1350 Combate naval de Winchelsea

Posted By on 3 de junio de 2011

1350 Combate naval de Winchelsea

Este encuentro naval, tuvo lugar el día veintinueve de agosto del año de 1350, en las aguas del puerto que le da nombre, en la isla de Inglaterra, entre una escuadra de éste país y una castellana.

Estaba en el trono de Inglaterra el rey Eduardo III, encontrándose en paz con el reino de Castilla, pero como casi siempre (y como se ve la cuestión viene de lejos), este monarca aduciendo que la escuadra castellana del Flandes francés, había cometido algunas tropelías sobre sus buques mercantes, pues tuvo a bien el declarar la guerra al reino Castellano.

Pero como la idea era de él, ya tenía preparada una gran escuadra, con el propósito de aplastar a la castellana, para ello movilizó prácticamente todos sus recursos y preparó una extraordinaria flota, tan grande que nunca hasta esa fecha se había visto nada igual en la isla.

Por estar Castilla en esos momentos aliada a la monarquía francesa, en el año de 1339 en la llamada « Guerra de los cien años », fueron alertados de los preparativos ingleses, por lo que las escuadra de Castilla que prestaba su apoyo en los puertos franceses, se pusieron a alistar sus buques para el inminente encuentro, por lo que a la costumbre de la época, lo principal fue, reforzar a los buques con infantería y estos con todo tipo de armas.

Como los preparativos fueron rápidos, la escuadra castellana al mando de don Carlos de la Cerda, levaron anclas y se hicieron a la mar, con la intención de atacar a sus enemigos antes de que estos hubieran terminado sus aprestos, con esa iniciativa se comenzó la campaña.

Pero al llegar a las cercanías del puerto de Winchelsea, se dieron cuenta que la escuadra enemiga, ya estaba saliendo de él y en perfecta formación de combate, los castellanos que mantenían el barlovento, pudieron haber evitado el encuentro, ya que las escuadra enemiga era como el triple de la castellana.

Según fuentes hay disparidad de fuerzas, por lo que es muy difícil el establecer la realidad de los efectivos; algunos dan a la escuadra castellana una fuerza de cuarenta buques y diez mil hombre, lo que sin duda parece exagerado, sobre todo en la cantidad de hombre a bordo, ya que todos sabemos que tantos en tan pocos buques era casi imposible y más de en aquellos momentos, cuando como mucho en un buque, podían ir unos cien hombres de armas y la marinería, que tampoco solía pasar de otro centenar, en buques de algún tonelaje significativo.

Por parte de los ingleses, se sabe que como mínimo, eran el doble que los castellanos, y según fuentes el triple, pero tampoco son datos fidedignos, estos últimos.

Lo bien cierto, es que los castellanos a pesar de su desventaja, tomaron inmediatamente la decisión de ir a por el enemigo, para ello escogieron el atacar a los dos buques más potentes de la escuadra inglesa, el buque real Thomas, en el que como jefe de la escuadra iba a su bordo el Rey y el príncipe de Gales.

Fue tan recio el enfrentamiento, que el buque inglés pronto quedó casi inhábil para el combate, por lo que el monarca inglés y su hijo, se vieron forzados a trasbordar a otro buque de su escuadra, lográndolo a pesar de rodeados por los buques castellanos.

Pero la superioridad numérica del enemigo se fue imponiendo poco a poco, pues los castellanos y conforme se iban incorporando al combate los buques ingleses, tuvieron que combatir contra dos y tres naves enemigas, esto fue mermando las capacidades de las naves castellanas, que a pesar de su brava resistencia, no podían contra todos aquellos buques lo que fue empeorando la situación, que al ir cayendo en manos de los enemigos los primeros buques castellanos, esto propiciaba el que quedaran más enemigos libres, para concentrar su esfuerzo cada vez mayor contra menos castellanos.

Por todo ello, el combate terminó con una gran derrota castellana, pero que otra vez las cifras, nos ponen en la duda y nos sumergen en las inexactitudes, pues según fuentes, los castellanos aún consiguieron librar a la mitad de sus buques, pero hay escritor (más vale no preguntar de donde es), que eleva la cifra a setenta, o sea, más de los que zarparon de los puertos franceses.

Pero los ingleses, tampoco salieron muy bien librados, pues es seguro que dos de sus mejores buques se fueron a pique, del resto y dependiendo si eran de las primeros en entrar en combate o de los últimos, pues todas salieron mal paradas del encuentro, unas más y otras menos, pero ninguna se salvo de los destrozos del fuego de los castellanos.

Y en lo único que si parecen estar de acuerdo, es que los ingleses sufrieron muchas más bajas humanas, que los castellanos.

El combate, lo que si proporcionó a los ingleses, es que por espacio de veintidós años, consiguieron por primera vez en su historia el domino del mar, pero solo les duró el tiempo mencionado, pues en aquella época Castilla era mucha Castilla.

Y el desquite castellano se produciría en el combate naval de La Rochelle, en el año de 1372 y que fue la puntilla, por muchos años del poder naval del reino de Inglaterra.

No me extraña nada, que para ellos sigamos siendo castellanos y no españoles, pero es que los malos tragos pasados, siempre son difíciles de olvidar y menos para un pueblo, que se siente muy orgullo de ser quienes han sido, todo lo contrario que los españoles.

Bibliografía:

Condeminas Mascarós, F.: La Marina Española (Compendio-Histórico). Barcelona. Editorial Apolo. 1923.

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Compilada por Ángel Dotor.

Fernández Duro, Cesáreo. La Marina de Castilla. Desde su Origen y Pugna con la de Inglaterra, hasta la Refundición en la Armada Española. Madrid. 1894.

Montero Sánchez, Antonio.: Compendio de la Historia de la Marina Militar de España. Rivadeneyra. Madrid, 1900.

Salas y González, Francisco Javier.: Marina Española de la Edad Media. Imprenta Ministerio de Marina. Tomo I, 1925, 2ª Edición. Tomo II, 1927. Edición póstuma.

Compilada por Todoavante.

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