Vicente Puchol-Marco Polo

Posted By on 18 de marzo de 2022

Vicente Puchol. Autor desconocido.

Construido por N. Odero fu A. en Sestri-Ponente. Génova. Italia, 1896.

Desplazamiento: 1.900 t. Dimensiones: Eslora 86’35, por 11’25 de manga y calado de 5’70 metros. Máquina: 2 motores MAN Masch con 3.700 C.V. Velocidad: máxima 16 nudos.

Al ser botado se le bautizo Marco Polo, en 1917 lo adquirió la Compañía Valenciana de Navegación, cambiando su nombre por el de éste historial, en 1919 pasó a Trasmediterránea, como vapor correo. Al producirse el alzamiento se encontraba atracado en Melilla, quedando en poder de los sublevados, en principio fue destinado como transporte de tropas y materiales desde Ceuta y Melilla a Cádiz, realizando varios viajes como el de 7 de octubre de 1936, otro el 26 seguido, con escolta del crucero Canarias, al comprobar su buen funcionamiento y la falta de buques, decidió el mando convertirlo en mercante armado (no crucero auxiliar, estos sólo fueron considerados los dos hermanos, Mar Negro y Mar Cantábrico, en la zona sublevada).

Pasando al astillero de Echevarría y Larrinaga de esta ciudad en noviembre de 1936, fue convertido en minador, con un tren de minas y espacio para 60, se le armó primero con un cañón Nordenfelt de 57/37 mm, pero pronto se le rearmó con un cañón Vickers de 120/45 mm, dos Vickers de 101’6/50 mm, un Nordenfelt de 57/37 mm y dos Vickers de 47/50 mm, le fue recortado el guarda calores, para que no fuera tan llamativo y disimular quien era, quedando alistado en enero de 1937, entregándole el mando al capitán de corbeta D. Federico Parras y Charrier, pasando a realizar a parte de su misión principal de minador, dar escolta y transportar material de guerra entre La Spezia y Palma.

El 19 de febrero de 1937 junto al Antonio Lázaro, salieron de Melilla con rumbo a Palma, a la altura del cabo de Tres Forcas a las 17:00 se reunieron con los cruceros Baleares y Almirante Cervera, a la altura del cabo Ténez se unieron los dos minadores, entrando todos en Palma por la tarde del 20, el 23 salió de nuevo a la mar con el crucero Almirante Cervera, para formar barrera al norte de Mallorca, se declaró un fuerte temporal que obligo al mercante a entrar en Palma.

Tuvo lugar un incidente el mismo 23 de febrero de 1937; el crucero Baleares arrumbo a las proximidades del cabo San Sebastián pasando a las islas Medas, acercándose mucho a Valencia, la presencia del crucero se supo de inmediato en la capital, por los pesqueros que paro para ser inspeccionados y dando la orden de que regresar a su puerto, quienes al entrar dieron la alerta, las autoridades de la ciudad avisaron a la población, del inminente bombardeo por el crucero sublevado Canarias, (lo que no sabían es que el Baleares ya estaba por estos mares, de ahí el error) aconsejados los habitantes se encerraran en los refugios y mantuvieran la serenidad, pero se dio el caso que el acorazado británico HMS Royal Oak, estaba vigilante en la zona, al verlo, la artillería de costa le envío algunos regalos, uno de ellos fue a acertar en el puente, causando heridos y daños, pero entre ellos estaba el capitán del buque y otros oficiales. El que no quiera polvo que no vaya a la era.

El 25 salió para formar barrera, junto a los Rey Jaime I y Antonio Lázaro, entre el cabo San Sebastián y Formentor, separados los buques 25 millas entre sí, pero sin apartarse más de 15 de la costa, el Almirante ordeno rectificar a otra, entre los cabo de Creus, San Sebastián y Tossa, esto es, algo más al norte que la primera, siendo el de este historial el que se situó cerca de Tossa, mientras el Baleares recorría la línea, por si era necesaria su presencia en algún momento.

En estas salidas tanto el Antonio Lázaro como Vicente Puchol, siempre dentro de las tres millas, dejaban caer minas las cuales a buques de poco calado (pesqueros) no afectaban, pero a los transportes sí, ocasionando daños a diferentes de ellos, al cumplir su misión entraron en Palma para cargar combustible el 1 de marzo, por estar el mar alterado el trabajo se realizó con mucho riesgo de abordaje, entre el petrolero de quien se abastecían y los buques, al calmar el temporal se hicieron a la mar el 5 seguido los cuatro mercantes armados, estableciendo una barrera al O. de la isla San Antíoco, en la isla de Cerdeña, donde permanecieron hasta el 12, por ser relevados por el Mallorca y Rey Jaime I, entrando en Palma al día siguiente.

