Muro en las Antillas 1836

Posted By on 30 de junio de 2021

El 26 de enero se le entregó a don José María de Cruz el mando del pailebote Teresita, pasando a efectuar la misión de protección en el mar de las Antillas, realizando con mucho valor y honor un acto, pues interpuso su buque entre una fragata de guerra británica que pretendía abordar y reconocer un mercante con pabellón español, impidiendo de esta forma que tal acto se llevara a término.

Bibliografía:

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Cartagena alzamiento 1836

Posted By on 29 de junio de 2021

En enero el brigadier don Manuel de Cañas-Trujillo, fue nombrado Comandante General del Departamento de Cartagena, al suceder en el verano seguido el levantamiento contra el Gobierno, quedó la ciudad y el Arsenal en poder de la Junta, ante ello se negó a seguir los pasos de los alzados, quienes le ofrecieron de todo pero nada aceptó, para evitar derramamiento innecesario de sangre presentó su dimisión y se reincorporó a Cádiz.

Bibliografía:

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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José María Martínez-San Antonio-HMS Magnet-Knight of the Cross

Posted By on 28 de junio de 2021

Construido en Reino Unido, 1882.

Desplazamiento: 279 tn. Dimensiones: Eslora 40 por 6’90 de manga y 3’60 metros de calado. Máquina: vapor de 210 C.V. caldera de 5 Kg. 2 hélices. Velocidad: máxima 8 nudos. Armamento: un cañón Nordenfelt de 57/37 m/m y un Vickers 57/50 m/m.

Era un remolcador británico con el nombre de Knight of the Cross, más tarde paso a servir en la Royal Navy, como HMS Magnet, prestando servicio sobre todo durante la Gran Guerra, en 1925 fue comprado por Liaño como pesquero con base en Santander, cambiando su nombre por San Antonio, al producirse el alzamiento fue incautado por el gobierno de Madrid, donde por el tema de su nombre ser de un santo, se le rebautizo con el de este historial, pasando a Gijón donde se le armó, siendo destinado al puerto del Musel, para realizar su trabajo como tal remolcador, sucediendo que el día 5 de enero de 1937, al entrar en el puerto el mercante británico Stanhill con sus luces apagadas lo abordó, resultando hundido causando la muerte a doce de sus tripulantes.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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José Antonio Jordán y Maltés Biografía

Posted By on 27 de junio de 2021

Jefe de escuadra.

Vino al mundo en la población de San Felipe (1) en la actual provincia de Valencia en 1752, siendo sus padres don Pedro Jordán y Pujasons, regidor de la población y doña Rita Maltés y de Laborda. Sentó plaza de guardiamarina en la Compañía de Departamento de Cádiz el 2 de abril de 1768. Expediente N.º 1.025.

(1) El 20 de junio de 1707 don Felipe V ordenó pegar fuego a la ciudad de Játiva una vez conquistada, como castigo a su obstinada resistencia en defensa del pretendiente austriaco don Carlos III, siendo reconstruida como colonia con el nombre de San Felipe, permaneciendo con él hasta 1811 cuando las Cortes de Cádiz se lo devolvieron.

Al aprobar los exámenes teóricos se le ordenó el 28 de agosto de 1770 embarcar en el navío Santo Domingo, destinado a cruzar entre los cabos de Santa María y San Vicente en protección del tráfico marítimo proveniente de ultramar, al concluir uno de sus cruceros regresó a la bahía de Cádiz desembarcando el 7 de diciembre, regresando a la Compañía donde el 15 de enero de 1771 se le entregaron los galones de alférez de fragata. Recibió la orden de embarcar en el navío Serio, el 23 de mayo de 1771 trasbordó a la fragata Esmeralda, y sucesivamente a la galeota Concepción y los jabeques Lebrel y Gamo, con todos ellos realizó diferentes comisiones, tanto de transporte de tropas y auxilios a los presidios norteafricanos como a las islas Afortunadas, pasando sobre todo con los jabeques a combatir en corso manteniendo varios combates, en uno de ellos fue herido en la pierna izquierda por un proyectil de fusil, desembarcando el 20 de abril de 1775.

El 17 de mayo siguiente, recuperado de su herida se le ordenó embarcar en la galera San Antonio, pasando a mandar la San Carlos, formando parte de la expedición contra Argel del mismo año, al mando del general don Pedro Castejón teniendo una destacada actuación tanto en el desembarco de las tropas, como en el reembarque, por ser su buque independiente del viento y de muy poco calado. El 24 de noviembre siguiente pasó al jabeque Gamo, con él prestó auxilio a la ciudad de Melilla asediada por los moros, trasbordando al San Luis transportando tropas a los peñones, sin perder de vista su comisión de corso. Al regreso de una de sus campañas se le entregó la Real orden del 10 de marzo de 1776, con su ascenso al grado de alférez de navío, recibiendo la orden de trasbordar del 8 de diciembre seguido al Ángel con destino a Cádiz, permaneció hasta recibir la orden del 16 de febrero de 1777 de pasar al navío San Miguel, trasportando a los oficiales y nuevos aspirantes a guardiamarinas por haberse puesto en funcionamiento la Compañía de Ferrol donde desembarcaron, aquí se le confió una comisión en las islas Afortunadas, regresando a la bahía de Cádiz, de donde zarpó a cruzar por el Estrecho, al regreso de uno de sus cruceros se le entregó la Real orden del 19 de junio siguiente con su ascenso al grado de teniente de fragata.

En 1778 regresó a las navegaciones en corso sobre las regencias norteafricanas, al regreso de uno de sus cruceros se le entregó la Real orden del 14 de mayo de 1779 notificándole el ascenso al grado de teniente de navío, prosiguiendo en su cometido anterior hasta 1781 al ordenarle trasbordar al navío San Justo perteneciente a la escuadra del general don Antonio Osorno, compuesta por doce buques. Ésta se unió a la del contralmirante francés conde de Guichen, zarpando el 26 de marzo siguiente con rumbo a las islas Azores y Puerto Santo.

A su regreso se unió a la escuadra del general don Luis de Córdova, realizando la segunda campaña naval del canal de la Mancha, siendo apresados cinco buques mercantes británicos en esta nueva presencia en las mismas costas de Albión. La escuadra de don Luis de Córdova estaba destinada a dar apoyo al gran bloqueo de Gibraltar, el 13 de septiembre de 1782 se llevó a cabo el ataque con las baterías flotantes, invento del ingeniero francés D’Arçon, en la que según él estaban protegidas de los incendios por tener un sistema de circulación de agua ‹como la sangre por el cuerpo humano›, pero falló el sistema y el resto lo hizo las ‹balas rojas› disparadas por los defensores, provocando los incendios, al ver la situación tan complicada se dió orden de acudir con los botes de la toda la escuadra en su socorro, intentando rescatar al máximo posible de sus dotaciones, en las que se sufrieron las bajas de trescientos treinta y ocho muertos, seiscientos treinta y ocho heridos, ochenta ahogados y trescientos prisioneros con su infructuoso ataque al Peñón, en esta acción sufrió por efecto de la explosión de una de las baterías el impacto de un astillazo en la cabeza.

Se recuperó rápido incorporándose a su buque, cuando lord Howe se hizo de nuevo a la mar con rumbo al Atlántico, el general don Luis de Córdova le salió de nuevo al paso y se trabó el combate del 20 de octubre de 1782, en aguas frente al cabo Espartel, de quien recibe el nombre. El almirante enemigo admiró: «…el modo de maniobrar de los españoles, su pronta línea de combate, la veloz colocación del navío insignia en el centro de la fuerza y la oportunidad con que forzó la vela la retaguardia acortando las distancias»

El combate tuvo una duración de cinco largas horas. Los buques británicos por llevar forradas sus obras vivas de cobre tenían mayor andar, permitiéndoles mantenerse en todo momento la distancia de fuego conveniente, cuando el resto de la escuadra española iba llegando al combate, decidieron por su mayor número rehuirlo, viraron y cazaron el viento enseñando sus popas se fueron alejando del alcance de la artillería española. El navío insignia español Santísima Trinidad, sólo pudo hacer una descarga completa de todas sus baterías, su lentitud le impidió poder hacer más. Regresando la escuadra a la bahía de Cádiz el 28 siguiente.

Por orden trasbordó el 26 de septiembre al navío Concepción, se le entregó la Real orden del 21 de diciembre siguiente notificándole su ascenso al grado de capitán de fragata, por ello su general ordenó su trasbordo a la bombarda Santa Rosa, para ser transportado a la bahía de Cádiz donde el 10 de enero de 1783 quedó desembarcado. Por orden del 12 de abril seguido embarcó de segundo comandante en el navío Galicia, realizando un crucero sobre el cabo de San Vicente, a su regreso quedó incorporado a la escuadra del general don Antonio Osorno, pasando a Ferrol quedando desembarcado por pasar a desarme el navío. Por orden del 3 de septiembre siguiente embarcó en el navío San José, para realizar las pruebas de comparación con los San Sebastián y Santa Isabel, a su regreso quedó su buque incorporado a la escuadra del general don Antonio Barceló participando en la segunda expedición contra Argel en 1784 y los diferentes bombardeos realizados.

El 4 de enero de 1787 embarcó de transporte en la urca Rita con rumbo a su nuevo destino, la Habana, donde embarcó en el navío Conde de Regla regresando en julio siguiente a la bahía de Cádiz. Con el mismo navío en 1790 realizó la campaña del Cantábrico en previsión de la ruptura de relaciones con el Reino Unido, por la cuestión de límites en Nootka, regresó la escuadra a Cádiz el 8 de septiembre siguiente de donde pasó a Cartagena, siéndole entregada la Real orden del 17 de enero de 1792 con su ascenso al grado de capitán de navío.        

