninguno de estos reos, ni a Chacon ni á Apodaca se les admita recurso alguno, á cuyo fin les impone S. M. perpétuo silencio. Lo que aviso á V. E. de Real órden para su puntual cumplimiento, y que con remisión de los despachos de Chacon y Apodaca, me dé cuenta de haberse ejecutado para ponerlo en la Real noticia.—De la misma Real órden lo traslado á V. E. para que obre los efectos prevenidos en la ordenanza general del ejército, y ruego á Dios guarde su vida muchos años.—Aranjuez 20 de marzo de 1801.—José Antonio Caballero.—Señor Director General de la Real Armada. »

El día 30 de diciembre del año de 1799 por Real orden se le nombró capitán general del Departamento Marítimo de Cádiz interinamente por fallecimiento de su propietario, el teniente general don Domingo Perler, por lo que estaba en dos destinos al mismo tiempo, hasta que fue nombrado en propiedad el general don José de Mazarredo, quedando relevado de su duplicidad de cargos el día 1 de junio del año de 1801.

Regresó a ocupar el puesto interinamente el día 10 de septiembre del mismo año, por la dimisión presentada por su propietario al Príncipe de la Paz, quien nombró a su sustituto el teniente general don Juan Joaquín Moreno, que tomó posesión el día 1 de diciembre siguiente.

Permaneciendo con el mando en propiedad del Real Cuerpo de Batallones de Infantería de Marina, hasta que vio que ya no le era posible permanecer al frente, por sus muchos años de edad acompañados por los consiguientes achaques, por ello elevó a S. M. la súplica de ser relevado de su mando, la cual le fue concedida por Real orden del día 16 de mayo del año de 1804.

Residenciado en la ciudad de Cádiz y a pesar de su edad, continuó prestando sus opiniones a los mandos que se la pedían, hasta que le sobrevino la muerte el día 17 de septiembre del año de 1809. Contaba con ochenta y dos años de edad, de los cuales sesenta y ocho fueron de excelentes servicios a España.

(1) Heredó el título, por fallecimiento de don Felipe de Angulo y Ramírez de Arellano, III marqués, quien no tuvo sucesión, pasando a don Carlos por ser su sobrino. A su vez, don Felipe heredó el título por fallecimiento de don García Ramírez de Arellano y Angulo, II marqués, quien murió en combate el día 4 de mayo del año de 1781 en el gran asedio de Gibraltar, heredando el titulo don Felipe, comenzando así la Casa de Angulo a disponer del título.

Bibliografía:

Enciclopedia General del Mar, 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

González de Canales, Fernando.: Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Tomo II.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid 1873.

Válgoma, Dalmiro de la. y Finestrat, Barón de.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

Compilada por Todoavante ©

 

About the author

Comments

Comments are closed.