Ciscar 1936
Posted By Todoavante on 22 de septiembre de 2013
Siendo ministro de Marina el almirante García de los Reyes se aprobó en 1929 la construcción de otros siete destructores de la clase Churruca, que sería la segunda serie. La formarían los destructores Almirante Antequera, Almirante Miranda, Gravina, Escaño, Jorge Juan, Ulloa y Ciscar.
Se colocó su quilla en Cartagena en el astillero de la SECN el 7 de abril de 1932. Fue botado el 25 de noviembre de 1932. Entró en servicio en la Armada española el 24 de octubre de 1936.
Para ser identificado mostraba en sus amuras las iníciales “CR”, desaparecidas durante la guerra civil. Finalizada la guerra volvió a llevar las iníciales pero corridas hacia la altura del puente. En 1952 se sustituyeron por el numeral 31, al ser el destructor número 3 de la 1ª flotilla de destructores.
Las características eran prácticamente las mismas que los de la primera serie, aunque variaron ligeramente. Tenía un desplazamiento de 1.650 toneladas con carga normal y 1.914 toneladas a plena carga. Medían 101,5 metros de eslora, 9,7 metros de manga, 6,02 de puntal y 3,2 de calado medio. Su tripulación era de 160 hombres.
Tenían una proa recta, una popa redondeada, cubierta del castillo hasta un tercio de la eslora, dos chimeneas ligeramente inclinadas hacia popa, un mástil de señales entre el puente de mando y la chimenea de proa, otro mástil más pequeño a popa.
La planta propulsora estaba formada por cuatro calderas tipo Yarrow, conectadas a dos grupos de turbinas Parsons, alcanzando una potencia de 42.000 caballos que accionaban dos ejes y dos hélices. Alcanzó en pruebas los 36 nudos de velocidad, aunque en operaciones podía alcanzar una velocidad respetable de 34 nudos. Con 540 toneladas de combustible, tenían una autonomía de 4.500 millas a 14 nudos.
Armado con 4 cañones Vickers de 120 mm, dos cañones de 76 mm, 4 ametralladoras antiaéreas, seis tubos lanzatorpedos de 533 mm en dos montajes triples, dos morteros lanzacargas de profundidad.
Cuando comenzó la guerra civil en julio de 1936, se encontraba en periodo de alistamiento. Su primer comandante fue el alférez de navío don José García Fresno. El 8 de noviembre de 1936 salió de Cartagena con otros tres destructores para atacar al crucero Canarias que estaba bombardeando Almería. Al llegar allí, el crucero había desaparecido. El 14 de noviembre se hizo de nuevo a la mar con otros seis destructores para bombardear Ibiza como represalia. El 21 de diciembre recogió en Mahón un cargamento de municiones y las desembarcó en Valencia. Salió de Cartagena el 29 de diciembre con el crucero Libertad y otros destructores para escoltar a un mercante, regresando a puerto al día siguiente.
El 20 de enero de 1937 atacó la costa de Málaga con los destructores Gravina y Almirante Valdés. Después de bombardear Estepona, regresaron a Cartagena el día 21. Salió de nuevo el 5 de febrero con los cruceros y tres destructores. Al llegar a la altura de Almería, decidieron regresar a puerto. El día 14 de febrero escoltó al mercante Aldecoa hasta las costas argelinas.
El 8 de abril salió de Cartagena rumbo al mar Cantábrico. Llegó a Santander el 11 de abril camuflado como buque británico. Al entrar en Bilbao el 17 de abril rompió la hélice y tuvo que entrar en dique para ser reparado. Zarpó de Bilbao el 19 de abril para escoltar a un mercante británico. Al regresar a puerto hundió por abordaje a un dragaminas vasco.
El 1º de mayo salió de Sestao con dos bacaladeros para atacar las posiciones nacionales en la costa. Atacó al bacaladero nacional Galerna, que huyó, lo mismo que hizo el destructor al aparecer en el horizonte el crucero nacional Cervera. Salió de Bilbao el 6 de mayo para escoltar hasta las tres millas a dos mercantes, Habana y Goizeku-Izarra, cargados con refugiados. Repitió la operación el 9 de mayo escoltando a tres mercantes franceses.
El destructor realizó salidas cortas y muy espaciadas, adoleciendo sus mandos de espíritu combativo. Esa fue la razón por la que a finales de mayo su tripulación fue detenida y sustituida por las dotaciones de los bous. Su nuevo comandante sería el alférez de navío don Juan Antonio Castro Izaguirre, que sustituyó a don Alejo Bilbao, designado como comisario político. Su primera salida con la nueva tripulación se produjo el 5 de junio para escoltar un mercante hasta las tres millas.
