Biografía de don Francisco de Hoyos y de Larabiedra

Posted By on 9 de noviembre de 2014

Francisco de Hoyos y de Larabiedra.  Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Francisco de Hoyos y de Larabiedra. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Jefe de escuadra de la Real Armada Española.

Cruz de 3ª clase de la Real y Militar Orden de San Fernando. 19 de agosto de 1848.

Astrónomo.

Nació en Araduenda, Santa María de los Llanos, actual provincia de Burgos, el 17 de mayo de 1782, siendo sus padres don Manuel de Hoyos y de Llanos, y doña Francisca de Larabiedra y de Angulo.

Sentó plaza de guardiamarina en la Compañía del Departamento de Cádiz el 14 de julio de 1800. Expediente N.º 2.158.

Al aprobar los exámenes teóricos se le ordenó embarcar el 4 de septiembre de 1800 en el navío Atlante desembarcado por desarme, el 1 de diciembre siguiente recibió la orden de embarcar en la fragata Sabina, formando parte de la escuadra del general don Juan Joaquín Moreno, zarpando en derrota del puerto de Algeciras el 1 de julio, participando en el socorro de la escuadra francesa del contralmirante Linois, por hallarse bloqueada en el apostadero de Algeciras por una británica.

Al regreso, el almirante francés quería llevar a Cádiz al navío británico Hannibal, de 74 cañones apresado a los enemigos, obligando con ello a llevarlo a remolque navegando todos a inferior velocidad, los franceses iban en vanguardia y los españoles, a retaguardia y los últimos, en líneas paralelas eran dos navíos de tres puentes y 118 cañones españoles, Real Carlos y San Hermenegildo, los dos generales trasbordaron a la fragata Sabina.

Por una treta de los británicos, su navío Superb disparo en la noche del 12 siguiente, que por ser muy cerrada le facilitó hacerlo, sobre el navío Real Carlos, quien al verse atacado respondió al fuego, pero los proyectiles le dieron al San Hermenegildo, por ello los dos se cañonearon hasta producirse los incendios, estos alumbraron la escena, dándose cuenta del error, pero ambos estaban tan castigados que se fueron al fondo de la mar y con ellos más de dos mil hombres.

En el mes de septiembre siguiente embarco en la balandra Pitt, realizando cruceros en la comprensión del Departamento, permaneciendo hasta mayo de 1802 por trasbordar al navío Santo Domingo, zarpando con rumbo a Veracruz de donde salió con rumbo a la Habana, aquí se le ordenó trasbordar a la urca Presentación, regresando a Veracruz, encontrándose aquí le llego la comunicación de haber sido ascendido a alférez de fragata con fecha del 5 de octubre siguiente, zarpó un tiempo después con el mismo buque fondeando en la bahía de Cádiz el 28 de junio de 1803.

Pocos días después zarpó con el mismo buque con rumbo a Ferrol donde arribó el 21 de agosto, el 4 de noviembre siguiente zarpó con rumbo a Cartagena, donde fondeó el 19 seguido, el 3 de enero de 1804 volvió a zarpar con rumbo a Ferrol, de donde se hizo a la vela fondeando en la bahía de Cádiz el 11 de abril habiendo navegado en conserva del navío Miño, el 31 continuo zarpó con rumbo a Coruña y Ferrol, de donde volvió a dar la vela arribando a la bahía de Cádiz el 13 de septiembre siguiente, donde se le ordenó desembarcar por ser destinado a los batallones de Infantería de Marina.

El 28 de febrero de 1805, cesó en el anterior destino por recibir la orden de embarcar en el navío San Rafael, de la escuadra combinada del general Gravina y del almirante francés Villeneuve, al salir de la bahía de Cádiz con destino a la Martinica el 9 de abril varó en el bajo de la Cabezuela, aprovechando la primera pleamar pudo entrar de nuevo en el Arsenal de La Carraca, donde fue reparado zarpando al día siguiente.

