Biografía de don José María Ramos Izquierdo y Castañeda

Posted By on 11 de noviembre de 2015

Grabado de don José María Ramos Izquierdo y Castañeda. Contralmirante de la Real Armada Española. Ministro de Marina.

José María Ramos Izquierdo y Castañeda.

Contralmirante de la Real Armada Española.

Ministro de Marina.

Vino al mundo en San Fernando el 10 de diciembre de 1838, siendo bautizado el 12 seguido en la parroquia castrense de la ciudad, fueron sus padres don José María Ramos Izquierdo y Villavicencio, capitán de navío, y doña María Manuela Castañeda y Delgado.

Pasó el examen de acceso con excelentes notas, sentando plaza de Aspirante en el Colegio Naval Militar de San Carlos el 30 de junio de 1852. Expediente N.º 4.222. Habiendo sentado plaza en el mismo su hermano don Juan de Dios Ramos Izquierdo y Castañeda el 7 de enero de 1848.

Aclarar que la entrada en el Colegio era por ley como máximo a los 14 años, por ello José María lo hace con 13 años y medio, mientras que su hermano Juan de Dios, con 12 años y 11 meses, ingresando por ello siete meses más joven que José María. Esto viene a desdecir que entró a temprana edad, bien es cierto se ingresaba mucho antes que en las anteriores Compañías de Guardiamarinas. Consta como Aspirante en 1854.

Ascendió a guardiamarina de 2ª clase en 1855, pasando a la corbeta Villa de Bilbao para comenzar sus prácticas de mar realizando cruceros por el Mediterráneo, siendo destinado el buque en un tornaviaje a Río de Janeiro, zarpando de la bahía de Cádiz y arribando al puerto de destino el 28 de mayo de 1857, al salir de regreso encontrándose sobre la isla de Santa Catalina les sobrevino un duro temporal, por sus efectos el buque fue desarbolado de los palos mayor y mesana, viéndose obligados a arbolar bandolas para regresar al puerto de partida, donde se repararon los destrozos, volviendo a dar la vela con rumbo a la isla de Cuba, donde se le comunicó su ascenso a guardiamarina de 1ª en 1857, después de realizar unos cruceros sobre las Antillas regresó a la bahía de Cádiz en julio siguiente, por sus ejemplares notas estuvo un tiempo de profesor de artilleros en la fragata Esperanza, pasando más tarde a ser brigadier de guardiamarinas.

Fue ascendido a alférez de navío el 27 de enero de 1860 y destinado a las islas Filipinas, pasando incorporado a las fuerzas navales del Sur del archipiélago, a las órdenes del capitán de fragata don Casto Méndez Núñez, le fue otorgado el mando de la goleta Valiente participando el 17 de noviembre de 1861 en la toma de la cotta de Pagalungán, dando con ello un duro golpe a los piratas joloanos.

Por estar en guerra Francia y España contra Vietnam desde 1858, nuestras fuerzas recibían el apoyo desde el archipiélago, por ello trasbordó a la goleta Filomena para transportar pertrechos de guerra en 1861, sufriendo un duro temporal en el mar de China quedando desarbolada, al soportar el casco bien el embate se montaron bandolas regresando al apostadero de Manila.

Continuo en diferentes comisiones como el alzamiento de cartas náuticas del archipiélago, sin dejar de combatir la piratería, se le otorgó el mando del cañonero Bojador, realizando diferentes comisiones, hasta llegarle la Real orden del 19 de noviembre de 1867 con su ascenso a teniente de navío, se le nombró secretario de la Comandancia general del apostadero de Manila, permaneció hasta llegarle la Real orden del 22 de junio de 1870 con su ascenso a teniente de navío de 1ª clase y a teniente coronel de Infantería de Marina en la misma fecha, permanecido hasta recibir la orden de regreso a la península, regresando en la primavera de 1871.

Después de un corto descanso se le destinó a la isla de Cuba por estar en guerra contra los insurrectos, desembarcando en la Habana en octubre de 1871, se le otorgó el mando de un cañonero combatiendo sobre todo el contrabando de armas y el desembarco de tropas insurgentes, hasta recibir la orden de regresar a la península, donde llegó en 1874, por haber transcurrido el plazo de permanencia de tres años en ultramar.

En 1875 se encontraba al mando del recién entregado aviso Marqués del Duero, quedando incorporado a las fuerzas navales del Norte en la 2ª guerra Carlista, participando en los combates y bombardeos de Motrico, Ondárroa, Lequeito, Deva y Elanchove pasando al terminar la guerra destinado a Filipinas, al llegar fue nombrado capitán del puerto de Manila, al darse la noticia de su llegada desde Madrid le reconocieron su destreza, recibiendo por ello las Reales gracias, desempeñándolo hasta recibir la orden de regresar a la península.

A su llegada se le nombró ayudante mayor del arsenal de La Carraca, pasando después a tomar el mando de la división de guardacostas con base en Algeciras, hasta recibir la Real orden del 16 de enero de 1878 con su ascenso al grado de capitán de fragata, por otra Real orden del 30 de octubre de 1780 se le otorga el mando del vapor Isabel La Católica, al entregar el buque después del año de mando, le fueron dadas las Reales gracias por el inmejorable estado en que se encontraba el vaso de su mando al entregarlo, fue nombrado Ayudante mayor de la capitanía general del Departamento de Cádiz. El 7 de noviembre de 1883, fue nombrado comandante del puerto de Algeciras.

Por Real orden del 29 de octubre de 1886 fue nombrado, Oficial primero del Ministerio de Marina pasando a Madrid a ocupar su puesto. Fue elegido por el Ministro don Rafael Arias y Villavicencio su secretario Militar y personal, por ello lo era del Consejo de Gobierno de la Marina.

Por Real orden del 27 de abril de 1889 fue ascendido al grado de capitán de navío. El 18 de junio de 1892 se le nombró Mayor General de la escuadra de Instrucción, formada en esos momentos por el acorazado Pelayo y el crucero Reina Regente.

Al cumplir el plazo de mando a flote fue nombrado capitán del puerto de Bilbao, por el buen desempeño de este cargo recibió la Reales gracias, tres años más tarde pasó con el mismo cargo a Valencia. Se le entregó la Real orden del 28 de julio de 1895 con su ascenso a capitán de navío de 1ª clase y el 10 de enero de 1896 fue nombrado jefe del Estado Mayor del Departamento de Cádiz.

Por Real orden del 10 de noviembre de 1898 fue ascendido al grado de contralmirante. En 1899 Vocal del Centro Técnico y Consejero de Estado.

Se le nombró Ministro de Marina el 31 de octubre de 1900, permaneciendo en el cargo hasta 6 de marzo de 1901, por la sempiterna cuestión del aumento del presupuesto de la Armada solo ocupo el cargo algo más de cuatro meses.

Más tarde como agradecimiento de la Reina Regente en el mismo año fue nombrado capitán general del Departamento de Cádiz.

Al finalizar el tiempo de permanencia en su destino regresó a Madrid, donde falleció en 1904, cuando contaba con sesenta y seis años de edad, de ellos cincuenta y dos de ejemplares servicios.

A lo largo de su vida se le concedieron las condecoraciones siguientes: Gran Cruz al Mérito Naval con distintivo Blanco, Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, 2 Grandes Cruces al Mérito Naval con distintivo Blanco, Cruz al Mérito Naval de 3ª clase con distintivo Rojo pensionada, Cruz al Mérito Militar de 3ª clase con distintivo Rojo, Cruz al Mérito naval de 1ª clase con distintivo Blanco, 2 Cruces al Mérito Naval de 2ª clase con distintivo Blanco; 2 Cruces de la Marina de Diadema Real, Medalla de Cuba, Benemérito de la Patria y Comendador de la Orden de San Mauricio y San Lázaro. Italia.

Bibliografía:

Estado General de la Armada para el año de 1854.

Estado General de la Armada para el año de 1855.

Estado General de la Armada para el año de 1858.

Estado General de la Armada para el año de 1861.

Estado General de la Armada para el año de 1869.

Estado General de la Armada para el año de 1871.

Estado General de la Armada para el año de 1880.

Estado General de la Armada para el año de 1885.

Estado General de la Armada para el año de 1887.

Estado General de la Armada para el año de 1890.

Estado General de la Armada para el año de 1897.

Estado General de la Armada para el año de 1900.

Estado General de la Armada para el año de 1902.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

Mundo Naval Ilustrado del 10 de noviembre de 1900.

Compilada por Todoavante ©

Biografía de don Cecilio Pujazón y García

Posted By on 10 de noviembre de 2015

Foto de un óleo de don Cecilio Pujazón y García. Capitán de navío de primera Clase. Astrónomo. Matemático. Comendador de número de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III.

Cecilio Pujazón y García

Capitán de navío de primera Clase.

Astrónomo.

Matemático.

Comendador de número de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III.

Vino al mundo el 22 de noviembre de 1833 en San Fernando, bautizado al día siguiente en la Parroquial de la población, siendo sus padres don Antonio Pujazón y Gómez, y doña Josefa García y Asensio.

Se presentó a los exámenes y aprobándolos con excelente nota, sentó plaza de aspirante en el Colegio Naval Militar el 15 de enero de 1846. Expediente N.º 4.046.

Al ascender a guardiamarina de 2ª en 1849 embarcó en el bergantín Habanero, destinado en la isla de Cuba en comisión de guardacostas. En 1851 se encontraba a bordo de la fragata Esperanza del mismo apostadero y con la misma comisión. En junio de 1852 pasó el examen siendo ascendido a guardiamarina de 1ª, permaneciendo destinado en el mismo buque.

Encontrándose en la isla se le notificó su ascenso al grado de alférez de navío el 19 de julio de 1853, pasando como oficial subordinado al navío Soberano, y poco después a la fragata Isabel II prosiguiendo en la guarda de las costas de Puerto Rico y Cuba.

A finales de año trasbordo al Soberano regresando a la península, pasando el buque a segunda situación en Cádiz, recibiendo la orden de trasbordar a la urca Santa Cecilia, para ello tuvo que desplazarse hasta Vigo, realizando varios viajes entre los distintos arsenales y puertos del Cantábrico.

En 1854 fue destinado de nuevo a Cuba embarcando de transporte en el bergantín Escipión, al arribar se le nombró oficial de derrota del bergantín Habanero, en 1855 encontrándose en el fondeadero de la Habana, fue alertado por los gritos y toques de alerta saliendo inmediatamente a cubierta, dándose cuenta de la existencia de fuego a bordo del Escipión, no se lo pensó y lo abordó pidiendo le siguieran varios hombres, logrando sacar de la santabárbara toda la pólvora existente, impidiendo con ello que el buque saltara por los aires, a su vez el comandante del bajel con su dotación después de una dura lucha consiguió dominar el fuego, siendo sofocado justo en la misma santabárbara, evitando entre todos se fuera a pique, regresando al suyo como si nada hubiera pasado, permaneció a bordo de su destino casi dos años, recibiendo la orden de trasbordar a la urca Ebro, permaneciendo en ella hasta enero de 1857, por recibir la orden de trasbordar al vapor Velasco regresando a la península, en su bahía de Cádiz.

Desde muy temprano se dedicó al estudio de las matemáticas y astrología, en ellas llegó a ser un verdadero maestro, lo confirma el ser requerido por sus jefes en varias ocasiones desde el grado de Aspirante, para aclarar situaciones y solucionar problemas, además de ser casi un políglota pues traducía textos del inglés, francés y alemán, mejorando con ello las instrucciones de sus materias aprendidas, llegando a ser quizás uno de los mejores sabios en ellas en su época.

Precisamente por ello al regresar ingresó como alumno en los recién creados cursos de Estudios superiores que se impartían en el Observatorio de San Fernando, permaneciendo en ellos hasta 1861, año en que por sus méritos se le entregó la Real orden del 8 de mayo siguiente con su ascenso al grado de teniente de navío de 1ª Clase. Por recomendación del director del centro, le fue confiada la observación del eclipse solar producido el 18 de julio de 1860, pasando al observatorio de Oropesa como responsable de las observaciones actinométricas, junto a Serrano.

Al concluir con excelente notas su curso fue destinado al vapor Piles, destinado a los trabajos de la recién creada Comisión Hidrográfica de la península, comenzando por las aguas comprendidas entre la desembocadura del río Guadiana hasta Port Vendrés, tantos eran sus conocimientos que en 1864 se le nombró jefe de la misma, permaneciendo en ellos hasta ser disuelta por la revolución de 1868, desembarcando en la bahía de Cádiz.

Por todo lo realizado alcanzó un gran renombre internacional, pues no solo era el levantamiento de planos y sondeo de bajos, si no que se extendió en materia astronómica y geodésica, siendo elegido para determinar la diferencia de longitud por telégrafo entre la Habana y Washington, en colaboración del sabio estadounidense Mr. Harkness.

Al ser cesado el brigadier don Francisco de Paula Márquez y Roco en enero de 1869 como director del Observatorio se produjo un vacío, siendo nombrado interino en la dirección el capitán de fragata don José Montojo y Salcedo, hasta decidirse nombrar nuevo director en la persona de don Cecilio Pujazón tomando el cargo el 6 de junio de 1869, ratificado por Decreto ley del 20 de septiembre seguido.

Nada más tomar posesión del cargo fue notificado de un asunto muy importante, el cual estaba en el aire dada la decisión del Gobierno.

El problema radicaba en la compra efectuada de un gran anteojo ecuatorial encargado construir a la casa Brunner en noviembre de 1864, efectuándose el pago en tres plazos, el primero a la firma del contrato, el segundo en febrero de 1866 y el tercero al ser terminado, ocurriendo esto a finales de 1868, pero al sobrevenir la revolución el Gobierno se negó a pagar el último, por considerar no era necesario para el servicio de la Armada y la marina en general, si no se efectuaba se perdía toda opción para su obtención.

El instrumento consistía en el anteojo principal de hierro fundido de 5 metros de longitud focal y objetivo con abertura de 25/28 cm. Un círculo horario y otro de declinación en bronce de 60 cm. de diámetro, dividido de 5 en 5 minutos, con dos microscopios micrométricos. Dos anillos de bronce y cuatro microscopios micrométricos, para el estudio de las divisiones de los círculos. Un nivel sobre el eje de declinación y los movimientos de relojería precisos para su buena situación, todo ello montado sobre una base de hierro.

A las dudas del Gobierno contesto Montojo: «No comprendo que se pueda atacar la adquisición de una ecuatorial para un observatorio, si éste no la tiene, sin atacar directamente a la institución misma. Porque, ¿qué es un observatorio sin ecuatorial?» añadiendo: «El Observatorio de San Fernando, que no ha cesado de llenar sus deberes como observatorio de Marina y aunque en un tiempo lejano ya, contribuyó con sus observaciones al adelanto de la astronomía, ya con el examen de tablas y catálogos ya con el de otras noticias y apreciaciones, se encontraba últimamente desprovisto de instrumentos que alcanzasen los modernos adelantos tan rápidos como notables.»

