Biografía de don Julio Fernando Guillén Tato
Posted By Todoavante on 8 de mayo de 2016
Contralmirante de la Armada española.
Vino al mundo a las seis de la mañana en el último piso del número 41 de la calle San Fernando en la ciudad de Alicante, el 5 de agosto de 1897, siendo sus padres don Heliodoro Guillén Pedemonti, y doña Josefa Tato Ortega.
Muy joven fue llevado a la escuela de los PP. Agustinos donde muy pronto aprendió a leer, pasando después al Collège de l´Alliance Française, más tarde continuó en el Instituto General y Técnico de Alicante, pues su padre deseaba fuera arquitecto.
Pero llevado por su afición a la Historia y la mítica figura de don Jorge Juan y Santacilia, se presentó a examen el 10 de agosto en la Escuela Naval Militar de San Fernando, al aprobarlo ingresó como aspirante embarcando en septiembre en el crucero Reina Regente, saliendo de la bahía de Cádiz el 10 de septiembre con derrota al cabo de San Vicente, Oporto, Coruña, Bilbao, Ferrol, Villagarcía, Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife, Larache, Tánger, Ceuta, alhucemas, Melilla, Mahón, Palma de Mallorca, Cartagena, Valencia, Almería, Málaga y regreso a San Fernando, siendo dado de alta en la Corporación con fecha del 9 de noviembre de 1914.
Continuó sus estudios hasta ser ascendido a guardiamarina, pasando embarcado el 15 de septiembre de 1916 al acorazado Alfonso XIII, cruzando por aguas de Finisterre hasta el 10 de diciembre siguiente, el 10 de enero de 1917 embarcó en el crucero Emperador Carlos V hasta el 28 de agosto, el seguido 10 de septiembre embarcó en el acorazado España, hasta desembarcar el 10 de diciembre continuo.
Fue ascendido al permanecer los dos años de guardiamarina a alférez de fragata el 24 de noviembre de 1919, aprobando el examen fue ascendido el 2 de diciembre al grado de alférez de navío.
Recibiendo la orden de embarcar en el destructor Osado con base en Cartagena, realizando prácticas de mar, trasbordando al vapor Roger de Lauria en el puerto de Barcelona, por estar destinado como buque prisión de los huelguista, al pacificarse la situación participó en el rescate de un bote del acorazado Alfonso XIII, recibiendo por ello una ‹mención honorífica›, pasó al transporte Almirante Lobo, encontrándose en él le fue notificado su ascenso al grado de teniente de navío trasbordando en Ceuta al crucero Princesa de Asturias, embarcando el 18 de enero de 1921 desembarcando el siguiente 14 de febrero, por haberle sido admitida su petición de ingresar como alumno en la primera promoción de la Escuela de Aeronáutica Naval, por Real orden del 7 de enero próximo pasado.
El 1 de julio de 1922 se encontraba a bordo del portahidroaviones Dédalo fondeado en Santa Pola junto al destructor Audaz, pidiendo permiso para realizar un vuelo en el dirigible Vicentico de los que estaban bajo su mando, sobrevolando la ciudad de Alicante por primera vez quedando sus paisanos admirados de las maniobras y ver «eso» que se mantenía en el aire.
Por las desgracias ocurridas en el protectorado de Marruecos, el mando decidió enviar al Dédalo y sus «ojos», por ello a primeros de agosto siguiente pasó a formar parte de las fuerzas navales, siendo el primero en lanzar bombas a mano desde 1.200 metros de altitud sobre las baterías del Morro Nuevo y poblado de Azibfazar en las cercanías de Alhucemas desde un hidro Machi 18, pilotado por Francisco Taviel de Andrade y Guillen como observador, siendo este hecho el 6 siguiente, prosiguiendo en diferentes vuelos y bombardeos en la zona.
En su hoja de servicios figura un comentario de su jefe durante el año 1922: «Durante este año, ha continuado siendo este Oficial alumno de Aerostación de esta Escuela, habiendo demostrado aplicación y aprovechamiento. Ya como observador, ya como comandante de dirigible, ha tomado parte en todos los bombardeos aéreos desde el mar en Marruecos, mereciendo ser citado como distinguido y propuesto para recompensa. Está indicado para Auxiliar de Instructor de Aerostación de esta Escuela, y tiene aptitudes para hacerlo bien y lo haría mejor si fuera más ordenado. — A bordo, Barcelona, 31 de diciembre de 1922. — Pedro María Cardona.»
Por estas acciones que marcaban un hito en la historia se le concedieron por Real orden del 16 de enero de 1923, la Medalla de Marruecos y por otra fechada el 12 de mayo siguiente la Cruz de 1ª Clase al Mérito Naval con distintivo rojo.
Los Reyes llegaron a Valencia unos días después del golpe militar de don Miguel Primo de Rivera, pues debían de embarcar en el acorazado Jaime I con rumbo a Italia, al llegar fueron recibidos con una demostración aeronaval de los distintos medios con que contaba la Armada, SS. MM. embarcaron para dirigirse al acorazado, pero el Rey dio orden de hacerlo al Dédalo para saludar a su dotación y en especial a su comandante de vuelo don Pedro María Cardona y Prieto (creador de la Aviación Naval Española), quien a su vez estaba en el aire por no estar prevista la visita, le fue comunicado amarando inmediatamente, recibiendo a S. M., acompañándole a la Cámara de Oficiales, la cual estaba adornada toda ella por dibujos realizados por Guillem, fijándose en un lugar en el que faltaba uno, preguntando la razón, efectivamente don Julio había oído la comunicación enviada a su jefe y al igual que él había llegado antes, guardando un dibujo donde se caricaturizaba a don Alfonso, no teniendo más remedio que sacarlo y enseñárselo, el Monarca sonrió y dedicó firmándolo sin mover un músculo de su rostro.
