D-22 Almirante Ferrandiz

Posted By on 29 de mayo de 2022

Almirante Ferrándiz. Autor desconocido.

Era un destructor USA de la clase Fletcher donde fue bautizado David W. Taylor DD-551 al ser recibido se le numero con el 41, más tarde paso a ser el del numeral de este historial.

Construido en Gulf Shipbuilding, Chickasaw, Estado de Alabama. Comenzó su construcción al poner su quilla el 12 de junio de 1941, fue botado el 4 de julio de 1942 y entregado a la US Navy el 18 de septiembre de 1943.

Características: Desplazamiento: 3.050 t. Dimensiones: Eslora: 114,173 m. por 12’11 de manga, puntal: 7,20 m. y calado medio, de 5,56 m. Maquina: 2 turbinas Allis Chalmers, con engranajes de doble reducción y tipo doble helicoidal FALK, alimentadas por 4 calderas Babcock-Wilcox, dando un máximo de 66.000 CV.; con 2 hélice tripalas. Combustible: fuelóleo 650 t. Velocidad: máxima 35 nudos y económica 16. Autonomía: 4.700 millas a 13 nudos, 4.400 a 15, 1.260 a 30 y a 35, 860.

Protección: Lateral 19 mm, sala de máquinas y cubierta 13 mm.

Armamento: 5 cañones de 127/38 mm Mk 30 DP; 6 cañones Bofors A/A de 40 mm, 6 Oerlikon de 20 mm; 1 afuste quíntuple de tubos lanzatorpedos de 533 mm; 6 lanzacargas de profundidad y 2 racks de cargas de profundidad.

Planta eléctrica: 2 grupos turbogeneradores General Electric de 250 KW cada uno, un grupo de emergencia diésel-eléctrico de 100 KW (motor diésel General Motors 3-26 y generador General Electric).

Electrónica: Radar de búsqueda AN/SPS-6c 2-D aéreo; AN/SPS-10 de superficie. Dirección de tiro: Mk 37 con radar Mk 25 (127 mm), Mk 56 con radar Mk 35 (40 mm), 2 directores ópticos Mk 63 con radar SPG-34 (20 mm) y Mk 27 para torpedos. Contramedidas: ESM: AN/WLR 1; Señuelos: Mk6 Fanfare. Sonar: SQS-4 casco. Tripulación, 281 efectivos.

Su nombre era en memoria de David W. Taylor, un destacado oficial e ingeniero naval norteamericano, de gran influencia sobre los diseños de buques de guerra de su país en el primer cuarto del siglo XX.

Al entrar en servicio fue destinado al Pacífico, participando en diversas misiones de escolta y en las operaciones de las Islas Marianas, en esta hundió al submarino japonés 1-10 el 4 de julio de 1944 en colaboración con un destructor de escolta; continuó su aportación sobre los archipiélagos de las Palaos, Filipinas y Bonin, resultando alcanzado en este último por una mina el 5 de enero de 1945 que le causó graves daños y varias bajas, permaneciendo en reparación hasta mayo.

Fue reparado rápidamente y regresó a sus comisiones de servicio, participando en la ocupación de Okinawa y fue uno de los que al finalizar la guerra, tras la rendición incondicional en agosto siguiente, atraco en puerto del territorio metropolitano japonés.

De vuelta a los EE UU, el David W. Tavlor quedó desde el 17 de agosto de 1946 en reserva en San Diego (California), siendo reactivado para su préstamo a España el 15 mayo de 1957 junto a su compañero Capps, siendo rebautizado con el nombre de Almirante Ferrándiz 41, en la Marina de Guerra de España, conmemorando con su nombre, al contralmirante y siendo Ministro de Marina en el siglo anterior, el gran impulsor del poder marítimo de España.

El destructor fue arrendado a España, izándose por primera vez el pabellón español a bordo el 15 de mayo de 1957 en el gran arsenal ya descrito de la US Navy, tras un periodo de adaptación para las nuevas tripulaciones, junto al Lepanto 42, arribó a España el 20 de agosto de 1957.

Su primera misión fue acudir a Valencia, para ayudar en la reciente riada sufrida por la capital del Turia, donde atracó en el puerto el 14 de octubre de 1957.

Al producirse el problema de Ifni, acudió a Palma  de Mallorca, donde queso incorporado a la Flota, a su vez por reorganizarse la Marina, se dividió en tres agrupaciones, pasando a formar parte de la C con el Lepanto y Meteoro, quedando en reserva en Cartagena, hasta poner punto final al problema y no ser necesaria su presencia.

El 30 de junio zarpa de Cartagena, junto al Lepanto para trasladar a Nápoles al ministro de Marina almirante don Felipe José Abárzuza y Oliva, donde entró el 1 de julio, regresando al finalizar las conversaciones a Cartagena, donde se recibe la orden del Ministro del 10 de noviembre seguido, quedando incorporado a la 2ª Flotilla de Destructores anti-submarinos.

Hasta que al adaptarse la Marina de Guerra Española al sistema de numeración de la OTAN, aunque no se pertenecía a esta organización, en enero de 1960 le fue cambiado el numeral, por el D-22. El mismo año se le modernizo con los sistemas de radar ya descritos arriba y se le cambio el palo, por uno triple; era normal que de vez en cuando saliera de su base para formar las nuevas incorporaciones, por los constantes cambios obligados de dotaciones, por el problema de los reemplazos de la mili obligatoria.

En enero de 1961, tuvo que salir forzado junto a la corbeta Atrevida, para dar remolque a la fragata Fateh, con bandera de Egipto, al quedarse sin combustible, cuando daba escolta al yate del presidente Nasser, quien iba a visitar al rey de Marruecos en Casablanca, quedándose a 40 millas de la costa africana, a la que le dieron remolque hasta Cartagena; en noviembre siguiente en aguas de su base, participó en unos ejercicios navales junto a buques franceses, practicando la guerra contra submarinos, trasbordo de pesos y petróleo en la mar; entre el 11 y 19 de diciembre seguido en aguas de la isla de Malta, se incorporó a los ejercicios hispano-británicos SPANEX 3.

El 4 de enero de 1962, queda incorporado a las fuerzas F, del propio Departamento de Cartagena, quedando formada la 21 Escuadrilla de Destructores, abandonando así la anterior denominación de contra-submarinos.

D-22 Almirante Ferrándiz. Autor desconocido.

Continúo en su unidad realizando prácticas de mar, para instrucción tanto de mandos como tripulaciones, hasta que en 1966 quedo amarrado por serle cambiada parte de la electrónica, como el sonar por un AN/SQS 29, así como en el armamento, se cegaron dos tubos lanzatorpedos, quedando en tres unidades, y mejorándolo con 2 canastas TLT MK 4 modelo 2.

Después de varias firmas de renovación del préstamo, la Marina pudo comprar el buque en propiedad, por un precio simbólico el 1 de octubre de 1972, cuando ya realmente no era una unidad totalmente moderna, al igual que sus cuatro compañeros.

El 13 de julio de 1978, se le da de baja con fecha del 2 de noviembre siguiente, pero las circunstancias mandan y el 25 de agosto queda anulada la orden anterior.

Fue uno de los cinco destructores que formaban la 21 Escuadrilla de Destructores, con base en Cartagena, donde fueron conocidos por el nombre de un grupo musical famoso de la época; Los Cinco Latinos.

Decir que la Armada tenía por costumbre, realizar al menos dos maniobras por Departamento anuales, a ello se sumaba la digamos general en la que participaban, parte de todos ellos, así como el apoyo al desembarco por maniobras de la Infantería de Marina, a parte las comisiones particulares de cada unidad, resultando que al final del año, se había navegado de promedio, en torno a 90 días por buque, entre estas y las participaciones con otros países, de las cuales algunas se mencionan.

Al ser reemplazados por las serie de corbetas F-31 Descubierta, mucho más avanzadas en electrónica y misiles, los destructores fueron destinados a comisiones de patrulleros, con dotación restringida a las diferentes Zonas Marítimas. En su caso fue destinado a la Zona Marítima de Canarias.

Esta era una zona peligrosa, por el tema de la entrega del Sahara español a Marruecos, era algo sabido por todos, de ahí que hubieran tropezones más de los normales, porque en España aún se estaba decidiendo su estabilidad política, de ahí que el 17 de enero de 1980 fuera ametrallado por su proa por un Mirage III marroquí, cuando acudía en ayuda de un pesquero español, que había sido detenido por una patrullera marroquí, justificando esta acción por haber entrado en aguas jurisdiccionales de Marruecos.

A finales de septiembre de 1985, fue enviado a aguas del Sahara, quedando integrado en la FUVIMAR (Fuerzas de Vigilancia Marítima) acudiendo en apoyo junto a la corbeta Atrevida, al haber sido ametrallado por fuerzas del Frente Polisario, el pesquero Peixe do Mar.

El 28 de noviembre de 1986, acudió a socorrer y extinguir el incendio declarado en el buque pesquero Estrella del Mar, tras sufrir el ametrallamiento desde dos lanchas neumáticas, al parecer por miembros del Frente Polisario.

Después de 30 años al servicio de la Armada Española y 14 en la Navy, fue dado de baja en la LOBA el 18 de noviembre de 1987, más tarde fue desarmado y vendido para desguace.

Bibliografía:

Anca Alamiño, Alejandro. Buques de la Armada Española del siglo XX. Ministerio de Defensa. Madrid 2008.

Coello Lillo, Juan Luis: Buques de la Armada Española, los años de la postguerra. Aldaba. 1995.

Coello Lillo, Juan Luis: Buques de la Armada Española. La ayuda Americana y el programa de modernización. Aldaba. Curiosamente sin año de edición.

Fernández Núñez, Pedro. Mosquera Gómez, José María y Budiño Carlés, José Manuel. Buques de la Armada Española-Historiales 1700-2014. Instituto de Historia y Cultura Naval. Fundación Alvargonzález. Gijón, 2014.

Jane’s Fighting Ships 1961-62. Raymon V.B. Blackman. Sampson Low, Marston & Co. Ltd.

Ricardo Álvarez-Maldonado Muela: Crónica de la Armada Española (1939-1997). Empresa Nacional Bazán 1997. Edición no Comercial.

Salgado Alba, Jesús.: El Buque de Escolta en la Armada Española. Colección Bazán. Madrid, 1989.

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D-21 Lepanto

Posted By on 14 de mayo de 2022

D-21 Lepanto en su primera época. Casaú. Cartagena. Todoavante.

Era un destructor USA de la clase Fletcher donde fue bautizado Capps DD-550, al ser recibido se le numero con el 42, más tarde paso a ser el del numeral de este historial.

Construido en Gulf Shipbuilding, Chickasaw, Estado de Alabama. Comenzó su construcción al poner su quilla el 12 de junio de 1941, botado el 31 de mayo de 1942 y entregado a la US Navy el 23 de junio de 1943.

Características: Desplazamiento: 3.050 t. Dimensiones: Eslora: 114,173 m. por 12’11 de manga, puntal: 7,20 m. y calado medio, de 5,56 m. Maquina: 2 turbinas Allis Chalmers, con engranajes de doble reducción y tipo doble helicoidal FALK, alimentadas por 4 calderas Babcock-Wilcox, dando un máximo de 66.000 CV.; con 2 hélices tripalas. Combustible: fuelóleo 650 t. Velocidad: máxima 35 nudos y económica 16. Autonomía: 4.700 millas a 13 nudos, 4.400 a 15, 1.260 a 30 y a 35, 860.

Protección: Lateral 19 mm, sala de máquinas y cubierta 13 mm.

Armamento: 5 cañones  de 127/38 mm Mk 30 DP; 6 cañones Mk-1 Bofors de 40/60 mm, en afuste dobles y 6 Oerlikon 20/70 mm; 5 tubos lanzatorpedos de 533 mm; 2 canastas Mk 4 para torpedos ASW Mk 32 de 325 mm; 2 Erizos Mk 11 ASW; 6 morteros Mk 6; 2 varadero Mk3 para para cargas de profundidad Mk 9 y Mk 6.

Planta eléctrica: 2 grupos turbogeneradores General Electric de 250 KW cada uno, un grupo de emergencia diésel-eléctrico de 100 KW (motor diésel General Motors 3-26 y generador General Electric).

Electrónica: Radar aéreo AN/SPS-6C aéreo; AN/SPS-10 de superficie. Dirección de tiro: Mk 37 con radar Mk 25 (127 mm), Mk 56 con radar Mk 35 (76,2 mm), 2 Mk 63 con radar SPG-34 (76,2 mm) y Mk 27 para torpedos. Sonar: SQS-4 casco. Tripulación, 281 efectivos.

El Capps DD 550, permaneció según las necesidades durante la Segunda Guerra Mundial entre los océanos Atlántico y Pacífico. Su nombre era en memoria de un oficial e ingeniero naval de distinguida ejecutoria en los organismos técnicos de la US Navy, y que por cierto estuvo presente en el combate de Cavite (1 de mayo de 1898) con la escuadra del almirante Dewey, el destructor quedó alistado a mediados de 1943, pasando a desarrollar sus primeras misiones bélicas en aguas noruegas, participando en incursiones contra el tráfico de mineral hacia puertos alemanes y en escolta de los convoyes destinados a la Unión Soviética.

A comienzos de 1944, pasó destinado al Pacífico, donde desarrolló una intensa actividad en cometidos de protección y escolta antiaérea y antisubmarina, participando durante ese año en las operaciones sobre las islas Marshall, Marianas, Carolinas y Filipinas, casi al finalizar la guerra en 1945 intervino con gran intensidad en los asaltos a Iwo Jima y Okinawa, resultando intacto pese a ser objeto de atención por parte de los kamikazes japoneses.

Al finalizar la guerra, fue declarado excedente para las necesidades de la US Navy, como muchos de sus hermanos de serie, quedando fondeado en Long Beach (California) desde el 15 de enero de 1947 en situación de reserva.

Tras las conversaciones mantenidas entre el presidente de USA, Dwight D. Eisenhower con el Jefe del Estado español, se firmaron en Madrid el 23 de septiembre de 1953, los pactos ejecutivos de éste nombre, (no llegó a ser un Tratado, porque la mayoría del Senado USA, era contraria a este proceder) por ello se establecían cuatro bases norteamericanas en España, más una ayuda económica y militar, ésta se tradujo en la cesión por préstamo de cinco años, de los destructores de esta serie más otros materiales para los tres Ejércitos, para en este caso concreto reforzar la Marina de Guerra española, entre otros tipos de buques, por ello fue reacondicionado en San Francisco, California, y transferido a la Armada Española el 15 de Mayo de 1957. Su nombre conmemoraba el famoso combate naval del siglo XVI, contra el poder otomano.

Por esta razón fueron embarcadas sus dotación en los minadores Vulcano y Marte, (por ir las dos dotaciones, para recibir al mismo tiempo el destructor hermano de éste, Almirante Ferrándiz) como era la primera entrega embarco en el primero el ministro de Marina almirante don Felipe José Abárzuza y Oliva, al ser entrenadas las dotaciones, con los nuevos buques, y llevar a cabo el acto de entrega oficial, acudió el embajador de España en Estados Unidos, don José María de Areilza y Martínez-Rodas, dando mayor esplendor al acto, ya listos para su salida con rumbo a la península, embarco el Ministro en éste zarpando el 23 de julio de 1957, con rumbo a cruzar el canal de Panamá, arribando a Cartagena, donde fue asignado al CIAF como destructor contra-submarino, asignándole el numeral 42, por la riada sucedida en Valencia, el 14 de octubre pasó a ésta capital para prestar su apoyo, el 3 de noviembre estaba en Palma de Mallorca, formando parte de la Flota, cuando se sufrió el tema de Ifni.

Para poder atender las necesidades propias de defensa, se formaron  tres agrupaciones, quedando incorporado a la C, compuesta por éste, el Almirante Ferrándiz y Meteoro, destinada a Cartagena en espera de noticias, al no ser necesarios permaneció continuaron en su base, el 30 de junio zarpa de Cartagena, junto al Ferrandiz para trasladar a Nápoles al ministro de Marina almirante don Felipe José Abárzuza y Oliva, donde entró el 1 de julio, regresando al finalizar las conversaciones a Cartagena, donde se recibe la orden del Ministro del 10 de noviembre seguido, quedando incorporado a la 2ª Flotilla de Destructores anti-submarinos.

Hasta que al adaptarse la Marina de Guerra Española al sistema de numeración de la OTAN, aunque no se pertenecía a esta organización, en enero de 1960 le fue cambiado el numeral, por el D-21. El mismo año se le modernizo con los sistemas de radar ya descritos arriba y se le cambio el palo por uno trípode; era normal que de vez en cuando saliera de su base para formar las nuevas incorporaciones, por los constantes cambios obligados de dotaciones, por el problema de los reemplazos de la mili obligatoria y a su vez quedó incorporado a la 21 Escuadrilla de Destructores, con base en Cartagena.

Entre el 11 y 19 de diciembre de 1961, participa en Malta en el ejercicio hispano-británico SPANEX 3; el 4 de enero de 1962, junto al resto de sus compañeros, se abandona la designación de “destructores contra-submarinos” quedando en Destructor. Como era normal, prosiguió con sus maniobras, tanto nacionales como con buques extranjeros.

D-21 Lepanto, con su nuevo palo trípode y nuevos radares. Autor desconocido.

El 1 de abril de 1966, queda en situación especial, por sufrir nuevas incorporaciones en sus sistemas de combate y armamento, embarcando un nuevo sonar AN/SQS-29/32, 2 canastas Lanza-Torpedos tipo MK-4 mod.2, para torpedos contra-submarinos buscadores MK-32, 6 morteros MK-6-1.

En febrero de 1971 en una de sus salidas en aguas de Cartagena, para las mencionadas maniobras particulares de instrucción, por una falsa maniobra se aborda con el petrolero Vilja Oslo, de bandera noruega, sufriendo graves destrozos en su proa, lo que le dejo en dique seco unos meses.

Después de varias firmas de renovación del préstamo, la Marina pudo comprar el buque en propiedad, por un precio simbólico el 1 de octubre de 1972, cuando ya realmente no era una unidad totalmente moderna, al igual que sus cuatro compañeros.

El 1 de noviembre de 1975, por los sucesos de la Marcha Verde (curioso nombre) con la amenaza de Marruecos de incorporar a su territorio el Sahara español, es movilizado en situación de “guerra”, para incorporarse a las unidades en las islas Canarias, en prevención de un posible estallido de guerra con el país norteafricano, pero como nada raro sucedió, al concluir la entrega del territorio, regresó a su base en Cartagena, junto a sus hermanos, que formaban la escuadrilla, más conocida popularmente, como Los Cinco Latinos.

En abril de 1977, en el transcurso de las maniobras Phiblex A-77, por un error en la apreciación del radar, embarrancó en la costa de Almería a la altura de Carboneras, sufriendo averías en el sonar, casco y hélices, a pesar de ello al no estar muy castigado se le pudo sacar de tan penosa situación, con la inestimable ayuda de los remolcadores, logrando ponerlo a flote y asegurar su estanqueidad, pasando a ser remolcado hasta estar seguro en su puerto base.

El 11 de enero de 1978, zarpó de Cartagena junto a la fragata Extremadura y el destructor Almirante Valdés de su misma clase con rumbo a Barcelona para participar en la inauguración del Salón Náutico Internacional. El 9 de agosto seguido, participó en ejercicios antisubmarinos en aguas de Cartagena junto con la fragata Extremadura, el destructor Roger de Lauria, el portaaviones Dédalo y el submarino estadounidense USS Shark. En octubre siguiente, participó en el rescate de los tripulantes del pesquero onubense Génesis, ametrallado cuando faenaba en aguas del banco sahariano, a unas seis millas de cabo Levén, al parecer por efectivos del Frente Polisario, o quizás del mismo ejército de Marruecos, por la cesión de España de ese territorio al país.

