Biografía de don Cristóbal Colón de Carvajal y Maroto
Posted By Todoavante on 27 de octubre de 2011
Vicealmirante de la Real Armada Española.
Adelantado Mayor de las Indias.
XIX Almirante Mayor de la Mar Océana.
Dos veces Grande España.
Caballero de la Real y Militar Órden de Santiago.
XVII Duque de Veragua.
Duque de Vega.
Marqués de de Aguilafuente.
Marqués de Jamaica.
Vino al mundo en la ciudad de Madrid el día veintinueve de enero del año de 1925.
Fueron sus padres don Ramón Colon de Carvajal y Hurtado de Mendoza y de su esposa doña María Eulalia Maroto y Pérez del Pulgar. El padre era sucesor directo del descubridor de las Indias don Cristóbal Colón y décimo sexto Duque de Veragua.
Ingresó como aspirante en la Escuela Naval Militar en el año de 1943, siendo la primera promoción que ocupó el nuevo emplazamiento en la Ria de Pontevedra.
Ascendió a guardiamarina en el año de 1945, dejando la Escuela en el año de 1948, al serle entregado el despacho de oficial con el grado de alférez de fragata.
Ascendió al grado de alférez de navío en el año de 1949, recibiendo orden de embarcarse como oficial subordinado en el remolcador Ciclope, pasando posteriormente a mandar el patrullero V-18 Lanzón.
Ascendió a teniente de navío en el año de 1954, entregándole el mando de guardacostas Pegaso, al terminar su año de mando se le destinó al Ministerio, donde estuvo un tiempo, pasando a hacer el curso de especialista en armas submarinas, al término del mismo se le entregó el mando del remolcador en funciones de patrullero RR-20, al terminar su tiempo de mando, pasó de nuevo al Ministerio donde se ocupó muy firmemente y consiguió fundar en el año de 1963 la Asociación Cultural « Cristóbal Colón »
Fue ascendido a capitán de corbeta en el de 1964 y nombrado segundo comandante del destructor Almirante Miranda, pasando posteriormente al Ministerio, ocupándose de diversos destinos, pero especialmente por el tiempo que permaneció en él, ocupó la mayor parte en el Departamento de Personal.
Fue ascendido al grado de capitán de fragata en el año de 1975, por Decreto Ley del día diecisiete de diciembre del año de 1977, se le otorgó el mando del destructor Almirante Valdés, siendo en este mismo año condecorado con la Medalla de Plata de la Sociedad de Salvamente de Náufragos, por haber conseguido rescatar con fuerte temporal y grave situación, a los diecisiete miembros de la tripulación del pesquero Onubenses, que al poco de terminar el rescate se fue a pique. Permaneció al mando del buque hasta el día dieciocho de junio del año de 1979.
En el año de 1980 se le ascendió al grado de capitán de navío, a finales de este mismo año se le otorga el mando del buque escuela Juan Sebastian de Elcano, con el que zarpa en su quincuagésimo segundo crucero de instrucción el día ocho de enero del año de 1981 desde la bahía de Cádiz, con rumbo a Santa Cruz de Tenerife, Río de Janeiro, Montevideo, Buenos Aires, Punta Arenas, Valparaíso, Callao, Balboa, cruza el canal de Panamá y arrumba a Pensacola, Nueva York, Saint Maló, Melilla, Livorno y arribada a la bahía de Cádiz, el día tres de agosto del mismo año.
Había recorrido veintidós mil novecientas noventa millas, en ciento sesenta y siete singladuras, a una velocidad media de siete nudos, navegando un 47’2% solo a vela. Siendo el máximo tiempo recorrido a vela las doscientas sesenta millas, entre Punta Arenas y Valparaíso, consiguiendo una media de 10’8 nudos de velocidad.
Al año siguiente y por ser miembro de la Comisión del V Centenario del Descubrimiento, se le comisiona por el Rey para realizar una vuelta al mundo y dar a conocer esa fecha emblemática, ya que él como descendiente directo del Descubridor, era sin duda el más adecuado para dar a conocer y representar a España en tan magno acontecimiento.
