Biografía de don Agustín Antonio de Idiáquez e Idiáquez y Borja

Posted By on 9 de enero de 2012

Teniente general de la Real Armada Española.

Vino al mundo en San Miguel de Echaguer en el valle de Aramayona (Aramaio) en la provincia de Álava a lo largo del mes de abril del año de 1701, su padre fue don Francisco de Idiáquez y Borja Aragón (1), IV duque de Ciudad Real, Grande de España, IV conde de Aramayona, III Marqués de San Damián y VIII príncipe de Esquilache, su madre fue doña Catalina de Idiáquez y Borja, siendo hijo natural. Por esta razón no heredó los títulos de su padre, recayendo en su hermana menor de su progenitor.

Formando parte de la primera promoción de la Real Compañía de Guardiamarinas del Departamento de Cádiz, sentando plaza el día siete de febrero del año de 1717. No hay número de expediente, siendo el veintiséis de la obra de Válgoma.

Pasó los exámenes teóricos y se le ordenó embarcar para completar la formación con la práctica. Eran tiempos duros ya que tanto la Armada como la Corporación estaban faltas de materiales a flote y de oficiales cualificados, teniendo que acudir muy pronto a combates y a veces desempeñando puestos que no eran los propios del grado que se ostentaba.

Pasó embarcado a la escuadra del general don Carlos Grillo, con la que participó en el socorro definitivo a la ciudad de Ceuta, que venía soportando un asedio desde el año de 1696, para solucionar el problema, el Rey dio orden de llevar la tranquilidad también a la fortaleza de Ceuta, para ello en los puertos de Málaga, Tarifa y Cádiz, se reunió un ejército de dieciséis mil hombre, entregándole el mando al marqués de Lede, incorporándose las galeras de España al mando de don Miguel Reggio, para poder efectuar el desembarco se realizó una maniobra de distracción, consistiendo en hacerlo en la retaguardia del enemigo, el cual prestó menos atención al asedio y se encararon a los recién desembarcados, en cuyo momento salió de la plaza el ejército, siendo cogidos entre dos fuegos, lo inesperado de esta acción dio al traste con los sitiadores, que se desperdigaron en su huída en dirección a Tánger y Tetuán.

El ataque tuvo lugar el día quince de noviembre del año de 1720. El mando español tenía previsto, que si esto sucedía se explotaría el éxito hasta conseguir tomar la ciudad de Tánger, acción que se comenzó y era cosa casi fácil por la desordenada huída, pero surgieron los británicos, que al ver la maniobra, no la aceptaron como viable para sus intereses y amenazaron con destruir a la flota española si se llevaba a término, así el general al mando ordenó que se paralizase la ofensiva. No en balde ellos ya en el tratado de Utrech pretendieron que España aparte de reconocer a Gibraltar como suya, lo hiciera también con Ceuta, de ahí la negativa y el apoyo que habían brindado a los moros para que conquistaran la plaza tan ansiada por los británicos.

Siendo ya oficial subordinado, se le destinó a los mares del Sur, donde permaneció unos años, realizando cruceros contra la piratería y el contrabando, sobre las aguas del actual Chile y Perú, recibiendo la orden de regresar a la Península, aprovechó el viaje para trasportar el situado y productos de la tierra, arribando a la bahía de Cádiz en el año de 1731. Por lo que estuvo en aquellas aguas casi diez años.

Al año siguiente, fue asignado a uno de los navíos de la escuadra del teniente general don Francisco Cornejo, que iba en protección de los transportes, que llevaban al ejército al mando del duque de Montemar, se organizó la expedición para la toma de Orán, la escuadra estaba compuesta por once navíos, dos bombardas, siete galeras, dos galeotas de Ibiza y cuatro bergantines guardacostas de Valencia, más los buques de transporte que eran: ciento nueve buques distintos de transporte, cincuentas fragatas, cuarenta y ocho pingues, noventa y siete saetías, ciento sesenta y una tartanas, veinte balandras, ocho paquebotes, cuatro urcas, dos polacras, dos gabarras, veintiséis galeotas y cincuenta y siete buques menores, cargados con veintiséis mil hombres, sumando los transportes quinientos treinta y cinco buques, siendo el día quince de junio cuando comenzó a zarpar la escuadra desde el puerto de Alicante, siendo quizás la mayor concentración naval del siglo XVIII.

En esta acción, fue de los que desembarcó y al frente de su unidad de infantes de marina, estuvo presente en cuantos combates se dieron, hasta conseguir la rendición de la plaza y con ello su conquista. Fue nombrado en las hojas de servicios distinguidos.

Al demostrar su valor en esta ocasión sus jefes confiaron en él, recomendándole para un ascenso lo que tuvo a bien S. M. otorgárselo, provocando que sucesivamente se le fueran dando mayores responsabilidades, así fue trasbordando de un buque a otro siempre a su mando, realizando comisiones de importancia, haciendo de correo casi secreto entre la Península y los virreinatos americanos, así como alguna comisión especial en el mar Mediterráneo.

A lo largo de estos años, mantuvo varios y gloriosos combates, de los que siempre salió vencedor y nunca consiguieron apresarle, ni a su buque ni a los documentos ni a él.

Fue ascendido a jefe de escuadra pasando a Ferrol a tomar el mando de una de cuatro navíos, se hizo a la mar y cruzando el Estrecho entró en el Mediterráneo, para realizar unas comisiones especiales ante  las regencias de Trípoli, Túnez y Argel. Pero a su regreso no perdió el tiempo, ya que mantuvo varios combates contra corsarios berberiscos a los que apresó o hundió, arribando al Arsenal de Cartagena el día cuatro de julio del año de 1756.