Al arribar a la isla de la Martinica, se le confirió el mando de la lancha armada del navío, estando todas las fuerzas sutiles al mando del capitán de fragata don Rosendo Porlier, tomando parte en el asalto al fuerte del Diamante siendo tomado.

A su regreso a la península con la escuadra rumbo a Ferrol, el 22 de julio participó en el combate naval del cabo Finisterre, entre la combinada franco-española y la británica del almirante Calder, siendo su buque uno de los apresados, no sin antes haber presentado heroica resistencia, fue llevado prisionero al puerto de Portmouth en el Reino Unido, pero poco después fue canjeado al ser vencida la misma escuadra combinada por el almirante Nelson en el combate de Trafalgar, presentándose en su Departamento el 1 de febrero de 1806 y destinado de nuevo a los batallones de Infantería de Marina y al poco tiempo fue elegido como Ayudante del arsenal de La Carraca.

Se produjo el alzamiento nacional del 2 de mayo de 1808, en contra del invasor napoleónico, por ello y quedando en la bahía de Cádiz los restos de la escuadra francesa participante en el combate de Trafalgar, al mando del almirante Rosilly, el general don Juan Ruiz de Apodaca lanzó el ataque entre los días 9 á 14 de junio sobre los ahora enemigos, finalizando con la rendición del almirante francés, convirtiéndose en la primera victoria obtenida sobre los ejércitos napoleónicos en toda Europa, demostrando al resto que no eran tan invencibles.

Recibió la orden superior del 1 de agosto de embarcar en el navío Príncipe de Asturias, volviendo a trasbordar al poco tiempo al San Fulgencio, zarpando el 1 de diciembre con rumbo al Callao, regresando a la bahía de Cádiz con caudales el 17 de agosto de 1809, al arribar se le entregó la Real orden del 23 de febrero próximo pasado siendo ascendido al grado de alférez de navío.

El 9 de septiembre siguiente trasbordó al navío San Pedro Alcántara, zarpando de nuevo en un tornaviaje el 16 de octubre con destino al Callao, al arribar tuvo que desembarcar por estar enfermo, al recuperarse, por orden del 4 de enero de 1810 fue nombrado Ayudante de la Mayoría General del apostadero, donde terminó de restablecer su salud.

Se le ordenó embarcar en la fragata Astrea, trasbordando al poco tiempo a la Castor, zarpando con situado y destino a Ilo Ilo para pagar al ejército del alto Perú, a su regreso volvió a zarpar en tres ocasiones con rumbo a Panamá.

En julio de 1813 desembarcó de su buque por desarme trasbordando al bergantín Potrillo, zarpando en persecución de la fragata Limeña, cuya dotación se había amotinado e incorporado a las fuerzas navales chilenas, consiguiendo rendirla, recuperándola.

Por haberse perdido la ciudad de Concepción quedaron cortadas las comunicaciones con el ejército del virreinato del Perú, el 1 de enero de 1814 zarpó con su bergantín en conserva de la corbeta Sebastiana, transportando tropas con rumbo a las costas del Arauco donde desembarcaron como refuerzo.

Concluido el desembarco zarparon con rumbo a la bahía de Concepción quedando bloqueada por ambos buques, permaneciendo setenta y dos días, al cabo de este tiempo fue reconquistada la ciudad y con ella la de Talcahuano, recuperando las comunicaciones con Chile, siendo comisionado por el general del ejército para verificar los trabajos de fortificación de un lugar de la costa, que sirviese de apoyo o retirada a sus fuerzas en caso de necesidad. Al efecto estableció cinco baterías entre el Morro de Talcahuano y el puerto de San Vicente, en el mes de agosto trasbordó al navío Asía y al mes siguiente, trasbordó a la corbeta Descubierta, regresando al Callao el 1 de diciembre continuo.

