Reina Victoria Eugenia 1923
Posted By Todoavante on 17 de julio de 2013
Se autorizó su construcción el 30 de julio de 1914. Procedía del programa naval de 1914 del ministro de Marina vicealmirante Augusto Miranda. Se colocó su quilla en Ferrol el 31 de marzo de 1915 y por una Real orden del 25 de junio de ese año se le puso el nombre de Reina Victoria Eugenia, en honor a la esposa del rey Alfonso XIII.
Fue botado el 21 de marzo de 1920. Las pruebas de mar se efectuaron en la segunda mitad de 1922 y en noviembre de ese año realizó una travesía a Vigo. Se entregó a la Armada el 15 de enero de 1923. Permaneció mucho tiempo en gradas debido a la falta de materiales por la Primera Guerra Mundial.
Desplazaba 4.860 toneladas estándar, 5.590 toneladas con carga normal y 6.454 a plena carga. Medía 140,80 metros de eslora, 15,20 metros de manga, 7,60 metros de puntal, 5,60 metros de calado. Su dotación era de 400 a 455 hombres.
Disponía de dos turbinas Parsons, 12 calderas Yarrow (6 de carbón y 6 de petróleo) y dos hélices, que le proporcionaban 25.000 caballos de potencia y una velocidad de 26 nudos. Podía llevar 1.227 toneladas de carbón y 230 de petróleo. Tenía una autonomía de 4.500 millas a 13 nudos. Después de la modernización de 1938, dispuso de 2 turbinas Parsons, 8 calderas, 2 hélices, 25.000 caballos de potencia y una velocidad de 25 nudos.
Su blindaje era de acero níquel de 50 a 75 mm de espesor en la cintura, desde más debajo de la línea de flotación hasta la primera línea de portillos, más ancha en el centro y reduciéndose a proa y popa, de 38 mm en la cubierta protectora, y también estaba blindados los ascensores de munición, los cañones de 152 mm y los pañoles de cubierta.
El armamento original consistía en 9 cañones Vickers de 152 mm en montajes simples, 5 cañones antiaéreos Vickers de 47 mm, 4 ametralladoras de 7 mm, 2 montajes dobles de tubos lanzatorpedos de 533 mm y un cañón Armstrong de desembarco de 76 mm. Después de la modernización de 1938, el artillado pasó a ser de 6 cañones Vickers de 152 mm, 4 cañones antiaéreos de 88 mm y 2 cañones antiaéreos de 20 mm.
Debido a su larga permanencia en astillero, quedó desfasado a su entrega, pues las enseñanzas de la guerra mundial derivaron en nuevos tipos de cruceros más grandes, veloces, mejor blindados y artillados.
El 14 de julio de 1923 fue visitado en Santander por los Reyes de España, trasladándose después a Bilbao con el rey Alfonso XIII a bordo. Después se trasladó a Cartagena, haciendo escala en Lisboa. En Cartagena estuvo presente en la inauguración de un monumento a los héroes de Cuba y Filipinas.
El capitán general de Cataluña, don Miguel primo de Rivera dio un golpe de estado y alcanzó el poder el 13 de septiembre. Una de las primeras medidas del dictador fue un viaje a Italia. Primo de Rivera y los Reyes embarcaron el 15 de noviembre de 1923 en el acorazado Jaime I. Al día siguiente salió rumbo a Italia, acompañado por el acorazado Alfonso XIII, el crucero Reina Victoria Eugenia, los destructores Cadarso y Villaamil, los submarinos B-1, B-2, B-3 y B-4 y el buque correo Rey Jaime I de la Trasmediterránea con el séquito a bordo. En el puerto de La Spezia desembarcó la familia Real y el 21 de noviembre fondeó la escuadra en Nápoles. Finalizada la visita, la escuadra llegó a Barcelona el 1º de diciembre, y a Cartagena el 14 de diciembre. El crucero fue destinado a las islas Baleares.
Con motivo del cuarto centenario de Vasco de Gamma acudió al puerto de Lisboa en enero de 1925 junto al destructor Velasco. Participó en las campañas navales durante la guerra de Marruecos, siendo el buque insignia de las Fuerzas Navales del Norte de África desde el mes de abril de 1924.
En septiembre de 1924 realizó un crucero de instrucción con alféreces de fragata, entre los que se encontraba el Príncipe de Asturias, recibiendo la visita de la reina Victoria Eugenia.
