Biografía de don José María de Bustillo y Gómez de Barreda

Posted By on 25 de febrero de 2014

José María de Bustillo y Gómez de Barreda. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

José María de Bustillo y Gómez de Barreda. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Teniente general de la Real Armada Española.

I Conde de Bustillo.

Gran Cruz de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III.

Ministro de Marina.

Vino al mundo en la isla de León en el año 1802, siendo sus padres don Fernando de Bustillo y de la Cueva, brigadier de la Real Armada y doña Juana Gómez de Barreda y García de Lemos.
Sentó plaza de guardiamarina en la Compañía del Departamento de Cádiz el 22 de enero de 1816. En el mismo día sentaron plaza sus hermanos Fernando (1800) y Manuel (1801) los tres en el mismo expediente, N.º 2.371.

Saliendo de ella en el mes de febrero de 1819, con el grado de alférez de fragata, siendo destinado a embarcarse en varios buques como oficial subordinado, navegando por las aguas costeras de la península y presidios norteafricanos.

Por Real orden del mes de julio de 1825, se le ascendió al grado de alférez de navío, continuando en la misma situación y realizando unos viajes a las convulsas tierras del virreinato de Nueva España, por encontrarse en plena independentista, donde consiguió destacar como entendido marino y buen oficial.

Por Real orden del mes de octubre de 1832 se le ascendió al grado de teniente de navío, durante estos empleos estuvo a bordo de los navíos Asía, Numancia y Guerrero, las fragatas Soledad, Sabina, Iberia y Restauración, los bergantines Vencedor, Ligero y Diligente, bergantín goleta Mágica, en diferentes momentos se le otorgó el mando de la barca Actividad, goleta Diana y los bergantines Jasón y Héroe.

Fue ascendido al grado de capitán de fragata en 1837, siéndole otorgado el mando del bergantín Manzanares, posteriormente el vapor de ruedas Delfín, siendo éste uno de los primeros que estuvo en la lista Oficial de Buques de la Real Armada, un tiempo después recibió el del vapor Congreso.

Por Real orden del mes de septiembre de 1844, se le ascendió al grado de capitán de navío, siéndole otorgado el mando de navío Soberano, plasmando su carácter, haciendo de esta unidad naval un ejemplo de buena organización e instrucción.

En 1846 se le ascendió a brigadier y en 1849 se le entrega el mando de la expedición, formada en el puerto de Barcelona, compuesta por la fragata Cortés, corbetas Villa de Bilbao, Ferrolana y Mazarredo, bergantín Volador y los vapores Vulcano, Lepanto, Piles, Castilla, Colón, León y Blasco de Garay, transportando a las fuerzas del ejército al mando del general Fernández de Córdoba, marqués de Mendigorría, y como segundo el mariscal de campo don Francisco de Lersundi, estaba compuesto por 4.900 hombres; dos batallones del regimiento San Marcial, 7º batallón de Cazadores de Chiclana, 3º de Granaderos, 3º del Rey, 1º de la Reina Gobernadora, una compañía de ingenieros, dos baterías de artillería montada y una sección de caballería, estando España aliada a Austria, Francia y las Dos Sicilias, para concurrir a proteger los bienes terrenales del Papa Pío IX, zarpando el 7 de enero con su insignia a bordo de la corbeta Mazarredo de la bahía de Cádiz.

A su arribada a Gaeta el 14 de febrero le esperaba la expedición, ante la presencia naval se tranquilizaron los intentos de asalto a la ciudad del Vaticano, la expedición zarpó con rumbo a Terracina por seguir en armas, desembarcando las tropas, siendo tomada el 29 de abril siguiente, pasando después a Nápoles, Gaeta y Porto D’Auro, donde se realizaron maniobras de demostración de fuerza, contribuyendo muy eficazmente a ser alcanzada la paz evitándose derramamiento de sangre innecesario. El Rey de las Dos Sicilias le concedió la Gran Cruz de Francisco I de Nápoles. El Sumo Pontífice le concedió la Cruz de Comendador de la Orden de San Gregorio, como a todos los mandos que acudieron en su auxilio. El 18 de mayo siguiente desembarcaron en Gaeta y el 29 el Papa Pío IX desde el alcázar de la corbeta Villa de Bilbao, bendijo a las tropas que había acudido en su socorro, portando éstas las banderas rendidas, recibiendo a su regreso como el resto de sus compañeros las Gracias por Real orden.

Por Real orden del 30 de octubre siguiente se le asciende al grado de jefe de escuadra, por otra fechada el 3 de marzo del año 1850, se le ordena regresar con su escuadra al Departamento de Cádiz, el 14 de enero de 1851 se le eligió para ocupar la cartera de Ministro de Marina, consiguiendo desarrollar una eficaz y febril labor, permaneciendo hasta el día 2 de junio siguiente.

Volvió a quedar sin destino en la Villa y Corte, como los cambios políticos de la época eran muy rápidos, unos días más tarde se le ordenó abandonar el ministerio y viajar a la isla de Cuba, para tomar el mando como jefe del Apostadero de la Habana.