Decir que la Armada tenía por costumbre, realizar al menos dos maniobras por Departamento anuales, a ello se sumaba la digamos general en la que participaban, parte de todos ellos, así como el apoyo al desembarco por maniobras de la Infantería de Marina, a parte las comisiones particulares de cada unidad, resultando que al final del año, se había navegado de promedio, en torno a 90 días por buque, entre estas y las participaciones con otros países, de las cuales algunas se mencionan.

Desde el año 1980 fue transferido a las Fuerzas de Vigilancia Marítima, la cual por falta de buques patrulleros, se iban destinando otros que ya no eran efectivos dentro de la Armada, como buques de la FUVIMAR, (Fuerzas de Vigilancia Marítima), pasando por ello a prestar sus servicios como patrullero de altura, en la zona Marítima del Cantábrico con base en Ferrol, de donde se le enviaba por causar baja o mantenimiento de otros buques a la Zona Marítima de Canarias, pero sobre todo frente a las aguas del Sahara ya en poder de Marruecos y el constante encontronazo por las aguas territoriales entre ambos países.

El 12 de diciembre de 1983, cuando se encontraba fondeado en el Arsenal de Ferrol, sufrió un incendio que se inició en la cocina y afectó fundamentalmente a la zona de camarotes, y tras 5 largas horas pudo ser controlado.

Por sus muchos años de servicio y comenzando a fallar hasta la máquina, decidió el AJEMA darlo de baja en la LOBA el 31 de diciembre de 1985, más tarde fue desarmado y vendido para desguace.

Bibliografía:

Anca Alamiño, Alejandro. Buques de la Armada Española del siglo XX. Ministerio de Defensa. Madrid 2008.

Coello Lillo, Juan Luis: Buques de la Armada Española, los años de la postguerra. Aldaba. 1995.

Coello Lillo, Juan Luis: Buques de la Armada Española. La ayuda Americana y el programa de modernización. Aldaba. Curiosamente sin año de edición.

Fernández Núñez, Pedro. Mosquera Gómez, José María y Budiño Carlés, José Manuel. Buques de la Armada Española-Historiales 1700-2014. Instituto de Historia y Cultura Naval. Fundación Alvargonzález. Gijón, 2014.

Jane’s Fighting Ships 1961-62. Raymon V.B. Blackman. Sampson Low, Marston & Co. Ltd.

Ricardo Álvarez-Maldonado Muela: Crónica de la Armada Española (1939-1997). Empresa Nacional Bazán 1997. Edición no Comercial.

Salgado Alba, Jesús.: El Buque de Escolta en la Armada Española. Colección Bazán. Madrid, 1989.

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Expedicion a Oran 1732

Posted By on 28 de abril de 2022

No se le dio respiro, al desembarcar Don Isidro Antayo y Duque de Estrada el mismo día ya tenía una orden de embarque en el navío Reina, con la misión de transportar tropas a nuestro presidios norteafricanos, al regresar se le encomendó al comandante del bajel visitar las regencias de Argel, Túnez y Trípoli, misión que se cumplió regresando a la bahía de Cádiz el día veintidós de enero del año de 1732.

El día quince de abril de 1732 se le ordenó embarcar en el navío Andalucía, con el que zarpó de la bahía de Cádiz con rumbo al puerto de Alicante, donde se estaba preparando desde el 16 de marzo la expedición contra Orán, la cual quedó terminada siendo su composición; la escuadra por los navíos: San Felipe, de 80 cañones, insignia de don Francisco Cornejo; Real Familia y Galicia, de 70; Santiago, Castilla, Andalucía y Hércules, de 60 y los Júpiter, Padre de San Diego, Fama Volante y San Francisco, de 50, dos bombardas, siete galeras de España al mando de su Segundo Cabo don Miguel Reggio, dos galeotas de Ibiza y cuatro bergantines guardacostas de Valencia, ciento nueve buques distintos de transporte, cincuentas fragatas, cuarenta y ocho pingues, noventa y siete saetías, ciento sesenta y una tartanas, veinte balandras, ocho paquebotes, cuatro urcas, dos polacras, dos gabarras, veintiséis galeotas y cincuenta y siete buques menores, siendo el segundo en el mando el jefe de escuadra don Blas de Lezo quien enarbolaba su insignia en el navío Santiago; entre otros materiales se llevaron 110 cañones y 60 morteros, siendo quizás la mayor concentración naval del siglo XVIII, para efectuar un desembarco en costa.

El ejército estaba compuesto por veintiséis mil hombres, que fueron embarcados en quinientos treinta y cinco buques, estando formado por: Regimientos de Guardias Españolas, Guardias Walonas, Regimientos de Infantería: España, Flandes, Asturias, Vitoria, Ultonia, Soria, Amberes, Primero y Tercero de Suizos de Nidriz, Irlanda, Artagon, Segundo de Namur, Cantabria y Hainaut con veintitrés mil hombres. Caballería, compuesta por los regimientos: Reina, Príncipe Santiago y Granada, los de Dragones de Sagunto, Bélgica, Numancia y Lusitania, con mil setecientos efectivos. Más una compañía de escopeteros de montaña de Getares y otra de Tarifa, más otra de guías, cuyos miembros eran todos naturales del mismo Orán. Y la Artillería compuesta por, 60 piezas de á 24, 20 de á 16, 12 de á 12 y 6 de á 8, más 20 morteros de á 18 pulgadas y 40 de á 12, para poder ser transportadas todas estas piezas se llevaron ciento cuarenta mulos y ciento cincuenta acémilas con sus conductores.

La escuadra y transportes zarpó de Alicante el 16 de junio, al estar casi formada en la mar, el viento se levantó muy duro, viéndose obligados a refugiarse de ellos, al buscar resguardo cerca del Cabo de Palos, retrasando su avance a su destino, por esta razón y después de sortear con bien la dureza de la mar, se presentaron sobre la plaza de Orán el 27 seguido.

La operación de desembarco fue tan rápida y con tanta sorpresa, que en el primero se dejaron en tierra a tres mil granaderos, más la caballería de frisa, continuando al mismo ritmo de forma que al llegar el ocaso ya estaban en la playa veinte mil hombres, más de la mitad de la caballería y varias baterías de artillería, consiguiendo formar un frente muy bien protegido con estacada, para poder afrontar con garantías cualquier contraataque. Al amanecer del día siguiente se fue transportando el resto de efectivos y sobre todo la artillería, quedando todos ya en su sitio sobre el medio día, con la caballería cubriendo las alas del dispositivo de defensa.

La plaza de Orán fue abandonada al romper las líneas enemigas y la única posición que no abandonaron fue la de Mazalquivir, por ello el día tres se propuso el mando conquistar esta fortaleza, para lo que se destacó a los buques que la bombardearon, pero fue tanto el estrago que realizaron que al final se decidió dejar solo a dos navíos al mando del conde de Bena Masserano casi atracados a la misma, la corta distancia causaba graves daños y de hecho los muros ya casi no soportaban más el peso del fuego, esto les convenció de que la defensa era inútil y enarbolaron bandera blanca, momento en el que fuerzas del ejército entraron y la tomaron el 9 de julio siguiente.

Se verificó el estado de las fortalezas que eran cinco unidas por una muralla, con 138 cañones, siete morteros y gran cantidad de pólvora y munición, al recibir el informe verbal Cornejo ordenó reponerlas para su mejor defensa, aparte de desembarcar artillería de sus buques para reforzar la disponible por el ejército, dejando una fuerza de seis mil hombres como guarnición de seguridad. La expedición regresó al puerto de Alicante, por su buen comportamiento por Real orden del día diecinueve de agosto del año de 1733 se le otorgó el ascenso al grado de capitán de fragata, siéndole entregado el mismo navío Andalucía, con el que zarpó de Alicante y arribó a la bahía de Cádiz, recibiendo otra Real orden del día seis de noviembre siguiente desembarcando.

Bibliografía:

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1958. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo 69, 1929, página 498.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española, desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra. Madrid, 1895-1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

VV.AA. Historia General de España y América. Ediciones Rialp. Madrid, 1985-1987. 19 tomos en 25 volúmenes.

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Artilleria 1936-39

Posted By on 27 de abril de 2022

381/42 mm Vickers. Estas piezas eran las de mayor calibre de la Artillería de costa, se incluyen aunque pertenecían al Ejército de Tierra y no a la Marina.

304’8/50 mm Vickers/ Armstrong 16 de cada, montando 8 de cada fabricante en los acorazados, quienes montaban 4 de cada uno; aunque el España 2º, al comenzar la guerra sólo tenía cuatro en activo. Las otras 8 del acorazado España hundido, se instalaron en tierra, como defensa de puertos o arsenales, antes de comenzar la guerra.

203’2/50 mm Vickers.

152’4/53 mm Ansaldo.

152’4/50 mm Vickers.

120/40 mm Armstrong 1891 Italia. Nacional.

120/40 mm Armstrong/Withwordth 2 comprados a Estonia. Gubernamental.

120/45 mm Armstrong 1918 Italia. Nacional.

120/45 mm Armstrong-Schneider Italia. Nacional.

120/45 mm Vickers.

120/48 mm Armstrong/Withwordth 2 comprados a Estonia. Gubernamental.

120/50 mm Armstrong. 4 comprados a México. Gubernamental.

105/45 mm Ansaldo.

105/45 mm Krupp Flak L/45 Alemania. Nacional.

105/45 mm Krupp Flak L/45 DCA Alemania. Sólo variaba el montaje con el anterior. Nacional.

101’6/50 mm Vickers.

101’6/45 mm Vickers DCA.

101’6/45 mm Vickers México.

101’6/45 mm Schneider- Armstrong-Ansaldo Italia. Nacional.

101’6/40 mm Vickers Velasco.

101’6/3545 Schneider.

100/47 mm Mod. 1928 Skoda-Odero-Terni-Orlando. OTO Italia. Nacional.

100/47 mm  Mod.35 Odero-Terni-Orlando. OTO Italia. Sumergibles. Nacional.

88/45 mm Krupp montaje M.P.L.C./30 Alemania. Nacional.

88/45 mm Krupp montaje M.P.L.C./1906 Alemania. Nacional.

88/45 mm Krupp montaje M.P.L.C./1913 Alemania. Nacional.

76’2/50 mm Vickers.

76’2/50 mm Armstrong/Elswick.

76’2/45 mm Vickers DCA Destructores y Sumergibles.

76’2/40 mm Mod. 1916 Armstrong-Ansaldo DCA Italia. Nacional.

76’2/34 mm Vickers DCA.

75/50 mm Canet Mod. 1892 URSS Diferentes montajes Gubernamental.

57/50 mm Vickers.

75/46 mm Maxim/Nordenfelt 1898.

57/37 mm Nordenfelt.

57 mm Betlemhem. 2 comprados a México. Gubernamental.

47/50 mm Vickers.

45/46 mm K-21 DCA URSS. Gubernamental.

42/46 mm Maxim/Nordenfelt Tiro Rápido.

40/56 mm Bofors Mod. 1936 Polonia. Gubernamental.

40/39 mm Mod. 1917 Vickers-Terni Italia. Nacional-Gubernamental.

37 mm Maxim ametralladora.

37 mm Hotchkiss ametralladora México. Gubernamental.

20 mm Rheinmetall C/30 ametralladora. Alemania. Nacional.

20 mm Oerlikon Mod. 1S. Suiza. Gubernamental.

20/70 mm Mod. 1938 Scotti ametralladora Italia. Nacional.

13’2 mm Breda ametralladora.

9 mm Hotchkiss ametralladora.

8 mm Steyr ametralladora.

7’92 mm Schwarzlose ametralladora. Los que no se indica zona que la compro, es porque ya formaba parte del arsenal en España al comenzar la guerra.

Bibliografia: Para leer clicar sobre ella.

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Bizerta regreso flota 1939

Posted By on 24 de abril de 2022

Antecedentes:

Al producirse el combate del Ebro y repasarlo los nacionales, se dividió la zona gubernamental, al proseguir su imparable avance hasta la frontera francesa, sólo quedaba una franja muy pequeña de litoral, así como prácticamente un frente, si bien muy alargado, pero con facilidad para moverse, ocasionando en la zona centro, una bajada de moral de los mandos y sus tropas, a esto se sumó el saberse que el mismo presidente de la República, Don Manuel Azaña Díaz, había salido de España y refugiado en Francia, negándose en redondo a regresar a Madrid u otra ciudad de España.

El ascendido a general don Vicente Rojo Lluch, jefe del Estado Mayor del Ejército, comunica el 8 de febrero al Presidente de la República ya en Francia y a los altos miliares, la imposibilidad de continuar la guerra, proponiendo como única solución para salvar vidas la rendición, pero a todo ello el jefe de gobierno D. Juan Negrín López, quien tenía otras intenciones, se negó totalmente, de hecho voló en la línea de Air France entre Toulouse y Alicante, junto a su ministro de Estado D. Julio Álvarez del Vayo, dando las órdenes oportunas de resistencia a todo trance, regresó a Valencia el 11 de febrero, entrevistándose con los generales D. José Miaja Menant y D. Manuel Matallana Gómez, ratificando personalmente sus órdenes, a su vez y por teléfono, se puso en contacto con el capitán de corbeta D. Miguel Buiza y Fernández Palacios, el 12 estaba en Madrid reuniéndose con el coronel Segismundo Casado López, Jefe del Ejército del Centro, quien le comunico el lamentable estado de las tropas y su desmoralización, por pensar se les dejaba en la estacada, por no tener casi por donde poder escapar.

Mientras parte de estas cosas se sabían en la zona alzada, el Almirante salió de Palma el 17 de febrero con rumbo a Barcelona, donde amarro el 18 a las 00:50, por recibir la orden del Ministro de Defensa, general de división Excmo. Sr. D. Fidel Dávila y Arrondo Gil y Arija, por saber noticias sobre la flota gubernamental, desembarco y hablaron en la población de Gavá, el 20 llegó el Generalísimo, junto al Jefe del Estado Mayor de la Marina, para tratar de establecer unas líneas de actuación, por tener que hablar Franco con el delegado francés, para evitar que los gubernamentales hundieran la flota, por ser conocedores de la desmoralización general en ella, llegando a la conclusión que emano del delegado francés, dado que sus jefes no pensaban que fueran capaces de efectuar semejante barbaridad, así quedo el asunto a la espera de noticias.

El jefe de gobierno Negrín continuó con sus contactos, ahora personales de mandos militares, y en todos los casos los responsables le daban parecida respuesta y para cerrar esta parte, se reunieron el 16 todos ellos, en la ahora vivienda del Jefe de Gobierno, sita en una finca de Elda (Alicante), la cual contaba con aeropuerto, facilitando así la llegada de todos; al concluir la reunión el general D. Manuel Matallana Gómez, termino diciendo: «Desde la caída de la región catalana, el pueblo y el Ejército tienen moral de derrota. Viven en un régimen de hambre y desean que la guerra termine rápidamente. A consecuencia de la pérdida de Cataluña, se ha mermado ostensiblemente, la producción de nuestra industria de guerra y es evidente que somos incapaces de producir lo indispensable para seguir luchando.

Y por si esto pareciera poco, carecemos de materias primas, así como de vestuario y equipos para las tropas, falta que contribuye de manera notoria a su desmoralización. Nos encontramos en tan desventajosas condiciones en el momento en que se aproxima el tener que librar unas batallas con escasas reservas, poca y desgastada artillería, reducida la cantidad de armas automáticas y con ausencia de morteros. Prácticamente nula la eficacia de la aviación y carros blindados, así como material antitanque y antiaéreo. Tenemos además el pavoroso problema de los transportes y carecemos de accesorios y repuestos.

Frente a esta triste realidad, un enemigo poderoso y con moral de victoria. Terminada la ocupación de Cataluña, ha procedido a la concentración de fuerzas en otros frentes, llevando la masa principal a la región sur de Madrid. En esta zona de han identificado seis Cuerpos de Ejército, bien dotados de artillería, tanques y aviación. En tales condiciones, nuestras débiles y mal dotadas fuerzas serán incapaces de contener el ataque y, si nos cortan las comunicaciones con Levante, el Ejército del Centro tendrá que rendirse y la caída de Madrid, donde tenemos concentrada la totalidad de nuestra industria de guerra, significará automáticamente la rendición de los otros Ejércitos.»

No hacemos esto más largo, porque lo es, pero con estas pinceladas, idas y venidas de unos y otros, queda muy clara la situación, sobre todo por la negativa en redondo de «Terminus» para hablar y llegar a un acuerdo, por ser conocedor de la situación en el bando contrario y él saberse ya o en muy poco tiempo dueño de la situación.

En la misma reunión el Jefe de la Flota D. Miguel Buiza y Fernández Palacios dijo: «Presidente: La Flota estaba decidida a abandonar las aguas jurisdiccionales españolas si rápidamente no se hacía la paz. Me ha visitado una comisión de las tripulaciones y me ha hecho presente que, convencidos de la pérdida de la guerra, no estaban dispuestos a seguir padeciendo los intensos bombardeos que a diario efectúa la aviación enemiga, impotentes para evitarlos por carecer de defensas antiaéreas.»

Negrín le interrumpió, para decirle que: «…no debía haber permitido semejante actitud de las tripulaciones; cuando éstas amenazaron con abandonar el cumplimiento del deber, debió proceder inmediatamente al fusilamientos de los promotores de este acto sedicioso.»

D. Miguel Buiza le respondió: «No los había sancionado porque, honradamente, consideraba que tenían razón, no podía tolerarse que, día tras día, estuvieran las tripulaciones en la Flota a merced de la aviación enemiga, sin posibilidades de defensa, sin benéfico para la guerra y con bajas; La guerra estaba irremisiblemente perdida y procedía negociar la paz con la máxima urgencia.» Añadiendo: «Si para el 4 de marzo el Gobierno no había iniciado gestiones para la paz, la Flota se hará a la mar para invitarle a entregar los poderes a una junta militar encargada de negociarla.»

Negrín insistió en la defensa a ultranza, de nuevo D. Miguel Buiza, le trato de explicar que, «si los parlamentarios, todos militares de alta graduación, se presentaban en zona enemiga, era muy probable que Franco como militar, cuando menos los atendiera». Esto cayó como un jarro de agua fría entre todos, el mismo jefe de Gobierno se lo perdonó, por saber que unos días antes, su esposa se había suicidado. (1)

(1) Unos meses antes D. Miguel Buiza y Fernández Palacios, recibió la orden del Gobierno, de pasar a Barcelona para verificar el estado de la Marina, como Jefe del Estado Mayor de ella, por ello embarco junto a su esposa, para desplazarse a la ciudad, aunque todos sabían que la orden del jefe de gobierno Negrín, era la de hundir todo buque que encontrara en su puerto; el 25 de enero de 1939 se enteró que las tropas sublevadas estaban cerca del casco urbano, así al día siguiente 26 salió de su casa, pero su mujer estaba en un estado de nerviosismo absoluto, por temer que fuera fusilada por los que entraban en la ciudad, intento calmarla diciéndole que preparar las maletas, que él en pocas horas regresaría a por ella y la pondría a salvo, él salió a verificar que se cumplían las ordenes (como destrozar el casco del C-1, con cargas explosivas por encontrarse en dique) y ella se quedó a concluir con lo que le había dicho, pero de pronto comenzó a oír gritos y alboroto en la calle, se asomó al balcón y vio la entrada de las banderas con sus soldados, y los vivas a España, y a Franco, ante esto se encerró en casa a esperar, pero fueron pasando las horas y su marido no aparecía, aumentando su nerviosismo, pensando que había sido apresado y ante el temor de correr su misma suerte, saco una pistola guardada por el marido y se disparó en la sien.