Pocos meses antes había participado en un concurso, tan dados en la época a nivel mundial celebrado en el campo de Solbosch muy cerca de Bruselas, en la copa Gordon-Bennet tripulando el globo libre Hesperio junto a su compañero Manuel de la Sierra Bustamante, siendo la primera vez que participaba la Aeronáutica Naval, arriesgando sus vidas por el fuerte viento levantado en el mismo momento de la suelta y el duro temporal de nieve con viento que se desató, no obstante consiguieron ganar el concurso con su globo en el apartado militar, al lograr recorrer 325 kilómetros, tocando tierra al chocar con un poste con cables eléctricos en la población de Woldendorp en Holanda, resultando ambos heridos. En el transcurso de esta prueba fallecieron cinco aerosteros, contándose entre ellos el capitán Peñaranda al mando del Polar cuando una descarga eléctrica le dio de lleno a mil metros de altura, incendiando a su vez el globo, salvándose el teniente Gómez Guillamón al descender algo más lentamente por servir su envuelta como paracaídas, fracturándose solo una pierna.
Su jefe el capitán de corbeta citado añade en su hoja de servicios al finalizar el año 1923: «A medida que se ha ido soltando este Oficial, se ha puesto de manifiesto su idiosincrasia algo bohemia, poco propenso al orden y al método, siendo de esperar que, con la edad, se corrija de estos defectos, que, si no los vence, anularán las buenas condiciones de inteligencia, entusiasmo y saber que reúne. Ha concurrido a la carrera de la Copa Gordon-Bennet, pilotando el globo de esta Escuela Hesperio, corriendo serios peligros con tranquilidad y valor por dejar bien puesto el pabellón nacional; por ello, está propuesto para una recompensa.»
La victoria de Guillem y de la Sierra fue un destacado éxito deportivo, dejando muy alto el pabellón español, siendo recomendados para una recompensa, por ello a ambos por Real orden del 20 de febrero de 1924 se les concedió una Cruz de 1ª Clase al Mérito Naval con distintivo rojo, mucho más tarde el 26 de marzo de 1932 le fue concedida la Medalla Aérea individual. Siendo ésta de nueva creación y por ello la primera concedida, quedando así igualado el futuro Ejército del Aire al de Tierra y la Armada, con su particular Medalla, a pesar de seguir la aviación dependiendo de los anteriores Ejércitos.
En enero de 1924 se le nombra jefe de la sección de Aerostación y Dirigibles de la Armada. Fue nombrado Caballero Oficial de la Orden Italiana de la Corona; aprovechando la llegada a Barcelona de los Reyes de éste país, se elevó en el dirigible O-2 para recibirlos sobre las islas Columbretes llegando el 6 de junio, al venir embarcados en una escuadra reuniéndose en el mismo punto con la española donde a su vez iban los Reyes de España.
Pidió una licencia para contraer matrimonio, teniendo lugar el enlace el 15 de octubre en la colegiata de San Nicolás de su ciudad natal, con doña María de los Ángeles Salvetti y Sandoval de Laussat y Bassecourt, bendecido por el abad Modesto Nájera, siendo sus padrinos don Alfredo Salvetti, padre de la novia y doña Josefa Tato madre de don Julio. Su esposa era descendiente directo del ilustre Sabio Español, don Jorge Juan y Santacilia.
Regresando a Barcelona donde algo más tarde se unió su esposa, por Real orden del 12 de diciembre de 1924 se le concedió la segunda Cruz de 1ª Clase al Mérito Naval con distintivo rojo, concedida por el periodo de operaciones en Marruecos entre los meses de julio y diciembre de 1922.
De su jefe en su hoja de servicios figura con fecha del 31 de diciembre de 1924 lo siguiente: «Durante este año, ha continuado ejercitándose en Aerostación, en cuya rama es un buen piloto, ratificándome en los juicios míos anteriores sobre este Oficial.»
Por Real orden del 18 de marzo de 1925 se le otorga el título de Piloto de Globo libre y dirigible, con la antigüedad del mes de agosto del año anterior.
Fue enviado a Italia para tomar el mando de una escuadrilla de Machi 24, encontrándose allí llegó la noticia de nuevos ataques de las cábilas en Marruecos, se presentó voluntario para regresar al combate, siendo nombrado observador de la segunda escuadra, al mando de don Alfredo Kindelán bombardeando el sector del frente de Alhucemas, facilitando con ello el éxito del desembarco. Se le otorgó el mando de un dirigible realizando observaciones del movimientos enemigos, en uno de esos vuelos estaba acompañado por Ramón Franco, por su baja altitud recibían a veces los proyectiles de los «pacos», salvando la vida gracias a que uno de ellos le fue a dar, pero en el botón de ancla del uniforme lo que aminoró su fuerza, siendo solo herido y sin gravedad.
En enero de 1926 se le nombró Piloto Jefe de la Sección de dirigibles de la Escuela de Aerostación Naval, continuando con sus estudios de historia y náutica. Participó en el congreso Hispanoamericano de Aeronáutica celebrado en Madrid y Guadalajara, pasando en los meses de septiembre a diciembre como jefe del pabellón de aeronáutica instalado en el Retiro, al celebrase la I Exposición Nacional de Aeronáutica.
Por Real orden del 22 de enero de 1927 se le concede una Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo por su valor demostrado en el desembarco de Alhucemas, representó al Ministro de Marina en la Junta Internacional de Heráldica, con fecha del 17 de diciembre le fue entrega una Real orden con la concesión de la condecoración de Comendador de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III, siendo llamado a Madrid por el Ministro de Marina señor don Honorio Cornejo Carvajal, fijando su residencia en la capital.
Siendo la causa se ser requerido por el Ministro, para formar parte de la Comisión Inspectora de la Carabela Santa María, para ello fue nombrado miembro por Real orden del 22 de febrero de 1928, dejando el destino en la Aeronáutica Naval por otra R. O. del 7 de marzo siguiente y nombrado Auxiliar interino del Negociado de Campaña del mismo Ministerio, quedando separado del servicio activo como oficial de la Armada.
En su nuevo destino trazó el plan para la presencia de la Armada en la Exposición Ibero-Americana a celebrar en la ciudad de Sevilla, sin abandonar el proyecto de reconstrucción de la carabela, siendo éste su mayor preocupación, por ello escribió su libro sobre el buque y características después de arduos trabajos de arqueología, titulado: «El primer viaje de Cristóbal Colón.»
