La Goleta 1615

Posted By on 3 de marzo de 2023

Don Pedro Téllez Girón, nada escrupuloso con gente de brío, conservándole el empleo de alférez le confió el mando de un galeón de 36 cañones, con el que un tiempo después se distinguió en Berbería, acabando por entrar osadamente en la Goleta, al finalizar el año de 1615, acción que, según se ha visto, elogió mucho Osuna, lo propuso para el ascenso al grado de capitán a Francisco Ribera.

La acción nos la cuenta el ya citado poeta:

Ese que hiciste, capitán famoso,

ese que el mundo por edades nombre,

de cuyo aliento Marte está envidioso,

de cuyo nombre tiembla cualquier hombre,

a quien se debe el triunfo victorioso,

a quien se le atribuye por renombre

ser vencedor de aquesta acción primera,

ya sabes que es el capitán Ribera.

Cabo le hiciste de tu armada, cuando

parte animoso, y busca al enemigo,

el salado elemento iba buscando,

fiando en el valor que va consigo;

trémulo el viento obedeció soplando,

y para no cansarte en lo que digo,

con los cinco navíos que llevamos

a la vista de Túnez nos hallamos.

Conoce el enemigo nuestro intento,

con diez navíos en la mar se arroja;

viendo los nuestros el contrario aumento,

el ánimo parece les afloja;

Ribera entonces, con mayor aliento,

la pasión y la cólera le enoja,

y sin temor alguno de la muerte,

habló a sus capitanes de esta suerte:

«Muchos son los contrarios, pero el cielo

ha de ayudar a quien su fe confiesa:

el Virrey, mi señor, con santo celo

la ejecución me ordena de esta empresa:

quien tuviere temor o algún recelo,

vuélvase luego, que mi fe profesa

de no volver hasta volver triunfando,

o morir como noble peleando»

Estas, señor, de su valor razones,

a vuestra gente la dejó animada,

ármanse de furor los corazones

para embestir a la enemiga armada,

y enarbolando de la fe pendones,

acción de su valor determinada,

para dar la batalla se dispone

y a la defensa cada cual se pone.

Embiste con valor, prueba su suerte

y con tanto denuedo le combate,

que con estar el enemigo fuerte

le dejó desvalido al primer bate,

y con temor de su cercana muerte

alas de viento en su defensa late;

Ribera, sus intentos conociendo,

hasta abordar con él, le fue siguiendo.

Entra en el muelle, pone a cinco fuego

de las contrarias y furiosas naves;

tres echa a fondo, y de resulta luego

(mira si es justo que acción alabes)

dos a remolco trae, y a pensar llego

que ha de poner a su arrogancia llaves,

pues ya le tiembla, viendo tal hazaña,

como a columna y defensor de España.

Tres mil vidas quitó de turcos fieros,

que el agua guarnecían de turbantes;

ochocientos te ofrece prisioneros,

dos naves, treinta tiros arrogantes;

éstos sus triunfos son, y los primeros

que ofrece al mundo de su fama Atlante,

pues le concede el cielo tanta gloria

de llegar a tus plantas con victoria.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo: El Gran Duque de Osuna y su Marina. Sucesores de Rivadeneyra. Madrid. 1885.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

Fernández Duro, Cesáreo.: Disquisiciones Náuticas. Facsímil. Madrid, 1996. 6 Tomos.

Vélez de Guevara, Luis.: El asombro de Turquía y Valiente toledano. M. Aguilar. Madrid, 1946.

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