Comenzaron casi a discutir entre ellos lo que se debía hacerse, por ejemplo el coronel D. Antonio Camacho Benítez, Jefe de la fuerza aérea de la Zona Centro, afirmó que sólo disponía de cinco escuadrillas y algunos aviones de caza, con eso era imposible parar los ataques enemigos, el general de Ingenieros D. Carlos Bernal García, Jefe de la Base de Cartagena, expuso la necesidad de alcanzar una paz y evitar el enfrentamiento con la población civil, el último en hablar fue el general D. José Miaja Menant, quien dejó de lado a todos diciendo, era partidario de seguir la resistencia a ultranza, pero sin dar más razones, lo que aprovecho Negrín, para sentenciar: «Cuando el enemigo no quiere pactar, la única solución es resistir».

Como queda expuesto esta amenaza se cumplió totalmente. Al final salió el oficial de Marina (D. Miguel Buiza) que tanto intento lograr la rendición, pero la amenaza de Negrín, era la de un simple político de tres al cuarto, al que nada ni nadie le importaba el pueblo, ni el ejército, ni la aviación y menos aún la Marina, y sus tripulaciones.

Tanto es así que al salir el jefe de gobierno, tanto Casado, como Matallana y Buiza, acordaron tratar de llegar a un acuerdo con Franco, desoyendo la orden de su jefe de gobierno, lo que en sí era un alzamiento, dejando a Casado como representante de ellos, que eran precisamente los no comunistas, estos no iban a parar hasta ser aniquilados, o en su mayor parte huyendo a zonas o buques que les prestaron la posibilidad de salirse de rositas, pero dejando en la estacada al resto de seguidores.

No entramos en las cuestiones políticas que fueron sucediendo, por no ser este el tema de lo que se trata, sólo se han dado unas pinceladas, para situar al lector, porque el problema llego al enfrentamiento personal de Negrín y Casado, siendo éste apoyado por la diplomacia británica, quienes como siempre se metían donde no debían en el caso de España. De hecho hubo un cambio de Gobierno, pasando a ocupar carteras varios de los seguidores de Negrín, y al mismo tiempo se nombró a D. Miguel Buiza y Fernández Palacios, Jefe de la Flota.

Pero mientras esto sucedía en Cartagena, comenzó a moverse la quinta columna, y con ello el malestar empezó a surgir entre los dos bandos en la retaguardia, lo que aumentó al ser incorporada a los sublevados la isla de Menorca, y lo fácil que resulto esta maniobra.

Narración de sucesos en la salida de la Flota:

Para ir situando al lector, decir que las defensas artilleras de Cartagena, eran: dos baterías de dos piezas cada una del calibre 381/45 mm en los montes de Castillejos y Las Cenizas; dos baterías de dos piezas de 305/50 mm, en Santa Ana y Tricabotija; una batería con dos piezas de 280 mm en Podaderas, muy cercana a la de Santa Ana; una batería de 240 mm con cuatro piezas en Loma Larga; cuatro baterías de 152/50 mm, cada una con cuatro piezas en El Jorel (cabo Tiñoso), La Parajola, Aguilones y la Chapa; una batería de 150 mm con seis piezas en Santa Ana; una batería de 105/45 mm de cuatro piezas en Negrete, en total 40 piezas. Y cinco baterías de cuatro piezas DCA (Defensa Contra Aeronaves) de 105/45 mm, situadas en Atalayón, Roldán, El Conejo, Los Dolores y Sierra Gorda, con 20 piezas. Sumando en total 60 bocas de fuego.

A esto se fueron incorporando en apoyo de las ya existentes, durante la guerra: una batería sobre el malecón para cubrir la bocana de entrada al puerto; una batería en Escombreras, más cadenas y talanqueras para cerrar el puerto, que lógicamente se abrían para dejar paso libre a sus buques; una batería en el Cuartel de Instrucción, para la defensa del Arsenal; tres baterías DCA en el Arsenal: una en la explanada al fondo del recinto, conocido por “Marruecos”, una en la dársena del dique seco y una en la zona alta del Cuartel de Infantería de Marina y varios montajes de tubos lanzatorpedos en el malecón, para tener amplio campo de disparo, el cual se efectuaba desde el muelle de La Curra, cubriendo así toda posibilidad de forzar la entrada.

Como historia, todos los que algo conocemos la de la Armada, decir que al entrar los napoleónicos, lograron casi dominar toda España, pero no pudieron hacerlo con Cádiz, olvidando que Cartagena tampoco pudo ser doblegada, ni siquiera al mando del mismo Napoleón, todo porque los españoles, al no existir peligro ninguno de ser atacada por la mar, toda la artillería dispuesta para su defensa apuntando a ella, se movió a los montes y zonas con frente a tierra, sumando cerca de cuatrocientas piezas, ante esto Bonaparte se estrelló de lleno. Un artillero vencido en su mismo campo y especialidad. Uno nunca sabe lo suficiente.

Por todo lo escrito hasta ahora, y la sabida decisión de D. Miguel Buiza y Fernández Palacios, quien pudo regresar de Barcelona, aunque desconocemos el medio, pero es muy posible fuera precisamente en algún buque, y hay quien apunta al patrullero Tramontana, el cual también acudió a Bizerta, donde se reunió la Flota, y al parecer no por casualidad.

El 4 de marzo de 1939, los buques que podían salir eran, los dos cruceros, Libertad , Miguel de Cervantes y Méndez Núñez, los destructores Ulloa, Escaño, Gravina, Antequera, Miranda, Valdés, Lepanto y Jorge Juan, con los sumergibles C-2 y C-4, pero no pudieron hacerlo los destructores Alcalá Galiano y Sánchez Barcáiztegui, por estar en seco, y los Churruca y Lazaga, por encontrarse en reparación de máquinas y no estar listos.

El mismo Jefe de la Flota se entrevistó de nuevo con Negrín, para planificar el embarque de personas que debían salir, por su seguridad éstas debían ser elegidas por el jefe de Gobierno, pero siempre le quedó a D. Miguel Buiza, la duda de las palabras del Jefe de Gobierno, por ello al final decidió salir con la Flota y olvidarse de su jefe, porque a buen seguro no recibiría noticias de efectuar lo acordado, de hecho no era sólo Buiza quien estaba en contra, porque a él se unió ni más ni menos que el Comisario Político de la Escuadra, Bruno Alonso, y todas las dotaciones le seguían ciegamente, así todos unidos estaban en contra de la política y órdenes de Negrín, lo que significó en sí, convertirse en un “golpe de Estado incruento”.

En la base y ciudad cada cual iba a la suya y sin fiarse nadie de nadie, porque se sabía que los efectivos de la quinta columna y los de los comités, igual se cruzaban en sus calles, por ser lógico que cada cual fuera a la suya, y sobre todo a saber lo máximo posible del contrario, para a su vez poder atacar por el mejor lugar y ganar al enemigo, enterado de todo ello Negrín ordenó que, «El Comisario General de Defensa, Bibiano Fernández Ossorio, se presentase en la Base de Cartagena, para tratar de controlar la situación e informarle sobre la actitud de los mandos. Convocar, por teléfono a una reunión a los generales Casado, Miaja y Mantallana para las 11:00 del 4. Ordenar la publicación inmediata en el Diario Oficial de los nombramientos de los nuevos mandos comunistas que incluían el de Galán como Jefe de la Base de Cartagena. Y (a última hora del 3) la movilización de las Brigadas de la 10ª División, acantonada en Archenay de ellas la 206, al mando del joven mayor de Milicias Artemio Precioso, quien debería inmediatamente presentarse en Cartagena».

Ésta última precisamente fue la que logró reconquistar, toda la zona incluidas las baterías de artillería de costa, y por ello el trágico fin del Castillo de Olite. Todo por considerar Negrín, que la Flota debía dedicarse exclusivamente, para sacar de Cartagena a todos los jefes involucrados y así salvar sus vidas, pero para nada salvar a los que defendían sus ideas de a pie, toda una demostración de los intereses humanos del señor Jefe de Gobierno, dejando nunca mejor dicho en la estacada a sus miles aún, de personas que empuñaban las armas para detener el avance de los sublevados. Todo lo que sucedió fue muy largo de narrar, además de constar en varias obras de la bibliografía, por ello remitimos al lector a ellas, porque no es nuestro cometido. Lo que sí es real es que, la intervención de la mencionada brigada comunista, consiguió restablecer el orden según demandaba el jefe de Gobierno.

Los sublevados en el interior de la Base, lograron hacerse con la estación radio de la Flota, situada en el barrio de Los Dolores, a unos 4 kilómetros de Cartagena a las 23:00 del 4, desde aquí se lanzan al éter los partes del general Barrionuevo, uno de los primeros llegado a «Terminus» dice: «En Cartagena se ha levantado la guarnición a las órdenes del general honorario de Infantería de Marina Barrionuevo. Las tropas han ocupado la población, fuertes y baterías, conminando a la Escuadra Roja a hacerse a la mar o hundirla. La Escuadra Roja sobre medio día se hizo a la mar, viéndose sobre las 05:00 horas en dirección a Argel. El general Barrionuevo pide la presencia de nuestra Escuadra y se le anuncia que se encuentra en camino así como el envío de refuerzos. Al insistir el general Barrionuevo la conveniencia de la llegada urgente de la Escuadra se le contesta que está en camino y se le pide objetivos para la aviación.

Dan los siguientes: El cuartel de Infantería de Marina, el aeródromo de la Aparecida y otros objetivos a varios kilómetros de Cartagena. Poco después pide que se bombardee ya el casco urbano de Cartagena, dice ser suyas las baterías antiaéreas; se le pregunta si los barcos pueden entrar directamente en Cartagena. Dijo que sí, parece deducirse que ocupa el Arsenal, el Parque de Artillería, los fuertes y las baterías de costa.

Hoy 6 a las 4 de la mañana se le pedirá que dé noticias concretas de lo que ocupa. Antes no se hace por no ilustrar al enemigo.

Según las radios rojas a las 20:00 horas del día 5, las fuerzas rojas en la zona de Levante están frente a los insurrectos de Cartagena; lo hacen al lado del comunista Dr. Negrín pues a las 12 de la noche en Madrid había una Junta Provisional presidida por Miaja contra Negrín llamando traidor al bovino de Negrín.»

(Como queda demostrado en éste parte, ambos lados tenían los mismos medios de comunicación, por ello se abstiene el general de Infantería de Marina retirado Excmo. Sr. D. Rafael Barrionuevo Reyes, concretar datos y lugares, pero es seguro que sus noticias, si bien halagüeñas no eran del todo ciertas, precisamente por agrandar lo conseguido y desmoralizar al enemigo, (quien le estaría oyendo) lo que se volvió en contra de los embarcados y por ende de la realidad, pues de haberse sabido a ciencia cierta, «Terminus» no hubiera ordenado este movimiento de tropas y buques, a su vez y ya comentado, cometió el error de no comunicar al Almirante los acontecimientos, como si éste fuera un enemigo.)

Por ello, estos mensajes eran oídos en todos los buques de la Flota y en especial en el insignia de ella, el crucero Miguel de Cervantes, pero al mismo tiempo también en «Terminus», y en el Estado Mayor de las Fuerzas del Bloqueo, por esta razón D. Rafael Barrionuevo Reyes, emitía cortos avisos de la situación, hasta que fue cortada ésta por la presencia en el lugar de efectivos de la brigada comunista 206.

A las 10:30 del 5, cinco aviones Savoia dejan caer varias bombas, tanto sobre Cartagena, como el Arsenal, en éste averiaron aún más a los destructores Alcalá Galiano y Sánchez Barcáiztegui, ambos en dique, y menos efectivas sobre el Gravina y Lazaga, acertando también en el taller de torpedos y en los depósitos de combustible, el bombardeo fue considerado como uno más de los realizados, pero en cambio en las dotaciones de los buques resulto casi funesto, bajando aún más si cabe la moral, momento que aprovechó el general Barrionuevo, para trasmitir a los gubernamentales que, o salían de Cartagena o destruía los buques con las baterías de costa en su poder, al ser oída esta amenaza, el primero en reaccionar fue el Comisario Político de la Flota, Bruno Alonso.

Quien nos deja en su obra lo siguiente: «Los voluntarios han sido reclutados ya en casi todos los barcos y se va a disponer que bajen al muelle. Todo estaba listo para emprender la marcha y nos disponíamos a llevarla a cabo, cuando el almirante y jefe de Estado Mayor nos informa que, desde la Base les comunican la imposibilidad de seguir ni un solo instante más, pues los rebeldes son dueños de todo y van a hundir la flota. Galán vuelve a repetir que ha recibido instrucciones por teletipo de Negrín, para que no se derrame sangre y encomendado al señor Ruiz que lo arregle todo. En estas condiciones, queda sin efecto la recluta de los voluntarios y el almirante ordena que inmediatamente se pongan en movimiento los barcos.»

Pero mientras esto ocurre (se solapan órdenes y contraórdenes) D. Miguel Buiza se pone en contacto con el general Barrionuevo, y con el actual jefe de la Base, el teniente de navío D. Antonio Ruiz; la conversación del general con el jefe de la Flota nos la da el mismo Barrionuevo diciendo: «Al exigir con energía que la Escuadra saliese en un plazo de un cuarto de hora, el titulado Subsecretario Ruiz pidió que yo personalmente me pusiera al aparato y me pregunto: “¿Me garantiza Vd. Que la escuadra puede salir sin ser hostilizada por las baterías?”». A lo que contestó que, «…no se le dispararía si en un plazo de quince minutos salían, y que tenía el reloj en la mano para no permitir ni un minuto de retraso.»

La brigada 206, para entrar en Cartagena debía obligatoriamente pasar por el barrio de Los Dolores, comenzando su avance a las 10:00 del domingo 5 de marzo de 1939, por ello al estar cerca de la estación radio de la Flota, (sabedor de ello Barrionuevo se había trasladado al sumergible C-2, para poder seguir transmitiendo sus noticias,) la tomaron fácilmente por falta de fuerzas que se le opusieran, emitiendo a las 11:35 el mensaje siguiente: «Ejército español republicano ha recuperado la emisora FR1, prosiguiendo avance. Viva España. Viva la República.», esta vez el mensaje emitido a las 12:23 decía: «FR1 transmitiendo al servicio de la República. Esta emisora ha sido recuperada por nuestras tropas que siguen avanzando hacia los focos rebeldes. Viva España. Viva la República.» pero esta vez como la anterior en español, pero añadiendo el francés.

Pero aquí debió pasar algo, porque la emisora estuvo sin emitir tan importante noticia, durante cuarenta y ocho minutos, las dudas al respecto dan para mucho, porque precisamente en ese lapso de tiempo, el general Barrionuevo estaba avisando del hundimiento de la Flota; el jefe de la Base el teniente de navío D. Antonio Ruiz, a su vez desde el centro de mando del crucero Miguel de Cervantes, nada consta de esto, lo que lleva a pensar a algún autor que: Ni Buiza ni Bruno Alonso (éste era el Comisario Político de la Flota) se fiaban del mando y efectivos de esa brigada por ser comunista, y menos aún de las posible consecuencias, tanto para ellos, como para la mayor parte de sus tripulaciones, por ser ya sabido que la guerra tocaba a su fin; por ello, sin duda ninguna decidieron abandonar la ratonera, en la que se había convertido la base naval de Cartagena.

D. Miguel Buiza dio la orden de preparase para zarpar, pero se acercaron unas quinientas personas, entre hombres, mujeres, niños, civiles y militares, la mayor parte de estos heridos, quienes pidieron ser embarcados, a lo que el Jefe de la Flota autorizó abordaran en los diferentes buques, sobre el medio día del 5, ya casi soltando amarras, se presentaron en la escala del Miguel de Cervantes, Morell, Ruiz, Ramírez, Semitiel y el teniente coronel Galán, (quien con su presencia por el nombramiento de Negrín como jefe de la Base, fue lo que desato la sublevación en ella), al verlo D. Miguel Buiza le grito desde el coronamiento: «¡Oiga, Galán, si quiere subir, suba!», como es lógico no dudo y comenzó a ascender por la plancha, al pisar la cubierta saludo a la bandera y cuando iba a saludar a Buiza, se interpuso el teniente de navío D. José Núñez Rodríguez quien, con firmeza le advirtió que a bordo era un pasajero; para evitar males mayores, Buiza le acompaño directamente a su cámara, donde estuvo encerrado durante todo el viaje; ahora ya no era nadie ni siquiera entre los suyos.

Sonaron los timbres ordenando «Babor y Estribor de Guardia», todos corrieron a sus puestos, se soltaron amarras, estando en esto la plancha no se había retirado, lo que fue aprovechado por otros varios para subir a bordo, demostrando que todos los que pudieron, intentaron ponerse a salvo, mientras los destructores comenzaban a desfilar, saliendo entre el muelle de La Curra y la Navidad, por el orden siguiente, Lepanto, Antequera, Gravina, Jorge Juan, Valdés, Miranda, Escaño y Ulloa, quedando en el Arsenal los Alsedo, Lazaga, Churruca, Galiano y Sánchez Barcáiztegui, y entre los salidos navegaba el sumergible C-4;el crucero Méndez Núñez a las 12:30 (11:30 sublevados) emboca la salida, pero el viento fresquito del SW, le dificulta la maniobra, por ello lanza un ancla, sobre ella revira, leva y sale avante, le sigue de cerca el Libertad, por último el Miguel de Cervantes, al mando del alférez de navío D. Diego Marón Jordán, quien tiene algo más claro el problema del viento, comenzando a avantear, mientras en el muelle eran despedidos por gran cantidad de gente, quienes saludaban con sus pañuelos.

El total de buques que salieron fue de tres cruceros, ocho destructores y un sumergible, la Flota navegaba con el insignia en el Miguel de Cervantes en cabeza, seguidos en línea los dos restantes cruceros, a sus bandas cuatro destructores, mientras el sumergible a popa a su máxima velocidad, pero como se dio la orden de navegar a 16 nudos, se fue quedando por la popa. La distancia entre Cartagena y Orán es de 108 millas, de haber podido entrar en este puerto, a las 20:00 horas hubieran arribado.

Este relato aparte, debe ser resaltado porque; cuando el Miguel de Cervantes comienza a avanzar, se aproxima por estribor una motora, llena de mujeres y algunos carabineros, desde la toldilla se les lanzan cabos, para ser izados a bordo, pero el crucero iba aumentando la velocidad, por ello muchos saltaron para agarrarse a ellos, pero de todos menos un carabinero pudo asirse firmemente, y fue izado a bordo, el resto se fue descolgando al resbalar las manos y de pronto se advirtió, como el agua cambiaba de su color a rojizo, al ser los cuerpos troceados por las hélices.

Mientras la brigada 206, fue avanzando y reconquistando las baterías, dejando para el final el Arsenal, donde se encontraba el sumergible C-2, desde donde el general Barrionuevo, seguía transmitiendo a «Terminus» tener en su poder toda la ciudad y Arsenal, pero no estaba al corriente de la situación de las baterías de costa, incluso pidió que entrara el crucero nacionalista Canarias, pero a esto el Almirante se negó en redondo, porque ya se comenta en otros historiales, que intentó acercarse con su insignia en el Mar Cantábrico y recibió fuego de ellas, lo que no confirmaba los optimistas comunicados de Barrionuevo que «Terminus» estaba recibiendo, cuando ya eran entre las 01:40 y 05:03 del día 6 de marzo.