El día diez de noviembre siguiente zarpo de Cartagena, con las fragatas Esmeralda, de 30 cañones y Palas, de 30, en comisión de transporte cargadas con tropas y artillería para reforzar a las ya existentes, con destino al Arsenal de Ferrol, lo que cumplió sin contratiempos regresando al puerto de Cartagena.

Permaneció destinado en éste Arsenal, ocupando la Comandancia del mismo interinamente el día dieciocho de junio del año de 1761, permaneciendo en él hasta la llegada de su propietario entregando el mando el día veinticuatro de diciembre siguiente.

Por Real orden del día veintisiete de marzo del año de 1762 se le entregó una escuadra compuesta por los navíos: Atlante, de 74 cañones e insignia, Terrible, de 74 y Astuto, de 60 cañones, con las fragatas Astrea, de 30, Juno, de 30, Dorada, de 22 y Perla, de 22, zarpando en el mes de abril con la misión de intentar limpiar de piratas británicos el Mediterráneo, así como contra el incesante corso que ejercían las regencias norteafricanas, contra los que llevó a efecto varios ataques sobre Tánger y Argel, en los que causo verdaderos daños y reprimió con dureza a los buques que capturaba, siendo clasificado en su hoja de servicios, como « muy distinguido » por el buen trabajo realizado.

Al regreso de esta misión y encontrándose preparando la siguiente, sin pérdida del mando de la escuadra, volvió a tomar interinamente el del Departamento el día veintisiete de mayo, entregándolo a su nuevo propietario el día veintiuno de junio siguiente.

De nuevo se hace a la mar a primeros del año de 1763, al mando de una escuadra, compuesta por los navíos España, de 68,  Astuto, de 60 y Tridente, de 56, más tres fragatas, con las que otra vez comisionado especialmente para transportar pliegos a las regencias de Argel y Tánger, al parecer la contestación no fue la pertinente, volviendo a bombardear las fortalezas de las plazas, posteriormente la fortaleza de Tetuán, para no perder el tiempo con las fragatas más ligeras y rápidas en cruceros separadas de los navíos, dieron caza a un jabeque, un pingue y una saetía de las mismas regencias, siendo todos apresados y llevados a Cartagena.

Recibió una Real orden fechada el día veintitrés de marzo del año de 1764, por la que era cesado en el mando de la escuadra de Cartagena y debía pasar al Departamento de Cádiz, donde se le entregó el de la Flota de Indias.

Con ella realizó varios viajes, arribando a los puertos de la acostumbrada derrota de La Guayra, Cartagena de Indias, Veracruz y la Habana, que eran los puntos ya predeterminados para las diferentes ferias y la recaudación de impuestos, con los que regresó a la bahía de Cádiz el día trece de marzo del año de 1767, siendo el último de ellos, llevando a bordo seis millones de pesos fuertes y los frutos propios de aquellas tierras de particulares para venderlos en la Península, no sufriendo ninguno de los típicos ataques de todo tipo de corsarios y piratas en los tres años de su mando.

Al parecer se quedó ya en tierra desempeñando trabajos de su alto grado en el mismo Departamento.

Hasta que le sobrevino el óbito el día veintisiete de diciembre del año de 1778, cuando contaba con setenta y siete años y cuatro meses de edad, con sesenta y uno de servicios a su patria.

(1) En diferentes fuentes dan al padre fallecido en el año de 1687, lo que no era posible de ser cierto que fuera su padre; buscando han aparecido otras que lo dan fallecido en el año de 1711, dando por buena esta fecha, que no es un capricho, ya que la siguiente en heredar los títulos fue una hermana del padre y de quien sigue la casa de los duques de Ciudad Real, lo que no dejaba otra solución de probabilidad. Estaba casado con doña Francisca Niño de Guzmán, quien heredó el titulo de su madre de condesa de Villaumbrosa, habiendo nacido en el mes de marzo del año de 1660 y fallecido en Madrid el día ocho de junio del año de 1725. Su marido nació en el año de 1658. La madre del biografiado era hija de don Lucas de Idiáquez, nacido en Ibarra y de su esposa doña Agueda de Dolisa, nacida en Arrazole. Siendo por la coincidencia de apellidos primos o parientes muy cercanos, don Francisco de Idiáquez y Borja Aragón y doña Catalina de Idiáquez y Borja. Lo que sí es seguro, es que con su esposa no tuvo descendencia, causa muy probable de tener al biografiado con otra mujer. Pero a su vez, fue el cabeza de una familia de marinos, siendo su hijo don Francisco de Idiáquez Borja y Echevarría Idiáquez, nacido en el año de 1737 y sentando plaza de guardiamarina el veinticinco de julio del año de 1752, se le entregó la Cruz de la Muy Distinguida Orden de Carlos III como caballero pensionista A.H.N. número 62 del año de 1779, a quien siguió su nieto, don Francisco Idiáquez y de Castro, nacido en el año de 1774, sentando plaza también en Cádiz como guardiamarina el veintiséis de enero del año de 1786.

Bibliografía:

Enciclopedia General del Mar. Garriga 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo 28, 1ª parte, 1925. Páginas 877 y 878.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española, desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

Válgoma, Dalmiro de la. y Finestrat, Barón de.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

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