Siguiéndole: «Los marinos que pintó Goya.» e «Iconografía de los Capitanes Generales de la Armada.» Para darlos a conocer elevó instancia para su publicación a S. M. en estos términos: «SEÑOR. — Don Julio Guillén y Tato, Teniente de Navío de la Armada, con destino en este Ministerio y asignado al Museo Naval, a V. M., con el debido respeto y rendido acatamiento. EXPONE que: Con motivo del centenario del pintor Goya y, al reseñar la colección de retratos de este Museo, ha podido identificar, entre los personajes anónimos que retrató aquél, varios que fueron jefes prestigiosos de la Armada, lo que le sugirió la idea de estudiarlos iconográficamente en el adjunto trabajo, vulgarizador además de algunos de los papeles principales que desempeñó la desgraciada Marina de aquella época, que eleva respetuosamente a la consideración de V. M. en SUPLICA de que se le conceda ayuda de impresión para su debida publicación.»
Mientras esperaba contestación, el 14 de agosto del mismo año fue nombrado correspondiente de la Real Academia Hispanoamericana de Cádiz. Por Real orden del 5 de diciembre siguiente se le concede una prestación de novecientas ochenta y tres pesetas, con la obligación de entregar cincuenta ejemplares a la Revista General de Marina para su distribución entre las diferentes bibliotecas oficiales. La primera obra se publicó en el mismo año 1928, en contra, por los diferentes avatares siguientes, la Iconografía no vio la luz de la imprenta hasta el año 1934.
Fue nombrado comandante de la carabela Santa María por Real orden del 16 de febrero de 1929, por otra R.O. del 23 de abril siguiente fue ascendido al grado de capitán de corbeta, planificó realizar una réplica a su vez del viaje de descubrimiento, pero los acontecimientos del país se lo impidieron. En este mismo año fue nombrado: El 3 de agosto, socio de Honor de la Real Sociedad Colombina de Huelva; el 18 de octubre, Comendador de la Orden de Cristo de Portugal; el 6 de diciembre, correspondiente de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras y el 18 siguiente, miembro de número de la Real Academia Iberoamericana de Geografía de Sevilla.
El 29 de mayo de 1930 entregó el mando de la carabela, por ser nombrado tercer comandante del acorazado Alfonso XIII, permaneciendo todo el mes de julio, por pasar con el mismo cargo en agosto al crucero Miguel de Cervantes. Recibe la notificación de haber sido condecorado el 27 de julio próximo pasado comendador de la Orden de la Espada de Suecia, pasando poco después a graduarse como observador naval, recibiendo la Orden ministerial del 3 de septiembre seguido con su título.
Al llegar la república por Orden ministerial del 8 de agosto del año 1931 se le nombra subdirector del Museo Naval, el cambio de sistema político supuso un empuje para el Museo, siendo inaugurado en su actual local del Paseo del Prado el 12 de octubre de 1932, era su director don Manuel Medina y presidiendo su Patronato el doctor Gregorio Marañón, a su vez fue confirmado en su cargo don Julio por Orden ministerial del 18 de julio próximo pasado, hasta recibir la Orden ministerial del 8 de diciembre de 1933 siendo nombrado su director.
Comenzó un gran trabajo en todos los ámbitos colocándolo entre los primeros del mundo, a costa de no descansar, casi no comer, pero siempre vigilante, participando personalmente en una investigación subacuática en la isla de Palma de Mallorca, quiso continuar con Vigo y los galeones allí hundidos en 1702, pero ya no le dio tiempo.
Su ideal de Museo se resumía en: «…la importancia de un Museo no se la da el número de objetos que en él se reúnan, sino la calidad y el poder de evocación de éstos. Un Museo tiene que producir una emoción en el visitante, y esta emoción no se consigue con abarrotar unas habitaciones con montones de objetos como en una tienda de antigüedades… Un Museo, contra lo que vulgarmente se cree, es un organismo vivo.»
Se produjo el alzamiento, pero él encerrado en su Museo no fue advertido de ello, diciendo: «¿Qué culpa tenemos quienes ignorábamos todo?» por ello continuó en su quehacer diario, en el mes de agosto firmó el preliminar de su libro: «Los Teniente de Navío Jorge Juan y Santacilia y Antonio de Ulloa y de la Torre Guiral y la medición del Meridiano.» siendo publicado a finales del mismo año 1936, sirviendo sus derechos de autor para dar de comer a su familia.
El 26 de septiembre fue detenido en su casa, conducido primero a la Brigada Social, pasando a los sótanos de la Dirección General de Seguridad, siendo sacado el 28 siguiente y encarcelado en la Modelo en la celda 831, donde vivió la experiencia de estar esperando ser asesinado. Al parece pudo convencer a sus captores de su inocencia por estar en total desconocimiento de los acontecimientos, por ello el 15 de noviembre le dejaron en libertad, logrando llegar a la legación de Polonia donde fue acogido como refugiado político.
El 21 siguiente el jefe del Estado don Manuel Azaña firmó un Decreto cuyo primer artículo dice: «El personal que a continuación se relaciona causará baja definitiva en la Armada, con pérdida de empleo y sueldo, gratificaciones, derechos pasivos, honorarios, condecoraciones y demás prerrogativas o emolumentos que puedan comprenderle.» causando baja definitiva en la Corporación. En la mencionada relación se relacionaban los capitanes de corbeta, entre otros figuraban a parte de don Julio, don José Luis de Ribera Egea, don Felipe Abárzuza Oliva, don Ramón de Carranza Gómez, don Juan Cano Manuel Aubarede e Isidro Sáiz Corratge, siguiendo la relación con los tenientes de navío y alférez de navío.
Salieron de la Embajada con destino a Valencia, entre ellos González Gallarza y Suances coroneles del ejército, donde embarcaron con destino a Gdynia cercana a Dantzing, donde se puso en contacto con el cónsul español, quien les facilitó el viaje de regreso a Lisboa, de donde pasaron a Salamanca y después a Cádiz, llegando el 23 de mayo del año 1937, donde poco después se presentó a sus jefes, pero una denuncia de Antenor de Betancourt (puesto en libertad al mismo tiempo y realizando el mismo viaje de ida y regreso) fue clasificado como no afín a la causa del alzamiento, siéndole prohibido vestir uniforme y esperar a su Consejo de Guerra, conservando el sueldo en situación de disponible gubernativo, pasó el juicio siendo la sentencia confirmada en junio de 1938, quedando separado del servicio. De nuevo y está vez en la otra zona fue exonerado de la Corporación.
