1342 Combates contra moros

Posted By on 6 de marzo de 2016

 

Al mando efectivo de las escuadras coaligadas don Gil de Bocanegra, pronto demostró su valía, pues enterado de que Abu Alhaçan estaba construyendo nuevos buques para unirse a los destacados en Ceuta, zarpó con diez galeras, atacando en mayo de 1342 a la escuadra enemiga compuesta por doce en el puerto de Bullones, apresaron seis, incendiaron cuatro y hundieron dos.

Un tiempo después, enterado de la presencia de trece galeras moras en Algeciras, zarpó con diez castellanas, se presentó en la bahía y por la sorpresa del ataque, apresaron a dos, hundieron cuatro y el resto fue obligado a embarrancar en la costa con muchas pérdidas de hombres, pero sin salvarse ningún bajel.

Sabía que la escuadra mora norteafricana y la del reino de Granada, disponían de unas ochenta galeras más otros buques menores. Y a su escuadra se había incorporado treinta naves redondas del Cantábrico, al verse reforzado decidió pasar al ataque.

Dispuso a las naves redondas en vanguardia y las galeras en línea de frente, los moros no declinaron el combate, haciéndose a la mar en su búsqueda, se encontraron y acometieron, en el enfrentamiento las naves redondas echaron a pique a las seis primeras galeras moras. Más afuera las galeras estaban empeñadas en un duro combate, donde en su centro se batían aferradas las capitanas de Castilla y Portugal, contra las dos capitanas moras, pues ya hacía varias horas estaban empeñados en combate.

Al parecer nadie se empleaba en los timones ni velas, solo causar más bajas a los enemigos, coincidiendo que la corriente mantenía a las cristianas acosando constantemente a las moras, y estas eran duramente castigadas desde las cofas y los puntos más alto de las naves cántabras, consiguiendo al fin dar muerte a los dos jefes moros, al mismo tiempo que eran tirados al agua sus estandartes, motivando que los enemigos se dieron por vencidos.

Con esto consiguieron apresar veintiséis galeras en buen estado, cayendo en manos de Bocanegra los estandartes, armas, cajas de caudales que llevaban para pagar a las tropas de sus presidios y dejando en libertad a todos los bogantes cristianos, los cuales se pasaron en bloque a remar en las mismas galeras pero como libres.

A los pocos días se retiró el almirante de las galeras de Portugal Carlos Pezano, a pesar de los ruegos del rey don Enrique II, pero le regresó la alegría al ver llegar al almirante de Aragón don Pedro de Moncada con veinte galeras, quien le comunicó que en su viaje se había encontrado con una escuadra de trece buques del reino de Granada, a la que había combatido, resultando cuatros rendidas y abarrotadas de pan, significando un alivio para todos, habiendo obligado a embarrancar dos más.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Marina de Castilla. Desde su Origen y Pugna con la de Inglaterra, hasta la Refundición en la Armada Española. Madrid, 1893.

Laurencín, Marqués de.: Los Almirantes de Aragón. Datos para su cronología. Establecimiento Tipográfico de Fortanet. Madrid, 1919.

Salas y González, Francisco Javier.: Marina Española de la Edad Media. Imprenta Ministerio de Marina. Tomo II, 1927. Edición póstuma.

Zurita, Jerónimo.: Anales de la Corona de Aragón. C. S. I. C. Institución ‹Fernando el Católico› Zaragoza, 1967. Facsímil de la Edición Príncipe de 1562 y la mejorada de 1585.

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