La Flota se acercó a Orán, pero se le impidió entrar, por ello se barajaba por D. Miguel Buiza y Bruno Alonso, arrumbar a Bizerta, y aquí incluimos lo que nos cuenta éste último: «Antes de adoptar ninguna decisión definitiva, estimo que debe intentarse un esfuerzo supremo, y, si es posible, volver a Cartagena. Así se lo comunicó al almirante (Buiza), exponiéndole que, a juicio mío, hay que pensar todas las posibilidades que puedan existir para regresar. El almirante comparte mis inquietudes y deseos. Piensa como yo en la conveniencia del retorno y, a tal efecto, reúne al Estado Mayor para examinar de nuevo la situación. Son muy pocas las razones que, al parecer, existen para que mis deseos sean viables. La principal es de orden político y sentimental arriesgarnos a perder la flota para salvar a parte de los compañeros que han quedado en España. Misión de orden militar no parece haber, ya que, perdida toda Cataluña y Mahón, la situación del país, a raíz de este desastre, era caótica desde todos los puntos de vista, y la sublevación de Cartagena, seguida de la marcha del gobierno, daban la impresión de que el desastre era definitivo.

No se sabía todavía si la flota podría entrar en Cartagena, ya que oficialmente los informes recibidos parecían asegurar que el enemigo dominaba las baterías de costa. Pese a que la moral de las dotaciones no se había quebrantado hasta aquellos momentos, podíamos lógicamente temer que la presencia en los barcos de mezcla de 800 refugiados, mujeres y niños, afectara al sublime heroísmo que era preciso para que los barcos, al regresar, pusieran proa a la muerte. Todas estas consideraciones no dominaron mi ánimo, y a pesar de todo, insistí cerca del almirante y del Estado Mayor en que en definitiva eran quienes debían resolver, juzgaban aventuradísima la propuesta, que equivalía a arriesgar estérilmente la flota, y a los que en ella iban.

Sin embargo, en un esfuerzo último, se decidían a volver si las reservas de petrolero permitían hacerlo. El almirante ordenó revisar los tanques y calcular las existencias. Si Cartagena seguía en poder del enemigo y no se podía entrar en puerto, la flota quedaría a la deriva, sin petróleo, y, por lo tanto, imposibilitada de navegar y a merced de lo que ocurriese. En estas condiciones, el almirante y el Estado Mayor asumieron la responsabilidad íntegra de ordenar que se pusiera rumbo a Bizerta. La decisión era gravísima, pero juzgué que era inútil oponerse a ella.

A las siete de la mañana (hora de la República del día 6) la flota ponía rumbo a Bizerta. Las órdenes del Mando fueron acogidas sin reparos y con satisfacción por todos, los cuales, momentos antes, parecían aterrorizados por mis requerimientos de regresar a Cartagena. El propio Galán expresaba su satisfacción, acaso porque la creación del Consejo Nacional de Defensa le hacía suponer que su regreso a España no le proporcionaría nada grato.»

Aquí lo dejamos y que cada lector saque sus conclusiones, porque pueden ser tan variadas como cada cual las interprete, pero en el fondo da la sensación de que, todos estaban a favor del grito “sálvese quien pueda”.

Al serle negada su entrada en Argel, D. Miguel Buiza aceptó la recomendación de las autoridades francesas, de arrumbar a Bizerta, donde sí le permitían entrar, por no ser un puerto comercial, por ello regreso y dio orden de arrumbar al mencionado.

A las 06:00 del 6 de marzo el almirante de la Flota en el crucero Miguel de Cervantes, recibía un radiograma del nuevo Presidente del Consejo, coronel Casado, dando orden a la Flota de aguantarse en la mar, pero no intentar regresar a Cartagena, porque la situación no estaba del todo resuelta, pero hubo uno que quiso desobedecer, no fue otro que el Comandante del destructor Almirante Antequera, capitán de la mercante, D. Marcos Vidal, quien intento dejar la formación y regresar a su Base de salida, pero D. Miguel Buiza almirante de la Flota, le obligo a regresar al amenazarle con hundirlo.

A las 11:50 del mismo 6, el Almirante Jefe de las Fuerzas de Bloqueo informaba al Generalísimo, del duelo mantenido entre las dos baterías de Cartagena, las de Levante y Poniente, lo que manifestaba por ser obvio que estas, no todas estaban en poder de los sublevados.

Al ir avanzando y una vez tomadas las baterías por la brigada 206, al llegar al Almacén General, en cuyo muelle se encontraba atracado el sumergible C-2, del cual se servía el general Barrionuevo para continuar emitiendo sus mensajes, el teniente coronel Pallarés, dio la orden de embarcar todos los que pudieran, en total lograron abordarlo 63 personas, pero su dotación era la inicial, por haber sido sorprendidos por los sublevados, pero para nada se opusieron por cambiar de bando, para poder salir del puerto y ponerse a salvo, siendo su Comandante el contramaestre Oficial 3º naval, D. Ramón Pardo Fernández, al verlo desatracar recibió fuego desde el Club de Regatas y malecones próximo, comenzando a navegar con los motores eléctricos, pero justo se averió el timón, lo que fue reparado con muchas prisas, porque la situación no era como para perder tiempo, trazando la derrota el coronel Monreal, por proceder del Cuerpo General, y algo sabía del tema, al pasar entre el muelle de La Curra y La Navidad, volvió a recibir fuego y al mismo tiempo desde la batería de la Parajola se les efectuó varios disparos, dando la orden de sumergirse lo antes posible, lo que llevo a cabo, pero en realidad la situación ahora era diferente, por estar fuera del ángulo de tiro de las baterías de costa.

Lo curioso de todo esto, es que los buques de los alzados por estar alejados, no se pudieron apercibir de lo que ocurría, pero el hecho en sí, era mejor que muchos otros filmados y publicados en películas de aventuras; los evadidos eran el teniente coronel de Artillería D. Lorenzo Pallarés Cachá, quien era el jefe del Arsenal, al comenzar la sublevación el 4 anterior, el ingeniero Naval de la Marina D. Antonio Galvache, los capitanes de Artillería de la Marina D. Bernardo Lobregat, D. Joaquín Esteban Ciriquian, seis capitanes de Máquinas, entre ellos D. Celso Pérez Fuentes, un teniente coronel de Infantería de Marina, un comandante de Intendencia, un interventor, catorce auxiliares, entre ellos el de Artillería D. José Bernal Martínez, un buzo, un operario, dos marineros, ocho fogoneros y doce civiles, y como prisionero el coronel de Artillería D. Luis Monreal Pilón.

Ya en mar abierto, desde el sumergible se avisó a las fuerzas navales sublevadas, ponía rumbo a Mallorca, al llegarle la noticia al Almirante, éste dio la orden desde su insignia en el Mar Cantábrico, al capitán de navío en su despacho en Palma, de la noticia recibida del C-2, a quien debía facilitarle práctico para entrar, pero en cuanto atracara la dotación al completo debía abandonar el casco y sustituirla por otra, quedando los anteriores todos internados hasta nueva orden. (Como curiosidad este fue el sumergible de su serie que, más años permaneció en servicio, siendo dado de baja en la LOBA en 1949)

Como fin a este intento de ganar para los sublevados la Flota y la importantísima base naval de Cartagena, el general Barrionuevo y comandante Lombardero, fueron capturados al amanecer del 7, cuando estaban en el Parque de Artillería, tuvieron la suerte de ser respetadas sus vidas y pasaron a ser encarcelados, pero otros muchos de ambos lados no llegaron a ver el final del drama.

Pero eso sí, en el fondo fue un triunfo con sabor amargo, por una parte se había obligado a salir la Flota, la cual sólo regresaría hasta finalizado el enfrentamiento, por otra sucedió la tragedia del Castillo Olite, pero lo que realmente se consiguió fue que, ahora la mar estaba por completo o casi, en poder de los alzados, esto daba mucha libertad de acción y de ahí el muy próximo fin de la trágica guerra.

Avisados en la madrugada del 6 de marzo, de la salida de la Flota, los italianos montaron un dispositivo con toda prisa, por si la Flota gubernamental intentaba pasar con rumbo a puertos de la URSS, de forma que el 7 de madrugada, al mando del almirante Iachino a bordo del crucero Giovanni delle Bande Nere el destructor N. Da Recco, y dieciséis torpederos, los Airone, Alcione, Altair, Aldebarán, Andrómeda, Antares, Aretusa, Ariel, Castore, Centauro, Cigno, Climene, Libra, Lince, Lira y Lupo, exploraron el canal Este de Sicilia y entre Malta y Trípoli, con la orden expresa de sólo avisar y no entablar bajo ningún concepto combate en caso de ser avistada, al mismo tiempo se alertaron las lanchas torpederas con base en Trípoli y Rodas, en Sicilia con presión en calderas, la primera división de cruceros, de la primera escuadra, los Zara, Fiume, Pola y Gorizia, al mando del vicealmirante Sporttiello, con la novena escuadrilla de destructores, los Alfieri, Carduci, Giobertí y Oriani, y la división de acorazados, con los Conde di Cavour y Giulio Cesare, todos ellos al mando en jefe del almirante Picardi, la suerte fue que el almirante gubernamental, eligió dirigirse al norte de África, porque de encontrarse con esta escuadra, a pesar de no tener orden de disparar nadie sabe, (porque no sucedió y las conjeturas sobran) que podría haber ocurrido.

Como era sabida la zona posible de estancia de la Flota, (porque según «Terminus» avisó a su Almirante, de la posibilidad de que navegara con rumbo a Valencia, lo que en sí era una locura que, obviamente no se cumplió) desde Palma salió un hidro, el Cant Z 506 72-2, quien voló para vigilar la costa norteafricana, y a las 10:30 del 7, notificó al Estado Mayor la presencia, al parecer de estar fondeados en Bizerta, tres cruceros y ocho destructores, lo que era cierto porque ya el almirante republicano, había llegado al acuerdo, de ahí el estar presentes un crucero y dos destructores franceses, quienes les esperaban fuera del canal, para conducirlos al puerto exterior de Sidi-Abdallad, al llegar y fondear, embarcaron dos jefes de la Marina francesa, quienes le presentaron unas condiciones que debía aceptar, de no hacerlo debería dar la orden de regresar a mar abierto.

Estas eran:

1.- Ningún sabotaje será preparado o ejecutado. Los buques serán mantenidos en su estado actual de conservación.

2.- Durante el tiempo que se esté fondeado en la rada de espera de Sid-Salem y que precederá a la concesión de autorización para el acceso a Bizerta, los buques procederán a las operaciones siguiente.

A.- Reunión sobre la cubierta en un punto dado de todas las armas portátiles individuales o colectivas (ametralladoras, fusiles, morteros, pistolas, etc.) que pertenezcan al buque o a las personas embarcadas. Se hará una lista duplicada de este material.

B.- Se colocarán en pañoles todas las municiones sin excepción. Los pañoles serán cerrados con llave y las llaves serán recogidas junto con las armas portátiles. Se hará una relación duplicada de los pañoles y municiones que contienen.

C.- Se desmontarán todos los mecanismos de fuego de las piezas de artillería y de los tubos lanzatorpedos.

D.- Se vaciarán por completo todos los depósitos de aire de los torpedos.

E.- Se cerrarán las estaciones de T.S.H. Las llaves serán reunidas con las de los pañoles de municiones.

3.- Desembarco de las armas portátiles y las municiones. Las armas y las municiones serán desembarcadas cuando la Autoridad Marítima francesa de orden para ello. La faena de embarque de estos efectos sobre chalanas o embarcaciones similares será por cuenta de los buques.

4.- Desembarque del personal. El Estado Mayor, la tripulación y los pasajeros desembarcaran por fracciones bajo las órdenes de la Autoridad Marítima francesa. Los buques tomarán todas las disposiciones necesarias para facilitar la tarea de las autoridades francesas. Establecimiento de listas de personas embarcadas con estado civil detallado, equipajes personales para desembarcar con exclusión de todo otro material etc…

5.- Antes de la entrada en Bizerta, una guardia de marineros franceses acompañada de técnicos irá a bordo de cada buque; les serán dadas todo género de facilidades para comprobación de la ejecución de las medidas previstas anteriormente. Esta guardia será tratada con todas las consideraciones y las decisiones de su Jefe serán prontamente ejecutadas.

6.- Cuando la autorización para la entrada en Bizerta sea concedida, los buques entrarán uno a uno en Bizerta escoltados por un remolcador. Los comandantes ejecutarán las maniobras que les sean indicadas por el Oficial que manda la guardia.

7.- En el momento de fondear en el lago, todas las embarcaciones serán arriadas y enviadas al buque francés de guardia. Un bote a remos quedará en cada buque para sus comunicaciones con el barco francés de guardia.

8.- Queda prohibida toda comunicación con tierra desde los buques de los miembros de su estado mayor, tripulaciones y pasajeros a partir del momento en que los buques fondeen en Sidi-Salem. Durante su permanencia en el lago de Bizerta, un pequeño equipo de guardia será dejado a bordo; su composición, proporcional al tonelaje, será máximo para un buque grande 2 oficiales, de los cuales 1 de ellos será de Máquinas, 6 suboficiales y 12 hombres. El personal de este equipo de guardia no podrá comunicar con nadie a excepción del buque de guardia francés.

9.- De una manera general, el personal que se quede a bordo y el desembarcado estará atento a facilitar la tarea de las autoridades francesas y se prestará de buen grado a todas las formalidades que le sean impuestas.

A parte de esto y ya como orden transmitida al almirante D. Miguel Buiza, por el mando naval francés, todos los comisarios políticos, pasaban a tener el mismo trato que un miembro cualquiera de la tripulación, esto al serle comunicado a Bruno Alonso, lo transmitió al resto de compañeros, quienes en el fondo pensaban que serían respetados, porque ya eran conocidos por sus homólogos franceses, pero a pesar de ello, éstos no cometieron el mismo error, cuando los dos gobiernos estaban aliados en un Frente Popular, pero el francés diferenció el tema político del puramente militar, el cual a veces dista tanto en sus objetivos, como intentar visitar uno toda nuestra galaxia. Cosas y diferencias de unos y otros, y el resultado es patente con lo que ocurrió en España, comparado con lo que sucedió en Francia.

A todo esto siguió el desembarco con las condiciones ya mencionadas y aceptadas por el almirante, siendo trasladados como prisioneros al campo de concentración de Meheri-Zebbeus, situado a unos 8 kilómetros al norte de la población de Maknassy (Túnez), y a 800 de Bizerta, (casi en pleno desierto del Sahara), en total fueron allí transportados en tren dos mil miembros de las dotaciones, más muchos otros refugiados, sucediendo esto entre el 10 y 12 de marzo, el 15 se emite la orden francesa, de apagar las calderas de los buques y mantenerlos en su estado de conservación, el 16 por otra orden se arría la bandera de la República, y otras sucesivas para el buen orden a bordo.

Todo esto era causado por ser conocido por todos que, la escuadra española no estaba a las órdenes de sus mandos, sino que eran los comisarios políticos quienes emitían las órdenes, la falta de oficiales en ellos, los convertía en una Marina Revolucionaria, y esto provocaba todas estas medidas de precaución, y casi desprecio por los franceses, asimismo la cantidad de mujeres y niños a bordo, manifestaba la intención de no regresar a España, de hecho en el traslado al campo de concentración, que fue muy lento y largo, los jefes fueron en vagones de 1ª clase, los oficiales en 2ª, auxiliares y marinería en 3ª, pero los comisarios políticos, en el furgón de cola y de pie, y al llegar fueron todos encerrados en un barracón separados del resto. Esto por sí sólo no necesita explicación de la seriedad del comportamiento francés, con estos personajes. Ocho días más tarde llegó Miguel Buiza y todos los comandantes, quedando los buques sólo vigilados por las autoridades francesas y una docena de españoles en cada unidad.

Con anterioridad el día 27 de febrero de 1939, tanto el Reino Unido como Francia, reconocían el Gobierno de Francisco Franco, lo que se puso en conocimiento del almirante, éste de acuerdo con las autoridades francesas, pidió pedir opinión a todas sus dotaciones, para que quien quisiera regresara a España, lo hiciera sin miedo, para ello a su vez ordenó que cada comandante, fuera preguntando a toda su tripulación con un simple “Sí” o “No”, y el comandante no se lo comentaría a nadie, para evitar represalias, guardando por orden el mayor de los secretos, y bajo la responsabilidad de los franceses, los que respondieran “Si” serian separados, garantizando su regreso a buen resguardo.

El Estado Mayor de la Armada sublevada dictó las «Instrucciones para el traslado a España de la Escuadra roja ante la eventualidad de que se presente ocasión de su rescate total o parcial en puerto extranjero».

  1. Al Almirante de El Ferrol, enviar a Cádiz, a bordo del Ciudad de Alicante, a las órdenes del capitán de Navío don Luis de Vierna, todos los electricistas, maquinistas, operarios de máquinas y fogoneros de que pueda disponer sin perjuicio para el servicio.
  2. Al Almirante de San Fernando, organizar el depósito de marinería a bordo delMallorca, bajo la base del núcleo de 300 que envió El Ferrol para superdotar la Flota.
  3. Al mismo Almirante, constituir un gran depósito de víveres para 1.500 hombres, durante diez días, a bordo del Mallorca, y embarcar en él todo personal viático.
  4. Enviar a Málaga el petrolero Campas y rellenar a disposición del Estado Mayor de la Armada.
  5. Orden a la Flota para complementar dotaciones con los hombres imprescindibles. Se necesitan 11 Comandantes, 36 oficiales, 90 maquinistas, 30 auxiliares, 200 fogoneros y más de 1.000 marineros. Para medio cubrir el cupo de oficiales, ordené que dispusieran de la promoción de Alférez de Fragata que había en la Escuela Naval. Se preveía dotación para el submarino y C-4.
  6. Los tres cruceros deberían ir a El Ferrol y entrar inmediatamente en carena. Los destructores, distribuidos entre Málaga y los astilleros de la bahía gaditana, se aprovecharían según los encontráramos. Los barcos pequeños y auxiliares se concentraran en Ceuta.

Estas órdenes previsoras, como queda expuesto para nada incluían a los cruceros y destructores nacionales, por considerar no era propio presentarse allí, con toda la fuerza naval de España.

Así mismo el buque insignia del contralmirante 2º Jefe de Estado Mayor de la Armada, Excmo. Sr. D. Salvador Moreno Fernández sería el destructor Ciscar, a quien acompañaba un represente diplomático, el señor Vizconde de Mamblas, quien ya había ejercido de Agregado en la Embajada de Londres en 1924, dotado con plenos poderes sería quien trataría el tema con las autoridades francesas en Bizerta, después de unas penosas decisiones francesas, fue el mismo Franco quien lo llamó a su presencia al nuevo embajador de Francia en España, no siendo otro que su amigo de muchos años, (ambos ya se conocían desde poco antes del desembarco español en Alhucemas) el ahora Mariscal Philippe Petain, quien zanjo el problema, quedando casi la mar libre de políticos que a forma de mar gruesa se oponían, a veces incluso a llegar a un acuerdo, como si quisieran quedarse con la escuadra española.