Llegó en el mes de julio seguido, al poco tiempo de haber tomado el mando llegó la noticia del desembarco de tropas a las órdenes del ex general López, las cuales estaban compuestas por filibusteros, a los que se enfrentó en tierra y obligó a reembarcar.

Pero no contento con esto, durante el enfrentamiento había dado la orden de preparar en guerra al vapor mercante Almendares, por tener muy poco calado le permitía perseguir a sus enemigos, por los terribles bajíos y escollos del Morrillo de Manima lugar de regreso de los filibusteros, consiguiendo alcanzar la zona y efectuar un desembarco, tras duro combate y sorpresa de los enemigos, logró capturar cincuenta enemigos, entre ellos a todos los cabecillas de la intentona golpista, permaneciendo en su puesto los tres años preceptivos, regresando a la península en el mes de octubre de 1854.

Por este acto de valor personal, el Gobierno le concedió la Gran Cruz de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III.

Por Real decreto del 23 de agosto de 1855, fue designado Vocal de la Junta Consultiva de Ultramar, por otra fechada el 14 de noviembre se le concede por tener cumplidos los requisitos la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, pero con antigüedad del 24 de julio próximo pasado.

Por Real orden del 11 de marzo de 1856, se le concede la Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel la Católica, por los méritos cuando las operaciones en defensa de los bienes terrenales del Santo Padre.

Por Real orden del 3 de noviembre de 1856, se le nombra Comandante General de buques, aprestos de expediciones, matriculas, pesca y navegación de particulares.

Por Real decreto del 4 de febrero de 1857, se le otorgó la capitanía general del Departamento de Ferrol, tomó el mando el 1 de abril, recibiendo otro Real decreto fechado el 20 siguiente para participar en las deliberaciones del Senado, regresando a su destino el 21 de junio seguido.

Permaneció en el mando hasta el 25 de octubre del mismo año, por ser de nuevo nombrado Ministro de Marina, permaneciendo hasta el 14 de enero de 1858.

Al cesar pasó a la ciudad de Cádiz donde se le entregó la Real orden del día 19 de mayo siguiente, con la autorización e insignias para poderlas llevar concedidas por el Rey de Holanda, del León Neerlandés.

El 4 de enero de 1859 fue nombrado comandante general de la escuadra de operaciones de África, poniendo de manifestó el valor de mantener una adecuada escuadra pues se convirtió como una auténtica base de apoyo al ejército de tierra, al bombardear con gran efectividad las fortalezas y posiciones del río Martín, así como transportar hasta las posiciones, tanto la munición, como los víveres y el agua, elemento de gran necesidad en esas tierras.

El 7 de enero de 1860 se desató un fuerte temporal de Levante, el cual azotó muy duro a los buques causándoles graves averías, no llegando a más gracias a las órdenes que dió a toda la escuadra, en el mes febrero el ejército efectuó un gran ataque, en él participó la escuadra de su mando, enarbolando su insignia en la fragata Princesa de Asturias, efectuando el bombardeó de la ciudades de Larache, Arcila, Rabat y Salé, contribuyendo eficazmente a su toma.

En agradecimiento Real a sus servicios en estas operaciones, el 14 de mayo fue ascendido a teniente general, otorgándole el mando del Departamento Naval de Cádiz, con fecha del 18 de julio de 1861.

A su vez y por Real orden la reina doña Isabel II, le otorgó el título de conde de Bustillo, como un agradecimiento personal por la gran labor desarrollada en la campaña naval anterior.

Por Real orden del 30 de agosto de 1862 se le nombra comandante de la fuerzas navales del Departamento de Cádiz, el 16 de septiembre enarboló su insignia en la fragata Carmen, el 12 de octubre zarpó con la escuadra rumbo a Málaga, donde embarcó la Reina y su Real familia, pasando a Almería y Cartagena, regresando a la bahía el 25 seguido.

Fueron requeridos sus servicios por tercera vez, para ocupar la cartera del ministerio de Marina, ocupando el sillón entre el 17 de enero de 1863 y el 27 siguiente, al pedir su dimisión siéndole aceptada por su mal estado de salud, regresando como comandante General del Departamento de Cádiz.

Pero al no descansar de verdad, la enfermedad se fue agravando poco a poco, obligándole su honradez profesional a pedir la licencia absoluta, siéndole concedida por Real orden del 21 de abril de 1866.

Falleció en una quinta de su propiedad en las cercanías de la población del Puerto de Santa María a las ocho de la mañana del 2 de mayo de 1868, contaba con sesenta y seis años de edad, de ellos cincuenta y dos de honrosos servicios a España.

Bibliografía:

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Bordejé y Morencos, F. Fernando de.: Crónica de la Marina Española en el siglo XIX, 1868-1898 (Tomo II) Editorial Naval. Madrid, 1995.

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Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

González de Canales y López-Obrero, Fernando.: Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid, 2000.

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