1621 – Flota de Nueva España

Posted By on 5 de abril de 2014

 

Mando:

General don Fernando de Sousa.

Almirante don Antonio de Aliri.

Salida:

Zarpan de Cádiz el 4 de julio de 1621. Arriban a Veracruz el 31 de agosto de 1621. (más…)

1618 – Flota de Nueva España

Posted By on 4 de abril de 2014

 

Mando:

General don Carlos de Ibarra.

Almirante don Antonio de Aliri.

Salida:

Zarpan de Sanlúcar de Barrameda el 29 de mayo y de Cádiz el 6 de julio de 1618.

Mercantes:

Navío: Santa Cruz. 500 toneladas. Capitán y maestre don Juan de Alcusta.

Navío: Nuestra Señora de Aránzazu. 500 toneladas. Capitán y maestre don Diego Garcés.

Navío: Nuestra Señora de Valvaneda. 500 toneladas. Capitán y maestre don Pedro Gutiérrez de Espinosa.

Navío: Nuestra Señora de las Virtudes. Maestre don Jorge de Morales.

Navío: Nuestra Señora del Rosario. Maestre don Joan Álvarez.

Navío: La Candelaria. Maestre don Martín de Pedroso.

Navío: Santa Ana María. Maestre don Juan López.

Navío: San Juan. Maestre Sánchez Galdés. A Campeche.

Navío: La Candelaria. Maestre don Francisco Esteven.

Navío: El Frago. Maestre don Pedro Pérez. A Puerto Rico.

Navío: Nuestra Señora Nazarena. Maestre don Miguel Dalbreo.

Navío: Nuestra Señora de la Soledad. Maestre don Juan Santos.

Navío: Nuestra Señora de la Ayuda.

Navío: San Francisco. Maestre don Gaspar Sánchez.

Navío: San Bartolomé. Maestre don Melchor de las Casas.

Navío: La Concepción. Maestre don Diego de los Reyes.

Regreso:

Deja el tesoro en la Habana. Llega a Sanlúcar el 25 de septiembre de 1619.

Bibliografía:

A.G.I. Contratación. 1165, N.1, R. 1, 2, 3.

A.G.I. Contratación, 2.844. Registros de naos que fueron con generales (13 ramos).

Compilada por Santiago Gómez.

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1617 – Flota de Nueva España

Posted By on 3 de abril de 2014

 

Mando:

General don Juan de Salas y Valdés.

Almirante don Juan de Benavides y Bazán.

Salida:

Salen de Sanlúcar el 9 de julio de 1617, y de Cádiz el 17 de julio de 1617. Llevaban 7.000 toneladas de mercancías. (más…)

1616 – Flota de Nueva España

Posted By on 2 de abril de 2014

 

Mando:

General don Juan de la Cueva y Mendoza.

Salida:

Zarpan de Cádiz el 7 de julio de 1616. (más…)

1615 – Flota de Nueva España

Posted By on 1 de abril de 2014

 

Mando:

General don Martín de Vallecilla.

Salida:

En junio de 1615 salen de Sanlúcar hacia Cádiz. Zarpan de Cádiz 39 buques el 6 de julio de 1615. Llevaban 7.000 toneladas de mercancías. Sobre el 30 de agosto sufre la Flota un temporal, donde se hundió el San Miguel. La Flota llega a Veracruz el 4 de septiembre, donde otro de los buques encalla. (más…)

1614 – Flota de Nueva España

Posted By on 31 de marzo de 2014

 

Mando:

General don Juan de la Cueva y Mendoza.

Almirante don Lorenzo Zuazola.

Salida:

Zarpan de Cádiz 41 buques el 7 de julio de 1614. Llevan 7.000 toneladas. Siete buques se hunden cerca de Campeche, durante la noche del 31 de agosto, entre el cabo Catoche e isla Mujeres. Estos buques llevaban mercancías por valor de un millón y medio de pesos y 876 quintales de mercurio. (más…)

1613 – Flota de Nueva España

Posted By on 30 de marzo de 2014

 

Mando:

General don Antonio de Oquendo de Zandátegui.

Almirante don Juan de Benavides. (más…)

1612 – Flota de Nueva España

Posted By on 29 de marzo de 2014

 

Mando:

General don Juan Gutiérrez Garibay.

Salida:

Zarpan de Cádiz en el mes de junio de 1612.

Escolta:

Capitana. Galeón: Jesús, María y José. Dueño don Urbano Pérez de Vivero.

Almiranta. Galeón: Nuestra Señora de la Rosa. Dueño don Tomé Cano.

Mercantes:

Navío: San Francisco. 40 toneladas. Maestre don Asencio Hernández.

Navío: Nuestra Señora de la Concepción. 400 toneladas. Maestre don Fernando Guerra.

Navío: Nuestra Señora del Rosario. Maestre don Juan Melchor Zamorano.

Navío: Nuestra Señora de Loreto. Maestre don Pedro Díaz Franco.

Navío: Nuestra Señora de las Mercedes. Maestre don Alonso Ramos.

Navío: Santa Ana. Maestre don Pedro de Cañas.

Navío: San Cristóbal. Maestre don Ambrosio Manuel.

Regreso:

Llegan a Sanlúcar el 31 de octubre de 1613 en conserva de la Armada de Tierra Firme, mandada por el general don Jerónimo de Portugal y compuesta por cinco galeones.

Bibliografía:

A.G.I. Contratación, 1158, N. 2, R. 1. Registro de varios navíos.

Compilada por Santiago Gómez.

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1611 – Flota de Nueva España

Posted By on 28 de marzo de 2014

 

Mando:

General don Antonio de Oquendo.

Almirante don Pedro de Eyzaguirre.

Salida:

Zarpan de Cádiz en el mes de julio de 1611.

Escolta:

Mercantes:

Navío: Espíritu Santo. Maestre don Juan Romero.

Navío: Salvador María. Dueño el capitán don Martín de Fuica.

Regreso:

Entran a la Habana el 12 de julio de 1612. Se unen a la Armada de Tierra Firme, mandada por el general don Jerónimo de Portugal y la Flota de Tierra Firme, mandada por el general don Juan de la Cueva y Mendoza. Arriban a Cádiz y Sanlúcar en octubre y noviembre de 1612.

Bibliografía:

A.G.I. Indiferente, 449, L. A2, F. 161v-162v. Madrid, 18 de febrero de 1611.

A.G.I. Patronato, 258, N.9, G.1, R.1. Título de almirante para la Flota de 1611 al capitán Pedro de Eyzaguirre. Madrid, 18 de febrero de 1611.

A.G.I. Contratación, 781. Autos entre partes.

Macías Domínguez, Isabel: Cuba en la primera mitad del siglo XVII, página 549.

Compilada por Santiago Gómez.

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1610 – Flota de Nueva España

Posted By on 27 de marzo de 2014

 

Mando:

General don Lope Díaz de Armendáriz.

Salida:

Zarpan en el mes de junio de 1610. Llevaron poca carga, convirtiéndose en una media Flota.

Escolta:

Mercantes:

Navío: Santa Isabel. 140 toneladas. Maestre don Alonso de Vargas Machuca.

Navío: Nuestra Señora de la Cinta. 350 toneladas. Maestre don Mateo de la Torre.

Navío: Nuestra Señora del Rosario. Maestre don Pedro Juan Chico.

