Susto anécdota 1938.

Posted By on 19 de junio de 2020

Esta fue llevada a buen término por el ahora capitán de corbeta D. Félix de Ozámiz Rodríguez, quien al comenzar la guerra era teniente de navío, brillando por su audacia y casi temeridad al mando del bou Tritonia, durante la guerra en el Cantábrico, donde se las tuvo que ver y tragar con los barquitos de la Royal Navy, y estaba como algo harto de ellos, sobre todo por su demostrada prepotencia.

Se le entregó el mando del recién llegado destructor Huesca, entró en Palma el 6 de abril de 1938, para ello debía sortear la defensa contra sumergibles que, protegía el fondeadero de los cruceros. Fuera de esta estaban bien atracados bien fondeados, varios buques de guerra de diferentes países, entre ellos su “amado” HMS Hood, siendo uno de los causantes del malestar de toda la corporación, por su forma de proceder en alguno casos sin razón alguna, aunque en estos siempre tenían la razón, amparada por el poder de este tipo de buques, contra simples pesqueros armados, lo cual deja en muy mal lugar esta marina, lo que pronto se sabría, sobre todo al finalizar la II G.M., quedando demostrado que los acorazados, sólo servían para lo que se les utilizó contra España, simples baterías flotantes.

Pero no contentos con esto, ahora, al saludar a un buque nacional, lo hacían levantando el brazo izquierdo con el puño cerrado (ironías de la vida que está bien recordarlas), lo que lógicamente molestaba incluso al Almirante Jefe de las Fuerzas de Bloqueo, pero en el día de hoy al mando del citado comandante, dio orden de enfilar por su proa al HMS Hood, manteniendo el rumbo a alta velocidad hacia su centro, viendo como las órdenes a bordo del crucero acorazado británico se sucedían, pues alguna de ellas era a base de silbatos y sirenas, incluso los distintos jefes atónitos, no daban crédito a lo que se le venía encima, pero el destructor no variaba el rumbo, hasta que el Comandante al estar a muy poca distancia, dio orden de meter timón a una banda 15º, pasando a muy pocos metros de distancia del británico, al terminar de pasar, el Comandante se giró a los presentes en el puente, quienes igualmente atónitos presenciaron la maniobra, diciéndoles: «Menudo susto les hemos hecho pasar».

Quien notificó estos hechos a los autores, D. Fernando y D. Salvador Moreno de Alborán y de Reyna, fue de primera mano, siendo D. Daniel Macpherson Vidal, marinero voluntario y timonel en este acto, quien ejecutó la maniobra a las órdenes de su comandante.

Bibliografía:

Moreno de Alborán y de Reyna, Fernando y Salvador. La guerra Silenciosa y Silenciada. Historia de la campaña naval durante la guerra de 1936-39. Gráficas Lormo, S. A. Madrid, 1998. Tomo IV, página 2.264.

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