Rey Jaime I
Posted By Todoavante on 23 de marzo de 2022
Construido por Nicoló Odero fu Alessandro & C. Sestri-Ponente. Génova. Italia, 1911.
Desplazamiento: 2.850 t. Dimensiones: Eslora 96’35, por 11’50 de manga y 6’7 metros de calado. Máquina: 2 x alternativa triple expansión con 4.000 C.V. Velocidad: máxima 16 nudos.
Era un correillo pedido por Isleña Marítima, en 1919 fue comprado por Trasmediterránea.
Al comenzar la guerra se encontraba en Mallorca, quedando destinado como buque prisión, al apaciguarse las aguas las autoridades de la isla, se pusieron de acuerdo con el capitán de corbeta Margottini, quien se encontraba en el puerto, al mando del destructor italiano Nicolo Zeno, se puso en contacto con sus mandos, para poder enviar el mercante y ser armado, una vez aceptado se le entregó el mando al capitán de fragata D. Pedro Sans y Torres, (este oficial fue el encargado de llevar a éste y al Mallorca, por falta de oficiales) zarpando en la noche del 31 de septiembre de 1936 con rumbo a La Spezia, donde en octubre seguido se le montaron, un cañón Armstrong de 120/40 mm y otro Armstrong (Ansaldo) de 76’2/50 mm, más dos ametralladoras Scotti de 20/70 mm, (1) regresando al finalizar el armamento a finales del mismo mes a Palma, realizando la derrota con el nombre de Buccari, para impedir fuera interceptado por los enemigos, al llegar se le volvió a escribir su verdadero nombre, permaneciendo en puerto y alguna salida para instruir a la dotación, fue entregado el mando el 7 de enero de 1937 al capitán de corbeta D. Carlos Vila Suanzes, quedando asignado a la base de Palma.
(1) Al respecto de este armamento, el Almirante expuso a «Terminus» lo siguiente: «Los dos vapores Mallorca y Jaime I que estaban montando en La Spezia un mezquino armamento…» Pensamos que esta dicho todo y con ello que los italianos se estaban aprovechando de la situación, como ocurrió en casi todos los materiales que, bien se compraban o bien los cedían como un favor, por cualquiera de los que “ayudaban”, tanto a una parte como a la otra, para obtener en benéfico propio unos cuantos millones de pesetas, pero sin perjudicar a sus propios ejércitos, por ser la mayoría material para nada moderno.
El 2 de febrero el Almirante dio la orden de zarpar, a los mercantes armados Rey Jaime Iy Mallorca, para vigilar la zona del meridiano de Formentor, frente a la costa catalana, pero por fallos en sus máquinas, no pudieron hacerlo, aunque sí pudieron llegar a su base, permaneciendo en estos trabajos unos días, por orden del Almirante este mercante armado y su compañero Mallorca, salieron el 23 de febrero por la mañana, para cruzar en rumbo Norte-Sur en la línea de Marsella-cabo Creus, en comisión de vigilancia del tráfico marítimo, estando en ella al mismo tiempo el crucero Almirante Cervera, para ayudar en caso de avistamiento, al terminar su comisión regresaron a Palma.
El 25 de febrero por la tarde el Almirante, recibió la noticia del paso del Bósforo (el 22 anterior) del buque de pasaje Marqués de Comillas, en poder de los gubernamentales y sin duda cargado con material de guerra, por ser además uno de los más rápidos del momento, para ello se fijó unos puntos entre las islas Baleares y la costa francesa, pues era conocido que su destino estaba previsto entrar en Barcelona, por considerar el Almirante que su velocidad impedía ser detectado en el canal de Sicilia, entre los buques que formaron la barrera, estaba el de este historial, y como jefe de toda ella el crucero Almirante Cervera, siendo el que más cerca estaba de la costa, por ello al amanecer del 26 fue atacado por un avión gubernamental, pero sin acierto, continuo en su ruta y ya por la mañana avistó al mercante, al que se le disparo por la proa, siendo cuando paró máquinas y fue abordado por un dotación de presa, fue conducido a Palma, recibiendo la orden los demás de regresar a su base junto al crucero, el mismo 26 recibieron la orden ambos de salir, para formar barrera entre los cabos de Creus, San Sebastián y Tossa, vigilando toda la noche, al amanecer y no ser avistado ningún buque, recibió la orden de regresar, fondeando en Palma el mismo 27.
