Iparreko-Izarra Bou

Posted By on 23 de noviembre de 2020

Construido por Constructora Metálica en Zumaya. España, 1933.

Desplazamiento: 215 Tn. Dimensiones: Eslora 25’30 por 5’78 de manga y 3’65 metros de calado. Maquina: motor diésel de 360 C.V. Velocidad: máxima de 10 nudos. No es seguro, pero según fuentes fue armado con un cañón Vickers de 57/50 m/m, más una ametralladora 9 m/m Hotchkiss y una ametralladora Steyr 8 m/m. Hermano del Goizeco-Izarra.

Al producirse el alzamiento se encontraba en Pasajes, siendo incautado por el gobierno de Madrid, pasando a prestar servicios de vigilancia en el mismo puerto, el 13 de septiembre entraba en Bilbao donde se le armó, en diciembre por orden del gobierno vasco quedo encuadrado en la Marina Auxiliar de Euskadi, pero en un descuido, su capitán, logró mantener el orden en la dotación y arribar a Burdeos, quedando internado hasta finalizar la guerra, donde fue recuperado y devuelto a su propietario.

Bibliografía: Para leer la bibliografía, clicar en ella.

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Bibliografia Buques 1936-1939

Posted By on 23 de noviembre de 2020

Alcofar Nassaes, José Luis.: Las Fuerzas Navales en la Guerra Civil Española. Dopesa. Barcelona, 1971.

Alcofar Nassaes, José Luis.: La marina italiana en la guerra de España. Editorial Euros. S.A. 1976.

Almanaco Navale 1939 –XVII. A Cura Dell’ufficio Collegamento Stampa del Ministero Della Marina. S. A. Arti Grafiche Panetto & Petrelli-Spoleto.

Alonso, Bruno.: La flota republicana y la guerra civil de España. (Memorias de su comisario General). Artes Gráficas Comerciales. México D.F. 1944.

Alper, Michel.: Gran Bretaña y el bloqueo de Bilbao. Revista Historia y Vida, nº 104.

Arrarás Iribarren, Joaquín.: Historia de la Cruzada Española. Ediciones Españolas, S.A. Madrid, 1939. 8 volúmenes.

Azaña Díez, Manuel.: Obras completas. Herederos de Manuel Azaña. Ediciones Giner. Madrid, 1990. 4 volúmenes.

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Bargoni, Franco.: La participación naval italiana en la Guerra Civil Española 1936-1939. Instituto de Historia y Cultura Naval. Madrid 1994. Traducción del italiano de la obra: L’impegno navale italiano durante la Guerra Civile spagnola.

Carrero Blanco, Luis.: España y la Mar. Instituto de Estudios Políticos. Madrid, 1962-64. 3 volúmenes.

Cierva, Ricardo de la.: 1939 Agonía y Victoria (Protocolo 277). Editorial Planeta. Barcelona. Tercera Edición Mayo de 1989. Colección: Espejo de España.

Cierva, Ricardo de la.: Historia Ilustrada de la Guerra Civil Española. Ediciones Danae. S.A. 1970. Barcelona. 2 volúmenes.

Ceballos-Escalera y Gila, Alfonso de. Isabel Sánchez, José Luis y Cevallos-Escalera y Gila, Luis de: La Real y Militar Orden de San Fernando. Palafox & Pezuela. Madrid, 2003.

Ceballos-Escalera y Gila Vizconde de Ayala, Alfonso de. Cevallos-Escalera y Gila, Luis y José María Madueño Galán: Los marinos en la Orden de San Fernando. Ministerio de Defensa. Madrid, 2011.

Cerezo Martínez, Ricardo.: Armada Española, Siglo XX. Ediciones Poniente. Madrid, 1983. 4 volúmenes.

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Cervera Valderrama, Juan.: Memorias de Guerra (1936-1939) Editora Nacional. Madrid, 1968.

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Domínguez Benavides, Manuel.: La escuadra la mandan los cabos. Editorial Roca, Méjico D.F. 1976.

Engel, Carlos.: Historia de las Divisiones del Ejército Nacional 1936-1939. Almena Ediciones. Madrid, 2010.

Estado General de la Armada 1936.: Ministerio de Marina. Madrid, 1936.

Estado Mayor de la Armada: Comisión de la Armada para Salvamento de Buques. Instituto Gráfico Oliva de Vilanova. Barcelona, 22 de mayo de 1941.

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Fernández Núñez, Pedro, Mosquera Gómez, José María y Budiño Carlés, José Manuel.: Buques de la Armada Española. Historiales (1700-2014) Instituto de Historia y Cultura naval. Fundación Alvargonzález. Gijón, 2014.

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Franco Salgado-Araujo, Francisco.: Mis C0nversaciones privadas con Franco. Editorial Planeta. Barcelona, 1976.

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Galería Militar Contemporánea. La Real y Militar Orden de San Fernando. Origen y Vicisitudes de la Orden. Luchas Españolas Frente al Comunismo. Estado Mayor Central del Ejercito. Servicio Histórico Militar. Madrid 1953.

García Alonso, Francisco, S. J.: Mis dos meses de prisión en Málaga. Imprenta M. Carmona. Sevilla, 17 de Noviembre 1936. El autor presente en el Seminario de Málaga.

García Flórez, Dionisio.: Buques de la Guerra Civil Española. Acorazados y Cruceros. Almena. Madrid, 2002.

García Flórez, Dionisio.: Buques de la Guerra Civil Española. Destructores. Almena. Madrid, 2002.

García Flórez, Dionisio.: Buques de la Guerra Civil Española. Submarinos. Almena. Madrid, 2003.

García Flórez, Dionisio.: Buques de la Guerra Civil Española. Cañoneros, Minadores y otros buques. Almena. Madrid, 2003.

García Gresa, Ángel.: Día ajetreado en el Cantábrico. Revista Historia y Vida, extra nº 4.

Guerrero Flores, Francisco A. O´Donnnell Torroba, César y Rodríguez Sosa, Vicente.: Proa al cielo. Imágenes de la aviación española desde 1917. Aqualarga. Madrid, 2004.

Gómez Santos, Marino.: Todo Avante. Trasmediterránea 1917-1992. En su 75 aniversario. Trasmediterránea. Madrid, noviembre 1991.

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González Echegaray, Rafael.: Los flecos de enfrente. Revista General de Marina, tomo 174. Madrid, 1968.

González Echegaray, Rafael: 9 Historias de Barcos. Oficina Central Marítima. Madrid, 1968.

Gretton, Peter.: El Factor Olvidado. La Marina Británica y la Guerra Civil Española. Editorial San Martín. Madrid, 1984.

Historia y Vida nº 108. Marzo 1977. Como se pierde una guerra. España 1939. Varios artículos sobre el tema de diferentes autores, entre ellos unos Documentos: La Marina Italiana en la Guerra de España. Informe confidencial. Transcritos por José Luis Alcofar Nassaes, seudónimo utilizado por José Luis Infiesta Pérez.

Infiesta Pérez, José Luis. Una nueva lista de los buques menores que combatieron como patrulleros o rastreadores durante nuestra Guerra Civil. Revista de Historia Naval Número 78 de 2002.

Jane, Fred T.: Jane’s Figting Ships 1931. Davis & Charles 1931.

Jane, Fred T.: Jane’s Figting Ships 1944/45. Davis & Charles 1945.

Kindelán Dunay, Alfredo.: Mis cuadernos de Guerra. Editorial Plus-Ultra. Madrid circa de 1940?

Kuznetsov, Nikita.: Bajo la Bandera de la España Republicana. Con los marinos españoles en su guerra nacional-revolucionaria. Editorial Progreso. Moscú. URSS. Sin año. Son varios los que escriben en los diferentes temas.