A estos escritos se añadió el de don Cecilio mucho más enérgico, diciendo: «Que el instrumento era necesario si el observatorio había de sostenerse a una mediana altura, no necesita demostración. No hay observatorio regular que carezca de un instrumento de esta clase y aún en muchos como los de Greenwich, París y Pulkowa hay más de uno; hasta el observatorio de Madrid tiene una ecuatorial muy regular y en París vi que construían una para Lima.»

Visto esto por el Gobierno decidió pagar el último plazo el 5 de enero de 1870, por ello viajó Pujazón a París a recogerlo, verificando su funcionamiento, desmontaje, embalaje y transporte, comprobado todo ello quedó montado en el Observatorio en su cúpula principal el 22 de enero seguido. Lo curioso del caso fue que para poder pasar la frontera y entrar en España, se pagaron 5.685 francos en la aduana, eso siendo algo que era para el mismo Gobierno.

En el mismo 1870 logró se cambiaran todos los instrumentos meteorológicos, por estar los anteriores más que obsoletos. Poco después se renovó el pluviómetro graduado en décimas de pulgada británica, en 1875 se añadió otro, pero graduado en milésimas, para mayor exactitud.

En 1872 se le añadió un aparato a la ecuatorial, por el cual quedaba registrado mediante un cronógrafo eléctrico de la casa Hardy grabando en papel las señales hechas en la observación, quedando así constancia real y no manual evitando posibles errores de transcripción. Este mismo año se renovaron los barómetros.

En 1873 consiguió se creara el cuerpo de astrónomos del observatorio. En este mismo año asistió al Congreso Meteorológico de Viena, con una gran afluencia de representantes de todos los países interesados, firmándose cuatro acuerdos base, el primero sobre la reducción a dos sistemas y escalas de medida: la métrico-decimal y la de pulgadas de la escala Fahrenheit, con la decisión de la mayoría de que solo quedará con el tiempo la métrica; segundo, la necesidad manifiesta de que al menos en cada estado hubiera un observatorio que supervisara a los demás de ese país en todo lo tocante a instrumentos, observaciones y cálculos; tercero realizar las observaciones siempre a la misma hora, siendo recomendable se hiciera en las series horarias o trihorarias, utilizando en las abreviaturas los símbolos a.m. y p.m. y cuarto, utilizar un sistema de notaciones para designar los fenómenos atmosféricos y una escala de nubosidad.

En 1875 se instalaron tres termómetros, dos en la escala Fahrenheit y uno en la centígrada, pasando más tarde a colocar dos pero enterrados, uno de 130 cm en el exterior y otro en el sótano de 63. Este año se añadió un heliógrafo, era una esfera de cristal de 101 milímetros de diámetro con efecto de lupa, en su centro una armadura metálica semiesférica, de forma que sobre una banda de papel con las horas marcadas, el sol iba quemándolo sabiendo así la hora de orto hasta el ocaso. También llegaron este año los magnetómetros o magnetógrafos encargados nada más llegar a la dirección, comprados por mediación del observatorio británico de Kew, siendo instalados y verificando sus buen funcionamiento. Para que nada le faltase en este año participó en la Conferencia internacional de meteorología marítima celebrada en Londres.

En el Estado General de la Armada para 1873 consta como capitán de fragata sin fecha de ascenso. En 1874 como capitán de navío sin fecha de ascenso. En 1875 igual. En 1876 es ascendido al grado de capitán de navío sin antigüedad el 22 de febrero de 1871. En 1887 nos dice que su antigüedad en el grado es del 18 de abril de 1881. Para colmar el vaso de la paciencia, en el Estado General de la Armada para el año 1890, consta: Cecilio Pujazón y García; Fecha de nacimiento 22 Nov. 33; Tiempo de servicio en 1 de enero de 1890: 43 años y 6 meses; Fecha de antigüedad en el empleo 6 Jun. 69. Sin palabras.
Entre el 14 y 22 de abril 1879 se celebró el Congreso Internacional de Meteorología en la ciudad de Roma, donde acudió en representación del Observatorio de San Fernando, acompañado de don Antonio Aguilar director del de Madrid, con la experiencia de haber acudido al de Viena en el 73, aquí se centraron más todos los países, llegando a grandes acuerdos generales a aplicar en cada uno de ellos, siendo uno unificar el sistema de abrigo termométrico de los mismos observatorios para que nada fuera diferente con independencia de donde se hubiera tomado las medidas, consistiendo en una garita de hoja de palastro, pintada de blanco, abiertas por el Norte y permeables al aire por el Este y el Oeste, por ser éste el mejor sistema para la instalación y conservación de los instrumentos.

Y la aprobación de construir una serie de observatorios menores para verificar al ser cotejados los datos con el principal, naciendo así el Servicio Meteorológico Costero, quedando autorizado por Real orden del 26 de abril de 1877, clasificando los observatorios en dos categorías, la de segundo y tercer orden, las primeras con más instrumentos y las segundas con menos, quedando dispuestas las de segundo en la poblaciones de Cadaqués, Barcelona, Valencia, Palma de Mallorca, Denia, Cabo de Palos, Almería, Tarifa, Cádiz, Santa Marta, Concurbión y San Sebastián, y las de tercero en: Palamós, Tarragona, Vinaroz, Mahón, Alcudia, Ibiza, Alicante, Torrevieja, Águilas, Málaga, Ceuta, Ayamonte, Bayona, La Coruña, Avilés y Lequeito. Todo esto se vino casi abajo cuando en 1887 se creó el Instituto Central Meteorológico con sede en Madrid, pasando todos los observatorios a su jurisdicción incluido el de San Fernando, el cual se salvó de ser desactivado gracias a la enorme valía demostrada por Pujazón, aunque quedó solo para atender a la Marina en general.

En 1882 participó en la Conferencia Internacional que se celebró en París, para el estudio del paso de Venus por el Sol, donde quedaron demostrados una vez más sus grandes conocimientos, pues no en balde había sido seguido desde Puerto Rico, la Habana y San Fernando, acudiendo personalmente al primero por ser el lugar más adecuado.

Por sus grandes dotes fue invitado a Roma por la Asociación Geodésica Internacional por celebrarse en octubre de 1883 una Conferencia, donde propios y extraños quedaron maravillados por su exposición. En ella se trato de dejar fijado el meridiano 0 tratando de aprobar fuera el de Greenwich.

Al regresar no dejo de defender el meridiano de Cádiz, por los incontables problemas que tendría a medio plazo la adopción del británico, pues desde la fundación del Observatorio todo lo publicado estaba con respecto a él, entre otras cosas escribió: «…para nuestros navegantes será inconveniente adoptar el meridiano de Greenwich para las efemérides, si las cartas tienen por primer meridiano el de San Fernando, y recíprocamente; conviene pues estudiar con detenimiento este punto porque la introducción en las cartas del nuevo meridiano no puede hacerse de repente y ha de exigir algún tiempo.»

Fue invitada España a la Conferencia Internacional de Washington de 1884 para adoptar el Primer Meridano Universal y de una Hora Cosmopolita, acudiendo a ella el teniente de navío don Juan Pastorín y Vacher, por no poder asistir Pujazón, allí decidieron todos lo que seguramente ya estaba planificado de antemano, pues de ella salió fijado el meridiano británico, con su hora y las conocidas direcciones de 0º a 180º; diferenciando, la longitud E., en positiva (+) y la 0., negativa (-) y el día universal empezará para todo el mundo a partir de la media noche-media del Primer Meridiano y deberá ser contado de 0 á 24 horas.

Como curiosidad, en España no existía en esas fechas una hora oficial nacional, basándose cada localidad con la suya sin atenerse a ninguna otra regla, solo los ferrocarriles la tenían unificada con el meridiano de Madrid, para su mejor funcionamiento, por ello se retrasó la adopción de la hora al meridiano de Greenwich hasta 1901, pero a su vez en la marina en general no entró en vigor hasta 1907, para dar tiempo a publicar los anuarios rectificando todos los puntos de situación al nuevo meridiano, pero el primer anuario directamente basado en estas nuevas coordenadas fue el de 1910.

Por iniciativa de Francia se celebró en París el Congreso Astrofotográfico Internacional, al que acudieron cincuenta y seis científicos de todo el mundo, entre ellos Pujazón ocupando un lugar preeminente, comenzado con la presentación del ministro de asuntos exteriores francés el 16 de abril de 1887, para llegar al acuerdo de poder realizar un mapa general del cielo, durante él se fueron llegando a acuerdos de unificación de criterios, para que todos al realizar las fotos estuvieran en consonancia, firmándose veinticuatro preceptos ineludibles.

Regresó a su observatorio y comenzó a preparar por escrito todo lo necesario para ser autorizado por el Gobierno y así contribuir España a tan magno acontecimiento, entre otros pormenores dice: «El instrumento consta de dos antejos unidos, formados por un solo tubo metálico en forma de paralelepípedo y separados por una delgada pared, uno de ellos, cuyo objetivo es de 33 cm. y su distancia focal de 3,43 m. sirve de cámara fotográfica; y el otro, destinado a la observación directa, tiene 20 cm. de abertura y 3,60 m. de distancia focal. El pabellón fotográfico mide 31,50 m. de frente por sus caras N. y S. y 11,50 por las E. y O.; y el diámetro interior del domo es de 7,50 m.; está construido en mampostería, siendo sus muros de 0,50 m. de espesor, y de piedra labrada las cornisas en que van aseguradas las placas de hierro sobre que van los raíles de la cúpula; la viguería y el portaje son de hierro. Los pilares en que van asegurados los soportes del eje polar del instrumento, son de piedra labrada, y sus cimientos insisten sobre trozos de la roca Calcárea que forma parte del subsuelo del cerro del Observatorio; y por tanto, además de resistir los 2.000 kilogramos de peso del instrumento, dan casi la certidumbre de una fijeza, poco menos que absoluta, de los puntos de apoyo del eje polar.»

El gobierno autorizó el presupuesto el 6 de junio de 1887, por ello en agosto siguiente se encargó el instrumento a los hermanos Henry, de la casa Gautier, quienes habían realizado el mismo para el de París. La cúpula a la Societé Anonyme des Anciens Etablissements Cail. El edificio se tuvo que reforzar como queda explicado por el enorme peso a soportar, pues aparte de los 2.000 kilos del instrumento, la cúpula pasaba de los 13.000. La cúpula llegó a San Fernando a finales de agosto de 1888, comenzándose inmediatamente su montaje, el instrumento lo hizo en noviembre de 1889.

En carta de Pujazón a Gautier le dice: «Estoy muy agradecido por vuestra oferta de hacer venir a San Fernando al obrero que debe ir a Burdeos para el montaje de la ecuatorial semejante a la nuestra; pero teniendo el Observatorio un buen artista para cuidar nuestros instrumentos que ha trabajado ya en su montaje, y conociendo por mi parte el instrumento habiéndolo visto en París, no encuentro molestarles con el viaje de un obrero que podrá seros necesario en París.» Esto es diplomacia, porque además el tiempo se echaba encima y no era bueno tener que esperar la llegada del obrero.

En 1888 concluyó el ingente trabajo de clasificación de los fondos del Observatorio, sumando su famosa biblioteca con algo más de 10.000 volúmenes, entre ellos varios incunables, componiendo la mejor de entre todas las de la Armada.

Al estar montado comenzó a dejarse la vida en sus observaciones, aprovechando cada hora de cada día en ellas, no descansaba si el tiempo le permitía realizar su trabajo, al estar abierto el observatorio el frío invernal y la quietud requerida para la buena observación le causo contraer un fuerte constipado en el invierno de 1890, pero había conseguido fotografiar prácticamente todo lo que estaba a su vista, se recuperó pero continuó hasta terminar su objetivo, lo que le llevó hasta marzo de 1891, pero de nuevo volvió a contraer una complicación pulmonar en el último invierno, obligándole a tomar cama, al recuperarse algo viajó a París con su colección de fotos.

El clima de esta ciudad no le ayudó en nada, pudiendo a duras penas mostrar su ingente trabajo, consiguiendo el reconocimiento total de la sociedad de astrónomos, al encontrase peor se puso en camino a San Fernando, lleno de gozo por haber colocado a España en primera línea para ayudar a construir el mapa general del cielo, en franca competencia precisamente con el de París.

Llegó a San Fernando el 12 de abril con fiebre muy alta y muy enfermo, tanto que el siguiente 15 falleció rodeado de toda su familia, cuando contaba con cincuenta y siete años de edad, de ellos cuarenta y cinco de servicios, de los cuales algo más de veintiuno al frente del Observatorio.

A su entierro acudieron multitud, tanto del Departamento como de toda la Corporación, así como al llegar la noticia al extranjero se recibieron miles de cartas de condolencia por tan triste pérdida. Sus restos fueron sepultados en un nicho del cementerio del mismo San Fernando.

La Armada no le olvidó, solo esperó a que pasase el tiempo prescrito en las leyes, por ello se decretó en 1897 su trasladado al Panteón de Marinos Ilustres, lo que no tuvo lugar hasta que llegar una fecha emblemática para la ciudad de San Fernando, siendo la del centenario de la jura de la primera Constitución por los diputados, el 24 de septiembre de 1912, donde por ser fiesta la asistencia fue multitudinaria, recibiendo así el agradecimiento de las autoridades y el pueblo.

En el mausoleo se puede leer la siguiente inscripción:

Excmo. Sr. D. Cecilio Pujazón

General de la Armada

Director del Observatorio de San Fernando

Nació el 2 de noviembre de 1883

Murió el 15 de abril del año 1891

  1. I. P.

Habiendo aprobado el cabildo de la ciudad, darle su nombre a una de las calles que dan acceso al Observatorio.
A lo largo de su vida le fueron concedidas las condecoraciones  siguientes: Cruz y Placa de San Hermenegildo; Comendador de número de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III; Cruz al Mérito Naval con distintivo Blanco y Caballero de la Legión de Honor. Francia.

Bibliografía:

Cervera Pery, José.: El Panteón de Marinos Ilustres, trayectoria histórica, reseña biográfica. Ministerio de Defensa. Madrid, 2004.

Cervera Valderrama, Juan.: Memorias de Guerra. Editora Nacional. Madrid, 1968.

Estado General de la Armada para el año de 1849.

Estado General de la Armada para el año de 1851.

Estado General de la Armada para el año de 1852.

Estado General de la Armada para el año de 1853.

Estado General de la Armada para el año de 1861.

Estado General de la Armada para el año de 1865.

