Biografía de don Francisco Vázquez Mondragón y de Pedraza

Posted By on 17 de marzo de 2018

Teniente general de la Real Armada Española.

Caballero profeso de la Militar Orden de Alcántara.

Orígenes:

Vino al mundo en la población de Antequera en el año 1756, fueron sus padres, don Francisco Vázquez de Mondragón y Alarcón o Pasillas, Caballero Maestrante de Ronda y doña Mariana de Pedraza y Enríquez. Siguió a sus hermanos, don José (1737), don Lucas (1739), don Cristóbal (1743), don Luis (1750) (más…)

1624 – Victoria del Marqués de Santa Cruz

Posted By on 2 de marzo de 2018

«Famosa y admirable relación de la gran victoria que el Excmo. Sr. Marqués de Santa Cruz ha tenido contra las galeras de Biserta y Argel, echándoles siete a fondo y tomándole otras seis, después de haber hecho otra presa de cuatro galeones de Túnez con grandísima riqueza, e iban a Alejandría. Año 1624. Impreso en Sevilla, con licencia, en la imprenta de Juan de Cabrera. (más…)

Guadalete bergantín acto heroico 1830

Posted By on 27 de enero de 2018

Bergantín. Dibujo Todoavante.

En 1830 los franceses realizaron su campaña sobre Argel, le fue entregado el mando a don José Morales de una división naval compuesta por el bergantín Realista, en él enarbolo su insignia de jefe, el Guadalete y otro de su mismo tipo más dos goletas.

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1624 – Presas de buques turcos en la Goleta y Nápoles

Posted By on 19 de diciembre de 2017

«Verdadera relación de las famosas presas que por orden del Excmo. Sr. Duque de Alba, virrey de Nápoles, hizo el capitán Salmerón con cuatro galeras en la Goleta, y junto a la Baja Calabria, en el mes de febrero de 1624. Refiriérese la prisión y castigo que hizo en Nápoles al morisco Guadiano, zapatero, natural de Ciudad-Real, famoso corsario y capitán de tres galeotas, y otros moriscos españoles. (más…)

1571 – Galera sultana del Gran Turco en Lepanto

Posted By on 9 de diciembre de 2017

«La real del Gran Turco suele ser de treinta bancos, y a veces de treinta y dos, la cual se arma de esta manera: tiene un cañón en crujía en la proa, y otras seis piezas de bronce, tres a cada lado, y sobre ellas, por las dos bandas, hay seis pedazos de tabla, y en cada uno están clavados seis esmeriles de hierro colado de tres cuartas de largo, que en todo son treinta y seis, y se disparan cada vez los de una tabla; pero nunca se sacan sino en ocasión de pelear, pues cuando no la hay están debajo de cubierta. Entonces se sacan a las dos bandas del árbol mayor en las ballesteras dos grandes pedreros que asestan uno a cada banda, y en la cámara de popa hay dos cañones. En el que llaman allí jardín de popa, hay otras dos piezas pequeñas de bronce en una y otra espalda, donde están las escaleras. Al tiempo de pelear, se asestan otros dos grandes pedreros, que en todo son quince piezas y treinta y seis esmeriles. Lleva en cada ballestera tres soldados, y un turco buena boya en cada banco, que en tiempo de necesidad dejando los remos toman las armas, sin los cuales hay veinticinco soldados en popa, y otros veinticinco entre marineros y soldados en la proa, que entre todos compondrán el número de 300 hombres de pelea. (más…)

1624 – Presa de escuadra turca por la de Nápoles

Posted By on 3 de diciembre de 2017

«Presa que D. Diego Pimentel (que esté en el cielo), general de la escuadra de Nápoles, hizo a la vista de las islas de San Pedro con ocho galeras de su escuadra, cuatro de Florencia y tres del Papa. Dase cuenta de la muerte de este General y de quién era el corsario a que venció, el valor de la presa, muerte de los turcos y libertad de muchos cristianos. Con licencia, impreso en Madrid por Juan Delgado, y por su original en Sevilla por Diego Pérez. Año de 1624. (más…)

1623 – Victoria de cristianos sobre turcos 4 / X

Posted By on 15 de noviembre de 2017

«Famosa victoria y grandiosa presa que algunas galeras de Nápoles, Florencia y Sicilia alcanzaron de un renegado morisco natural de Osuna, general de ocho galeras del Turco. Miércoles 4 de octubre, día de San Francisco de este año de 1623. Con licencia en Montilla, por Pedro Navarro. Año 1623. (más…)

Biografía Octavio de Aragón

Posted By on 8 de noviembre de 2017

General de las Galeras de Nápoles y Sicilia.