El 9 de marzo el Almirante, recibió la orden de trasladar la mitad de la oficialidad de la Marina a la Península, pero no se pudo realizar, por estar esperando la llegada del Mar Cantábrico, y por ello todos estaban embarcados, y en aguas del Estrecho para impedir su paso, ante ello el Estado Mayor dio la orden de anular la orden anterior, regresando a su base a repostar, su combustible era carbón y su carga lenta con consumo muy alto, permitiéndoles sólo una permanencia de 4 ó 5 días, al quedar libres de la vigilancia del vapor esperado, embarcaron entre ambos mercantes armados (Mallorca) 190 jefes y oficiales, 300 suboficiales, 250 soldados y 150 falangistas, más 1.150 t. de pólvora para el Ejército y 78 para la Marina, todo llegado con otros transportes a Palma, desembarcando en Cádiz lo transportado el 15 seguido, el 16 salió junto al crucero Baleares, para situarse entre Cerdeña y Túnez, al N. y S. de la isla de Galita, donde permanecieron hasta el 20, regresando el mismo día por la noche a Palma, sin haber avistado posible presas.
Junto al Mallorca salió de Palma el 27 de marzo, el 28 amarraron en Cagliari, pero fue en La Spezia donde el 2 de abril embarcaron material de guerra y efectivos militares, al regreso el 5 siguiente a las 14:00 horas a unas 15 millas al N. de Bujía, se encontraron con los cruceros Baleares y Canarias, quienes se colocaron a proa de los cruceros auxiliares en línea de fila, navegaron a longo de la costa argelina y el 7 los cruceros entraron en Ceuta, los auxiliares en Cádiz pero hubo un nuevo encontronazo entre el Estado Mayor de la Marina y el Almirante de la Flota.
El primero envió un radiograma diciendo: «Descifre personalmente. Generalísimo enterado hundimiento del Poli recomienda evite actos que puedan crear situación difícil a nuestra ya complicada diplomacia» (el Poli era un buque abanderado en Grecia, el cual ya había sido interceptado y puesto en libertad en dos ocasiones, pero en ésta por los informes, el Almirante había dado la orden de hundirlo, pero antes su dotación había pasado al Baleares, quien con la artillería de 120 mm lo hecho a fondo).
La respuesta del Almirante a su Jefe de Estado Mayor fue: «Esto quiere decir que no se debe hundir a nadie, sea griego o panameño fuera de las aguas españolas. Tomo buena nota y si los encuentros con buques contrabandistas tiene lugar lejos de Palma, me guardaré muy bien de darles órdenes. Nuestra actuación es cada vez más difícil; verdad es que son los vapores ingleses ahora los que se dedican a molestar más. El hundimiento del Komsomol, no aprobado ni desaprobado por Salamanca, trajo consigo prácticamente la supresión del contrabando en vapores rusos; es un hecho real, pero en las altas esferas pasó completamente desapercibido.»
Como se puede comprobar el Almirante dejaba muy claro con todo esto que, cada cual iba a la suya sin valorar el esfuerzo de los marinos, quienes con muy pocos medios, sólo intentaban reducir el tráfico a la zona gubernamental, favoreciendo con ello el desarrollo de la guerra en tierra y cuando esto se lograba, desde «Terminus» no se hacía el menor comentario, ni se publicaba nada en agradecimiento al esfuerzo de todos, el cual por otra parte parecía baldío y para nada apreciado. En esta tesitura se vio en más de una ocasión el Almirante, pero…como buen militar, las órdenes se cumplen, no se discuten.
El 20 de abril de 1937 entró en vigor el Control Internacional, lo que en sí fue un reconocimiento de que en España se estaba en guerra, pero a su vez cada país de ese Control, actuaba a sus anchas y a su vez esto no era bueno para nadie, y menos aún para acortar la guerra, y ahorrar vidas, pero como no eran de las suyas, no les importaba en absoluto quien venciera a quien, incluso a algunos les sirvió para probar armas para lo que se avecinaba, pero no con sus habitantes, sino con el pueblo español, al que casi todos le tienen cierta fobia, por las acciones de guerra en siglos anteriores, por ello los enemigos de España están en todas partes y esto lo manifiesta sin duda ninguna.