Los documentos dicen: «Ministerio de Defensa Nacional. — Sección de Justicia. — La Auditoría de Guerra del Ejército del Sur eleva a este Ministerio testimonio del Pronunciado recaído en la cusa seguida con arreglo a lo prevenido en el Decreto-Ley de 5 de julio de 1937 y Circular de 11 de agosto siguiente contra el Capitán de Corbeta Don Julio Guillén Tato, como consecuencia de su presentación en la España Nacional, procedente de la zona roja.
La mencionada resolución ha sido dictada por el Consejo de Guerra Permanente de Oficiales Generales del Ejército del Sur y tiene la cualidad de firme por haber sido aprobada por la Autoridad Judicial Militar de aquel Ejército.
En el fallo se condena al citado Jefe de la Armada a la pena de separación del servicio como autor de un delito de negligencia, previsto y castigado en el art.º 192 del código Penal de la Marina de Guerra con duración y efectos determinados en los artls. 37 y 51 del mismo Cuerpo Legal, o sea, con carácter perpetuo y con el retiro del servicio, si a él tuviere derecho, o la licencia absoluta, quedando en este caso sujeto a la Ley de Reclutamiento y reemplazo de la Marinería de la Armada en lo que sea aplicable por su situación personal.
En virtud de lo expuesto, procede remitir el testimonio adjunto a la Sección de Personal con copia de este informe y decreto subsiguiente a fin de que se disponga la baja en la Armada del Capitán de Corbeta D. Julio Guillén, practicándose las anotaciones pertinentes y devolviéndose el testimonio para su archivo en esta Sección.
V.E. no obstante acordará.
Burgos 17 de junio de 1938. — II Año Triunfal. — El Auditor Jefe de la Sección, Francisco Corniero. Rubricado. — Conforme, Manuel Moreu. Rubricado. — Es copia. — El Auditor Jefe de Sección, Corniero.»
Basado en esta sentencia se produce su separación de la Corporación en el Diario Oficial número 262, en estos términos: «BAJA. — Como consecuencia del Pronunciado por el Consejo de Guerra Permanente de Oficiales Generales del Ejército del Sur, causa baja en la Armada el Capitán de Corbeta Don Julio Guillén Tato, que ha sido condenado a la pena de separación del servicio.
Burgo, 23 de junio de 1938. — II Año Triunfal. — El Contraalmirante Subsecretario de Marina, Manuel Moreu.»
Mientras esperaba el juicio escribió bajo seudónimo: «El preso 831.» publicado en el mismo año 1937, describiendo sus memorias durante su estancia en la cárcel Modelo de Madrid.
Después de su separación no le faltó trabajo y con ello la forma de ganar algún dinero para mantener a su familia, pues fue nombrado por el Ayuntamiento de Cádiz en sesión del 27 de abril de 1938, vocal de la Comisión Gestora para escribir la obra: «Índice sistemático de acuerdos de las actas capitulares de la M. N., M. L. y M. H. Ciudad de Cádiz, Padre de la Patria.» Al rebuscar en los diferentes archivos encontró más documentos con referencia a don Jorge Juan y Santacilia, acercándole más a su insigne personalidad.
Sin formar parte de la Armada, sus compañero le encargaron participará en el XV Congreso para el Progreso de las Ciencias, a celebrar en la ciudad de Salamanca, no puso objeción ninguna y así lo hizo, participando con un escrito titulado: «Los Museos en el Nuevo Estado.» donde se explaya en su descrita forma de «ver» los Museos. Por ello transcribimos a continuación un punto y aparte de su escrito, pues no deja de ser una advertencia al nuevo régimen que en esta época era un claro vencedor: «La verdadera objetividad de los Museos no está en la conservación de objetos notables y necesarios para el estudio de las distintas actividades culturales del pasado, sino en que constituyan centros de función eminentemente docentes, que coadyuven a levantar el nivel medio cultural de la masa.»
También escribió su trabajo: «Don Antonio de Ulloa y el descubrimiento del platino.»; «En la mar de hace siglo y medio, la Historia se repite.» y «Nuevos datos sobre la Real Compañía de Guardia Marinas, de Cádiz, y sobre la estancia en ésta de su comandante el capitán de Navío de la Real Armada Don Jorge Juan y Santacilia.»
Al terminar la guerra realizó varios viajes a Madrid gestionando su incorporación a la Armada, en uno de ellos sus compañeros le pidieron fuera el artífice del pabellón de la Armada a celebrar en San Sebastián en el Gran Kursaal en junio de 1939, dentro de la Exposición de Guerra, siendo visitado por el Jefe del Estado quien se entretuvo más de lo pensado en él, declarando era junto al de Ingenieros los que más le habían gustado.
Al concluir la Exposición regresó a Cádiz, de donde junto a toda su familia se traslado a Madrid al finalizar el verano de 1939, así estaba más cerca del centro de poder pudiendo actuar en su defensa en cualquier momento. De paso acudía al Museo como investigador, comprobando a su vez el estado de sus peticiones para ser rehabilitado.
Fue restablecido el Patronato del Museo, celebrándose el 29 de enero del año 1940 su primera reunión para nombrar Director, presidida por don Ramón Carvajal, marqués de Santa Cruz, entre los vocales se encontraba don Juan Bautista Robert, ingeniero naval nacido en Valencia, defensor a ultranza de nombrar a don Julio, no se pudo llegar a ningún acuerdo.
En la segunda celebrada el 11 de junio siguiente, fue presidida por el almirante don Francisco Bastarreche, sin llegar a acuerdo, en la tercera, el 5 de agosto siguiente la presidió el almirante don Francisco Rapallo, figurando Bastarreche y Robert como vocales, en ella se acordó: «Dejar en suspenso la designación de Director del Museo hasta que se hayan practicado las oportunas gestiones sobre la depuración de la persona que pudiera ser designada para este cargo, prometiendo el Sr. Presidente practicarlas con toda rapidez a fin de que el próximo octubre o más adelante se resuelva definitivamente el asunto.»