El 8 de junio salió con el destructor José Luis Díez para escoltar a puerto al petrolero Gobeo. Al día siguiente salió de puerto para encontrarse con el mercante nacional Marie, cuyo capitán tenía intenciones de pasarse de bando. El encuentro no se produjo, volviendo a salir la noche siguiente para patrullar la costa al norte del cabo Machichaco con el José Luis Díez. Cinco horas después apareció el crucero Cervera, huyendo el destructor hacia el norte mientras se intercambiaban disparos sin consecuencias. Se encontró con el José Luis Díez y le hizo señales del peligro. Los dos destructores entraron en Castro Urdiales y después consiguieron llegar a Bilbao.
Ante el acercamiento de las tropas nacionalistas a Bilbao y los numerosos bombardeos del puerto, se ordenó que salieran los dos destructores. En el Ciscar embarcaron el capitán Navarro, jefe de las fuerzas navales del Cantábrico, su jefe de estado mayor y 167 refugiados. Salió la noche del 14 de junio y llegó al puerto francés de La Pallice la mañana del 16, donde Navarro y otros oficiales desertaron. Se unió con el José Luis Díez en el puerto de Le Verdón y salieron el 20 de junio rumbo a Santander. El José Luis Díez se dirigió a Gijón ante la presencia del crucero Cervera, mientras el Ciscar llegó a Santander el 21 de junio.
Pasó más de un mes sin casi salir de Santander ante la presencia de los dos cruceros nacionalistas. A la medianoche del 10 de agosto zarparon los dos destructores para atacar al crucero Cervera. El Ciscar se situó como cebo para que su compañero pudiera torpedearle. Lanzó cortinas de humo para atraer al enemigo, pero su compañero no pudo colocarse en posición para atacarle. Finalmente pudo llegar a Gijón a primera hora del 11 de agosto. Ese mismo día se hizo a la mar para atacar al crucero auxiliar Ciudad de Palma, pero consiguió huir defendido por el minador Júpiter, regresando el destructor a Gijón.
El 28 de agosto de 1937 fue bombardeado en Gijón por la aviación nacional, pero no fue alcanzado. Salieron al día siguiente los dos destructores para bombardear las posiciones enemigas en Cabo Mayor. El José Luis Díez desertó y huyó a Plymouth, mientras el Ciscar realizó los bombardeos y regresó a Gijón. Quedó como único buque republicano importante en el Cantábrico y apenas salió a la mar. Fue bombardeado en varias ocasiones, y el 19 de octubre de 1937 cayó una bomba en la cubierta. Aunque no explotó, provocó una vía de agua. Tras ser alcanzado por otras bombas, el destructor se hundió en el puerto de El Musel, y así fue encontrado por los nacionalistas.
Los trabajos para recuperarlo comenzaron en noviembre de 1937 y fueron dirigidos por el capitán de fragata don Ángel Riva Suardíaz. Fue reflotado el 21 de marzo de 1938 y remolcado a Avilés para su reparación provisional, mandado por el capitán de fragata don Guillermo Díaz del Río. Remolcado por el vapor Cádiz, llegó el destructor a Ferrol a finales de mayo. Entró en el dique y salió reparado el 30 de noviembre de 1938. Efectuó sus pruebas de mar el 28 de febrero de 1939 y fue de nuevo entregado a la Armada, al mando del capitán de fragata Riva Suardíaz, sustituido el 13 de julio de 1945 por el del mismo empleo don Federico de Salas Pintó.
El 5 de marzo de 1939 salió de Ferrol para embarcar en Cádiz personal y municiones. Se abasteció de combustible en Ceuta y llegó a Barcelona el 10 de marzo. El día 16 se desplazó a Mahón y al día siguiente a Palma, de donde salió con destino a Bizerta con personal para hacerse cargo de los buques republicanos allí internados, fondeando en el puerto tunecino el 27 de marzo. Entró en Cádiz el 8 de abril con los buques ex republicanos, los tres cruceros y los destructores Almirante Antequera, Lepanto, Gravina, Jorge Juan, Almirante Valdés, Escaño, Almirante Miranda y Ulloa. En vez de integrarse en las flotillas de destructores, quedó a las órdenes del almirante jefe de la Flota.