Encontrándose aquí se declaro la guerra a la república francesa, recibiendo la orden de zarpar la escuadra del general don Francisco de Borja, efectuándolo el 26 de febrero de 1793 desde Cartagena, para realizar toda la campaña de Cerdeña, en su derrota las fragatas Perla y Santa Casilda apresaron a la francesa Hèléne, incorporándose a la escuadra española con el nombre de Sirena, participando en la toma de las islas de San Pedro y San Antíoco, y la quema de la Richmond por orden de su capitán, su viaje a Génova y posteriormente a Córcega, pasando a dar protección a los ejércitos napolitano y piamontés sobre la ribera del Var, continuando hasta Niza y Villafranca, estando aquí se desató una epidemia por el mal estado de los víveres, obligando al general Borja a regresar a Cartagena, arribando entre los días 8 y 9 de agosto siguiente, donde desembarcaron más de tres mil hombres enfermos.

Por Real orden del 16 de diciembre de 1794 se le otorgó el mando del navío Montañés, perteneciente a la escuadra del general don Juan de Lángara, por ello tomó el mando inmediatamente, por orden de su general formó división para cruzar sobre el cabo de Rosas, así el 17 de enero de 1795 dió caza a la fragata francesa republicana Ifigenia, del porte de 34 cañones resultando capturada y marinada al puerto de Barcelona. Regresando a la mar, estando cerca de San Felíu de Guixols el 30 de marzo siguiente es atacado por una escuadra de ocho navíos franceses, optando por acoderarse a la fortaleza, presentando al enemigo una banda, con ella efectúa mil cien disparos y consigue no ser capturado, mientras los enemigos se vieron forzados a dejarlo por hallarse alguno en mal estado.

No hay mucha información al respecto, por ello consideramos lo mejor transcribir el parte del mismo Comandante que envío al Secretario de Estado de Marina Bailío don Antonio Valdés, diciendo: «Excmo. Sr.: Hallándome la mañana de ayer con el navío de mi mando cinco leguas al S.E. del cabo de San Sebastian, con viento al Norte, cruzando en virtud de órden del Comandante General de la escuadra del Mediterráneo, se descubrieron á sotavento á larga distancia diez buques grandes; conjeturando fuesen ingleses, arribé sobre ellos á fin de averiguar los resultados del combate que habian tenido con la escuadra de Tolon en las costas de Italia, persuadido de que pudiera ser de importancia tales noticias al Comandante General; habiéndoles hecho las señales de reconocimiento, creí habian correspondido, y acercándome á una legua de distancia con las precauciones debidas de mantenerme á barlovento y contando con el sobresaliente andar de este navío, repetí las señales á las que no satisfaciendo, conocí completamente era una escuadra enemiga de ocho navíos de línea, uno de ellos de tres puentes y dos fragatas; que al principio largaron bandera española como la que llevaba este navío, arriándola después y afirmando la republicana tricolor, que seguidamente emprendieron la caza con la mayor fuerza de vela, desde las once de aquel día hasta las nueve del siguiente, á cuya hora tomé el fondeadero de San Feliú de Guixols, donde deje caer el ancla con tiempo suficiente para acoderarme, á fin de esperar á los enemigos si intentaban atacarme, como lo verificaron por espacio de dos horas y media siete navíos, pasando sucesivamente por frente de mi costado á la distancia de medio tiro de cañon y haciendo fuego constante cobre él, a que correspondí con mis baterías disparando 1.100 cañonazos en el citado tiempo, causándoles algunas averías en sus aparejos, habiendo esperimentado este navío algunas de consideración, la muerte del condestable y dos marineros y heridos varios de esta última clase y de tropa. La escuadra francesa siguió después corriendo la costa hasta cabo Creux, perdiéndose de vista á pocas horas; yo daré la vela cuando el viento lo permita y me dirigiré a Menorca, por haber cumplido el tiempo de mi crucero. Lo participo á V. E. para noticia de S. M. — Dios guarde á V. E. muchos años. Navío Montañes al ancla en la ensenada de San Feliú de Guixols 31 de marzo de 1795. — Excmo. Sr. — José Jordán. — Excmo. Sr. Bailío Frey D. Antonio Valdés.»

Pronto al navío le salieron «novios» por sus brillantes condiciones náuticas, por ello el 3 de agosto siguiente se le otorgó el mando del San Justo, debiendo entregar el Montañés, continuando con sus cruceros hasta ser firmada la paz de Basilea el 22 de julio siguiente, arribando a la bahía de Cádiz, donde al fondear se le ordenó trasbordar al San Dámaso, incorporado a la escuadra del general don José Solano, zarpando de la bahía con rumbo a Cuba, pero a los cuatro días de navegación recibió la orden de incorporarse a la escuadra del general don Sebastián Ruiz de Apodaca, variando el rumbo a la isla de Trinidad de Barlovento, donde fondearon en el puerto de Chaguaramas.

La isla fue atacada por los británicos el 16 de febrero de 1797 por la escuadra del almirante Henry Harley compuesta por; navíos: Príncipe de Gales, de 100 cañones; Belona, Venganza, Alfredo e Invencible, de 74; Dictador y Scipion, de 68; Socrates, de 58 y Ulises, de 50. Fragatas: Aretusa, de 44, Alarma y Anna, de 40, una bombarda y las corbetas: Fhorn, Zebra, Favorita, Zefiro y Pelicano, de 20, más el bergantín Victorino, de 16. Montando un total de 1.292 cañones. El ejército al mando del general Sir Ralpf Abercombry, desembarcaron los Regimientos, 2, 3, 24, 38, 53 y 60 con 4.050 hombres. Artillería; 500 hombres y regimientos de extranjeros nombrados, Campeche, Lobastain, Cazadores de Soler, más la gente de fajina, naturales de la zona, con 2.200 hombres, sumando un total de 6.750 efectivos.

Por parte española solo podía oponer sobre unos 500 hombres y la escuadra del jefe don Sebastián Ruiz de Apodaca compuesta, por los navíos San Vicente Ferrer, de 80 cañones, San Dámaso, Arrogante y Gallardo, de 74, más la fragata Santa Cecilia, de 34, lo que deja constancia de la inferioridad tanto en la mar como en tierra. Por ello después de unos cortos combates el gobernador de la isla el brigadier de la Armada don José María Chacón, firmó la entrega el 18 seguido. La escuadra después de un Consejo de Oficiales se decidió pegarle fuego para evitar fuera capturada por los enemigos. Al restituirse a la península pasaron por el Consejo de Guerra de Generales, en él fueron absueltos, pero tres años después S. M., dictó el destierro del Gobernador y la expulsión del jefe de escuadra, con una condena de inhabilitación a sus comandantes de cuatro años.

Permaneció en Cádiz durante todo el periodo del juicio y posterior condena, hasta serle entregada la Real orden del 23 de enero de 1805 notificándole su regreso al servicio activo, siendo destinado a las órdenes de don Bruno Hezeta en el apostadero de Algeciras, donde combatió a los británicos, quienes bloquearon Cádiz después del combate de Trafalgar siendo relevado el 5 de febrero de 1806, pasando a las baterías del Arsenal de La Carraca, participando en la rendición de la escuadra francesa al mando del almirante Rosilly hecho producido entre el 9 y 14 de junio de 1808.

Al formarse las nuevas unidades de Infantería de Marina fue nombrado el 13 de diciembre coronel del primer regimiento, saliendo a campaña, estando en ella se le entregó la Real orden del 23 de febrero de 1809 comunicándole su ascenso al grado de brigadier, por ello entregó el mando de la unidad el 11 de marzo seguido regresando a la ciudad de Cádiz, donde se le entregó la Real orden de la Junta del 14 siguiente otorgándole el mando del navío San Justo, permaneciendo hasta el 20 de febrero de 1810. Continuó en la isla de León hasta finalizar la guerra, por Real orden del 22 de agosto de 1814 fue nombrado Vocal del Consejo de Generales del juicio de purificación, encargado de realizar las averiguaciones de todos los oficiales de la Armada que permanecieron en territorio ocupado por los napoleónicos.

A finales de 1818 se le otorgó el mando del navío Velasco, uno de los comprados a Rusia, el cual por su mal estado no llegó a navegar permaneciendo en La Carraca. Continúo en el Departamento hasta recibir la Real orden del perdón por quemar su navío en la isla de Trinidad de Barlovento, algo más tarde, por otra R. O. del 14 de junio de 1825 fue ascendido al grado de jefe de escuadra, un tiempo después por haber cumplido los requisitos de la orden, se le entregó la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. No volvió a dársele mando alguno, por ello subsistió en su casa del barrio del Cristo, dando frente a la nueva población de San Carlos.

Paula nos narra: «…le llevaba el santo al General y visitaba como era consiguiente su triste albergue, en el que por no haber, no tenía en invierno esteras, ni un mal felpudo, llevando el General siempre en la mano un corcho que se lo ponía a los pies cuando se sentaba…agravados sus males crónicos, sin recursos de ninguna especie, por el atraso de 124 mensualidades que sufría, y sin tener quien le fiase para su precisa subsistencia, solicitó el General Jordán su baja para el Hospital Militar, con cuya estancia que se la facilitaban adelantada, atendía a lo indispensable a la vida.»

Falleció en el asilo de los desvalidos el 8 de junio de 1835, cuando contaba con ochenta y tres años de edad, de ellos sesenta y siete de honrados servicios a España.

El Comandante General del Departamento teniente general don Tomás de Ayalde y de Ibarrola, al notificarle su fallecimiento pagó de su peculio personal todo el gasto del entierro, evitando así fuera a parar a una fosa común, acudiendo al sepelio prácticamente todos los compañeros destinados en la capital del Departamento de Cádiz.

El mismo Pavía nos describe a don José Antonio Jordán así: «Era el General Jordán de baja estatura, aunque de apuesto y firme continente, los años y las desgracias no habían hecho mella en su temperamento, que lo conservaba vigoroso, al recordar los hechos de su noble carrera militar; si en los últimos años de su vida no desempeñó cargos públicos de importancia, y como consecuencia no tuvo aduladores que encomiasen sus servicios, la imparcial historia no podrá negarle un lugar distinguido entre los Generales de Marina de su época que se señalaron por su mérito, su lealtad y su honradez.»