Dado que la parte más importante de la acusación era su amistad con el doctor Gregorio Marañón y Posadillo, se buscó ayuda para ratificar el hecho, siendo don Santiago Magariños, a la sazón Jefe Nacional de Censura del Ministerio de la Gobernación, quien firmó el 5 de febrero de 1941 un informe en el que entre otras cosas dice: «…el Dr. D. Gregorio Marañón y Posadillo está reconocido como una de las personas afectas al Glorioso Movimiento Nacional…no creo debe estimarse la amistad con dicho Doctor como motivo de recelo o suspicacia alguna en la consideración de adhesión al Movimiento.»
El 23 de septiembre siguiente se reunió el Consejo de Guerra, no existió dificultad para desmontar todo lo aludido por la acusación, por el defensor el capitán de navío don Indalecio Núñez Iglesias, quien finalizó su defensa diciendo: «La misma Marina le ha conferido comisiones y le debe servicios recientes; pero no se trata de recuperar a un individuo que puede ser útil; se trata de la justicia de una rehabilitación, volviéndolo al seno de quienes vemos, en él, al Oficial de Marina inocente, sin culpa y merecedor, por su conducta, de seguir formando en nuestras filas entusiastas.» No olvidó a su vez comunicar inmediatamente a su amigo don Juan Bautista Robert la sentencia absolutoria total.
Por Orden del 12 de octubre continuo (la misma de la inauguración del Museo) se publicada en el B.O. E. núm. 280, su nombramiento como Consejero de la Hispanidad, por ello debía de estar presente en el Palacio Real los días en que los embajadores de estos países presentaban sus credenciales al Jefe de Estado.
Por Orden ministerial del 14 de noviembre seguido publicada en el Diario Oficial núm. 262 dice: «Recaída sentencia absolutoria en la causa seguida para la revisión del Pronunciado, distado en procedimiento incoado contra el Capitán de Corbeta D. Julio Guillén Tato, se anula la Orden Ministerial de 23 de junio de 1938 que dispuso su baja en la Armada, debiendo considerársele, como consecuencia de ello, reintegrado al servicio activo desde la indicada fecha y ascendido al empleo de Capitán de Fragata con antigüedad de 26 de febrero de 1939 y efectos administrativos a partir de la revista de 1º de noviembre de 1940, pasando a ocupar el número 1 de los de su nueva clase en la Escala de Mar. Madrid, 14 de noviembre de 1941. — Salvador Moreno Fernández.»
El 17 siguiente escribe al Ministro, entre otras cosas dice: «Qué, durante este espacio de tiempo, han sido ascendidos a empleos inmediatamente superiores diversos jefes en condiciones análogas a las del solicitante y aun los que, por aplicación de la Ley del 12 de julio de 1940, fueron retirados obtuvieron la merced del ascenso por estimarse (con la amplia generosidad que caracteriza las decisiones del nuevo Estado) que la depuración no debía privar de los derechos adquiridos por la permanencia en un empleo. Suplicando…dignándose al mismo tiempo concederle el pase a la Escala Complementaria con este empleo de Capitán de Navío, ya que, los quebrantos morales y físicos, padecidos en el largo período de apartamiento de su actividad profesional, le hacen presumir que sus servicios no podrían dar un pleno rendimiento en la Mar.»
No se le atendió en su ascenso, pero sí por Orden ministerial del 15 de diciembre se le nombra Director del Museo Naval, tomando posesión de su destino el siguiente 20. En la Junta del Patronato del 20 de enero de 1942, el vicepresidente almirante Moreu (el mismo que firmó su baja en la Corporación) le notifica que el Ministro vicealmirante don Salvador Moreno Fernández, le ha nombrado, Director de la Biblioteca Central del Ministerio de Marina y de todas las de la Armada, y las que se puedan organizar. En la misma Junta a petición de don Julio se aprueba la creación del Museo Naval de Sevilla, siendo designada su ubicación en la Torre del Oro de la ciudad. A su vez propone prepararse para la celebración del 450 aniversario del descubrimiento de América (1942) y el VII Centenario de la creación de la Marina de Castilla (1948) Como se ve ya empezaba a «ver» más allá. Plus Ultra.
Fue nombrado bibliotecario de la Real sociedad Geográfica de Madrid y director de la Revista General de Marina, a la que pasados unos años añadió su apartado de -Miscelánea- y a fecha de hoy (2014) sigue formando parte importante de la misma; cargos que se añadían a su ya apretada agenda, pero nada de todo esto le turbaba pues en el mes de abril siguiente levantó a petición de don Ramón Gordillo Carranza un pabellón dedicado a la Marina en la XX Feria Muestrario Internacional de Valencia, participando la mercante, obteniendo un éxito mayor a la ya realizada en San Sebastián.
Por Decreto de la Presidencia del Gobierno fechado el 15 de junio, se fundó el Instituto Histórico de la Marina, enmarcado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas con sede en el mismo Museo, siendo nombrado don Julio su director por Decreto del día 10 de julio seguido, pero en el entreacto de ambas fechas hay que señalar la del 19 de junio, pues fue nombrado Miembro Numerario de la Real Academia de la Historia.
En la celebración del 450 aniversario del descubrimiento, se realizó una Exposición en el palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, con mapas, planos y cartas náuticas referentes a la historia de aquellos territorios, aprovechando para imprimir su obra: «Monumenta Chartográphica Indiana.» cuyo trabajo estaba realizado para publicar en el año 1936, pero por los acontecimientos sufridos no pudo publicarse, siendo sufragada por el mismo Ministerio.
Entre los muchos actos celebrados en la conmemoración del descubrimiento, acudió a las Atarazas de Barcelona en abril de 1943, para celebrar la llegada del Almirante y presentarse a los Reyes Católicos anunciando su descubrimiento, se presentó una Exposición del Libro del Mar, estando presentes en ella el documento original con la entrega a Cristóbal Colón de su escudo de armas firmado por los Reyes y el códice «LLibre del Consolat del Mar» cuyo original se conserva en el Ayuntamiento de Valencia.