La tarde del 25 de agosto de 1941 embarcó el general Franco, el ministro de Marina y otras autoridades en Villagarcía de Arosa en el destructor Almirante Antequera, zarpando rumbo a Vigo escoltado por los destructores Alcalá Galiano y Ciscar. El general Franco se embarcó de nuevo en San Sebastián en el crucero Almirante Cervera para su traslado a Santander. Salió a las nueve de la mañana del 10 de septiembre de 1941 escoltado por los destructores Ciscar, Almirante Antequera, Alcalá Galiano, Jorge Juan y Gravina, llegando al mediodía a su destino.
Durante los actos del cuarto aniversario de la liberación de la ciudad de Gijón durante la pasada guerra, asistió el destructor Ciscar, que llegó a puerto el 20 de octubre de 1941 con el vicealmirante don Rafael Estrada, capitán general del departamento marítimo de Ferrol. Al día siguiente se entregó al destructor la bandera de combate ofrecida por la ciudad.
El 21 de abril de 1945 salieron de Ferrol rumbo a Canarias y a otros puertos los destructores José Luis Díez, Ciscar, Almirante Antequera y Jorge Juan, de la 1ª flotilla, mandada por el capitán de navío don Francisco Benito Perea.
El 22 de febrero de 1947 salieron de Ferrol el crucero Almirante Cervera y los destructores Almirante Antequera y Ciscar. Después de abastecerse de combustible en La Coruña partieron al mar Cantábrico para realizar ejercicios y prácticas de tiro, regresando a Ferrol en los primeros días de marzo. Estaban al mando del vicealmirante don Salvador Moreno Fernández.
El 16 de mayo de 1947 llegó a Palma de Mallorca el general Franco a bordo del crucero Miguel de Cervantes, escoltado por los cruceros Cervera y Galicia y los destructores Ulloa, Gravina, Churruca, Lepanto, Sánchez Barcáiztegui, Valdés, Ciscar y Jorge Juan. Dos días después llegó la escuadra a Barcelona.
La escuadra del vicealmirante don Salvador Moreno, con insignia en el Canarias, entró en Vigo el 10 de julio de 1948. Permaneció en puerto hasta el día 13 que salió para La Coruña y finalmente a Ferrol. A primeros de noviembre de 1949 se reunió en Cartagena la escuadra del Norte, mandada por el vicealmirante don Salvador Moreno Fernández, entre los que se encontraba el destructor Ciscar, de la 1ª flotilla de destructores. Realizando un viaje de prácticas, la escuadra llegó a Vigo el 29 de noviembre.
Entre el 15 y el 19 de octubre de 1950 se realizaron unas maniobras en el Atlántico. La escuadra de 45 buques, al mando del almirante don Alfonso Arriaga Adam se dividió en dos bandos, uno simuló llevar un convoy de Cádiz a las islas Canarias, mientras que otro bando trató de interceptarlo y destruirlo. En el primer bando o “azul” se encontraba el destructor Ciscar. El almirante Arriaga se encontraba embarcado en el crucero Canarias, que actuó con árbitro.
A finales de mayo de 1951 comenzaron unos ejercicios de tiro en Marín y duraron dos semanas. Participaron los buques de la escuadra del Norte, mandada por vicealmirante don Juan Pastor Tomasotti, que tenía izada su insignia en el crucero Canarias.
El 24 de agosto de 1951 llegó a Santander, procedente de Bilbao, para asistir al aniversario de la liberación de Santander el crucero Galicia, insignia del vicealmirante Pastor Tomasotti, escoltado por los destructores Ciscar y José Luis Díez. El 26 de febrero de 1952 llega a Las Palmas de Gran Canaria la escuadra al mando del almirante don Francisco Regalado que se encontraba de maniobras, formada por el crucero Galicia, insignia, y las 1ª y 3ª flotillas de destructores, basadas en Ferrol y Cádiz, respectivamente. La escuadra permaneció en Palma hasta el 2 de marzo de 1952.
Procedentes de Cádiz, entraron en Ferrol el 25 de junio de 1952 los cruceros Canarias y Cervera. Habían trasladado al panteón de marinos ilustres al almirante don Francisco Moreno. En el crucero Canarias arbolaba su insignia el vicealmirante don Francisco Regalado. También llegaron los destructores Almirante Valdés y Ciscar. El Ciscar quedó en Marín con los alumnos de la Escuela Naval Militar.