Bibliografía:

Alemparte Guerrero, Antonio.: La escuadra Rusa vendida por Alejandro I a Fernando VII en 1817. Cuaderno Monográfico del Instituto de Historia y Cultura Naval, nº 36. Madrid, 2001.

Aragón Fontela, Miguel.: La Rendición de la Escuadra Francesa de Rosilly (14 de junio de 1808) Cuaderno Monográfico del Instituto de Historia y Cultura naval, N.º 55. Madrid, 2007. Págs. 67 a 90.

Barbudo Duarte, Enrique.: Apresamiento de la escuadra francesa del almirante Rosilly en la bahía de Cádiz, el 14 de junio de 1808.

Blanco Nuñéz, José María.: La Armada española en la segunda mitad del siglo XVIII. Navantia. Colección Bazán. Madrid, 2004. Edición no venal.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Mitiuckov, Nikolay W. y Anca Alamillo, Alejandro.: La escuadra Rusa adquirida por Fernando VII en 1817. Damaré Ediciones. Pontevedra, 2009.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

VV. AA.: Dos Expediciones españolas contra Argel, 1541 y 1775. Servicio Histórico Militar. Madrid, 1946.

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Vergüenza ajena 1835

Posted By on 27 de junio de 2021

Don José Jordán y Maltés Jefe de Escuadra de la Real Armada, se encontraba, por habérsele concedido la debida licencia en el hospital de San Fernando, por carecer de recursos de subsistencia de todo tipo, porque el Ministerio le debía sólo ciento veinticuatro mensualidades. Falleció el 8 de junio en la más absoluta miseria. Así pagaba España a sus defensores.

Bibliografía:

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Fragata Lealtad naufraga 1834

Posted By on 26 de junio de 2021

Zarpó de Santander el 3 de enero con rumbo a Ferrol, al encontrarse sobre cabo Ortegal le sorprendió una calma y en la noche del 4 se levantaron vientos de fuerte temporal del O., viendo el mal cariz y haber recibido varios golpes de mar muy violentos, pues uno de ellos le destrozó la aleta arrastrando al mar dos botes arrancados de sus pescantes, decidieron en junta regresar de arribada al puerto de salida, encontrándose a la boca el 10, por el estado de la mar no había práctico, por ello fondearon en la playa del Sardinero con dos anclas, pero faltaron los cables, en prevención se calaron las gavias y embocaron la entrada, arribando hasta donde el viento les dejó, lanzando dos anclas más y un anclote, la mar seguía dura, ello causó por no ser fondo apropiado garraran las anclas, se pudieron acercar unas barcas del puerto y embarcaron setenta hombres, roló el viento al SE. dándose la orden de picar los cables y mantenerse a la vela para impedir fuera arrastrada contra las rocas, en estas condiciones se mantuvo el 11, cuando el viento roló de nuevo del O., se rifaron por la violencia de la acción todas las velas disponible menos una, aun así intentaron entrar en el puerto y esta vez se consiguió, inmediatamente acudieron varias barcas con anclas y cables siendo afirmada de nuevo, pero otra vez en la noche del 13 el viento roló del S., siendo aconchada la fragata sobre la costa sin salvación posible, don José Pareja logro alcanzar a nado la playa juntos a varios compañeros.

Lealtad

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: Naufragios de la Armada Española. Establecimiento tipográfico de Estrada, Díaz y López. Madrid, 1867.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Julio Casciano Bou

Posted By on 25 de junio de 2021

Sin más datos, sólo sabemos era un motovelero que, al producirse el alzamiento fue incautado por los gubernamentales y armado, el cual se encontró en Cartagena al entrar los nacionales, ni si quiera estos, nos dicen el tipo de armamento, a pesar de ser recuperado por la Comisión de la Armada para el Salvamento de Buques.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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Fuerzas navales en el Cantábrico 1834

Posted By on 24 de junio de 2021

Entrado en servicio el vapor Isabel II se incorporó a las Fuerzas Navales del Cantábrico, al mando del brigadier don Melitón Pérez del Camino. Estaba formada por la fragata Perla, los bergantines Manzanares, Guadalete y Guadiana, las goletas Isabel II y María. El resto eran buques mercantes, fletados para servir en la campaña, la balandra Atalaya, el falucho Gavilán, el lugre Vigilante, el paquebote Águila y las trincaduras Vizcaya, Valdés, Isabel II, Rigurosa, Atalante, Clotilde, Veloz, San José, Marina, Leopoldino, Infante, Reina Gobernadora, Churruca y Constitución.

Bibliografía:

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Guerra civil en Portugal 1832-1833

Posted By on 23 de junio de 2021

En octubre de 1832, por la enfermedad del Rey hubo un intento de levantamiento, estando al mando el Gobernador de la plaza, don Tomas de Zumalacárregui, pero el jefe del Arsenal don Roque Guruceta ordenó encerrarse en él a todos, incluidos los ciudadanos de la plaza, consiguiendo evitar el desastre de lo que no tardaría en venir.

Al mismo tiempo en enero estalló la guerra Civil en Portugal, por estar enfrentados los dos príncipes, don Pedro y don Miguel de Braganza, por ello Guruceta ordenó a don José María Chacón rearmar el navío de su mando, el cual estuvo en poco tiempo dispuesto y zarpando de Ferrol fijó su cuartel general en la ría de Vigo, para vigilar las fronteras. En ocasiones al mando de Guruceta y otras al de Chacón, permaneciendo alerta en el devenir del conflicto del país vecino.

Se encontraba don José Morales en el puerto de Vigo cuando se le dio la orden del 15 de mayo seguido de trasbordar como Comandante a la fragata Lealtad, zarpando el 19 siguiente en la división del brigadier don Roque Guruceta, dando la vela con rumbo a Lisboa donde debía embarcar el Infante don Carlos y su familia, para ser transportados a los Estados Pontificios, el Infante fue retrasando el embarque, lo que permitió al Emperador don Pedro tomar Lisboa, obligando a la Corte de don Miguel a la que pertenecía el Infante a internarse en el país, ante la imposibilidad de poder embarcar en la fragata, se le dio la orden de zarpar del Mar de la Paja con rumbo a Vigo, a esperar ver como se solucionaban el problema en el país vecino.

Hasta recibir la orden del Gobierno de haberse terminado el problema, dio la orden a su vez a toda su división de arrumbar a Ferrol, donde arribaron el 27 de diciembre de 1833, quedando desembarcado por pasar a desarme de nuevo el navío Soberano.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Marinero Cante

Posted By on 22 de junio de 2021

Marinero Cante. Bou. Autor desconocido.

Construido por Astilleros Niclausse. En el río Sena. Francia.

Comprados los ocho por R.D. del 6 de mayo de 1924, ante la necesidad de buques pequeños por la guerra de África, fueron clasificados como guardapescas de la clase Condestable Zaragoza.

Desplazamiento: 150 tn. Dimensiones: Eslora 24’50 por 6 de manga y 2’73 metros de calado. Máquina de vapor alternativa con 300 C.V. a carbón. Velocidad: máxima 11 nudos. Armamento: un cañón Vickers de 76’2/50 m/m.

Con este buque, se supone hay un error en su nombre, porque los utilizados en los ocho buques correspondían, a algunos de los muertos en el combate de Santiago de Cuba, y de ser así, debería haberse llamado Marinero Canle, en memoria del marinero Juan Canle muerto abordo del Oquendo, pero en todas las fuentes consultadas, consta como en este historial.

Al producirse el alzamiento se encontraba con base en Rosas, en una de sus salidas al mar, fue avistado el 30 de octubre de 1936 a las 17:00 horas, por el crucero nacional Canarias, en su primera aparición en estas aguas, utilizó como casi siempre con estos buques menores, su artillería de 120/45 m/m, acertando con varios disparos, resultando hundido. En la misma zona se encontraba su hermano Torpedista Hernández.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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Tratado de Paz entre España y Portugal 1778

Posted By on 21 de junio de 2021

Tratado de amistad, garantía y comercio ajustado entre las coronas de España y de Portugal; firmado en el Pardo el 24 de marzo de 1778.

En el nombre de la Santísima Trinidad.

Por el artículo 1.º del tratado preliminar de límites felizmente concluido entre las dos coronas de España y Portugal y sus respectivos plenipotenciarios en San Ildefonso á 1.º de octubre del año próximo pasado de 1777, se confirmaron y revalorizaron los tratados de paz celebrados entre las mismas coronas en Lisboa á 13 de febrero de 1668, en Utrech á 6 también de febrero de 1715, y en París a 10 del propio mes de febrero de 1763, como si se hallasen insertos palabras por palabra en el mencionado tratado de 1777 en cuanto no fuesen derogados por él.