General de la Caballería en Nápoles.

Capitán de tropas en Flandes.

Caballero de la Real y Militar Orden de Santiago.

Vino al mundo en Palermo por 1565, era hijo de don Carlos de Aragón, y desde muy niño a su hijo lo dedico a la carrera de las armas. (más…)

1623 – Apresamiento de galeras turcas 21 / X

Posted By on 31 de octubre de 2017

«Relación de la grandísima victoria que Su Alteza el señor príncipe Filiberto de Austria, virrey de Sicilia, alcanzó en mar y tierra, tomando ocho galeras turcas con rica presa y con muerte y prisión de tres mil infantes y mil caballos turcos, que venían a saquear la ciudad de Noto, junto a cabo Pasaro, en la dicha isla de Sicilia, por venta de un renegado calabrés, vecino de Noto, y de un turco que se huyó después de haber estado trece años cautivo en la dicha ciudad. Refiérese el castigo que hizo en los traidores y el martirio que dieron en Constantinopla, por indicios de que los descubrió, a un caballero aragonés cautivo, que envió el aviso de la traición a Su Alteza. Ganóse esta victoria sábado, al alba, día de Santa Úrsula y las once mil vírgenes, 21 de octubre de 1623 años. Con licencia de señor licenciado. Veas Bellón, oidor de esta Real Audiencia de Sevilla, lo imprimió Juan Serrano de Vargas y Ureña, año de 1624. (más…)

1624 – Memorial que la duquesa de Osuna entregó a S. M.

Posted By on 22 de octubre de 2017

«Señor: Pudiera llegar a los pies de V. M. con mucha confianza de pedir mercedes, por los aventajados servicios que el Duque de Osuna, mi marido, ha hecho a su Real corona, pues sabe V. M. que los que han llegado a su noticia después que salió de la niñez, de las glorias de sus armas, y del terror que de ella han tenido sus enemigos, son ejecuciones del valor de mi marido, sin duda semilla de sus emulaciones y del trabajo en que se halla. No quiero por ahora suplicar a V. M. por mercedes y gracias, que como son en la moneda que pagan los reyes, estoy cierta que tenemos segura esta partida. Vuestra Majestad. Dios le guarde, es rey católico, por renombre, por ejercicio; justicia pido y desagravio. (más…)

1621 – Combate entre cristianos y moros frente a Xio

Posted By on 9 de octubre de 2017

«Relación certísima de la gran batalla y feliz victoria que al presente han tenido 13 galeras cristianas, dos del Duque de Tursis, dos de Sicilia, seis toscanas y tres de Malta y el gran bajel de aquella religión y otro flamenco, contra 25 vasos diferentes de corsarios turcos y moros y del inglés Sansón. Refiérense hechos notables de los nuestros y grandiosa resistencia de los enemigos, la cantidad de la presa, muertos, heridos y cautivos, y el número de los cristianos que hubieron libertad. Dase cuenta asimismo de la famosa y rica presa que siete galeras de Francia hicieron a vista de Argel en aquel puerto. Carta original a la letra que de Malta enviaron a D. Francisco Zapata, caballero del Orden de San Juan y general de las galeras de Cataluña. Impresa con licencia en Sevilla en casa de la viuda de Clemente Hidalgo, año 1621. (más…)

1618 – Increíble hecho de armas en Constantinopla

Posted By on 5 de octubre de 2017

Fuego que a la ciudad de Constantinopla y Armada del Gran Turco echó el alférez García del Castillo Bustamante, natural de esta ciudad de Sevilla. – Con licencia, en Sevilla, por Juan Serrano de Vargas, año 1618, en folio. (Tuvo lugar la acción el 29 de abril.)