Por ser el destructor Ciscar donde enarbolaría su insignia, el cual tuvo un acontecer previo, hasta poder llegar a presidir esta expedición, decir que fue encontrado semihundido en el puerto de Gijón, en la primera quincena de marzo de 1938 se le refloto, siendo remolcado a Avilés, para acondicionarlo algo, y al concluir los trabajos, de nuevo a remolque arribo a Ferrol, el 17 de abril fue nombrado su comandante de quilla al capitán de fragata D. Guillermo Díaz del Río y Pita da Veiga, el 24 de mayo ya al menos taponadas todas sus averías de casco, a remolque del vapor Cádiz, dándole escolta el patrullero Álava, y bous, Virgen del Carmen y Virgen de Begoña, junto al remolcador Argos, entrando en Ferrol en la madrugada del 26 seguido, pasando a dique unas horas más tarde, dando comienzo la gran carena necesaria dado su estado, la cual se alargó por intentar realizar cambios que, le proporcionaran mejoras en todo él, pero por desgracia no pudieron llevarse a efecto, para realizar estas, en junio se nombró a su Segundo el capitán de corbeta D. Aquiles Vial y Leste, y en septiembre se nombró a su director de tiro, teniente de navío D. Mario Romero Abella, procedente del crucero Canarias, pasando a 3ª situación el 30 de noviembre de 1938, día que embarco la dotación del buque.

Comenzó la instrucción de la dotación y listos, el 28 de febrero de 1939 comenzó sus pruebas de mar, ese día por el viento del NW, la mar estaba alterada, tan mal, que ni siquiera se podía leer la corredera por falta de visibilidad, pero si se comprobó las escoras excesivas y metidas de caña, como la lentitud del periodo de balance, para postre la radio no pudo funcionar, siendo uno de los fallos que le durarían durante todo el resto de singladuras, en estas condiciones se recibió el 5 de marzo a las 14:00, la orden del Jefe del Estado Mayor de la Marina, de salir en apoyo de la conocida sublevación de Cartagena, zarpando con rumbo a Cádiz, donde le seria embarcada la munición y permanecería a la espera de órdenes.

Al recibir la orden de zapar de Ferrol, al salir de puntas se recibía el viento del NW, igual que en las pruebas, pero se fue notando una mejora conforme bajaba paralelos, así como el viento era de menor fuerza, al doblar el Cabo de San Vicente aun mejoro más el estado de la mar, esto le permitió llegar a alcanzar los 35 nudos, mantenidos prácticamente hasta su llegada a la vista de Cádiz, entrando el 6 seguido a las 18:00, comenzando a embarcar la munición. Pero la dotación no pudo efectuar fuego, ni calibrar las piezas, porque toda la instrucción de ella, se realizó amarrado hasta salir a sus pruebas de mar y después el desplazamiento hasta Cádiz, siendo en sí una duda su verdadero estado para poder entrar en combate.

Las prisas ya comentadas en otros historiales de «Terminus», se le comunicó al Almirante Jefe del Bloqueo, que en corto espacio de tiempo se le uniría el destructor, pero esto no fue conocido por su persona, pero sí por su Estado Mayor en Palma (nadie puede explicarse esta omisión, a no ser fuera por orden superior, pues de ser lo contrario sería traición, por estar el Almirante frente a Cartagena en su crucero auxiliar insignia el Mar Cantábrico, el cual disponía de los medios suficiente para recibirlo), pero dadas la premuras, resultaba que en Cádiz no había suficiente combustible, por ello el Ciscar salió con rumbo a Ceuta, donde se rellenó de él.

Al salir la tarde del 8 de marzo, se había dado la orden el anterior 7, de abandonar el tema del desembarco en Cartagena, pero a su vez la mar de nuevo estaba arbolada, obligándole a reducir velocidad, por esta razón no pudo estar ni ser visto tan siquiera por el Almirante, ni tampoco por el jefe de la División de Cruceros, éste en la noche del mismo día, le pidió situación, rumbo y velocidad, y a su vez si tenía radioseñalero, no fue hasta la madruga del 9 cuando el destructor transmitió los datos demandados, pero añadiendo que a bordo no tenía a ningún radioseñalero, conocida su situación por el Almirante dio orden directa al destructor de arrumbar a Barcelona, entrando en el puerto el 10 a las 08:45, donde sería abordado por el contralmirante Excmo. Sr. D. Salvador Moreno Fernández, 2º Jefe del Estado Mayor, quien estaría al mando de la comisión sobre la recuperación de la Flota internada en Bizerta, permaneciendo en la Ciudad Condal hasta su salida el 14 seguido.

El Jefe del Estado Mayor de la Marina, poco después de ser conocida la salida de la Flota de Cartagena, basándose en sus propias «Instrucciones» ya descritas, comenzó a emitir órdenes, para acudir en cuanto las circunstancias permitieran recuperarla, el primero en ser utilizado para ello fue, el mercante armado Ciudad de Alicante, porque al estar en Ferrol, facilitó el embarque rápido de 6 oficiales de Máquinas, 5 auxiliares de diferentes especialidades, 27 operarios de Máquinas, 13 cabos especialistas, 18 fogoneros, 350 marineros voluntarios y un marinero de 2ª, más 19 alférez de fragata del último curso de la Escuela Naval, todos ellos al mando del capitán de navío D. Luis de Vierna Belando, al estar listo salió el 3 de marzo con rumbo a Cádiz, donde entró el 5 embarcando a mas tripulantes, saliendo y arribando a Palma, donde entraba el 11 seguido.

Al arribar desembarcaron todos los transportados desde Ferrol, y Cádiz por ser el puerto de concentración ordenado por el Almirante, el 13 dio la orden el Almirante de salir rumbo a Castellón, pero el mal tiempo reinante le obligo a regresar, al mejorar algo el temporal, se hizo a la mar el 15 seguido, el mismo día entraba en Castellón, embarcando al Batallón expedicionario de Infantería de Marina, al mando del comandante D. Gerardo Barros Pravia (esta unidad militar era la que iba embarcada, en el Castillo Peñafiel cuando el intento de desembarco en Cartagena), por orden del Almirante, el Ciudad de Alicante salió el 19 seguido, entro en Cádiz donde desembarco parte del Batallón de Infantería de Marina y para recargar combustible, también desembarcaron 100 miembros de su tripulación, volvió a salir a la mar, entrando en Ferrol el 23 siguiente, donde desembarco a la 1ª Compañía del Batallón expedicionario de Infantería de Marina, siendo prácticamente su última misión en la guerra.

Al tener ya las noticias de la entrega de la Flota, el Almirante Jefe de Estado Mayor, transmitió el 16 de marzo a las 15:20 al Almirante de las Fuerzas de Bloqueo, la orden de concentración de las fuerzas en Palma, de los buques que deberían transportar las dotaciones, para dotar los buques en Bizerta, dejando a sus órdenes los tres componentes de la misma, hasta que en el destructor llegara el 2º Jefe de Estado Mayor, el contralmirante Excmo. Sr. D. Salvador Moreno Fernández, quien sería el designado como Jefe de la toda la Flota recuperada, así mismo le daba la orden de desembarcar a todos los posibles de los buques de su mando para completar las dotaciones; al mismo tiempo trasmitía el Almirante Jefe de Estado Mayor, al Comandante General del Departamento Marítimo de Cádiz, embarcar urgentemente en el Mallorca (comandante capitán de corbeta D. Patricio de Antonio y Morales), y al capitán de navío D. Manuel Garcés de los Fayos, por ser nombrado jefe de todas las dotaciones y a su vez al recuperar los buques, Jefe de la Flotilla de destructores.

Como ya indica en sus «Instrucciones» fueron designados para esta comisión el destructor Ciscar, insignia y los mercantes Mallorca y Marqués de Comillas, salió el primer mercante de Tarragona, el 28 de febrero de 1939 se encontraba en Cádiz, saliendo a las 22:15 del 16 de marzo por recibir la orden de entrar en Palma y embarcar las dotaciones de los buques de la Flota, esto había sido ordenado por el Almirante Jefe del Bloqueo, desde Burgos donde se encontraba, para que acudieran a Palma el minador Júpiter, destructor Velasco-Melilla, el crucero auxiliar Mar Negro y el sumergible General Mola.

Al mismo tiempo el Marqués de Comillas, salía de Cádiz el 16 de marzo a las 17:00, transportando a todo el personal asignado, como parte de las dotaciones de la escuadra en Bizerta, con la orden de arrumbar a Málaga, donde al entrar embarcó parte de las dotaciones, de los cañoneros Cánovas del Castillo, Eduardo Dato y Canalejas, siendo un oficial, 5 auxiliares y 28 marineros, al estar todos a bordo salió con rumbo a Palma, donde fondeaba el 19, embarcando 100 t., de carbón para las cocinas de los buques internados.

A causa del mal tiempo y la bahía de Palma abierta, el temporal que se levantó el 23 seguido, era tan duro que el Marqués de Comillas perdió el ancla, por ello se alistaron todos los medios para abandonar el casco, pero su comandante decidió salir y sortear la mar en abierto, a su vez se produjo un fallo de máquinas, se pusieron a trabajar y por fin transcurrida una hora, pudo dar avante, sorteando el temporal costeando, el 25 ya algo calmado el viento y mar entró, se buscó con ganchos la zona y el 27 recupero el ancla, cercano a él se encontraba listo para acompañar a la pequeña división, el petrolero Campas, quien había rellenado sus depósitos y estaba listo para dar soporte a la expedición.

Con todo este trasiego de buques y sobre todo por la falta de dotaciones, el Almirante Jefe del Bloqueo, al estar prácticamente todos los pequeños sin suficiente dotación, dio la orden de anular toda orden a estos de zarpar de Palma. Aclarar que el Almirante Jefe del Estado Mayor de la Marina, califica de «superdotados» los buques a su mando, pero esto no era cierto, porque desde siempre cuando se entra en guerra, las dotaciones se aumentan entre un 10 y un 20%, (dependiendo del tipo de buque) porque hay muchas cosas que hacer, se suelen tener todo tipo de bajas y el cuerpo humano siempre tiene un límite, no siendo igual ni se le parece, navegar en tiempos de paz que en guerra, lo que viniendo de todo un vicealmirante nos lleva a pensar en otras cuestiones, porque él bien lo sabía cómo buen profesional que era.

Conocida ya la llegada del acuerdo de entrega, el Ciscar salió de Barcelona el 14 de Marzo a las 14:00, enarbolando la insignia del contralmirante D. Salvador Moreno Fernández, entrando en Palma el mismo día a las 19:45, comenzando por ser rellenado de combustible y embarcar 100 cartuchos y 50 kg de pólvora, para el cañón de saludo, pero al mismo tiempo se había compuesto una clave especial para trasmitir y recibir mensajes por radio, al estar todo en su lugar y afirmado, el mismo día a las 22:30 salía de Palma rumbo a Bizerta.

De nuevo la mar no estaba por ayudar, porque nada más salir del socaires de la bahía, la marejada del N., que ya era dura, comenzó a aumentar, hasta llegar a muy gruesa; a las 04:10 del 15, se recibió un fuerte golpe de mar, sabiéndose que algunos hombres podían haber sido lanzados al agua, dándose la orden de a pesar del mal tiempo, y dependiendo de la situación del viento, el agua en otras ocasiones barría la cubierta con dureza, pero D. Salvador ordenó dar primero una vuelta entorno al primer lugar, y nada se pudo ver (la noche era cerrada), por ello se dio otra virada, pero tampoco sirvió de nada por la mínima visibilidad, no conforme con ello ordeno a sus oficiales pasar lista, de esta se supo faltaban dos marineros (uno era de 2ª D. Manuel Dourado Pailo de Corme y el voluntario D. Ceferino García López de Guiño, éste de Coruña), viendo la imposibilidad de navegar, se disminuyó la velocidad y arrumbo a Mahón, donde entraba el mismo 15, a las 17:00, atracando en el muelle de la Base Naval, donde nada más estar amarrado se largaron las manguera, procediendo a rellenar combustible.

A pesar de que todo parecía estar ya resuelto, el Almirante Jefe de Estado Mayor, el 16 a las 23:30, comunicaba por radio tanto al Almirante Jefe de las Fuerzas de Bloqueo, como al contralmirante a bordo del Ciscar que: «Subsecretario Asunto Exteriores comunica que surgieron escrúpulos para entrega de buques debido a comité de No Intervención y únicamente autorizaron de momento izar bandera y mantener reducido personal para conservación. Mallorca y Marqués de Comillas van a Palma donde debe ir V.E. antes de salir para Bizerta objeto concretar con Bloqueo núcleo de dotaciones inmediata y posibilidad nuevo envío si diplomacia logra conseguir entrega barcos sin restricciones.»

Cómo se puede apreciar, si el problema era con Francia y éste estaba resuelto, ahora intervienen los de la “No Intervención”, demostrando una vez más en nuestra Historia Naval que, en cuanto aquí se flojea, intenta sin intervenir, hacernos la vida imposible y si hubieran podido vender los buques españoles a cualquier otro país, bien por separado bien en conjunto, lo hubieran efectuado, pero ya estamos acostumbrados, porque siempre han actuado igual, defender sus intereses, caiga quien caiga, y si es España para robarle, mucho mejor.

Pero como los dos mercantes, Mallorca y Marqués de Comillas, no entraban en Palma hasta el 18 y 19 respectivamente, el mensaje llegó con suficiente tiempo, para evitar la reunión de los tres buques frente a Bizerta, a pesar de ello, D. Salvador emitió el 17 desde su insignia en la mar, a las 13:40 un mensaje a ambos mercantes, para que acudieran a Palma y se mantuvieran a la espera de noticias.

Mientras el Ciscar permaneció en Mahón hasta que amainó el tiempo, saliendo el 17 a las 14:00, con rumbo a Bizerta, solo dos horas más tarde, el Jefe del Estado Mayor, emitía una orden a su Segundo, para que regresara con su buque a Palma, por saber que los franceses no estaban muy de acuerdo en devolver la Flota, este mensaje lo tuvo que repetir el Estado Mayor de la Flota en Palma, por las dificultades del aparato montado en el destructor, al recibirlo viró con rumbo a puerto, donde entraba en Palma el mismo 17 a las 22:40, pero al entrar lo primero que hizo D. Salvador, fue poner de manifiesto las irregularidades del equipo de comunicaciones de su buque, diciendo: «Acabo fondear Palma sin novedad. Estación radio desde las 16:00 imposible comunicar que, a dicha hora, en mi poder radio V.E.3463 arrumbé a este puerto donde quedo en espera de órdenes. Por error de claves al cifrar en esa e inexperiencia personal radio este buque comunicaciones son muy lentas, desordenadas y confusas. Entiendo, además, que me falta radiogramas importantes V.E. Corregiré defectos con ayuda Estado Mayor Bloqueo».

Por fin el 24 el Mariscal Philippe Petain presento sus cartas credenciales, sin saberlo casi nadie, fue quien soluciono todos los problemas, por ello ya todo en su sitio, el 25 el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Marina, envía orden al Ciscar, para que se zarpe rumbo a Bizerta, «…como avanzada, por si encontraba propicias a las autoridades…» el 26 a las 08:00 salía el Ciscar, con tiempo achubascado y marejadilla, el 27 a las 10:25 fondeaba frente a Bizerta, parando máquinas, al mismo tiempo saludaba a la plaza al cañón con 21 salvas, siendo respondido de igual forma por las baterías de costa, una vez autorizado a entrar y práctico a bordo, entro y atracó en el muelle de la bahía de Sebra.

Como se puede apreciar la llegada del Mariscal francés, allano todas las cordilleras levantadas, por unos y otros, dando al traste con sus demoledoras intenciones, lo que ahora venía era el acuerdo sobre el terreno, por ello desembarcaron el Jefe de la expedición, el representante diplomático y el comandante del destructor, para entrevistarse con el almirante francés M. Blery, quien era el Prefecto Marítimo de Bizerta, quien curiosamente no puso ningún impedimento, otorgando las máximas facilidades.

Las condiciones de D. Salvador eran muy sencillas, llegando al acuerdo para que todas las dotaciones españolas a bordo de los diferentes buques, pasaran al Miguel de Cervantes, quedando sólo en ellas una guardia de franceses, quienes harían entrega del buque a sus respectivos Comandantes por él nombrados.

Los miembros de la escuadra gubernamental que quisieran regresar, serían embarcados en el Marqués de Comillas, pero no en número superior a 2.000, por ser su máxima carga, si hubieran más, ya se pondrían de acuerdo ambas partes para solucionar el problema, por ello al regresar a su destructor el D. Salvador Moreno, envió un mensaje al Almirante de las Fuerzas de Bloqueo, para que inmediatamente y de forma urgente, saliera el Mallorca y el petrolero Campas con rumbo a Bizerta, el primero por llevar todas las dotaciones de los buques, y el segundo por si era necesario recargar combustible en los buques internados, en cumplimiento de esto, los dos zarparon de Palma sobre las 17:00 del 27, presentándose frente a Bizerta el 29, donde entraron y atracaron.

Por la noche las dotaciones gubernamentales, fueron sustituidas por los guardias franceses, al mismo tiempo que los tres jefes españoles, estuvieron cenando en la Residencia del General francés, terminando de concretar detalles; todo había cambiado, como de la noche a la mañana, y es que es la de siempre, entre militares sólo está presente la defensa de su país, de ahí que logren entenderse con facilidad, los unos a los otros, no así con los demás a quienes siempre les mueven otros intereses, como ha quedado más que demostrado a lo largo de la Historia.

El mando había designado a los comandantes de los buques, siendo los siguiente: El capitán de navío D. Luis de Vierna y Belando, crucero Miguel de Cervantes; capitán de fragata D. Arturo Génova Torruella, crucero Galicia (ex Libertad – ex Príncipe Alfonso y ya rebautizado con el nuevo nombre); capitán de corbeta D. Juan Cano Manuel y Aubarede, crucero Méndez Núñez; y los destructores capitán de corbeta D. Patricio de Antonio Morales, Lepanto; capitán de corbeta D. Ramón de Carranza y Gómez, Almirante Antequera; capitán de corbeta D. Pedro Pérez de Guzmán, Gravina; capitán de corbeta, D. José María Ragel y García, Jorge Juan; capitán de corbeta D. Pedro Fernández Martín, Almirante Valdés; capitán de corbeta D. Manuel Aldereguía Amor, Almirante Miranda; capitán de corbeta D. Pablo Suanzes y Piñeiro, Escaño; capitán de corbeta D. Ginés Sanz García de Paredes, Ulloa y el teniente de navío D. Juan García-Frías García, sumergible C-4. Y al mando de la Flotilla de destructores, se nombró su Jefe al capitán de navío D. Manuel Garcés de los Fayos, quien enarbolo su insignia en el Lepanto.

Las autoridades francesas en la mañana del 30, fueron entregando uno a uno los buques a sus Comandantes, en el momento de tomar el mando, eran bendecidos por el capellán de la Armada, eran casi las 12:00, momento en que el Contralmirante al mando de la Flota embarcado en el mercante auxiliar Mallorca, donde enarbolaba ahora su insignia, las dotaciones en cubierta y formadas, se dio la orden de izar lenta y solemnemente la bandera de España, en el transcurso de este tiempo, (un minuto) se rindió homenaje a la memoria de los muertos durante la guerra, sin distinción de bandos.

Al concluir toda esta ceremonia, se pasó a revisar el estado de los cascos, de quilla a perilla, fue cuando se apercibieron de que, el estado en que se encontraban era calamitoso, entre otras muchas cosas, habían arrojado al mar los cierres de los cañones, y los tubos de comunicación desde el puente y las diferentes dependencias, estaban obstruidos con sobras o no de alientos, aparte de necesitar un buen recorrido en todos ellos, por fuera y por dentro, y revisar máquinas, todo esto a pesar de la vigilancia francesa, o bien lo hicieron poco antes de entrar en el puerto, cuando estaban a la espera de noticias.

