General Sanjurjo 1937

Posted By on 29 de octubre de 2013

Foto del sumergible General Sanjurjo. Colección Todoavante. Casaú. Cartagena.

Foto del sumergible General Sanjurjo. Colección Todoavante. Casaú. Cartagena.

Fue un submarino italiano de la clase “Archimede”, adquirido por los nacionalistas durante la guerra civil. Los cuatro submarinos de la clase “Archimede” comenzaron su construcción en 1931 de los astilleros Tossi de Tarento, y finalizaron en 1935.

Desplazaban 985 toneladas en superficie y 1.259 en inmersión. Medían 70,5 metros de eslora, 6,87 de manga y 4,12 de puntal. Tenían una dotación de 55 hombres.

Su propulsión contaba con dos motores diesel Tossi, de una potencia total de 3.000 caballos, y dos motores eléctricos Marelli, de 1.100 caballos, que les daba una velocidad de 17 nudos en superficie y 8,5 en inmersión. Podían llevar 59 toneladas de combustible, lo que les daba una autonomía de 10.300 millas a 8 nudos ó 3.300 a 16 nudos en superficie y 105 millas a 3 nudos en inmersión ó 7 millas a 8,5 nudos.

Estaban armados con 8 tubos lanzatorpedos de 533 mm, cuatro a proa y cuatro a popa, dos cañones de 100 mm y dos ametralladoras antiaéreas de 13,2 mm.

Cuando comenzó la guerra civil, todos los submarinos quedaron en el bando republicano. La Marina nacional inició conversaciones con Italia y Alemania en septiembre de 1936, comprometiéndose ambas naciones en enviar submarinos. Los italianos enviaron numerosos submarinos, hasta 59 en dos campañas. Tomaron parte en 95 misiones, lanzaron 71 torpedos, hundieron 4 mercantes y un petrolero y averiaron al crucero Miguel de Cervantes y al destructor Churruca.

Entre el 20 de septiembre de 1937 y el 5 de febrero de 1938, varios submarinos italianos fueron cedidos, llevaban nombres, banderas, uniformes y las tripulaciones pagadas por los nacionales. El 20 de septiembre llegaron a Soller los submarinos oceánicos Galilei, Ferrari, Archimede y Torricelli, de la clase “Archimede”, y los costeros Iride y Onice, de la clase “Perla”, que llegaron el 23 de septiembre. En España llevaron un numeral de identificación, que comenzaba con la L (de legionario) y un nombre. Estos seis submarinos, comenzaron a operar el 8 de octubre y sus resultados fueron muy pobres, lanzando 8 torpedos sin resultado.

El bando nacional decidió adquirir en propiedad los cuatro submarinos de la clase “Archimede”. Por falta de dinero sólo se compraron el Archimede y Torricelli. Después de ser remodelados en La Spezia, salieron el 17 de abril de 1937 rumbo a las islas Baleares. El 19 fondearon en Cabrera, donde se reunieron con los mercantes armados Jaime I y Mallorca, que había llegado de Cádiz con dotaciones voluntarias. Al día siguiente se hizo la entrega y regresaron a Italia las tripulaciones italianas a bordo de un destructor, quedando once de ellos en cada submarino. Se puso al mando del primer comandante español, el capitán de corbeta don Pablo Suances Jáudenes.

Tras fijar su base en Soller, realizaron ejercicios durante dos semanas. El mismo general Franco ordenó que el Archimede y el Torricelli se llamaran C-3 y C-5, sembrando el desconcierto en el bando republicano, pues eran buques hundidos y se hacía creer que habían sido recuperados. En el verano de 1937 son rebautizados como General Mola y General Sanjurjo.

Su primera salida como buques españoles se produjo el 13 de mayo de 1937. Patrullaron el canal de Sicilia. Cuando regresaban a la base de Soller, el C-5, futuro General Sanjurjo, hundió el 30 de mayo a los motoveleros Granada, en el golfo de León, y Rápido, cerca del cabo San Antonio. El 26 de junio hundió cerca de Alicante al mercante Cabo de Palos, de la compañía Ibarra y 6.342 toneladas de desplazamiento.

Los dos submarinos volvieron a zarpar el 21 de agosto para rescatar un hidroavión derribado. El 30 de agosto atacó a cañonazos al mercante Ciutat de Reus a unas 20 millas de Séte, pero pudo escapar refugiándose en aguas francesas.

A mediados de octubre entraron los dos submarinos en Tarento para limpiar fondos. Volvieron a estar en servicio a finales de noviembre. A primeros de enero de 1938 hundió a unas tres millas de cabo Tiñoso al carguero británico Endymion, burlador del bloqueo. Murieron 11 tripulantes, entre ellos un sueco, oficial del control internacional. El gobierno nacionalista destituyó al comandante y, ante las protestas internacionales, hubo muchas restricciones a partir de entonces. De hecho, el buque británico fue el último hundido por los submarinos.

En el verano de 1938 se desplazaron los dos submarinos a Bilbao, donde sus motores fueron revisados en los astilleros de Euskalduna. Regresaron al Mediterráneo a finales del mes de octubre. El 14 de octubre se puso al mando del capitán de corbeta don Francisco Núñez Rodríguez.