La Marina Cántabra desde sus orígenes hasta la época del vapor. Sus autores son varios, entre ellos académicos de historia y el último tomo, por Rafael González Echegaray. Excma. Diputación Provincial. Aldus Velarde, S.A. Santander, 1968. 3 tomos.

Martel, Carlos.: Patrulleros y Minadores. Establecimientos Cerón y Librería Cervantes, S. L. Cádiz, 1942.

Martínez Bande, José Manuel.: Monografías de la Guerra de Liberación. Servicio Histórico Militar. Editorial San Martín, 1968-1990. 20 volúmenes. A esta obra le falta por publicar el Nº 0, el cual en su momento y por ser el primero, con los antecedentes que causaron el alzamiento, la censura lo impidió por no considerarlo pertinente, como se ve por su último libro, publicado en 1990, al parecer la democracia también lo considero igual que la dictadura y por ello no ha visto la luz de la imprenta.

Martínez Guanter, Antonio Luis José.: Un Almirante Relegado al Olvido: Francisco Moreno Fernández. Encuadernaciones Aguilar. Valencia, 2012.

Méndez Luengo, Ernesto.: Motín en la flota. La guerra civil en el mar. Edilesa. León, 2001. Gran parte de esta obra, son testimonios orales de jefes, oficiales, suboficiales y marineros, que participaron en la contienda.

Mollá Ayuso, Luis.: Perdidos en la Memoria. Marzo de 1939: La tragedia del Castillo Olite. J.M. Ediciones. Chiclana, Cádiz, 2010.

Moreno de Alborán y de Reyna, Fernando y Salvador.: La Guerra Silenciosa y Silenciada. Historia de la campaña naval durante la guerra de 1936-39. Impreso en Gráficas Lormo. S. A. 1998. 5 volúmenes. Reconocida por la Real Academia de la Historia en 2004, como la mejor y más imparcial obra publicada hasta la fecha con referencia a la Campaña Naval de la Guerra Civil 1936-39.

Moreno de Alborán y de Reyna, Fernando y Salvador.: La guerra en el mar. Editorial A.H.R. Barcelona, 1959. Son las Memorias del Almirante don Francisco Moreno Fernández, transcritas por sus hijos, aunque fueron censuradas parte de ellas.

Mortera Pérez, Artemio.: Los Bacaladeros de PYSBE en la guerra Civil Española. Quirón Ediciones. 2002.

Mortera Pérez, Artemio.: La artillería naval en la guerra civil española 1936/39. Fundación Alvargonzález. Gijón. 2006.

Pardo Canalis, Julio.: Cuando el mar no era un camino. Tipografía La Editorial. Zaragoza, 1937. El autor es médico de la Armada Española.

Patrón de Sopranis, Alfonso.: Burlando el Bloqueo Rojo. Primer asalto del Estrecho (julio del 36). Tip. Lit. Jerez Industrial. Jerez de la Frontera, 1936.

Pastor Veiga, Laureano. El futuro de la Cuarta Escuadrilla: El reto del presente. Revista General de Marina. Junio 2020.

Paz Durán, José Luis.: 28 Meses a bordo del Canarias (1936-1939). Ediciós Do Castro. A Coruña, 1991.

Pérez Adán, Luis Miguel.: El Hundimiento del Castillo Olite. Editorial Áglaya. Cartagena, 2004.

Pérez Madrigal, Joaquín.: Aquí es la emisora de la Flota Republicana. Sigirano Díaz. Ávila, 1938.

Revista General de Marina. Se han consultado muchas de ellas, así mismo muchos autores de sus artículos, en diferentes meses y años, siendo muy prolijo enumerarlas, por disponer a mano desde enero de 1971, a diciembre de 2019, pero al menos dejamos constancia de ello.

Rivas Fabal, José Enrique.: La Historia de la Infantería de Marina Española. Editorial Naval. Madrid, 1985. 2 volúmenes.

Romero, Luis.: Desastre en Cartagena. Marzo 1939.Ediciones Ariel. Esplugues de Llobregat. Barcelona, 1971.

Rodríguez Martín-Granizo, Gonzalo y González-Aller Hierro, José Ignacio.: Submarinos republicanos en la guerra civil española. Ediciones Poniente. Madrid, 1982.

Ruesga Herreros, Valentín: Historiales. Artículo en Revista General de Marina, mayo de 2014, páginas 613-620.

Ruiz Albéniz, Víctor. El desembarco en Mallorca. Ediciones España. Madrid, 1940.

Ruiz Sierra, Manuel.: El alzamiento en las bases navales principales. Galland. España, 2011.

Sabatier de Lachadenède, Rene.: La marina francesa y la guerra civil de España (1936-1939). Instituto de Historia y cultura naval. Madrid, 2001

Sánchez Asiaín, José Ángel.: Economía y fianzas en la guerra civil española (1936-1939) Real Academia de la Historia. Madrid, 1999.

Sirés, J.P. La fuerza de los vencidos. El oro de Moscú. Luces y sombras de un expolio hasta ahora no reveladas. Publicación del mismo autor. 2019.

Sola, Víctor María de y Martel, Carlos.: Estelas gloriosas de la escuadra azul. Establecimientos Cerón. Cádiz, 1937. Prólogo de José María Pemán.

Sola, Víctor María de.: Gestas de la armada imperial. Establecimientos Cerón. Cádiz, 1939.

Taibo Arias, Xoán-Ingnacio y Quevedo Carmona, Diego.: Las embarcaciones del Tren Naval de la Armada Española. Izar Construcciones Navales. S.A. 2002. Colección Bazán.

Talón, Vicente.: 1936-37 La guerra en el mar Cantábrico. Revista Defensa. Extra nº 43. Madrid. El autor es Director de la Revista.

Tebib Arrumi, El.: El Desembarco en Mallorca “La Españolísima”. Ediciones España. Madrid, 1940.

Tebib Arrumi, El.: La Proeza del Estrecho de Gibraltar. Ediciones España. Madrid, Agosto 1939.

Thomas, Hugh.: La Guerra Civil Española. Ediciones Urbion, S. A. Madrid, 1979. 6 Tomos.

Valles Collantes, Francisco.: Páginas de gloria de la marina nacional. Diario de un voluntario. Imprenta Salvador Repeto. Cádiz, 1938.

Varios.: Enciclopedia General del Mar. Garriga. Barcelona, 1988. 9 tomos.

Varios: Revista General de Marina de 1961 a 2018. Varios artículos referentes a la época tratada, sobre todo los de Don Rafael González Echegaray.

Varios: Revista de Historia Naval de 2000 a 2018. Varios artículos referentes a la época tratada.

Viñas Martín, Ángel.: El oro español en la guerra civil. Instituto de Estudios Fiscales Ministerio de Hacienda. Impreso en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Madrid, 1976.

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Rescate de cautivos españoles 1766

Posted By on 20 de noviembre de 2020

Estando en Cartagena don Basco Díaz le fue entregada la Real orden del 15 de enero con su ascenso al grado de teniente de fragata. A los pocos días el capitán general del mismo, el teniente general don Carlos Reggio, le nombró su Mayor General en la escuadra que debía arrumbar a la regencia de Argel y transportar a España a los cautivos cristianos.

Fondearon y desembarco, se presentó al representante de Marruecos, quien a su vez había sido embajador en España, Sidi-Amet-el-Lazel, quien en unión de los padres Redentores, permanecieron seis largos meses de conversaciones con el Dey y sus ministros, hasta alcanzar un acuerdo económico, efectuando lo más rápidamente posible el embarque de los rescatados en los buques, cuando ya estaban preparados para zarpar de pronto se levantó un duro temporal, dada la estrechez de la zona en la que estaba fondeada la escuadra, su comandante en jefe dio la orden de picar los cables y largar velas, orden que transmitió con inusitada rapidez su Mayor General, pues vista la virulencia del viento era preferible hacerle frente en la mar que en aquel rincón rodeados de tierra, por el gran peligro que corrían si faltaban o garreaban las anclas de ser arrastrados y encallar los bajeles.