Estado General de la Armada para el año de 1870.

Estado General de la Armada para el año de 1873.

Estado General de la Armada para el año de 1874.

Estado General de la Armada para el año de 1875.

Estado General de la Armada para el año de 1876.

Estado General de la Armada para el año de 1880.

Estado General de la Armada para el año de 1885.

Estado General de la Armada para el año de 1887.

Estado General de la Armada para el año de 1890.

González González, Francisco José.: El Observatorio de San Fernando (1831-1924) Ministerio de Defensa. Madrid, 1992.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

Compilada por Todoavante ©

Nota.- La fotografía que acompaña a este escrito está tomada de un cuadro al óleo que se hizo después de su muerte, copiándolo de una fotografía suya en busto que se hizo él mismo; al pintar el cuadro se copió la fotografía que lleva en la mano, siendo la nebulosa de la constelación de Orión.

Biografía de don Leopoldo Puente y Wilke

Posted By on 9 de noviembre de 2015

Grabado de don Leopoldo Puente y Wilke. Ingeniero Jefe de 2ª clase.

Leopoldo Puente y Wilke.

Ingeniero Jefe de 2ª clase.

Vino al mundo el 1 de octubre de 1862 en Minas de Riotinto, provincia de Huelva.

Cursó sus estudios de bachiller en Madrid, al terminar paso a la Escuela de Ingenieros de Minas y Navales, (más…)

Biografía de don José María de Pazos y Gómez-Cólon

Posted By on 8 de noviembre de 2015

José María de Pazos y Gómez-Cólon. Capitán de navío de la Real Armada Española.

José María de Pazos y Gómez-Cólon. Capitán de navío de la Real Armada Española.

Capitán de navío de la Real Armada Española.

Nació en Ferrol el 7 de marzo de 1868, siendo sus padres don Emilio de Pazos y Vela-Hidalgo, contador de navío y doña Adelaida Isabel Joaquina Gómez-Colón y Chacón.

Ingresó en la Corporación el 8 de julio de 1884, como aspirante en la 26ª promoción de la Escuela Naval Flotante a bordo de la fragata Asturias, fondeada en el Arsenal de Ferrol, ascendió a guardiamarina el 12 de diciembre de 1887 y a alférez de navío 8 de junio de 1891 siendo el nº 22 de su promoción, pasando a embarcar en buques de su Departamento, hasta el 27 de agosto de 1892 por quedar destinado en el Arsenal. El 2 de marzo de 1896 pasó a embarcar en el crucero fajado Vizcaya, formando parte de la escuadra de Instrucción, permaneció un mes de descanso entre junio y julio en el puerto de Barcelona, de donde salieron rumbo a Mahón, al entrar el 23 de febrero de 1897 fue abordado por el buque correo Menorquín, pasando al mismo apostadero a reparar los desperfectos.

A su llegada a Cartagena se le entregó la Real orden del 21 de abril seguido comunicándole su ascenso al grado de teniente de navío. Después de unas maniobras fondearon en la bahía de Cádiz, de donde salió el 12 de junio siguiente en representación de España y de la Armada, para acudir a la revista naval de Spithead por el sesenta aniversario de la reina Victoria, enarbolando la bandera como insignia de la escuadra de Instrucción el contralmirante don Segismundo Bermejo, celebrándose el evento el 26 de junio de 1897, regresando a primeros de julio a Ferrol, donde se quedaron para pasar a limpiar fondos, a mediados de agosto la escuadra sale con rumbo a Cádiz, donde llega proveniente de Génova con escala en Mahón el crucero Cristóbal Colón, (sin sus dos piezas principales) reunida sale con rumbo a aguas gallegas para instrucción, de regreso entraron en Lisboa el 23 de septiembre, donde estuvieron unos días en visita de cortesía, saliendo con destino a Cádiz llegando en octubre, nada más llegar tomar posesión Sagasta como nuevo Presidente del gobierno, reclama como Ministro al comandante de la escuadra contralmirante Bermejo, tomando posesión el 4 de octubre, quedando sin mando hasta serle otorgado al contralmirante don Pascual Cervera el 30 seguido, por haber sido nombrado el 11 anterior.

El 27 de noviembre salieron con rumbo al Mediterráneo, los destructores se quedaron en Cádiz limpiando fondo, pero unos días después se encontraban todos ante Santa Pola, comenzando las maniobras el mismo día de la salida y hasta el 22 de diciembre seguido, como recomendación del señor Ministro le indica que no mal gaste munición, por ello solo se efectúan dos disparos con cañón de la artillería principal, a pesar de esto no quedaba duda alguna que la supuesta escuadra no estaba preparada para entrar en combate, se realizaron unos ejercicios combinando las dos divisiones, la de destructores y torpederos para mejor calibrar las respuestas, poco en claro se sacó de ellos por la premura en finalizar las maniobras navales, entrando en Alicante el 23 consecutivo, donde descansaron unos días para seguido salir con rumbo a Cartagena, aquí se le unió el crucero Alfonso XIII, pero al ver su estado Cervera envío comunicado al Ministro para que lo destinara a otros menesteres, pues para la escuadra era inhábil.

Se recibe la orden del 26 de enero de 1898, para que el Vizcaya insignia de la escuadra saliera urgentemente con destino a Nueva York, para devolver la visita a la Habana del acorazado norteamericano Maine. El crucero no pudo repasar sus bajos, problemas con las tuberías de calderas, ni tan siquiera llenar sus carboneras al máximo por las prisas del señor Ministro, a pesar de ello al ser recibido en la gran manzana el 19 de febrero Eulate se dio cuenta que algo pasaba, pues el práctico no le llevaba al lugar acostumbrado, quedando fondeando en Staten Island por estar el ambiente alterado, efectivamente así era, pues en la Habana el 15 anterior el acorazado de segunda norteamericano Maine había saltado por los aires por explosión interna, pero la prensa y los ingenieros de la comisión norteamericana pensaron que mejor ocasión no se les iba a presentar, por ello firmaron los especialista que la explosión era externa y por lo tanto culpa de España.

Estuvo hasta el 25 siguiente, levando anclas y saliendo con rumbo a la Habana, porque en ella (nadie sabe muy bien la razón) se encontraba como refuerzo de las fuerzas navales el crucero del mismo tipo Almirante Oquendo, el cual había salido de Cartagena la tarde del 12 de febrero, quien a su vez era parte de la escuadra de Instrucción, por ello es inentendible que si ya el Vizcaya faltaba por su forzada visita a Nueva York, no contento con eso el Ministro (o quien fuere, Cervera no, seguro) envían al Oquendo a la Habana, debilitando aún más la poca fuerza de la escuadra, pero las cosas siguen igual de torpes, pues reciben ambos la orden de volver a cruzar el océano con destino a las islas de Cabo Verde, para nada más llegar volver a salir el 19 de abril y cruzar el océano otra vez llegando a Martinica, Curaçao y posteriormente a Santiago de Cuba el 19 de mayo.(1)

El 3 de julio de 1898 su buque salió de Santiago de Cuba el segundo detrás del Infanta María Teresa; su comandante Eulate ordenó fuego al estar en mar abierto, por la suciedad en su obra viva pronto perdió velocidad quedando a merced de los enemigos, sumándose casi de inmediato al haber realizado unos disparos que varios de sus cañones escupieron los cierres, por estar los casquillos defectuosos y explosionar en su interior, esto causó muchos heridos y muertos, al serle notificado todo esto y el buque en llamas su comandante decidió embarrancarlo sobre los arrecifes del Aserradero, donde se deshicieron sus fondos y se hundió, los hombres saltaron a la mar y como pudieron llegaron a tierra. Había sido impactado por 24 proyectiles enemigos.

Fue hecho prisionero y embarcado en el yate armado San Louis desembarcando en la Academia de Annapolis junto al almirante Cervera. El 31 de agosto el contralmirante McNair comunica su puesta en libertad, inmediatamente Cervera envió una comisión a Nueva York para contratar un buque que los transportara a todos a España, pudieron hacerlo sobre el City of Rome de pabellón británico, el 12 de septiembre todos a bordo salieron, pero no podían entrar en un puerto militar por orden del Gobierno de España, por ello habló con el capitán para llevarlos a Santander, donde llegaron el 19 seguido, por ser de noche fondeó en el ante puerto, al día siguiente entró y atracó desembarcando todos. Al hacerlo al almirante le pidió licencia para desplazarse a su casa, lo que le fue concedido.

Como todos los participantes en el combate de Santiago de Cuba, pasó una larga excedencia, recibiendo la orden de embarcar en el crucero Alfonso XII el 29 de marzo de 1899, al cumplir el año de embarque quedo sin destino en el Departamento, hasta recibir la orden del 10 de septiembre de 1901 por ser destinado como ayudante del Distrito de Marín.

Continuo con su carrera en diferentes embarques y destinos en tierra, hasta recibir la Real orden del 21 de abril de 1912 con su ascenso a capitán de corbeta (grado creado este mismo año en la Armada, sustituyendo al anterior de teniente de navío de 1ª clase), y el 23 de noviembre seguido fue nombrado profesor de la Escuela de Aplicación. El 9 de noviembre de 1916 se le otorgó el mando del cañonero Vasco Núñez de Balboa, formando parte de las fuerzas navales del norte de África, participando en varios bombardeos en apoyo del ejército, así como tratar de cortar el flujo del contrabando de armas a los rifeños.

Debió ascender a capitán de fragata en 1918. Por Real orden del 6 de febrero de 1924 fue ascendido al grado de capitán de navío.

Se encontraba de jefe de la base naval de La Graña, en Ferrol, al sobrevenirle el fallecimiento el 9 de agosto de 1930, contaba con sesenta y dos años de edad, de ellos cuarenta y seis de ejemplares servicios. Casualmente ocupaba este mismo cargo su nieto, el capitán de navío don Federico de Pazos Lozano, cuando el 2 de octubre de 1995 falleció. Se dice que el destino no está escrito, a veces ciertas coincidencias hacen pensar lo contrario.

Entre otras condecoraciones estaba en posesión de: Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo; Cruz al Mérito Naval de 1ª clase con distintivo Blanco pensionada; 2 Cruz al Mérito Naval de 1ª clase con distintivo Blanco; Medalla de la última campaña de Cuba y Medalla de la Regencia de doña María Cristina.

(1) Son demasiadas y casi amontonadas las desacertadas órdenes; nos preguntamos, si de lo que más se acusa a don Pascual Cervera es no llegar a la Habana y refugiarse en Santiago de Cuba, ¿porque teniendo ya dos de los cruceros en ella no se les deja allí? Se le obliga sobre todo al Vizcaya a cruzar tres veces el océano casi sin descanso y navegar de Nueva York a la Habana, cuando estaba en las peores condiciones, al menos en la Habana se podía haber limpiado sus bajos y gracias a la previsión del Gobierno, con la sempiterna cuestión del carbón, los dos restantes no hubieran sufrido tanto (toda la división) de éste combustible. Por otra parte la escuadra quedaría en dos lugares a bloquear por los enemigos y quizás, solo quizás, los dos llegados a Santiago hubieran podido navegar a San Juan de Puerto Rico o a la misma Habana. De todas formas el resultado no habría cambiado, pues el error fue enviar la pequeña fuerza naval compuesta por cruceros contra verdaderos acorazados, eso dando gracias al poco acierto de la artillería enemiga, calculándose en tan solo un 2%. Alea iacta est.

Bibliografía:

Concas y Palau, Víctor Mª.: La escuadra del Almirante Cervera. Editorial San Martín. Tercera Edición. Madrid, 1998.

Cervera Topete, Pascual.: Colección de documentos referentes a la Escuadra de Operaciones de las Antillas. Editorial Naval. Madrid, 1986.

Compays Monclús, Julián.: La Prensa Amarilla Norteamericana en 1898. Sílex. Madrid, 1998.

Estado General de la Armada para el año de 1890.

Estado General de la Armada para el año de 1893.

Estado General de la Armada para el año de 1897.

Estado General de la Armada para el año de 1900.

Estado General de la Armada para el año de 1902.

Estado General de la Armada para el año de 1913.

Estado General de la Armada para el año de 1917.

Rickover, H. G.: Cómo fue hundido el acorazado Maine. Editorial Naval. Madrid, 1985.

Risco, S. J. Alberto.: Apuntes biográficos del Excmo. Sr. Almirante D. Pascual Cervera y Topete. Imp. Sebastián Rodríguez. Toledo, 1920.

Agradecimiento a don Juan Iñarra de Pazos por su aportación como descendiente del biografiado.

Compilada por Todoavante ©

Biografía de don José Fermín Pavía y Seix

Posted By on 7 de noviembre de 2015

Óleo de don José Fermín Pavía y Seix. Jefe de escuadra de la Real Armada Española. Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando de 1ª clase. 11 de abril de 1836. Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando de 3ª clase. 7 de abril de 1837. Gentil Hombre de Cámara de S. M. con llave y ejercicio. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

José Fermín Pavía y Seix. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Jefe de escuadra de la Real Armada Española.

Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando de 1ª clase. 11 de abril de 1836.

Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando de 3ª clase. 7 de abril de 1837.

Gentil Hombre de Cámara de S. M. con llave y ejercicio.

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Biografía de don Francisco de Paula Pavía y Pavía

Posted By on 6 de noviembre de 2015

Óleo de don Francisco de Paula Pavía y Pavía. Vicealmirante de la Real Armada. Caballero de la Real y Militar Orden de San Fernando de 1ª clase. 24/I/1837. Caballero de la Real y Militar Orden de San Fernando de 1ª clase. 24/II/1837. Comendador de número y Gran Cruz de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III. Ministro de Marina. Senador Vitalicio. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Francisco de Paula Pavía y Pavía. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Vicealmirante de la Real Armada.

Caballero de la Real y Militar Orden de San Fernando de 1ª clase. 24/I/1837.

Caballero de la Real y Militar Orden de San Fernando de 1ª clase. 24/II/1837.

Comendador de número y Gran Cruz de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III.

Ministro de Marina.

Senador Vitalicio.

Vino al mundo en la ciudad de Cádiz el 18 de junio de 1812, su padre fue don José Fermín Pavía teniente de navío. (más…)

Biografía de don Nicolás de Otero Figueroa y de Cea

Posted By on 5 de noviembre de 2015

 

Capitán de navío de la Real Armada Española.

Vino al mundo en la población de Santiago de Compostela en 1771, siendo sus padres don Francisco Otero de Figueroa y Andrade, y doña Antonia Gertrudis de Cea y Prado. (más…)

Biografía de don José Ramón de Obregón Francos y de Landeras

Posted By on 4 de noviembre de 2015

 

Brigadier de la Real Armada Española.

Cruz de Caballero de la Real Orden Americana de Isabel La Católica.