Siguió realizando maniobras con la escuadra, como la que se realizaron en las rías bajas en septiembre de 1952 al mando del almirante Regalado. En día 12 de mayo de 1953 dieron comienzo las maniobras de la 1ª división de la Flota, con base en Ferrol. Mandada por el vicealmirante don Guillermo Díez del Río, está compuesta por los cruceros Canarias y Méndez Núñez, siete destructores, entre ellos el Ciscar, dos minadores, dos cañoneros, además de otras unidades menores.
Una vez finalizadas las maniobras y los ejercicios de tiro en aguas de la ría de Pontevedra, el 26 de mayo de 1953 sale de Marín rumbo a Vigo la 1ª división de la Flota con el crucero Canarias y los destructores Ciscar, Almirante Valdés y Ulloa.
Al finalizar las maniobras generales del año 1953, la escuadra realizó un desfile zarpando de Cádiz la tarde del 14 de octubre de 1953 rumbo al cabo de San Vicente. En el buque insignia de la escuadra, el crucero Canarias, embarcaron el jefe del Estado, el general Franco, el jefe del Estado Mayor de la Flota, el almirante Pastor y varios ministros.
La noche del 24 de marzo de 1954 había zarpado de Ceuta el dragaminas Guadalete para realizar una travesía hasta Melilla. A causa de un fuerte temporal de levante se hundió la tarde del día siguiente, muriendo 34 hombres de los 78 tripulantes. A la mañana siguiente encontró el destructor Ciscar a siete cadáveres flotando en las olas.
La tarde del 1º de mayo de 1954 entran en Almería los buques al mando del contraalmirante don José García de Lomas, la 3ª división de la Flota, el crucero Galicia y los destructores Churruca, Lepanto, Alcalá Galiano y Ciscar, unidades que se encontraban realizando maniobras en el Mediterráneo. La misma escuadra al mando de García de Lomas salió de Cádiz 24 de mayo de 1954 para realizar ejercicios de tiro en alta mar.
El 3 de agosto de 1954 se encontraba en Huelva junto al destructor Churruca durante la celebración y actos conmemorativos de la salida de las tres carabelas del puerto de Palos.
A primera hora de la tarde del 16 de febrero de 1955 entraron en Barcelona varios buques de guerra que, desde Galicia, realizaron un viaje de instrucción, mandados por el comandante general de la flota almirante don Francisco de Abárzuza y Oliva. Salieron de Ferrol y recalaron en Cartagena y Valencia. La misma escuadra al mando de Abárzuza entró en el puerto de Málaga al mediodía del 3 de marzo de 1955. El destructor Ciscar pertenecía a la 2ª flotilla, que manda el capitán de navío don Miguel Ángel García.
A comienzos del mes de octubre de 1955 permaneció en Barcelona por unos días el jefe del Estado general Franco. El día 4 de octubre llegó al puerto la escuadra al mando del almirante Abárzuza, con insignia en el crucero Canarias. El destructor Ciscar estaba al mando del capitán de fragata Corral Hermida. El 8 de octubre embarcó Franco en el crucero Canarias, desde donde presenció las maniobras de la escuadra. Salió de puerto la noche del 8 de octubre y puso rumbo a las islas Baleares, seguido del resto de la escuadra. De vuelta en Barcelona, se celebró el 12 de octubre el día de la Hispanidad.
En los años cincuenta se incorporó a la Escuela Naval Militar de Marín, donde quedó al servicio de los alumnos guardiamarinas en sus prácticas. En octubre de 1955 se puso al mando del capitán de fragata don Federico Román Pardo.
En 1957, cuando realizada servicios de prácticas de navegación en la Escuela Naval de Marín, al mando del capitán de fragata don Pedro Martínez-Abial, varó y se hundió en la ría de Ferrol en la mañana del 18 de octubre a causa de la niebla, al chocar con unas rocas e inundarse las cámaras de máquinas y calderas.
Bibliografía:
Aguilera, Alfredo y Elías, Vicente.: Buques de guerra españoles, 1885-1971. Editorial San Martín. Madrid, 1980.
Cervera Pery, José.: La guerra naval española (1936-39). Editorial San Martín. Madrid, 1988.
González, Marcelino.: Otros 50 Barcos españoles, Fundación Alvargonzález. Gijón, 2012.
Martínez y Guanter, Antonio L. J.: Un almirante relegado al olvido: Francisco Moreno Fernández. Librerías París-Valencia, 2012.
Diarios ABC, La Vanguardia.
Semanario Vida Marítima.
Compilada por Santiago Gómez.
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