De todo fue informado S. M., y el Gobierno, quedó tan satisfecho de lo realizado por don Basco, quien mereció la aprobación de todos sus actos y conducta, por ello el Rey firmó la Real orden del 3 de septiembre de 1767 con su ascenso por méritos al grado de teniente de navío.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Exposición de don Nicolás de Estrada a don Fernando VII 1823.

Posted By on 19 de noviembre de 2020

El documento dice: «Señor: D, Nicolás de Estrada, Teniente General de la Real Armada, A. L. R. P. de V. M., con la más respetuosa sumisión expone: Que para dar á V. M. un exacto conocimiento de su buen proceder y conducta en las ocurrencias que son bien notorias, y poder conservar íntegra su reputación, no le queda más recurso que hacer á V. M. un manifiesto de su vida pública y privada, asegurando en su honor y conciencia que la ambición, el interés, la intriga y la adulación, jamás tuvieron el menos lugar en su modo de pensar; esta verdad la justifica el hecho de haber permanecido diez años empleado en la córte sin haber importunado á V. M. con la menos pretensión, cuyo sistema siguió igualmente en tiempo del Gobierno constitucional, en el que el interés y la intriga tenian el mayor ascendiente para obtener los empleos y destinos; por cuya razón salió como entró en la córte, con sólo la diferencia de los mayores empeños que le ocasionaron los viajes y el atraso de pagas. Bajo estos principios, su defensa sobre dichas ocurrencias es tan sencilla que la reduce a dos puntos: primero, cuando se estableció el Gobierno constitucional se hallaba el que representa con destino en el Consejo Supremo de la Guerra; á muy pocos dias se nos comunicó por el nuevo Gobierno una Real órden para que el Capitán General D. Pedro Mendicueta, el Teniente General D. Martin Menchaca, el Jefe de escuadra D. Joaquín Molina y el exponente, pasasen al Tribunal especial de Guerra Y Marina; si hemos cumplido ó no nuestro deber, las actas los justificaran; es verdad que despues hubo alteraciones en los que componian dicho Tribunal; el motivo de esta novedad siempre le fué desconocido. El segundo punto, está reducido á si ha delinquido por haber obedecido al Gobierno que mandaba á la nacion, para ir á las leyes podrán determinarlo, si es que las hay para este caso que no tiene ejemplar, de que se sigue que si no hay ley a que gradúe como delito en aquella época y circunstancias el simple hecho de la obediencia, cualquiera providencia en contrario seria contravenir á los derechos del hombre que tan sábiamente protejen las leyes. Para convencerse de la ninguna malicia que tuvo en su proceder, basta la consideracion que un militar que ha servido 58 años a tres Reyes y expuesto varias veces su vida hasta derramar su sangre en defensa de sus Reales armas, pueda cometer una bajeza que tanto ultraja su honor, faltando al juramento que tiene hecho de obedecer y ser fiel al Rey: este argumento, Señor, no admite interpretaciones, y por consiguiente su inocencia es tan clara como la luz del medio dia. Y por último, Señor, el honor y la delicadeza con que piensa el que suscribe, no podrá, poseido del mayor sentimiento, tranquilizar su espíritu el corto tiempo que le queda de vida, mientras el Real ánimo de V. M. no sea satisfecho de sus servicios y fidelidad á su Real Persona, como así lo espera de la recta y justificacion que es característica de V. M. — Cádiz 12 de diciembre de 1823. — Señor. — A. L. R. P. de V. M. — Nicolás de Estrada.»

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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San Sebastián combate 1823

Posted By on 18 de noviembre de 2020

En abril estaba al mando don Tomás Sostoa del bergantín Diligente fondeado en el puerto de San Sebastián, al irrumpir las tropas francesas al mando del duque de Angulema, estas intentaron capturar su buque, respondiendo con tan vivo fuego que les obligó a desistir, fue tan notable su acción que se publicó lo ocurrido en la Gazeta de Madrid, entre otras cosas dice:

«El comandante del bergantín goleta Diligente el teniente de fragata D. Tomás Sostoa desde el puerto de la Coruña en 19 del actual da parte de su llegada allí, procedente del de S. Sebastián, donde se hallaba al aproximarse el ejército francés. Dice que el 9 estando un parlamentario de aquellos dentro de la plaza se presentó en las alturas de la playa y por la popa del buque de su mando una columna de 150 á 200 hombres, que parapetándose en el convento de la Antigua y edificio arruinado de sus inmediaciones, le rompió un vivísimo fuego de fusilería, el que fue contestado con valor por la batería del costado de babor, sosteniéndolo hasta que los enemigos cedieron y retiraron. Hace mención honorífica del bizarro comportamiento de los oficiales y demás individuos de la dotación del Diligente, a cuyo buque auxiliaron con la mayor prontitud las tres trincaduras armadas pertenecientes a la plaza, con objeto de sostenerlo en caso de ser nuevamente atacado. Añade que conociendo su posición arriesgada en el referido puesto, remolcado por las mismas trincaduras, salió al anochecer del citado día, transportando algunos oficiales franceses de los que han abrazado la justa causa de la España; y concluye llamando la atención a la digna circunstancia de haber sido una fuerza marítima la primera que ha tenido la gloria de sostener los derechos de la Nación contra los invasores de ella.»

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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La Habana creación Comandancia General del Apostadero 1766

Posted By on 14 de noviembre de 2020

A finales de año se creó la Comandancia General del Apostadero de la Habana, por iniciativa de don Juan Antonio de la Colina y Racines, con los mismos reconocimientos y autoridad que los de la Península y como era natural se le entregó el mando de ella, quien entre tanto se había acercado a su casa, al regresar se encontró con el nombramiento y se extendió con el Ministro, en la mejor forma de poner en marcha el apostadero.

Fueron largas las conversaciones por lo amplio de los nuevos cometidos, por ello se nombraron ingenieros siendo el jefe de ellos don Mateo Mullan, se transportó trabajadores profesionales en el ramo sacados de todos los Arsenales, arribando en mayo de 1767 a tomar el mando, mandó ir construyendo las gradas y los almacenes, así como casas para los trabajadores con todo tipo de dependencias, incluidas las de artillería, arboladura, aserradero, horno para fundir, etc. etc. etc.

Mientras él se dedicó a escribir un reglamento para que nada quedara sin sujeción a normas. En octubre seguido se puso la primera quilla, pero don Mateo Mullan falleció el 25 de noviembre, por ello se quedaron a cargo de la construcción, sus hijos Ignacio y Acosta entre otros colaboradores. Por Real orden del 12 de marzo de 1768 se le daba nombre al buque, al que se le bautizó como Santísima Trinidad del porte inicial de 112 cañones, siendo botado a las 11:30 horas del 2 de marzo de 1769, pertenecía al estilo ‹británico› de don Jorge Juan.

A éste y mientras estuvo al mando el general Colina del Arsenal de la Habana, le siguieron los San José, de 112, en 1769; San Rafael, de 80 y San Pedro Alcántara, de 64 en 1771. A su vez y en otras gradas, se construyeron: la fragata Lucía, de 36; el chambequín Caimán, de 30; las goletas Loreto y Santa Elena, de 12; los bergantines: San Juan Bautista y San Javier, de 12 y el paquebote San Carlos, de 18.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Viaje de bodas 1765

Posted By on 9 de noviembre de 2020

En 1765 se le otorgó a Rojas el mando del navío Rayo, el capitán general don Juan José Navarro recibió la orden del Rey para zarpar con una digna escuadra, para ello eligió nueve navíos, entre ellos el del mando de Rojas donde enarboló su insignia el marqués de la Victoria.