Navío: Nuestra Señora de la Concepción. 450 toneladas. Maestre don Fernando Guerra.

Regreso:

Llegan a Sanlúcar en octubre de 1611.

Bibliografía:

A.G.I. Contratación. 1157. N.1, R.1, 2, 3, 4.

Compilada por Santiago Gómez.

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Biografía de don Enrique MacDonell y de Gonde

Posted By on 26 de marzo de 2014

Enrique MacDonell. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Enrique MacDonell. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Teniente general de la Real Armada Española.

Nació en 1748.

Descendiente de una familia irlandesa que vino a refugiarse en España al ser perseguida por su fe católica.

Ingreso el 14 de enero de 1764 prestando sus primeros servicios en el ejército como subteniente en el regimiento de Ultonia, siendo ascendido el 11 de diciembre de 1769 al grado de teniente, y con fecha del 20 de enero de 1774, se le ascendió al grado de capitán. (más…)

Biografía de don José Rodríguez de Arias y Álvarez de la Campana

Posted By on 25 de marzo de 2014

 

José Rodríguez de Arias y Álvarez de la Campana. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

José Rodríguez de Arias y Álvarez de la Campana. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

XXI Capitán General de la Real Armada Española.

 

Gran Cruz de la Muy Distinguida Orden Española de Carlos III, pensionada.

 

Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel la Católica.

Vino al mundo el 26 de septiembre de 1761 en la ciudad de Palma de Mallorca, siendo sus padres don Sebastián Rodríguez de Arias y Mariño, Comisario de Marina de esta provincia y doña Josefa Álvarez Campana y La Vega.

Sentó plaza de guardiamarina el 13 de abril de 1776, en la Compañía del Departamento de Cádiz. Expediente N.º 1.445.

Al finalizar sus estudios teóricos, por orden superior del 12 de noviembre de 1776 embarcó en el navío San Dámaso, perteneciente a la escuadra del marqués de Casa Tilly, participando en misión de protección de los transportes que llevaban a las tropas del general Cevallos, en la expedición contra los portugueses de Brasil, quienes había ocupado tierras pertenecientes a la corona de España, participó en la toma de la isla de Santa Catalina y demás operaciones, hasta ser firmada la paz con éste país el 1 de octubre de 1777 en San Ildelfonso y otro de amistad y garantía firmado en el Pardo el 24 de marzo de 1778.

Regresó a la bahía de Cádiz en el mes de noviembre de 1778, recibiendo la orden de desembarcar para serle entregados sus primeros galones de oficial, alférez de fragata, pues lo era desde el 28 de febrero de 1777.

Se le ordenó embarcar en las fragatas Gertrudis y Bárbara, sucesivamente con las que realizó cruceros de protección del tráfico marítimo proveniente de ultramar, hasta recibir la orden en el mes de mayo de 1779 de trasbordar al navío Vencedor, participando en la campaña naval llevada a efecto por las escuadras combinadas española, al mando del general don Luis de Córdova y francesa, mandada por el conde d’Orvilliers, sobre el canal de la Mancha, obligando con su presencia a la escuadra británica a buscar refugio en sus puertos, razón por la que solo se pudo dar caza al navío Ardent del porte de 74 cañones.

Regresó la escuadra a la bahía de Cádiz, estando en ella se le entregó la Real orden del 16 de septiembre de 1781, siendo ascendido al grado de alférez de navío, en el mes de enero de 1784 se le ordena embarcar en la fragata Bibiana, zarpando rumbo a Tierra Firme donde quedó destinado su buque en comisiones de guardacostas, siéndole ordenado trasbordar a las fragatas Matilde y Rosalía, con las que prosiguió sus servicios en aquellas aguas.

Regresó a la bahía de Cádiz a finales de 1785, siéndole entregada la Real orden del 15 de noviembre de 1784 próximo pasado, comunicándole su ascenso al grado de teniente de fragata, por la misma se le destina a los Batallones del Departamento.

En el mes de febrero de 1787, se le ordena embarcar en la fragata Santa Cecilia, destinada a la escuadra llamada de Evoluciones, al mando del general don Juan de Lángara, realizando cruceros por el Mediterráneo y Atlántico, hasta principios de 1788 por ser desactivada la escuadra, recibiendo la orden en el mes de mayo de embarcar en el navío San Ildefonso, perteneciente a la escuadra del general don José de Córdova, participando en las pruebas de algunos de los navíos recién construidos.

Por Real orden del 12 de julio de 1790, se le ascendió al grado de teniente de navío, recibiendo poco después la orden de embarcar en el navío Miño, zarpando junto a la fragata Minerva con rumbo a Tierra Firme, donde realizó varios cruceros hasta el mes de marzo de 1791, al serle otorgado el mando de la goleta Magdalena continuó realizando misiones de guardacostas por el intenso contrabando, tanto de negros como de armas en las costas de la isla de Cuba, a su vez fue comisionado para verificar las zonas de corte de madera para nuevas construcciones en la zona, realizando la elección de ellas y designar las dársena apropiadas para su carga y transporte al Arsenal de la Habana.

A finales de 1792, se le ordenó embarcar de transporte en la urca Florentina, regresando a la bahía de Cádiz, al poco tiempo se le ordenó embarcar en la fragata Nuestra Señora de la O, perteneciente a la escuadra del general don Gabriel de Aristizábal, zarpando de la bahía de Cádiz con rumbo a Tierra Firme, en prevención de algún ataque a nuestro virreinatos por haberse declarado la guerra a la república francesa.

En el mes de enero de 1793, se le nombró segundo comandante del navío San Juan, en la misma escuadra del general don Gabriel de Aristizábal, participó en las operaciones muy señaladamente contra Bahiaja y Fuerte Delfín, en la isla de Santo Domingo.

En el mes de noviembre de 1795, el general de la escuadra le otorga el mando del bergantín Habanero, estando de crucero se enfrentó en combate contra doce lanchas y botes de un navío y una fragata británicos que le atacaron, siendo rechazados con graves pérdidas.

En el mes de abril de 1797 se le otorga el mando del bergantín Galgo, combatiendo contra uno británico llamado Héroe, posteriormente en noviembre se enfrenta a la fragata de la misma nación Crescent, de 44 cañones, resultando apresado por aplastante superioridad del enemigo, no sin antes haberle causado graves daños.

Se restituyo a la Habana como prisionero, donde se le formó el consabido consejo de guerra, con la sentencia de absuelto, sin menoscabo de su valor y lealtad, con todos los pronunciamientos favorables.

Regresó a la península en el mes de diciembre de 1801, comisionado con pliegos para el Gobierno, al entregarlos se le ordenó embarcar en la fragata Rufina, zarpando de la bahía de Cádiz el 20 de febrero de 1802, transportando los pliegos de la nueva paz con los británicos con rumbo a Valparaíso y el Callo.

Regresó a la bahía de Cádiz de su tornaviaje al mar del Sur, el 30 de mayo de 1803, al desembarcar le fue entregada la Real orden del 5 de octubre de 1802, próximo pasado notificándole su ascenso al grado de capitán de fragata, siendo destinado como sargento Mayor a las Brigadas de Infantería de Marina.