Por ello se le conservó el mando del buque con el que zarpó en su quincuagésimo tercer crucero de instrucción de la bahía de Cádiz el día diez de diciembre del mismo año de 1981, con rumbo a las Palmas de Gran Canaria, Santo Domingo cruzó por el canal de Panamá y arribó a Acapulco, Honolulú, Manila, Bangkok, Singapur, Jeddah, Atenas y aunque estaba previsto hacer el crucero final a Cádiz, arribó a Palma de Mallorca donde fue visitado por el Rey, siguiendo rumbo a la bahía de Cádiz, donde rindió viaje el día treinta de julio del año de 1982.
Había recorrido veintiséis mil novecientas noventa y dos millas, en ciento ochenta y una singladuras, a una velocidad media de 6’2 nudos y navegado el 54% del tiempo a vela, batiendo el record de velocidad a vela entre el día dieciocho de diciembre de 1981 y el seis de enero del año de 1982, cruzando el océano Atlántico en dieciocho días y veinte horas, entre Santa Cruz de Tenerife y Virgen Gorda, y permaneciendo en puerto cincuenta y dos días. Siendo la novedad la primera visita al puerto de Jeddah, a su vez fue la vuelta al mundo más corta.
No fue menos agradable todavía, el recibir a bordo y devolver las visitas en todos aquellos países hispanos a su gobernantes y pueblo, ya que era el descendiente directo del descubridor, lo que les hacía regresar de alguna manera a sus más antiguos ancestros. Consiguiendo en ocasiones que el mismo pueblo visitado lo aclamara como si se tratara del mismo Descubridor.
Por razones obvias, fue embajador extraordinario en varias ocasiones a lo largo de su vida, para representar a España en las reuniones que se llevaban a cabo, por motivos de unión entre los países hispanos, así fue comisionado especialmente para las reuniones previas al gran acontecimiento de la celebración del quinto centenario.
Fue elegido y ascendido al grado de contralmirante en el año de 1983, continuando en sus menesteres cerca del Ministerio y sobre todo en el Instituto de Historia y Cultura Naval.
Y en 1984 fue ascendido a vicealmirante, ocupando un puesto en el Estado Mayor de la Armada, donde tenía su despacho para atender a sus múltiples compromisos, siempre representando a España a muy alto nivel, cumpliendo su cometido con total acierto y entusiasmo, muestra de ello fueron los interminables viajes que realizaba siempre como Embajador Extraordinario por encargo personal del Rey de España, ya que su sola presencia atraía a los visitados.
Sobre primeros del año de 1985, en una rutinaria revisión médica se le detectó y diagnostico una grave enfermedad pulmonar, siéndole comunicado con toda la crudeza de la verdad, a su vez fueron informados la Casa Real y sus jefes del grave estado de su salud, ello le llevó a tener más tiempo libre y menos compromisos, teniendo que acudir periódicamente a revisiones médicas.
Siendo su deseo el no darlo a conocer, por ello ni siquiera su secretaría estaba informada de los días que iba a acudir a su despacho, pues se vivían momentos difíciles para los que vestían uniforme.
A pesar de todas estas medidas de seguridad personal, el día seis de febrero del año de 1986, yendo a su despacho en el coche oficial, con su chofer don Manuel Trillo y su comandante ayudante don Rodríguez Toube, al llegar a la confluencia de las calles Tambre esquina con Balbina Valverde, fue ametrallado el vehículo desde ambas aceras, como consecuencia de los impactos recibidos el coche impactó con otro aparcado, recibiendo en ese momento ya con los cristales rotos una granada de mano en su interior, que fue arrojada por uno de los dos terrorista, mientras el otro continuaba abriendo fuego.
Este acto terrorista de la banda ETA produjo la muerte de tan insigne hombre, así como la del chofer y herido muy grave el ayudante del almirante, todo ocurrió sobre las 1020 horas.
Por sus méritos a propuesta del Ministro de Defensa, se le ascendió al grado de Almirante póstumo.
Estaba en posesión de muchas Medallas y Cruces, siendo de los pocos, que tenía más de extranjeras que de españolas, entre todas ellas destacar:
De las españolas: Placa de la Gran Cruz de la Real Órden Americana de Isabel la Católica; Placa de la Gran Cruz al Mérito Naval con distintivo Blanco; Cruz de la Real y Militar Órden de San Hermenegildo; Tres Cruces al Mérito Naval y Medalla Conmemorativa del IV Centenario de la Batalla de Lepanto, entre otras.