Zarparon de la bahía de Cádiz arribando a Cartagena donde se encontraba la Infanta de España doña María Luisa, embarcando el mismo 24 de junio, volviendo a hacerse a la mar al amanecer del 25 rumbo a Génova, donde fondearon el 17 de julio siguiente, para convertirse en la esposa de don Pedro Leopoldo de Lorena el Gran Duque de Toscana, quien posteriormente ocupó el trono imperial, hubieron fiestas y convites para las dotaciones y mandos, zarpó de nuevo la escuadra rumbo al puerto de Livorno capital de Liorna, donde embarcó la Princesa María Luisa de Parma, quien venía a contraer nupcias con el Príncipe de Asturias, futuro don Carlos IV regresando la escuadra a Cartagena el 11 de agosto.

En el viaje todos observaron la disposición de la escuadra, navegando de tres en línea y de fondo estando en el centro de la formación el Rayo, para resguardo de mares y casi de vientos, de ahí que los trayectos fueran a poca velocidad para no molestar a las nobles damas. Se realizaron grandes fiestas en la ciudad de Cartagena, así como prender fuego a grandes fogatas, pues se presentó un crudo invierno que congeló las aguas del golfo de Vizcaya.

Fue a su vez la última comisión que el Rey le pudo encomendar a su gran amigo y capitán general don Juan José Navarro, pues ya era octogenario y pocos años después falleció.

La escuadra estaba compuesta por el Rayo, de 80, cañones. Comte. Don José de Rojas Recaño; Triunfante, de 70. Comte. Don Adrián Caudrón y Salazar; Arrogante, de 70. Comte. Don Juan Ignacio Ponce de León; Atlante, de 70. Don Francisco Javier Everando Tilly y Paredes; Galicia, de 70. Comte. Don Juan de Soto Aguilar; Princesa, de 70. Comte. Don Francisco María Espinosa; Guerrero, de 70. Comte. Don José Díaz de San Vicente; Velasco, de 70. Comte. Don Pedro González de Castejón y Salazar y Poderoso, de 70. Comte. Don Martín de Lastarría y Sendacorta. Chambequines: Garzota y Andaluz, de 30. Tartanas: Santi Spíritus y San Antonio. Saetía: Mahonesa y Polacra: La Paloma.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Navío Velasco pruebas de mar 1764

Posted By on 8 de noviembre de 2020

Arribó a Cartagena don Francisco Everando de Tilly con su navío Atlante, entregándole la Real orden del 19 de octubre, para con toda su dotación trasbordar al recién incorporado navío Velasco y realizar sus pruebas de mar. Se terminó de dotar el nuevo buque el 31 siguiente, zarpando el 6 de noviembre regresando el 21 seguido.

Escribió un informe para S. M. de los resultados de la pruebas mencionando lo buen navío que era y en su opinión, para no perder las características se debía adoptar la clasificación de tres o cuatro tipos de navíos, utilizando en todos ellos las mismas medidas, sobre todo las de las popas, por ser más arqueada y a su juicio la mejor.

Al recibir el informe el Rey ordenó se utilizaran los planos del Velasco sin alteración ninguna para los demás a construir de su porte.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Traición de unos comandantes 1762

Posted By on 2 de noviembre de 2020

El secretario de Estado y del Despacho de Marina e Indias don Julián Manuel de Arriaga, de igual forma que se notó su firmeza en la sentencia del Marqués del Real Transporte por la pérdida de la Habana, volvió a influenciar cuando el suceso de las tres galeotas, las Golondrina, Brillante y Vigilante, pues las dos primeras abandonaron a la tercera dejándola sola ante un enemigo superior de buques argelinos, mostrándose implacable comentó con S. M., si se permitían estos actos sin un duro castigo, la disciplina de la Armada quedaría muy relajada y eso sólo, era causa de perder buques sin razón ninguna.

Solo se cebó con los de las dos primeras, pues los terceros cumplieron con su obligación llegando al máximo de su capacidad combativa, por ello más no se les podía pedir. De los primeros algunos fueron dados de baja en la Armada y a los prisioneros movió todo los hilos posibles para ser puestos en libertad, por contra a alguno, los más destacados en el combate se les ascendió regresando al servicio, pero a los heridos graves después de reponerse, les concedió una pensión para regresar a sus casas y vivir más tranquilos, en este último caso eran casi todos marineros.

Los nombres de los inculpados a su vez ha sido imposible saberlos, quizás solo quedó el acta del castigo y con ello se dio por concluido el proceso.

A esto se le podrá llamar como se quiera, pero no deja de ser un acto de justicia en toda regla.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Carlos III viaje a España 1759

Posted By on 27 de octubre de 2020

El 10 de agosto de 1759 murió el Rey Don Fernando VI, la Reina madre Regente del Reino, ordenó que una escuadra fuera a Nápoles para traer al nuevo rey Don Carlos III a España, se formó una expedición al mando del general don Juan José Navarro de Viana marqués de la Victoria, con una escuadra de diecisiete navíos, cuatro fragatas, seis jabeques, dos tartanas y ocho barcas. La cual estaba a su vez compuesta por tres divisiones, la del mando del general don Juan José Navarro con insignia de teniente general en el navío Fénix, de 80 cañones, buque en el que iban los tres capitanes de navío designados entre ellos don Francisco Javier Winthuyssenn como Guardia de Honor del Rey; la del mando del teniente general don Pedro Fitz-James Stuart, con insignia en el Galicia, de 70 y en la capitana de la división del jefe de escuadra don Carlos Reggio con insignia en el Triunfante, de 70.

La escuadra estaba compuesta por los navíos: Fénix, de 80 cañones. Comte. Don Gutierre de Hevia, e insignia del Gobernador don Juan José Navarro, marqués de la Victoria; Triunfante, de 70. Comte. Don Juan de Lángara e insignia del teniente general don Andrés Reggio; Princesa, de 70. Comte. Don Francisco M. Espínola e insignia del jefe de escuadra, don Alonso de la Rossa Lavassor, conde de Vegaflorida; Firme, de 70. Comte. Don José de Rojas; Conquistador, de 70. Comte. Don Juan de Soto; Dichoso, de 70. Comte. Don Manuel de Guirior; San Felipe, de 70. Comte. Don Francisco Garganta; Glorioso, de 70. Comte. Don Juan Ignacio Salaverría; Monarca, de 70. Comte. Don Joaquín Gutiérrez; Vencedor, de 70. Comte. Don Antonio Valcárcel y Guerrero, de 70. Comte. Don Bernabé Urcullu; con las fragatas: Venus, de 26. Comte. Don José de Somaglia y Palas, de 26. Comte. Don Martín Lastarria, con las tartanas: Santi Espíritus y Santa Bárbara.

Zarpó de la bahía de Cádiz el 29 de agosto, el 2 de septiembre cruzaron el Estrecho y el 10 estaban en aguas de Cartagena de donde llegó un alférez á traer un refresco de nieve y frutas, dando la noticia que el 19 de agosto había salido para Nápoles, el teniente general don Pedro Stuard con el Mayor general de la Armada don Joaquín de Aguirre con el navío Galicia, al mando de Juan Antonio de la Colina y en conserva el Terrible, al de don Juan Ignacio Ponce con el jefe de escuadra don Carlos Reggio y el 25 por la noche el capitán de navío don Isidoro del Postigo en el Soberano en unión al Atlante del mando de don Francisco Javier Tilly, pues estaban en las costas de Barcelona, para seguir á Nápoles, por ello fueron los primeros en arribar a destino.

Al estar reunida al completo comenzó el trabajo de embarcar en las ocho barcas napolitanas que a propósito se unieron a la escuadra, los baúles de la Casa Real, por último embarcó Don Carlos y la reina Doña María Amalia de Sajonia, con Sus Altezas Reales, el príncipe don Carlos y los infantes don Gabriel, doña María Josefa y doña María Luisa en el navío de don Juan José Navarro, mientras Sus Altezas Reales don Antonio y don Francisco Javier, lo hicieron en el insignia de don Andrés Reggio.