Caballero de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.

Vino al mundo en el lugar de Molledo en el Valle de Iguña en la actual provincia de Santander en 1765, siendo sus padres don Isidro de Obregón Francos y de Terán, y doña María Teresa Landeras y Diez de Argueso. (más…)

Biografía de don Tomás Muñoz y Calvera

Posted By on 3 de noviembre de 2015

 

Teniente general de la Real Armada Española.

Ingeniero General.

Vino al mundo en Barcelona por 1745 siendo sus padres, don Francisco Muñoz y doña Josefa Calvera.

Comenzó su carrera militar en el Arma de Infantería del Ejército, (más…)

Biografía de don Bernardo Muñoz de Rivera y de Aragón

Posted By on 2 de noviembre de 2015

Jefe de escuadra de la Real Armada Española.

Vino al mundo en la ciudad de Tarifa en 1757, siendo sus padres don Fernando Muñoz de Rivera y Morales, y doña Inés de Aragón y Lara. (más…)

Biografía de don Francisco Moreno Fernández

Posted By on 1 de noviembre de 2015

Francisco Moreno Fernández. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Francisco Moreno Fernández. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Almirante.

I Marqués de Alborán.

Gran Cruz de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III.

Vino al mundo el 7 de noviembre de 1883 en la ciudad de San Fernando, Cádiz. Fueron sus padres, don Salvador Moreno y de Eliza, teniente de navío de 2ª clase llegando a vicealmirante, acumulando en el servicio más de tres mil días de mar y de doña María Asunción Fernández y Antón. A los pocos meses de vida su padre fue destinado al Ferrol, siendo en esta ciudad donde realmente se crió y realizó sus primeros estudios.

Al cumplir los catorce años realizó el pertinente examen de acceso ingresando el 9 de julio de 1898 en la Escuela Naval Flotante por estar a bordo de la fragata Asturias, el 7 de febrero de 1901 desembarca por obtener el grado de guardiamarina, el 25 de febrero de 1901 embarca en el crucero Emperador Carlos V donde estuvo unos días volviendo a la Escuela, dos semanas más tarde se le ordena regresar al crucero del que desembarca el 19 de mayo seguido, poco después embarcó en el buque escuela Nautilus realizando su preceptivo crucero de instrucción, navegando por el Cantábrico y el Atlántico, realizando las escalas previstas en los principales puertos tanto de África como de América del Sur, desembarcando el 18 de abril de 1902. Al regresa se le destinó para terminar sus prácticas de nuevo al crucero Emperador Carlos V, navegando por los mares de la costa norte de España, Francia y Reino Unido. En éste último país tuvo ocasión de asistir a la Revista Naval celebrada en Spithead, con motivo de la coronación del nuevo rey Eduardo VII, al regresar desembarcó el 8 de febrero de 1903. El 1 de abril continuo finalizó sus estudios en la Escuela Naval con el grado de alférez de fragata, obteniendo el número cuatro de su promoción, pasando al crucero Cardenal Cisneros para realizar cruceros hasta el 15 de agosto consecutivo.

Por esta época el retrato físico que poseemos de Francisco es el de un joven de mediana estatura, robusto y fuerte de complexión, a la que añadía agilidad. Poseía una mirada viva y penetrante enmarcada en la expresión de un rostro sencillo y amable. En costumbres, venía caracterizado por una regular rectitud y caballerosidad como forma de vida, aunado a una franqueza que se convertía en la insignia de su carácter. Era amigo del camino en rumbo recto sin concesiones ni oportunismos. Quizá estas últimas cualidades le acarrearían después no pocos problemas a lo largo de su vida, ya que no era propenso a ceder simplemente por quedar bien ante la música del momento o la opinión ajena.

En septiembre seguido embarcó en el crucero Lepanto, realizando comisiones y cruceros, al regreso de uno de ellos se le entrega la Real orden del 30 de marzo de 1904 con el ascenso a alférez de navío, continuando en el mismo buque hasta desembarcar el 5 de agosto siguiente y destinado el 15 de septiembre seguido en tierra como Ayudante Mayor del Arsenal de Ferrol, permaneciendo hasta mediados de noviembre por pasar embarcado al aviso Giralda, realizando diferentes cometidos hasta el 18 de mayo de 1907, por recibir la orden de desembarcar por ser destinado como Ayudante Mayor del Arsenal de Ferrol donde permaneció algo menos de dos meses, por pasar el 13 de julio a la Jefatura del Estado Mayor del Departamento, donde permaneció hasta el 10 de agosto de 1908.

Embarcó en crucero Vasco Núñez de Balboa de dotación, desembarcando el 6 de octubre de 1909, embarcando en el crucero Cataluña de dotación hasta el 19 de noviembre seguido, trasbordando a la corbeta Nautilus hasta el 21 de noviembre de 1910. Al día siguiente se le destina de nuevo a la Jefatura del Estado Mayor del Departamento, permaneciendo en el destino hasta el 1 de diciembre siguiente.

El 2 de enero de 1911, comienza el curso de Hidrografía en el vapor Urania, embarcando el 21 seguido participando en la campaña hidrográfica hasta 10 de diciembre de 1911, comenzando la segunda campaña el 17 siguiente, encontrándose en ella se le notifica su ascenso a teniente de navío el 22 de abril de 1912 prosiguiendo su especialización, entregándole el distintivo de especialista el 28 de diciembre continuando hasta dar por finalizada la comisión el 20 de enero de 1913, desembarcando el mismo y destinado a eventualidades al apostadero de Ferrol, el 28 continuo se le destina al acorazado España, formando parte de la comisión inspectora del buque, donde estuvo hasta el 8 de septiembre de 1913, por ser nombrado ayudante de derrota del mismo buque y oficial electricista, estuvo a su bordo hasta desembarcar el 7 de febrero de 1918. Sin dejar su destino se le encarga formar parte de la Comisión que viaja a Alemania, permaneciendo en ella entre el 5 de agosto y 19 de septiembre siguiente de 1917.

Esta comisión se produjo por recibirse en el Ministerio de Marina en la primavera de 1917 una invitación del Almirantazgo Alemán, por si querían enviar en visita oficial varios oficiales españoles. El Ministro llamó a cuatro tenientes de navío, siendo el jefe de la comisión don Pedro Cardona y uno de los elegidos fue don Francisco Moreno, pues conocía el idioma a más por otras razones. Se desplazaron a Bélgica, donde les fue detenidamente mostrado el Arsenal de Brujas, así como el puerto de Zee-Brujas, el cual contaba con unas poderosas piezas de artillería de costas protegiendo aquella zona, desplazándose por tierra hasta Alemania pasaron muy cerca de la primera línea de combate en la localidad de Nilderkerque. Al llegar a Alemania los llevaron al gran Arsenal y base de Wilhemshaven, el cual visitaron por completo, incluidas las nuevas instalaciones de la base de sumergibles y sus adyacentes talleres de mantenimiento de las naves. A terminar aquí la visita los llevaron a Helgoland, donde les fueron mostradas las baterías de costa, su base se sumergibles y sus talleres, aquí los embarcaron en un hidroavión para ver las bases desde el aire y amerizando éste trasbordaron al sumergible U-55, regresando al puerto de Wilhemshaven. No quedó aquí la demostración de aprecio de los marinos alemanes, pues abordaron el crucero de combate Moltke, donde fueron recibidos por su comandante en jefe el vicealmirante Von Hipper, quien a su vez les acompañó a visitar el crucero ligero Karlsruhe, donde los despidió, porque ya les estaba esperando a bordo del acorazado Kaiser Friederich III, buque insignia del Almirante en Jefe de la Flota de Alta Mar, Von Scheer acompañado de su Estado Mayor brindándoles una muy amable bienvenida.

Al ser despedidos por el Almirante Von Scheer, fueron llevados a la estación de zeppelines de Alhornt, donde visitaron las instalaciones, de aquí pasaron a Kiel donde les enseñaron las de sumergibles y torpedos, al terminar ésta fueron embarcados en destructores, los cuales salieron y realizaron diversas maniobras con lanzamiento de torpedos, al concluir la demostración fueron trasladados a Essen, donde visitaron varios de los talleres de la casa Krupp, pudiendo ver y comprobar todo el duro y fino trabajo de la fabricación de sus famosos cañones. Por último fueron trasladados al Gran Cuartel para ser recibidos por el generalísimo Von Hinderburg, así como por el Jefe del Estado Mayor de la Marina, el Gran Almirante Hoechendorff, donde fueron despedidos y trasladados a España, al llegar visitaron al Ministro, al cual informaron pormenorizadamente sobre todo lo visto y comprobado, dada la gran oportunidad brindada por la marina alemana y viendo el Ministro los informes, los presentó al Rey, éste sorprendido por la minuciosidad del trabajo realizado incluyendo dibujos, ordenó les fueran dadas en sus nombre las Reales gracias.

Al desembarcar del España pasa el 9 de febrero al crucero Emperador Carlos V, por haberse instalado de pruebas los nuevos A/08 y Blitz Leaviff, para realizar un informe sobre estas armas, al completarlo desembarca el 2 de marzo de 1918. Fue nombrado ayudante  de derrota del acorazado España, regresando a su bordo hasta el 13 de agosto seguido, por haberle otorgado su primer mando el día anterior del torpedero nº 12, por ser un especialista en esta arma, el buque quedó incorporado a la escuadra y se le añadió ser profesor en ella de los guardiamarinas, permaneciendo hasta agosto de 1920, entregando el mando a su hermano don Salvador.

Demandó y se le otorgó licencia de dos meses, presentándose de nuevo el 24 de octubre seguido. Se le asciende a capitán de corbeta el 11 de enero de 1921 y destina a la subcomisión hidrográfica del Norte, con base en Castro Urdiales levantado la triangulación entre Tazones y Peñas, y las sondas entre Deva y Peñas, el 26 de septiembre de 1921 embarca en el destructor Proserpina, desembarcando el 15 de octubre seguido. Estuvo en esta comisión por orden expresa del Capitán General del Departamento de Ferrol. Pasando el mismo día de nuevo a la comisión hidrográfica, permaneciendo en ella hasta desembarcar el 29 de marzo de 1922.

Entre el 1 de abril de 1922 y el 10 de agosto seguido estuvo como alumno de la escuela de artillería, entregándole el diploma de muy aprovechado el 18 siguiente, para realizar las prácticas pasó al acorazado España, donde escribió un informe a sus superiores. El 1 de septiembre continuo se incorpora a la subcomisión hidrográfica en Santander, navegando entre los cabos de la Peña y San Lorenzo, continuando con la concha de Gijón, Candás, Luanco y Peñas, al finalizar desembarcó 10 de junio de 1923. El 27 siguiente embarca como jefe de los servicios de artillería y electricidad, en el acorazado Jaime I, desembarcando el 12 de junio de 1924.

