Biografía de don Manuel González de Guiral y Corral

Posted By on 18 de abril de 2013

Retrato de don Manuel González de Guiral y Corral. Teniente General de la Real Armada Española. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Retrato de don Manuel González de Guiral y Corral. Teniente General de la Real Armada Española. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Teniente general de la Real Armada Española.

Consejero de S. M.

Cruz de caballero de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III, pensionada.

Vino al mundo en la ciudad departamental de Cádiz, en el año de 1730. Siendo sus padres, don Martín González de Guiral y Concha, y de su esposa, doña Bárbara Corral y Jijava

Elevo petición de Carta-orden y le fue concedida, sentando plaza de Guardiamarina en la Compañía del Departamento de Cádiz el día 5 de julio del año de 1744. Expediente N.º 430.

Fue aprobando los exámenes y al terminar los teóricos pasó embarcado a diferentes buques, sobre todo en los destinados al corso en el Mediterráneo, siéndole otorgado el primer grado de oficial, alférez de fragata el día 28 de octubre de 1751.

Continúo como oficial subordinado con las mismas o parecidas comisiones y destinos, solo con la diferencia de pasar a Tierra Firme, Habana, Veracruz y Antillas, al regresar se le entregó la Real orden fechada el día 4 de octubre del año de 1752 con su ascenso al grado de alférez de navío.

Pasó destinado a los Batallones de Marina durante un tiempo, embarcando con su unidad en distintos bajeles, para darles protección, sobre todo en los cruceros típicos entre los cabos de Santa María y San Vicente, pasando posteriormente a tomar su primer mando de buque, con todo ello trascurrieron los últimos tres años y medio. Estando en el mismo Departamento se le entregó la Real orden de fecha 18 de marzo del año de 1756, con su nuevo ascenso al grado de teniente de fragata.

Siguió con parecidas comisiones, solo que en ocasiones era el mismo Monarca quien lo comisionaba en complicadas relaciones diplomáticas, lo que al poco tiempo se tradujo en una nueva Real orden fechada el día 13 de julio del año de 1760, por la que se le ascendía al grado de teniente de navío.

Realizó navegaciones propias de la época, en diferentes buques y por todos los mares. Incluido el tiempo de permanencia en las islas Filipinas, por donde solían pasar todos los oficiales de marina, a su regreso de éste último destino por Real orden del día 15 de enero del año de 1766 se le asciende al grado de capitán de fragata.

Con este grado, estuvo al principio de Segundo de varios navíos, al tener la suficiente práctica, se le otorgó el mando de una fragata, con la que desempeñó en varias ocasiones una intensa navegación con la Habana y Veracruz, con la principal comisión de portar pliegos a sus respectivos Capitán General y Virrey de Nueva España.

En uno de sus regresos le fue entregada una Real orden fechada el día 21 de abril del año de 1774, con su nuevo grado de capitán de navío, con él y el navío de su mando participó en la expedición a Argel del año de 1775, de triste recuerdo.

Se desplazó inmediatamente al Arsenal de Cartagena donde se alistó una escuadra compuesta por; siete navíos de 70 cañones, doce fragatas, de 26; cuatro urcas, de 40; nueve jabeques, de 22 á 32; tres paquebotes, de 14; cuatro bombardas, de 8; siete galeotas, de 4; doce lanchas cañoneras, sumando en total 1.099 bocas de fuego, a lo que se añadían trescientos cuarenta y ocho buques, al mando del capitán de navío don Antonio Barceló, que transportaban al ejército al mando del conde O’Relly compuesto por veinte mil ochocientos veintidós hombres, de ellos mil doscientos dieciocho a caballo, artillería, mulas, equipo y pertrechos, ingenieros y raciones para dos meses.

Fueron atacados muy duramente y no pudiendo poner a todos los hombres en tierra, se tuvieron que reembarcar, dado sobre todo, que al ser una zona arenosa y con poco calado, los navíos no pudieron apoyar con su fuego el desembarco, puesto que los proyectiles no llegaban a tierra, mientras que la caballería enemiga empezó a hacer mucho daño, siendo cuando don Antonio Barceló se acercó más a tierra con algunos de sus buques ligeros y no se movió hasta embarcar el último hombre, esto a su vez impidió que los enemigos pudieran aumentar el desastre.

Se encontraba en el Departamento de Cádiz cuando le llegó la Real orden con fecha del día 21 de diciembre del año de 1782, por la que era ascendido al grado de brigadier, a los pocos días se le otorgó el mando del navío Rayo, el cual estaba incorporado a la escuadra del mando del teniente general don Luís de Córdova, con ella participó en el combate naval del cabo Espartel el día 20 de octubre contra la británica al mando del almirante Howe, quien aprovechando un temporal consiguió entrar en Gibraltar, desembarcar los refuerzos y los alimentos, zarpando de nuevo, momento en que se mantuvo el enfrentamiento, que por tener los británicos los forros de cobre, pudieron mantener en todo momento la distancia, lo que les permitió dejar fuera de combate a algunos buques españoles, siendo el Rayo por su mal andar uno de los que no pudo dar alcance a los enemigos.

Pasó posteriormente a ser el Capitán de Banderas de la escuadra del mando del general don Miguel Gastón.

Al pasar con destino en tierra se le dio el cargo, de subinspector de la Real Infantería de Marina en el Departamento de Cartagena.

En el año de 1786, se le designó como Presidente de la Real Audiencia y Casa de Contratación de Indias, por lo que estaba residenciado en la ciudad de Cádiz.

Con la llegada al trono de don Carlos IV, lo agradeció en la Armada con una promoción especial, por esta razón recibió la Real orden del día 8 de diciembre del año de 1789, por la que se le ascendía al grado de jefe de escuadra, siendo a su vez confirmado en su puesto.

Permaneció en el mencionado destino, hasta el día 18 de junio del año de 1790, cuando por Real orden fue disuelta la Real Audiencia, siendo por esta razón su último presidente, por la misma Real orden se confirmaba el funcionamiento del Consulado, por ello seguían existiendo el juzgado de Alzadas y Arribadas, de las Flotas provenientes de los virreinatos americanos, en cuyo puesto se le confirmó como Presidente.

Por Real orden del día 4 de octubre del año de 1795, se le ascendido al grado de teniente general y nombrado Consejo de S. M. don Carlos IV.

Falleció en su ciudad natal el día 20 de septiembre del año de 1799, contaba con sesenta y nueve años y nueve meses de edad, de ellos cincuenta y cinco de servicios con el mejor acierto en la Real Armada, sirviendo a España.

Fueron sepultados sus restos con los honores correspondientes a su alto grado, en la iglesia castrense del Hospital de Cádiz.

Entre otras condecoraciones, estaba en posesión de la; Cruz de caballero de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III, pensionada.

Bibliografía:

Enciclopedia General Ilustrada. Espasa. Tomo 26. 1925, página 666.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

González de Canales, Fernando.: Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid, 2000.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

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