1650 Mediterráneo Tortosa
Posted By Todoavante on 16 de mayo de 2016
En 1650 el VIII duque de Alburquerque don Francisco Fernández de la Cueva al mando de cinco galeras de su escuadra y una de Génova, localizó a una escuadra francesa de cuatro buques en aguas de Cambrils. La diferencia de cañones era enorme a favor de los franceses, pero maniobró con cautela hasta producirse una calma, quedando la mar como un manto, aprovechó el momento y atacó en desenfilada a uno de los buques al que en poco más de media hora lo puso fuera de combate, siendo rendido y apresado, era uno de 16 cañones, se le dio remolque por una galera fondeando en el puerto de los Alfaques.
Mientras él se mantuvo en la mar en vigilancia de los restantes, pues tuvo que volver a maniobrar al haberse levantado un poco el viento, pero a media tarde volvió a quedar plana, aprovechando para atacar de desenfilada (por las popas de sus enemigos), consiguiendo en un hora que todos se rindieran. Siendo una de las pocas veces en la que se escribieron unas capitulaciones reconociendo la derrota, dando fe definitiva de la victoria española.
Lo conseguido no era para menos, pues en este combate se había rendido la capitana del porte de 30 cañones, y los dos restante de 20, llevando a bordo quinientos mosqueteros (de mosquetes, no de espada), aparte de ir cargados al máximo de armas, pólvora y víveres, para auxiliar a la población de Tortosa, provocando a su vez que esta plaza fuera tomada, por no haber llegado a tiempo los auxilios. Al llegar la noticia al Rey éste le envío una misiva con grandes halagos a su persona, pues no dejaba de ser una gran victoria, conseguir vencer con seis galeras a cuatro buques redondos, con más del doble de artillería y de hombres de guerra. Así en agradecimiento Real se le otorgó una encomienda por el importe anual de cuatro mil reales.
Al mismo tiempo sobre Barcelona estaba la escuadra al mando de don Juan José de Austria, donde formalizó el sitio, habiendo tenido lugar un brillante y afortunado desembarco de seiscientos hombre, el duelo de la artillería de doce galeras, contra las instaladas en la playa, fue una demostración de poder contra poder y por último el abordaje en Mataró de diez galeras contra un navío, acoderado al amparo de una torre artillada.
También se ensayo un invento que resultó fallido, el cual consistía en colocar un mortero sobre un lanchón, pero al primer disparo éste se desfondó yéndose a pique por el gran peso de la pieza, acompañada del importante empuje al disparar.
Bibliografía:
Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.
Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.
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