Los tratados de Lisboa y Utrech que van citados y se han renovado ahora, han sido, y especialmente el primero, la base y fundamento de la reconciliación y enlaces de las dos monarquias  española y portuguesa para llegar al estado en que se hallan hoy una respecto de otra; y por causa tan relevante fueron ambos tratados garantidos por los reyes de la Gran Bretaña, estipulándose formalmente esta garantía en el articulo 20 del tratado de Utrech de 13 de julio de 1713, celebrado entre la corona de España y la de Inglaterra. Pero asi como el ya citado de Paris de 10 de febrero de 1763 suscitó por las espresiones de su articulo 21 y otras, algunas dudas y dificultades, en cuya diversa intelijencia se han podido fundar muchas de las desavenencias ocurridas en América meridional entre los vasallos de ambas coronas; del propio modo otros articulos y espresiones de los tratados anteriores de Lisboa y de Utrech, y varios puntos que desde entonces quedaron pendientes y no se han esplicado hasta ahora, podrían producir en lo sucesivo iguales ó mayores disputas, ó á lo menos el olvido é inobservancia de lo pactado, originándose motivos de nuevas discordias. Deseando, pues, sus Majestades católica y fidelísima precaver para siempre aquellos riesgos, é impedir sus consecuencias, han resuelto por medio del presente tratado, para cumplir religiosamente el citado articulo 1.º del tratado de preliminar de 1777, dar toda la consistencia y explicación que piden los tratados antiguos que se han confirmado, estableciendo así la más íntima é indisoluble union y amistad entre ambas coronas, á que naturalmente las conducen la situación y vecindad de ellas, los antiguos y modernos enlaces y parentescos de sus respectivas soberanos, la identidad de orijen y el recriproco interés de las dos naciones. A fin, pues, de llevar á efecto tan plausible, grandes y provechosas ideas, el muy alto, muy poderoso y muy excelente príncipe don Carlos III, rey de España y de las Indias, y la muy alta, muy excelente y muy poderosa princesa doña Maria, reina de Portugal, de los Algarbes, etc. Acordaron nombrar  sus respectivos plenipotenciarios; es á saber, su Majestad católica el rey de España al excelentísimo señor don José Moñino, conde de Florida Blanca, caballero de la real órden de Carlos III, su consejero de estado, su primer secretario de estado y del despacho, superintendente general de correos terrestres y marítimos, y de las postas y rentas de estafetas en España y las Indias; y su Majestad fidelísima la reina de Portugal al excelentísimo señor don Francisco Inocencio de Souza Coutinho, comendador de la órden de Cristo, de su consejo y su embajador cerca de su Majestad católica; quienes enterados de las intenciones de sus respectivos soberanos, después de haberse comunicado sus plenipotencias, y hallándolas estendidas en debida forma, han convenido en nombre de ambos monarcas en los artículos siguientes.

Articulo 1.º

Conforme á lo pactado entre las dos coronas en dicho tratado renovado de 13 de febrero de 1668, y señaladamente en sus articulos 3.º, 7.º, 10.º y 11.º, y en mayor explicación de ellos, siguiendo otros tratados antiguos, á que se refieren dichos articulos, que se usaban en tiempos del rey don Sebastián, y los celebrados entre el España é Inglaterra en 15 de noviembre de 1630, y 23 de mayo de 1667, que también se comunicaron á Portugal, declaran los dos altos príncipes contrayentes por sí y en nombre de sus herederos y sucesores, que la paz y amistad que han establecido y que deberá observarse entre sus respectivos súbditos en toda la estension de sus vastos dominios en ambos mundos, haya de ser y sea conforme á la alianza y buena correspondencia que había entre las dos coronas en el referido tiempo de los reyes don Carlos I y don Felipe II de España, don Sebastian de Portugal, prestándose sus Majestades católica y fidelísima y sus vasallos los auxilios y oficios que corresponden á verdaderos y fieles aliados y amigos, de modo que los unos procuren el bien y utilidad de los otros, y aparten é impidan recíprocamente su daño y perjuicio en cuanto supieren y entendieren.

Articulo 2.º

En consecuencia de lo pactado y declarado en el articulo antecedente y de lo demas que espresan los tratados antiguos que se han renovado y otros á que ellos se refieren, que no fuesen derogados por algunos posteriores, prometen sus Majestades católica y fidelísima no entrar el uno contra el otro, ni contra sus estados en cualquier parte del mundo en guerra, alianza, tratado ni consejo, ni dar paso por sus puertos y tierras, auxilios directos ó indirectos, ni subsidios para ello de cualquiera clase que sean, ni permitir que los den sus respectivos vasallos: antes bien se avisaran recíprocamente cualquiera cosa que supieren, entendieren ó presumieren que se trata contra cualquiera de ambos soberanos, sus dominios, derechos, derechos y posesiones, ya sea fuera de sus reinos ó ya en ellos, por rebeldes ó personas mal intencionadas y descontentas de sus gloriosos gobiernos; mediando negociaciones y auxiliándose de común acuerdo para impedir ó reparar recíprocamente el daño ó perjuicio de cualquiera de las dos coronas, á cuyo fin se comunicarán y darán á sus ministros en otras córtes, como á los virreyes y gobernadores de sus provincias las órdenes é instrucciones que tengan por conveniente formar sobre este asunto.

Articulo 3.º

Con el propio objeto de satisfacer á los empeños contraídos en los antiguos tratados, y demás á que se refieren aquellos y que subsisten entre las dos coronas, se han convenido sus majestades católica y fidelísima en aclarar el sentido y vigor de ellos; y en obligarse, como se obligan, a una garantía reciproca de todos sus dominios en Europa é islas adyacentes, regalías, privilegios y derechos de que gozan actualmente en ellos; como tambien á renovar y revalidar la garantía y demas puntos establecidos en el articulo 25 del tratado de límites de 13 de enero de 1750, el cual se copiará á continuacion de este, entendiéndose los límites que allí se establecieron con respecto á la América meridional, en los términos estipulados y esplicados últimamente en el tratado preliminar de 1.º de octubre de 1777 y siendo el tenor de dicho articulo 25 como sigue: «Para mas plena seguridad de este tratado convinieron los dos altos contratantes de garantizarse recíprocamente toda la frontera y adyacencias de sus dominios en la América meridional, conforme arriba queda espresado, obligándose cada uno á auxiliar y socorrer al otro contra cualquiera ataque ó invasión hasta que en efecto quede en la pacifica posesión y uso libre y entero de lo que se le pretendiese usurpar, y esta obligación, en cuanto á las costas del mar y países circunvecinos á ellas, por la banda de su Majestad fidelísima se estenderá hasta las márgenes del Orinoco de una y otra parte, y desde Castillos hasta el estrecho de Magallanes; y por la parte de su Majestad católica se estenderá hasta las márgenes de una y otra banda del rio de las Amazonas ó Marañon, y desde el dicho Castillos hasta el puerto de Santos. Pero por lo que toca á lo interior de la América meridional será indefinida esta obligación, y en cualquiera caso de invasión ó sublevación, cada una de las dos coronas ayudará y socorrerá á la otra hasta ponerse las cosas en el estado pacifico.»

Articulo 4.º

Si cualquiera de los dos altos contrayentes sin hallarse en el caso de ser invadidos en las tierras, posesiones y derechos que comprenden la garantía del articulo antecedente, entrare en guerra con otra potencia, únicamente estará obligado el que no tuviere parte en la tal guerra á guardar y hacer observar en sus tierras, puertos, costas y mares la mas exacta y escrupulosa neutralidad; reservándose para los casos de invasion ó disposiciones para ella en los dominios garantidos, la defensa reciproca á que estarán obligados ambos soberanos en consecuencia de sus empeños que desean y prometen cumplir religiosamente, sin faltar á los tratados que subsisten entre los altos contrayentes y otras potencias de Europa.

Articulo 5.º

Siguiendo el concepto de los dos artículos inmediatos antecedentes, aunque por el articulo 22 de dicho tratado de San Ildefonso de 1º de octubre de 1777 se pactó que en la isla y puerto de Santa Catalina y sus costa inmediata, no se consentiría la entrada de escuadras ó embarcaciones estranjeras de guerra ó de comercio en la forma que allí se contiene, asi como el fin no fue faltar á la hospitalidad en los casos de necesidad absoluta y de arribadas forzadas, evitando los abusos de contrabando, de hostilidad ó de invasion contra la potencia amiga, tampoco lo fue impedir á las naves españolas el tocar en aquel puerto, ni en la costa de Brasil, cuando lo necesitasen, ni dejar de  darlas los auxilios y refrescos que corresponden á buenos amigos y aliados, guardando las leyes y prohibiciones del pais á que arribasen: lo cual han tenido por conveniente declarar sus majestades católica y fidelísima, para que por esta declaración se entienda y regule todo lo estipulado en cualquiera otra parte sobre este punto.

Articulo 6.º

Se observará exactamente lo estipulado en el articulo 18 del tratado de Utrech de 6 de febrero de 1715, celebrado entre las dos coronas: y en mayor explicación de él, y de los tratados y concordias antiguas del tiempo del rey Sebastian, declaran los dos altos príncipes contrayentes, que además de los crímenes especificados en dichas concordias, se comprenden y han de comprender en las espresiones generales de ellas como si individualmente se hubiesen nombrado, los delitos de moneda falsa, contrabando de estraccion ó introducción de materias absolutamente prohibidas en cualquiera de los dos reinos, y desercion de los cuerpos militares de mar ó tierra, entregándose los delincuentes y desertores; bien que de los castigos que se hayan de imponer á estos últimos se esceptua la pena de muerte á que no podrá condenárseles, ofreciendo ambos monarcas conmutarla en otra que no sea capital. Para facilitar la pronta aprehension y entrega de unos y otros, han resuelto los dos altos contrayentes se ejecute, sin exijir otro requisito, todas las veces que los reclamase el ministro o secretario de estado de los negocios extranjeros de cualquiera de las dos potencias, mediante oficio que pase para ello, ya sea directamente, ó ya por los respectivos embajadores de ambos soberanos; pero cuando sean los tribunales quienes soliciten la entrega de algun reo se observará las formalidades de estilo en las requisitorias establecidas desde el tiempo en que se ajustaron las mencionadas concordias. Finalmente, si sus Majestades católica y fidelísima tuviesen por conveniente hacer en lo sucesivo alguna nueva esplicacion sobre los particulares de que se trata este articulo, especificando algún otro caso determinado, ofrecen comunicárselo y ponerse de acuerdo amistosamente, mandando se observe lo que arreglen entre sí, como todo lo que aquí va estipulado, para cuyo cumplimiento espedirán desde luego las órdenes conducentes.

Articulo 7.º

Por el artículo 17 del tratado de Utrech ya referido de 6 de febrero de 1715 se capitulo que las dos naciones española y portuguesa gozarían recíprocamente en sus respectivos dominios de Europa de todas las ventajas en el comercio, y de todos los privilegios, libertades y exenciones que se habian concedido hasta entonces, y concederian en adelante á la nacion mas favorecida y la mas privilejiada de todas las que traficaban en ellos; y ademas  de lo contenido en dicho articulo, para no dejar incertidumbre alguna en lo convenido, se pactó por otro articulo separado que restableciéndose el comercio entre las dos naciones, y continuando en el estado que se hacia antes de la guerra que precedió al mismo tratado, subsistiria así hasta que se declarase la conformidad en que debia correr dicho comercio. En consecuencia, pues, de dichos articulos, y de haberse renovado, revalidado y ratificado en el articulo 1.º del tratado preliminar de limites todo el tratado de Utrech, se han prometido sus Majestades católica y fidelísima cumplir y observar exactamente y en forma especifica el contesto de los citados artículos 17 y separado, como literalmente consta de ellos.