Mientras en la noche del 30, al saber D. Salvador Moreno el cambio de actitud de las autoridades francesas, transmitió al Almirante Jefe del Bloqueo, saliera el Marqués de Comillas, con el resto de dotaciones para hacerse cargo de la Flota, embarcando 37 oficiales, 42 auxiliares y 747 marineros, saliendo de Palma a las 01:00 del 30, por ello al arribar ya se había embarcado sus comandantes y parte de la marinería, en sus respectivos buques, al amanecer del 31 estaba en la entrada del puerto, salió el práctico y atraco cerca del Mallorca, comenzando el desembarco y embarcando por saberlo cada cual a su buque, donde a su vez el comandante conforme iba abordando su dotación, les saludaba e indicaba el puesto a ocupar, al concluir todo esto, fueron a su vez terminando de revisar el casco, ratificándose lo ya indicado, pasando al poco tiempo y según orden del Contralmirante fueron abarloándose al Campas, para rellenar combustible, al embarcar en el Miguel de Cervantes, estaban a bordo todos los gubernamentales, quienes fueron trasbordados al Marqués de Comillas.

Al ser conocida la llegada del contralmirante D. Salvador Moreno, en el campo de concentración de Meheri-Zebbeus, muchos pensaron que podrían regresar, pero sin sufrir daño alguno, visto y sabido por el almirante francés, lo puso en su conocimiento para que pudiera recibir una representación, a lo que lógicamente accedió; fueron recibidos los oficiales, quienes por ser pocos se autorizó a todos, así el capitán de corbeta D. Luis de Abarzuza Pacheco y los tenientes de navío D. José García Barreiro, D. Manuel Núñez Rodríguez y D. Eugenio Calderón Martínez.

Al estar todos el primero en hablar fue D. Salvador Moreno, quien de entrada les reprocho duramente su servicio, en una marina que había fusilado a cientos de sus compañeros y ellos no habían seguido el ejemplo de los que dieron su vida por su patria, todo esto lo aguantaron con entereza, dando permiso para hablar y en representación de ellos, lo hizo D. José García Barreiro, quien sólo pregunto: «Que les sucedería si decidieran volver a España» D. Salvador les respondió: «Como es de obligado cumplimiento, cada uno será juzgado según sus responsabilidades» dejando muy claro que él no iba a intervenir ni a tomarse la justicia por su mano, porque sólo lo habían hecho los revolucionarios y él no estaba por la labor, ni a favor ni en contra de su porvenir, pero dadas las circunstancias y todo lo sucedido, les aconsejó se quedaran y quizás pasados unos años podrían regresar, pero dudaba muy mucho volvieran a vestir el botón de ancla.

Hubo un caso aparte, con el Capitán de Corbeta D. Luis de Abarzuza Pacheco, a quien personalmente el Contralmirante, le amonesto muy severamente, por haberse pasado del bando nacional al gubernamental, pero más tarde su jefe, el vicealmirante D. Juan Cervera Valderrama, le explico lo ocurrido con este oficial (2) y otros varios largos de relacionar, desde intentar pasarse si se le concedía el mando con el buque a zona sublevada, pero fue descubierto y detenido, continuo prestando otros servicios y obteniendo otros mandos de diversas armas, pero en tierra.

  • (2) Este oficial estaba en la reserva en Cádiz al producirse el alzamiento, ocupando el cargo en la Marina Civil en la Delegación Marítima de la capital, se adhirió al alzamiento, paso a prestar servicios en pesqueros armados, hasta ser destinado a la Intervención de marina en Larache, encontrándose aquí pensó que podía prestar un buen servicio a la causa, si lograba llegar a la zona gubernamental y al entregarle el mando de un buque, pasarse de nuevo a los alzados, lo comunicó al teniente de navío D. Miguel Ángel García Agulló-Aguado, quien lo puso en conocimiento del Jefe de las Fuerzas navales del Norte de África, capitán de fragata D. Manuel Garcés de los Fayos, quien le desautorizó, pero no hizo caso y logró con tretas pasar a Tánger, de donde se trasladó a Marsella, pasando y presentándose en Barcelona, donde a su vez sufrió detenciones y malos tratos, pero comprobando era fiel a la República, en marzo de 1938 se le autorizó a embarcar, desempeñando cargos de Jefe de Material en el E.M., Jefe de Operaciones interino de la Flotilla de destructores y comandante del Jorge Juan, donde concluyó sus servicios y quien lo llevo a internarse en Bizerta. Obviamente no logró su propósito inicial, por estar rodeado de enemigos constantemente, de hecho salió en dos ocasiones con su buque pero no logró ningún buen resultado, según él esperaba. Embarcó de regreso, donde fue juzgado en Consejo de Guerra, siendo la sentencia, su separación del servicio, aunque en libertad de movimientos por toda España.

Regreso el almirante francés a tratar de que todos regresaran, esto era una argucia sin límites del Gobierno francés y sin respeto ninguno por la vida de los refugiados, porque lo que realmente le molestaba era mantener a tantos, pero D. Salvador escribió una nota, para que fuera leída en el campo, diciendo entre otras razones: «que nada tenían que temer aquellos cuyas “manos estuviesen limpias de sangre”», entre las varias acusaciones al Contralmirante Moreno, por los oficiales que acudieron a la entrevista, hay una que casi causa risa, porque dice: «El Contraalmirante Moreno no nos ha explicado las nuevas leyes vigentes en la España nacional, concretamente en la Marina, para hacerse cargo de la situación.»

Porque lo bien cierto es que, las Leyes que se aplicaban eran las mismas que las de la República, de hecho ni siquiera se ascendió a nadie a Almirante o Teniente General, conservando el grado máximo en General de División (esto se puede confirmar con fotos, en las que el mismo Franco, general de división, durante toda la guerra seguía llevando la estrella de cuatro puntas dorada, y el de brigada plateada, por ello en ellas en tonos de gris, es prácticamente imposible saber el grado de cada uno de ellos) o Vicealmirante, lo que indica hasta donde llegaba el odio de muchos, confundiendo a los de abajo, sólo a mediados de 1939, se regresó por Ley a la anterior escala de grados, mientras que las Leyes no comenzaron a cambiarse prácticamente hasta terminar la II Guerra Mundial, Franco y sus ministros durante este tiempo, tenían otros dolores de cabeza, pero esto no se cuenta y de ahí ciertos errores que llegan a fecha de hoy. Sólo en las fotos cuando la toma de Vinaroz, Franco sí lleva los galones de Capitán General, pero no he visto ninguna otra, siendo la excepción.

Casos aparte, fue como era natural, el de Bruno Alonso, porque estuvo muy poco tiempo, por la intervención de Rodolfo Llopis, consiguiendo ser embarcado a escondidas y regresar a Francia, así como el coronel Galán y otros comisarios políticos, el que marcó la diferencia, casi obligado fue D. Miguel Buiza y Fernández Palacios porque si se hubiera ido con estos, no le habrían perdonado, y si se reintegraba a España, la cosa iría por el mismo rumbo, pero su actitud fue tan digna con sí mismo y sus ideas, pidió ingresar en la Legión Extrajera, ante ello el almirante francés se lo concedió, pero con el grado de capitán, fue un honor excepcional, porque hasta ese momento sólo se había concedido tal, a un miembro de la familia real italiana, cuando a su vez fue derrocada.

Quedando en el campo de concentración unos 1.500, (no se puede saber la cifra exacta, porque los franceses quienes si la sabían, no las dieron en ningún momento) lo bien cierto es que hubo de todo, algunos lograron pasar a Francia, donde se incorporaron al ejército, otros con esa excusa, pasaron a la URSS y como es sabido, muchos se quedaron en la Francia Libre y al suceder la invasión alemana, comenzó a funcionar el “maquis”, encabezado por este personal, el cual causó graves daños a los invasores nazis, de hecho gracias a ellos se logró recuperar a varios cientos de pilotos, tanto franceses, británicos y norteamericanos, por la misma razón los aliados estaban informados al minuto.

Cuando se llevó a buen término el desembarco de Normandía, previa preparación en la retaguardia en Francia, basadas sobre todo en estos exiliados, esta fue precisamente la razón por la que el general francés, Philippe Leclerc de Hautecloque, nacido como Philippe François Marie, Conde de Hauteclocque, (al parecer lo del título no le convenía, pero si lo llevó como apellido), quien estaba al mando de la resistencia francesa, fue quien se impuso al general Charles André Joseph Marie de Gaulle y al mismísimo General en Jefe de los aliados general de cinco estrellas norteamericano Dwight David Eisenhower «Ike», para que los primeros en entrar en París, fueran precisamente los españoles, era un alto honor, al que nadie quería renunciar, de hecho todos los semiorugas norteamericanos con los que desfilaron, lo hicieron con nombres de combates y personas de decidida acción, entre ellos uno con el nombre de Amiral Buiza, pero la realidad era que sin ellos, las cosas no hubieran sido tan fáciles, esto a aparte de que el general «Ike» unos años antes del desembarco de Normandía, se pusiera en contacto con el Jefe de Estado español, para que le cediera la máxima información posible, sobre nuestro exitoso desembarco en Alhucemas de 1925.

El 1 de abril se le entregó el mando del Marqués de Comillas al teniente de navío D. José Sáenz de Cenzano, donde embarcaron 2.316 repatriados, (por ello excediendo en su capacidad por las órdenes recibidas, pero fuera por el bien de algunos) siendo trasladados desde tierra con un remolcador, en pequeñas cantidades, eran de todos los grados de suboficiales y clases de tropa.

La escuadra al mando del contralmirante Excmo. Sr. D. Salvador Moreno Fernández, compuesta por la división de cruceros, Miguel de Cervantes, insignia, Galicia y Méndez Núñez, la 1ª Flotilla de destructores Lepanto, insignia, Almirante Antequera, Gravina y Jorge Juan; la 2ª Almirante Valdés, Escaño, Almirante Miranda y Ulloa, el Ciscar quedo a las órdenes directas del contralmirante, quien ordeno estar listos para salir a las 17:00 del 2 de abril, mientras llegaba esta hora, las dotaciones no pararon un ápice en la preparación de los buques, además se daba el caso peregrino, por el que al no disponer en la Marina nacional, de este tipo de barcos, todo era nuevo para los miembros de las dotaciones, e incluso casi para sus mandos, comprobándose en esta revista general la cantidad de desafueros cometidos, por las anteriores dotaciones, lo que provocó grandes trabajos sólo para que pudieran salir a la mar y arribar como era debido a sus puertos de destino.

Una hora antes de salir la Flota, lo hizo el sumergible C-4, junto al mercante armado Mallorca, ambos con destino a Barcelona, al mismo tiempo salía el petrolero Campas, pero éste directo a Palma, al estar en el paralelo de Palma, el comandante del C-4, ordenó al mercante arrumbar a ésta, donde se reunieron los tres.

Poco antes de la salida de la Flota, los Comandante recibieron la orden, para que las dotaciones cubrieran candeleros, por ello cada uno dio la orden de «babor y estribor de guardia», yendo todos lo mejor vestidos que se podía, y para dejar muy claro la formación de estos, toda maniobra se ejecutase con rapidez y precisión, lo que lógicamente costaba algo, por la falta de practica en estos buques.

Comenzaron a desatracar y aproar a la salida, los primeros fueron la 1ª escuadrilla de destructores, los segundo, la 2ª, seguidos por los cruceros, y a la cabeza el insignia, quedando al final el Ciscar y el Marqués de Comillas.

Al pasar los primeros, en los muelles del puerto se había concentrado un gran número de personas, quienes comenzaron a silbar, abuchear a las dotaciones españolas y levantando el brazo con el puño cerrado, eran los seguidores del Frente Popular francés, visto esto por el contralmirante al mando, ordeno zafarrancho de combate, a su vez lo vio el general francés, dando orden de acabar con este desafío en la lejanía que, para nada era agradable, por ello muy poco después comenzaron a atracar buques de la marina francesa, desembarcando varios tripulantes, quienes inmediatamente pusieron orden en los muelles; al ir saliendo de puntas, la 1ª escuadrilla de destructores bajo velocidad y cayó a babor, la 2ª igualmente pero a estribor, y en el centro se colocaron los cruceros, con el insignia en cabeza, todos en línea de fila, cerrando la formación el Ciscar dando escolta al Marqués de Comillas.

La formación se veía alterada de vez en cuando, porque alguno de su componentes sufría algún tipo de avería, la cual solucionada regresaba a su puesto, pero el conjunto se vio obligado a bajar la velocidad, el Ciscar que iba y venía dando a la voz (porque como se ha comentado sus medios de comunicación no funcionaban a bordo) las órdenes recibidas por el contralmirante, a los diferentes comandantes, y de estos regresaba al insignia, para trasmitir igualmente la respuesta, así navegaban pero muy lentamente, hasta que el 4 seguido a las 09:00 se reunieron los cruceros Canarias y Navarra acompañados por los destructores Huesca y Teruel, todos salidos de Cartagena.

Al estar casi todos, D. Salvador dio la orden de arrumbar a un punto, a 70 millas al 086 de cabo de Palos, donde había sido hundido el crucero Baleares, llegaron al lugar a las 13:40, dándose la orden de parar máquinas, se izaron banderas y gallardetes a media asta, las dotaciones todos de blanco cubrieron candeleros, rezaron un responso, cantaron himnos de rigor y se dieron las voces utilizadas en estos actos, así como gritar el nombre del Baleares y desde el crucero Miguel de Cervantes, se lanzó al agua una corona de laurel con una bandera de España, al terminar el acto que fue muy breve, los buques se separaron; la escuadra completa salida de Bizerta arrumbo a Cádiz, el resto a Cartagena, pero en el Galicia se sufrió una avería, viéndose obligados todos a fondear en Algeciras, pero el Méndez Núñez, fue el que peor estaba, acusando su mal estado un retraso importante en toda la escuadra, a su vez el tiempo empeoró, obligando a todos a permanecer hasta el 8, por mejorar el tiempo en pocas horas lograban entrar en Cádiz.

El Marqués de Comillas y el patrullero Tramontana por transportar a los refugiados, se les dio orden de abandonar la escuadra, para arrumbar en solitario a Cádiz, donde entraron el 6 siguiente, desembarcando todos ellos, (en el Tramontana se quedó su pequeña dotación, para devolverlo a sus dueños), pero trasladados a Rota, donde a su vez fueron separados para clasificarlos mejor; sucediendo un acto que para nada iba contra ellos, pues no fue otra la razón que estar en Semana Santa, regresando las cofradías a hacer sonar las cornetas y tambores que, se oían perfectamente en toda la isla de León, pero sí les causó sensación volver a sentir aquellos pasos, tan olvidados por casi todos.

A los ya en posesión de la Armada, se incorporó el que faltaba, no era otro que el José Luis Díez, internado en Gibraltar desde diciembre de 1938, siendo entregado el 25 de marzo de 1939, tomando el mando el capitán de corbeta D. Alejandro Molins Soto, quien lo traslado a Algeciras, siendo algo reparado con los medios disponibles, saliendo y entrando en Cádiz el 4 de abril con la escolta del Calvo Sotelo, donde fue reparado por completo el destructor.

Decir que los tres cruceros de Bizerta, al concluir la guerra, fueron trasladados a Ferrol, para ser revisados en su totalidad, no regresando al servicio activo hasta 1944, lo que indica la falta de casi todo, por estar el mundo en guerra, y por ello piezas que eran precisas, no pudieron reponerse por carecer España de una empresa que pudiera repararlos por completo, de ellos el que más reformas sufrió fue el Méndez Núñez, por la necesidad demostrada en la misma guerra mundial de buques con defensa contra aeronaves, convirtiéndolo a esta nueva modalidad montándole ocho cañones de 120/45 mm, diez de 37 mm y ocho de 20 mm, pero a falta de equipos electrónicos, por ello se le montaron electro-hidráulico.

Bibliografia: Para leer clicar sobre ella.

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Cartagena desembarco 1939

Posted By on 22 de abril de 2022

El Mar Cantábrico al estar listo, salió de Palma a un nuevo crucero, se hizo a la mar el 7 de noviembre a las 16:30 de 1938, no habían casi transcurrido dos horas, cuando se verificó problemas graves en la refrigeración de los cilindros de los motores, virando para regresar a su base, entrando el 8 a las 00:50, quedando a la espera de poder ser enviado a su astillero de construcción y revisar a fondo el problema, pues algo había que no se veía, la arribada a Palma del Mar Negro el 12 de noviembre a las 20:30, daba la posibilidad de darle al Mar Cantábrico (su hermano) el descanso necesario, el Almirante decidió se hiciera a la mar, saliendo el 13 seguido, entrando en Bilbao el 26, después de dos indispensables recorridos en Cádiz y Ferrol, para que pudiera arribar al puerto donde había nacido.

Fue alistado de nuevo, se confirmó en el mando al anterior comandante, capitán de corbeta D. Felipe Abarzuza Oliva, quien a su vez reclamo a su anterior dotación, no lo pudo lograr al 100 %, pero si la mayoría, salió el 22 de febrero de 1939, entrando en Santander y Ferrol en ambas embarco parte de la anterior dotación y a prisioneros de guerra, para desembarcarlos en Cádiz, de donde al cumplir esta comisión, salió con rumbo a Palma, donde entro el 2 de marzo, quedando de nuevo incorporado a las Fuerzas de Bloqueo de Tierra Mar y Aire.

El 5 de marzo, se recibió la orden de trasladar tropas para un desembarco en Cartagena, por saber el Estado Mayor que una parte de las tropas, se había levantado contra el gobierno de la República, y ante el riesgo la escuadra gubernamental salió a la mar, permanecieron unas horas a la espera de noticias, desde Madrid se les comunicó se presentaran a las autoridades francesas en Bizerta; el Almirante inmediatamente dio orden de salir de Palma, siendo a las 15:00 cuando levaron, el Mar Cantábrico insignia y el Mar Negro, con rumbo al cabo de Palos, tres minadores lo hicieron a las 13:00 rumbo a Castellón, el rumbo de los dos cruceros auxiliares era al 225 a 12 nudos en línea de fila, hasta las 20:45, al estar al 180 de Formentera, cuando metieron al 270 variando a las 22:45 al 230, arrumbando al cabo de Palos.

El Almirante se encontraba en una encrucijada, la flota gubernamental contaba con tres cruceros, y no menos de ocho destructores, mientras él en esos momentos, sólo podía disponer del Canarias y los cruceros auxiliares, pero estos era descabellado enfrentarlos a tan poderosos enemigos, pero no quedaba otra, por ello en principio se mantuvo a la expectativa, y cuando le fue confirmado que la escuadra enemiga navegaba con rumbo al norte de África, dio orden de acercarse al arsenal sublevado; esto le fue comunicado por ordenar despegar a la aviación de Palma y con la ayuda de la “legionaria”, quienes la avistaron sin acercarse en demasía, lo comunicaron a las 15:30 del mismo día, confirmando eran tres cruceros y ocho buques menores, situados a 40 millas al 180 de cabo Palos con rumbo 090, esto indudablemente le tranquilizó, pues todo su Estado Mayor le recomendaba virar y entrar en Palma, pero no era de los que abandonan, lo que ya había demostrado al principio de la contienda con el hundimiento del destructor Almirante Ferrándiz, en el Estrecho y el daño moral que significó durante toda la guerra al bando contrario.