«Habiendo de salir Jimusbey-bajá por general de la gruesa Armada que el nuevo Gran Turco tenía prevenida para ir contra Sicilia mandó (por honrarle y obligarle) hacer grandes fiestas de juegos, invenciones, encamisadas y fuegos (como prometiéndose ya la victoria) para con ellos animar más a los capitanes y soldados que habían de ir en la jornada; pero no sucedió como pensaban, porque en el medio que ellos andaban ocupados en sus algazaras y fiestas, les armaban (con ingenio y ánimo español) otra mejor fiesta para nosotros (aunque amarga para turcos y judíos), algunos de los cautivos cristianos de más confianza y que con más libertad andaban por Constantinopla, cuya cabeza de ellos y del heroico hecho fue el famoso sevillano, el alférez García del Castillo Bustamante, el cual cautivaron en una salida que hizo estando en la Mamora, y de amo en amo paró en Constantinopla, en servicio de Toquiés Subaxi, mayor de Constantinopla, que es lo mismo que presidente de la justicia criminal, del cual hacía su amo gran confianza, y le quería mucho por ser de claro ingenio, valiente, muy servicial y que le trataba mucha verdad.

Viendo Bustamante tan buena ocasión, y que andaban los bajaes, cadiles, cheres, visires, sanjacos y el berglerbey de mar y otros señores, todos principales cabezas del gobierno de la ciudad y de las provincias del Turco y Armadas del mar, ocupados en sus fiestas, no la quiso perder, antes dio parte de su intento al valeroso Marcos de Pinto, famoso arquitecto, natural de la insigne ciudad de Salamanca en Castilla la Vieja; el cual asistía dentro del alcázar y serrallo principal del Gran Turco, a quien estimaba por ser gran artífice y famoso en las labores mosaicas y no menos osado y valiente que el alférez.

Estos dos con muy gran secreto convocaron más de treinta cautivos cristianos, y dándoles cuenta de lo que querían hacer, ordenaron que el día de San Pedro Mártir, domingo 29 de abril en la noche (que era el quinto de las fiestas), en tanto que andaban divertidos y ocupados en los regocijos, cada uno a un mismo tiempo que señalaron, pegase fuego a la casa de su amo por alto y bajo, y lo mismo hiciesen en otras de otros vecinos, que ellos harían lo mismo en casa del subaxi y en el palacio del Emperador. Esto así concertado no lo encomendaron a perezosos, porque el día concertado, a cosa de las nueve de la noche, parecía toda la ciudad de Constantinopla, mirada desde fuera, un cuerpo de luminaria, según andaba listo el fuego saltando de unas en otras casas; hasta la mezquita mayor, una de las mejores, hermosas y más ricas fábricas del mundo, se abrasó toda por lo alto, y las puertas, que son cubiertas de bronce, de hermosas labores, se derritieron y se quemó la madera.

Está el palacio o serrallo principal junto a la mezquita, y dispuso Marcos de Pinto tan bien el fuego, que no se escapó de hacer ceniza sino las piedras, de forma que hubo de salir a toda prisa el Gran Turco y sus mujeres.

Era tan grande la confusión de aquellos perros, y tanta la prisa que daban los bajaes a los ciudadanos turcos y judíos, que acudiesen al remedio de la gran mezquita y palacio, que por acudir a ello se quemaron otras dos mezquitas de famosa fábrica y más de cuarenta mil casas, con todo lo que había dentro, y me contó un judío, que casi los más vecinos, en lugar de socorrer sus casas y haciendas, salían huyendo al campo, y éstos fueron discretos, porque la mayor parte de los que acudieron al socorro los cercó el fuego y los hizo cenizas.

Había en el puerto más de doscientos vasos de guerra y mercaderes, y viendo el fuego acudieron al socorro, dejándoles casi solos y estando en la parte de la mar escondidos el alférez Bustamante, Marcos de Pinto y casi todos los cómplices, dijo Pedro de Chavez, extremeño: «Estos perros andan medrosos y confusos; demos en el Armada y abrasémosla»; al punto lo pusieron en ejecución, y metiéndose en la barca que el Gran Turco tiene en la puerta falsa del palacio, que está sobre la mar para su recreo, dieron en una galera, donde entraron con facilidad por haber poca gente en guarda de ella, y de los forzados cristianos, y acudieron unos a desherrar a los forzados cristianos, y otros a matar a los que no lo eran, se alzaron con ella, saltando en las demás y haciendo lo mismo con facilidad y casi sin ser sentidos, porque las voces y ruido de la ciudad lo encubrían todo.