El 9 de febrero de 1815 zarpó con la corbeta con rumbo a las islas Marianas, donde repostaron continuando viaje a Manila fondeando el día 22 de junio, al arribar se le entregó la Real orden del 30 de mayo próximo pasado con su ascenso al grado de teniente de fragata, permanecieron en la ciudad hasta el 16 de enero de 1816 zarpando con rumbo a Cádiz por la ruta portuguesa, doblando el cabo de Buena Esperanza, fondeando en la bahía el 13 de mayo siguiente, pero no hubo descanso, pues el 25 siguiente zarpó a cruzar entre los cabos de Santa María y San Vicente en protección del tráfico marítimo proveniente de ultramar.

El 15 de junio se le ordenó embarcar en el navío Asia, de la división al mando del brigadier don José Rodríguez de Arias, zarpando de Cádiz en comisión diplomática con visita a las regencias de Argel, Túnez y Trípoli, al finalizar arrumbaron para cruzar entre los cabos de San Vicente y Santa María, prolongándose hasta las islas Azores para dar protección de recalada a los buques provenientes de ultramar, a su regreso se le entregó la Real orden del 26 de octubre de 1816 con su ascenso al grado de teniente de navío, el 11 de septiembre de 1817 se le ordenó desembarcar del navío, siendo destinado a la órdenes del teniente general don Juan José Martínez, quien tenía orden de pasar inspección al Arsenal de La Carraca.

Por Real orden del 21 de febrero de 1818 fue nombrado segundo comandante del convoy que realizó el viaje a Rusia, zarpando el 5 de abril con la fragata mercante San Fernando, trasladando a las dotaciones de los buques comprados a aquel país, regresando a la bahía al mando de la fragata Viva (una de las regaladas por el Emperador) el 12 de octubre siguiente, a finales del propio mes volvió a zarpar dando escolta a los mercantes españoles Carmen y San José, más el sueco Delphin y el danés Irina, transportando a las resto de las dotaciones con rumbo al mismo destino, el puerto ruso de Kronshtadt en el mar Báltico, donde arribó el 26 de mayo de 1819 después de haber sufrido contrariedades, como agradecimiento el emperador Alejandro I lo condecoró con la Cruz de San Vladimir, regresando el 30 de enero de 1820 a la bahía de Cádiz,.

Al fondear se le entregó la Real orden del 3 de noviembre de 1818, siendo ascendido al grado de teniente de navío.

Por Real orden del 12 de mayo siguiente se le nombró segundo comandante de la fragata Prueba, zarpando en la división al mando del brigadier don Rosendo Porlier con destino al Callao, intentó forzar el bloqueo de la escuadra de Cochrane pero no pudo, tomando rumbo a Guayaquil donde fondeó después de cinco meses y medio de navegación ininterrumpida, al arribar en el mes de diciembre se vio obligado desembarcar por estar enfermo.

Recuperada su salud embarcó en la misma fragata, zarpando de Guayaquil persiguió y batió obligándole a varar en la costa del Choco, a la fragata insurgente Rosa de los Andes, de 36 cañones, quedando tan destrozada que no volvió a navegar, arrumbaron a Arica donde al llegar desembarcaron la artillería para su defensa, pasando mediado el mes de julio al Callao, quedando desembarco en el mes de agosto, siendo destinado como Ayudante del jefe de escuadra don Antonio Vacaro, Comandante del apostadero.

Participó en los combates que tuvieron lugar en el Callao, durante el bloqueo llevado a cabo por el almirante Cochrane, siendo todos ellos muy reñidos, al ser tomada Lima por el ejército independentista, se disolvió el apostadero, regresó de transporte en la fragata mercante británica Patricio a la bahía de Cádiz el 20 de abril de 1822, por Real orden del 12 de septiembre siguiente le fueron concedidos dos años de licencia, con medio sueldo.

Por Real orden del 11 de diciembre de 1824 fue nombrado Ayudante del Tercio de Sevilla, recibiendo otra con fecha del 16 siguiente, por serle concedido el retiro sujeto a reglamento.

Por Real orden del 25 de agosto de 1829 se le destina al Observatorio de la Marina como segundo astrónomo, siéndole concedido por Real orden del 23 de febrero de 1837 los distintivos y honores de capitán de fragata, por otra fechada el 13 de abril de 1839 se le asciende al grado de capitán de navío.

