Antonio Lazaro-Cristoforo Colombo

Posted By on 7 de abril de 2022

Antonio Lázaro. Autor desconocido.

Construido en Sestri-Ponente, Odero. Génova. Italia, 1896.

Desplazamiento: 1.900 t. Dimensiones: Eslora: 81’74 por 12’25 de manga y 3’85 metros de calado. Máquina: 2 motores MAN Masch con 4.000 C.V. Velocidad: máxima 12 nudos.

Bautizado en origen como Cristoforo Colombo, lo compro en 1910 la Compañía Valenciana de Navegación, quien le cambio el nombre por el que consta en este historial, fue comprado en 1917 por Trasmediterránea, siendo uno de los mercantes que tomó parte en el desembarco de Alhucemas transportando, dos Banderas del Tercio, una sección de camilleros, otra de faeneros y otra de la Compañía de Mar, al concluir esta guerra continuo en sus servicios propios.

Al producirse el alzamiento estaba en Melilla, quedando en el bando sublevado, por lo que pasó a Cádiz donde en noviembre de 1936, fue armado con una pieza Vickers de 120/45 mm, dos Vickers de 101’6/50 mm, un Nordenfelt de 57/37 mm y dos Vickers de 47/50 mm y una ametralladora Breda de 13’2 mm y al igual que el Vicente Puchol, se le instalo el equipo para fondear minas, desempeñando esta comisión en muchas ocasiones, al dejar caer los artefactos, prácticamente a lo largo de toda la costa mediterránea, frente a los puertos más o menos utilizados, los cuales dieron su resultado, incluso el destructor británico HMS Hunter tropezó con una de ellas, el 6 de mayo de 1937 frente a Almería, causando un problema diplomático más a los nacionales, pero pudo salvarse y ser remolcado a Gibraltar. (La culpa era de ellos, por meterse en aguas territoriales de España, si no hubieran sido tan chulos, esto no les habría pasado, porque fuera de las tres millas no se minó ninguna zona, en toda la costa de española.)

En la mayor parte de estas misiones era escoltado desde lejos por el crucero Canarias, posteriormente pasó al canal de Sicilia donde permaneció un tiempo, al regresar a Cádiz se le cambio su artillería, quedando con un cañón Nordenfelt de 57/37 mm y una ametralladora Breda de 13’2 mm, entregándole el mando al capitán de corbeta D. José Luis Gener Cuadrado, permaneciendo en aguas del mar de Alborán; al ser tomada la población de Vinaroz por los sublevados, pasó destinado a su puerto.

Llegó un comunicado al Almirante Jefe del Bloqueo, de la salida de Palermo del petrolero Ionia, (1) pues su armador había comunicado a las autoridades italianas, por tener la intención ordenada a su capitán de entregar el buque a los nacionales, por ello se montó un dispositivo para capturarlo, participando el crucero Baleares, y los mercantes armados, Antonio Lázaro y Vicente Puchol, saliendo todos ellos de Palma el 11 de julio, a ello se añadió el hidroavión Cantz Z nº 6, quien lo avistó al Sur de la isla de Mallorca a las 07:00, pasando el aviso y el más cercano, era el de este historial, por ello a las 08:45 lo tomó cerca del islote Imperial, en precaución de no ser a su vez interceptado por la flota gubernamental, el mismo Almirante embarcó en el crucero Canarias, saliendo a las 10:00 con rumbo a la zona descrita por el hidro, pero al acercase vio que el petrolero iba escoltado por el Antonio Lázaro, aun así dio orden de seguir la estela, y al mismo tiempo que todos los buques regresaran a su base. Por la importante captura el Jefe del Estado Mayor de la Armada felicitó al Almirante y a todos los comandantes y dotaciones.

(1) Era portador de 5.259 t. de fuel-oíl y 3.400 t. de gasóleo, habiendo sido pagado por el gobierno de Valencia.

Antonio Lázaro. Autor desconocido.

Recibió la orden de salir junto al Vicente Puchol el 15 de julio, con rumbo al Sur del cabo Matapán por ser una zona de obligado paso, de los mercantes provenientes de Odessa, al estar a la altura Sapartivento e islote Marítimo (isla de Sicilia) entraron en la primera, saliendo a las pocas horas, el 19 pasaron entre cabo Matapán y las islas Kirheras, continuando a rumbo pasaron por el Norte de la isla de Creta, pero a las 14:00 el Vicente Puchol avisó tener avería en máquinas, por ello ambos variaron rumbo a Palma donde entraban a las 06:30 del 23 seguido, éste contratiempo impidió poder completar su misión.

Durante su campaña en aguas de Sicilia, capturo al mercante griego Sidney, regresando a su base en Stampalia (o Astiyalia), en el Dodecaneso de donde salió el 28 de agosto de 1937, por recibir la orden de pasar a Palma, al arribar, se le destino casi exclusivamente como minador a principios de septiembre seguido, quedando en su base de Palma. Continúo realizando barreras en el estrecho de Sicilia, pero sin noticias concretas, sólo volvemos a saber de él, cuando a mediados de diciembre de 1938, al mando del capitán de corbeta D. José Hernández Flórez, se incorporó a las fuerzas navales del Mediterráneo y en conserva del J.J. Síster, participaron en un transporte de tropas, entre Castellón y Vinaroz, el 3 de enero de 1939 repitieron ambos buques otro transporte de tropas, cada uno salió de puerto distinto, el de este historial de Castellón y su compañero desde Vinaroz, con destino a Palamós, por estar ya avanzada la ofensiva sobre Cataluña, continuando como transporte en estos menesteres.