Articulo 8.º

Para hacer la declaracion reservada en dicho articulo separado, de la conformidad ó del modo en que deberia correr el comercio entre las dos naciones se han convenido sus Majestades católica y fidelísima en que se tomen por normas los artículos 3.º y 4.º del tratado celebrado entre las dos coronas el 13 de febrero de 1668, garantido por la gran Bretaña, y renovado ó ratificado igualmente en el articulo 1,º del tratado prelimitar de limites, en cuanto fueren adaptables; los cuales articulos son á la letra como sigue ­Articulo 3.º «Los vasallos y moradores de las tierras poseidas por uno u otro rey, tendrán toda buena correspondencia y amistad sin mostrar sentimiento de las ofensas y daños pasados, y podrán comunicar, entrar y frecuentar los limites de uno y otro; y usar y ejercer el comercio con toda seguridad por tierra y por mar, en la forma y manera que se usaba en tiempo del rey don Sebastian. Articulo 4.º Los dichos vasallos y moradores de una y otra parte tendrán reciprocamente la misma seguridad, libertades y privilejios que estan concedidos á los súbditos del serenísimo rey de la Gran Bretaña por el tratado de 23 de mayo de 1667 y otro del año de 1630, en lo que no se deroga por este, de la misma forma y manera que si todos aquellos articulos en razon  del comercio é inmunidades tocantes á él fuesen aqui espresamente declarados, sin escepcion de articulo alguno, mundando solamente el nombre en favor de Portugal. Y de estos mismos privilejios usará la nacion portuguesa en los reinos de su Majestad católica, segun y como lo practicaba en tiempos del rey don Sebastian.»

Articulo 9.º

En consecuencia de lo pactado en el articulo antecedente será comun á las dos naciones española y portuguesa todo el referido tratado de 23 de mayo de 1667, celebrado con la Gran Bretaña, sin mas modificaciones ó explicaciones que aquellas mismas que hayan ocurrido entre las dos coronas de España e Inglaterra, reservándose á las dos naciones española y portuguesa las ampliaciones que por privilejios antiguos de sus respectivos monarcas se las hayan concedido, y hayan gozado en el reinado del rey don Sebastian.

Articulo 10.º

Para complemento de los artículos antecedentes y de dichos tratados, y para que haya la mayor exactitud y claridad en su ejecucion, se reconocerán las listas y aranceles de 23 de octubre de 1668 y demas que se hubiesen formado para el cobro de derechos de los frutos y mercaderias que entrasen y saliesen de España para Portugal y de Portugal para España por sus puertos de mar y tierra, y de comun acuerdo se arreglarán, ampliarán o modificarán segun el tenor de dichos tratados, guardando proporcion á las variaciones que puede haber causado el tiempo en los nombres y precios de dichos frutos y mercaderias, aumento ó disminucion de sus géneros y especies y otras particularidades.

Articulo 11.º

En dichas listas ó aranceles se especificarán tambien las prohibiciones que deban quedar subsiguientes sobre introducciones de algunos géneros y frutos de cualquiera de las dos monarquías en los dominios de la otra; y desde luego se han convenido sus Majestades católica y fidelísima en que de tales prohibiciones se alzarán todas las que no sean absolutamente necesarias para el buen gobierno interior de las mismas dos monarquías, guardándose en este punto recíprocamente ambas naciones una consideración igual á la que tuvieren y observaren con otras de las mas favorecidas; de modo que se aparte toda odiosidad particular, y se cumplan religiosamente los artículos de dichos tratados de 1667, 1668 y 1715, en que asi está capitulado y garantizado.

Articulo 12.º

Asimismo se formará una coleccion de los privilejios de que han gozado las dos naciones en tiempos del rey don Sebastian; y dicha colección autorizada con las debidas solemnidades se estimará y tendrá como parte de este tratado al modo que lo será tambien y se tendrá por tal listas o arancel de derechos que se ha citado en el articulo antecedente.

Articulo 13.º

Deseando sus Majestades católica y fidelísima promover las ventajas del comercio de sus respectivos súbditos, las cuales pueden verificarse en el que recíprocamente hicieren de compra y venta de negros, sin ligarse á contratos y asientos perjudiciales, como los que en otro tiempo se hicieron con las compañias portuguesas, francesa é inglesa, las cuales fue preciso cortar ó anular, se han convenido los dos altos príncipes contrayentes en que para lograr aquellos y otros fines y compensar de algun modo las cesiones, restituciones y renuncias hechas por la corona de España en el tratado preliminar de límites de 1º de octubre de 1777 cederia su Majestad fidelísima, como de hecho ha cedido y cede, por sí y en su nombre de sus herederos y sucesores, á su Majestad católica y los suyos en la corona de España, la isla de Annobon, en la costa de Africa, con todos los derechos, posesiones y acciones que tiene á la misma isla, para que desde luego pertenezca á los dominios españoles del propio modo que hasta ahora ha pertenecido ä los de la corona de Portugal; y asimismo todo el derecho y acción que tiene ó puede tener á la isla de Fernando Pó en el golfo de Guinea, para que los vasallos de la corona de España se puedan establecer en ella, y negociar en los puertos y costas opuestas á la dicha isla, como son los puertos del rio Gabaon, de los Camarones, de Santo Domingo de Cabo Fermoso y otros de aquel distrito, sin que por eso se impida ó estorbe el comercio de los vasallos de Portugal, particularmente de los de las islas del Príncipe y de Santo Tomé, que al presente van, y que en lo futuro fueren á negociar en dicha costa y puertos, comportándose en ellos los vasallos españoles y portugueses con la mas perfecta armonía, sin que por algún motivo ó pretesto se perjudiquen ó estorben unos á otros.

Articulo 14.º

Todas las embarcaciones españolas, sean de guerra ó de comercio de dicha nación que hicieren escala por las islas del Principe y de Santo Tomé, pertenecientes a la corona de Portugal, para refrescar sus tripulaciones, ó proveerse de viveres ú otros efectos necesarios serán recibidas y tratadas en las dichas islas como la nación mas favorecida: y lo mismo se practicará con las embarcaciones portuguesas de guerra ó de comercio que fueran á la isla de Annobon ó á la de Fernando Pó, pertenecientes a su majestad católica.

Articulo 15.º

Ademas de los auxilios que recíprocamente se habrán de dar las dos naciones española y portuguesa en dichas islas de Annobon y Fernando Pó, y en las de Santo Tomé y del Principe, se han convenido sus Majestades católica y fidelísima en que en las mismas pueda haber entre los súbditos de ambos soberanos un tráfico y comercio franco y libre de negros; y en caso de traerlos la nación portuguesa á las referidas isla de Annobon y de Fernando Pó, serán comprados y pagados pronta y exactamente, con tal que los precios sean convencionales y proporcionados á la calidad de los esclavos, y sin esceso á los que acostumbren suministrar o suministraren otras naciones en iguales ventas y parajes.

Articulo 16.º

Igualmente ofrece su Majestad católica que el consumo de tabaco de hoja que hiciere para dicho comercio en las referidas islas y costas inmediatas de Africa será por espacio de cuatro años del que producen los dominios del Brasil; á cuyo fin se arreglará contrata formal con la persona ó personas que destinare la corte de Lisboa, en la que se especificarán las cantidades de tabaco, precios y demas circunstancias que correspondan á este punto; y pasados dichos cuatro años, con mayor conocimiento se podrá tratar de prorogar ó no el contrato que desde luego se hiciese, y de ampliar, modificar ó aclarar sus condiciones.

Articulo 17.º

Pudiendo los artículos de este tratado ó alguno de ellos ser adaptables á otras potencias que los dos altos contrayentes tengan por conveniente convidar á su accesion, se reservan sus Majestades católica y fidelísima ponerse de acuerdo sobre este punto, y arreglar en todas partes el modo de ejecutarlo con respecto al interés reciproco de las dos coronas y de aquella o aquellas que hubieren de ser convidadas ó desearen acceder.

Articulo 18.º

Ambos príncipes contrayentes cuidarán de publicar en sus dominios y hacerse saber á todos sus vasallos los pactos y obligaciones de este tratado, encargando la mayor parte exactitud en su observancia y ejecucion, y haciendo castigo rigurosamente á los contraventores.

Articulo 19.º

El presente Tratado se ratificará en el preciso término de quince dias despues de firmado, ó antes si fuere posible. En fé de lo cual,  nosotros los infraescritos ministros plenipotenciarios firmamos de nuestro puño, en nombre de nuestros augustos amos, y en virtud de las plenipotencias con que para ello nos autorizaron, el presente tratado, y le hicimos sellar con los sellos de nuestra armas. Fecho en el real sitio del Pardo á 11 de marzo de 1778.—El conde de Florida Blanca.—Don Francisco Inocencio de Souza Coutinho.

Su Majestad católica ratificó el anterior tratado por instrumento espedido en el mismo sitio del Pardo el 24 de dicho mes y año, refrendado del secretario de estado y del despacho de Indias, don José de Galvez.

Se ha intentado guardar la grafía de la época, pero a veces el corrector nos ha gastado alguna que otra, aunque se ha revisado en dos ocasiones, intentando con ello sea lo más fiel posible a lo leído, que a su vez, por estar impreso y no poder contrastar con el original, al final no sabemos de quien puede ser la culpa, si era la forma de escribir del momento, o al imprimirlo se han cometido los errores ortográficos, sobre todo con los acentos.

Bibliografía:

Cantillo, Alejandro del.: Tratados de Paz y de Comercio, desde 1700 hasta el día. Imprenta de Alegria y Charlain. Madrid, 1843.