Habiendo hecho esto, y dado libertad a los cristianos de las galeras, se repartieron en cuatro galeras más de dos mil cautivos cristianos de diferentes naciones, con las cuales y con barcas, en que saltaron algunos para el efecto con las bombas y artificios que tenían prevenidos para la jornada, pegaron fuego a las demás galeras ya todo el resto del Armada, sin que se escapase de abrasarse un solo vaso.

Viendo, pues, el alférez Bustamante cuán bien se había negociado, a toda prisa, remando el que más podía, salieron del puerto sin ser impedidos de los centinelas y guardas de castillos y baluartes, porque entendían que salían huyendo del fuego y en especial, viéndolas con claridad del fuego del Armada y de la ciudad, ser galeras turquescas de las prevenidas para la jornada.

Escaparon de esta forma del puerto, dando infinitas gracias a Dios, y se encaminaron para Malta, no dejando en el camino enemigos a quien no diesen caza, pues cuando llegaron a Malta se había hecho Armada de treinta velas, que habían venido tomando por el camino en diferentes pasos, de forma que pusieron en cuidado al Gran Maestre y a los ciudadanos de ella, previniéndose a toda prisa y acudiendo a los muros de la ciudad, y a los baluartes de la defensa de la mar, la cual confusión duró hasta que enarbolaron banderas blancas de paz, y con cruces, de que se maravillaron mucho los que estaban en los muros, hasta que saltó en una falúa el alférez García del Castillo Bustamante, Marcos de Pinto y otros seis camaradas, y con bandera de paz llegaron a Malta, donde los malteses los recibieron con gran gusto y deseo de saber lo que sería, y así, acompañados de muchos caballeros, fueron a besar las manos del Gran Maestre, el cual los recibió con mucho amor y caricias; y después de haber usado algunas cortesías, les contó todo el suceso, de que recibió tan gran gusto el Gran Maestre y los demás comendadores que estaban presentes, que de alegría se les saltaban las lágrimas.

Envió luego el Gran Maestre al comendador D. Francisco de Vargas, capitán, y otros tres comendadores con orden que entrase la Armada en el puerto, la cual entró con gran bizarría, haciendo salva con toda la artillería, y respondiendo con la suya los baluartes y torres de la ciudad, repicando las campanas y haciendo otras muchas alegrías militares. Desembarcó toda la gente en orden, saliéndolos a recibir su capitán en compañía del Gran Maestre y comendadores, y así todos juntos, con el aplauso y grandeza que pudiera entrar en Roma triunfando, en tiempo de los romanos, fue llevado y su gente, dándoles a voces el pueblo el parabién de tan famoso hecho, hasta la iglesia de San Juan Bautista, donde fueron recibidos con Te Deum laudamus.

Habiendo hecho oración, hizo alojar a todos, encargando los regalasen, lo que no había necesidad de encomendar, porque todos los vecinos acudieron con mucho gusto a llevar a su casa los que su posible alcanzaba a poder regalar. El Gran Maestre aposentó en su palacio a García del Castillo Bustamante y a Marcos de Pinto, y los demás caballeros llevaron a sus casas algunos que parecían ser principales. Mandó aquella tarde prevenir con que se vistiesen cada uno a su usanza, y habiendo pasado la tarde en pasear por la ciudad y en contar por diferentes corrillos el principio y fin del suceso, se encendieron a la noche luminarias, disparando la artillería y haciendo los comendadores una famosa encamisada.

El día siguiente se hizo una solemne y vistosa procesión, acompañándola con velas encendidas los victoriosos, y los caballeros con sus mantos, clerecía y música, llevando en ella en una rica custodia con un bizarro palio el Santísimo Sacramento, la imagen de Nuestra Señora, de San Juan Bautista y de San Luis, rey de Francia, y el rico tesoro del lignum crucis, reliquia que los antepasados de aquellos caballeros trajeron de Jerusalén, llevados a trechos de la procesión los gallardetes y estandartes turquescos por el suelo, al son de cajas bélicas. Pasó el día entretenido todo en fiestas, y el siguiente mandó el Gran Maestre aderezar las galeras a la española, y meter chusma y munición de guerra, y acompañándolas dos galeras de Malta, todas seis fueron a llevar la gente a Nápoles y Sicilia, con mandato expreso que, echada la gente en tierra, entregasen las cuatro galeras a cualquiera de los dos virreyes, para servicio de S. M.