Por estas fechas salió de la imprenta su obra: «Europa aprendió a navegar en libros españoles.» un poco después se puso a la venta: «Bibliografía Marítima.» Más tarde en el mismo año escribió un libro llamado «La carabela Santa María. Apuntes para su reconstrucción.» La carabela que había mandado fue dada de baja en la Armada el mismo año, hundiéndose frente a Villajoyosa dos años más tarde cuando iba a remolque del transporte Tarifa con destino al Arsenal de Cartagena.
El 1 de diciembre siguiente pronunció su discurso de ingreso en la Real Academia de la Historia, desarrollado sobre «Cartografía marítima española.» siendo sus primeras palabras: «Cuento por feliz circunstancia, que preceptivamente me releva del elogio correspondiente, la de ocupar una vacante no ocurrida por fallecimiento, sino por cambio de residencia de mi paisano don Rafael Altamira, y, asimismo, el venir a ostentar la misma medalla que, son el insigne orador sagrado P. Calpena, soy el tercero en recibir.»
Recibió la grata noticia de su ascenso al empleo de capitán de navío con fecha del 20 de febrero de 1944, pero aún se alegro más al verse reconocido, pues la antigüedad se la daban desde el 26 de febrero de 1941, la fecha que le correspondía y que él demandó en su momento. Tarde, pero aún a tiempo de disfrutar los galones.
Repasando como siempre algunas obras topó con el tomo V de la «Colección de los Viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV.» Madrid, 1838 de don Martín Fernández de Navarrete, en el que se inserta una anécdota, no siendo otra que la promesa incumplida de don Juan Sebastián de Elcano, cuando como piloto de la nao Santa María de la Victoria en la expedición de Frey García Jofre de Loaysa se sintió morir redactó su testamento el 26 de julio de 1526, incluyendo una manda que dice: «Item mando…que un romero, a quien se darán seis ducados para gastos, fuese a cumplir la promesa que había hecho de ir hasta la Santa Verónica de Alicante, con veinticinco ducados que entregará con recibo al convento.»
Lo puso en conocimiento del almirante Bastarreche, quien lo tomó como propio comenzando a recoger limosna de los compañeros de la Corporación y aportaciones de ilustres personajes; mientras don Julio diseñó el protocolo pensando sería buena fecha la celebración de la fiesta de la Santa Faz Divina, a su vez realizó una copia de la nao para ser entregada como voto al convento, así el 20 de abril del año 1944 presidida por el almirante Bastarreche, seguido de don Federico García Sanchiz, don Julio, autoridades, una representación oficial del pueblo de Guetaria, pueblo y todos los marinos hijos de la ciudad de Alicante, se encaminaron hasta el monasterio a primeras horas de la mañana, al llegar se ofició la misa, después se realizó la manda entregada por el almirante Bastarreche por importe de quince mil pesetas a las monjas Clarisas, cerrando el acto de la ofrenda un discurso pronunciado por don Federido García Sanchiz, así quedo cumplida la promesa del inolvidable don Juan Sebastián de Elcano, poco antes de cumplirse los cuatrocientos dieciocho años desde su dictamen.
Por orden ministerial del 16 de octubre siguiente de le otorga carácter oficial a su cargo de director de la Biblioteca Central del Ministerio de Marina, compatible con el cargo de director del Museo Naval.
En 1945 dio una serie de lecciones de Historia Naval a través de Radio Nacional de España para los niños de primaria, ésta iniciativa le fue agradecida el 12 de julio con la concesión de la Cruz de la Orden del Mérito Militar con distintivo blanco de 3ª clase: «Por los distinguidos servicios prestados al Ejército.»
En agosto de 1946 comenzó un periplo por tierras hispanoamericanas, comenzando por Bogotá, donde fue nombrado correspondiente de la Academia de Historia, pasando a Cartagena de Indias, donde se le nombró igualmente correspondiente de la Academia de Historia, y galardonado con la medalla de la Fundación de Cartagena y la Gran Cruz de Boyocá, desde donde pasaron a Quito, siendo nombrado correspondiente de la Academia de la Historia, impartiendo una clase en la Casa de la Cultura sobre Don Jorge Juan en Quito.
Volaron a Lima, donde se le distinguió con los nombramientos de: Socio de Honor del Centro Naval; Miembro del Instituto Histórico del Perú; Instituto Histórico Militar; Sociedad Geográfica; Instituto Peruano de Investigaciones Genealógicas, se le concedió la distinción de la Orden del Sol, impartiendo diferentes conferencias y cursos, pasando a Santiago de Chile, siendo nombrado correspondiente de la Academia de la Historia y de la Sociedad Geográfica, y condecorado con la insignia de Gran Oficial de la Orden del Mérito, viajaron a Valparaíso, visitó el Departamento de Hidrografía, el Museo Naval, la Escuela Naval y el acorazado Almirante Latorre, donde nos cuenta: «Me hicieron honores de Capitán de navío, mandando División, y me quedé tan ancho. Dimos una vuelta por el buque, viendo cuanto apetecí y, en la cámara del Almirante, me dieron una copa de champagne y hubo el brindis inevitable. Todo, con una cordialidad y afecto a España verdaderamente impresionante.»
En vuelo llegó a Buenos Aires, visitó la Escuela Naval donde quedó apabullado al tener que saludar uno a uno a todos los cadetes, de su información entresacó lo siguiente: «Lo que más me ha sorprendido es que tienen cinco cursos de Historia de la Marina en su carrera y, desde luego, todos muy españolistas.» pasando a Montevideo, donde como novedad se le invitó a cazar lobos marinos frente a Punta del Este, impartió varias conferencias como era habitual en todos los lugares visitados, de donde regresó a Buenos Aires, pasando a Río de Janeiro, de donde voló a Asunción, pronunciando una conferencia en el Estado Mayor General, sobre «El Paraguay y la Cartografía americana.» otra en la Sociedad España y en el Centro de Acción Católica, siendo galardonado con la insignia de la Orden Nacional del Mérito, regresando a Buenos Aires donde durante sus estancias dio conferencias en la Academia Nacional de la Historia, Escuela Naval de Río Santiago, Centro Naval de Tigre, El Sollado, Yacht Club Argentino, Instituto de Estudios Genealógicos, Instituto Argentino de Historia y Geografía, Base de Submarinos del Mar de la Plata y en la Exposición del Libro Español de Buenos Aires, embarcó en el mercante Monte Ayala el 21 de enero incorporándose al Museo el 23 de febrero de 1947.
