1597 La segunda Gran Armada contra Inglaterra

Posted By on 14 de enero de 2016

 

A mediados de 1596 se recibió en la Corte española la petición de auxilio de los católicos irlandeses, por que el ejército inglés por orden de su reina Isabel I ‹La Virgen› estaban convirtiendo al anglicanismo por la fuerza de las armas a todos los irlandeses, como consecuencia de esta atrocidad el rey Felipe II ordenó el envío de fuerzas a la isla.

Por Real orden comenzó a concentrarse una gran escuadra y flota, compuesta por ciento veintiocho naves en total de guerra y transporte, en las cuales iban catorce mil hombres del ejército, entre ellos se encontraban cientos de irlandeses católicos, formando así otra gran expedición con la intención de invadir Inglaterra, se le entregó el mando del conjunto al almirante don Diego Brochero, dando al Adelantado Mayor de Castilla don Manuel de Padilla el mando en jefe del ejército a desembarcar y mientras estuviera a bordo, como almirante de ella, siendo los capitanes Zubiaurre, Oliste, Villaviciosa, Bertendona, Antonio de Urquiola y Aramburu.

Fue designado Ferrol como puerto de concentración de la expedición donde fueron acudiendo los provenientes de los puertos de Lisboa, Guipúzcoa, Vizcaya, Cádiz y Nápoles; estando compuesta por: veinte buques del Rey, doce de particulares, veintisiete alemanes y veinticinco flamencos, en total ochenta y cuatro velas, comprendidas en sus portes desde el galeón Capitana de mil doscientas toneladas, el San Pablo, hasta una galizabra por nombre Esperanza de setenta.

Las naves de los particulares estaba encabezada por el galeón Almiranta también de mil doscientas toneladas y el Misericordia de mil, así como otro del Rey también de mil llamado San Pedro, las naves alemanas y flamencas eran todas urcas de seiscientas toneladas la mayor, hasta setenta la más pequeña, con un total de veinticinco mil novecientas once toneladas. En sí era casi una segunda Gran Armada contra Inglaterra, pero al parecer poco o nada se aprendió de la primera, pues dio la vela en la misma época del año.

Sucediéndole casi lo mismo que a su antecesora; a mediados de octubre de 1597 fueron zarpando del puerto de Ferrol, pero al igual que la vez anterior, al estar en aguas del golfo de Vizcaya los vientos se tornaron huracanados, levantando una mar dura que se tragó dieciséis naves con todos sus hombres y bagajes, mientras el resto fueron arrastradas hasta las costas españolas del mar Cantábrico, desde las de Galicia hasta las de Vizcaya, por ello algunas más se fueron a pique, mientras otras les fue más favorable consiguiendo entrar en algún puerto, disminuyendo las pérdidas totales.

Bertendona fue uno de los capitanes que pudo arribar gracias a su pericia marinera, aunque no sin sufrir los rigores del temporal pues entro en puerto en bandolas y con cinco tortores, para tratar de evitar que el buque no se deshiciese.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: Disquisiciones Náuticas. Facsímil. Madrid, 1996. 6 Tomos.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

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