Trienio Liberal 1820 — 1823

Posted By on 26 de junio de 2020

Por el levantamiento del general Rafael del Riego en Cabezas de San Juan el 1 de enero de 1820, dio lugar a la implantación de la Constitución, obligando por ello al Rey a jurarla el 7 de marzo, periodo llamado Trienio Liberal pues duró hasta la entrada en la península de los llamados «Cien mil hijos de San Luis» al mando del duque de Angulema, quien fue avanzando hasta amenazar Madrid, obligando a abandonar la ciudad a S. M. don Fernando VII, el Gobierno y las Cortes con destino a la ciudad de Sevilla.

Formaba el Gobierno los señores don Dionisio Capaz y Rendón (Marina), don Evaristo San Miguel, don José Manuel Valdillo, don Felipe Benicio Navarro, don Francisco Gasco, don Mariano Egea y don Miguel López Baños quien ocupaban el resto de Secretarías. Este Gobierno tuvo un gran éxito, pues en poco tiempo y por sus formas, los Gobiernos de Austria, Francia, Prusia y Rusia rompieron sus relaciones diplomáticas con España, el mismo Rey los llegó a llamar ‹Los siete niños de Ecija› una banda de bandoleros de esta población de igual número de miembros y que tenía a Sevilla en ascuas, en cuanto se alejaban un poco de la protección de la misma ciudad.

Al entrar el ejército francés por el Bidasoa el 7 de abril de 1823, se dio la orden de trasladar las Cortes y el Gobierno a Sevilla, pues el invasor no encontraba resistencia presentándose en Madrid a los pocos días, encontrándose en la del Guadalquivir el Rey se negó a continuar viaje hasta Cádiz, considerando se encontraba en estado de enajenación mental, fue el diputado Galiano quien decidió su inmediato relevo (previsto en la Constitución), pero solo mientras durase el traslado, siendo sustituido por una Regencia, compuesta por los generales de Marina don Cayetano Valdés y don Gabriel Ciscar y el del Ejército don Gaspar Vigodet, saliendo el 11 de junio siguiente, al llegar el 15 continuo a Cádiz donde le fueron devueltos sus poderes.

Pero como el ejército español no se enfrentaba al invasor éste avanzaba bastante rápido, por lo que al llegar al antiguo bastión que no pudo conquistar Napoleón, pero esta vez sirvió de poco. Aunque la resistencia fue más eficaz, comenzando los combates el 16 de julio, cuando todas las lanchas disponibles atacaron al ejército francés, estando situadas en el Caño del Trocadero con sus fuegos protegieron el avance del ejército, así como al ser rechazados, continuaron con sus fuegos en su retirada, prolongándose los combates hasta septiembre.

Comenzado el sitio por los franceses, Valdés fue nombrado general en jefe de las fuerzas de tierra y mar, desempeñó su cometido con tanta responsabilidad como inteligencia y valor, cuando recibió la carta del Mayor General Guilleminot, a la que Valdés en su respuesta le puso los puntos sobre las íes.

«Puerto de Santa María 24 de setiembre de 1823 —        Sr. Gobernador: S. A. R. el Príncipe Generalísimo, me ha ordenado intimar á V. E. que le hace responsable de la vida del Rey, de las de todas las personas de la familia Real, igualmente que de las tentativas que podrian hacerse para sacarle. En su consecuencia, si tal atentado se cometiese, los Diputados á Cortes, los Ministros, los Consejeros de Estado, los Generales y todos los empleados del Gobierno cogidos en Cádiz, serán pasados á cuchillo. Ruego á V. E. me avise el recibo de esta carta.— Soy, Sr. Gobernador, de V. E. muy humilde y muy obediente servidor. — Firmado. — El Mayor General, Guilleminot.»

Don Cayetano Valdés le responde: «Cádiz 26 de setiembre á las 12 menos cuarto de la mañana. Señor General: Con fecha de 24 recibo hoy una intimacion que V. E. me hace de órden del Sermo. Sr. Duque de Angulema, en que constituye responsables á todas las autoridades de Cádiz de la vida de S. M. y su Real familia, amenazando pasar á cuchillo á todo viviente si aquella peligrase. Señor General: la seguridad de la Real familia no depende del miedo de la espada del Sr. Duque, ni de ninguno de su ejército; pende de la lealtad acendrada de los españoles, que habrá visto S. A. el Sr. Duque comprobada. Cuando V.E. escribia la intimacion era el día 24, despues que las armas francesas y las españolas que estaban unidas á ellas, hacian fuego sobre la Real mansion, mientras los que V. E. amenaza de órden del Sr. Duque sólo se ocupaban en su conservacion y profundo respeto. Puede V. E., Sr. General, hacer presente que las armas que mandan le autoricen tal vez para vencernos, mas no para insultarnos: las autoridades de Cádiz no han dado lugar jamas á una amenaza semejante, y menos en la época en que se les hace, pues cuando V. E. la escribió acababan de dar pruebas bien positivas de que tienen á sus Reyes y Real familia más amor y respeto que los que se llaman sus libertadores: ¿ó quiere S. A. que  el mundo diga que la conducta ordenada y honrosa que tuvo  este pueblo cuando  las  armas francesas le atacaron era, debida á un sobrado miedo, hijo de una intimación que V. E.  hace de órden de S. A.?, ¿Y a quién?.  Dirigiéndola al pueblo más digno de la tierra y aun militar que nunca hará nada por miedo. — Soy de V. E. atento servidor. — Firmado. — Cayetano Valdés.»

Hasta que el 1 de octubre ya sin posibilidad de resistencia, el Rey se trasladó al cuartel general del duque de Angulema, por encontrarse asentado en la población del Puerto de Santa María, donde se le ratificaron sus poderes absolutos y por Real decreto de éste mismo día de 1823 todo regresaba a la situación del 7 de marzo de 1820, cuando el Rey fue obligado a jurar la Constitución, la cual como consecuencia de este R. D. quedó abolida.


Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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