Bandera de la Armada 1785

Posted By on 13 de abril de 2023

En vista de lo que acontecía por ser la bandera de España, muy parecida a la francesa, porque ser ambas provenientes de la dinastía de los Borbón, lo era sobre fondo blanco, sólo se distinguían por la Armas de cada Rey, siendo complicado distinguir a cierta distancia una de otra, lo que servía de escusa al Reino Unido para atacar sin previo aviso, y según su conveniencia tanto a unos como a los otros, por esta razón encargo Don Carlos III a su Secretario de Estado y del Despacho Universal de Marina (Ministro de Marina), Teniente General don Antonio Valdés y Fernández Bazán, le planteó un cambio de la insignia Real para la Armada, después de un largo estudio, se le presentaron doce variantes:

Estas son las doce Banderas propuestas al Rey don Carlos III. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

De ellas el Rey eligió dos, una para su Armada Real y otra para su marina mercante, la primera estaba dividida en tres franjas iguales, la primera o más alta en Rojo, la del medio en Amarillo, en su tono gualda (según otros era Oro) y la tercera igual a la primera, colocando en la zona central (Amarilla-Gualda) con su escudo real ovalado, con las armas a la izquierda de Castilla (un castillo en oro, con fondo rojo) y a la derecha de Aragón, (un león rampante el rojo, sobre fondo blanco) y coronada por una corona Real; para diferenciar así mismo a los mercantes, se dividía en un tercio superior dividido por partes iguales en amarillo y rojo, el tercio central todo él en amarillo, y el tercero igual al primero, empezando por el rojo y seguido del amarillo, pero esta sin la corona ni escudo de la primera.

Estas son las Banderas elegidas por el Rey don Carlos III, para su Armada y marina mercante, y gallardete para ambas. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

De hecho el documento firmado por el Rey dice: «Para evitar los inconvenientes y perjuicios que ha hecho ver la experiencia puede ocasionar la bandera nacional de que usa mi Armada naval y demás embarcaciones españolas, equivocándose a largas distancias ó con vientos calmosos con la de otras naciones, he resuelto que en adelante usen mis buques de guerra de bandera dividida a lo largo en tres listas, de las cuales la alta y la baja sean encarnadas y del ancho cada una de la cuarta parte del total, y la de en medio, amarilla, colocándose en ésta el escudo de mis Reales Armas, reducido a los dos quarteles de Castilla y León, con la Corona Real encima, y el gallardete con las mismas tres listas y el escudo á lo largo, sobre Quadrado amarillo en la parte superior. Y que las demás embarcaciones usen, sin escudo, los mismo colores, debiendo ser la lista de enmedio amarilla y del ancho de la tercera parte de la bandera, y cada una de las partes dividida en dos partes iguales encarnada y amarilla alternativamente, todo con arreglo al adjunto diseño. No podrá usarse de otros pavellones en los Mares del Norte, por lo respectivo á Europa, hasta el paralelo de Tenerife, en el Océano, y en el Mediterráneo, desde el primero del año de mil setecientos ochenta y seis: en la América septentrional, desde principio de Julio siguiente; y en los demás mares, desde primero del año mil setecientos ochenta y siete. Tendréislo entendido para su cumplimiento.—Señalado de mano de S.M. en Aranjuez, á veinte y ocho de Mayo de mil setecientos ochenta y cinco.—A D. Antonio Valdés.»

Por las Reales Ordenanzas Generales de la Armada Naval de 1793, se autoriza su uso en las Plazas y Castillos marítimos, así como en todos los establecimientos de la Armada, como Arsenales, Astilleros, Cuarteles, Observatorios, Escuelas de Guardiamarinas y Capitanías de la Armada en los diferentes departamentos, dando lugar que por ser la bandera más vista por cualquiera al entrar en puerto español, se fue generalizando su conocimiento, al cual ya había contribuido y no poco, al ser enarbolada por los buques con anterioridad, por esta razón pasados unos años, se llega al 13 de octubre de 1843, cuando ya reinaba Doña Isabel II, quien siguiendo el consejo de sus ministros, fue declarada bandera de España, por ello pasó a ser igualmente la del Ejército de Tierra y estar enarbolada en todas nuestras embajadas en el mundo, pasando al olvido la Blanca de los Borbón.

Bibliografía:

Azcarraga Doncel, José Luis de: La Bandera de España. Editora Nacional. ASTGI. Coslada. Madrid, 1981.

Fernández Duro, Cesáreo.: Disquisiciones náuticas, Tomo I, pág. 272. Ministerio de Defensa. Instituto de Historia y Cultura Naval. Madrid-1996.

Revista de Historia Militar año LXII 2018 Extraordinario II. Instituto de Historia Y Cultura Militar.

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