Judocus Peeters

Posted By on 4 de mayo de 2016

 

Almirante de la escuadra de Dunkerque.

Se le otorgó el mando en julio de 1641 de la escuadra al fallecer Horna en junio anterior, zarpando con rumbo a la bahía de Cádiz, en su rumbo se encontró con la escuadra holandesa con rumbo a Lisboa, manteniendo un fiero combate, en el cual a pesar de su inferioridad manifiesta, la bátava era el triple en número de buques, sufriendo la pérdida de un galeón, otros con graves averías, por ello entró en el mar de la Paja con sus tripulaciones muy mermadas y contando con dieciséis buques de guerra la escuadra enemiga. En la reunión planearon conquistar la plaza de Cádiz o bien si no era posible Sanlúcar de Barrameda, considerando sería una empresa fácil.

En su permanencia en el fondeadero coincidió con el avisó de la presencia de una división de la regencia de Argel en las cercanías del cabo de San Vicente, zarpando inmediatamente de la bahía de Cádiz la escuadra de Dunkerque con cinco velas al mando de su jefe Judocus Peeters, cuando alcanzó la escuadra dobló el cabo y al hacerlo se le presentó la escuadra luso-holandesa (Francia había cedido temporalmente bajo contrato su escuadra a los portugueses), eran más de cuarenta y cinco buques enemigos a su proa, ante esto no había posibilidad ninguna, por ello dio la orden de virar y mantenerse en formación cerrada en línea de frente con sus cinco galeones, así se mantuvo todo el 6 de septiembre.

Al anochecer de este día el viento calmó, pasando los enemigos a embarcar en las lanchas y acercándose a los bajeles, quienes además se estaban separando por efecto de las corrientes, les intimidaron a la rendición con oferta de dar cuartel. Judocus mantenía las conversaciones intentando ganar tiempo y ver si se levantaba de nuevo el viento, pues cada uno de sus galeones estaba rodeado por tres o cuatro enemigos, pero en la madrugada del 7 el viento se levantó, momento aprovechado para izar velas y al menos conseguir unirse en fortaleza, comenzando un combate que duró dos días, el tiempo que tardaron en arribar a la bahía de Cádiz.

Los buques sufrieron daños, pero no fueron muy superiores a los que ellos infringieron a sus enemigos. En su ciega persecución llegaron a entrar en la bahía, pero fueron muy bien recibidos al estar todas las fuerzas en sus puestos esperándoles, sobre todo, por haberse cambiado los gobernadores de las fortalezas por ser portugueses, basándose en esa confianza iban tan alegres y seguros de su victoria, pero al sufrir lo que se les vino encima se desengañaron por completo intentar conquistar la plaza, por ello viraron con rumbo a Lisboa pero muchos más mal tratados.

Permanecía en el fondeadero hasta recibir la orden de salir con rumbo a Tarragona, donde al escuadra francesa había bloqueado el puerto en 1642, participando especialmente en el socorro a Colliure; al año siguiente al mando de catorce buques a las órdenes de don Carlos de Mencos participó en el combate del cabo de Gata, contra la escuadra francesa del duque de Brezé, por la manifiesta inferioridad española y el uso de los brulotes, les obligó primero a separarse y después abandonar el mar al enemigo con rumbo a Cartagena.

Al pasar el último de los galeones españoles el duque de III Fernandina, don García Álvarez de Toledo Osorio al mando de la escuadra de galeras de España, cerró la entrada con quince de ellas dando la proa al enemigo, al llegar a la vista el duque francés se apercibió no era tan fácil romper la formación, decidiendo para otro momento intentarlo, por sumarse a esta decisión al llevar varios de sus galeones en muy mal estado por el combate anterior.

En 1646 participó con su escuadra de ocho fragatas y cinco brulotes en el combate y socorro de Orbetello, a las órdenes del conde de Linares, donde de nuevo jugó un gran papel por la velocidad de sus buques, logrando desembarcar tropas que dieron fin de momento al asedio que la plaza soportaba de los franceses.

No disponemos de más datos sobre su vida. Por documentos posteriores debió fallecer en 1646 ó 47.

Bibliografía:

Bauer Landauer, Ignacio.: Don Francisco de Benavides cuatralvo de las galeras de España. Madrid 1921.

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española, desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra. Madrid 1895-1903. Facsímil Museo Naval. Madrid. 1973.

O‘Donnell y Duque de Estrada, Hugo.: Los Álvarez de Toledo el Mar. Junta de Castilla y León. María del Pilar García Pinacho (Ed.) Los Álvarez de Toledo Nobleza viva. 1998.

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