Una escuadra napolitana formada por dos navíos y dos fragatas, acompañó a la española hasta Barcelona y regresó posteriormente al puerto de Nápoles, compuesta por los navíos: San Felipe, de 64 cañones. Comte. Capitán de navío don Tomás Vicuña. Jefe de escuadra don Pascual Borrás y San Carlos, de 60 cañones. Comte. D. Domingo Pescara. Fragatas: Santa Amalia, 30 cañones. Comte. D. Esteban de San Martín y Concepción, de 30. Comte. D. Antonio Quijano Cárdenas y los jabeques: San Jenaro, de 20. Comte. D. José Martínez; San Pascual, de 20. Comte. D. Juan del Camino; San Antonio, de 20. Comte. D. Javier Farias; San Fernando, de 20. Comte. D. Cayetano Carraba; San Gabriel, de 20. Comte. D. Juan Danero y San Luis, de 20. Comte. D. Ignacio Piano.

El siguiente 7 de octubre domingo con un espléndido Sol mar en calma al igual que el viento, largaron velas saliendo del puerto, en él se quedó el navío Firme para recuperar las anclas de toda la escuadra, embarcando a su vez a los enfermos. A la salida se les unieron cuatro galeras de Malta, acompañando a la escuadra hasta las 12 del mediodía, momento en que saludaron al cañón a S. M. y prosiguieron su rumbo en comisión de corso.

Toda la escuadra navegaba en cuatro líneas, el transcurrir de la navegación fue muy placentera, como si el dios Eolo no quisiera molestar a la Real familia, durante el viaje S. M., salía a pasear por el alcázar manteniendo conversaciones con todos, incluidos los contramaestres y algunos marineros, en una de ellas lo hizo con don Francisco León y Guzmán, ésta trataba sobre los aduladores que suelen buscar refugio en la persona del Rey y por lo tanto vivir incluso en los palacios, a ello «dichole el Rey que en el suyo no tendrían cabida, pues había veintiséis años que estaba aprendiendo a reinar y no los había dado entrada.», insistió León y tanto quiso apurar la conversación profundizando en la materia, que le dijo: «que sin que S. M. lo conociese sabrían disfrazar la adulación» a ello el Rey le replicó: «Y también sabré yo ponerles la cabeza a los pies.» (Frase que significa ser ajusticiado y por si alguien algún día lo descubre, sepa que fue así por sentencia judicial y no un asesinato)

A pesar de ser un tranquilo viaje comenzó por marearse la Camarera mayor de la Reina, duquesa de Castropiñano y poco a poco el resto de damas, lo curioso del caso es que la Reina aguantó mucho más, pero cuando le acometió a ella ya no había nadie de su Real servicio para auxiliarle, por ello exclamó: «questo movimiento de la barca me face un imbroglio di ventre.», pero no quedó ahí la cosa, sino que incluso los Guardias de Corps de la escolta Real fueron cayendo todos, eso sí, bajo la mirada disimulada de los guardiamarinas pues apenas podían controlar las risas, así todos rindieron el tributo del novato al Dios Neptuno o Poseidón. Nadie pudo levantar cabeza hasta fondear en la ciudad Condal el 16 siguiente, desembarcando la familia Real el siguiente 17 y después sus enseres, cumplimentado, la escuadra se hizo a la vela regresando a Cartagena el 2 de noviembre.

En el viaje se puso en práctica el código de señales ideado por el Marqués de la Victoria, el cual en 1736 copió el vizconde de Morogues para la francesa, a pesar de ello se encontró con duras críticas, impidiéndole hasta el momento ser aprobado en la española, pese a las favorables opiniones de don Jorge Juan y don Antonio de Ulloa quienes informaron sobre el caso, don Carlos III ordenó que a partir de ese momento fuera de obligado cumplimiento, la utilización del código de señales por banderas creado por el Marqués de la Victoria, por haber comprobado personalmente el buen funcionamiento del sistema.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Fernández Duro, Cesáreo.: Viajes Regios por Mar en el transcurso de quinientos años. Sucesores de Rivadeneyra. Madrid, 1893.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Vargas y Ponce, Josef de.: Vida de D. Juan Josef Navarro, primer marqués de la Victoria. Colección de Varones ilustres de la Marina Española. Imprenta Real. Madrid, 1808.

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Arriba una Flota de Tierra Firme 1758

Posted By on 24 de octubre de 2020

El 4 de agosto arriba a Cádiz la Flota al mando del jefe de escuadra don Joaquín Manuel de Villena y Guadalfajara, con más de un millón de pesos fuertes, veinte y un mil pesos oro acuñados, 30.898 quintales de cobre y 40.998 quintales de palo exquisito para el Rey y la Real Hacienda, más para el tráfico del comercio de la ciudad de Cádiz, otros catorce millones ochenta mil doscientos veintinueve pesos, en pago de herramientas y utensilios, así como mercancías llevadas a ultramar.

Contra la creencia generalizada que todo lo que se traía de allí era “robado” por los españoles como se podrá comprobar se traía mucho más dinero del intercambio de compra y venta de mercancías, que incluso de impuestos para la Real Hacienda y la Casa Real.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Viaje a Ámsterdam 1757.

Posted By on 19 de octubre de 2020

Se encontraba el teniente de fragata don Juan Antonio del Camino a bordo de la fragata Industria, cuando zarpó el 8 de junio de 1757 en conserva del navío Castilla, con destino al puerto de Ámsterdam en comisión especial y secreta, fondeando de regreso en la bahía de Cádiz el 31 de agosto seguido.

Larga fue la estancia y como a tal secreto nada se sabe de lo tratado.

Bibliografía:

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Las Palmas de Gran Canaria furioso incendio 1755.

Posted By on 17 de octubre de 2020

En su viaje de ida a Tierra Firme a bordo del navío Infante, su comandante el jefe de escuadra Baylío Frey don Blas de la Barreda y Campuzano, hizo escala en la isla de Las Palmas de Gran Canaria, donde fondearon, a los dos días se declaró un grave incendio en la ciudad, su general le dio el mando a don Manuel Rodríguez de Travieso, de una fuerza de hombres sacados de los buques, para ayudar a la población a extinguir el fuego, el cual se extendía por toda una calle, sin descanso de ningún tipo se consiguió gracias a sus órdenes, al confirmar estaba apagado regresó con sus hombres a los buques.

El Ayuntamiento de la ciudad en agradecimiento le puso el nombre de Travieso a una de las calles. A fecha de hoy aún se conserva, 2020.

Se le podría nombrar fundador de la UME, o ponerle su nombre a alguna de sus unidades.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Catedral católica en Berlín 1753

Posted By on 10 de octubre de 2020

Al parecer los modales de don Guido Jacinto Besso Ferrero-Fieschi y Saboya eran demasiados refinados molestando en la Corte Rusa por ello se le retiró lo antes posible, haciéndose realidad lo explicado por el duque de Liria (más tarde Duque de Alba), por esta razón fue destinado a la Embajada de Sajonia-Polonia, donde sí permaneció varios años, pero viajaba por todo el Sacro Imperio. Recibió una carta de la condesa María Josefa de Bredow, dirigida al Rey de España, en ella le pedía una aportación por ser el Rey Católico, nuestro embajador la remitió al Secretario de Estado don José Carvajal y Lancaster, al serle entregada al Rey éste estuvo de acuerdo en hacer un donativo «decente»

Pero el Rey de España no quería que su dinero fuera a parar a manos indebidas y menos aún a los enemigos de la Fe Católica, así por carta fechada en el Buen Retiro el 13 de marzo de 1747, se le envía para recabar la máxima información al respecto y proteger el caudal entregado, recibiendo la carta cuando Besso Ferrero se encontraba en la ciudad de Dresden, añadiendo pedir disculpas a la Condesa por el retraso en contestarle. Pero no fue el único en dudar don Fernando VI, pues el Papa Benedicto XIV envío a su Nuncio Arquino quien estaba también en la misma ciudad a realizar las mismas pesquisas, pero éste no se anduvo con lentitud pues llegó a preguntarle directamente al rey de Prusia.

