Biografía de don Blas Salcedo y Salcedo

Posted By on 19 de febrero de 2014

Blas Salcedo y Salcedo. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Blas Salcedo y Salcedo. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Capitán de navío de la Real Armada Española.

Cruz de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III, pensionada.

Nació en la población de Fuentenovilla, situada en la Alcarria, actual provincia de Guadalajara, el 8 de febrero de 1757, siendo sus padres don Gregorio Salcedo y Gutiérrez del Pozo, y doña María de Salcedo y del Toro. Comenzando sus estudios como paje del marqués de Villafranca del Bierzo y Marqués de los Vélez, donde obtuvo una gran preparación al compartir la enseñanza.

Sentó plaza de guardiamarina en la Compañía del Departamento de Cádiz, el 25 de agosto de 1773. Expediente N.º 1.226.

Recibiendo los primeros galones al ser ascendido al grado de alférez de fragata en 1775.

En este mismo año participó en la expedición contra Argel, estando embarcado en el jabeque Atrevido, perteneciente a la escuadra del general don Pedro Castejón, protegiendo el desembarco del ejército y sufriendo el bombardeo de los castillos que daban protección a la ciudad, por la arriesgada posición asignada al buque, pasando al darse la orden de reembarque a bombardear a los enemigos, formando parte de las fuerzas navales que les dieron la máxima protección posible.

Por Real orden del 13 de mayo de 1779, se le ascendió al grado de alférez de navío, continuando sus servicios como oficial subalterno, continuando su navegar por este mismo mar.

Por Real orden del 21 de diciembre de 1782, se le ascendió al grado de teniente de fragata, durante el tiempo anterior y este de sus ascensos, estuvo realizando cruceros por el Mediterráneo, en busca de los corsarios berberiscos, quienes tenían acosadas todas nuestras costas de éste mar, incluidas las islas Baleares.

En 1783 realizo la expedición contra Argel al mando del general don Antonio Barceló, siéndole otorgado el mando de una lancha bombardera, contribuyendo al éxito del bombardeo de la plaza. Al regresar de la expedición se le ordenó desembarcar, siendo destinado a prestar sus servicios en los batallones y arsenales, con mando de buques que se encontraban desarmados.

Por Real orden del 15 de noviembre de 1784, se le ascendió al grado de teniente de navío, con este grado estuvo al mando por espacio de cuatro años de los bergantines y sucesivamente Atocha y Pájaro, realizando con ellos navegaciones por las aguas del mar Mediterráneo, posteriormente pasó a la fragata Magdalena, continuando en la misma comision.

Al desembarcar se le otorgó el destino de primer ayudante de la mayoría general del Departamento de Ferrol, estando en este lugar por espacio de dos años, pero siempre interinamente.

Por Real orden del 27 de agosto de 1796, fue ascendido al grado de capitán de fragata, en este grado se le otorgó el mando de las fragatas y sucesivamente Medea y Clara con las que permaneció por espacio de dos años y cuatro meses en aguas del seno mejicano, realizando el transporte de situado entre Veracruz y la Habana, entre otras comisiones encomendadas, realizó dos viajes de regreso a la península, navegando primero al puerto de Montevideo y en el segundo habiendo regresado a la Habana, se le comisionó con viajes a los de San Juan de Puerto Rico, la Habana y Veracruz, recogiendo caudales para su transporte resultando satisfactorios.

Al ser establecidas las comandancias militares de matrícula, se le destinó a la de la provincia de Vivero, permaneciendo hasta 1802 por solicitar cambio de destino.

El 14 de agosto de 1808 se le otorgó el mando de la fragata Magdalena, encontrándose en el Departamento se le entregó la Real orden del 9 de octubre siguiente, notificándole su ascenso al grado de capitán de navío, zarpó con su buque en conserva de la fragata Venganza, puesta a sus órdenes con destino a Santander, pasando a realizar fuegos en apoyo a las tropas de defensa situando sus buques en el abra de Carranza, dado el avance imparable se vió obligado a dar la orden de zarpar por ser conquistada la plaza por las tropas napoleónicas, regresando a Ferrol, donde se le entregó la orden del 4 de febrero de 1809 de desembarcar por pasar a desarme su buque.

Siendo destinado a comisiones de su grado en el mismo Departamento, donde fueron muy apreciados sus servicios por su buen hacer.

En 1810 se formó una expedición al mando del capitán de navío don Joaquín Zaraúz, con la orden de transportar la expedición del general Renobales al Cantábrico, siendo nombrado don Blas comandante de la fragata Magdalena, para ello viajó a Cádiz, pues allí se encontraba el buque, uniéndose en conserva con el bergantín Palomo y otros buques menores, eran tiempos difíciles y las fuerzas navales de España estaban en mínimos otra vez, se hizo a la mar desde ésta bahía con la misión de proteger a un pequeño convoy que, transportaba a unidades del ejército con destino a la costa cantábrica, por ello realizaron escala en el Arsenal de Ferrol, para descanso de las tripulaciones y de la tropa.

Aquí comienza una de esas jugadas del destino que como a tal escapa del conocimiento, por ser a veces favorable y otras por desgracia un total y dramático desastre. Pues al llegar se le comunicó oficialmente su relevo del mando de la división, puesta al mando de don Joaquín Zaraúz, haciéndose a la mar en cumplimiento de las órdenes recibidas con anterioridad.

En su travesía fue entrando en varios puertos y bahías, hasta arribar a la ría de Vivero donde se dejaron caer las anclas de todos los buques, era el 1 de noviembre de 1810. Encontrándose en esta ría fondeados, se desató y por ello se padeció un fuerte temporal ese mismo día, como consecuencia de él produjo el desastroso final de la expedición del general Renobales, pues naufragaron todos los buques allí fondeados.

Al cabo de unas horas comenzó a amainar la fuerza de los vientos y con ellos la de la mar, permitiendo se diera comienzo a la humanitaria operación de ir rescatando a los pocos supervivientes y recuperar los cuerpos de los desafortunados fallecidos, entre otros hallaron su cuerpo unido en un abrazo final al de su hijo el guardiamarina don Blas a bordo de la Magdalena; sucediendo esto el día 2, ¡el destino es incontrolable; en este caso, dramático para una familia y para España! falleciendo también el jefe de la división el capitán de navío don Joaquín Zaraúz.

Al ser conocido este trágico accidente, hizo reaccionar a la Junta Central, Gobierno provisional de España en aquellos críticos años, en que una vida tenía muy poco valor, pero este hecho sobrepasaba la obediencia debida a su profesión, por ello rápidamente se promulgó una Real orden, prohibiendo a partir de ese momento que en el mismo buque estuvieran embarcados más de una persona en primer grado de consanguineidad, tratando así de evitar tan luctuosos desastres familiares.

En palabras del Comandante General del Departamento general don Salvador María Chacón y Sánchez de Soto: « ¡Qué días de juicio antes de ayer, ayer y hoy se han representado en este pueblo! No se oye otra cosa por las calles y casas que lamentos, lloros y sollozos de la multitud de familias que han quedado huérfanas y desconsoladas »

Bibliografía:

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1857. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa-Calpe. 116 tomos, completa.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

Fernández Duro, Cesáreo.: Naufragios de la Armada Española. Establecimiento tipográfico de Estrada, Díaz y López. Madrid, 1867.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

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