El comunicado que envió el Almirante al tener estas noticias a «Terminus» dice: «Aviación legionaria dice que a 15:30 avistó Flota roja compuesta por tres cruceros y ocho destructores 40 millas al Sur de cabo Palos, rumbo 090. No creo posible se dirija a Valencia. Entiendo se dirige a Argel. Continúo con Mar Cantábrico y Mar Negro sobre cabo Palos. A 19:00 estoy E/W con Formentera. Ruego me comunique si se efectúa desembarco en cabo Palos o si se espera localizar dónde se encuentra Flota roja» los mensajes fueron muchos y sería prolijo transcribirlos, pero queda constancia de la gravedad de la situación, por una parte el Generalísimo recibía noticias y enviaba órdenes con gran fluidez, entre ellos quizás el más importante, era poner en conocimiento del Almirante, las divisiones a embarcar y las prisas lógicas de efectuar el desembarco, siendo muy minucioso en todo él, llegando incluso a denominar cada buque y la unidad militar a embarcar y en que puerto, incluido en ello hasta los que debían embarcar en Málaga, el resto correspondía a puertos al norte de Valencia, se baraja la posibilidad de que lo embarcado en Málaga, efectuase el desembarco en la población de Águilas; a las 17:10 del 6, el Almirante comunica a su Jefe que la escuadra gubernamental, se encontraba próxima a Bujía.

Los dos cruceros auxiliares a las 07:30 del 6, llegaron a estar a cinco millas de Cartagena, justo en ese momento se recibieron 12 disparos, de la batería de poniente, cayendo los piques muy cercanos, por ello dio la orden el Almirante de arrumbar al Sur y alejarse del peligro, siendo manifiesto que «Terminus» no estaba al segundo de lo que ocurría, porque transmitió incluso la orden para que los cruceros auxiliares entraran en Cartagena, pero este fuego demostraba que no estaba dominada la situación, esto a su vez fue puesto en conocimiento del Estado Mayor y a las 09:40 recibió un comunicado el Almirante diciendo: «V.E. tiene mando toda la operación»; pensamos que con éste cambio de actitud queda todo dicho.

Por fin llega el crucero Canarias, quien modero su velocidad para cruzar la proa del Mar Cantábrico a 20 nudos, quedando incorporado al dispositivo de fuerza del desembarco, eran las 09:35 del 6 de marzo, manteniéndose los tres cruceros, entre cabo de Palos y Cartagena, llegó el Rey Jaime II, procedente de Málaga con tropas siendo el primero, quedando unido a la agrupación, más tarde fueron reuniéndose otros, en esta situación la aviación de ambos contendientes estaba casi todo el tiempo sobre ellos, llegando a abrir fuego contra ellos desde los cruceros, a las 19:40 el Almirante recibe el radiograma siguiente del Jefe del Estado Mayor de la Marina: «Jefatura Aire, comunica avistada a 15:45 (casi cuatro horas más tarde) Flota roja continuaba navegando hacía Levante probablemente hacia Bizerta.»

Esto suponía un peligro menos facilitando el desembarco, se intentó efectuarlo sobre Portman, pero las baterías hundieron varias barcazas de desembarco, viéndose obligado el Almirante a suspender la operación, a partir de aquí se sucedieron las noticias, como una que decía que las tropas sublevadas iban a tomar la batería de costa del Tiñoso, pero no fue posible y el daño ya estaba causado, a su vez otro del Estado Mayor, casi a las 24:00 horas indicando la posible salida de Valencia, de mercantes con obras de arte con destino a Francia, para ello se destacó un destructor y vigilar esta posibilidad (sólo hay que ponerse en el momento y lugar, para saber a cuantos frentes debía el Almirante estar pendiente, y todo sin una marina adecuada, metiendo baza en realidad dos Estados Mayores y obviando al suyo, que al fin y a la postre sería el responsable de todo.)

Amaneció el 7 con buen tiempo, viento en calma y la mar llana, varios mensajes más para terminar de dotar a los buques, para poder realizar el desembarco en Portman, pero nada al respecto de la situación en las baterías de costa, en las que insistía el Almirante, su posición era obvia, pues se jugaba prácticamente a todos su buques, si las batería no estaban en buenas manos, esto se confirmó definitivamente, cuando a las 07:25 comenzaron a recibir piques de la batería de Portman de 152 mm y la del Negrete de 381 mm, lo único que se pudo hacer por tener algo más de alcance, fue ordenar al Canarias abriera fuego sobre la de Negrete, además de ser la más peligrosa, pero sólo pudo disparar una salva con los cañones de popa, que por desgracia no acertaron, por ello se dio la orden al minador Vulcano, tendiera una cortina de humo sobre los mercantes, ya que estos eran casi el blanco preferido y los piques se iban acercando a ellos, cada cual recibió la orden de a su máxima velocidad salir del alcance de lo que caía, lo que costo un poco a los mercantes por no disponer de altas velocidades, pero con el zigzag y el humo constante entre ellos, lograron salir de tan apurada situación, al hacerlo se dio la orden de navegar a 7 nudos al 090.

El Almirante embarco en su bote y se acercó al Vulcano, porque en él iba el jefe de la 83 división embarcada, el general de brigada de Infantería. D. Pablo Martín Alonso, con el que permaneció unos 40 minutos de conversaciones, desde el mismo minador a las 09:00, el Almirante dicto un mensaje para el Almirante Jefe del Estado Mayor de la Marina, diciendo: «Durante última noche enemigo se apoderó batería 38 y 15 cm. Este de Portman abriendo fuego al amanecer sobre los buques por depresión» a las 10:50 trasbordo a su insignia y a las 11:10 envío un mensaje a Burgos: «Ruego comunique a Generalísimo lo siguiente. Situación Cartagena desconocida. No es posible comunicar plaza. Baterías Portman en poder del enemigo. General cuerpo desembarco me propone enviar de noche 150 hombres para ocupar por sorpresa dichas baterías. De no poder ser, propongo desembarco esta noche en cabo Palos o Mazarrón» a su vez y la espera de noticias, todos los buques navegaban en línea de fila, unas tres millas fuera del alcance de las baterías de costa. 

El mismo 7 a las 10:30 se incorporó a la Flota procedente de Palma, el destructor Teruel, unidad que no llevaba tropas y su velocidad máxima de 21 nudos, le servía al almirante como aviso, dándole la orden de cruzar fuera del alcance de la artillería de costa, en toda la línea ya hasta donde ser perdía de vista, por ello contribuyó a avisar, al mercante Castillo Mombeltrán procedente de Málaga, para que se reuniera con el convoy, más tarde avistó al Sebastián quien había salido de Castellón, indicándole la posición del convoy; a las 12:10 desde Palma se le comunicó al Almirante: «Avistada Escuadra roja compuesta 3 cruceros 8 destructores fuera puerto Bizerta a 10:30 martes 7», como es comprensible esta noticia ya daba por finalizada en sí la campaña naval, o al menos el posible enfrentamiento con la escuadra gubernamental, a las 13:00 se le confirmó la anterior noticia: «El hidro Cant Z-506 73-2 que despego a 07:00 del 7 de marzo de Cagliari y arrumbo a Bizerta donde, a 07:45, avistó a los tres cruceros fondeados frente al puerto y los 8 destructores maniobrando en las proximidades. No arbolaban bandera y se notaba mucha actividad a bordo. La altura de la observación fue de 800 metros. Por habérsele roto la antena, regresó a Cagliari a 09:05. Volvió a despegar a 10:35 y a 12:55 amaró en Pollensa.»

El minador Júpiter, avistó un mercante navegando entre cabo Palos y Cartagena a 12 millas de la costa, arrumbó sobre él, al llegar a la voz le ordeno siguiera sus aguas, era el holandés Aurora, pero unos minutos más tarde, comenzaron a levantarse pique de más de 50 metros de altura, indicando eran las piezas de 381 mm y a menos de 200 metros del casco, su comandante se puso en contacto con el Almirante y éste dio la orden de dejar la presa y salir de allí a toda máquina, a su vez unos minutos más tarde, el minador sufrió el ataque de unos 20 aviones, respondiendo con sus piezas de 88 mm, pero hubo unos momentos que fue rodeado por las bombas que caían, milagrosamente no acertó ninguna, pues volaban muy altos y eso fue lo que le salvó.

A las 14:30 el Almirante recibió un mensaje del Estado Mayor de la Marina, diciendo: «En vista de noticias que envía de encontrarse baterías parte occidental y Portman en poder fuerzas rojas, que hostilizan Escuadra, puede ordenar que tropas regresen a punto de partida permaneciendo escuadra frente a Cartagena por ahora.»

El Almirante aún permaneció unas horas pensando posibilidades, pero ninguna le parecía conveniente, por ello a las 15:25 y 15:35, cada una para una agrupación, dio la orden de regreso a su puerto de partida, a las 16:30 emano un parte del Almirante que se ha podido saber fue manipulado o mal entendido, a causa de las claves a utilizar para realizarlo, pues el que se utiliza normalmente, uno que da cuenta de todos y cada uno de los mercantes, e incluso de los buques de la Marina que llevaban tropas, pero en él consta que tanto el Castillo Peñafiel como el Castillo Olite, estaban de regreso, lo que como es sabido no era cierto, en el caso del último.

El primero después de una travesía muy dura por el estado de la mar, más los constantes ataques de la aviación, logró llegar a puerto al día siguiente entrando en Ibiza, por efecto de los bombardeos sufrió un boquete en su obra viva, en forma de cruz y de un metro de longitud cada brazo, en estas condiciones no podía navegar, habiendo sufrido cuatro muertos y 25 heridos; las tropas, heridos y muertos embarcaron el seguido 10 y desembarcaron al día siguiente en Castellón.

Pero el segundo fue hundido en Escombreras, transportaba 2.112 efectivos del ejército, correspondientes al Consejo de Guerra, Plana Mayor del 1º regimiento, con los Batallones 2º y 3º de Zamora, el grupo de obuses y la sección  de Transmisiones, no pudo saber nada de lo que ocurría, por no llevar estación radiotelegráfica, por ello el 7 sobre el medio día, ya resuelta la sublevación, se acercó a tierra por Escombreras, donde la artillería de costa lo hundió, muriendo 1.477 efectivos y el resto fueron capturados, 342 de ellos heridos de mayor o menor gravedad y 293 quedaron prisioneros, sufriendo a su vez diferente suerte, unos fusilados, otros pudieron escapar y de los apresados, y heridos los que quedaron, fueron puestos en libertad al entrar los nacionales. Sin duda alguna fue el mayor desastre sufrido en la guerra naval, superando en bajas al hundimiento del crucero Baleares.

Los llevados a la iglesia de Fuente Álamo a 25 kilómetros de Cartagena, en torno a 342 fueron liberados al llegar los sublevados, puestos al mando del comandante López Cantí, y en lugar privilegiado de vanguardia, por ello fueron los que prácticamente liberaron Cartagena, por este hecho de armas, fueron condecorados mucho más tarde todos sus miembros, con la Cruz Laureada de San Fernando Colectiva.

De hecho y mientras vivió el Almirante, nadie dio la cara por él, ni siquiera se le invitaba a ciertas celebraciones, y se mantuvo en el más oscuro secreto su buen hacer durante toda la contienda, porque en opinión de sus jefes e incluso algún general, le ignoraban por ser el culpable del hundimiento del Castillo Olite.

A ello se sumaba que el Generalísimo no le perdonó nunca que hubiera intentado, estar por encima de él en esta operación, sumando a ellos los múltiples enfrentamientos durante la guerra, cuando desde «Terminus» se le daba una orden, que por falta de medios o los buques estar muy lejos del objetivo, o algunos en reparaciones era materialmente imposible cumplirla, pero eso sólo lo sabía quién estaba al minuto sobre sus barcos y dotaciones, y no quien sobre un mapa en su mesa, movía los peones cual partida de ajedrez, pero con resultados reales de muertes y heridos de personas.

Bibliografia: Para leer clicar sobre ella.

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Menorca Desembarco 1939

Posted By on 19 de abril de 2022

Antecedentes.

El 26 de enero de 1939 entraron los sublevados en Barcelona, el 1 de febrero, las Cortes de la República celebraron su última reunión en el Castillo de Figueras, acudiendo sólo unos pocos de ellos, y el 7 cruzó la frontera con Francia la mayor parte del Gobierno de Negrín, horas más tarde llegaban las primeras tropas nacionales al mismo lugar, cerrando por completo la salida.

En Palma, el comandante militar era el general D. Enrique Cánovas, y el enlace del Estado Mayor del Almirante Jefe del Bloqueo, y la aviación era el capitán de fragata, D. Fernando Sartorius y Díaz de Mendoza, Conde de San Luis y junto a ellos el jefe de la aviación “legionaria”, general Manceratini.

La isla contaba con unos efectivos de 12.200 hombres, divididos en tres brigadas de tres batallones, una en Ciudadela, otra en San Carlos y otra diseminada en otros lugares, más una de Instrucción, que más bien se identifica como Disciplinaria, y las unidades propias de Zapadores, Transmisiones, obras y fortificaciones, un grupo de Defensa contra Aeronaves, y los servicios propios de una gran unidad, pero lo más importante era su poder artillero, quizás el más potente de toda España, éste se dividía en tres batería del calibre 381/45 mm, situadas en los montes que daban protección al puerto de Mahón, en Favarix al N., La Mola al E. y Llucalary al S.; una de 305/50 mm, una de 260 mm, todas de dos piezas, otra de 240 mm de tres piezas, dos batería de 240 mm, cuatro de 152’450 mm, una de 155 mm, todas de cuatro piezas, veintiséis piezas de 150 mm y cuatro de 120 mm, distribuidas en diferentes posiciones, una de cuatro piezas de 90 mm y otra de 75 mm de cinco piezas, en total ochenta bocas de fuego. Como queda patente, no era un lugar donde se pudiera desembarcar directamente, por esta razón se decidió fuera Ciudadela, donde había algo de todo esto, pero con menor riesgo, porque las de mayor calibre protegían Mahón.

Fue llamado por Negrín el jefe de la base de Mahón, antes de caer Barcelona, (seguramente para salvarlo de la rendición) el coronel recién ascendido a general, Brandaris, por ello el 4 de febrero llegaba a Mahón el nuevo jefe, el capitán de corbeta D. Luis González Ubieta, con los mismos destructores Almirante Miranda y Gravina, se trasladó el general a Barcelona, comentamos esto porque el comisario político de la Flota Bruno Alonso en su obra nos dice: «Con diversos pretextos, Ubieta retrasó dos semanas su viaje a Mahón. Al fin salió para su nuevo destino con dos de nuestros destructores. Nos despedimos cordialmente, olvidando nuestras pasadas diferencias, y ofreciéndonos mutua solidaridad. Este nombramiento fue uno de los muchos errores cometidos por el Gobierno. Aunque leal y competente, no era Ubieta por su carácter altanero y su vanidad excesiva, el hombre adecuado para mandar una plaza como la de Mahón, cargo para el cual se exigían grandes dotes, no sólo militares, sino políticas.» Pensamos no hay nada que añadir al respecto.

El capitán de fragata, D. Fernando Sartorius y Díaz de Mendoza,(1) por su cuenta en enero anterior, preparó un plan para poder tomar la isla de Menorca sin problemas, esto lo notificó al general del aire D. Alfredo Kindelán, quien a su vez se lo presento a «Terminus», quien dio el visto bueno el 28 de enero para poderlo poner en práctica, basándose en realizar con una potente presencia de aviación, pero lanzando proclamas para poner fin a la guerra, sin derramamiento de sangre, a su vez se le concedía permiso para viajar a bordo del crucero HMS Devonshire, al mando del capitán de navío Gerard Charles Muirhead-Gould (2) fondeado en Palma, el 30 ya confirmado, lo puso en conocimiento de D. Francisco Moreno, pero éste ya estaba al día del intento, por que Franco se lo comunicó en su entrevista.

(1) La actividad de Mr. Cowan, secretario de la Comisión para el arbitraje de canjes de prisioneros, presidida por el mariscal británico sir Philip Chetwode, viajó en el crucero HMS Devonshire a Valencia, donde al parecer se dio el primer paso, para conseguir la entrega de Menorca a los nacionales, algo de esto se filtró (se dejó caer) en presencia de Sartorius y de aquí nació la idea de ponerlo en conocimiento de D. Alfredo Kindelán, para que éste se marcara un tanto con Franco; (no se llevaban nada bien, de hecho al concluir la guerra, paso de Capitán General a Baleares, siendo el único del Ejército del Aire que ha ocupado ese cargo-grado) de no ser así, no es comprensible desde ningún punto de vista, que el Conde de San Luis no lo comunicara a su jefe natural, el Almirante D. Francisco Moreno, y quizás para evitar malos entendidos, fuera llamado por «Terminus» para ponerlo al corriente.

(2) Al capitán de navío Gerard Charles Muirhead-Gould, para darle confianza de las buenas intenciones de «Terminus» se le notifica que el capitán de fragata D. Fernando Sartorius, está autorizado a firmar cualquier acuerdo que vaya en el sentido del buen fin de la rendición y por ello capaz de autorizar la salida de la isla de todos aquellos que consideren tener su vida en peligro, y por ello ya se había hablado con las autoridades francesas, para que pudieran ser acogidos en Marsella. El capitán británico, ya con el grado de contralmirante, curiosamente falleció en la base alemana de Wilhelmshaven el 26 de junio de 1945, a casusa de un infarto de miocardio, cuando contaba con 56 años.

Mientras, el 1 de febrero pasaba sobre Menorca un avión nacional, lanzando las proclamas, pero sufrió el fuego desde tierra, por lo que se alejó, no obstante se repitió con más aviones al mismo tiempo el 3 y siguientes hasta el 6; el 4 el cónsul británico capitán de fragata Allan Hillgarth comunicó a Sartorius que, su Gobierno le había autorizado, porque a lo que se negaba de lleno, era que la isla fuera tomada por efectivos italianos, algo que les molestaba infinito (ya sabemos lo que quieren a esa isla), se les respondió que eso no ocurriría ni por casualidad, de ahí que el 5 se presentara el plan al Almirante Jefe de las Fuerzas de Bloqueo, quien los recibió en su cámara, acudieron Sartorius, el cónsul británico en Palma, y el capitán del crucero. Las condiciones británicas eran que no hubiera actividad aérea ni naval; por parte del Almirante dijo que, no intervendrían para nada los británicos, en las conversaciones de paz, se llegó al acuerdo y se fijó la salida de todos ellos a bordo del crucero británico.

En ningún caso intervino el Gobierno nacional ni el británico, porque Franco había negado la presencia del agregado británico, Sir Robert Hodgson, por ser un simple observador en «Terminus», la razón, su Gobierno no reconocía al suyo, de hecho no le recibió hasta bien entrado 1938, (por septiembre) pero sin más conversación que la justa por educación, y sin ninguna otra entrevista, lo que obviamente no gustaba a Londres, pero no había vuelta atrás.

El 6 por la tarde el capitán de fragata D. Fernando Sartorius y Díaz de Mendoza, embarcaba en el crucero británico, saliendo de Palma con rumbo a Mahón, donde entraba y fondeaba el 7 a las 09:10, a su vez al embarcar el práctico comentó algunas de las noticias de la isla, estas eran; la población sufría hambre, temía muy mucho la presencia de la aviación nacional y ello llevaba a que el 80% de ella, estuviera de parte de los nacionales; seguramente las proclamas ya comenzaban a dar su fruto, sobre las 11:30 desembarco el cónsul británico, para conversar con el jefe de la base de Mahón, el capitán de navío D. Luis González Ubieta y González del Campillo, lo que no sentó muy bien fue que regresó media hora más tarde, porque González se negaba a recibir a Sartorius si su gobierno no le autorizaba. El jefe de Estado Mayor gubernamental era el coronel D. Fernando Redondo, los comisarios Mercadal y Valbuena, y el del Arsenal el 2º maquinista Baudilio San Martín, eso sí con el grado de teniente coronel.