Por su ascenso a capitán de corbeta debía cumplir el año de mando a flote, por ello el 23 de junio se le entrega el patrullero Larache, desembarcando el 21 de agosto de 1925. Durante este tiempo estuvo destinado a las fuerzas navales del norte de África, permaneció en la mar doscientos cuarenta y cinco días, y disparado sobre los moros, quinientos cincuenta y cinco proyectiles de 76,2 m/m; doscientos cincuenta y nueve de 37 m/m y cinco mil quinientos de fusil. Durante su navegar se levantó un temporal duro de Levante en el Estrecho, pero nada mejor para conocer el episodio que el parte emitido por Francisco Moreno para describir aquel acontecimiento al Comandante General de la Fuerzas del Norte de África, tras conseguir arribar a Almería después de haber pasado setenta y seis horas de angustia: «El cariz del tiempo, dudoso al salir de Ceuta, fue empeorando a medida que avanzaba la noche, recalando mar del SE en el fondeadero del río, con todos los síntomas de Levante: a las 2,40 de la madrugada se entabla éste, fijándose el viento al NE después de chubasco muy fuerte y aumentando la mar. Pedí instrucciones al Extremadura, en el que suponía al Jefe de E.M. y me dispuse a levar para enmendarme, faena en la que tropecé con dificultades, siendo imposible llevar el ancla al varadero por partirse con los golpes de la misma el asiento inferior de aquél. El Extremadura me comunicó que me aguantase al ancla y sobre la máquina y, al mismo tiempo, pasaba una comunicación por Scott al Laya, para que éste la transmitiese a Tetuán, en la que con toda urgencia pedía instrucciones para los buques, cuya permanencia en el fondeadero era manifiestamente peligrosa. Suponiendo inmediata salida y para no exponer la amura a los golpes del ancla, desistí de fondear de nuevo, comunicando a dicho buque que me aguantaría proa a la mar en las proximidades, por entorpecimiento de aquella faena, y así lo hice, gobernando desde las 3,50 horas al N. 50 E., y con el número de revoluciones indispensables para conservar el gobierno, continué a la vista de las luces de Río Martín, hasta las 4,50 horas, en que se tapó la costa, que ya no volví a ver hasta las 6,35, marcando en una clara a Cabo Negro, próximamente al N, y a unas tres millas. A esta hora y suponiendo ya a los buques en viaje a Ceuta goberné al N. 25 E. y di 70 revoluciones, continuando así hasta las 11 de la mañana, en que de nuevo se vio confusamente la tierra, esta vez corrida desde la amura al través de Er., y que supuse ser trozo comprendido entre Castillejos y Punta Almina; como la distancia a ella me pareció escasa, me consideré aconchado sobre ese trozo y, en consecuencia, puse de nuevo la proa a la mar francamente al ENE, con intención de ganar barlovento y poder montar la Punta con ella en popa. A las 4 de la tarde se vio de nuevo la costa al N. de Gibraltar, pero ya a esta hora la mar había aumentado en tales proporciones que no creí prudente correr el tiempo, ya que el buque —sobrecargado en extremo y sin medios rápidos para achicar el tanque de reserva de popa, que, por excepción, había llenado en Ceuta para aumentar mi autonomía— presentaba desfavorables condiciones para dicha maniobra. La menor separación del rumbo traía consigo bandazos violentísimos, y como, por otra parte, no tenía seguridad en la situación —pues la tierra se ocultó a poco— y el cariz era cada vez peor, me decidí a conservar la proa a la mar a toda costa saliéndome ya sobre la de España, bajo la influencia de una corriente hacía el E de mucha intensidad. Al anochecer, el viento era atemporalado, los chubascos continuos y la mar gruesa. Sin embargo, el buque lo hacía muy bien y sin embarcar agua en proporciones alarmantes. A las 2 de la mañana del día 19 encapillamos el primer golpe de mar, que hundió por completo la cubierta y, en parte, los compartimentos de proa, dejando al buque hocicado y en condiciones tales que, de repetirse inmediatamente, era segura su pérdida; providencialmente no fue así, dándonos tiempo a desalojar el agua por las falucheras y a reconocer el pique y caja de cadenas, que se encontraban anegados casi en su totalidad, con más de seis toneladas de agua. Ésta había invadido también el sollado por la puerta de bajada y lumbreras de ventilación, que no tenían defensa de ninguna clase. Con toda rapidez se cortaron varios remaches en el mamparo de colisión por los cuales se dio salida al agua del sollado y de éste a la sentina, donde lo achicaba la bomba. Se procuró hacer estanca la escotilla de proa y gateras de las cadenas y se estableció un servicio permanente para la expulsión del agua por las falucheras. Sin embargo, en los sucesivos golpes de mar se vio que el remedio no era completo, repitiéndose frecuente el hocicamiento de la proa, que con gran trabajo llegaba a la cresta de la ola siguiente, manteniéndonos a todos en la expectación natural. El agua inundaba el pique con mucha mayor rapidez que la pequeña salida que le permitían los orificios de los remaches, y esta situación, delicada siempre, lo era mucho más durante la noche, en la que no era posible abordar de frente la ola, a pesar de la habilidad de los timoneles y de toda la atención que el Segundo y yo poníamos en conseguirlo. A las cuatro de la tarde del día 19 se vio durante un momento la punta de Calaburras, marcándose el N35W y seis y ocho millas de distancia. No se me pasó por la imaginación el arribar a Málaga, continuando siempre con la proa a la mar a rumbos variables entre N. 55 y N. 80 E. Mi intención era tomar, si el rumbo me conducía a ello, cualquiera de los fondeaderos de la Herradura, Almuñecar, Motril o Valerma (actual Balerma) y, en último extremo meter sobre Almería, al entrar en el socaire de Cabo de Gata. La velocidad, por corredera, oscilaba alrededor de una milla, con régimen de revoluciones para 5 ó 6, indispensables para conservar el gobierno. Sin embargo, yo tenía la seguridad de que avanzábamos con muchas más rapidez y aún me quedé corto en esta apreciación. El día 20, el viento era huracanado, sucediéndose los chubascos sin interrupción y aumentando todavía más la mar, con altura de las olas no inferiores a nueve metros; continuamos embarcando mucha agua, los medios de achique no eran suficientes para mantener boyante la proa, y el trabajo de la dotación llegaba a su límite; en esta situación se complicó por la tarde, al presentarse una mar confusa NE. y ESE., que dificultaba en extremo el gobierno, encapillando muchos golpes de mar por las amuras, sin darnos tiempo de desalojarlas; en particular, la que se acumulaba en el compartimento de proa, que hundía a ésta visiblemente. Ordené echar al agua todas las planchas de protección que tenía almacenadas abajo y, a continuación, toda la cartuchería del 76,2 m/m, con un peso aproximado de 2,5 toneladas. A esto siguió una parte de los proyectiles —unos 60—, suspendiendo la operación al notar sus resultados que, a mi modo de ver, fueron decisivos, defendiéndose el buque mucho mejor, a pesar de las proporciones de la mar y de la dificultad que representaba el gobierno, sobre todo durante la noche siguiente, en la que rompieron varios golpes sobre el mismo frente de la caseta, arrollándonos a todos y haciendo molestísima la estancia en el puente, cuya cristalería había desaparecido. El día 21, a media mañana, se vio de nuevo la costa al E. de Adra, y poco después de mediodía, el cabo de Gata, muy poco abierto por Er., empezando en seguida a notarse el abrigo, que me permitió tomar la mar por la amura y, finalmente, arribar sobre Almería, en donde quedé amarrado a las cuatro de la tarde, telegrafiándoselo inmediatamente a V. E. A las seis de la tarde recibí un telegrama de S. M. el Rey, encargándome le comunicara por telégrafo y directamente detalles de la travesía, como así lo hice, en forma análoga a la que a V. E. conoce. El buque no ha perdido nada de su valor militar y marinero, quedando listo en la tarde de hoy para desempeñar comisión. Todos los desperfectos —pues no debo considerarlos como averías— afectan a la superestructura y, en especial a los cargos. Del firme del barco, únicamente la plancha circular que sirve de bañera a la plataforma del cañón requiere ser descosida para enderezarla, pero tal como está no impide el juego del mantelete. La máquina, el servomotor y los servicios de achique trabajaron a la perfección; el salidero notado antes de la salida de Ceuta no aumentó durante la travesía, siendo normal el consumo del agua, sin que haya tenido la menor preocupación por esta parte; el mandrilado de los tubos se terminó el sábado, quedando desde ayer terminados, y lista la caldera para dos horas. Desaparecieron varios candeleros, el aparejo de gata de Br., y todos los cristales de casetas y lumbreras. Para taponar estas últimas se inutilizaron varios coys, fundas y dos trozos de toldos. En la camareta de Suboficiales la entrada de agua por los portillos estropeó todas las colchonetas y, en parte, vestuarios y efectos; lo mismo ocurrió, en menor proporción, en el sollado de marinería. La despensa, situada en el sollado, debajo del tambucho de bajada, que, por fuerza, había que abrir con frecuencia, se inundó, perdiéndose en casi su totalidad los víveres de la dotación. Lo mismo ocurrió en el pañol del vino. En los pañoles de proa del Contramaestre, se inutilizaron también bastantes efectos. Con los fondos de habilitación —pues el Fondo Económico llega esencialmente para las necesidades más urgente y no tiene ahorro de ninguna clase— se han hecho las reparaciones indispensables, cambiándose las frisas a los portillos (las colocadas últimamente en Matagorda estaban muy mal dispuestas) y colocando otras escotillas y puertas de los tambuchos, que nunca las tuvieron; se adquirieron cristales de más cuerpo, para las lumbreras, añadiéndoseles una tapa de madera, para defensa de los mismos, y se arregló de nuevo la cristalera del puente. De vajillas y enseres se adquirieron lo indispensable y se repuso el aparejo de gata y las drizas que faltaron. Con todo detalle daré cuenta a V. E. de los gastos hechos y de los que se necesitan hacer para reparar los efectos inutilizados, por si tiene a bien ordenar se me faciliten o se me permita su adquisición directa. Durante la travesía pedí la situación a dos vapores extranjeros por medio del Código Internacional, y como no me contestaron, se les llamó por medio de la estación radiotelegráfica, sin obtener resultado, lo que no me extrañó, dada la inutilidad en que hace tiempo se encuentra. No se me ocurrió pedir nunca auxilio ni a los buques ni a tierra, porque consideraba imposible se me prestara. Prueba de ello fue la noche del 20 se mantuvo por Br. y a corta distancia, durante más de dos horas, un gran vapor extranjero, que no conseguía ganarme y se aconchaba sobre el buque. Con el Scott y el Código le rogué se separase, como al fin lo hizo, pasándome por la proa. La conducta de la dotación, salvo dos o tres casos de apocamiento, fue serena y arrojada, produciéndonos la mayor satisfacción. El segundo comandante, alférez de navío Rodríguez Lizón, puso de manifiesto cualidades nada comunes de serenidad y optimismo, que supo transmitir a la gente, infundiendo confianza en todos. El personal de máquinas, como siempre, respondió a todas las exigencias. El Condestable y el Contramaestre se encargaron alternativamente de los servicios de achique y desagüe, dando ejemplo a la dotación por su resistencia y actividad, mucho más de tener en cuenta en el primero. Merecen mención especial y tengo el honor de proponer a V. E. para una recompensa, los individuos siguientes: Operario de Máquinas Ricardo Álvarez Hermida, modelo de asiduidad siempre y que en esta ocasión permaneció constantemente esclavo del servomotor, aparte de su servicio en calderas, debiéndose a él, con toda seguridad, el perfecto funcionamiento de aquel aparato, cuya interrupción pudo haber sida fatal para el buque. Cabo de Cañón Antonio Moreno Herrera y Marinero de segunda Amador Gándara Fernández, que desempeñaron los más distintos cometidos con la mayor voluntad y exposición. Ambos resultaron contusos. Cabo de Mar Justo Ibarloza Acarregui y Marinero de primera León Anasagasti Ispizua, alternaron exclusivamente en el gobierno durante los tres días, desempeñando su cometido, nada fácil, con la mayor serenidad sin dar muestras de cansancio, a pesar de encontrarse casi siempre envueltos por rociones y golpes de mar; los dos se han hecho acreedores a mi gratitud y así lo he hecho público ante las brigadas. El resto de la dotación trabajó con fe y en condiciones poco comunes, sin alimentación ni descanso, con las tres excepciones que señalo a V. E. (los autores evitan poner los nombres de ellos para no herir susceptibilidades) por si tiene a bien ordenar su desembarco, ya que su presencia a bordo es, a mi modo de ver, perjudicial. Dios guarde a V.E. muchos años. A bordo. Almería, 23 de noviembre de 1924. Francisco Moreno.»

Es patente que sus grandes conocimientos evitaron una tragedia, seguido fielmente por sus subordinados logrando entrar en Almería, durante el temporal dos de los mayores buques de la Armada quisieron salir a prestarle ayuda y la mar lo impidió, fueron el acorazado Alfonso XIII y el crucero Cataluña a cuyo bordo iba su hermano Salvador, pero les fue imposible soportarla, en cambio el Larache con sus 400 toneladas de desplazamiento y 44 metros de eslora si lo pasó. Entre el centenar de telegramas recibidos uno era algo especial, decía: «Enhorabuena. Mal rato me has hecho pasar. Te abraza, Alfonso»

El 27 de junio de 1925 es nombrado profesor de la Escuela de Guerra Naval, pero no pudo ocupar su puesto hasta entregar el mando del patrullero, por ello lo hace el 21 de agosto y se presenta en Madrid el 23 siguiente. Comenzado el curso, al concluirlo pasa a realizar las prácticas de la Escuela, embarca en el destructor Lazaga el 1 de julio de 1926, permaneciendo en él hasta el 18 de septiembre siguiente, regresando a la Escuela, donde se le entrega el diploma con su título de especialista el 30 de septiembre seguido, de nuevo en el curso siguiente, vuelven a embarcar en el mismo buque, entre el 19 de junio de 1927 hasta el 18 de septiembre seguido, cesando el 31 de enero de 1928.

Se le destina de nuevo a la comisión hidrográfica, pero esta vez como jefe en Madrid, ocupando su puesto el 1 de febrero de 1928. Fue llamado para las maniobras de la escuadra por el Comandante General de ella, ocupando el cargo de Ayudante Mayor de la Flota, permaneciendo un mes y dos días, desembarcando el 12 de noviembre seguido, recibiendo su ascenso a capitán de fragata el 3 anterior, reincorporándose a su destino, donde se reorganizó creándose el Servicio de Hidrografía nombrándolo su jefe, elevando un informe para la construcción en España de dos buques planeros, le fue aceptada y viajó a Mónaco, La Specia, Génova y París, sabiendo de la entrega de dos unidades para Argentina por el Reino Unido, se puso en contacto con Buenos Aires, al llegar a Madrid se reunió con los ingenieros consiguiendo se pusieran las quillas más tarde del Tofiño y Malaspina, resultando unos casi inmejorables buques para su trabajo, permaneció en su puesto hasta el 15 de enero de 1929.El mismo día toma posesión de su nuevo destino, como Jefe Secretario Auxiliar Ministerio Marina y agregado a la Escuela Guerra Naval, dejando este destino el 26 de junio, el siguiente pasa al Gabinete Estudios de la Dirección General de Campaña, donde permanece hasta el 13 de septiembre seguido.

Se le llama de nuevo para formar parte del Estado Mayor de la División de Cruceros embarcando en el Príncipe Alfonso, el 15 de septiembre continuo, permaneciendo hasta el 29 de noviembre siguiente, trasbordando el mismo día al crucero Almirante Cervera, pero como Jefe de Estado Mayor del buque permaneciendo a bordo hasta el 16 de septiembre de 1930. El 18 seguido se le otorga el destino de Subdirector de la Escuela de Guerra Naval. «Sin desatender el anterior destino se le nombra para la Sección de Operaciones del Estado Mayor de la Armada» pasando a ella el 5 de diciembre del mismo año.

Para efectuar las pruebas prácticas de la Escuela de Guerra Naval embarca en el destructor Sánchez Barcáiztegui, entre el 20 y 30 de julio de 1931. Reintegrado a su puesto permanece hasta el 26 de septiembre siguiente. El 30 consecutivo se le otorga el mando del buque Galatea, y Director de la Escuela de Marinería por estar ésta en el mismo buque, desembarcando el 24 de marzo de 1932. (Como se puede apreciar no hubo ningún cambio en su carrera ni alteración, a pesar del cambio político producido el 14 de abril de 1931 al proclamarse la 2ª República, la Corporación continúo trabajando sin atender otras razones que no fueran las propias de ella y de las que entendía)

Pasando destinado como Jefe interino de la 1º Sección (Organización) del Estado Mayor de la Armada, comenzando el 25 de marzo de 1932, cesando el 2 de julio siguiente. El 6 de julio seguido toma el mando del destructor Sánchez Barcáiztegui, desembarcando el 11 de enero 1933. El 16 continuo es destinado como sub-director de la Escuela de Guerra Naval y Jefe del Negociado Operaciones del Estado Mayor de la Armada. Entre el 28 de junio al 11 de julio embarca en el crucero Almirante Cervera como Segundo Jefe del Estado Mayor de la Flota, para realizar las maniobras correspondientes. Aprovechando las vacaciones se le destina a un viaje de estudios en el extranjero, por lo que sale de Madrid el 6 de agosto; el 7 en Barcelona; el 8 en Tolón; el 10 en Génova; el 11 en La Spezzia; el 14 en Roma; el 16 en Nápoles; el 19 en Venecia; el 29 en Port Bou y el 31 en Madrid. Habiendo visitado los Arsenales de las ciudades mencionadas, los Astilleros Ansaldo, fábrica de torpedos de Castellamare y algunos buques de guerra. Cesando en la sub-dirección de la Escuela de Guerra Naval el 5 de enero de 1934.

Por ser destinado como Director interino de ella sin abandonar el puesto en el Estado Mayor de la Armada. Para el 27 seguido obtener la Dirección en propiedad, sin dejar el Negociado de Operaciones del Estado Mayor. El 10 de octubre sin dejar sus destinos, se le agregó otro siendo destinado a las órdenes del Ministro de la Guerra, durante la represión del movimiento revolucionario de Asturias, para servir de enlace entre los dos Ministerios; cesó en este cometido el 22. Durante este tiempo embarcó en el destructor Almirante Valdés el 9 de abril desembarcando el 18. Embarcando de transporte en el destructor Lazaga entre el 30 de mayo y 2 de junio, para acudir a realizar maniobras embarca como parte del Estado Mayor en el submarino C-6, entre el 6 á 10 de junio consecutivo.