El 21 de enero se le ordenó salir con rumbo a la isla de Gaita, sobre la derrota denominada en clave “Nyon nº 2”, por tenerse conocimiento del paso del Bósforo del mercante con bandera panameña Oil Shipper, pero a veces el peor enemigo era la misma mar, porque el 23 se levantó un viento con fuerza 12, mar arbolada, impidiendo mantener su posición, buscando un lugar al socaire de las grandes olas, lo que impido divisar al mercante, quien a su vez debió buscar refugio en otro puerto, donde no pudo ser localizado, al calmar la mar y comunicar a su Almirante la imposibilidad de localizar al buque buscado, se le ordenó regresar a Palma, donde entró el 26 seguido.

El 29 de enero, recibió al orden de salir con rumbo a Barcelona, donde el 4 de febrero quedaron reunidos los cuatro mercantes armados, Antonio Lázaro, Vicente Puchol, J.J. Síster y Rey Jaime II, para formar parte de las fuerzas navales y llevar a efecto un desembarco en la retaguardia enemiga, pero el avance de las tropas eran más rápido de lo pensado, por ello quedó sin efecto el intento de desembarco. (2)

(2) En la obra citada en la bibliografía, del General Francisco Franco Salgado-Araujo dice: «Cuando la guerra nuestra estaba casi terminada, concebí (en palabras del Generalísimo) la idea de hacer un desembarco de tropas en las costas de la provincia de Gerona, para cortar la retirada al enemigo y que no llevasen a Francia todo el material de guerra. El almirante don Francisco Moreno dio un informe pesimista y la maniobra no se llevó a cabo. Hay mucho militar que cree que en la guerra no hay que dejar nada al azar y está equivocado, pues siempre hay que arriesgar algo». Añadimos que precisamente Franco no era de los que se la jugaba por nada. A su vez los hermanos Moreno en su obra, dicen: «De lo expuesto parece deducirse que, a pesar de su dilatada y estrecha colaboración con el Generalísimo, su opinión profesional –tras permanecer gran parte de su vida sin ejercer el mando de tropa- no merece demasiado crédito». Esta vez, el general Franco Salgado Araújo oyó campanas sin saber dónde

El 3 de febrero de 1939 se recibió la orden del Almirante de concentrase en Barcelona, junto a otros tres mercantes armados, los J.J. Síster, Rey Jaime II y Vicente Puchol, quedando reunido el 4 de febrero por la mañana, participando en el desembarco de Ciudadela el 9 de febrero de 1939, transportando la división 105 del ejército, el Almirante transmitió al Jefe del Estado Mayor de la Marina, el parte de instrucciones, pero por ausencia del Jefe, estaba su segundo, el capitán de navío D. Salvador Moreno Fernández, quien inmediatamente transmitió a su hermano el Almirante, «tener cuidado no sea una añagaza», lo que lógicamente no cayó en saco roto, al arribar se mantuvo a cierta distancia el Mar Negro, por ser el que mayor calibre y número de piezas disponía, por ello los primeros en entrar lo hicieron con las cubiertas llenas de soldados, pero todos con sus armas cargadas y muchas ametralladoras situadas en lugares altos, para protección de las tropas.

El primero que entro fue el Vicente Puchol, quien al atracar comenzó a desembarcar las tropas, fue el batallón 101 el primero en hacerlo, al mando de un comandante, quien al no tener oposición, fueron trasladados en camiones a Mahón, tomando el castillo de La Mola, asegurando así casi el resto de la isla, al quedar por los nacionales la artillería de 381 mm que en esta loma se encontraba, le siguió en la entrada y desembarco el J.J. Síster, Antonio Lázaro y Rey Jaime II; dando fondo el Mar Negro por falta de espacio en los muelles a las 11:00, al estar asegurado el puerto y sus cimas próximas a las 14:00, fueron desembarcando todas las tropas, por orden del Almirante fueron recibiendo el saludo de los habitantes, mientras los buques salieron de Ciudadela y entraron en Mahón sin problemas, donde a su vez fueron reembarcadas las tropas, quedando de resguardo una media brigada, de la división 105, abandonando el puerto a las 00:00 del 12, pero navegaron por el N. de la isla, para evitar ser atacados por la aviación enemiga, entrando en Tarragona al medio día del mismo 12.

Participó en los traslados de tropas que, junto a los mismos cruceros y muchos más mercantes, fueron embarcadas las tropas desde Palamós a Tarragona, saliendo el 16 siguiente con efectivos de la 12 división, al mando del general de brigada (estampillado) D. Carlos Asensio Cabanillas, desembarcándolos en el puerto de destino al día siguiente, cuando aún se estaba en este transporte, el Almirante recibió la orden de enviar buques, para efectuar otro transporte desde Palamós y San Feliú de Guixols a Tarragona, donde al cumplir el anterior realizaron éste, embarcando en esta ocasión 6 batallones de la 4ª División de Navarra, saliendo el 20 de Palamós y desembarcando las tropas el 23, donde quedó fondeado a la espera de nuevas órdenes.