De las extranjeras: Gran Cruz de Cristóbal Colón y Medalla de Duarte Sánchez y Mella de la República Dominicana; Cruz al Mérito Naval del Perú; Cruz al Mérito Naval y Cruceiro do Sul del Brasil; Medalla de Vasco Núñez de Balboa de Panamá; Cruz al Mérito de Mayo de la República Argentina; Cruz Órden Nacional del Mérito, de Paraguay; Cruz del Mérito de la República de Chile; Cruz al Mérito Especial de la República de Méjico, etc. etc.
Y en cuanto a los títulos de nobleza, aparte de los mencionados en la cabecera de esta biografía, estos le mantenían en una posición muy elevada, entre otros cargos era: Miembro de la comisión Permanente de la Diputación de la Grandeza de España; Presidente del Real Cuerpo de Caballeros Hijos-dalgos de la Nobleza de Madrid; Vocal nato del Museo Naval de Madrid; miembro de la Comisión del V Centenario del Descubrimiento de América. etc. etc.
Tenía otros nombramientos, de sus muchos entre otros era: Académico de número de la Real Academia de la Historia; Académico de Honor de la Real Academia de Extremadura de las Ciencias y de las Letras; Miembro de la Academia de la Historia de Italia; Miembro de la Academia de la Historia de la República Dominicana; Miembro de la Academia de la Historia de Paraguay y Miembro de la Academia de la Historia de Puerto Rico. etc. etc.
Y entre sus obras sociales, como ya se ha dicho fundó y presidió, la Asociación Cultural Italo-Hispánica « Cristóbal Colón » inscrita en la UNESCO; Presidente del Núcleo de San Juan Bautista para la adaptación de jóvenes y pertenecía a Junta Directiva de la Sociedad Protectora de Niños.
Para no faltar de nada en su vida, también escribió un libro, cuyo título es: « La vuelta al mundo en el Juan Sebastián de Elcano. Testamento Náutico », Plaza y Janés. Barcelona 1987, que esta escrito con un interés doble, tanto para el aficionado con apariencia de novela, como para el profesional, ya que a lo largo de él se desmenuzan los mil y un problemas a resolver antes de zarpar, así como la previsión de los puertos y tiempo de escala, como donde habrá que avituallarse, como ver la época del año de cada hemisferio para saber en todo momento con que se puede encontrar en la mar. Mientras que por la parte novelada, las mil y una ocurrencias que suceden a bordo, así como el típico ceremonial del cruce del Ecuador y anécdotas de los subordinados, que lo son de unos jóvenes entusiastas por la patria, pero al fin y al cabo, jóvenes.
Así como los múltiples ceremoniales de entrevistas con jefes de Estado, altos mandos militares de ellos, comidas, cenas en las distintas estancias, tanto en lo palacios presidenciales como en las embajadas de España, las a veces eternas horas de espera o por el contrario, aquellas en que nada se comenta de lo que realmente es de interés, pero que es un capitulo más de la alta diplomacia.
Lo tenía todo escrito, pero el vil asesinato lo cortó, por lo que surgió un compañero y amigo don Marino Gómez Santos, que con el permiso de la viuda doña Anunciación Gorosábel y Ramírez de Haro lo ordenó, clasificó y realizó algunas anotaciones o aclaraciones al texto, con una humildad digna de un gran amigo, que en nada quería tener protagonismo. De esta forma consiguió ver la luz de la imprenta. Por ello en el título, en vez de poner que es una obra póstuma como habitualmente se hace, le añade el subtítulo de « Testamento Náutico », ya que en sí es lo que es, por ser una admirable obra que de otra forma hubiera quedado inédita.
Bibliografía:
Colón, Cristóbal.: La vuelta al mundo en el Juan Sebastián de Elcano. Testamento Náutico. Plaza y Janés, 1987.
Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Apéndice, 1988. Copilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.
García, Rocío.: Diario El País– Madrid – 07/02/1986
González de Canales, Fernando.: Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid, 2000.
Cervera Pery, José y Estrada Giménez, Rafael.: Embajador y Navegante. Armada Española y Lunwerg. 2002.
Jane’s Fighting Ships 1950-51.
Compilada por Todoavante. ©
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