El 5 de enero de 1935 se le asciende al grado de capitán de navío, continuando en sus destinos anteriores, hasta que el 12 de junio por tener unas palabras con el sub-secretario de la Marina Militar, se le imputa una Sumaria: «Por insulto de palabra al Subsecretario de la Marina Militar. El Consejo de guerra celebrado el 30 de julio, lo condenó á dos meses de suspensión de empleo; comenzando la sanción el día dos de agosto y finalizando el día dos de octubre.», pasando a disponible forzoso. Por la sentencia el 12 de junio pasa a disponible forzoso (apartado A), hasta el 4 de julio siguiente, pasándole a disponible gubernativo hasta el día 2 de agosto, por comenzar a cumplir la condena del Consejo, permaneciendo los dos meses, reincorporándose como disponible forzoso (apartado A) el mismo 2 de octubre hasta el 13 de noviembre siguiente, pues con la misma fecha se le destina como comandante de quilla de los cruceros Canarias y Baleares, «con carácter forzoso» desplazándose a Ferrol.

Se produce el Alzamiento el 18 de julio de 1936, continuando en su destino de comandante de quilla de los cruceros Canarias y Baleares, uniéndose a los alzados, por ello el 31 de julio seguido el Gobierno Provisional lo nombra Jefe de la Flota nacional, con insignia en el acorazado España 2º. El 31 de agosto cambia su insignia como comandante y Jefe de la Flota al crucero Canarias. El 22 de julio de 1937 se le asciende a contralmirante, pasando el 10 de octubre a ser habilitado de vicealmirante, por Decreto nº 356 de esta misma fecha se le nombra Jefe de la Fuerzas de Tierra, Mar y Aire del bloqueo del Mediterráneo.

Al producirse el hundimiento del crucero Baleares el 6 de marzo de 1938, arrastró al abismo al contralmirante Vierna, a todo su estado mayor, el comandante del buque, capitán de navío don Isidro Fontela, treinta y cinco oficiales, y seiscientos ochenta y cinco suboficiales, y marineros de su dotación. Fue en sí el mayor desastre naval de toda la contienda, tanto por la gran cantidad de víctimas causadas, como por la valía y necesidad del buque, provocando una gran decepción en toda la escuadra y posteriormente, un desafortunado discurso del general Franco, en la toma a los pocos días de la población de Vinaroz que le dio la salida al Mediterráneo, partiendo en dos la zona ocupada de España por el ejército popular. Caló tan hondo el discurso (cuerno de Vinaroz) que llegaron a haber deserciones entre la marinería y solo gracias, a la decisión personal del vicealmirante don Francisco Moreno Fernández, capitán general de las fuerzas del bloqueo, con base en la ciudad de Mallorca de ir visitando todos los buques de su mando, se pudo evitar una catástrofe mayor, pues comenzó por convencer a todos sus oficiales subordinados, así como mantener conversaciones cara a cara, sin distinción de graduación o sin ella, con cualquiera que tuviera una duda al respecto de la confianza del mando en la victoria final.

El 4 de marzo de 1939 llega la noticia al Generalísimo de la sublevación en Cartagena, dando la orden al Jefe del Estado Mayor de la escuadra, vicealmirante don Juan Cervera Valderrama se ponga en marcha el envío de tropas, para poder tomar el Arsenal e impedir que el jefe de la flota roja la hunda en puerto, Cervera comunica a Vinaroz aprontar lo más rápidamente posible el convoy, con el inconveniente que debía de entrar por la bocana del puerto, siendo uno de los mejor protegidos por la artillería de costa, esto no se le comunica a don Francisco Moreno, el 5 el jefe de las fuerzas del bloqueo envía una instrucción de una petición anterior para tomar Valencia, no siendo tan complicado variar el puerto de destino, pero sigue el mutismo de Franco, el 6 a las 0400 horas sale el primer mercante con rumbo a Cartagena, en total eran diez barcos saliendo el último a las 2200 del mismo día, dándoles escolta los minadores Marte, Júpiter y Vulcano que se encontraban en el puerto de salida, la forma de salir no se trataba de formar convoy y se añadía el peligro de tener que navegar ciento cincuenta millas de aguas peligrosas, tanto por la posible salida de la escuadra roja como del ataque aéreo, por conversación del comandante del Marte se entera don Francisco de lo que está sucediendo, dando la orden de salir de Palma de Mallorca con su insignia el mercante armado Mar Cantábrico, poniendo rumbo al Arsenal de destino para comprobar si realmente está en manos de los sublevados, para ello ordena enarbolar bien visible el pabellón de la Armada entrando bajo el alcance de la artillería, poco después comienzan a caer algunos proyectiles, siendo obvio, la base no estaba como se pretendía en manos amigas.

Ordenando a sus buques transmitieran a los mercantes regresar al puerto de partida, pero el problema se agrava al estar diseminados y para terminar de arreglarlo, dos de ellos el Castillo Peñafiel y Castillo Olite no les funcionaba la radio, al ser conocedor de la circunstancia ordena salir a los cañoneros Cánovas, Canalejas y Dato a cruzar sobre la posible derrota y ayudar a los cañoneros para transmitir la orden de regreso. El Peñafiel sobre cabo de Palos sufrió un ataque de la aviación, causándole bajas, sumándose haberse levantado la mar y recibirla de través, viró para salir de la encerrona consiguiendo llegar a Ibiza en muy malas condiciones el 8 a las 1600 horas, pero nada se sabía del Olite, se unió el recién incorporado crucero Navarra a sus compañeros, mientras el Almirante Cervera estaba en Ferrol de reparaciones y llegó el 9 por estar en comisión el Canarias, pero nada encontraban sobre la mar.

El 10 se supo por radio Moscú el hundimiento de un mercante en Escombreras, confirmándose el 11 al apresar el Vulcano en aguas de Santa Pola al falucho Manuel con diecinueve infantes de marina escapados para unirse a los sublevados, estos dijeron haber leído el 6 del hundimiento de un mercante a la entrada del puerto de Cartagena. Solo al entrar los sublevados en la ciudad supieron la catástrofe, pues perdieron la vida en el hundimiento unos mil cincuenta y de los mil cincuenta restantes, por la mala alimentación solo se salvaron unos centenares, convirtiéndose en el mayor desastre humano en la mar durante la guerra.

Todo porque un general al mando pretendió dar una lección a los marinos (como ya lo había hecho en el «cuerno de Vinaroz») sin caer en la cuenta que la mar no es la tierra, en ésta, uno puede agachar la cabeza e incluso regresar por su pie, todo esto sobre el líquido elemento es imposible. No conforme con ello, pues él tenía que mantener su privilegiado escalón ante el pueblo, comenzó a tirar las culpas a la Armada (directamente sobre don Francisco) por no prestar el apoyo debido, cuando él y solo él fue el responsable por no ponerlo en conocimiento en su momento del verdadero jefe de la Armada en la mar y no sentado en una silla de su «Terminus» en tierra.

El 28 de marzo de 1939 desembarca y se le destina al día siguiente a Eventualidades del Servicio, pero solo está un día, pues el 1 de abril se le destina como Comandante General del Departamento de Cartagena, (justo el más complicado por celebrase en él los juicios, de los cuales nunca supo nada, bastante trabajo había dada la infame situación con la que se encontraron al entrar, pues ni servicios útiles había) continuó habilitado de vicealmirante, hasta que el 27 de julio se le otorga el ascenso al grado ostentado, permanece en el destino entregando el mando el 4 de septiembre siguiente, por ser nombrado para el mismo puesto al Departamento de Ferrol el 16 de agosto, tomando posesión el 23 de septiembre siguiente.

Don Francisco cansado del casi desprecio a su trabajo por el Jefe del Estado, decidió acercarse al Pardo para entregarle una nota. Fue recibido muy amablemente por Franco y le entregó el papel lo leyó por encima plegándolo seguidamente, le trato de explicar que contra él no tenía nada y lo recibiría tantas veces como considerara oportuno, al decir esto le noto un tic nervioso en el cuello, dando por sentado que la entrevista estaba concluida. No volverían a verse. La nota decía: «Excmo. Señor: Considero un deber de respeto a la Marina y para conmigo mismo, exponer a V. E. lo siguiente: Por haber desempeñado yo durante 32 meses de guerra el cargo de Almirante jefe de la Flota Nacional, es evidente, que el fracaso o gloria de la Marina Combatiente ante V. E, está vinculada a mi persona. V. E. es el llamado a juzgar de la eficacia de la actuación de la Marina. Yo solo puedo recordar a V. E. que en los primeros días del Movimiento aquella no existía; bajo mi mando se creó y V. E. sabe los pocos medios con que contábamos entonces. Puedo asegurar a V. E. que la Marina hizo todo lo humanamente posible no escatimando sacrifico alguno para ayudar al glorioso Ejército Nacional. Su espíritu combativo no puede ponerse en duda, pues a pesar de su inferioridad en lo que a material se refiere, se mantuvo siempre en la mar, asegurando nuestras comunicaciones y dificultando grandemente las del enemigo. En las escasas ocasiones en que salió de Cartagena, se le buscó con gran empeño y si no se dio batalla decisiva, fue porque sistemáticamente la rehuyó. Nuestros buques efectuaron un gran número de presas, siendo un orgullo para mí el poder dar cuenta a V. E. que el enemigo no apresó durante toda la campaña ni un solo vapor nacional. Al terminar la guerra el trato que he recibido, corresponde más bien a una actuación de fracaso, que al de un almirante que ha cumplido eficazmente su Misión en circunstancias difíciles. Por ello y por recaer sobre mí, la responsabilidad de la Marina, ruego respetuosamente a V. E. la estudie y proceda como estime justo. Diciembre de 1939. Francisco Moreno.» A la vista de tan clara y directa nota, no es de extrañar en absoluto el nerviosismo con que dio por finalizada el Caudillo la visita.

El 27 de julio de 1941 fue ascendido a almirante y el 2 de agosto seguido se le confirma en su cargo de capitán general del departamento de Ferrol.

Es evidente que a Franco le costó digerir la situación, porque tardó mucho en gratificar modestamente a su Jefe de la Flota durante la guerra al que tanto debía. A petición del Ministro de Marina, (recordar era su hermano Salvador) le concedió la Medalla Militar. No se excedió en nada con esta parca recompensa por tanto y tan eficaz servicio. El decreto rezaba: «Dispongo: Artículo único. — Se concede la Medalla Militar al Almirante don Francisco Moreno Fernández como premio a los relevantes servicios prestados durante la pasada campaña al mando de la Flota nacional. Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid a diecisiete de enero de mil novecientos cuarenta y dos. ― Francisco Franco ― El Ministro de Marina. Salvador Moreno Fernández.»

Le sorprendió el fallecimiento leyendo una nueva biografía de Napoleón, al que nunca llegó a comprender en ciertas de sus maniobras, disculpándolas como los errores de los genios. Un paro cardiaco frenó definitivamente la máquina a las dos de la madrugada del 21 de enero de 1945. Contaba con sesenta y un años de edad, vividos, no muchos aún y de ellos, cuarenta y seis largos de servicio a su amada Armada.

Estaba en posesión de varias condecoraciones españolas y extranjeras, pero jamás en su pecho llevó ninguna, de españolas entre otras: 2 Medallas Militares. Medalla Militar colectiva. Gran Cruz de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III. Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. Placa de la Real y Militar Orden San Hermenegildo. Cruz de la Real y Militar Orden San Hermenegildo. 3 Cruces de Guerra. Gran Cruz de la Orden al Mérito Naval, con distintivo Rojo. Gran Cruz de la Orden al Mérito Militar, con distintivo Rojo. Caballero 1ª clase de la Orden del Mérito Militar, con distintivo Rojo. Gran Cruz de la Orden al Mérito Naval, con distintivo Blanco. 2 de Caballero de 1ª clase Cruz de la Orden del Mérito Naval, con distintivo Blanco. Caballero de 2ª clase Cruz de la Orden del Mérito Naval, con distintivo Blanco pensionada. Caballero de 2ª clase Cruz de la Orden del Mérito Naval, con distintivo Blanco. 2 de Caballero de 2ª clase Cruz de la Orden del Mérito Militar. Gran Cruz al Mérito Aéreo. Placa de 2ª clase de la Militar Orden de María Cristina Naval. Medalla de la Campaña de África. Medalla de la Guerra Civil de 1936-1939. Medalla de Oro al Tiro Naval y Medalla de la Coronación de don Alfonso XIII. Extranjeras: Gran Cruz de la Corona. Italia. Caballero de la Orden de San Mauricio y San Lázaro. Italia. Caballero de la Legión de Honor. Francia. Gran Cruz de la Orden de la Medahuia. Marruecos. Orden del Águila. Alemania. Oficial del Salvador. Grecia y Comendador de la Orden del Fénix. Grecia.

Por Ley del 17 de marzo de 1945 (D. O. nº 67) se dicta: «La acción de la Marina durante nuestra guerra de Liberación fue fundamental para la causa de España. Su misión primordial, consecuencia de las circunstancias especiales de la guerra y de las permanentes de nuestra situación geográfica, fue plenamente cumplida. A pesar de la inferioridad material de nuestras fuerzas navales y de las extraordinarias dificultades creadas por la situación exterior, la Flota Nacional logró inmovilizar a la enemiga, mantener el bloqueo de las costas rojas, hacer más de trescientas presas y asegurar la libertad de nuestras comunicaciones marítimas. Ni uno solo de nuestros buques mercantes fue apresado, y nuestro tráfico por mar, de más de veinticuatro millones de toneladas, permitió la llegada a España de cuantos elementos de vida y guerra fueron necesarios para mantener la capacidad combativa del Ejército y alcanzar, la victoria. Esta trascendental aportación de la Marina a la Cruzada quedará para siempre vinculada a la memoria del almirante D. Francisco Moreno Fernández, cuya vida de continuos y entusiastas servicios a la Patria culminó en ocasión del Movimiento Nacional. Después de intervenir de una manera directa y destacada en el triunfo del mismo en Ferrol, fue durante toda la guerra el Almirante de la Flota, y a su capacidad y virtudes militares se debe el rendimiento alcanzado por la misma, que nadie hubiera podido superar. Entregado al cumplimiento de su misión, sin reparar en riesgo ni fatiga, su salud quedó gravemente quebrada al terminar la guerra y la enfermedad en ella contraída fue la causa de su muerte. Por sus destacados servicios y acendrado patriotismo, el difunto almirante se ha hecho acreedor al general reconocimiento de la nación, que no puede olvidar a sus familiares y a que su memoria sea ejemplo venerado por la Marina. En virtud y de conformidad con la propuesta elaborada por las Cortes Españolas. Dispongo: Artículo primero. — Transcurrido el plazo establecido por las disposiciones vigentes, los restos del almirante D. Francisco Moreno Fernández serán trasladados con los honores que las Ordenanzas señalan para el Capitán General con Mando de Flota que muere a bordo de su buque insignia, al Panteón de Marinos Ilustres. Artículo segundo. — Por el Ministerio de Marina se dictarán las oportunas disposiciones para honrar la memoria del difunto almirante y para que su recuerdo constituya motivo permanente de ejemplo y estímulo entre los oficiales de la Armada. Artículo tercero. — Se le concede a Dña. Antonia de Reyna y Martínez de Tejada, viuda de D. Francisco Moreno Fernández, la pensión anual extraordinaria de veinte mil pesetas, compatible con cualquier otra que pudiera tener derecho, que empezaría a percibir a partir de la fecha del fallecimiento de su marido. ― Dado en el Pardo a diez y siete de marzo de mil novecientos cuarenta y cinco. ― Francisco Franco.»

