Escuadra de Cartagena Cayetano Valdés vicisitudes 1807

Posted By on 12 de abril de 2021

S. M. elevó a la máxima dignidad de la Armada a don Manuel Godoy, Príncipe de la Paz con el título de Almirante General y por Real cédula del 27 de febrero de 1807 fue creado el Consejo de Almirantazgo, fueron elegidos don José Justo Salcedo como vocal en unión de los generales don Ignacio María de Álava y don Antonio de Escaño; por ello Salcedo entregó el mando de la escuadra del Departamento de Cartagena al general don Cayetano Valdés el 8 de marzo y con postas viajó a la Corte, donde se presentó el 18 siguiente.

Por orden del Príncipe de la Paz del 4 de febrero de 1808 don Cayetano Valdés debía zarpar con la escuadra de Cartagena, lo que efectuó el 10 de febrero siguiente con derrota y destino al puerto francés de Tolón, pero el jefe de escuadra Valdés, hombre de gran visión, con la excusa de haber tenido que salvar un gran temporal, arribó a Palma de Mallorca el 15 siguiente, saliendo de nuevo con rumbo a Mahón donde fondeó el 5 de marzo continuo.

Al ser destituido de su cargo el Príncipe de la Paz entre los días 17 y 18 de marzo de 1808, por el motín de Aranjuez, en el que abdicó el rey don Carlos IV y subió al trono su hijo don Fernando VII, fue disuelto el Consejo del Almirantazgo y en su lugar se puso en funcionamiento el Consejo de Marina.

El mariscal de Francia, Murat, Gran duque de Berg, al mando en Jefe del ejército francés en la península, pidió explicaciones del porque no se habían cumplido las órdenes, al saber la excusa pidió la destitución del mando del general Valdés, la cual fue realizada, nombrando en su puesto al brigadier don Juan José Martínez a la espera de que llegará el general Salcedo.

Pero en este tiempo la Real familia, engañada por el Emperador viajó a Francia, al ser conocida la noticia se produjo por el mismo pueblo el alzamiento nacional del 2 de mayo de 1808. Por presiones del mariscal de Francia Murat, consiguió depusieran a don Cayetano Valdés del mando de la escuadra, pasando a la ciudad Condal, quedando don Juan José Martínez al mando de ella, al extenderse la noticia se levantaron igualmente las plazas de Mallorca y Mahón, a ellas les siguió la escuadra, por esta razón la Junta de Valencia y Mallorca confirmaron en el puesto como Jefe de la escuadra a don Juan José Martínez y por ello paso a enarbolar la insignia que como a tal Jefe le correspondía.

Sucedió que las fuerzas en las islas compuesta por unos nueve mil hombres, conocedores de la falta que ellos hacían en la península y ser imposible que las tropas napoleónicas pudieran intentar efectuar un desembarco en ellas por falta de marina, demandaron muy airadamente ser transportados a Valencia, fue difícil apaciguar los ánimos, solo se les convenció al indicárseles mirasen en los puerto y verían la imposibilidad de ello por la falta casi total de buques.

A ello se sumaba continuar en guerra con el Reino Unido, cuya escuadra al mando de Lord Cuthbert Collingwood mantenía un bloqueo de Tolón, pero de vez en cuando se presentaban tanto en Mallorca como Mahón, vista y comprendida esta anómala situación por la Junta de Mallorca, envió emisario al almirante británico para llegar a un acuerdo que permitiera libertad de acción a la Armada española, así entendido por el almirante, envió al contralmirante don Jorge Martín, con insignia en Canopus para acercarse a Mahón, al que se le unió el capitán Talbot al mando del Thunderer para llevar a cabo las conversaciones.

El segundo se quedó fuera del puerto y el primero cerca del Lazareto, donde se verificaron las conversaciones, llegando el 27 de junio a un acuerdo de armisticio, firmado en el mismo lugar por el general en jefe del ejército de las islas, Marqués de Palacio y el brigadier don Juan José Martínez y por parte británica el capitán de navío Talbot, quedando de acuerdo en que la escuadra británica podría sin ningún problema fondear en Mahón, y a su vez dejaría hacer a la Armada española en el Mediterráneo.

Al leer el acuerdo, el contralmirante británico accedía para que los mercantes cruzaran a la ciudad Condal con las tropas, pero no así a los buques de la Armada, hasta no consultar con su Gobierno.

Al darse la noticia de que muy probablemente los buques de la Real Armada no podrían reunirse en Cartagena, se produjo un motín de las dotaciones obligando a razonar a todos los oficiales con ellas, pero protegidos por las fuerzas de la infantería de marina, logrado hacerles entrar en razón dándose por terminando el problema, al medio día del 30 de junio.

A su vez a don Juan José le llegó una carta de propia mano del rey don Fernando IV de las Dos Sicilias, entregada por una persona de confianza del Monarca, quien era hermano de don Carlos IV y al saber de su abdicación en su sobrino Fernando VII tenía la pretensión de ocupar el trono de España, invitándole a que se trasladara con la escuadra al puerto de Palermo para serle entregada, por tener el consentimientos del Reino Unido; como es de suponer se le ofrecían varias dignidades y privilegios en su Reino. Don Juan José le respondió que esa acción no era posible sin el permiso de su Rey, dando al mismo tiempo la orden para que con la mayor reserva, fueran recogiéndose todas las proclamas del Monarca, repartidas entre las dotaciones y en tierra para ser destruidas, pues el momento no era el más apropiado para crear falsas expectativas en contra de España.

Reunidos varios buques mercantes embarcaron en ellos cuatro mil seiscientos hombres, todos los que había en la isla de Menorca, al mando del Marqués de Palacio, quien antes de abordar su buque, transmitió todos los poderes que le había otorgado la Junta a don Juan José, siendo nombrado Gobernador militar y político de la isla de Menorca; se hicieron a la vela entre los días 19 y 20 de julio, escoltados por la fragata británica Imperieuse, al mando del capitán Lord Cochrare con rumbo al puerto de Tarragona, donde comenzó el desembarco el 23 siguiente.

El 4 de julio anterior se había firmado la Paz con el Reino Unido, no llegando la noticia hasta el 10 de agosto siguiente, (obsérvese que, de haber existido mejores medios de comunicación, la escuadra de Mahón hubiera podido dar escolta al convoy de tropas) dando la orden de alistar los buques que se pudieran, fue tan rápido que el 14 se hizo a la mar con parte de la escuadra, arribando al puerto de Cartagena el 18 siguiente, la mala noticia fue que, por falta de materiales se dio la orden de desarmar los buques, con la sola excepción del navío San Francisco de Paula, al llegar la noticia de la recuperación de la escuadra a la Junta de Valencia, se le concedió el ascenso al grado de jefe de escuadra con fecha del 23 de agosto, siendo ratificado por la Junta Central el 23 de febrero de 1809.

Mientras en el puerto de Mahón quedaron fondeados cinco navíos británicos para dar seguridad. (Lo que hubieran dado por quedarse.)

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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