Donde prosiguió con sus trabajos, recibiendo el nombramiento de consejero de honor de la Institución Fernando el Católico de Zaragoza. En el mes de agosto recibió la noticia de haber sido condecorado con el ingreso en la Orden Nacional al Mérito de Ecuador.
El 16 de enero de 1948 se le nombró Comendador de la Orden Nacional del Mérito de Paraguay. El 26 de enero fue nombrado vocal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Preparó la gran exposición del aniversario del séptimo centenario de la rotura del puente de Triana por el almirante de Castilla el burgalés don Ramón de Bonifaz, facilitando la reconquista de la ciudad de Sevilla por las huestes del rey don Fernando III, impartiendo conferencias durante el transcurso de ella. Publicó su obra: «Nostramo Lourido» para dar a conocer el abnegado trabajo de los contramaestres de la Armada, en una serie de cuentos marineros.
Después de unas gestiones logró que el marqués de Santa Cruz, don José Fernández Villaverde y Roca de Togores, firmara la cesión en alquiler por noventa años de su palacio del Viso del Marques, por un simbólico precio de una peseta anual, el 4 de febrero de 1949, habiéndose creado el 1 anterior el Patronato que lo administraría.
En 1950 viajó de nuevo a Perú, representando a la Real Academia de la Historia en el Congreso Panamericano de Geografía e Historia, donde presentó la obra: «Chartográphica Indiana» terminada en nueve volúmenes pero todavía sin estar impresa.
En 1951, se conoció la proyección de la película rodada en el Reino Unido con el título «Cristóbal Colón», ante los dislates y maledicencia de su resultado, el Ministro de Asuntos Exteriores encargó a la productora cinematográfica valenciana Cifesa se rodará «Alba de América», para no cometer errores y ceñirse lo más posible a la verdad histórica fue nombrado asesor naval, por ello dirigió y vigiló la construcción de la nueva réplica de la nao Santa María, realizada en los Astilleros Lacomba del Grao de Valencia, por considerarse necesaria para el rodaje, al finalizar su utilización, con dotación de la Armada visitó diferentes puertos entre ellos el de Alicante, donde a su vez se había construido la arboladura del buque, permaneciendo en la Marina hasta 1957, por ser regalada por el Ministerio de Marina al Museo Marítimo de Barcelona.
En palabras de don Julio: «Nos hemos ajustado a los datos que, relacionados con la que tripuló Cristóbal Colón, existen en el Archivo de Indias y en el Museo Naval. El tamaño del bajel, el tonelaje, el utensilio se ajustan a la verdad histórica. Como puede verse, dispone de las correspondientes piezas de artillería, consistentes en cuatro falconetas y dos bombardas, en todo idénticas a las que llevó Colón en el viaje del descubrimiento.»
Se le notifica el 11 de mayo de 1956 su nombramiento como miembro de la Academia de Marina francesa. Viajó a Cartagena de Indias, donde el 17 de noviembre se inauguró frente al castillo de San Felipe de Barajas, la estatua de don Blas de Lezo regalo del Gobierno español.
El 22 de enero de 1957 fue nombrado miembro del United States Naval Institute de Annápolis.
El 16 de febrero de 1958, una orden ministerial de Marina, declara libro de texto para la Escuela Naval Militar su obra: «Lecciones de historia marítima para el uso de los Caballeros Guardiamarinas.» El 19 de diciembre se le inviste con el cargo de secretario perpetuo de la Real Academia de la Historia, desempeñando su interinidad desde el 20 de junio próximo pasado.
Se produjo un entuerto, pues el 5 de agosto de 1959 don Julio cumplía los sesenta y dos años de edad, obligándole a pasar a la reserva por pertenecer a la escala complementaria, para desfacerlo, el jefe de la jurisdicción central de marina a la sazón el almirante don Pedro Nieto Antunez, basándose en la concesión de la medalla Aérea el 26 de marzo de 1932, propuso su ascenso al almirantazgo, siendo ratificado en el consejo de ministros del 3 de abril, por ello fue ascendido al grado contralmirante el 5 de agosto, pasando a la reserva, pero con la salvedad de no ser obligatorio el abandono de la dirección del Museo, de esta forma continuó al frente de su «hijo».
El Patronato se reunió el 7 de octubre, en el libro de actas se pude leer: «…dio las gracias, haciendo constar su agradecimiento, al propio que le resultaba grato poder seguir trabajando en y para el Museo. Asimismo, que no disminuía su entusiasmo e ilusiones para conseguir atajar la notoria decadencia del mismo, que exige más personal, nuevo Museo y reforma del Reglamento. Terminó diciendo que, al final de su vida militar, tenía la serenidad de conciencia de haber dedicado todo su tiempo a una especialidad inexistente, siguiendo los consejos del difunto almirante don Francisco Moreno en carta —que leyó— del año 1929, a pesar de los seguros sinsabores que en ella le vaticinaba.» Por Decreto del 17 de diciembre el Gobierno le otorgó la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.
El 10 de mayo de 1961 fue condecorado con la Cruz de gran oficial de la Orden Naval Colombia Almirante Padilla, el 7 de junio le fue impuesta la Gran Cruz de Mayo del Mérito Naval Almirante Brown de Argentina, el 2 de julio se le otorgó el título de miembro correspondiente de la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala, en el mes de agosto le fue concedida la medalla Naval del Infante don Enrique de Portugal, el 10 de agosto, fue elegido por unanimidad miembro correspondiente de la Academia Nacional de Historia de Caracas, Venezuela y el 2 de abril de 1962, el gobierno español le concedió por todos sus méritos la Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel la Católica.
El 4 de abril de 1963 ingresó como miembro de número en la Real Academia Española de la Lengua, al ser propuesto por los académicos don Federico García Sanchiz, don Francisco Javier Sánchez Cantón y don Carlos Martínez de Campos y Serrano, duque de la Torreen, siendo elegido por unanimidad, ocupando el sillón ‘e’ minúscula que había dejado vacante don Gabriel Maura y Gamazo por fallecimiento. El 23 de junio presidiendo la Real Academia D. Ramón Menéndez Pidal, pronunció su discurso de ingreso versando sobre el «El lenguaje marinero.» en este año fue nombrado miembro de la Commission Internationale d’Histoire Maritime, en su sección del Comité Internacional des Sciencies Historiques de la Universidad de París, poco más tarde fue nombrado correspondiente de la Hispanic Society of América de Nueva York y por decreto del 27 de diciembre le fue concedida la Gran Cruz del Mérito naval con distintivo blanco.