Entre el 5 y 10 de marzo se produjo la sublevación en Cartagena, el primer día se encontraba a la espera de órdenes en Tarragona, al saberse este acto, el Almirante ordeno reunir todas sus fuerzas en Castellón el mismo 5, se dio la Orden de Operaciones previas al desembarco en Valencia, llevando a bordo a 700 efectivos del ejército, (era todo un convoy con tres transportes, tres mercantes armados, varios rastreadores, más todas las unidades de la Marina en la zona) al completar la carga, salió a las 21:45 y fondeo fuera del puerto de Castellón.

Por órdenes tajantes de «Terminus» tuvo que levar y poner rumbo a Cartagena, lo que significaba no llevar escolta y lo peor, ni siquiera navegar en convoy, a él poco más tarde se le unió el J.J. Síster, pero seguían sin saber a dónde estaba destinado el transporte, por fin a las 23:59 del mismo día, llega la orden para que ambos cruceros auxiliares y el minador Vulcano, sin esperar a nadie se dirijan a Cartagena, (con esta orden ratificaba las anteriores, fue transmitida por el Jefe del Estado Mayor de la Marina, por ello el Almirante Jefe del Bloqueo, no tuvo ni parte ni arte en el posterior desastre), a las 14:00 del 6 recibieron la orden de arrumbar ambos buques al 168, a 12 nudos y recalar a 15 millas del Cabo San Antonio, y alejarse en la navegación de la costa, por peligro de la aviación, a las 13:00 del 6 estaban de través con cabo Palos y a las 14:45 a la vista de Cartagena.

En este momento se advirtió que las baterías de costa de Levante, abrían fuego sobre las de Poniente, eran sobrevolados por aviones gubernamentales y el práctico no salía, se fueron agrupando fuera del alcance de la artillería, el Almirante ya presente a bordo del Mar Cantábrico, junto a su hermano el Mar Negro y el Rey Jaime II procedente de Málaga, al amanecer del 7 la mar estaba en calma, lo que podía favorecer el desembarco, el cual no se había llegado a un acuerdo donde realizarlo, mientras el Almirante prefería Portman, «Terminus» indicaba mejor en el mismo puerto (pero las baterías que lo defendían no estaban de su parte, como por desgracia se demostró), intentaron acercarse a Portman, pero las baterías de costa comenzaron a disparar, (la sublevación había sido controlada) el Almirante no muy lejos de ellos a bordo de su buque insignia, dio la orden de aproar a mar abierto, incluso realizó varios disparos para atraer el fuego, pues él no llevaba tropas indefensas a bordo, viendo la imposibilidad de efectuar el desembarco, el mismo 7 a las 18:00 dio orden a todos los buques de arrumbar a sus puertos de partida, pero esta no pudo ser oída por el Castillo de Olite, (3) pues ni siquiera llevaba un radiotransmisor.

(3) El Castillo Olite, transportaba 2.112 efectivos del ejército, no pudo saber nada de lo que ocurría, por ello el 7 sobre el medio día, ya resuelta la sublevación, se acercó a tierra por Escombreras, donde la artillería de costa lo hundió, muriendo 1.477 efectivos y el resto fueron capturados, 342 de ellos heridos de mayor o menor gravedad y 293 quedaron prisioneros, sufriendo a su vez diferente suerte, unos fusilados, otros pudieron escapar y de los apresados y heridos los que quedaron, fueron puestos en libertad al entrar los nacionales. Sin duda alguna fue el mayor desastre sufrido en la guerra naval, superando en bajas al crucero Baleares.

El Antonio Lázaro, navegaba dando remolque al R-12, fue avistado por los dos cruceros auxiliares, recibiendo un mensaje del Almirante a las 22:40, siendo reconocido mediante luces del proyector, terminando «Diga si ha podido haber confusión. Manifieste situación, rumbo y velocidad», pero el Almirante no obtuvo respuesta, por ello a las 02:15 por radiotelegrafía a las 02:25, (obviamente el comandante del mercarte, no recibía las órdenes del Almirante, pero más tarde se supo que sí, pero por no saber si eran sublevados o gubernamentales, no se daba a conocer) este mal entendido se deshizo casi al amanecer del 8, cuando a las 04:30 el Lázaro respondió, pues a su vez no sabía de la presencia de toda la escuadra nacional, se sucedieron varios reproches, pero lo explicado era más que natural no respondiera, los dos cruceros permanecieron en estas aguas, hasta las 06:00 del 9, cuando entraron en Palma, y el mismo 9 por la mañana el Antonio Lázaro dejaba su remolque frente a Ibiza, regresando a su base de Palma, donde, al finalizar la guerra pasó a Cartagena para ser desarmado y entregado a su propietario.

Bibliografia: Para leer clicar sobre ella.

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