El Rey le dijo se había nombrado encargado de la construcción a un fraile llamado Messenati de la orden de los Carmelitas, quien se encargo de guiar al arquitecto y el mismo Federico II, le comunicó que él había hecho donación del terreno donde levantar la iglesia, uno en el mismo centro de Berlín, en la misma Plaza de la Opera, al final de la avenida Unter den Linden y muy cerca del mismo Palacio Real. Para realizar la donación don Fernando VI, ordenó se le informara de las cantidades entregar por otros príncipes, por carta de Besso fechada el 13 de mayo, le informa que el primado de Polonia y la Emperatriz, habían prometido hacer una colecta en su reino para entregarla, pero nada aportaron. Lo mismo ocurrió con las esperadas aportaciones del Rey de Francia.

Por carta de finales de junio seguido, Guido escribe que el Papa ha enviado seis mil ducados. Por carta del 22 de julio le anuncia la llegada de cinco mil pesos del Rey de las Dos Sicilias, seis mil pesos del Rey de Portugal, en Polonia reaccionaron y entre cardenales, obispos y caballeros, enviaron gran cantidad de piedra para su construcción y dieciocho mil escudos, anunciando la colocación de la primera piedra a finales del mismo mes de junio próximo pasado, habiéndola colocado el propio Rey Federico II, quien a su vez donó la Catedral a la Orden de los Dominicos de Halberstadt, quienes ya ostentaban la administración de la capilla de Potsdam, Küstrin y otras más pequeñas.

El mismo Rey Federico II había encargado al arquitecto Knobelsdorff, la construcción de la Catedral católica en Berlín en imitación al Panteón de Roma, colocándola en el centro del protestantismo, la cual recibió el nombre de Santa Eduvigis (Hedwingskirche), siendo la administración llevada por la Sociedad de Católicos de Berlín, lo que satisfizo mucho al Rey de España. Recibida la noticia por don Fernando VI quedó convencido de ser construida, ordenando enviar seis mil escudos y el cardenal Infante don Luis otros tres mil (8 escudos, son una onza de 28’716 gramos de oro puro de 900 milésimas), quedando así patente a los berlineses que el Rey de España no perdía ocasión en expandir y proteger la religión católica. (Las aportaciones restantes, excepto la de los prelados y Caballeros del reino de Polonia, eran pesos, moneda de plata de 25 gramos) La Catedral se consagró en enero de 1753, habiendo sido el administrador de los fondos el presidente de la Asociación Conde Rothenburg.

Bibliografía:

Poschmann, Adolf.: Subvención de Fernando VI, Rey de España, para la construcción de la Primera Iglesia Católica en Berlín. Establecimiento Tipográfico de Fortanet. Impresor de la Real Academia de la Historia. Madrid, 1919. Informe del publicado en el «Boletín de la Real Academia de la Historia», tomo LXXV. ― Cuaderno I. ― Julio de 1919. Por la misma imprenta.

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Una de las escuadras de Cartagena 1752

Posted By on 5 de octubre de 2020

Por decisión del capitán general del Departamento la escuadra se dividió en dos, siéndole una entregada a don Pedro Mesía de la Cerda compuesta por el navío Septentrión, fragata Galga, paquebote Marte y los jabeques, Volante, Cazador, Galgo y Liebre, con los que se hizo a la mar el 26 de agosto, en comisión de corso contra las regencias norteafricanas.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Un Comandante reemplazando a la Real Hacienda 1751

Posted By on 26 de septiembre de 2020

En 1751 se le otorgó el mando de la fragata Punto Fijo a don Santiago Agustín de Zuloaga, con ella formó parte de la expedición para establecer y fijar los nuevos límites de Cumaná.

En ella ocurrió algo repetitivo en nuestra historia, lo resaltamos porque pensamos que el hecho es merecedor de ello; se agotaron los víveres, el buque no tenía fondos y no se podían reponer, por ello tuvo que recurrir a su peculio particular para comprar y repartir las raciones diarias correspondientes, o atenerse a las posibles y nada halagüeñas consecuencias.

Se puso en conocimiento de S. M., el digno proceder, ordenó el Rey que a su regreso a la bahía de Cádiz y tras la presentación de los documentos pagados por él, le fuera restituido hasta el último real, por ser de su agrado el buen ejemplo dado por el Comandante de la fragata.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Bermudas naufragio en el canal grande 1750

Posted By on 20 de septiembre de 2020

Al arribar don Daniel Huony se le entregó el mando del navío Nuestra Señora del Carmen alías la Galga, mientras se preparaba un convoy con rumbo a la Península, una vez reunidos los seis mercantes que lo componían, se le añadió de escolta y para misión de descubierta el bergantín Nuestra Señora de la Mercedes, alías Mercedes, al mando de don Antonio Barroso.

Todo listo largaron velas y levaron anclas haciéndose a la mar el 18 de agosto de 1750, transportando varios prisioneros británicos, la 2ª compañía del 6º Batallón del Real Cuerpo de Infantería de Marina y varias propiedades de la Corona.

Pusieron proa al canal grande de las Bermudas para buscar la salida al océano y aprovechar las corrientes de éste, cuando estaban en la zona fue sorprendido el convoy por un fuerte temporal, por sus efectos en muy poco tiempo desarboló la Galga y por ser vientos de tipo huracanado lo fueron arrastrando contra la costa del continente.

Se intentó casi todo pero al ir haciendo agua, para compensar peso se fueron arrojando cañones, resultando todo inútil acabando por irse a pique el 25 de agosto, en una posición cercana al paralelo 38º de latitud N., el cual separa los actuales estados de Norteamérica, entre Virginia y Maryland en la isla de Assateague en su costa de Eastern Shore.

Por las excelentes medidas de precaución tomadas, sólo se perdió un hombre del navío y ninguno del bergantín, dadas las circunstancias fue todo un éxito de previsiones tomadas de antemano.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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I Capitán General de la Real Armada 1749

Posted By on 15 de septiembre de 2020

Sucediendo un caso quizás único en la Historia Naval de España. Porque para suceder al Excmo. Sr. D. Manuel López Almonacid Pintado y Fernández de los Carneros, como Capitán General del Departamento de Cádiz, quien había fallecido el 21 de octubre de 1748, se nombró sucesor al teniente general Excmo. Sr. D. Guido Jacinto Besso Ferrero-Fieschi y Saboya, Conde de Bena-Masserano, por Real orden del 5 de agosto de 1749, pero se encontraba muy a gusto en su destino de embajador plenipotenciario en Rusia, en su capital de San Petersburgo, la de los Zares, sólo por esto renunció al ascenso y cargo, elevando al Rey súplica de continuar en el mismo destino, lo que se le concedió, siendo un tiempo después elegido a su vez para sucederle el teniente general Excmo. Sr. D. Juan José Navarro Viana y Búfalo, Marqués de la Victoria, quien por la nueva ordenanza de la Armada de 1748, obtenía al mismo tiempo el cargo-grado de Capitán General de la Real Armada por serle anexo, siendo así el primero que obtuvo la máxima dignidad de la Real Armada. En realidad el segundo, por serlo el Conde de Bena-Masserano, quien renunció.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

Vargas y Ponce, Josef de.: Vida de D. Juan Josef Navarro, primer marqués de la Victoria. Colección de Varones ilustres de la Marina Española. Imprenta Real. Madrid, 1808.