Salieron de Palma por la tarde del 19, con rumbo a su zona de patrulla, el 21 por la mañana se encontraron con el Canarias, recalando al N. de Pantelaria, comenzando a cruzar sus aguas e identificar buques, la mar empezó a decir quién es con sus vientos del NW., por ello el almirante les permitió buscar zonas más protegidas, el 23 recibieron la orden a las 13:00, de arrumbar al meridiano de Cagliari, para permanecer a la espera de la llegada del J.J. Dómine, con los peregrinos a La Meca y escoltarlo, así mismo salieron los minadores con el mismo rumbo de encuentro, pero el Almirante no conforme, por saber que de Cartagena habían salido cinco destructores, ordenó al Canarias arrumbar al mismo punto, al encontrase a la altura del cabo Ténez, donde ya a salvo, el crucero con los minadores viro con rumbo a Palma, prosiguiendo la escolta los mercantes armados, el J.J. Dómine por falta de combustible el 26 de marzo, arrumbo a Palma, sus compañeros se mantuvieron en estas aguas, hasta recibir la orden del Almirante el 27 a las 00:30 de regresar a Palma.

El 31 de marzo salieron a la mar ambos mercantes armados, algo que el Almirante no estaba de acuerdo, porque estos buques llevaban casi un mes sin descanso de la dotación y para colmo, sus estaciones radiotelegráficas eran obsoletas, con muy poco alcance, todo esto motivo un radiotelegrama del Almirante a su Jefe inmediato diciendo: «El Almirante Jefe del Estado Mayor sabe perfectamente que esta es la norma general desde el principio de la guerra. No hay antecedentes de una actividad mayor en ninguna campaña moderna, ni una falta de medios tan completa para la infinidad de cosas que se nos exigen. El auxilio de la Marina italiana ha cesado por completo, sin duda a consecuencia del Control Internacional.»

A pesar de ello los mercantes armados navegaron hasta su zona de patrulla, esta vez en aguas de Favignana, donde permanecieron hasta el 7 de abril, regresando a Palma el mismo día por la noche, al mismo tiempo ambos buques, sufrieron diferentes averías, por ello a veces entre salidas, entraban en Cádiz donde se les reparaba, de hecho en la tarde del 14 los dos junto a los cruceros Baleares y Canarias, arrumbaron a Cádiz, con la intención de reparar de una vez los constantes problemas en sus máquinas.

Entre el 21 y 28 de abril, los dos mercantes armados realizaron cortas salidas al N. de Menorca, por estar los nacionales bombardeando la isla, al finalizar la alerta regresaron a Palma, el mismo 28 por la tarde junto a otros mercantes armados, embarcaron 1.600 efectivos del ejército de Mallorca, 1.800 bombas y material vario de guerra, siendo escoltados por los cruceros Baleares y Canarias, pero estando al medio día del 29 sobre cabo Ténez, fueron avisados de la salida de la escuadra gubernamental, por ello los dos cruceros quienes iban a dejar la escolta, prosiguieron en ella hasta alcanzar el cabo Quilates (Alhucemas), para arrumbar al encuentro de la flota enemiga, entrando en Cádiz los mercantes donde desembarcaron lo transportado.

El 3 de junio el Almirante decidió al disponer de estos buques, por haber sido reparadas sus máquinas, y a su vez reunir las condiciones de dos mercantes armados y a su vez minadores, procedieran a minar zonas próximas en poder del Gobierno de Valencia, lo que efectuaron siempre de noche, en diferentes zonas pero, las primeras a fondear siempre fueron en aguas próximas a los puertos del Mediterráneo, esta fue una comisión que se llevó en secreto y por ello no hay datos exactos de fechas, y lugares.

Recibió la orden de salir junto al Antonio Lázaro el 15 de julio, con rumbo al S. del cabo Matapán por ser una zona de obligado paso, de los mercantes provenientes de Odessa, al estar a la altura Spartivento e islote Marítimo (isla de Sicilia) entraron en la primera, saliendo a las pocas horas, el 19 pasaron entre cabo Matapán y las islas Kirheras, continuando rumbo por el N. de la isla de Creta, pero a las 14:00 el Vicente Puchol avisó tener avería en máquinas, por ello ambos variaron rumbo a Palma donde entraban a las 06:30 del 23 seguido, impidiendo por esta contrariedad poder completar su misión, quedando 10 días inmovilizado, pero a su vez se informaba al Almirante que, el buque no podría hacer largos cruceros, y no pasar en ellos de los 10 nudos de velocidad máxima.

Continuo con sus cruceros saliendo de Palma con rumbo al cabo Carbonara (al sur de Cerdeña) y el Islote (extremidad occidental de Sicilia), regresando a Palma bien para reabastecerse, bien para descanso de la dotación, a veces se le ordenaba llegar a Pantelaria, como refuerzo de algún compañero, con ello se vigilaba lo que se considera el canal de Sicilia, patrullando el estrecho desde esta isla y la de Pantelaria, y la base disponible en Sicilia de Favignana, así como entre el cabo Spartivento, extremo S. de la isla de Cerdeña, y el cabo Bon, extremo norte de la costa de Argelia, siendo otro cierre las islas de Lampedusa y la de Malta, por ser lugar de paso obligado para todo buque proveniente del Bósforo, donde se avistaron varios mercantes, y muchos de ellos fueron presa, entre ellos el más importante la captura del Mar Negro.

