1723 — 1724 Aventuras en la mar

Posted By on 12 de agosto de 2016

El 10 de enero de 1723, se levantó un huracán que puso en grave peligro a casi todos los buques, además de ser separados ya que en esas circunstancias cada capitán hacía lo que sabía o podía, el navío de Cornejo fue desarbolado del palo mayor y perdió la caña del timón por su cabeza, obligando a realizar las pertinentes reparaciones de urgencia, posteriormente se encontró con otros dos mercantes pasando a darles escolta, consiguiendo arribar el 6 de febrero al fondeadero de la ría de Vigo, donde alivió el peso del buque, descargando siete millones de pesos en oro y plata más otro de frutas. Dieron a la banda el navío y se reparó todo lo posible, zarpando de la ría de Vigo el 19 de abril y arribando a la bahía de Cádiz el 26 seguido.

El 31 de diciembre siguiente zarpó la Flota de Tierra Firme desde la bahía de Cádiz, con rumbo de nuevo a Cartagena de Indias donde arriba el 19 de febrero de 1724 fondearon, estaba compuesta por los buques; navío de 66 cañones Catalán, capitana y al mando del teniente general don Carlos Grillo, Marqués de Grillo, el navío de 64 cañones Estrella de Mar, alias Gineto ó Sanguineto, la almiranta al mando del segundo de la flota, el jefe de escuadra don Francisco Javier Cornejo, realizando las labores de patache o vanguardia de aviso la fragata de 22 cañones San José, alias Pingüe Volante, al mando del capitán de fragata don Pedro Moyano.

El 13 de marzo zarpó con rumbo a Portobelo, para transportar al nuevo virrey del Perú marqués de Castell Fuerte, formando división el navío del mando de Cornejo un pingüe de 22 cañones y una balandra del porte de 12, al llegar a la ensenada de Tolú se avistaron cuatro velas, pero la distancia aún era de unas cuatro leguas, por ello ordenó forzar de vela, al verlos las enemigas levaron y zarparon a lo máximo de su andar, pero la división española les dio alcance, siendo entonces reconocidas como cuatro fragatas británicas del porte de entre 20 á 36 cañones.

Se entabló feroz combate que duró cuatro horas y cuarenta minutos, terminándose sólo al oscurecer, ocasión aprovechada por las enemigas para darse a la fuga aunque maltrechas, quedando en poder de los españoles la llamada Adriana Catalina, del porte de 22 cañones al mando del capitán Jorge Somiers, quedando incorporada a la Real Armada Española con el nombre de Santa Catalina. En la acción falleció el alférez de navío don Pedro de Rivera más diez hombres, aparte de haber tenido otros cuarenta y seis heridos, su buque no quedó muy bien tratado.

A pesar de ello arribó a Portobelo el 21 seguido donde desembarcó al virrey, quedándose en el puerto para hacer las reparaciones pertinentes, zarpando de nuevo el 7 de abril con rumbo a Cartagena de Indias, arribando el 13 y al medio día falleció don Carlos Grillo, quedando Cornejo desde ese momento como jefe de los galeones de la Flota de Indias.

Permaneció en este puerto por espacio de casi dos años, en los que se pasó muy mal pues se carecía de casi todo y los diferentes buques de la escuadra estuvieron a punto de perderse por falta de fondos para su mantenimiento, consiguió salvarlos por enviar a los capitanes de Infantería don Lorenzo Tablada y don José Herrera a Lima, de donde el primero regreso Tablada con cien mil pesos a los cuatro meses de su partida, más tarde lo hizo Herrera con otros setenta mil, con ellos se pudo repasar los bajeles y alistarlos.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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