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Cuerpo de Galeras, Navíos del Océano y galeones de Indias disolución 1748.

Posted By on 4 de septiembre de 2020

Una decisión que tomó don Juan José Navarro fue la de elevar al marqués de la Ensenada, la desactivación de la escuadra de galeras de España, pues continuaban fuera de la Ley general de la Armada, sólo quedaban siete y el coste anual era de doscientos mil pesos anuales, el Marqués tomó la decisión y por Real orden se deshizo el cuerpo de galeras.

Galera: . . . . Comandante. . . . .Teniente. . . . .Patrón


Capitana: . .Pedro Monti. . . . . .Pedro Manuel de Leiva.


Patrona: . . José Domas. . . . . .Francisco Rapalo 2º Piloto

San Felipe: Felipe de Borja. . . Juan Bautista Bergalo.


San Jenaro: Francisco Mazon de Lima. . . Francisco Solís.


Santa Teresa: Pedro Texedo. . .Ginés Alcaraz.


San José: Pedro Salafranca. . .Juan Antonio Ozina.


Soledad: Antonio Rabo. . .Pedro Duoxe.

La tripulación de cada galera se componía de 53 hombres de mar y otras clases, y su guarnición de una compañía señalada de tropa, compuesta de 120 hombres, incluso su capitán y su teniente. Además para el servicio de remos había en las primeras galeras 715 forzados y 552 esclavos. El coste total mensual de las galeras incluso los empleados en su construcción o fábrica y su maestranza era de 109.000 reales de vellón, pagados por la comisaría general de cruzada. Se consideraban 126.600 reales por el costo total o gasto anual de una galera armada: y componiéndose de 7 la escuadra de galeras su importe era de 1.012.819 reales, a cuenta de la cual solo se abonara por el ramo de cruzada, 450.000 reales, en 1746 se debía al departamento los 562.820 reales restantes. Entre la guarda estandarte se encuentra de subrigadier don Antonio Escaño.

Por Real orden del 28 de noviembre de 1748 fue disuelto el cuerpo de Galeras del Mediterráneo, también los navíos del Océano y los galeones de Indias, pasando a formar parte del Cuerpo General, junto a su jefe el capitán general de ellas Gutiérrez de los Ríos, conde de Fernán Núñez, con toda la antigüedad de sus empleos.

A tema sobre la disolución del cuerpo de galeras, don Francisco de Paula y Pavía nos dice: «La supresión de la marina de galeras, si bien conveniente y necesaria en la época que se dictó y la incorporación de su persona en la Armada, se rindieron en la forma de ciertas disposiciones, que no fueron justas ni debidas; fué una de ellas la poco meditada contestación dada al Conde de Fernán Núñez, último Capitán General de tan ilustre cuerpo. Preguntando el Conde al Ministro Ensenada, dónde depositaría su estandarte, que tantos triunfos había adquirido á la nación, tuvo por desabrida respuesta, que — si estaba servible lo dejase en el almacén general, y de no estarlo, en el almacén de excluido —. Resolución que hirió la susceptibilidad del Conde y de los demás oficiales del cuerpo suprimido» ¡No es para menos! añadimos nosotros; hasta los grandes cometen errores imperdonables por su falta de visión histórica.

Lo que le supo muy mal a don Juan José Navarro fue la forma tan radical en ejecutarlo, pues en parte era casi el sustento de la ciudad de Cartagena donde llevaban muchos años fijas en sus aconchaderos, pero lo que peor le sentó, fue no dejar ningún recuerdo de las milenarias unidades navales dueñas del Mare Nostrum, pasando todas en muy poco tiempo a ser desmontadas, todos sus pabellones y estandartes pasaron al Arsenal, donde el tiempo por su mala conservación se perdieron, dándole una vez más toda la razón al marqués de la Victoria.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

Vargas y Ponce, Josef de.: Vida de D. Juan Josef Navarro, primer marqués de la Victoria. Colección de Varones ilustres de la Marina Española. Imprenta Real. Madrid, 1808.

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Real Cuerpo de Artillería de Marina creación 1749

Posted By on 24 de agosto de 2020

Al quedar formalizado el Real Cuerpo de Artillería en 1749 se nombró Comisario General al capitán de navío don Joaquín Manuel de Villena y de Guadalfajara. Por Real orden del 30 de mayo de 1755 se le asciende al grado de jefe de escuadra. Por Real cédula de 1760 se le concede el título de Castilla de Marqués del Real Tesoro. Permaneciendo en su destino hasta 1763.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Tsunami sobre el Callao 1746

Posted By on 14 de agosto de 2020

En 1744 don Juan Bautista Bonet y Arnau fue destinado a los mares del Sur, ostentaba el grado de capitán de fragata y jefe de las fuerzas navales de aquel sector, cuando el 28 de octubre de 1746, sobrevino una serie de terremotos a ellos siguió un tsunami en el puerto del Callao, causando la casi total destrucción de la ciudad, pues sólo quedaron en pie un grupo de casas muriendo casi todos sus habitantes.

El virrey del Perú a la sazón don José Manso de Velasco, le requirió para junto con sus hombre mantener el orden (en estas desgracias como sabemos, siempre acuden los que a forma de buitres se aprovechan de lo ajeno y a la desgracia en sí, que no es poca, hay que añadir ver tu casa saqueada o incendiada a propósito), de hecho sus hombres recuperaron gran cantidad de todo tipo de alhajas, pues los amantes de lo ajeno ya salían con ellas como si fueran de su propiedad.

Pasando posteriormente una revista a los buques existentes en el puerto o embarrancados en tierra por efecto del tsunami, de lo cual levantó el consiguiente informe para conocimiento del virrey. Hubo un caso especial, siendo el ir a rescatar a todos los presos de la isla de San Lorenzo, los cuales fueron transportados al continente y vueltos a encerrar pero en mejores y más seguras condiciones.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Arsenal de Cartagena 1746

Posted By on 5 de agosto de 2020

Don Juan José Navarro al estar inactivo, no se le ocurrió otra cosa que inspeccionar la dársena del puerto, en febrero de 1746 envió al Rey un proyecto, para organizar en este puerto y dotarlo de todo lo necesario, para convertirlo en una base con su Arsenal de los mejores existentes, por estar muy bien protegido de mares y vientos, siendo en sí un inmejorable lugar; el Rey muy contento le ordenó formar una Junta de expertos para ver las posibilidades y el gasto, reunida ésta se dieron cuenta que no era la mejor distribución, por lo que de nuevo se le envío otro proyecto que lo convertiría y ofrecería: «…a la Marina moderna el arsenal más completo del mundo.»

Para no extendernos en demasía, resumimos lo que en su día dijo don José de Vargas Ponce al respecto de la idea del Arsenal: «…era así que todo lo proyectado se limitaba a encerrar la dársena en la última parte del puerto, invernáculo donde solían aconchar las galeras. Este rincón, dominado de montes que lo cobijan baxo tiro de fusil, además de tan grave padrastro y el de su estrechez, dexaba contiguo el funesto almajar y sus pestíferos vapores: pedía multiplicados y lejanos puntos de defensa, y en nada contribuía a la de la ciudad. Hecha, empero, la dársena, en el almajar mismo, dándole comunicación un canal con lo que es dársena hoy y entonces quedaba puerto, desaparecían todos aquellos inconvenientes y obstáculos, trocados en muchas más ventajas y de las más apetecibles. La nueva balsa quedaba capaz de 50 navíos de línea; y de centenares de buques mercantes; aislado el puerto y libre de todo padrastro y de cualquier insulto hostil; defendida la ciudad de ataques terrestres, constituyéndola como inexpugnable por tierra, y, sobre todo, desaparecía el funesto almajar. A más, se duplicaba también la extensión del ancladero, pudiendo estar con total independencia varias escuadras»