El 21 de enero de 1938, apresó al mercante con bandera de estonia Pomaron, cuando intentaba cruzar el Estrecho de Gibraltar, siendo declarado “buena presa” quedando incorporado a la flota mercante nacional con el nombre de Castillo Butrón, al regreso de éste apresamiento recibió la orden de pasar a Ferrol, donde a su vez se le desarmo quedando sólo con un cañón Nordenfelt de 57/50 mm y una ametralladora Breda de 13’2 mm, al completarse los trabajos se le entregó el mando al capitán de corbeta D. José Luis Gener Cuadrado.

Al quedar alistado salió con rumbo al Estrecho, donde el 31 de mayo apresó al mercante soviético Postyshev, con matrícula de Odessa, declarado a su vez “buena presa” se incorporó a la marina nacional con el nombre de Castillo Olite, (de triste recuerdo), en agosto fue destinado con base en Palma, donde se le volvió a armar con dos cañones Vickers de 101’6/50 mm, formando parte de la fuerza naval, participando como ya se comenta en nuevas barreras, en las aguas del sur de Italia, para tratar de impedir el paso de mercantes que prolongaran la guerra.

A finales de enero de 1939, «Terminus» quiso llevar a efecto un desembarco en la costa catalana, para cortar el paso a Francia, y recuperar con ello mucho material de guerra, pero el planteamiento fue con muchas prisas y aun así, las tropas llegaron al puerto de destino por tierra, antes de poder embarcar las destinadas, por ello fue suspendida la orden.

Participó en el desembarco de Ciudadela el 9 de febrero de 1939, el Almirante transmitió al Jefe del Estado Mayor de la Marina, el parte de instrucciones, pero por ausencia del Jefe, estaba su segundo, el capitán de navío D. Salvador Moreno Fernández, quien inmediatamente transmitió a su hermano el Almirante, «tener cuidado no sea una añagaza», lo que lógicamente no cayó en saco roto, para ello se mantuvo a cierta distancia el Mar Negro, quien enarbolaba la insignia del Almirante, por ser el que mayor calibre y número de piezas disponibles, fueron entraron los restantes mercantes con las cubiertas llenas de soldados, pero todos ellos con sus armas cargadas y muchas ametralladoras situadas en lugares altos, para protección de las tropas, el primero en entrar fue el Vicente Puchol, quien al atracar comenzó a desembarcar tropas, los primeros en pisar tierra correspondían al batallón 101, al mando de un comandante.

Al comprobar que no existía resistencia, en camiones se dirigieron a Mahón, donde al llegar lo primero fue tomar el castillo de La Mola, asegurando así casi toda la isla, al quedar por los nacionales la artillería de 381/45 mm y otras que en la base naval se encontraba; en su entrada en Ciudadela le siguió el J.J. Síster, Antonio Lázaro y Rey Jaime II, dando el Vicente Puchol fondo por falta de espacio a las 11:00, entrando al estar asegurado el puerto y sus cimas próxima el Mar Negro a las 14:00.

Por orden del Almirante, los mercantes salieron de Ciudadela y entraron casi por el mismo orden en Mahón, donde de nuevo embarcó la tropa, quienes habían recorrido a pie casi la isla de punta a punta, recibiendo el aplauso de los habitantes, algo muy importante para elevar la moral de quienes estaban en primera línea de fuego, conforme iban llegando al puerto volvían a embarcar, se quedó en la isla para darle protección una media brigada, de la división 105, una vez reembarcadas las tropas, abandonaron el puerto a las 00:00 del 12, pero por el N. de la isla, para evitar ser atacados por la aviación enemiga, entrando en Tarragona al medio día del mismo 12.

No les dieron ni tiempo para descansar, la guerra es así, porque «Terminus» demando el 15 fuera trasladado el cuerpo de ejército de Aragón, de Tarragona a Castellón, para ello se unieron los cuatro anteriores mercantes armados, más el Ciudad de Valencia y Mallorca, estando como buque insignia de esta operación el minador Vulcano; el Vicente Puchol sufrió una fuerte avería en la roda y las tuberías del motor, al entrar de noche y abordar el espigón, necesitando ser puesto en seco, a su vez estuvieron presentes varios mercantes, pues todos los efectivos en los mercantes armados no era posible transportarlos, el 14 el comandante de Marina de la expedición a las 20:40, informo al Almirante no haber llegado nadie del Ejército, cuando sus buques estaban todos dispuestos hacia horas, el Almirante se puso en contacto con Burgos, de aquí le respondieron que, los planes habían cambiado, (esto demuestra las malas comunicaciones entre Ejército y Marina, porque si no pregunta, no se le informa) ahora debería entrar en Palamós, donde embarcaría la 12 División, (al mando del general de brigada (estampillado) D. Carlos Asensio Cabanillas) con 12.000 efectivos y 1.200 acémilas, permaneciendo en este transporte entre el 15 y 22 seguidos.

No participó en el frustrado desembarco en Cartagena, entre el 5 y 8 de marzo por estar en reparaciones en el puerto de Barcelona, donde le llegó la noticia del fin de la guerra, en mayo seguido fue desarmado, siendo devuelto a su propietario.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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