En 1965 se dio cuenta de la imposibilidad de ser impreso su: «Diccionario del Mar.», pues la editorial Barna, S. A. de Barcelona le pedía se redujera de seis tomos a dos, cuando llevaba trabajando casi cuarenta años en ella y salidos de su lápiz la friolera de más de quince mil dibujos amén de casi ochenta palabras. Efectivamente es una obra sin publicar.
El 30 de noviembre de 1966 el Ayuntamiento de Alicante por unanimidad le concedió el título de Alicantino Ilustre.
El 2 de marzo de 1967 falleció el ilustre escritor don José Martínez Ruiz, Azorín, acudiendo el 3 don Julio Guillén junto a otros escritores, quienes sacaron a hombros el féretro desde su casa hasta el coche fúnebre. El 13 siguiente era operado de una hernia en el Hospital del Generalísimo de Madrid. El 16 de junio aterrizaba en Buenos Aires, siéndole entregado el título de correspondiente de la Academia Nacional de Historia Argentina.
Por Decreto del 13 de julio pasa el Museo Naval a depender directamente del Ministro de Marina, confirmándole en su cargo de Director.
Los achaque le iban mermando capacidad de movimiento que no de actividad intelectual, por ello no pudo moverse durante un tiempo, saliendo en vuelo rumbo a Colombia el 4 de agosto de 1969, de donde regresó a Madrid el 20 siguiente, continuando con su acostumbrada actividad inaugurando el 22 de octubre un curso dando una conferencia en el Ateneo de Madrid, el 24 de noviembre vuelve a subirse a un avión con destino a Puerto Rico, para representar a España en el I Congreso de Lexicografía Hispanoamericana, regresando a España unos días después.
En 1970 se le notifica el nombramiento con fecha del 2 de enero, como ciudadano de honor de la ciudad de Valdivia, siendo invitado para impartir unas conferencias, pero de nuevo su enfermedad le impidió realizar el viaje. El Ministro de Marina a la sazón almirante don Adolfo Baturone Colombo recibe una carta fechada el 22 de mayo, del almirante y jefe de la Armada Argentina señor Gnavi para que notifique a don Julio la concesión del título de Cadete Naval Honorario.
Por invitación del jefe del Estado Mayor de la marina de Túnez, se traslada el 7 de junio de 1971, para asesorar en la creación de un Museo Naval en el país, visitó todas las fortalezas antiguas y en tan sólo once días entregó los documentos para organizar debidamente el deseado Museo. Quedó asombrado por la cantidad de huesos que se extraían de las excavaciones, sobre ello nos cuenta: «Y me he traído un parietal de los Gelves para enterrarlo en el Viso, simbólicamente, por los muchos miles que quedan allí desde los tiempos de Roger de Lauria, en representación de los españoles víctimas del olvido de la Corte.»
En mayo pasó una revisión médica, siendo el diagnostico del avance progresivo de su enfermedad prostática. Por Decreto del 18 de julio de 1972 se le otorgó la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil y el 29 de septiembre el nombramiento por parte del Ayuntamiento de Valencia de presidente honorario del Museo Marítimo de la ciudad. El cual nunca ha funcionado como a tal ni por asomo, siendo la gran asignatura pendiente de esta capital que hoy más que nunca vive de cara al mar.
A pesar de la gravedad de la enfermedad, no pudo por menos que participar muy activamente para preparar el evento conmemorativo del doscientos aniversario del fallecimiento de su ídolo don Jorge Juan y Santacilia.
El 7 de noviembre es operado en la Policlínica Naval Nuestra Señora del Carmen de Madrid, por el cirujano don Pedro B. Escudero, quien da un parte que dice: «…se le practicó una prostatectomía retropúbica de buena evolución inmediata, pero, como consecuencia de un chock endotóxico por Gram negativos, falleció el 27 de noviembre de 1972.»
A las diez de la mañana del mismo día; había fallecido de madrugada, fue trasladado a su finca L’Almafrá en Benidorm, donde se instaló la capilla ardiente, la tarde del día siguiente fue trasladado a una ermita cercana a la misma donde se celebró una misa en lengua valenciana, al terminar el oficio religioso se pusieron en camino al cementerio Nuestra Señora del Remedio de Alicante, donde fue enterrado envuelto en un hábito franciscano y con la señera del Reino de Valencia.
Escribió sobre campos muy variados: cartografía, arqueología, arquitectura naval, léxico marinero, marinos ilustres, cuentos marineros, acontecimientos navales, temas de su tierra, y otros, a su vez se publicaban en diferentes medios, tanto en diarios, revistas, libros, incluso sus charlas de historia naval por la radio.
En su testamento donó a la biblioteca Gabriel Miró, de la Caja de Ahorros del Sureste de España en su ciudad natal sus libros y folletos, en número de unos once mil.
Entre las ya citadas condecoraciones y entre otras, estaba en posesión de: Cruz al Mérito Naval del Perú; Oficial de la Orden Naval Almirante Padilla de Colombia; Cruz de la Orden de San Hermenegildo; Encomienda de la Muy distinguida Orden Española de Carlos III; Placa pensionada de San Hermenegildo y Encomienda de la Orden del Mérito naval de Brasil.
Bibliografía:
Estado General de la Armada del año 1936.
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Estado General de la Armada del año 1960.
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Guillén Tato, Julio Fernando.: Hoja de Servicios. Órgano de Historia y Cultura Naval. Subsistema Archivístico. Madrid.
Ramos, Vicente.: El almirante y polígrafo Julio Guillen Tato. Institución Alfonso el Magnánimo, Diputación Provincial de Valencia, 1976.
- AA.: Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana. Espasa-Calpe. Suplemento 1971-1972. Pág. 170.
- AA.: Proa al cielo. Imágenes de la aviación naval española desde 1917. Aqualarga. Madrid, 2004.
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