Se levantó un mausoleo en cuyo marco de mármol se puede leer una inscripción en latín, que dice: «OBLITUS SUI SE TOTUM CLASSI PATRIAE DEVOVIT» Traducida: «Olvidado de sí se consagró por entero a la Marina de Guerra de la Patria» Sobre un ara sencilla reposa el féretro de mármol gris oscuro que contiene sus restos. A los pies del mismo, figura una lápida con la siguiente inscripción:

R.I. P.

El Excmo. Sr. Almirante de la Armada

DON FRANCISCO MORENO FERNÁNDEZ

Primer Marqués de Alborán

Consagró su vida al servicio de la Patria

cuyas glorias enalteció manteniendo el

dominio del mar frente a un enemigo muy

superior en número, como Almirante en Jefe

de la Flota Nacional en la Guerra de

Liberación de España (1936-1939)

Nació en la ciudad de San Fernando

el 7 de noviembre de 1883

Falleció en Ferrol del Caudillo

el 21 de enero de 1945

siendo Capitán General del Departamento

La Patria honra su memoria.

Mausoleo de don Francisco Moreno Fernández. cortesía del Museo Naval. Madrid.

Mausoleo de don Francisco Moreno Fernández. cortesía del Museo Naval. Madrid.

Seis años más tarde, como arrepintiéndose de su comportamiento, pero seguro porque ya no le podía hacer «sombra» le concede el título de Marqués de Alborán para él y sus descendientes.

El documento de Concesión del Título dice: «DON FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE, JEFE DEL ESTADO ESPAÑOL, a vos don Francisco Moreno Fernández, Almirante de la Armada y Jefe de la Flota que consiguió y mantuvo el dominio del mar durante nuestra guerra de Liberación; al conmemorarse el aniversario del triunfo de las Armas Nacionales sobre las fuerzas que dirigidas por el comunismo internacional se habían confabulado para destruir la Patria y sus ideales sagrados, de acuerdo con mi Consejo de Ministros, por Decreto de primero de Abril de mil novecientos cincuenta, tuve a bien haceros merced del Título del Reino con la denominación de MARQUÉS DE ALBORÁN para vos, vuestros hijos y sucesores legítimos, con exención de derechos fiscales hasta la segunda transmisión. Por tanto, he resuelto expedir el presente Despacho, por el cual es mi voluntad que vos y vuestros sucesores legítimos varones y hembras, cada uno en su respectivo tiempo y lugar según el orden regular de suceder, puedan usar el Título de MARQUÉS DE ALBORAN y que desde ahora y en adelante con él llamen y titulen los que acrediten la cualidad de sucesores. En su consecuencia, encargo y mando a los Prelados, Grandes y Títulos del Reino, Generales y Jefes del Ejército y Armada; Presidentes y Magistrados del Tribunal Supremo y de las Audiencias, Gobernadores de las provincias, Jueces, Alcaldes, Ayuntamientos y demás autoridades, Corporaciones y personas particulares a quienes corresponda que os reciban y tengan por tal MARQUÉS DE ALBORÁN como yo desde ahora os nombro y titulo, os guarden y hagan guardar todas las honras preeminencias y prerrogativas que gozan y deben disfrutar los demás Títulos del Reino así por derecho y leyes del mismo como por usos y costumbres, tan cumplidamente que no os falte cosa alguna, sin que para la perpetuidad de esta gracia sea necesario otro mandato, cédula ni licencia, pero con hacer uso de él, queda obligado a obtener previamente Carta de Sucesión dentro del término señalado y en la forma establecida o que se estableciere. Dado en Madrid a primero de Diciembre de mil novecientos cincuenta y uno. ― EL Ministro de Justicia. ― Antonio Iturmendi Bañales. ― Su excelencia expide Despacho de creación del Título de MARQUÉS DE ALBORÁN, libre de gastos a favor de DON FRANCISCO MORENO FERNÁNDEZ.»

Bibliografía:

Martínez Guanter, Antonio L. J.: Un Almirante Relegado al Olvido: Francisco Moreno Fernández. Encuadernaciones Aguilar. Valencia, 2012.

Compilada por Todoavante ©

Biografía de don Gabriel Montesinos Donday

Posted By on 31 de octubre de 2015

 

Médico de la Real Armada.

Vino al mundo en la ciudad de Valencia el 22 de septiembre de 1870.

Ingresó en la Armada el 25 de agosto de 1896, con el grado de médico segundo, (más…)

Biografía de don Domingo Montes Regüeiferos

Posted By on 30 de octubre de 2015

 

Alférez de Navío de la Real Armada Española.

Cruz Laureada de San Fernando de 2ª clase. 3 de abril de 1900.

Vino al mundo el 6 de enero de 1863 en Santiago de Cuba, sus padres fueron don Ramón Montes, nacido en Huelva y capitán de Infantería de Marina y doña Marcelina Regüeiferos. (más…)

Biografía de don Pedro Tomás de Mesa y Baulen

Posted By on 29 de octubre de 2015

Teniente general de la Real Armada Española.

Caballero de la Militar Orden de Alcántara.

Vino al mundo en la ciudad de La Laguna en la isla de Santa Cruz de Tenerife de las Afortunadas en 1755, siendo sus padres don Domingo de Mesa y de Molina, y doña Isabel Juana de Baulen y del Hoyo. (más…)

Biografía de don José Meléndez y Bruna

Posted By on 28 de octubre de 2015

Jefe de escuadra de la Real Armada Española.

Caballero de la Real y Militar Orden de Calatrava.

Vino al mundo en Sevilla en 1763, siendo sus padres don Antonio Meléndez y Maltes, y doña Teresa de Bruna Ahumada y Villalón. (más…)

Biografía de don Cristóbal Mallen y de Castro

Posted By on 27 de octubre de 2015

Teniente general de la Real Armada Española.

Vino al mundo el 26 de junio de 1797 en la población de San Fernando, siendo sus padres don José Mallen y Castro, y doña Leonor de Castro y de Cosío. (más…)

Biografía de don Alejandro de Malaspina

Posted By on 26 de octubre de 2015

Alejandro de Malaspina. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Alejandro de Malaspina. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Brigadier de la Real Armada Española.

Nacido en Mulazzo, en la Lunigiana al Norte de la Toscana actual en su castillo el 5 de noviembre de 1754, siendo sus padres don Carlo Morello y doña Caterina di Giambattista Meli-lupi, princesa de Soragna (más…)

Biografía de don Rafael Maestre y Thous de Monsalve

Posted By on 25 de octubre de 2015

Jefe de escuadra de la Real Armada Española.

Cruz de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III, pensionada.

Vino al mundo en Sevilla en 1755, siendo sus padres don Juan Antonio Maestre y Fuentes, y doña Narcisa Thous de Monsalve y Fernández. (más…)

Biografía de don Luis López y Vélez

Posted By on 24 de octubre de 2015

Teniente de navío de 1ª Clase de la Real Armada.

Vino al mundo el 15 de septiembre de 1846 en Huelva, fue bautizado el 19 seguido en la Parroquia de la Concepción de la ciudad. (más…)

Biografía de don Luis Jorganes y Pardo de Andrade

Posted By on 23 de octubre de 2015

Jefe de escuadra de la Real Armada Española.

Caballero Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando de 1ª clase. 9 de julio de 1836.

Caballero Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando de 1ª clase. 24 de febrero de 1837.

Comendador de número de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III.

Vino al mundo el 1 de agosto de 1808 en Ferrol, siendo sus padres don Joaquín Jorganes y de Castro Cachupin, y doña María Asunción Pardo de Andrade y Río. (más…)

Biografía de don Mariano de Isasbiribil y Azcárate

Posted By on 22 de octubre de 2015

Teniente de navío.

Vino al mundo en la población de San Vicente de Abando actual provincia de Vizcaya en 1766, siendo sus padres don José de Isasbiribil y de Ochandiano, y doña María Josefa de Azcárate y de Orúe. (más…)

Biografía de don Rafael Gómez y Roubaud

Posted By on 21 de octubre de 2015

 

Teniente de navío de la Real Armada Española.

Intendente de Marina.

Caballero profeso de la Militar Orden de Santiago. 1786, sig. 3.474.

Vino al mundo en la población de Sanlúcar de Barrameda el 24 de julio de 1757, (más…)

Biografía de don Joaquín María Gómez de Barreda y Salvador

Posted By on 20 de octubre de 2015

 

Contralmirante de la Real Armada Española.

Caballero de la Militar Orden de Alcántara. 1880

Cruz de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III.

X conde de Óbedos.

Vino al mundo en Valencia el 24 de julio de 1849, (más…)

Luis Carrero Blanco

Posted By on 19 de octubre de 2015

Luis Carrero Blanco. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

Luis Carrero Blanco. Cortesía del Museo Naval. Madrid.

 

XXXVIII Capitán General de la Real Armada. Presidente del gobierno. I Duque de Carrero Blanco.

 

Nació el 4 de marzo de 1903 en la población Cántabra de Santoña siendo sus padres don Camilo Carrero Gutiérrez, teniente de infantería y doña Ángeles Manuela Blanco Abascal. Ingresó en la Escuela Naval Militar de San Fernando el 10 de enero de 1918, habiendo pasado el examen preliminar al que se presentaron ciento cincuenta, de los que solo los treinta y seis previstos pudieron incorporarse a la corporación, sacando una puntuación de 104,3 siendo el cuarto de la sexta promoción. En enero de 1920 paso su promoción a Ferrol a realizar prácticas en el planero Giralda y posteriormente al acorazado Pelayo, donde permanecieron unos meses pasando a Vigo prosiguiendo sus estudios en la base naval de Ríos, a finales de diciembre toda la promoción pasó el examen, siendo ascendido a alférez de fragata alumno. Interrumpidas las clases por la Navidad las reanudaron en San Fernando embarcando para prácticas en el crucero Reina Regente, cruzando el océano y visitando varios puertos y naciones hispanoamericanas, entrando en Buenos Aires en octubre de 1921. Mientras había llegado la noticia del desastre de Annual en julio anterior, por ello regresaron lo antes posible a San Fernando donde en diciembre se le asciende a alférez de fragata alumno de segundo año, continuando sus estudios, al pasar el último examen se le asciende el 1 de septiembre de 1922 a alférez de navío. Se le concede un corto permiso que pasa con su familia en su población natal, reincorporándose el 30 siguiente embarcando el mismo día en el acorazado Alfonso XIII, destinado a proteger la costa y utilizar su potente artillería contras las kabilas insurrectas en apoyo del ejército.

Permaneció hasta finales de 1924 por ser nombrado segundo comandante del guardacostas Arcila, continuando en aguas norteafricanas, realizando a veces arriesgados bombardeos de la costa en apoyo de las tropas, pues su cañón principal era solo de 76,2 m/m obligándole a acercarse mucho a la costa enemiga para conseguir fuera efectivo su fuego. El 30 de marzo de 1925 se realiza un desembarco en Alcazarseguer, en él intervienen tres unidades tipo batallón de la Legión y Regulares, embarcando el coronel al mando don Francisco Franco en el guardacostas, del que trasborda a uno de los pontones junto a sus hombres, desembarcan y toman posiciones, pernoctando en la población de Tarik, siendo en sí una prueba del futuro desembarco sobre Alhucemas. Al comprobar la viabilidad de la maniobra el general don Miguel Primo de Rivera se decide realizarlo, llevándose a efecto el 8 de septiembre seguido, donde su buque vuelve a dar apoyo por el fuego a las tropas, estas comenzaron a avanzar y resulto el punto de inflexión para dar fin a una de las más sangrientas guerras, como fue el caso de la del Riff. En 1926 se le otorga su primer mando a flote, el remolcador Ferrolano, donde permanece hasta ser ascendido el mismo año a teniente de navío, recibiendo la orden de trasbordar al cañonero Cánovas del Castillo, saliendo con rumbo a la Guinea Española donde se dedicó a la comisión hidrográfica de la zona, regresando a Cartagena pasando a la escuela de sumergibles, al aprobar todos los exámenes se le destina a finales de 1928 como segundo comandante del B-2, navegando por aguas del mar de Alborán, concediéndole el permiso de boda.

Al regreso de su especial licencia en enero de 1930 se le otorga el mando del B-5. Curiosamente los días 12, 13 y 14 de abril de 1931 don Luis se encontraba en prácticas de inmersión con su buque, por ello no supo nada del cambio del sistema político ocurrido en España, pero al salir a superficie fue informado al recibir la orden de regresar a Cartagena, justo unas pocas millas antes de embocar el puerto se cruzó con el crucero Príncipe Alfonso en el que se trasladaba a don Alfonso XIII a Civitavecchia, por ello ordenó formar en cubierta y enarbolando la bandera bicolor saludaron a S. M. La tricolor no había sido oficializada. Hubo entre la dotación los típicos movimientos en contra de cualquier orden, pero don Luis supo ganarse a los suyos y conservó la calma en su buque, recibiendo la orden de entregar el mando en octubre de 1931 al del mismo empleo don José Fernández Pery. Elevando petición de acudir a los cursos de la Escuela de Guerra Naval en Madrid, siéndole concedido, estando impartidos entre otros por el capitán de fragata don Francisco Moreno Fernández, terminada la parte teórica pasaron a Cartagena embarcando en la escuadrilla de destructores para aplicar lo aprendido, permaneciendo cuarenta días de mar en ello. Por Decreto del 27 de abril se ordena el cambio de bandera de España por la tricolor, al mismo tiempo que el himno oficial pasa a ser el de Riego. No habiendo una sola queja en la Armada y eso que la bandera desaparecida se había creado especialmente para ella en 1785, por ser la que mejor se distinguía a largas distancias, siendo por ello la primera diseñada científicamente.