Cuando el 5 de octubre de 1804, fue ataca la división de fragatas del general don José de Bustamante, por otra británica, a la altura del cabo de Santa María, hallándonos en paz con el Reino Unido, España ante este acto de piratería declaró la guerra el 12 de diciembre siguiente.

Por éste motivo se activaron todos los mecanismos, para poner en orden de combate a los buques que se habían desarmado por la paz, por ello se le ordenó embarcar en el navío de tres baterías y 118 cañones, Santa Ana, como ayudante del general don Ignacio María de Álava, quien enarbolaba su insignia.

Participando muy honrosamente en el combate de Trafalgar, el 21 de octubre de 1805, en el que se batió valientemente al lado de su general, demostrando un gran valor ante causas tan adversas, su navío fue uno de los que logró regresar a la bahía de Cádiz el 23 siguiente.

Por Real orden del día 9 de noviembre del año 1805, por la promoción general para todos lo que había participado en el combate anterior, se le ascendió al grado de capitán de navío.

El 7 de de junio de 1806 se le nombró segundo comandante del navío de tres puentes Príncipe de Asturias, insignia del jefe de escuadra don Juan Ruiz de Apodaca, quien al producirse el alzamiento nacional del 2 de mayo de 1808, participó a su bordo en los combates entre los días 9 a 14 de junio a la escuadra francesa al mando del almirante Rosilly, compuesta por los restos del combate de Trafalgar, obteniéndose la rendición de los ahora enemigos de España.

En este mismo mes, el 16, se le otorgó el mando de uno de los navíos apresados, el Héroe, permaneciendo en él hasta el mes de julio siguiente, por haber sido nombrado encargado de negocios y cónsul General de España ante el Sultán de Marruecos, residiendo en la ciudad de Tánger, hasta el 16 de enero de 1809.

Por Real orden del 13 de febrero de 1809, se le otorga el mando de la fragata Cornelia, realizando un viaje de transporte con los prisioneros franceses con rumbo a las islas Baleares, a su regreso fue comisionado para embarcar en su buque al Ministro Plenipotenciario de España en Estados Unidos, don Luis Onís, zarpando de la bahía de Cádiz con rumbo a New York realizando previamente escalas en otros puertos de aquel país, al desembarcar en la ciudad de destino, zarpó  de regreso a la península, fondeando en el bahía de Cádiz en el mes de diciembre seguido.

Unos días después volvía a hacerse a la vela desde la bahía de Cádiz cargado con situado con rumbo a Vigo, aquí después de desembarcar lo transportado abordó el buque el reverendo Obispo de Orense don Pedro de Quevedo y Quintano, por ser miembro del consejo de Regencia de España e Indias, transportándolo a la bahía de Cádiz, siendo de nuevo cargado con situado, zarpando con rumbo a Lisboa, donde lo entregó a los ejércitos aliados para su lucha en la península contra el invasor napoleónico. Así que el coste era a nuestra costa.

Volvió a hacerse a la mar en el 13 de septiembre de 1810 en derrota a Costa Firme, en cuyos mares estuvo al mando de una división naval de nueve buques, encontrándose aquí le fue entregada la Real orden del 24 de mayo de 1811, notificándole su ascenso al grado de brigadier, continuó con la misión encomendada del bloqueó de las costas de Venezuela, tomando una parte muy importante con sus decisiones al contribuir en la pacificación de aquellas tierras hasta 1812, por recibir la orden de regresar a la Habana, donde su fragata en muy malas condiciones pasó a desarme, regresando a la bahía de Cádiz de transporte en una fragata privada.

El 22 de agosto de 1814 fue nombrado Vocal del Consejo de Guerra de Oficiales Generales, para juzgar a todos los marinos que habían permanecido en las filas del Rey intruso o en territorio ocupado por el enemigo.

El 14 de noviembre de 1815, se le nombró comandante general de una división, compuesta por el navío Asía, fragatas Prueba y Esmeralda, más el bergantín Cazador, con una comisión diplomática ante las regencias de Argel, Trípoli y Túnez.

En la corte de Túnez por orden de su Sultán, estaba prohibido presentarse ante él con arma alguna y menos con espadas o puñales, de fácil manejo en espacios pequeños, por ello muy peligrosos en las cortas distancias, además el mencionado Sultán, a buen seguro que lo haría por su propia seguridad.

Pero Rodríguez de Arias hizo caso omiso de esta rigurosa orden, presentándose portando prendido de su cintura su sable de honor; el Sultán le recriminó su actitud y él parsimoniosamente pero con gran energía en sus palabras le respondió: « Siempre llevo mi espada para usarla contra los enemigos de mi Rey y de mi Patria, y contra cualquiera que directa o indirectamente me faltare. »

Ésta contestación fue del agrado del Sultán, permitiéndole permanecer en su presencia portando su espada, por la misma razón, no tuvo objeción en desprenderse de su yatagán (1) y entregárselo como regalo personal a su demostrado valor y como muestra de su aprecio y amistad. A su regreso se le comisionó con su división para realizar los típicos cruceros sobre los cabos de Santa María y San Vicente, en protección del tráfico marítimo proveniente de ultramar.

En el mes de enero de 1819 por pasar a desarme el navío Asía, trasbordó su insignia al Fernando VII, prosiguiendo en los cruceros anteriores, en una de sus arribadas se le comisionó para un viaje a Mahón, regresando a la bahía de Cádiz en el mes de mayo.

Por Real orden del 25 de octubre de 1820, S. M. le concedió por los distinguidos servicios prestados, la Gran Cruz de la Muy Distinguida Orden Española de Carlos III, pensionada.

En 1821 habiendo siendo nombrado comisario General de las Brigadas de Infantería de Marina, pues ya eran de su propiedad las del Departamento de Cádiz, permaneció al mando hasta el 4 de julio siguiente por ser destinado a las provincias de Ultramar como comisario regio, realizó viajes a Costa Firme durante algún tiempo, hasta recibir la orden de regresar, para ello embarcó de transporte en la fragata Pronta desembarcando en la bahía de Cádiz, donde regresó a su destino de las Brigadas de Infantería de Marina.

Por Real orden del 14 de enero de 1823, fue nombrado Comandante General del Arsenal de Ferrol, arribando de transporte en el bergantín Vengador, permaneciendo hasta el 1 de agosto siguiente regresando a Cádiz, donde volvió a tomar el mando de su Brigada el 20 de noviembre siguiente.

Fue ascendido a jefe de escuadra en la promoción del 6 de diciembre de 1829, como un regalo a la Corporación que se llevo a cabo por contraer matrimonio el rey don Fernando VII con la Princesa del reino de Nápoles doña María Cristina de Borbón. Nos dice mucho la situación de la Armada, al comprobar que un marino tan eficaz, horrado y demostrado valor, permaneciera solo dieciocho años con el grado de brigadier.

Redactó un reglamento de pertrechos para los buques de guerra de los diferentes portes, escrito en la ciudad de Cádiz donde tenía su residencia.

En 1829 por tener cumplidos todos los requisitos de la Orden S. M. le concedió la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.

El 3 de noviembre de 1836, se le otorgó el mando interinamente del Departamento de Cádiz, por Real orden del 23 de julio de 1837, se le otorgó el ascenso a teniente general, siéndole concedido en propiedad el cargo que ocupaba, permaneciendo en él hasta el 7 de febrero de 1839.