Transcrito por todoavante, s. e. u. o. ©

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Reales Decretos de perdón y amnistía 1832-1837

Posted By on 20 de junio de 2021

Todo empezó a cambiar al caer gravemente enfermo el Rey y ser nombrada su esposa, la Reina Regente doña María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, quien por su afán de reconciliación en España, le llevó a firmar la amnistía promulgada por Real orden del 19 de octubre de 1832.

Viendo no surtía el efecto deseado la Reina Regente firmó otro nuevo Real decreto del 22 de marzo de 1833, ampliando la amnistía aboliendo toda persecución dictada por don Fernando VII ya muy enfermo, ello abría las puertas para poder regresar a muchos más, pero algunos estaban muy bien en su país de acogida y por haberse portado muy bien con ellos, no hicieron caso.

De nuevo la Reina firmó otro Real decreto del 30 de diciembre de 1834, con éste ya se recuperaban todos los bienes y empleos, pero también algunos hicieron oídos sordos, por último se publicó el que en el fondo todos deseaban, así por Real decreto de febrero de 1837 todo regresaba a la situación anterior al Real decreto de don Fernando VII del 1 de octubre de 1823, por el cual salieron de España cientos de personas entre ellos algunos marinos y militares, por correr peligro sus vidas y las de sus familiares, quedando sin mancha sus carreras.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Infantería de Marina sublevación oficiales en Cádiz 1831

Posted By on 18 de junio de 2021

Se produjo una rebelión de oficiales del Cuerpo de Infantería de Marina en su cuartel de San Fernando en marzo, al parecer provocado por el constante retraso de las pagas.

Se encontraba de licencia en Madrid don Bernardo Tacón cuando sucedió, las tropas del ejército lo sofocaron, poniendo en libertad a todos los mandos, Tacón recibió la orden de pasar inmediatamente al Departamento, para tomar el mando de la Mayoría General del mismo interinamente, fortaleciendo el Cuerpo con sus sabias medidas, permaneció hasta el 28 de noviembre siguiente, por pasar a tomar el mando del Segundo batallón.

Pero don Domingo Monteverde y Rivas, como jefe que era de la Brigada Real de marina, junto al capitán general del Departamento don José de Quevedo y el comandante general del Arsenal de La Carraca don Joaquín María Pery, pasaron por un consejo de guerra, para dirimir su conducta en los hechos recientemente pasados, oídos por el alto tribunal tomaron la decisión de absolverlos y por estar fuera de toda duda su intervención, fueron absueltos y repuestos en su cargo sin figurar en su expediente.

Por contra don Marcelino de Dueñas, se vio implicado casi como cabecilla del levantamiento de los Batallones de Infantería de Marina destinados en el Arsenal, viéndose obligado primero a ocultarse y posteriormente refugiarse en Gibraltar, donde lo pasó muy mal por no tener conocidos que le pudieran auxiliar ni sueldo.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Monturiol-Knight Errant

Posted By on 17 de junio de 2021

Construido en Reino Unido, 1905.

Desplazamiento: 147’5 tn. Dimensiones: Eslora 29’10 por 6’60 de manga y 3’35 metros de calado. Máquina de vapor, de 170 C.V. y caldera de 12 Kg. Velocidad: máxima 8’5 nudos.

Remolcador con el nombre de Knight Errant, fue comprado en 1925 por Remolcadores de Barcelona, S. A. renombrándolo Monturiol, es un caso curioso, pues fue encontrado en la mar, al entrar los nacionales en Barcelona, se supo de su existencia el 24 de enero de 1939, por ser avistado por la aviación nacional, pero muy cerca de Soller, abandonado y a la deriva, se notificó su presencia y el Almirante ordenó al crucero Navarra, acudiera para averiguar que pasaba y darle remolque a Palma, pero se zafó el cable el 25, yéndose a pique en la madrugada del 26 de enero, en aguas cercanas a esta base nacional.

La gran duda por falta de datos, es saber la razón por la que se encontraba allí, cuando su base era Barcelona, siendo muy probable hubiera huido, al saber lo cerca que estaban los nacionales de tomar la ciudad, y casi sin dudas en él irían personajes que, para nada querían quedarse en la ciudad, por algo sería. Como siempre con estos buques, hay más preguntas que respuestas y a veces muchas suposiciones, causadas por la desorganización casi total de la marina gubernamental, causada por la falta casi total de mandos profesionales, y sobre todo de los cuadernos de bitácora, pues casi nadie los utilizaba en esta marina.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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Santo Domingo inicio incorporación 1830

Posted By on 16 de junio de 2021

En mayo el general Laborde cruzó con la fragata Restauración y la corbeta Cautiva por aguas de la isla de Santo Domingo, en apoyo de un partido que deseaba la reunificación con España. (Aunque nada se hizo en estos momentos, en 1861 se llevó a cabo); se mantuvo en crucero durante ochenta días, los cuales aprovechó para rectificar la situación del bajo de los Alacranes.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Bergantín Jason 1819

Posted By on 14 de junio de 2021

Bergantín construido en Cartagena en 1819.

Aparece también escrito como Jasson.

Armado con 22 cañones.

En 1822 se formó una agrupación al mando del brigadier don José Ramón de Obregón, compuesta por el navío Guerrero, la fragata Perla y el bergantín Jason, para acudir a Nápoles en apoyo de los constitucionalistas que se oponían al ejército austriaco.

En abril de 1826 llega a las costas de Cádiz tras un crucero por el Mediterráneo con los buques Diligente, Jacinta y Andaluza, manteniéndose navegando en unión del bergantín Voluntario, que salió de Cádiz para incorporarse a la división.

En junio de 1826 se encontraba escoltando un convoy por el estrecho desde la costa de Cantabria con los bergantines Diligente y Jacinta y la goleta Andaluza.

El 7 de agosto de 1829 se mandó alistar en Ferrol una división al mando del jefe de escuadra don José Sartorio para trasladarse a Nápoles y traer a España a la cuarta esposa de Fernando VII, María Cristina de Borbón. La división quedó compuesta por la corbeta Diana y los bergantines Realista, Jason y Relámpago. Ante una fuerza tan poco representativa, María Cristina se trasladó a Madrid por tierra.

En 1829 es destinado a la Habana con la corbeta Diana. Dieron escolta a un buque mercante que llevaba 600 hombres de marinería para la escuadra de la Habana. El 16 de abril de 1830 regresa a Cádiz desde la Habana con la fragata mercante Socorro.

En 1831 es destinado a escoltar un convoy con pólvora a San Sebastián. A causa de un temporal entra en Santoña, quedando varado y perdiendo el timón. Regresó a Ferrol y después a Cádiz el 1º de diciembre de 1831.

Al mando del capitán de fragata don Guillermo de Aubarede y Pérez de la Calle es enviado en 1835 a la costa de Cantabria durante la primera guerra carlista. En mayo de 1836 se hace cargo de su mando en Santander el teniente de navío don José María Bustillos, desde donde hizo viaje a Pasajes y Santoña para embarcar artillería y pertrechos destinados al sitio de Bilbao. Cesó en el mando del bergantín el 31 de octubre de 1837 para mandar el bergantín Héroe.

A finales de noviembre de 1839 se encontraba en Veracruz con base en el apostadero de la Habana, al igual que en los años siguientes. En una de sus travesías regresó a Cádiz el 3 de noviembre de 1846.

El 12 de octubre de 1850 embarcan en Cádiz una compañía del regimiento de infantería Rey, zarpando con la fragata Isabel II y el bergantín transporte General Laborde. Llegan a la Habana el 24 de noviembre de 1850.

En 1859 se utilizaba como buque transporte. Dado de baja ese mismo año.

Bibliografía:

Gaceta de Madrid, nº 48. Cádiz, 11 de abril. Publicado el Jueves, 20 de abril de 1826, página 188.

Gaceta de Madrid, nº 57. Martes, 11 de mayo de 1830, página 236.

Bordejé y Morencos, Fernando de.: Crónica de la Marina española en el siglo XIX, 1800-1868. Tomo I. Ministerio de Defensa. Madrid, 1999.

Estado General de la Real Armada. Año 1830. Imprenta Real. Madrid.

Ibo Alfaro, Manuel.: La Corona de Laurel. Tomo II. Madrid, 1861.

Los Ministros de España, desde 1800 a 1869. J. Cabrera y Compañía Editores. Tomo III. Madrid, 1870.

Montero y Aróstegui, José.: Historia y descripción de la ciudad y departamento naval del Ferrol. Imprenta de Beltrán y Viñas. Madrid, 1859.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería biográfica de los Generales de Marina. Madrid, 1873.

Sagra, Ramón de la.: Historia física, política y natural de la isla de Cuba. Tomo II. París, 1842.

Serrano Mangas, Fernando.: La Armada española ante los corsarios colombianos de 1826. Revista de Historia Naval. Año 1983, nº 2.

Soto y Clonard, Conde de Clonard, Serafín María de.: Historia orgánica de las armas de infantería y caballería. Tomo XIII. Real Academia de la Historia. Madrid, 1858.

VV.AA.: El Buque en la Armada española. Editorial Sílex. Madrid, 1999.

Zamora y Coronado, José María.: Biblioteca de legislación ultramarina. Tomo I. Madrid, 1844.

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Viaje regio frustrado 1829

Posted By on 14 de junio de 2021

Por Real orden del 20 de julio, se le ordena presentarse y se le nombra a don José Sartorio, para la cumplir la comisión de formar escuadra, para lo que se desplazó a Ferrol, al llegar eligió los buques; corbeta Diana, bergantines Realista, Jasón y Relámpago, zarpando todos enarbolando insignia en el Realista, con rumbo a la bahía de Cádiz donde arribaron el 7 de agosto, pero pocos días después se le comunicó a don José Sartorio que la futura Reina doña María Cristina de Borbón, a por quien viajaba la división a Nápoles para traerla a España, para contraer matrimonio con don Fernando VII, había decidido realizar el viaje por tierra. Se disolvió la división razón por la que el general regresó a Madrid.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Torpedero Nº 3

Posted By on 13 de junio de 2021

Torpedero Nº3 y cañonero Lauria. Casau Cartagena.