La noche del incendio se fue huyendo el Turco a la ciudad de Pera, que está por mar un tiro de arcabuz de Constantinopla, y por tierra cuatro leguas, donde esotro día le llevaron la triste nueva, diciéndole se había abrasado su palacio con el tesoro, joyas, vestidos y las cosas de su servicio, caballos y más de quinientos genízaros, gente de mucha estima para la guerra; y la mezquita mayor, con las dos famosas que hicieron Sultán Mahometo y Sultán Bayaceto, dentro de las cuales había muerto abrasado Lutfi-Candí, alfaque mayor de Constantinopla, con más de cuarenta mil casas con sus haciendas y mercaderías, que importaban más de veinticinco millones, y que faltaban más de doce mil personas, entre los cuales echaban menos el general de la Armada y el primer Visir de Constantinopla, y dos bajaes y otros gobernadores, y que asimismo no había quedado una tabla de toda la Armada. Sintiólo tanto, que llegó a la muerte e hizo atormentar a matar muchos cristianos para saber de ellos algo, hasta que trajo la nueva un mercader griego que se había escapado de las cuatro galeras. Envió a pedir sus galeras y a los delincuentes al Gran Maestre, y que si no se los daba iría todo su poder y cercaría a Malta hasta tomarla, y castigarlos como amparadores de quien tan gran mal había hecho. Respondió que estaban ellas y ellos en Nápoles, y que aunque los tuviera, no se los diera, antes los amparara con todas sus fuerzas, y que hiciese lo que quisiese, que ellos resistirían, como lo habían hecho en otras ocasiones.

Enojado de la respuesta, previene gruesa Armada, y el Gran Maestre fortalece la ciudad y ha enviado a Nápoles el gran galeón a dar aviso al Excmo. Duque de Osuna, para que esté a la mira de lo que sucediere.»

Hay muchos hechos de armas pequeños y grandes que son conocidos con mayor o menor profundidad, por contra éste se encuentra escondido en la obra de referencia y que sepamos nada difundido, cuando por su grandeza debería serlo y mucho más. En él hay de todo, ese gran valor de unos pocos contra varios miles, pero actuando en “guerrilla” (nuestra mejor forma de combatir ya demostrada a lo largo de los siglos) alcanzar los objetivos incluso superiores a lo previsto, a su vez vemos la traición de ese griego que a pesar de haber ayudado al buen fin del enfrentamiento, es capaz de burlar de nuevo a sus compañeros de armas y comunicarlo al Gran Turco, demostrando que siempre hay un traidor al menos en cada hazaña, algo tan común entre los españoles que llega a nuestros días, pero no es otro nuestro sino, por desgracia para este hermoso, viejo y afable país que no es otro que España.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo: El Gran duque de Osuna y su marina. «Sucesores de Rivadeneyra». Madrid. 1885.

Transcrito por Todoavante.

1620 – Despacho del Rey mandando al Duque de Osuna vender los galeones

Posted By on 3 de octubre de 2017

«El Rey. — Ilustre Duque de Osuna, primo, mi virrey lugarteniente y capitán general del reino de Nápoles. Demás de lo que se os escribe en otra carta que va con ésta acerca de los seis galeones que han de quedar y conservarse ahí de los seis que habéis vendido al patrimonio, y habrán de ser los que allí se nombran, he resuelto que los otros se vendan y que se saque de ellos lo más que se pudiere, para ayuda al gasto de los seis que se han de sustentar como va dicho, pues por agora no se puede hacer nada más, respecto del estado en que está ese patrimonio; y ordenaréis que los dichos seis galeones estén a cargo de Martín de Rivera, con el título de Almirante que le habéis dado y él a orden del mi Capitán general de las galeras de esa escuadra, dándole la instrucción que os pareciere más conveniente para lo que hubiere de hacer, atendido a que limpie de corsarios el mar Mediterráneo y las islas, pues éste es el principal intento de conservar ahí esos bajeles, y con esto cesará el fin que se llevaba de hacer general a D. Octavio de Aragón, de que se os avisó antes de agora, para vos solo. De Madrid a 28 de enero de 1620. — Yo el Rey. — Antonio de Aróstegui.» Documento en la Biblioteca Nacional, manuscrito Hoja 53, folio 576.