Se retiro a descansar y recuperar su maltratada salud, por los graves sufrimientos padecidos, por los sinsabores de los acontecimientos, hasta ser llamado otra vez.

Como consecuencia del fallecimiento del capitán general del Departamento de Cádiz, por ser el más antiguo de los tenientes generales se le nombró el 20 de abril de 1840 para ocupar el cargo interinamente, al llegar su propietario le entregó el mando el 25 de junio siguiente.

Por los acontecimientos políticos de 1843, se le volvió a nombrar interinamente, Comandante General del Departamento de Cádiz, permaneciendo en el cargo unos pocos meses, pero en esta difícil época acrecentó más que nunca el aprecio y respeto, del que ya gozaba entre todos los miembros de la Corporación y del Gobierno.

En agradecimiento de S. M. doña Isabel II, por Real decreto del 9 de noviembre siguiente le concedió la Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel la Católica.

El 15 de septiembre de 1847, fue ascendido a la máxima dignidad de la Armada con el grado-cargo de Capitán General y nombrado presidente de la Junta Directiva y Consultiva de la Armada, cargo que en atención a sus muchos años y achaques, sólo lo desempeñó de una forma nominal.

Falleció en la noche 26 de enero de 1852 en la ciudad de Cádiz, contando con noventa y un años de edad, de ellos setenta y seis de servicios, bien se puede afirmar fue toda una larga vida dedicada al servicio de la Armada y de España.

El Gobierno dispuso la traslación de sus restos al Panteón, pero las obras y dilaciones que hubo de sufrir, retrasó su enterramiento en tan sagrado lugar, por ello su hijo el teniente de navío don Rafael de Arias y Villavicencio, solicitó al estar concluido su mausoleo en el año 1857 su traslación definitiva.

Se dispuso que el 5 de febrero de 1858 se verificara sin ceremonia alguna, en expectación de la inauguración oficial del Panteón, pero no termino de realizarse.

Por fin en la mañana del 29 de abril de 1870 se verificó, pasando los restos desde el cementerio de San Fernando al Panteón, con todos lo honores de ordenanza.

El 1 de mayo de 1870 se inauguraba oficialmente el Panteón, recibieron en ese acto cristiana sepultura, con toda la pompa y solemnidad, en unión de los restos del Marqués de la Victoria, don Andrés Reggio, don Gabriel Ciscar, don Luis de Córdova y don Ignacio María de Álava.

Las inscripciones de su tumba dicen:

D. E. P.

Al Excmo. Sr. D. José Rodríguez de Arias

Capitán general que fue de la Armada

Caballero Gran Cruz de la Real y dis-

tinguida Orden de Carlos III de la

Americana de Isabel la Católica y

de la Militar de San Hermenegildo.

Nació en la ciudad de Palma de Ma-

llorca el XXVI septiembre de MDCCLXI

y falleció en San Fernando el XXVI

de enero de MDCCCLII

Ilustróse en su larga carrera con muchas acciones dis-

tinguidas y asistió al combate de  Trafalgar en el navío

« Santa Ana »  de ayudante mayor del Excmo. Sr. D. Ig-

nacio María de Alava.  Español amante de su Patria, ma-

rino esclarecido, padre y esposo tierno y fiel amigo, era

además respetado y querido por representarse en su

persona las antiguas glorias de nuestra Marina.

Su viuda e hijos le erigieron este monumento.

Mausoleo en el Panteón de Marinos Ilustres de don José Rodríguez de Arias y Álvarez de la Campana. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Mausoleo en el Panteón de Marinos Ilustres de don José Rodríguez de Arias y Álvarez de la Campana. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

(1) Yatagán: sable o cuchillo, corvo, ricamente adornado con perlas y piedras preciosas. Y que a su fallecimiento, por testamento, pasó al Museo Naval, donde hoy se puede admirar, siendo una verdadera joya.

Bibliografía:

Alcalá Galiano, Pelayo.: El Combate de Trafalgar. Instituto de Historia y Cultura Naval. Madrid, 2003. Facsímil de la edición del primer tomo en 1909 y el segundo en 1930.

Barbudo Duarte, Enrique.: Apresamiento de la escuadra francesa del almirante Rosilly en la bahía de Cádiz, el 14 de junio de 1808.

Cantillo, Alejandro del.: Tratados, Convenios y Declaraciones de Paz y de Comercio desde el año de 1700 hasta el día. Imprenta Alegría y Chalain. Madrid, 1843.

Cervera y Jácome, Juan. El Panteón de Marinos Ilustres. Ministerio de Marina. Madrid. 1926.

Cervera Pery, José.: El Panteón de Marinos Ilustres, trayectoria histórica, reseña biográfica. Ministerio de Defensa. Madrid, 2004.

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo 51. 1926. páginas, 1280 y 1281.

Ferrer de Couto, José: Combate naval de Trafalgar. Imprenta de D. Wenceslao Ayguals de Izco. Madrid, 1851.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

González de Canales, Fernando. Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid, 2000.

Lon Romeo, Eduardo.: Trafalgar (Papeles de la campaña de 1805). Excma. Diputación Provincial. Zaragoza, 2005. Facsímil.

Marliani, Manuel.: Combate de Trafalgar. Vindicación de la Armada Española. Impreso de Orden Superior. Madrid, 1850.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

Revista General de Marina. Abril de 2002. Página 499.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

Compilada por Todoavante ©

1609 – Flota de Nueva España

Posted By on 25 de marzo de 2014

 

General don Juan Gutiérrez de Garibay.

Salida:

Zarpan 25 naves en el mes de abril de 1609.

Escolta:

Mercantes:

Navío: Nuestra Señora de Loreto. Maestre don Juan Ruiz.

Navío: San Sebastián. Maestre don Pedro Díaz Franco. (más…)

1608 – Flota de Nueva España

Posted By on 24 de marzo de 2014

 

Mando:

Lope Díaz de Armendáriz.

Salida:

Zarpan 47 embarcaciones en el mes de junio de 1608.

Escolta:

Capitana. Galeón: Nuestra Señora de los Remedios. 750 toneladas. Maestre don Domingo de Eguibar.

Mercantes:

Navío: La Concepción. Maestre don Martín de Espilla.

Navío: San Francisco. 350 toneladas. Maestre don Gaspar Lorenzo.

Navío: Nuestra Señora del Rosario. Maestre don Juan Rodríguez.

Navío: Nuestra Señora de los Remedios. 250 toneladas. Maestre don Francisco Castañón.

Navío: Nuestra Señora del Rosario. Maestre don Antonio Malla de Salcedo.

Navío: Nuestra Señora de la Antigua. Maestre don Andrés Lorenzo de Andrada. Para Campeche.

Navío: Nuestra Señora de la Concepción. 400 toneladas. Maestre don Andrés de Colombres.

Navío: San Juan Bautista. 250 toneladas. Maestre don Francisco Díaz de Aguilar.

Navío: Nuestra Señora del Juncal. Maestre don Pedro de Sologuen.

Navío: Santa Isabel. 140 toneladas. Maestre don Juan de Medina.

Navío: Nuestra Señora de la Concepción. Maestre don Alonso Gómez.

Navío: San Pedro. 500 toneladas. Maestre don Gregorio Gentil.

Navío: Nuestra Señora del Rosario y Santo Tomás. 500 toneladas. Maestre don Juan de Celaya Andía.