Construido en Cartagena, España, 1912.

Desplazamiento: 180 tn. Dimensiones: Eslora 50, por 5 de manga y 1’47 metros de calado. Armamento 3 cañones Vickers de 47/50 m/m y un 45/46 m/m K-21 DCA (1) URSS, tres tubos lanzatorpedos, en dos montajes, uno simple y otro doble de 450 m/m. Llevaban un varadero con 12 minas para ser lanzadas. Máquina: Turbinas Parsons, alimentadas por calderas Normand, proporcionando 3.750 C.V. Velocidad máxima, según estado de la mar, entre 26 y 28 nudos, aunque en esta época, por sus mucho años sobre el líquido elemento, no daban más de 17 a tiro forzado.

(1) DCA, es como se llamaba en España la Defensa Contra Aeronaves, la cual se perdió al llegar los buques USA, pasando a ser denominada como A/A, Artillería Antiaérea, pero como los de estos historiales aún faltaban años para su venida, se les denomina como corresponde.

Era el único buque de guerra de la Armada Española en el Cantábrico, desde 1931 su base estaba en Pasajes, con la misión de patrullar en el río Bidasoa la frontera con Francia, estando al mando el teniente de navío D. Amador González Posada y Rodríguez, quien lo era desde el 24 de septiembre de 1935 y su segundo el alférez de navío D. Miguel Domínguez Sotelo.

Al producirse el alzamiento, la dotación se proclamó por la República, siendo apresados el comandante y su segundo, pasando a tomar el mando el auxiliar 2º maquinista Guillermo Aneiros Monday, (que sabría alguien que, de estar en las máquinas, subiera al puente) el día 19 de julio recibió la orden de hacerse a la mar y apresar el vapor correo Romeu, quien hacía la ruta regular Santander-La Coruña, pero no logro cumplir la misión, el 21 entro en Pasajes, el 22 seguido salió de éste puerto con rumbo a San Sebastián, para dar apoyo con sus fuegos a las tropas sitas en el Gran Casino, pero al entrar en la bahía de la Concha, la artillería de costa situada en Amezagaña lo llegó a centrar, por ello fue a buscar refugio a sotafuego del destructor HMS Veteran, aprovechando que el fuego cesó, salió de su refugio y bombardeo el hotel María Cristina, al lograr algún impacto, viró y puso rumbo a su base de Pasajes.

El 2 de agosto zarpo con rumbo Fuenterrabía, al llegar decidió arrumbar a San Juan de Luz en Francia, donde los dos comandantes pudieron saltar a tierra y por la ayuda de una organización regresar a la España nacional, en éste puerto al parecer tomo el mando el auxiliar naval Cesáreo Sanjurjo Pérez, seguido por los ayudantes de la C.N.T. y F.A.I. dando la orden de regresar a Pasajes, al llegar se le entregó el mando al teniente de navío D. Evaristo López Rodríguez el 8 de agosto, (éste oficial posteriormente pasó al destructor José Luis Díez, de donde pudo pasarse a los sublevados), pero vigilado por los miembros de los dos sindicatos mencionados; se le desmontó una de sus piezas de artillería, para reforzar la protección de Bilbao, a su vez recordar que nunca pudo llevar los torpedos, por estar casi desarmados todos estos buques.

Permaneció en su base de Pasajes de donde muy pocas veces salió al mar, al caer Irún e 4 de septiembre, se le ordeno trasladarse a Fuenterrabía, a su vez el nuevo comandante era el auxiliar 2º naval Juan Sobiert Poith, quien intento en varias ocasiones convencer al comité de abordo, para trasladarse a un puerto francés, pero no lo consiguió, al entrar las tropas sublevadas ordeno salir, pero lo varó a propósito.

Al comprobar que no llegaban los enemigos, se pudo poner a flote, y poner rumbo a Pasajes, donde pasados unos días, tomo el mando el alférez de navío D. Julián Sánchez Gómez, pero sin salir de puerto, ya que no tenía ni munición suficiente para enfrentarse a los sublevados, patrullando entre su base y Bilbao, pero siempre evitando el enfrentamiento, a su vez y por descuido, el comandante murió al explotar una mina que había rescatado, pero efectuando el trabajo de dragado en otro buque de la ría de Bilbao.

Fue nombrado nuevo comandante el 26 de enero de 1937, recayó en el teniente de navío D. José Ruiz de Ahumada, no saliendo muchas veces, al ser tomada Bilbao el 14 de junio por los sublevados, salió del puerto adentrándose en la ría del Nervión, para hundir el buque en ella, pero se negó, dando la orden de arrumbar a Castro Urdiales, pasando conforme iban avanzando las tropas por tierra a Santoña y por último entro en Santander, donde permaneció el resto del poco tiempo que, les quedaba a los sublevados para dar por finalizada la campaña del norte, navegando entre su base y Santoña.

Al ver que no podía esperar más tiempo, sobre todo al caer Santander el 25 de agosto, salió a la mar con rumbo al puerto de El Musel (Gijón), donde permaneció hasta el 29 de agosto, por recibir la orden de salir, arribando a Ribadesella, pero el continuo avance de las tropas nacionalistas, le obligaba a ir buscando nuevo refugio, el 3 de septiembre a pesar de su mal estado pasaron a embarcar la dotación del sumergible C-6, más una parte importante del Estado Mayor de la marina vasca, saliendo con su carga extra de casi 90 personas con rumbo a Francia, logrando zafarse de los buques sublevados que, prácticamente ya eran dueños de la mar, entrando de noche en el puerto francés de Le Verdon-Pauillac, quedando amarrado a uno de sus muelles.

Su estancia no fue nada favorable, por la negativa de las fuerzas militares francesas a que pudieran desembarcar, por ello la dotación como pudo fue desembarcando, pero lo lograron algunos pasando de nuevo a España. Del buque no hay más noticias, pues aun estando con su dotación fue prácticamente desarmado y desmantelado, quedando en sí con su casco y máquinas, sin poder ser usado ni a favor ni en contra, por ello al llegar la paz, de acuerdo con las autoridades francesas, fue remolcado a Bilbao donde fue desguazado.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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Brigada Real de Marina creación 1827

Posted By on 12 de junio de 2021

En este año fue creada la Brigada Real de Marina, reuniendo por primera vez las armas de Infantería y Artillería de Marina, siendo nombrando su coronel general, el jefe de escuadra don Domingo Monteverde y Rivas por Real orden del 24 de junio.

En la actualidad sería el equivalente a General de División o Vicealmirante, y es curioso que el grado sigue siendo el mismo, como a tal Jefe del Real Cuerpo de Infantería de Marina.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Cayo Hueso bloqueo por estar refugiados insurgentes 1827

Posted By on 11 de junio de 2021

Siendo conocedor del desastre sufrido por la escuadra, el comodoro Poters con sus fuerzas navales intentó interceptar el tráfico marítimo, por ello el 29 de enero la división naval al mando del brigadier don Ángel Laborde, por estar ya reparados sus componentes, siendo la fragata Lealtad, corbeta Aretusa y bergantines Hércules y Amalia, dieron la vela en busca del insurgente, al ser localizado buscó refugio en Cayo Hueso, don Ángel no se lo pensó, bloqueó el puerto con la escuadrilla mejicana al mando del comodoro Poters en su fondeadero, como era territorio de los Estados Unidos entró y desembarcó llamando al Cónsul español, le explicó la razón de su presencia y advirtiera a las autoridades no cejaría en el bloqueo hasta hacerse con los buques piratas, pasados unos meses y viendo el británico que nada podía hacer, se vio obligado a vender sus buques, zarpando como un viajero más en un mercante, por ello quedo deshecha la incipiente unidad naval militar mejicana.

Pudo realizar esta acción de fuerza, gracias a que en el apostadero de la Habana no se paraba ni de día ni de noche en la reparación de los buques dañados por el tremendo temporal, siendo la Perla la que se pudo incorporar al bloque un tiempo más tarde, como lo iban haciendo el resto de sus compañeras, pues se encargaba de agilizar los trabajos el Segundo en el mando del apostadero de don Juan Bautista Topete.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Torpedero Nº 14

Posted By on 10 de junio de 2021

Torpedero Nº 14. Casau. Cartagena.

Construido en Cartagena. España, 1916.

Desplazamiento: 180 tn. Dimensiones: Eslora 52’25, por 5’24 de manga y 1’47 de metros de calado. Armamento 3 cañones de 47/50 m/m y un 45/46 m/m K-21 DCA (1) URSS, tres tubos lanzatorpedos, en dos montajes, uno simple y otro doble de 450 m/m, con torpedos A/08. Llevaba un varadero con 12 minas para ser lanzadas. Máquina: Turbinas Parsons, alimentadas por calderas Normand, proporcionando 3.750 C.V. Velocidad máxima, según estado de la mar, entre 26 y 28 nudos, aunque en esta época por sus muchos años, no pasaba de los 17.

Se encontraba destinado en Cartagena, junto a los 20 y 21, al producirse el alzamiento quedo afecto al gobierno de Madrid, era su comandante el teniente de navío D. Fernando Oliva Llanusi, recibiendo la orden de salir con rumbo a Algeciras, lo que efectuó a la 14:00h del 18 de julio de 1936, entrando en su destino el 20 seguido, al entrar la dotación empezó a estar intranquila, decidiendo pasar a Gibraltar a esperar acontecimientos, abarloándose al acorazado Jaime I que allí estaba, su comandante dio la orden al del torpedero de pasar a Málaga, para más tarde regresar a su base de Cartagena, un tiempo después, se nombró comandante al capitán de corbeta D. Juan González Mosquera, en su misión principal, la guerra contra sumergibles, el 28 de marzo de 1938 avistó uno cerca del cabo Tiñoso, poco después lo perdió.