El 22 de febrero de 1939 tomaron parte, junto al resto de la escuadra nacional, en un desfile naval frente a Salou, presidido por el general Franco. El 30 de febrero entraron en Cartagena. En esa época le fue suprimió el cañón de popa.

Finalizada la guerra civil, quedaron basados en Soller, dedicados a la formación de las tripulaciones. El 2 de julio de 1940 se puso al mando del capitán de corbeta don Emilio Rodríguez Lizón, sustituido dos años después por el del mismo empleo don José Luis Pérez Cela.

En 1943 son trasladados a Cartagena. El 7 de febrero de 1943 tuvo un incidente con el submarino británico Torbay, cuando se dirigía en superficie al rescate de los tripulantes de un avión alemán. El submarino británico atacó al español a 55 millas al este de Cartagena al confundirlo con uno italiano. En esta ocasión hubo disculpas por parte del Foreign Office. A raíz del incidente, los submarinos españoles fueron pintados de blanco durante la guerra mundial.

En junio 1946 tomó parte en unas maniobras en aguas de las islas Baleares. En estos ejercicios se hundió el 27 de junio el submarino C-4 al chocar con el destructor Lepanto. Estaba al mando, desde el 31 de octubre de 1944, del capitán de corbeta don Francisco Núñez de Olaeta.

En 1947 participó en las pruebas de inmersión del submarino D-1, recién entregado. Ese año, a finales de abril, se entregó su mando al capitán de corbeta don Francisco Javier de Elizalde y Laínez.

El 30 de septiembre de 1948 hizo escala en Tarifa rumbo a Sevilla. Había zarpado de Cartagena con los submarinos D-1, G-7, General Mola y General Sanjurjo para asistir al centenario de la Marina de Castilla y la conquista de Sevilla. Cuando se encontraba fondeado, hubo una explosión en la sala de baterías, provocando un muerto, varios heridos y muchas averías.

Entre el 15 y el 19 de octubre de 1950 se realizaron unas maniobras en el Atlántico. La escuadra de 45 buques, al mando del almirante don Alfonso Arriaga Adam, simuló llevar un convoy de Cádiz a las islas Canarias, mientras que el bando rojo trató de interceptarlo y destruirlo. El almirante Arriaga se encontraba embarcado en el crucero Canarias, que actuó con árbitro. Participaron cuatro cruceros, doce destructores, numerosas unidades menores y cuatro submarinos, General Sanjurjo, General Mola, G-7 y D-1.

Procedentes de Cartagena, llegaron a Palma de Mallorca el 4 de octubre de 1951 los submarinos D-1, D-2, General Sanjurjo y General Mola, flotilla que estaba al mando del capitán de navío Ordóñez, jefe de la Escuela de Submarinos. El General Sanjurjo estaba al mando del capitán de corbeta don Jaime Gómez-Pablos Duarte.

En el año 1952 realizaron ambos submarinos un crucero de instrucción por el Mediterráneo, recalando en varios puertos. Participó en las maniobras generales de la escuadra en otoño de 1953. Al finalizar las maniobras, la escuadra realizó un desfile zarpando de Cádiz la tarde del 14 de octubre de 1953 rumbo al cabo de San Vicente. En el buque insignia de la escuadra, el crucero Canarias, embarcaron el jefe del Estado, el general Franco, el jefe del Estado Mayor de la Flota, el almirante Pastor y varios ministros.

En viaje de instrucción, salieron de Cartagena los submarinos General Sanjurjo, mandado por el capitán Gómez-Pablos, General Mola, D-1 y D-2. La flotilla la mandaba el capitán de navío don Luis Huertas. Visitaron los puertos de Alicante, Valencia, Tarragona y finalmente Barcelona el 30 de noviembre de 1953, desde donde regresaron a Cartagena.

Procedentes de Guinea regresaron a Cartagena de su viaje de instrucción el 8 de junio de 1954 los submarinos General Sanjurjo, General Mola, D-1 y D-2. Al año siguiente, el 4 de mayo de 1955, se puso al mando del capitán de corbeta don Antonio Senac Calderón, su último comandante.

El 7 de octubre de 1957 presenció Franco en Cartagena unas maniobras de la escuadra. Ese mismo día salió Franco de Cartagena a bordo del crucero Canarias, escoltado por los destructores Almirante Ferrándiz y Lepanto, el cañonero Sarmiento de Gamboa y los submarinos D-1, D-3, G-7 y General Sanjurjo.

A finales de los años 50, sus averías eran continuas, pasando en 1959 a primera situación, y posteriormente dado de baja. Cuando era remolcado a Santurce para ser desguazado, se rompió el remolque y se hundió en el Cantábrico.

Bibliografía:

Alfredo y Elías, Vicente.: Buques de guerra españoles, 1885-1971. Editorial San Martín. Madrid, 1980.

Cervera Pery, José.: La guerra naval española (1936-39). Editorial San Martín. Madrid, 1988.

Diarios ABC, La Vanguardia.

Enciclopedia La Marina. Editorial Delta. Barcelona, 1983.

González, Marcelino.: Otros 50 barcos españoles. Fundación Alvargonzález. Gijón, 2012.

Compilada por Santiago Gómez.

Todoavante ©

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