Al entregarle el diploma de Estado Mayor en la Escuela de Guerra Naval, consigue se le permita acudir a la misma pero en París, para contrastar información y poder juzgar cual de las dos era mejor, o quizás reunir lo mejor de ambas en la de España. Franco había sido trasladado como comandante del archipiélago balear, inmediatamente realizó una inspección del estado general, apercibiéndose de lo indefensa que se encontraban, por ello solicitó a sus compañeros los coroneles del ejército Barroso y Ungría, agregados en la embajada de España en París, le recomendaran a alguien para realizar un informe y demandar al gobierno su pronta puesta en marcha, ambos le indicaron que el mejor era don Luis, por ello en mayo de 1933 recibe la petición de Franco; se puso manos a la obra y redactó un grueso informe muy pormenorizado para mejorar la situación, al recibirlos Franco le dio las gracias por la prontitud y detallada información. En diciembre de 1933 se le destina a la secretaria de la Escuela de Guerra Naval, el 27 de enero de 1934 se nombra director del centro al capitán de navío don Francisco Moreno Fernández, el 1 de julio seguido se le asciende a don Luis al grado de capitán de corbeta, el 28 de febrero de 1935 fue nombrado Subdirector de la Escuela de Armas Submarinas en la misma Escuela de Guerra Naval, permaneciendo en su puesto hasta enero de 1935. Por recibir la orden de embarcar en la escuadra, entrando en el puerto de la Luz de Las Palmas de Gran Canaria el 1 de mayo de 1936, enarbolando la insignia del vicealmirante don Francisco Javier de Salas en el acorazado Jaime I, éste mismo día era investido presidente de la República don Manuel Azaña en Madrid, fueron recibidos por el comandante general del archipiélago Canario el general de división don Francisco Franco.

Al producirse el alzamiento el 17 de julio Madrid quedó aislada por completo, don Luis con su familia en la capital y sabedor de todo lo que estaba ocurriendo, se vio forzado a abandonar a su mujer y hijos, pidiendo refugio en la embajada de México, diciendo: «En estos momentos trágicos con un hermano (José) fusilado, un padre muerto el mismo día en que fueron a detenerlo, y debiendo abandonar a mi mujer y a mis hijos sin un céntimo y expuestos a todos los peligros, me hice a mí mismo el voto de dedicar el resto de mi vida al servicio de España sin pensar para nada ni en mi porvenir ni en mis conveniencias particulares.» Por un acuerdo ente embajadores, pues en algunas sedes era imposible acoger a más personas, se le traslada en marzo de 1937 a la embajada francesa, de donde se le saca y transporta a Francia en junio siguiente, entrando en zona nacional por San Sebastián, presentándose el 11 de julio a sus jefes, el siguiente 14 llegó a Ferrol, donde se le destina como enlace naval en el Estado Mayor del ejército del Norte, presentándose el 2 de agosto seguido a su jefe el general Dávila, quien había sido nombrado por fallecimiento del general Mola. Fue comisionado como comandante y junto a una dotación paso a Sóller el 28 continuo, para probar un sumergible, el cual no estaba en buenas condiciones y regresó a su destino. El 20 de octubre fue tomado Gijón dando por finalizada la guerra en el Norte, por ello el 21 siguiente quedo sin destino.

Viendo este fin próximo, el 2 de octubre anterior se le otorga el mando del destructor Huesca, tomando el mando efectivo el 18 de noviembre seguido, la unidad era una de las compradas a Italia, quedando como el resto de destructores con base en la bahía de Palma de Mallorca, sus principal misión fue la de dar escolta a los mercantes con destino a la zona nacional, pues su buque no daba para mucho sufriendo variadas y múltiples averías sobre todo en la máquina, permaneciendo hasta el 5 de abril de 1938, al entregar el mando al de su mismo grado don Félix de Ozámiz. El siguiente 6 se le otorgó el mando del sumergible General Sanjurjo, siendo efectivo el 8 seguido trasbordando en alta mar del destructor al sumergible, realizando algunos cruceros sobre la costa entre Cartagena y Barcelona, sin acciones de mención especial durante su mando, en junio por las horas de inmersión realizadas debía de ser recorrido, salió de Sóller el 11 de julio, realizando una breve escala en Villa Sanjurjo entrando el 18 seguido en el muelle de la Sociedad Española de Construcción Naval en Sestao, al terminar los trabajos a primeros de octubre regresó al Mediterráneo permaneciendo a su mando hasta el 14 siguiente. Por pasar a ocupar el destino de jefe de Estado Mayor de la división de cruceros. El siguiente 19 se le estampilla de capitán de fragata. Permaneció en su destino hasta el 19 de abril de 1939, por crearse la Escuadra, pasando de 2º jefe de Estado Mayor de ella. El 13 de agosto seguido se le destino al Estado Mayor de la Armada como jefe de la 3ª Sección (Operaciones), por Decreto ley del 7 de octubre se le otorga en propiedad el grado anterior, permaneciendo en su destino. El 30 de mayo de 1941 es destinado como Subsecretario de la Presidencia del Gobierno y profesor de la Escuela de Guerra Naval.

El 19 de enero de 1945 se le otorgó el mando del destructor Lazaga, siendo el último de buques de la Armada, a partir del 1 de julio siguiente que entregó el mando, fue dispensado de los periodos obligatorios de mando a flote para poder seguir ascendiendo en su carrera. Por Decreto ley del 1 de julio de 1945 se le asciende al grado de capitán de navío, continuando en su anterior destino en la Escuela de Guerra Naval. El 18 de julio de 1951 se le nombra Ministro Secretario de la Presidencia del Gobierno, continuando como profesor adjunto en la Escuela de Guerra Naval. Por Decreto ley del 27 de febrero de 1957 se le asciende al grado de contralmirante, con la misma fecha pasa al servicio de otros Ministerios. No sabemos la fecha exacta de su ascenso al grado de vicealmirante, pero sí que fue en 1963. Por Decreto ley del 24 de febrero de 1966 fue ascendido al grado de almirante. Por Decreto ley del 22 de septiembre de 1967 es nombrado Vicepresidente del Gobierno y ministro Subsecretario de la Presidencia del Gobierno. El 8 de junio de 1973 el Jefe del Estado lo nombra presidente del Gobierno.

El 20 de diciembre seguido fue asesinado, el mismo día el Jefe del Estado lo asciende a la máxima dignidad de la Armada como su Capitán General, decretándose al mismo tiempo tres días de luto oficial en toda España. Y al siguiente le concede para sí y sus descendientes el titulo de Duque de Carrero Blanco.

Entre otras condecoraciones estaba en posesión de: 2 Caballero de 1ª clase de la Orden del Mérito Naval, con distintivo Rojo; 2 Caballero de 1ª clase de la Orden del Mérito Militar, con distintivo Rojo; Caballero de 3ª clase de la Orden del Mérito Militar, con distintivo Rojo; 2 Caballero de 1ª clase de la Orden del Mérito Naval, con distintivo Blanco; 2 Caballero de 2ª clase de la Orden del Mérito Militar, con distintivo Blanco; 2 Gran Cruz de la Orden del Mérito Naval, con distintivo Blanco; Caballero de 3ª clase de la Orden del Mérito Militar, con distintivo Blanco; Gran Cruz del Mérito Aeronáutico, con distintivo Blanco; Medalla de la Campaña 1936-1939; Cruz de Guerra; Medalla Militar Colectiva; Orden Imperial del Yugo y las Flechas; Gran Cruz, Cruz y Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo; Gran Oficial Orden de África; Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica; Gran Cruz de la Orden de Cisneros; Distintivo de profesorado; Procurador en las Cortes. Extranjeras: Cruz de Guerra con estrellas de plata. Francia; Cruz de Oficial de la Corona. Italia; Orden del Águila. Alemania.

De su pluma salieron: «España y el Mar.» Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1941. «Arte Naval Militar.» Editorial Naval. Madrid, 1943. Tomo I. «Tres acciones navales. (El Plata, Taranto y Matapán)» Escuela de Guerra Naval. Publicación VIII. Madrid, 1945. «La victoria del Cristo de Lepanto.» Editora Nacional. Madrid, 1947. «Comentarios de un español • Las tribulaciones de don Prudencio • Diplomacia subterránea.» Semana Gráfica. Valencia, 1947. Con el seudónimo de Juan de la Cosa. «Cinemática aeronaval.» Editorial Naval. Madrid, 1947. «Arte Naval Militar.» Editorial Naval. Madrid, 1948. Tomo II. «La guerra aeronaval en el Atlántico y en el Ártico», tomo IX de la Historia de la Segunda Guerra Mundial. Madrid 1948. «España ante el mundo.» Ediciones IDEA. Madrid, 1955. «La guerra aeronaval en el Mediterráneo y en el Pacífico», tomo X de la Historia de la Segunda Guerra Mundial. Madrid 1948. «España y el mar.» Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1962-64 Los tres tomos. «Lepanto (1571-1971)» Salvat Editores, S. A. 1971. Publicado en la conmemoración del cuarto centenario de la batalla, auspiciado por RTV. «Las Baleares durante la guerra de América en el siglo XVIII.» Mahón. Museo Militar San Felipe, 1983. Póstuma.

Después de la entrevista de Hitler con Franco en Endaya el 24 de octubre de 1940, en el Gobierno español había partidarios de ambos lados, preocupado el Ministro de Marina don Salvador Moreno Fernández de la situación, el 11 de noviembre de 1940 pide sea elaborada una «Memoria» por varios marinos del Estado Mayor de la Armada, entre otros por el contralmirante don Francisco Rapallo Flores, para informar a Franco de la realidad que podía suponer la entrada en la guerra, siéndole entregada al día siguiente y convenciendo al Jefe del Estado de la imposibilidad de aliarse a las fuerzas del Eje, aunque éste ya había dejado bastante clara la posición de España, pero se iba a realizar un documento de acuerdo entre ambos Gobiernos, dejando así una puerta entreabierta (gallego) al Führer, el cual sería redactado por el Ministro de Exteriores alemán Joachim von Ribbentrop y el español Ramón Serrano Suñer (proalemán). Lo que sí se aprecia es una redacción general muy del estilo de don Luis, quizás le dió el último «toque» y por supuesto aportó la parte tocante a su sección en el Estado Mayor.

Sobre su asesinato han corrido ríos de tinta. Su servicio de escolta ascendía anualmente a veinticinco millones, por contra el de don Adolfo Suarez dos años más tarde, superaba los mil. El día anterior había llegado de visita el Secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger con él mantuvo una conversación, es sabido que los servicios secretos de USA peinaron toda la zona, estando dentro de ella el lugar del atentado. El KGB sabía y no poco sobre el asunto, y no se descartan otros servicios de información de países como Reino Unido, Francia e Israel entre otros. En el terreno interior, los altos cargos de la masonería estaban al tanto, así como otras organizaciones que no es posible nombrar, pero una muy al día era el partido comunista y el socialista. Es de resaltar que su jefe de seguridad (quien llevaba muchos años en el puesto) fue cambiado una semana antes, por otro que a su vez fue condenado por el 23 F y sale en una foto a la derecha de don Jaime Miláns del Boch y Usía. También es notorio que el director general de seguridad don Carlos Arias Navarro, máximo responsable de su persona, fue quien le sucedió en el cargo. Se sabe que poco antes había tenido un altercado con doña Carme Polo y las relaciones no eran buenas. Se había metido en muy poco tiempo con los banqueros, con serias amenazas a su proceder en el manejo interior de sus entidades que perjudicaba el crecimiento de España. Había plantado cara a la Conferencia episcopal, pues ésta desde la guerra había recibido del Estado español la pequeña cantidad de trescientos mil millones de pesetas desde el fin de la guerra. Se intento por rumores llegados al servicio de información de presidencia aumentarle los efectivos de seguridad, su respuesta fue: «Pasará lo que Dios quiera que pase, nada de aumentar el gasto, esos hombres son necesarios en otros menesteres.» Al morir solo tenía en el banco quinientas mil pesetas y estaba pagando la hipoteca de su vivienda. Son simples datos sueltos que se exponen para que cada lector saque sus conclusiones.

Como nota aclaratoria; es impensable con los servicios de información de la época que nadie en la dirección General de Seguridad supiera los «trabajos» de la construcción del túnel, cuando desde la Embajada de los Estados Unidos, gracias a un sismógrafo estaba al tanto de ello, siendo inspeccionados por sus agentes, pero como la calle no entraba en la ruta de su Secretario de Estado nada dijeron. Llegando a la conclusión como alguien dijo: «Es patente molestaba a demasiados» quedando demostrado fue una confabulación a todos los niveles, países y servicios de seguridad del Estado español, menos como era lógico el de Presidencia. Era palpable que si él no desaparecía sería muy complicado al sucesor de Franco cambiar el sistema y éste sin duda fue el mayor detonante, de hecho es sabida la «presión» de U.S.A. a Suarez para convertir España en una democracia, ceder el Sahara y otras, a esto se unió una múltiple alianza para que otros menos honrados pudieran subirse al carro de la fortuna, como así ha sido. Y todo es casi Historia, no hay otra intención en esta aclaración que la de poner los puntos sobre las íes.

Bibliografía:

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Estado General de la Armada para el año 1936.

Estado General de la Armada para el año 1945.

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Fernández Santander, Carlos.: El almirante Carrero. Plaza y Janes. Barcelona, 1985.

Franco Salgado-Araujo, Francisco.: Mis conversaciones privadas con Franco. Editorial Planeta. Barcelona, 1976.

González de Canales, Fernando. Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid, 2000.

Martínez Bande, José Manuel.: Monografías de la Guerra de Liberación. Servicio Histórico Militar. Madrid, 1967-1996. 20 tomos.

Moreno de Alborán y de Reyna, Fernando y Salvador.: La Guerra Silenciosa y Silenciada. Historia de la campaña naval durante la guerra de 1936-39. Impreso en Gráficas Lormo. S. A. 1998. Reconocida por la Real Academia de la Historia en el año 2004, como la mejor y más imparcial obra publicada hasta la fecha con referencia a la Campaña Naval de la Guerra Civil 1936-1939.

Moreno de Reyna, Fernando y Salvador.: La Guerra En el Mar. Hombres. Barcos y Honra. Editorial AHR. Barcelona, 1959.

VV. AA.: Los submarinos españoles. Aqualarga. Madrid, 2002.

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Biografía de don Juan José García

Posted By on 19 de octubre de 2015

 

Jefe de escuadra de la Real Armada Española y Teniente general de los Reales Ejércitos.

Vino al mundo por 1752 en el Arsenal de La Carraca, ingresando en el Cuerpo administrativo hasta ser ascendido el 30 de diciembre de 1768 a oficial supernumerario de contaduría, (más…)