1638 Combate contra bátavos 31 / VIII
Posted By Todoavante on 8 de diciembre de 2015
Egüés pasó a Cartagena de Indias embarcando como a tal capitán de Mar y Guerra en el galeón San Marcos, almirante don Pedro de Ursúa y Arizmendi, en la Armada de Tierra Firme al mando de don Carlos Ibarra, al terminar el embarque dio la vela con rumbo a la Habana el 7 de agosto de 1638, dando escolta a la Flota; en la Habana se sabía la presencia de los bátavos, enviando buques en aviso de su presencia, al llegar a Cartagena don Carlos llevaba varios días de ventaja, no pudiendo darle la noticia. El 31 de agosto al doblar la altura de Pan Cabañas se avistaron las escuadras.
La holandesa al mando Cornelis Joll (Pie de Palo) compuesta por diecisiete buques, la española por siete; al ser divisados los bátavos se lanzaron, Ibarra dio la orden de dejarlos llegar hasta estar abarloados para hacer la primera descarga, esto causo estragos en los buques enemigos, pues no solo fue la artillería si no los arcabuces y mosquetes, se prolongó el combate durante ocho horas, por retirarse los enemigos a un distancia de tres millas, donde celebraron consejo; se aprovechó la noche para reparar averías importantes e incluso arbolar algún bajel por ambas partes.
El 3 de septiembre volvieron al ataque, solo que ahora eran trece los enemigos contra cuatro españoles, manteniendo la distancia a tiro de cañón limitándose a un mutuo bombardeo, si bien hacía su daño no era tan importante como a boca de jarro, retirándose de nuevo los bátavos y Pie de Palo intentando convencer a los suyos para un tercer intento, estos habían sufrido muchas bajas y no estaban por la labor.
El 5 aparecieron unas grandes urcas holandesas, unidos ahora sumaban veinticuatro velas, al ver el número aumentado de los enemigos don Carlos dio la orden de poner rumbo a Veracruz, lo curioso fue que el 6 no estaban a la vista los enemigos, confirmando el dato de haber sufrido mucho daño, de no ser así lo hubieran intentado y más estando reforzados, pero nadie molestó a la Flota, pues los únicos que se cruzaron en su rumbo forzaban de vela para huir de su vista, fondeando en el puerto de destino el 24 seguido.
En vista de esto, desde Veracruz zarparon buques ligeros con rumbo a la península, avisando de la situación de la Flota, así se ordenó armar ocho galeones para incorporarlos a la escuadra de don Carlos, al mismo tiempo que zarpaban estos, se ponía en movimiento la Escuadra del Océano con rumbo a las islas Terceras, pero todo esto no sirvió de nada, dada la astucia de los mandos de las dos Flotas, la de Nueva España y Tierra Firme junto a la Armada de ésta, pues en época no ajustada; zarparon el 25 de enero de 1639, utilizando una derrota desconocida realizando el viaje, de hecho ni se hizo escala en la Habana por si estaba vigilada, ni se acercaron a las islas Terceras, por todas estas previsiones la Flota arribó a la bahía de Cádiz el 15 de julio de 1639.
Bibliografía:
Francis Lang, Mervyn.: Las Flotas de la Nueva España (1630-1710). Despacho, azogue, comercio. Muñoz Moya, editor. Sevilla, 1998.
Fernández Duro, Cesáreo.: Bosquejo Biográfico del Almirante D. Diego de Egüés y Beamont y Relación del Combate naval que sostuvo con ingleses en Santa Cruz de Tenerife año 1657. Sevilla, 1892.
Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.
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