Así era como funcionaba España en aquel principio de decadencia casi total y absoluta. Una más.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo: El Gran duque de Osuna y su marina. Madrid. 1885. Sucesores de Rivadeneyra.

Transcrito por Todoavante.

1618 – Combate de Don Octavio de Aragón en aguas de Valencia

Posted By on 2 de octubre de 2017

«Relación de las famosas presas que por orden del Excelentísimo Duque de Osuna, virrey de Nápoles, tuvo D. Octavio de Aragón en fin de mes de abril y principios de mayo del presente año en el canal de Constantinopla, Levante, costas de Berberia y de Valencia, en las cuales dichas partes tuvo reñidas batallas y tomó veinte vasos, galeras, galeotas, fragatas, saetías, barcos y navíos, con gran número de turcos y moriscos valencianos. Documento impreso en Sevilla por Juan Serrano de Vargas, año 1618, en folio. (más…)

1682 – Obligando a genoveses y holandeses a saludar el Pabellón de España

Posted By on 30 de septiembre de 2017

El 8 de julio de 1682, tuvo un suceso, que el mismo Marqués de Villafiel pone en conocimiento del Rey don Carlos II. De cómo obligó a saludar a una nao de Génova y otras de Holanda: (más…)

1680 – Galeones holandeses para España

Posted By on 21 de septiembre de 2017

El encargo se formalizó en 1680 con la empresa -Casa de Valentín Pérez Dunslague- Secretario del Rey y factor general de pertrechos para la Armada, otorgándole asiento para construirlos en Holanda. (más…)

1673 – Reprimenda Real

Posted By on 3 de septiembre de 2017

«La Reina. (Doña Mariana de Austria) — Almirante general D. Diego de Ibarra, del Consejo de Guerra: Háseme dado cuenta de lo que en carta de 14 de Mayo de este año respondeis al despacho en que os mandé dijeseis los motivos que os movieron á no abatir á la Almiranta Real de la armada del Océano el estandarte de la capitana de galeones con que este año venisteis de Indias, en conformidad de la órden que para ello mandé expedir y se os entregó, y decís que los motivos que para ello tuvisteis, fueron que cuando el Príncipe de Monte-Sarcho pasó con la Almiranta Real por la capitana de galeones, fué de vuelta encontrada y con tal celeridad, que aún no hubo tiempo para concluir los saludos de las voces, estando vos muy sobre la boca de la bahía de Cádiz y á la vista del estandarte que tenía arriba la Almiranta de los bajeles de Francia, que estaba en ella, y que por esto y por haberse apartado el Príncipe la vuelta de Poniente con el motivo que apuntais, os pareció que abatir el estandarte en aquella ocasion y paraje y entrar sin él en la bahía tendria graves inconvenientes, á que añadís que desde el mismo paraje se alcanzaba á ver el estandarte de la Capitana Real de la armada del Océano, que estaba en la Carraca, por cuya consideracion y entender era del Real servicio, os resolvisteis á entrar con el vuestro arriba hasta propasar á la Almiranta de Francia, y luégo que lo hicisteis lo quitasteis en obsequio de la Capitana Real, que era el que entónces estaba á la vista, y que el no haber saludado á la Almiranta del Océano con artillería fué por estar prohibido en la armada de la guarda de Indias semejantes salvas, porque no se gastase en ellas la pólvora; y enterada de todo, he resuelto deciros que vuestra representacion no satisface, porque debisteis ejecutar mi órden, de que estabais noticioso, y que en no haber abatido el estandarte de la capitana de galeones á la Almiranta de la armada del Océano y saludado luégo que la disteis vista, faltasteis á la ejecucion de mi Real órden, y más con la circunstancia de haber sido á vista de la Almiranta de Francia, y así ha parecido reprenderos y advertiros que para lo de adelante seais muy observante de las órdenes que os dieren, ejecutándolas puntualmente, sin darlas interpretacion ni valeros de pretextos especiosos, pues lo que os tocó y puede tocar es la obediencia, y para que no se incida en semejante exceso, he mandado se tome razon y ponga copia deste despacho en los libros de la armada del Océano y en los de la guarda de Indias, para que se tenga presente en todas ocasiones, y en cuanto excusar los saludos con pólvora, se seguirá el estilo que se hubiese tenido en la armada de la carrear de Indias. De Madrid á 28 de Julio de 1673. — YO LA REINA. — Por mandato de S. M., Bartolomé de Legasa»

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Transcrito por Todoavante.