A petición propia, por Real orden del 15 de mayo de 1840 se le concede regresar al servicio activo en la Corporación como ‹pasivo›, cesando en los del Observatorio, siéndole respetado el último grado obtenido.

El Regente del Reino con fecha del 4 de mayo de 1841 lo nombra interinamente director del colegio naval de San Telmo, recibiendo otra orden del Regente fechada el 18 de mayo, quedando incorporado a la clase de ‹activo›, por otra del 13 de septiembre queda relevado del cargo en el Colegio y por otra del 16 de diciembre se le destina a los Tercios navales, dentro de estos se le confirma destino en el de Sevilla.

Se produjo el pronunciamiento de 1843 en contra de la regencia del general Espartero, convencido de no ser lo correcto, se negó a reconocer a la Junta revolucionaria, viéndose obligado a abandonar la ciudad trasladándose a Cádiz, donde se presentó al Comandante General del Departamento quedando a sus inmediatas órdenes.

En éste Departamento fue destinado como segundo jefe por Real orden del 13 de noviembre de 1844 del Colegio Naval Militar, el cual abrió sus puertas al año siguiente en la población de San Carlos.

Por Real orden del 10 de octubre de 1846 se le ascendió al grado de brigadier, por Real orden del 19 de diciembre seguido queda relevado de su anterior puesto, en agradecimiento S. M. ordena se le hagan llegar las Reales gracias.

Por Real orden del 4 de abril de 1848 es nombrado para auxiliar a su responsable el jefe de escuadra don Juan José Martínez, en la redacción de diferentes obras para ser aplicadas en el Colegio Naval Militar, por otra del 9 de mayo se le ordena presentarse en la Corte, siendo comisionado para redactar un reglamento para la organización del cuerpo de Ingenieros de marina.

Por Real orden del 10 de junio se le nombra Vocal de la Junta Consultiva de la Armada y por otra fechada el 14 siguiente, se le nombra su Mayor General, continuando en la redacción del reglamento para el Colegio Naval se le encarga la revisión de historiales de los marinos que deberían ser enterrados en el Panteón de Marinos Ilustres.

Estando en Sevilla se vió envuelto por la insurrección militar del 13 de mayo de 1848, combatiéndola al lado de las autoridades legítimas, por su decidida y valiente actuación, se le concedió la cruz de tercera clase de la Real y Militar Orden de San Fernando.

En 1850 fue nombrado Diputado a Cortes por la circunscripción de Sevilla en la legislatura de 1851 se le exigió su voto por una cuestión del Gobierno, no estando de acuerdo con ello se negó, esto le provocó ser exonerado de la mayoría General de la Armada el 7 de abril siguiente, recibiendo al mismo tiempo la orden de salir sin excusa lo antes posible con destino a Cádiz.

Por ello elevo petición de seis meses de licencia siéndole concedida, realizando en este tiempo un viaje por las grandes capitales de Europa, como París, Londres y Bruselas, donde fue recibido en las diferentes Cortes, así cambió de aires y aprendió cómo funcionaban estos países.

Regresó, continuando en su casa de Cádiz en situación de disponible, cuando le fue entregada la Real orden del 2 de julio de 1852, notificándole su nombramiento como Vocal de la Junta Consultiva de la Armada.

Por Real decreto del 12 de octubre de 1853 se le ascendió al grado de jefe de escuadra, poco después por tener cumplidos los requisitos, se le concedió la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.

Se encontraba mal de salud y solicitó licencia para viajar a Sevilla para recuperarse, pero no fue así, falleciendo en su casa de Cádiz el 6 de septiembre de 1854, cuando contaba con setenta y dos años de edad, de ellos cincuenta y cuatro de servicios a España.

Bibliografía:

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Ceballos-Escalera y Gila, Alfonso de. Vizconde de Ayala, Ceballos-Escalera y Gila, Luis de, y Madueño y Galán, José María.: Los Marinos en la Orden de San Fernando. Ministerio de Defensa. Madrid, 2011.

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Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

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