Durante toda la guerra estuvo en la salvaguarda del puerto de Cartagena, con pequeñas salidas diarias y control en las cercanías de ella, al entrar los nacionales lo encontraron, no estaba mal del todo, por ello se le reparó y continuo en la Marina, hasta ser dado de baja en la LOBA el 8 de octubre de 1949.

(1) DCA, es como se llamaba en España la Defensa Contra Aeronaves, la cual se perdió al llegar los buques USA, pasando a ser denominada como A/A, Artillería Antiaérea, pero como los de estos historiales aún faltaban años para su venida, se les denomina como corresponde.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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Demostración de fuerza en el seno mejicano 1826

Posted By on 9 de junio de 2021

Fue ascendido don Ángel Laborde al grado de brigadier y al poco tiempo recibió como apoyo de sus fuerzas navales el navío Guerrero, en el que arboló su insignia y formando división se le unieron, la ya reparada fragata Constitución, Lealtad, Iberia, Perla, Casilda y la goleta Habanera, zarpando del puerto de la Habana, visitando el puerto de Kinston de la isla de Jamaica, así como mostrar pabellón en las plazas de Santa Marta y Cartagena de Indias, consiguiendo con ello que los insurrectos desarmasen sus buques grandes, desistiendo de esta forma de cualquier acción en contra de la armas Reales, respetando así las islas españolas de Puerto Rico y Cuba.

Al terminar esta demostración de fuerza arribaron a la Habana el 27 de junio, zarpando de nuevo el 28 de agosto con rumbo a Costa Firme, estando en el canal nuevo de Bahama a la altura del abra de Charleston, entre los días 4 á 6 de septiembre se levantó un tremendo huracán que desperdigó todos los buques por lo que cada comandante se lo tuvo que solucionar por sus medios, consiguiendo todos en diferentes días ir arribando al puerto de salida, pero la Constitución fue la que peor lo pasó y gracias a la pericia de Chacón logro arribar, eso sí desarbolada por completo y con tortores para que no se deshiciera, en tan mal estado quedó que se le dio por inservible por el ingeniero quedando para desarme y aprovechar la madera para reparar otras, perdiéndose solo la goleta Habanera.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Tarragona huracán 1821

Posted By on 8 de junio de 2021

El 27 de marzo seguido don Agustín Aguilar Tablada recibió la Real orden otorgándole el mando de la goleta Justina, con ella estuvo practicando el corso sobre las costas norteafricanas, arribando a la bahía de Cádiz, poco después por orden del 11 de abril seguido zarpó con rumbo al puerto de Barcelona, permaneciendo en aquellas aguas como guardacostas, realizando una recalada en el puerto de Tarragona, estando en él el 4 de diciembre continuo, sobrevino un fortísimo temporal que aparte de hundir su goleta, ocurrió lo mismo con otros setenta y dos buques, este dato puede acercarnos a la idea de lo tremendo que fue el accidente natural.

Mandó y él mismo practicó el buceo para recuperar lo máximo posible de todos los enseres de su buque, aparte por supuesto de sacar del fondo toda la artillería, balas, sables, fusiles y demás materiales aprovechables después de un naufragio.

Bibliografía:

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.

Fernández Duro, Cesáreo.: Naufragios de la Armada Española. Establecimiento tipográfico de Estrada, Díaz y López. Madrid, 1867.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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Jean Parisot de la Valette

Posted By on 7 de junio de 2021

Jean Parisot de la Valette. Wikipedia

Gran Maestre de la Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta.

Descendía de una familia de arraigo y nobleza antigua tolosana, viniendo al mundo en 1494, siendo admitido muy joven en la Orden donde cursó sus estudios y corrió caravanas. En 1530 se distinguió en la defensa de la isla de Malta. Por sus destacados méritos, en 1537 se le nombró Comendador y Gobernador de Trípoli.

El 21 de agosto de 1557, sucedió como Gran Maestre de la Orden a don Claudio de La Sangle. Su impronta le permitió mantener una política de firmeza, gracias a ella restableció la unión y disciplina de las tropas de la Orden, así como demostrar su poder sobre las provincias de Germania y Venecia. Como buen conversador era dúctil en el habla y convencía fácilmente, a parte de la existencia de las inmejorables relaciones con España, pues no en balde el rey don Carlos I hizo cesión de la isla a la Orden en 1530, para darles una nueva ubicación al ser expulsados de Rodas en 1522 por el sultán turco Solimán el Magnífico.

Por un ataque turco a Trípoli ésta se perdió, llevándole a tratar con el almirante don Juan de la Cerda, quien lo era del reino de España, donde a la sazón reinaba don Felipe II, para con el consentimiento de S. M., fuera posible realizar un esfuerzo bélico y recuperar dicha plaza.

Se reunieron las escuadras de la Toscana, Roma, Malta, Sicilia, Génova y Nápoles, a las órdenes del duque de Medinaceli a la sazón virrey de Sicilia, saliendo en octubre de 1559, estando en la mar se declaró una epidemia obligando a buscar puerto, La Valette ofreció llegar a Malta siendo admitido por todos, pero se vieron forzados a permanecer dos meses, dando así tiempo a reforzarse los turcos impidiendo poder llevar a cabo el ataque.

En 1565 el Sultán Solimán II, viendo no había forma de apoderarse de la pequeña isla que tanto le estorbaba en sus navegaciones o depredaciones, ordenó poner fin al dominio de la isla. Para ello reunió una de las mayores fuerzas navales y del ejército, vistas hasta entonces en este siglo, pues la componían más de doscientos buques y cuarenta mil soldados transportados en ellos, siendo puestos a las órdenes de Dragut, uno de sus jefes preferidos y más valerosos. Las previsoras medidas adoptadas por La Valette, convirtieron al puerto de la capital en una verdadera fortaleza casi inexpugnable, permitiéndole soportar el asedio de los turcos por espacio de cuatro meses.

Al llegar las primeras noticias de la grave situación de la isla, se armaron las escuadra españolas, concentrándose todas ellas en la isla de Sicilia, desde donde se hicieron a la vela y acudieron en su auxilio, cuya llegada el 7 de septiembre de 1565 cogió de sorpresa a los turcos, habiendo muerto unos días antes su jefe Dragut por un disparo en la cabeza en uno de los asaltos, esto debió mermar la moral entre los suyos quienes decidieron apresuradamente abandonar el asedio, abordaron sus naves aproando a su país, llamado la Sublime Puerta.

Al sufrir este nuevo ataque, aún si cabe se mejoraron las defensas de la plaza, para ello ordenó construir la ciudadela, la cual lleva su nombre Cité-Valette y desde entonces se conoce a la ciudad y puerto por este nombre La Valette.

Poco pudo disfrutar de su obra, pues en el mismo año que se terminó, unos meses después fallecía, era 1568.

Bibliografía:

Altoaguirre y Duvale, Ángel de.: Don Álvaro de Bazán. Primer marqués de Santa Cruz de Múdela. Estudio Histórico-Biográfico. Tipografía de los Huérfanos. Madrid, MDCCCLXXXVIII.

Enciclopedia General del Mar. Garriga, 1957. Sin iniciales del compilador.

Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo 29, 1916, páginas 1165 y 1166.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

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Torpedero Nº 17

Posted By on 7 de junio de 2021

Torpedero Nº 17. Casau. Cartagena.

Construido en Cartagena. España, 1917.

Desplazamiento: 180 tn. Dimensiones: Eslora 52’25, por 5’24 de manga y 1’47 de metros de calado. Armamento 3 cañones de 47/50 m/m y un 45/46 m/m K-21 DCA (1) URSS, tres tubos lanzatorpedos, en dos montajes, uno simple y otro doble de 450 m/m, con torpedos A/08. Llevaban un varadero con 12 minas para ser lanzadas. Máquina: Turbinas Parsons, alimentadas por calderas Normand, proporcionando 3.750 C.V. Velocidad máxima, según estado de la mar, entre 26 y 28 nudos, aunque en éste momento, rara vez pasaban todos ellos de los 17.

Al llegar la noticia del alzamiento se encontraba destinado en Barcelona, al mando del teniente de navío D. Carlos Soto Romero y 2º el alférez de navío D. José Luis Cappa Rodríguez, pero se encontraba en dique seco del mismo puerto, a pesar de no estar completados los trabajos se le reflotó, quedando a la espera de acontecimientos durante dos días, el 20 fue asaltado el buque por los revolucionarios, tomando el mando el 3º contramaestre oficial Antonio Sánchez Vergel y ocho hombres, pero el comandante les hizo frente y fueron devueltos a tierra, al quedar sin enemigos a bordo, dio la orden de salir a su 2º, pero desde los muelles recibía un nutrido fuego de fusilería, el combate se prolongó durante quince minutos, por ello resulto imposible ni siquiera desatracar, por ello el comandante rindió el buque, quedando por los gubernamentales.

Embarcando de nuevo el contramaestre quien tomó el mando, arresto a los dos oficiales, pero curiosamente el comandante más tarde recupero el mando, alcanzo buena fama por haber dado escolta al transporte Ciudad de Tarragona, quien embarcaba los primeros aviones en Marsella, dejándolo a salvo en Barcelona el 25 de julio, el 16 de agosto participó en el fallido intento de desembarco en Porto Pi, al regresar quedó como parte de la Flotilla de Levante, con base en Barcelona con la misión de dar protección al arsenal, más tarde pasó a Cartagena, donde prosiguió en la vigilancia de sus aguas, donde fue encontrado semihundido al entrar los nacionales, por su mal estado fue reflotado y a remolque trasladado al astillero, donde se comprobó no estar tan mal del todo, por ello fue reparado y continuo en la Marina, hasta ser dado de baja en la LOBA, el 31 de enero de 1949.

(1) DCA, es como se llamaba en España la Defensa Contra Aeronaves, la cual se perdió al llegar los buques USA, pasando a ser denominada como A/A, Artillería Antiaérea, pero como los de estos historiales aún faltaban años para su venida, se les denomina como corresponde.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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