Navío: San Cristóbal. 300 toneladas. Maestre don Ambrosio Manuel.

Navío: Nuestra Señora de la Candelaria. 500 toneladas. Maestre don Hernando Guerra.

Navío: San Lorenzo. 280 toneladas. Maestre don Diego Garcés.

Navío: Nuestra Señora de la Concepción. 400 toneladas. Maestre don Bernardo de Paz.

Navío: Espíritu Santo. 550 toneladas. Maestre don Cristóbal Romero.

Navío: Nuestra Señora del Rosario. 500 toneladas. Maestre don Juan Rodríguez.

Navío: Espíritu Santo. 400 toneladas. Maestre don Juan de Nájera.

Navío: Nuestra Señora y San Vicente. 250 toneladas. Maestre don Francisco de Vega.

Navío: Nuestra Señora del Rosario. 150 toneladas. Maestre don Rodrigo Madera.

Navío: Nuestra Señora del Rosario. 280 toneladas. Maestre don Antonio Malla de Salcedo.

Navío: Nuestra Señora de la Candelaria. 120 toneladas. Maestre don Miguel de Lizardi.

Navío: Nuestra Señora de la Encarnación. 70 toneladas. Maestre don Francisco de Torres.

Navío: Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza. 270 toneladas. Maestre don Juan Lorenzo Grimaldi.

Navío: Nuestra Señora de los Remedios. Maestre don Baltasar Gutiérrez.

Navío: Nuestra Señora de Begoña. 550 toneladas. Maestre don Lucas de Urquiaga.

Navío: San Pedro. Maestre don Sebastián Ramos.

Navío: Nuestra Señora de la Caridad. Maestre don Luis Pérez.

Navío: Nuestra Señora de la Concepción. 400 toneladas. Maestre don Esteban de Orio.

Navío: San Pedro. 140 toneladas. Maestre don Pedro Cortés.

Navío: Nuestra Señora de la Candelaria. 230 toneladas. Maestre don Diego de Ortega.

Regreso:

En septiembre de 1609 se reúne en la Habana con la Armada despachada a Tierra Firme en febrero de 1609 al mando de don Jerónimo de Portugal.

Bibliografía:

A.G.I. Contratación, 1152A, N. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10. Registro de ida de navíos.

A.G.I. Contratación, 1152B, N. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8. Registro de ida de navíos.

A.G.I. Contratación, 1153A, N. 1, R. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11. Registro de ida de navíos.

A.G.I. Contratación, 1153B, N. 1, R. 12, 13, 14, 15, 16. Registro de ida de navíos.

A.G.I. Contratación, 2982. Papeles de Armada.

Compilada por Santiago Gómez.

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1607 – Flota de Nueva España

Posted By on 23 de marzo de 2014

 

Mando:

General don Juan de Silva. Este general iba destinado a ocupar el cargo de gobernador de Filipinas.

Salida:

Los buques se hicieron a la vela en noviembre o diciembre de 1607. No era realmente una Flota. La Flota, que iba a zarpar al mando del general don Sancho Pardo Osorio, fue cancelada a causa de las escuadras holandesas que estaban acechando y la necesidad de tripulaciones para la Flota de 1608. (más…)

1606 – Flota de Nueva España

Posted By on 22 de marzo de 2014

 

General don Lope Díaz de Armendáriz.

Salida:

Zarparon de Cádiz en el mes de julio de 1606.

Escolta:

La capitana y almiranta no llevaron carga de mercancías. (más…)

1605 – Flota de Nueva España

Posted By on 21 de marzo de 2014

 

General don Alonso de Chaves Galindo.

Salida:

Salen de Cádiz el 12 de julio 34 naves con 150.000 kilos de mercurio (3.276 quintales en 2.184 cajones), a las que se unieron otras 20 naves, 6 de ellas negreras.

La Flota llega a Veracruz el 16 de septiembre del mismo año. (más…)

1604 – Flota de Nueva España

Posted By on 20 de marzo de 2014

 

General don Juan Gutiérrez de Garibay.

Almirante don Juan Gómez de Medina.

Salida:

Salieron a primeros de julio 1604.

A la llegada a Veracruz, el 5 de septiembre, se perdió el galeón Nuestra Señora de Begoña a la entrada del puerto.

Escolta:

Mercantes:

Navío: Santa Ana. 80 toneladas. Maestre don Diego de Urizar. Para Campeche.

Navío: Nuestra Señora del Rosario. 500 toneladas. Maestre don Cristóbal Romero.

Navío: Nuestra Señora del Valle. 170 toneladas. Maestre don Luis Valle.

Navío: San Miguel. 420 toneladas. Maestre don Lucas de Urquiaga.

Navío: San Juan Bautista. 270 toneladas. Maestre don Domingo López de Acuña.

Navío: Nuestra Señora de la Concepción. 70 toneladas. Maestre don Alonso Pérez Montañés. Para Puerto Rico.

Navío: Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza. 280 toneladas. Maestre don Juan Martínez Sobrino.

Navío: Santa María de la Rosa. 400 toneladas. Maestre don Bernardo de Paz.

Filibote: Unicornio. 150 toneladas. Maestre don Juan Bautista de Ávila. Para Santo Domingo.

Navío: Santa María de la Rosa. 500 toneladas. Maestre don Antonio Hernández Barroso.

Navío: San Miguel. 320 toneladas. Maestre don Domingo de Eguibar.

Navío: Nuestra Señora del Rosario. 80 toneladas. Maestre don Manuel de Piña. Para Campeche.

Navío: Nuestra Señora de la Caridad. 500 toneladas. Maestre don Leonardo Doria.

Navío: Nuestra Señora del Rosario. 440 toneladas. Maestre don Santiago de Arrieta. Para Honduras.

Navío: Nuestra Señora de Loreto. 330 toneladas. Maestre don Aparicio de la Helguera.

Navío: Nuestra Señora de la Concepción. 400 toneladas. Maestre don Juan Rodríguez Infante.

Navío: Nuestra Señora de Begoña. 560 toneladas. Maestre don Santos de Bengoechea.

Navío: Nuestra Señora de Arrate. 380 toneladas. Maestre don Martín Franco.

Navío: Nuestra Señora de los Remedios. 450 toneladas. Maestre don Miguel de Olavarría.

Navío: Santa Cruz. 280 toneladas. Maestre don Pedro Vázquez.

Navío: Santa Ana. 170 toneladas. Maestre don Juan Ruiz Gallardo, Para la Habana.

Regreso:

Sale de Veracruz el 14 de junio de 1605.

Llega a Lisboa el 25 de agosto de 1605. Al puerto de Sanlúcar de Barrameda lo hacen en el mes de septiembre siguiente, con 29 buques de guerra y mercantes.

Bibliografía:

A.G.I. Contratación. 1144A, N. 1, R. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8. Registro de ida de navíos.

A.G.I. Contratación. 1144B, N. 1, R. 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15. Registro de ida de navíos.

A.G.I. Contratación. 1144C, N. 1, R. 16, 17, 18, 19, 20, 21. Registro de ida de navíos.

Alcalá-Zamora Queipo de Llano, José (Coord). La España y el Cervantes del primer Quijote. Real Academia de la Historia. Serie Estudios. Madrid, 2005.