Tomó parte en el desembarco de Alhucemas en septiembre de 1925. Los diferentes buques de guerra formaron en dos escuadras, la Escuadra de Instrucción, mandada por el vicealmirante Yolif, con los acorazados Alfonso XIII y Jaime I, cruceros Blas de Lezo y Méndez Núñez y los destructores Alsedo y Velasco, y la Escuadra del Norte de África, al mando del contraalmirante Guerra Goyena, con el portahidroaviones Dédalo, los cruceros Reina Victoria Eugenia y Extremadura, los cañoneros Cánovas, Canalejas, Dato, Laya, Lauria y Recalde, los torpederos T-7, T-11, T-17 y T-22, 11 guardacostas, 6 guardapescas, 4 remolcadores, 2 aljibes, 2 transportes, 26 barcazas de desembarco y 24 transportes de tropas.
La escuadra a la que pertenecía el crucero se reunió en Ceuta y salió el 6 de septiembre de 1925 con las fuerzas de desembarco rumbo a la playa de la Cebadilla, al oeste de Alhucemas, desembarcando las tropas el 8 de septiembre. El 11 de septiembre llevó a cabo una maniobra de diversión en Uad Lau, repitiendo la operación los días siguientes con otros buques de guerra. Durante las operaciones en Alhucemas llegó a disparar 1.750 proyectiles, siendo alcanzado por el fuego enemigo en dos ocasiones el 17 de septiembre.
Se encontraba en la bahía de Santander cuando la misma Reina que lleva su nombre donó la bandera de combate en febrero de 1926. Regresó al norte de África, atacando en el mes de mayo las posiciones enemigas en Uad Lau y Uad Targa. En el mes de agosto de 1926 realizó una visita de buena voluntad a Rabat.
Finalizada la guerra de Marruecos, se incorporó en diciembre de 1926 a la División de Cruceros con el Blas de Lezo y el Méndez Núñez. Incorporada esta División a la Escuadra de Instrucción, realizaron ejercicios navales en aguas gallegas en los meses de junio y julio de 1927, visitando después Santander y Bilbao.
En septiembre de 1927 formó parte de otra escuadra compuesta por los acorazados Alfonso XIII y Jaime I, el crucero Méndez Núñez y otros buques de guerra. Con los Reyes a bordo del acorazado Jaime I, visitaron los puertos de Ferrol, La Coruña, Villagarcía y Vigo, donde desembarcaron los Reyes, mientras la escuadra continuó viaje hasta Algeciras. De este puerto salió el 3 de octubre para acompañar al Rey en un viaje de inspección a las zonas pacificadas de Marruecos, regresando a Málaga el 9 de octubre de 1927.
En los siguientes años se sometió a un profundo recorrido de sus máquinas y otras reparaciones, volviendo al servicio en 1929, cuando fue agregado a la Escuela Naval de San Fernando. Al año siguiente se incorporó a la Escuadra, realizando unas maniobras generales en aguas del Cantábrico.
Con la llegada de la República a España, fue rebautizado en 1931 como República según una orden ministerial del 17 de abril de 1731, reduciendo su actividad al mínimo. En 1932 quedó basado en Cádiz, dependiendo del comandante general de la base. En 1933 fue designado como conductor de una flotilla de destructores.
Realizó unas maniobras generales con la escuadra, comenzadas a mediados de abril de 1934 en aguas de las islas Baleares, formada por el acorazado Jaime I, los cruceros República, Libertad, Miguel de Cervantes y Almirante Cervera, los destructores Almirante Valdés, Lepanto, José Luis Díez, Churruca, Almirante Ferrándiz, Alcalá Galiano, Sánchez Barcáiztegui y Lazaga, ocho submarinos y otros buques menores. Al finalizar las maniobras, los buques desfilaron el 11 de junio ante el presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, el ministro de Marina, Juan José Rocha García, y otras autoridades. En octubre de 1934 se desplazó con la escuadra de Cartagena a Barcelona.
En febrero de 1935 participó en otras maniobras de la escuadra en aguas del Mediterráneo, entre Málaga y el cabo de Palos, para adiestrar a los alumnos del curso de Guerra Naval. En abril de 1935 estuvo presente en una exhibición naval celebrada en Cartagena. En los meses de mayo y junio del mismo año participó en unas maniobras generales de la escuadra.
El 14 de agosto de 1935 entró en el arsenal de La Carraca, quedando inmovilizado a la espera de comenzar obras de remodelación, que empezaron el 12 de junio de 1936 en la factoría de Matagorda. A causa de de la grave situación de la factoría por huelgas, el crucero es trasladado a La Carraca. A causa del mal estado de sus máquinas, fue empleado como buque anexo a la Escuela Naval de San Fernando y a la jefatura del departamento marítimo de Cádiz.