El 19 de abril salieron de Cádiz para concentrase en Ceuta, pero de aquí salió a Menorca, por llevar a bordo las dotaciones que el siguiente 20 debían hacerse cargo de los sumergibles General Mola y General Sanjurjo, al desembarcarlos se unió a uno más de los muchos convoyes con destino a La Spezia, en él iban tres cruceros auxiliares y los dos cruceros Baleares y Canarias, estos como era normal, los escoltaban hasta estar a salvo, llegando al puerto italiano y embarcando la carga, saliendo lo antes posible y de regreso en el mismo lugar, volvían los cruceros a darles escolta hasta llegar al Estrecho, donde llegaron a Cádiz el 27 seguido, poco antes del mediodía del 28 salieron con rumbo a Palma, donde embarcaron 1.600 efectivos del ejército, 1.800 bombas, más otros materiales, el mismo 28 los cruceros se unieron para darles escolta, el 29 cuando al medio día se encontraban sobre cabo Ténez, el Almirante comunicó la presencia sobre el cabo de Palos de la escuadra gubernamental, los dos cruceros continuaron protegiendo a los buques, hasta dejarlos a salvo, al encontrarse sobre el cabo Quilates-Alhucemas, cuando viraron al E. para intentar dar caza a la escuadra enemiga, pero no la localizaron.
El 18 de mayo, salió de Palma en otro convoy, con el mismo destino al puerto italiano, como era normal fueron dando resguardo los cruceros, hasta dejarlo en franquicia, todo esto sabiendo que la escuadra gubernamental se encontraba en la mar, llegaron al puerto de destino y comenzó el embarque de materiales de guerra, a su regreso por la misma ruta entraron en Palma, pero el de este historial desembarcó lo transportado y embarco efectivos del ejército, saliendo de nuevo con destino a Cádiz, al llegar desembarcó la tropa, regresando a Palma para reabastecerse.
Zarpó el 21 seguido, esta vez para vigilar en la zona de la isla de Pantelaria, en la que permaneció hasta el 24, porque su falta de autonomía le obligaba a realizar cortas permanencias en la mar, impidiéndole permanecer más tiempo en la zona, entrando en Palma el 26 al mediodía; embarcó cuatro cañones de campaña de 150 mm, 100 carritos con ametralladoras y efectivos del Arma de Artillería, saliendo el 9 de junio con rumbo a Cádiz, durante el trayecto sufrió una avería en su sistema de propulsión, pero no le impidió poder entrar en la bahía gaditana, desembarcó la tropa, pasando a reparar en Matagorda, permaneciendo en ello 25 días, aun en reparaciones el Almirante decidió pasara destinado a Melilla.
El 8 de julio salió de Melilla dando remolque a la lancha torpedera Requeté, con destino a Palma, donde la dejó el 9 seguido, pero sólo estuvieron un día, por recibir la orden del Almirante de pasar a Soller, puerto mucho más seguro para pequeños buques, regresando a Palma al día siguiente; el 27 salió de Palma con rumbo a los estrechos de Sicilia, al puerto base de Favignana, de donde salió para relevar al Antonio Lázaro, regresando sin haber divisado nada importante el 29, permaneció casi otro mes en revisiones necesarias, por ello el 2 de septiembre, el Almirante recibió la noticia de la entrada en Cagliari del Mar Negro, por haberse pasado a los nacionales, a sugerencia del almirante italiano Marengo, envío al Rey Jaime I para hacerse cargo del buque, pero por asegurar su presa el Almirante envió al Canarias, quien el día 4 trasbordo una dotación de presa, por ello el mercante armado quedo libre, entrando por la noche del mismo día en Palma, mientras el crucero y la presa arrumbaron al Estrecho.