Altolaguirre y Duvale, Ángel de, Bonilla y San Martín, Adolfo.: Índice General de los papeles del Consejo de Indias. Real Academia de la Historia. Tomo I. Madrid, 1923.

Marx, Robert F.: Shipwrecks in the Americas. Courier Dover Publications, 1987.

Compilada por Santiago Gómez.

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1603 – Flota de Nueva España

Posted By on 19 de marzo de 2014

 

General don Fulgencio de Meneses y Toledo.

Almirante don Juan Pérez de Portu (Oporto).

El general Meneses muere en Veracruz en 1604 al poco de llegar, siendo sustituido por Pérez de Oporto.

Salida:

Zarpan del río Guadalquivir en junio de 1603 unas 30 naves. Se perdió por naufragio los días 1 y 2 de agosto la capitana y otros dos buques cerca de la isla Guadalupe, donde recalaron para hacer aguada. (más…)

Biografía de don José Sartorio y Terol

Posted By on 18 de marzo de 2014

José Sartorio y Terol. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

José Sartorio y Terol. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

XIX Capitán General de la Real Armada Española.

Vino al mundo el 4 de febrero de 1761 en Cartagena y bautizado en la parroquia de Santa María al siguiente día, siendo sus padres don José Sartorio y Martínez Ronquillo y doña Vicenta Terol López, aprendiendo sus primeras letras en su casa materna, pasando muy joven a ingresar en el Colegio de San Telmo de Málaga, donde realizó sus estudios sobresaliendo en las matemáticas con las mejores notas. (más…)

1602 – Flota de Nueva España

Posted By on 18 de marzo de 2014

 

General don Alonso de Chaves Galindo.

Almirante don Lope Díaz de Armendáriz. (más…)

1601 – Flota de Nueva España

Posted By on 17 de marzo de 2014

 

General don Juan Gutiérrez de Garibay.

Almirante don Miguel Serdán.

Salida:

Zarpa de Sanlúcar de Barrameda el 28 de junio de 1601. Llevaría unas 8.000 toneladas.

Escolta:

Capitana. Galeón: San Juan Bautista y San Juan Evangelista.

Almiranta. Galeón: Nuestra Señora de los Remedios. Dueño y maestre don Juan de Lambarri. (más…)

1600 – Flota de Nueva España

Posted By on 16 de marzo de 2014

 

General don Pedro Escobar y Melgarejo.

Almirante don Juan de Esquivel.

Salida:

Zarpa del río Guadalquivir el 15 de mayo de 1600. A unas 20 leguas de Veracruz azotó la Flota un fuerte temporal el 12 de septiembre. Se pierden los galeones San Antonio de Padua, al mando del capitán Juan de Morales, Santa Catalina de Sena, al mando de Andrés Jiménez. Otras dos naves, mandadas por Mateo Letieta y Rafael Ferrifino también se perdieron. Una quinta nave desapareció. Se perdieron unos 400 hombres. (más…)

Biografía de don Santiago de Liniers y Brémond

Posted By on 15 de marzo de 2014

Santiago de Liniers y Brémond. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Santiago de Liniers y Brémond. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Jefe de escuadra de la Real Armada Española.

Cruz de Caballero de la Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta.

Caballero de la Real y Militar Orden de Montesa.

Vino al mundo el 28 de julio de 1753 en Niort, en Poitiers (Francia), siendo sus padres don Jacobo José Luis de Liniers, Conde Liniers y de doña Enriqueta Teresa de Bremond, a muy corta edad fue llevado por su padre a la isla de Malta, donde quedó internado como paje en la Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta, donde recibió una esmerada preparación cultural y militar, permaneciendo hasta 1770. (más…)

Biografía de don Luis María de Salazar y Salazar

Posted By on 14 de marzo de 2014

 

Capitán de navío de la Real Armada Española.

 

Secretario de Marina, Hacienda y Estado.

 

I Conde de Salazar.

 

Gran Cruz de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III.

 

Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel la Católica.

Vino al mundo en la ciudad de Vitoria el 15 de marzo de 1758, siendo sus padres don Francisco Antonio de Salazar y Bodin, y doña Ana Teresa de Salazar y de Albiz, por circunstancias familiares, fue criado en casa del marqués de Nárros, en la villa de Vergara, quien era hermano de su madre, aquí recibió su primera educación, siendo alumno de la Sociedad vascongada.

Sentó plaza de guardiamarina, por virtud de una Real carta orden del 15 de enero de 1775, en la Real Compañía de Guardiamarinas del Departamento de Cádiz. Expediente N.º 1.366.

Al poco tiempo como práctica de guerra y mar, se le ordenó embarcar a él y varios compañeros de la Compañía, en la expedición contra Argel al mando del general don Pedro de Castejón, llegando a primeros del mes de julio de 1775 frente a esta ciudad, estando embarcado en la bombarda Santa Úrsula, resultando ser una desafortunada acción, regresando a Cádiz y a la Compañía.

En el mes de marzo de 1776, se le ascendió al primer grado de oficial, alférez de fragata, permaneciendo embarcado en la escuadra del general don Luis de Córdova, entre 1779 a 1783, transbordando de un buque a otro para ir familiarizándose con los distintos tipos, participando en las acciones del combate del cabo de Santa María, el 16 de enero de 1780, en el apresamiento del gran convoy británico el 9 de agosto siguiente, en la segunda campaña del canal de la Mancha, durante los meses de junio y julio de 1782, en el bombardeo de la baterías flotantes a Gibraltar el 13 de septiembre siguiente y en el combate del cabo de Espartel el 20 de octubre continuo, entre otras acciones de guerra.

En 1783 participó en el primer bombardeo de Argel, estando esta vez en la escuadra del general don Antonio Barceló, embarcado en la fragata Rufina, pasando a una de las lanchas bombarderas inventadas por el general, con la que prestó distinguidos servicios.

Al regreso de esta expedición, continuó prestando sus servicios en distintos buques y siempre por el mar Mediterráneo, hasta 1788, en este año se le ascendió al grado de teniente de navío.

En 1789, fue destinado a la escuadra del Marqués del Socorro, pero don José de Mazarredo le reclamó como ayudante personal, por ello embarcó en el navío insignia del general, el tres baterías Conde de Regla, participando en la campaña que por precaución de una nueva guerra con el Reino Unido, causada por las diferencia de límites en Nutka se puso en marcha, pero al no suceder, regresaron en el mes de octubre de 1790 a la bahía de Cádiz.

Estando en este fondeadero de la bahía de Cádiz, se le otorgó el mando de la urca Redentora, con la que debía de realizar un tornaviaje con destino a la Habana, viajes entonces muy codiciados por los oficiales, pues era raro no tener que demostrar en ellos su valía, al cual renunció, por no considerarse apto para tal cometido, pero la razón verdadera era que no quería dar de lado a ninguno de sus compañeros, a su regreso en el mes de junio de 1791 fue destinado al Arsenal de Cartagena, donde al llegar se le ordenó embarcar en el navío Terrible.

Estando en este Departamento en el mes de marzo de 1792, fue llamado por el general Mazarredo para que le acompañara a la Villa y Corte, pues éste general estaba entonces redactando las futuras Reales Ordenanzas y pensaba le serían de mucha ayuda sus puntos de vista, a tanto llegó la avenencia entre ellos que lo dejó al cuidado de la impresión de ellas en Madrid.