El estallido de la guerra civil, en julio de 1936, le sorprendió fondeado en La Carraca. Se encontraba inutilizado y los nacionalistas lo utilizaron como batería flotante para la defensa del puerto. En el mes de octubre de 1936 servía como almacén y fuente de repuestos de todo tipo. El 10 de julio de 1937, el rebautizado como Navarra el mes anterior, fue remolcado al arsenal de Ferrol por los remolcadores italianos Pluto e Italia para someterse a una profunda remodelación, cambiando el aspecto externo, muy parecidos a los acorazados de bolsillo alemanes por su torreón de mando. Las obras comenzaron a finales de 1937, favorecidas por la caída del frente norte, que facilitó el acopio de acero y otros materiales. Las calderas se redujeron a ocho, todas de petróleo, se recorrió el casco y las turbinas, alcanzando de nuevo los 25 nudos. Sus tres chimeneas inclinadas se redujeron a dos verticales, siendo más alta la de proa. Los alojamientos y servicios también sufrieron una remodelación completa. Recibió una nueva artillería con 6 cañones de 152 mm, 4 antiaéreos de 88 mm y 4 ametralladoras antiaéreas de 20 mm.
Salió del arsenal el 10 de junio y entró de nuevo en servicio el 11 de junio de 1938. Realizó pruebas de mar y artillería el 15 de junio. El 7 de julio zarpó de Ferrol y dos días después se incorporó en Cádiz a los buques nacionalistas. Estaba al mando del capitán de fragata Heras. Comenzó las operaciones el 11 de junio junto al crucero Cervera y el minador Vulcano, a los que después se unieron el crucero Canarias, el destructor Velasco y el minador Júpiter. A pesar de los esfuerzos realizados, el crucero no pudo competir con los nuevos cruceros, sobre todo en velocidad, quedando relegado a misiones de patrulla y escolta.
Realizó numerosas patrullas entre Cerdeña y Malta. Colaboró a finales de agosto de 1938 en el intento de interceptar al destructor José Luis Díez, el cual finalmente quedó embarrancado en la playa de los catalanes del peñón de Gibraltar al tratar de huir del acoso del minador Vulcano. A finales de enero de 1939 encontró a la deriva en el Mediterráneo al patrullero republicano Monturiol y le dio remolque, pero éste fallo y se hundió a trece millas de Sóller. Fue atacado por la aviación republicana el 21 de enero. El 9 de febrero tomó parte en la ocupación de la isla de Menorca y el día 22 de ese mes participó en el desfile naval en aguas de Salou, junto a los cruceros Canarias y Cervera, los destructores Ceuta, Melilla, Huesca y Teruel, los minadores Marte, Júpiter y Vulcano, los submarinos Mola y Sanjurjo, los cañoneros Cánovas, Canalejas y Dato y varios cruceros auxiliares.
El 27 de febrero de 1939 entró en el dique de La Carraca a causa de una avería en una hélice. Reparada la avería, salió del dique el 7 de marzo y puso rumbo a aguas de Cartagena, entrando en el puerto el 1º de abril con el crucero Canarias y otros buques al acabar la guerra.
Finalizada la guerra, aunque se encontraba destinado a la división de cruceros, su actividad fue muy escasa. En la primera mitad de 1940 realizó varias travesías a diferentes puertos españoles, y también a Lisboa, donde recibió varios homenajes.
En 1941 fue asignado a la Escuela de Especialistas de Electricidad y Radiotelegrafía, basada en Ríos, Vigo. En el verano de 1943 asistió en Marín a la inauguración de la Escuela Naval Militar. Durante un tiempo estuvo atracado al costado del submarino alemán U-760, que entró en Vigo con averías el 8 de septiembre de 1943.
Debido a sus achaques en su propulsión, se pensó modernizarlo de nuevo, creando en 1946 un proyecto para convertirlo en crucero antiaéreo, similar al reconstruido Méndez Núñez. Debido a la vejez del casco y problemas presupuestarios no se llevó a cabo el proyecto.
Dejó de navegar en 1947 a la espera de una reparación reforma general, quedando inmovilizado en noviembre de 1951. Se ordenó su desarme en 1954 y fue dado de baja el 3 de diciembre de 1955. Su casco fue remolcado a Avilés para ser desguazado.
Bibliografía:
Aguilera, Alfredo y Elías, Vicente.: Buques de guerra españoles, 1885-1971. Editorial San Martín. Madrid, 1980.
Blanco Núñez, José María.: La construcción naval en Ferrol (1726-2011). Navantia, S.A., 2011.
Cervera Pery, José. La guerra naval española (1936-1939). Editorial San Martín, 1988.
Coello Lillo, Juan Luis.: Buques de la Armada española. Los años de la postguerra. Aqualarga Ediciones. Madrid, 2000, página 66.
González, Marcelino.: 50 Barcos españoles. Fundación Alvargozález. Gijón, 2009.
Martín Tornero, Antonio.: “El desembarco de Alhucemas. Organización, ejecución y consecuencias”. Revista de Historia militar. Año XXV, nº 70. Madrid. Servicio Histórico Militar, 1991.
Periódico la Vanguardia. Miércoles, 13 de junio de 1934, página 17.
Compilada por Santiago Gómez.
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