Estando en Palma el 14 seguido se le ordeno transportar a Melilla, al hidro siniestrado He 60-4, lo que efectuó, regresando a su base el 16; el 24 de octubre en un nuevo crucero en los estrechos de Sicilia, apresó al mercante Margrete, con bandera danesa, con una carga de 500 t. de patatas, fue declarado buena presa, entre tanto permaneció siempre que podía o le dejaban sus máquinas, porque prácticamente todo noviembre lo paso en reparaciones, continuo en diferentes barreras, formadas para interceptar los buques provenientes del Bósforo, el 7 de diciembre hizo lo propio con el mercante Athinai, con bandera griega, al ser revisada su carga declarada como general, era cierto y por ello consultado con el Almirante, se le dejo en libertad, regresó a su base donde repostó, salió en un crucero llegando a la isla de Pantelaria, formando conserva con el Ciudad de Valencia, tras permanecer unos días arrumbo a su base donde entro el 26 seguido, el mismo día después de carbonear se hizo de nuevo a la mar hasta la misma isla anterior, por saber se acercaban procedentes del Bósforo tres mercantes, a los que no pudieron avistar, regresando a Palma el 30 de diciembre.
Permaneció unos meses en reparaciones, por ello no se tiene noticias sobre él hasta julio y agosto de 1938, al entrar en servicio se nombró su comandante, al capitán de corbeta D. Luis Lallemand Menacho, realizando varios cruceros en aguas de Pantelaria y estrecho de Sicilia, así como transporte de material de guerra desde La Spezia a Cádiz o Palma y entre estas, y del 22 al 26 de agosto, permaneció en el Estrecho para dar protección al tráfico marítimo entre Ceuta-Melilla y Cádiz, el 29 seguido por la noche creyó divisar un sumergible, por ello pidió permiso al Almirante, para entrar en Cádiz, al mismo tiempo al destructor Huesca le paso lo mismo, más tarde se supo eran ciertos estos avistamientos, pero los sumergibles eran extranjeros, todo ello provocado por la presencia del destructor gubernamental José Luis Díez en Gibraltar, esto causaba una cierta tensión en toda la flota, el 5 de septiembre formo barrera con otras unidades, por la posible salida del destructor mencionado, en la cual cesó por serle ordenado pasar a Palma.
Por la conferencia de Múnich la presión fue en aumento, pensando incluso que Francia, quien había trasladado varias unidades militares a la frontera con España, podía muy bien aprovechar la ocasión y hacer lo mismo con el protectorado español en Marruecos, de ahí la orden de trasladar unidades militares a Ceuta y Melilla, en las que participo entre el 17 y 20 de septiembre. No se tenían bastantes problemas en la península que, ahora había que trasladar tropas necesarias para proteger el protectorado; los males nunca vienen solos.
Al finalizar el anterior transporte, se le destino de nuevo a la vigilancia del Peñón, relevando al minador Júpiter en esta comisión el 15 de octubre, el 20 regreso el minador y éste mercante armado, recibió la orden de entrar en Algeciras y permanecer a la espera de nuevas órdenes; sucedió que el Júpiter estuvo presente sobre Casablanca, pero al salir de Cádiz no había repuesto víveres, por falta de ellos, lo puso en conocimiento del Almirante, recibiendo la orden de regresar Cádiz, y al mismo tiempo al mercante armado, se le ordenó salir de Algeciras y relevar al minador frente a Casablanca, de hecho capturo al mercante Ivisup al salir de las aguas francesas, dejándolo en Cádiz, donde entraron ambos.
A partir de este momento y al entrar en servicio el Mar Negro, muy superior en armamento, por tener más desplazamiento, quien junto a su hermano el Mar Cantábrico, eran los únicos con dirección de tiro instalada, con aumento de protección en forma de coraza, en sus polvorines y toda su dotación era militar, incluido una sección de infantes de marina, viendo que su buen estado (después de la gran reparación anterior), se aprovechó para convertir a éste en transporte, por ello fue desarmado en Matagorda, entregando el mando de su comandante D. Luis Lallemand Menacho, a otro compañero, éste prosiguió sus navegaciones por el Mediterráneo, hasta finalizar la guerra como transporte, participando en múltiples comisiones y ser devuelto a su propietario.
Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.
Todoavante ©
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