En el mes de junio de 1793, al declararse la guerra contra la República de Francia se le destinó al navío Triunfante, viajó al Departamento de Cartagena para incorporarse a la escuadra del general don Francisco de Borja, por ser este departamento el de base de la fuerza para combatir a los franceses, al saber de su llegada su general lo reclamó, con la debida petición al Rey, para que fuera su ayudante y secretario, pero en cambio se recibió la orden de que regresará a Madrid, pues había sido nombrado oficial agregado a la Secretaría de Estado del Despacho de Marina, pero desde que se recibió la orden hasta su llegada a la Villa y Corte, siendo el 3 de octubre, al llegar se le notificó habérselo otorgado en propiedad por otra R. O. firmada mientras estaba de viaje.

Continuó en la Secretaria, donde dejó demostrada su valía, pero le acometió una enfermedad que le debilitó, aun así y habiendo sido ascendido a oficial mayor, formó parte de la comitiva Real en el viaje que los Reyes realizaron a Badajoz en el mes de junio de 1801, para pasar revista al ejército destinado contra Portugal.

En el año 1802 volvió a viajar a la ciudad de Barcelona, para las boda del Príncipe de Asturias, con la infanta de Nápoles doña María Antonia y la del príncipe heredero de éste Reino, con la Infanta doña Isabel.

Como era costumbre al celebrarse estos eventos, los Reyes se sentían muy satisfechos, por ello se repartían ascensos y prebendas entre los allegados a la Real familia, por ello al señor Salazar se le ascendió al grado de capitán de navío.

Al poco tiempo se le confirió el cargo de Intendente del Departamento de Ferrol, desplazándose a su nuevo destino en el mes de marzo de 1803, donde permaneció hasta 1807.

Al ser creado de nuevo el Almirantazgo el 27 de febrero de 1807, se le nombró Ministro de él, además de Intendente General de Marina, por esta razón regresó de nuevo a Madrid.

El 24 de noviembre de 1808, se le encargó por la Junta la inspección administrativa de los distintos departamentos de marina, pero a punto estuvo de perder la vida, pues el pueblo recientemente levantado en armas contra el invasor napoleónico, tachaba de traidores a todos aquellos que intentaban abandonar la capital, por ello su coche fue rodeado por la muchedumbre quienes cortaron las riendas del carruaje, viéndose obligado a regresar, consiguiendo salir de Madrid nueve meses después, reuniéndose en la ciudad de Córdoba con sus compañeros, los cuales iban llegando como podían al encuentro.

Pero él no contento con poder haber escapado, quería que su causa se viera en la ciudad de Cádiz, a donde llegó después de muchos sufrimientos, pero al llegar la Junta estaba enterada de su no complacencia con el Rey intruso, pues fuerzas del marqués de la Romana, habían interceptado un correo francés, en el que se hacía saber la oposición y resistencia al nuevo monarca, por parte de los señores don Luis de Salazar y don José de Espinosa Tello. Por ello no se conoce ni tan siquiera se le formara causa contra él.

Pero a los pocos días recibió la orden de la Junta, para que se incorporara a su trabajo de Consejero, aparte de confiarle otros que por sus conocimientos le eran propicios.

En el mes de noviembre de 1811, se le dio un permiso para viajar embarcado hasta Galicia para verificar asuntos de la Junta por espacio de cuatro meses, al término del cual preparado para regresar a la ciudad de Cádiz, el general Castaños le llamó a Santiago, quien le propuso quedarse en estos territorios, donde en esos momentos estaban los ejércitos 5º y 6º, con su cuartel general.

La misión encomendada era la vigilancia y control de la hacienda civil y militar, pues se estaban cometiendo abusos que causaban un grave daño al mantenimiento de los ejércitos, sobre todo en la manutención y esto bajaba la moral de la tropa, al no poder ni siquiera comer todos los días.

Se realizó una consulta al Gobierno de la Junta, pero por el camino se cruzaron las misivas, pues antes de llegar la contestación a Galicia, lo que sí llegó con fecha del 24 de mayo de 1812, fue la orden de la Junta de que Salazar se reincorporará lo antes posible, preparando su viaje por mar de vuelta a Cádiz le llegó la noticia de que se le había nombrado Secretario de Hacienda, con fecha del 23 de junio del mismo año.

Pero él considerando por su gravedad directa en el buen hacer de las armas su permanencia en Galicia, remitió en varias ocasiones la renuncia a su cargo en la Junta, pero ésta no se la admitía, por ello al final tuvo que ceder momentáneamente tomando posesión de la Secretaría el 6 de septiembre, pero de nuevo volvió a presentar su dimisión, la cual por fin le fue aceptada con fecha del 1 de octubre siguiente.

Pero no le dejaban descansar a pesar de su débil salud, pues se le nombró interinamente con fecha del 20 de octubre jefe político de la ciudad de Sevilla, puesto que sí acepto, por no corresponderle un sillón ministerial, tomando posesión de su cargo el 22 de noviembre.

Permaneciendo en este puesto, la Junta siguió insistiendo para que formara parte del Gobierno, ofreciéndole reiteradamente la Secretaría de Hacienda e incluso la de Estado, pero continuó negándose, aún así el 27 de diciembre de 1813, se presentó su sustituto en la ciudad de Sevilla, con la orden de presentarse cerca del Gobierno pero no abandonó el cargo, hasta el 18 de marzo de 1814.

Se le entregó la orden de las Cortes del 1 de febrero de 1814, notificándole haber sido nombrado miembro de la Junta de Crédito Público, por ello se presento en Madrid el 3 de abril siguiente.

El 4 de mayo, por Real orden de S. M. dictada personalmente por el Rey pues no era de las que le daban a firmar, sino que fue decisión suya, se le nombraba Secretario de Hacienda y un tiempo después, se le añadió el de Marina, pero como ya era normal en él, los grandes sillones no eran de su tamaño, se perdía en ellos y eso de no controlar no era de su gusto, no se había sentado cuando a escribir renuncias que lógicamente no le eran aceptadas, hasta que el 24 de enero de 1816, muy contrariado el Rey le envío al capitán general del distrito, para que se preparara a salir de viaje a Vitoria con toda su familia.

Pero aún así se le conservo el cargo efectivo de Consejero de Estado, lo que aminoró su caída que más bien lo deseado por él. Por eso a veces es tan difícil distinguir unas cuestiones de otras y hay que estudiar al personaje, para saber o tratar de hacerlo y sacar a la luz la verdad de las acciones y decisiones que tomaba.

Pero un tiempo después, se le autorizó a establecer su casa en la ciudad de Bilbao, petición que él había realizado. Estando en ella se dedicó a realizar trabajos literarios y a contestar a consultas que desde el Gobierno se le hacían, con referencia tanto a cuestiones de la Marina, como ajenas a ella.

Como era tan conocido, por sus buenos trabajos en casi todos los ámbitos de la administración, en 1819 la ciudad de Bilbao pidió al Rey fuera autorizado plena y exclusivamente al señor Salazar, para controlar la construcción de una plaza muy necesaria para la ciudad, la cual por intereses encontrados entre las diversas administraciones llevaba más de treinta años parada.