Fue pasando el tiempo y la falta de dinero impedía avanzar, así Navarro con sus pocos medios fue realizando algunas mejoras; el día 1 de marzo de 1748 se le nombró Comandante General del Departamento de Cartagena, desembarcando del mando de la escuadra, siendo en ésta época cuando más pudo realizar su obra, hasta que enterado el marqués de la Ensenada en 1749 envió al capitán de navío don Antonio de Ulloa, quien en unión del ingeniero del Arsenal Feringan desarrollaron un nuevo proyecto, donde dieron entrada a don Juan José, quien al final de él, dio un voto de idea añadido aceptado por los dos compañeros y así se elevó al Rey.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Pérdidas británicas a manos españolas 1744

Posted By on 13 de julio de 2020

Según Campbell a finales de este año los españoles habían capturado a los británicos 786 buques, se da por reducida la cifra (como siempre suelen hacer), el mismo Parlamento calculó el valor en un millón trescientas mil libras, equivalente a treinta y dos millones quinientos mil reales. Una relación con fechas, nombres y puertos publicada en Madrid en 1741 con fecha del año anterior, dice que se apresaron desde el comienzo de la guerra 407 bajeles británicos, por un valor de tres millones ochocientos cincuenta mil trescientos pesos.

Y según M. L. Carr Laughton desde septiembre de 1739 a noviembre de 1741, los españoles apresaron trescientos treinta y un bajeles británico, mientras ellos sólo capturaron doscientos treinta y un españoles. Termina su informe diciendo: «Basta de tal historia, que se ha considerado un mito, tanto por su intrínseca improbabilidad como por las circunstancia de que Jenkins, lo mismo que otros patrones mercantes que declararon ante la Cámara de los Comunes en 1739, no prestaron juramento.»

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Navío Invencible hundido por un rayo 1741

Posted By on 4 de julio de 2020

En la Habana se incorporó a la escuadra del general don Rodrigo Torres el navío Invencible, (hermano del Glorioso) habiendo sido construido en el apostadero de la capital de Cuba, era un bajel de muy buenas hechuras cuyo aspecto le daba una gran apariencia de ser muy robusto, tanto que el propio general ordenó izar su insignia en él, estando fondeado sin haber salido a la mar tan siquiera, se desató una de las típicas tormentas de la zona, yéndole a dar un rayo en el palo mayor, por el cual al alcanzan la santabárbara saltó por los aires, menos mal que la marinería estaba alertada en estas cuestiones y al comenzar el aparato eléctrico fueron abandonando el buque, (como en el resto) dejando sólo una dotación de guardia, sufriendo la pérdida de dieciséis hombres y otros veintiún heridos.

Se sabe por una carta del Gobernador de la Habana al Intendente General de Armada, fechada el 30 de junio de 1741.

Qué diferencia de destinos tuvieron los dos buques hermanos.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Noche Triste mujeres españolas en Tenochtitlan

Posted By on 1 de julio de 2020

La noche triste se produjo el 30 de junio de 1520, hacer notar que si bien la pericia de Martín López, y el excepcional valor de Hernán Cortés, la conquista del futuro virreinato de Nueva España hubiera resultado imposible; pero en ella se ha escondido un secreto, que si bien no pertenece al biografiado, pensamos que no está de más referirnos a él, por su excepcional valor histórico y a veces decisivo, que tuvieron en unos momento muy apropiados.


Y se trata de la aportación que hicieron una veintena de mujeres, resultando en algún momento providencial, de las que sabemos nombres de unas pocas, María de Estrada, quien se abrió paso a estocadas en la ciudad, al igual que hizo en la ‹Noche Triste›; Francisca Ordaz ‹la Bermuda› y otra con el mismo nombre; Mari Hernández; dos más como Isabel Rodríguez, pero una con el segundo apellido de Gómez; la esposa del capitán Portillo, quien falleció a bordo de los bergantines y ella ocupó su puesto; Beatriz de Palacios, esposa de don Pedro Escobar, suplía a éste en las guardias nocturnas ‹…y cuando dejaba las armas salía al campo a coger bledos y los tenía cocidos y aderezados para su marido y demás compañeros, curaba los heridos, ensillaba los caballos e hacía otras cosas como cualquier soldado›; Beatriz Bermúdez de Velasco, esposa de don Francisco de Olmos, quien en un momento de flaqueza de las tropas, en las calles de la ciudad y empuñando una tizona, al ver retroceder a los hombres se colocó en el puente y les gritó: ‹…al primero que intenté llegar a él lo traspasaré por mi mano y espada›, evitando una desbandada en ese sector; Beatriz Ordaz, Juana Martín, María de Vera, Elvira Hernández, Isabel Rodríguez.

Pero no en balde el valor de doña María de Estrada, le venía ya dado, pues al intentar llegar con su marido a la isla de Cuba, el buque en el que viajaban zozobró, algunos hombres pudieron alcanzar la playa a nado y ella con ellos, pero al pisar tierra los indígenas los atacaron y mataron a todos menos a María, quien pasó a ser esclava del cacique, pasando cinco años de su vida en estas condiciones, siendo liberada cuando llegaron refuerzos que terminaron de conquistar la isla. El lugar donde ocurrieron los hechos fue bautizado al contar ella lo ocurrido como Matanzas, nombre que aún conserva el pueblo construido después y su costa en la isla de Cuba.

A la única que se le reconoció su valor, fue a María de Estrada, pues era la que en dos ocasiones había ayudado a salvar la situación, por ello Hernán Cortés le entregó la encomienda del pueblo de Tetela (la encomienda significaba el 30% de todo lo que diera el campo a sus trabajadores, una especie de impuesto para mantener al Señor del pueblo. En este caso a la Señora) al terminar la colonización de lo que después sería el virreinato de Nueva España, se quedó a vivir en su casa construida en el pueblo de su señorío, casándose de nuevo con don Pedro Sánchez Farfán y al enviudar de nuevo se volvió a casar con don Alonso Martín Partidor. Figurando su nombre entre los primeros pobladores de Puebla, donde continuó viviendo como hemos visto hasta sobrevenirle el fallecimiento.

Espero os guste, hay valor, sangre, amor, esclavitud y un gran derroche de instinto de supervivencia, lógico de aquellos hombres y mujeres medio abandonados a su suerte.

Bibliografía:

Casas, Fray Bartolomé de las.: Historia de las Indias. Biblioteca de Autores Españoles. Ediciones Atlas. Madrid, 1957.

Cortés, Hernán.: Cartas de Relaciones sobre la conquista de Méjico. Ediciones ● 94, S.C. Barcelona, 2003.

Díaz del Castillo, Bernal.: Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Espasa-Calpe Madrid, 1933.

Dotor, Ángel.: Hernán Cortés. Edit. Gran Capitán. Madrid, 1948.

Fernández de Oviedo Valdés, Gonzalo.: Historia General y Natural de las Indias. Edición y Estudio de Juan Pérez de Tudela Bueso. Biblioteca de Autores Españoles. Atlas. Madrid, 1992. Basada en la obra original del año de 1548.

Jerez, Jaime.: Hernán Cortés. Círculo de Amigos de la Historia. Ediciones de Crémille. Genève, 1972.

López de Gómara, Francisco.: Historia General de las Indias hasta 1552. Tomo I Hispania Victrix. Tomo II Conquista de Méjico. Ediciones Orbis, S. A. Barcelona, 1985.

Miralles Ostos, Juan.: Hernán Cortés. Inventor de Méjico. Biblioteca ABC. 2004. 2 tomos.

Pereyra, Carlos.: Historia de la América Española. ED. Saturnino Calleja. Madrid, 1924.

Prescott, William H.: Historia de la Conquista del Perú. Facsímil. Ediciones Istmo, 1986.

Torres, Luis.: Hernán Cortés. Biblioteca Nueva. Madrid, 1942.

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