1660 – Orden de preferencia en las escuadras de Galeras

Posted By on 27 de agosto de 2017

«El Rey. — Por cuanto el Marqués de Bayona, mi Capitan General de las galeras de Nápoles, con ocasión de su llegada á las costas de estos Reinos, escribió pidiendo se le declarase la forma en que se habia de gobernar en la Capitana de mi escuadra de España, caso de concurrir juntas, y sobre el punto de lugares escribieron también el año de 1658 el Duque de Tursi, Capitan General de la escuadra de Génova, y D. Melchor de la Cueva y Enriquez, á cuyo cargo está el gobierno de la de España, asistiendo ambos en Barcelona, habiéndome dado cuenta de ellos por el mi Consejo de Estado, y Guerra y Pleno, y de lo que en la materia se ofrecia, y ejemplares de concurrir la Capitana de España, con Gobernador, con las de Nápoles, Sicilia y Génova, estando en ellas los Generales propietarios, he resuelto declarar, como en virtud de la presente declaro, que en cualquier concurso de escuadras de galeras, que ahora y en lo de adelante se ofrezca, donde se halláre la Capitana de España, ha de tener ésta el primer lugar por la representación del Estandarte Real de estos Reinos que en ella se arbola, aunque en las otras se halle embarcado General propietario, y no le haya en las de España, sino Gobernador ú otro cualquier Cabo, si bien ha de gobernar el general cuanto á las órdenes; pero las faenas han de empezar en virtud de ella por la Capitana de España, que debe y ha de tener, como va dicho, el primer lugar. Por tanto, en virtud de la presente, mando que así se ejecute por todos los Capitanes Generales de la escuadra de Italia y Gobernador o Cabo de las España, sin dar lugar á controversias, por lo cual se tomará razón de la presente en los libros de Veeduría y Contaduría de las dichas galeras de España, que harán notoria esta declaracion en los casos que convenga, y por lo que toca á las otras galeras de Italia, he mandado que por vía de Estado se den las órdenes convenientes para que tengan ejecucion lo resuelto en lo que va referido. — Dado en Madrid á 15 de Noviembre de 1660.  Yo El Rey. — Por mandato del Rey nuestro seños, D. Diego de la Torre y Arana.» (1) (más…)

1785 Banderas de los Departamentos marítimos

Posted By on 26 de agosto de 2017

Bandera del departamento de Cádiz. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Bandera del departamento de Cádiz. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

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1641 – Azogue

Posted By on 22 de agosto de 2017

Azogue.: «Açogue. Es un género de metal líquido y fluido muy conocido, de color de plata, que por cuanto parece plata derretida, que va corriendo a una parte y a otra; (más…)

Presas de la Armada Española 1779-1828

Posted By on 19 de agosto de 2017

Presas de la Armada Española 1779-1828

Presas de la Armada Española 1779-1828

Volúmenes: 1

Subtitulo: Listado de buques de guerra apresados e incorporados a la Real Armada por apresamiento. (más…)

1639 – Instrucciones de don Antonio de Oquendo

Posted By on 13 de agosto de 2017

Tocó la armada de don Antonio de Oquendo en Coruña donde se le unió la escuadra de Dunkerque, la mejor dotada y adiestrada. Dictó unas Instrucciones diciendo: (más…)

1635 – Órdenes del Consejo de Indias

Posted By on 12 de agosto de 2017

Don Lope Díaz se presentó en ciudad Méjico a finales de 1635 tomando posesión de su cargo como Virrey de Nueva España. (más…)

1635 – Barcos longos

Posted By on 11 de agosto de 2017

Los primeros buques de este tipo se construyeron en Cádiz en 1635, eran una especie de galeras pequeñas, nos las definen así: (más…)

1631 – Añadido a las Instrucciones Generales de 1629

Posted By on 10 de agosto de 2017

Don Fadrique Álvarez de Toledo había dictado en 1629 unas «Instrucciones Generales» compuestas por cincuenta y tres artículos, para regir la navegación y el combate, (más…)