Esta petición fue atendida por S. M. quién la autorizó, pero en esas fechas fue restablecido el sistema constitucional, por ello otra vez se le llamó desde el Gobierno, siendo nombrado Secretario de Marina, de nuevo para no perder la práctica comenzó a enviar sus renuncias, pues entendió que la nueva Junta Provisional de Gobierno no era de su agrado.

Su personalidad le permitió comprender a los caídos, pero tampoco eran de su parecer los nuevos gobernantes, por lo exaltado de sus respectivos partidos, por ello y a pesar de ser reclamado por los dos bandos, estos siempre recibían la misma respuesta, que no era otra que la constante negativa a ocupar cargos de sillón.

Por todo ello abandono la capital y retornó a su casa en la ciudad de Bilbao llegando el 20 de mayo de 1820, donde volvió a dedicarse a la literatura, aprovechando el tiempo en realizar muy buenos trabajos.

Al ser invadida España por el duque de Angulema y después de las capitulaciones de los generales Mina, Ballesteros y Morillo, la Regencia que se formo lo nombró Secretario de Marina, pero insistió tanto en su ya conocida negativa, consiguiendo de la propia Junta admitiera su nombramiento pero como ‹ interino ›, como a tal figura en un documento. Aunque de poco le sirvió, pues al poco tiempo con la misma interinidad y por enfermedad de los respectivos secretarios, se le amplió el trabajo, entregándosele las secretarías de Hacienda y Estado.

Se desvivió por intentar recuperar a nuestra maltrecha Armada, por ello cuando la Hacienda lo permitía, se volvieron a construir buques, reparar a los que se podían salvar, reformó diques de protección de puertos y bases, restaurando edificios en los Arsenales, en fin que no decayó un ápice su labor constructora, siempre que el erario público se lo permitiera.

Permaneció en el cargo (y eso que era interino) hasta el 1 de octubre de 1832. En el largo tiempo que estuvo al frente de tanta responsabilidad, se realizaron reformas y reglamentos útiles que permitieron disponer de una mejor información a sus ministerios, pero sobre todo la de Marina, como la mejora efectuada en los llamados ‹ Estados Generales de la Armada ›, dejando una extensa colección de documentos impresos de reales decretos y otras resoluciones que se publicaron estando durante su mando, dejó su puesto el 1 de octubre de 1833, por los movimientos políticos acaecidos durante la segunda enfermedad del monarca don Fernando VII.

Al dejar el cargo se instaló en Madrid, donde falleció en su casa sita en la calle del Lobo, feligresía de la parroquia de San Sebastián, sucediendo el luctuoso suceso el 29 de abril de 1838, cuando contaba con 80 años, un mes y quince días de edad.

Estaba en posesión de las condecoraciones españolas ya descritas, más la Gran Cruz de San Genaro. Nápoles, Legión de Honor. Francia y con la Flor de Lis.

En los referidos espacios de tiempo, en que se dedicó a la escritura, le fueron publicadas las siguientes obras: Un opúsculo « De la venta libre del vino en la ciudad de Vitoria. », bajo el seudónimo de Patricio Victoriano, impreso en Vitoria y después reimpreso en Madrid en 1798, con 300 páginas.

Y con referencia a la Armada: « Carta a D. Antonio Company, editor de las ordenanzas navales de la corona de Aragón formadas el año de 1354. », ésta fue escrita para combatir un libelo, que se había publicado, expresando que en la Armada no habían penas contra la cobardía e indolencia y de dicterios a los marinos; fue escrita a bordo del navío Terrible en tránsito desde Cádiz a Cartagena y no se publicó a pesar de los esfuerzos realizados por el entonces capitán de navío don Antonio de Escaño.

« Examen critico e imparcial sobre el combate naval de la escuadra española con la inglesa del almirante Jervis, en 14 de febrero de 1797. » Se imprimió a escondidas en Madrid, aparentando se había hecho en Barcelona, fue tan grande el aprecio a ésta obra, que se reimprimió en Cádiz dado que la oficialidad de la Armada la agotó en muy poco tiempo.

« Análisis de la ordenanza económica de marina de 1799. », en la que ponía de manifiesto las incongruencias contenidas en ellas; la escribió por orden del Ministro de la Guerra que a su vez lo era interino del de Marina.

« Plan sobre nuevo arreglo de las matriculas de marinería. » Encargada por el ministro de Marina, siendo aprobada por la junta de consejeros de guerra.

« Ordenanza de matricula. » Era una traslación de su anterior Plan, la cual entregó en el mes de mayo de 1801.

« Reglamento para el resguardo marítimo de las costas de la península. » Por encargo y de acuerdo de los ministros de Hacienda y Marina, entrando en vigor en 1801.

« Instrucciones de algunos puntos del régimen económico de arsenales. » Entró en vigor en 1801.

« Discurso sobre los progresos y estado actual de la hidrografía en España. » Imprenta Real. Madrid. 1809, en 4º.

« Juicio crítico sobre la marina militar de España, dispuesto en forma de cartas de un amigo a otro. » Publicada en Madrid entre 1814 y 1815, con una reimpresión aumentada en 1821. Esta obra consta de cuatro volúmenes en 8º, incluye cuarenta cartas, de las cincuenta y cuatro que fueron escritas, quedando catorce inéditas hasta hoy.

Ésta es una clara muestra de lo que cuesta escribir de Historia Naval de España, pues ni siquiera a los propios autores, totalmente autorizados en la materia se les consentía ciertas licencias, pero es nuestro sino.

« Hallar el modo de restablecer la marina de guerra, o cuando menos la esperanza de que se restablezca. » Esta obra también tiene su enjundia, pues le fue solicitada por el Ministro, cuando se encontraba en su retiro forzado de Bilbao, siéndole confidencialmente propuesta en 1818, pero al entregarla ya había cambiado el Secretario, por ello tampoco se publicó y ha quedado en el anonimato más absoluto; se conserva el manuscrito que consta de 610 folios, dividida en dieciséis prolijos estados.

Y por último « Manifiesto del conde de Salazar, a consecuencia de la exposición leída a las cortes generales del reino por el Excmo. señor secretario de Estado y del despacho de Marina en los días 11 y 13 de agosto de 1834. » Publicada en Madrid en octubre de 1834, en 4º y con 44 páginas, en la imprenta de Don Miguel de Búrgos.

Como se podrá apreciar era duro a pesar de su débil salud, constante y excelente trabajador, un impenitente negado a ocupar cargos políticos y un escritor muy ávido, a juzgar por la cantidad de trabajos realizados, demostrando no le importaba (como a tantos otros) cambiar la pluma por la espada o viceversa, debió de ser una excelente persona, tanto de trato como de conocimientos, pues todos reclamaban sus servicios y al igual que tantos otros, un desconocido para la gran mayoría de los historiadores españoles, pero aquí está para ser recordado y que sus desvelos, puedan ver la luz del conocimiento que él poseía. Solo nos queda una pregunta sin respuesta. ¿Por qué todas las personas inteligentes en España se niegan a ser políticos?, es una incógnita que aún está por descubrir, ¡como tantas otras en nuestra Historia!

Bibliografía:

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana. Espasa-Calpe. Completa 116 tomos.

Fernández de Navarrete, Martín. Biblioteca Marítima Española. Obra póstuma. Madrid, 1851.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

Compilada por Todoavante ©