Mr. Cowen, este personaje según lo describe Benavides: «Un tal Mr. Cowen apareció como mediador entre Salamanca y Chamberlain y entre el representante de Franco y Ubieta. El enigma de Mr. Cowen no se ha descifrado del todo. Se trata de un personaje de la misteriosa y temible familia de los Cowen británicos. . .El Cowen que nos correspondió a los españoles, había intervenido en el canje de prisioneros y como tal acreditado cerca de la República. Su verdadera profesión era la de agente del Servicio de Inteligencia agregado a la diplomacia inglesa en España.» (MI6) En realidad era el cónsul de Gran Bretaña en Madrid y agente general para los posibles manejos conducentes al final de la guerra española. Como siempre metiendo baza para quedar de bonito. (Hay una pequeña confusión con su apellido, porque era Cowan, pertenecía a la Gran Logia de Inglaterra, y como a tal sin duda, era un agente del Servicio Secreto británico, y muy amigo de Seguismundo Casado, perteneciente a la masonería española y ésta muy vinculada a la británica; por ello Benavides no iba muy desarrumbado, quizás incluso menos que quienes disminuyen su poder.)

En vista de las reticencias de D. Luis González Ubieta, el capitán de navío Muirhead-Gould, desembarcó para entrevistarse con el anterior, le explicó la comisión que le traía a la isla, rogándole embarcara en su crucero para entrevistarse con el representante del Gobierno nacional, pero Ubieta no cedía, por ello le comunicó quien era su interlocutor, y como ambos eran marinos, ya se conocían, pensó que al menos no perdía nada, pero pidió estuviera presente el capitán de navío británico (con un intérprete), a su vez fue acompañado por los comisarios Mercadal y Valbuena, y el jefe de la Base naval 2º maquinista por apellido San Martín.

Ya en la cámara del comandante del crucero, la atmosfera era siberiana, comenzando Ubieta por enfrentarse a D. Fernando Sartorius, llamándole traidor, éste le respondió que, le parecía muy bien su opinión y firmeza en defensa de sus jefes, pero le anticipaba que ya todos ellos le habían abandonado, porque era conocido estaban en Toulouse, siendo materialmente imposible le prestaran alguna ayuda, añadiendo que, de rendirse la amnistía sería general, e incluso se les pagaría sus pensiones, menos a aquellos que tuvieran las manos manchadas de sangre, por el contrario si había que conquistar la isla, la sangre correría a raudales, porque estaban preparadas tres divisiones para ser transportadas, (esto no era cierto, pero aumentaba el número de tropas para que entrara en razón) aparte de preparar el terreno con cien aviones, quienes bombardearían cada metro cuadrado de la isla, más el apoyo de la Flota y por tanto no cabría la clemencia.

D. Luis González Ubieta, cambió por completo su actitud (él mismo había confirmado la salida del Gobierno), y por ello sólo el general Miaja, quien junto al general D. Vicente Rojo (Jefe de Estado Mayor), permanecían en Madrid, le había podido decir que decidiera lo que considerara mejor para todos, por ser imposible prestarle alguna ayuda, comenzó por pedir información de cuantos podrían abandonar la isla, se le respondió que entre 40 y 50 oficiales, porque los funcionarios no entraban en la amnistía, y para los oficiales, le debería entregar una lista para saber a qué atenerse, en esto estuvo de acuerdo, con ello y un saludo termino la entrevista, quedando en tener respuesta oficial a las 07:00 del siguiente día 8 de febrero, pero cenaron a bordo en cámaras diferentes; en el transcurso de ésta pidieron poder embarcar a sus familias, pero el Capitán británico, les dijo que no era posible por no ser personal militar, viendo era complicado desembarcaron y llegaron al muelle, dirigiéndose cada cual a su estancia.

Para estar más tranquilo emocionalmente Ubieta, se puso en contacto con el Jefe de la Flota D. Miguel Buiza y Fernández Palacios, pero éste le respondió: «Respecto a la proposición del agente a bordo del crucero inglés no dudo sabrá resolverla con su probada hombría y lealtad. Viva la República.» Como es de suponer este tipo de arengas, en ciertas circunstancias no suelen ser efectivas, además de ser inconcretas, con palabras huecas y altisonantes, las cuales no convencen a nadie, con un dedo de frente.

En la noche del 7 al 8 de febrero en Menorca, se sublevó la guarnición de Ciudadela, al mando del teniente D. Juan Thomas, quien notificó a su hermano, que estaba en Pollensa como jefe de taller de los hidroaviones nacionales el gran apoyo recibido, pero tenían muchas bajas, al parecer el teniente estaba herido, pero esto no fue suficiente para pararle, continuando el avance hasta Mercadal y San Cristóbal, donde ya habían llegado tropas de refuerzo desde Mahón, al mando de dos sargentos, uno era Palau y otro Guerra, por ello y no teniendo más fuerzas, retrocedieron hasta hacerse fuertes en Ferrerías, mientras continuaban pidiendo auxilio.

Esto llegó a conocimiento de González Ubieta, quien no había podido contactar con el Gobierno y sólo con el general Miaja, todo ello no dejaba dudas a su persona del abandono de la isla por parte de todos, quedando abandonado por completo por los suyos, a las 10:00 del 8 embarcaba en un bote acercándose al crucero británico, le acompañaban el comisario político San Martín y Valbuena, al estar en cubierta se presentó el Capitán Muirhead-Gould, quien viendo venir el bote, lo comunicó a D. Fernando Sartorius, éste salió a cubierta y le dijo era imposible avanzar más en las condiciones, sólo y como tenía órdenes para que embarcaran en el crucero y fueran trasladados a Francia, lo que comunicó a Ubieta, éste aseguró al Capitán británico que solo serían unas 50 personas, entre ellas las esposas e hijos de algunos de ellos, pero el británico se lo denegó, por ser una intervención directa y esto su gobierno no se lo permitía.

Mientras D. Luis González Ubieta entregó su arma a D. Fernando Sartorius, al ver esto San Martín salto al bote y llego al muelle, eran las 11:00 cuando sucedió; media hora más tarde, embarcaba Valbuena para llegar a tierra, pero con una carta dirigida al coronel Useletti, en la que el Conde de San Luis le nombraba Gobernador provisional.

Nada más salir de su cámara, D. Fernando Sartorius, utilizando la radio del crucero, pedía a Palma preparar un desembarco en la isla; al mismo tiempo el Capitán se comunicó con su Cónsul británico en Palma, la noticia de la pronta rendición y a su vez le confirmaba que el representante español, ya había comunicado la petición de fuerzas militares para tomar la isla, sin problema alguno, aunque era posible que a ciertas unidades, bien por sus jefes, bien por no llegarles la comunicación, presentaran combate, pero que de todas formas, su buque saldría como mucho al anochecer.

A pesar de todo sucedió un mal entendido propio de estas tribulaciones, prisas y demás objeciones, no siendo otro que el ataque de la aviación de Palma a Mahón, lo que produjo un grave malestar en la representación británica, sobre todo porque 15 minutos más tarde, otro grupo de aviones bombardeaba las posiciones de la artillería de La Mola; el Capitán británico comunicó a su cónsul en Palma el problema y la grave situación creada, por faltar a la palabra dada por los nacionales, dando incluso la orden de levar y salir de aquella encerrona, pero D. Fernando Sartorius le indicó debía esperar, porque todo estaba provocado, (como ya lo sabía), por la sublevación en diferentes zonas de la isla, con ello se intentaba aplacar por este medio y de paso proceder en ayuda de los suyos, pero que su buque no sufriría daño ninguno.

Lo que indica la descentralización del mando y desorganización de los gubernamentales, fue que a las 15:15 desde Palma se recibiera un radio, por haberse interceptado un comunicado diciendo: «Volarán los aviones y tiraran si son agredidos.» añadiendo, estaban preparando tres batallones para desembarcar en Ciudadela. A su vez, existe un mensaje del Jefe de la Base de Mahón, para el Jefe de la Flota, emitido a las 15:50, pero se recibido a las 16:35 del 8, y en él se dice que era conocedor de la llegada a Mahón de un “faccioso”, quien intimidaba a la rendición, la sublevación de Ciudadela y otras plazas, y la llegada de tropas desde Mallorca, terminando por solicitar el envío urgente de refuerzos para regresar a la normalidad. No se ha podido averiguar quién lo emitió, porque si a las 11:00 D. Luis González Ubieta, se había rendido a Sartorius y por tanto a bordo del crucero británico, difícilmente por no decir imposible fuera él. Lo que nos lleva a pensar que “alguien” no quería sucediera lo que ya se había firmado.

De hecho a las 15:30 Ubieta y Mercadal, (éste otro Comisario Político) envían por medio del práctico una orden a San Martín, para evitar que las defensas contra aeronaves abrieran fuego sobre los aviones, por ser causa de empeoramiento y poner a ambos en situación difícil de comprender y superar, sobre todo, por los británicos. No obstante a las 16:00 volvieron los aviones a bombardear las defensa de costa, ya enfadado el Capitán del crucero, en un intervalo entre los ataques, a las 17:00 da orden de levar y salir de Mahón con rumbo al S., fondeando de nuevo fuera de las tres millas, pero esto empeoraba el acuerdo, por ello D. Fernando Sartorius, habla con el Capitán recomendándole regresar a puerto, al mismo tiempo se recibió un mensaje de Palma, asegurando que los vuelos quedaban suspendidos, entre uno y otro al parecer le convencieron y sobre las 19:15 del 8 entro en Mahón y dejo caer las anclas.

Todo esto al parecer fue fortuito y por falta de comunicación entre los diferentes mandos nacionales, todo por estar ausente el Almirante Jefe del Bloqueo, por ser el único que tenía mando sobres los tres ejércitos, de hecho el cónsul británico en Palma, se dirigió en muy mal tono al Comandante General de Baleares, quien le respondió que él no había dado ninguna orden al respecto, respondiéndole: «pues nadie me lo comunicó por no tener de ordinario intervención en el empleo de las fuerzas aéreas» pero esto le hizo caer unos minutos más tarde que, el responsable era el jefe de la aviación “legionaria”, se puso en contacto con éste y a su vez le respondió: «sus aviones habían recibido al pasar por Mahón fuego de artillería, por ello dio la orden de bombardearlas, por pura defensa.» Como queda demostrado nadie actuó de forma irracional o contraria a lo convenido y firmado, sólo las circunstancias del momento provocaron el mal entendido y por pura reacción militar, si a uno en una guerra le atacan, sencillamente se defiende y de no hacerlo, puede caer en su propia trampa y ser depuesto por negligente.

Al fondear el crucero de nuevo, abordó el buque un comisario político, quien indicó había mantenido el orden en la ciudad a pesar de los bombardeos, el capitán del crucero Gerard Charles Muirhead-Gould estaba esperando abordaran los de la lista presentada por González Ubieta, pero pronto se dio cuenta que las cosas no iban a ser tan fáciles, porque casi seguido comenzaron a llegar botes, pero embarcando a muchas personas, de las cuales otras tantas no estaban en la lista, con pases firmador por el nuevo gobernador, coronel Useletti, a estos primeros llegaron los remolcadores con más fugitivos, incluso botes a vela también con todo lo que les permitía embarcar, lo peor era que, en todos ellos iban mujeres y niños, unos no estaban en ninguna de las dos listas, mientras que unos estaban en una y otros en otra, pero viendo los que iban embarcados, a nadie dejaba indiferente; para ayudar en la organización, acudieron al portalón González Ubieta y Fernando Sartorius, pero entre ambos decidieron pedir al Capitán británico que embarcaran todos, no se podía hacer otra cosa y el tema no era como para ponerse a elegir a unos u otros, era simple humanidad que a todos conmovía.

Se tomaron las medidas propias de seguridad, no siendo otra que al menos cachear a todos (no sabemos si a las mujeres también, pero desde luego a los niños ni por casualidad), el caso se tradujo en llenar tres sacos de armas cortas, y algunas navajas, aún así se decidió esperar, porque faltaban personas de la lista del anterior Gobernador, pero volviendo a pasar lista, muy posiblemente se les había pasado, al comprobar que todos estaban a bordo, sobre las 05:00 del 9, con 450 refugiados (300 hombres, 100 mujeres y 50 niños) el Capitán ordenó levar y aproar a la salida, pero no dejó de recibir mensajes desde Palma enviados por su cónsul, para que saliera lo más rápidamente posible, porque era conocedor de la salida de Barcelona de los transportes, pero el capitán de navío Sir Gerard Charles Muirhead-Gould, entre los recibidos, comunicó que, era conocedor de que estaban a rumbo fuerzas, tanto de Mallorca como de la península, pero él ya se encontraba en la mar, lo que le permitió respirar con mayor tranquilidad y conciencia, porque había cumplido con su deber.

Estando con rumbo a Marsella, al llegar al paralelo de Palma, D. Fernando Sartorius se despidió del Capitán del crucero británico, dándole las gracias por sus servicios, trasbordando a las 09:30 al destructor HMS Hotspur, entrando en Palma poco después y desembarcando a las 12:30; el HMS Devonshire entró en Marsella a primeras horas del 10, desembarcando el último refugiado a las 14:30, no fue otro que González Ubieta, quien en el portalón le estrecho la mano al capitán Muirhead-Gould, en agradecimiento por todo lo conseguido, a su vez para D. Luis González Ubieta y González del Campillo,(3) la guerra había concluido.

(3) D. Luis González Ubieta y González del Campillo, pasó como casi todos los mandos, a París pero permaneció poco tiempo en Francia, porque se sabía que las cosas iban a empeorar, por esta razón y con documentación francesa, se trasladó a México y poco después a Venezuela, donde por su experiencia de marino, consiguió el mando de un mercante, el cual por su mal estado se fue a pique, a causa de una vía de agua producida por un golpe de mar, poco después volvió a obtener el mando de otro buque, era el Chiriqui con bandera panameña, pero de nuevo, por una gran tormenta varó en unos arrecifes, situados en las cercanías de la desembocadura del río Magdalena, en Bocas de Ceniza, en la costa de Colombia, el 30 de diciembre de 1950, dio tiempo a poner a salvo a toda su tripulación, pero él se negó a abandonar su casco y con él se fue al fondo. Este fue el triste fin de un hombre, marino, engañado en todos los sentidos por los suyos; estuvo al frente de la Flota hasta el 7 de febrero de 1939, pasando el 8 seguido a mandar la Base de Mahón y con ella el resto de la isla de Menorca.

Los alzados demandaron ayuda a Palma, de ahí la gran actividad de la aviación, por carecer de buques y tropas suficientes para ser trasladados, porque le llegaba al Comandante General de Baleares, general Cánovas, todo tipo de peticiones de fuerzas, incluso a las 02:00 del 9, las nuevas autoridades de la isla, informaban de los deseos del Gobernador Militar y Comisario Político de la isla, para rendirse sin condiciones, de hecho al saberlo Sartorius hizo un llamamiento a sus tropas y nos dice: «…la dificultad de disponer de barcos rápidamente y de fuerzas de la guarnición de Palma disponibles para la ayuda a Ciudadela, hizo comprender al mando de la aviación en Pollensa, la necesidad urgente de, por sus propios medios, socorrer a los sublevados de Ciudadela. Pedidos voluntarios entre la oficialidad y tropas de las fuerzas aéreas de Baleares, todos se presentaron voluntarios por lo que hubo que seleccionar entre ellos los que menos trastorno causaran a la buena marcha de los servicios de la Región».

No contando con mejores medios, se ordenó en la madrugada del mismo 9, que la flotilla de lanchas rápidas, al mando del T. N. D. Álvaro de Urzáiz y de Silva, y comandante de la Requete, y sus compañeras Badajoz del T.N. D. José Díaz Cuñado y Oviedo del T.N. D. Luis Izquierdo Sancho, que se encontraban en Pollensa, embarcaran una sección de soldados de aviación y marineros, en total 60 efectivos, al mando del teniente D. Justo Fernández Trapa, para poder reforzar con ellos Ciudadela, donde entraban a las 10:00, habiendo navegado casi todo el tiempo a 26 nudos, al avistar el puerto se divisaban banderas blancas y nacionales, al desembarcar fueron recibidos con gran algarabía, se mantuvieron las lanchas rápidas a la espera de la arribada de las fuerzas de la 105 división, para facilitar con sus movimientos el desembarco de ellas.

Ocurridos: valoraremos circunstancias.

El Almirante fue llamado a Burgos, para trasladarse embarcó el 30 de enero en el destructor Velasco Melilla, desembarcando en Tarragona y continuando por carretera el viaje a la capital burgalesa, donde se entrevistó con Franco, quien lo puso al corriente de las intenciones, no siendo otras que efectuar un desembarco al Norte de Figueras, en la playa del Golfet y una demostración de fuerza sobre el Puerto de la Selva, a realizar en los primeros días de febrero, a su regreso se encontraba el mercante armado J.J. Síster a la espera, embarcó y lo transporto a Palma, donde entraba el 3 de febrero a las 15:50, este buque ni siquiera fondeo, pues se había dado la orden del Almirante de concentrase en Barcelona, junto a otros tres cruceros auxiliares, los Antonio Lázaro, Rey Jaime II y Vicente Puchol, quedando reunidos el 4 de febrero por la mañana, junto a los mercantes, Castillo Coca, Castillo Monforte, Castillo Mombeltrán y Castillo Simancas, para realizar lo ordenado.

Pero a su vez «Terminus» decidió se llevaran a efectos estas acciones, delegando como trasmisión de órdenes el mando directo al Jefe del Estado Mayor de la Marina, y para nada se hizo caso del plan Sartorius, para la toma pacífica de Menorca, de lo que ya era conocedor Franco, anteponiendo a éste la presencia de la escuadra y transportes en la costa Brava, pero sí estaba informado el general del aire, D. Alfredo Kindelán y Dunay, de ahí el apoyo aéreo a la isla, pero con todo ello se mantuvo al margen al Almirante de todo lo que ocurriera. Por otra parte el Almirante por las comunicaciones era conocedor del rápido avance de las tropas a la frontera francesa, por ello no sabía muy bien que hacían todos sus buques en las costas mediterráneas de la península, cuando lo propio era concentrarlos en Palma para realizar el desembarco en Menorca.

Como ya sabemos que el Almirante el 5 mantuvo las conversaciones para la toma de Menorca, de hecho ese mismo día embarcó en el Mar Negro y se hizo a la mar con rumbo a Barcelona, para verificar in situ las pretendidas operaciones de desembarco, encontrándose en ello por fin «Terminus» despertó, porque a las 14:30 del 8, recibió un mensaje del general Cánovas, comunicándole lo que ocurría en Menorca, ordenando en ese momento el envío de dos fuerzas, una desde Palma y otra desde la península, así el Almirante recibió la orden del Jefe de Estado Mayor, para que embarcara en Barcelona la división 105 con destino a la isla, al mismo tiempo enviar patrulleros a Alcudia y en esa misma orden, ponía la división de cruceros al mando del comandante General de Baleares, quedando por fin suspendidos los desembarcos en la costa Brava.

¿Pero con qué razón le restaba la protección de los cruceros?, cuando era conocida la presencia de destructores gubernamentales, en aguas próximas a la Ciudad Condal, además de ser un peligro si los transportes cargados con tropas, eran atacados por estas unidades, el resultado no podía ser otro que el desastre, pero como siempre a lo largo de la guerra, parecía que la Flota nacional, no era importante para el avance de las tropas por tierra. Sáquense conclusiones.

Comienzan los preparativos para el desembarco:

De puño y letra de «Terminus» salen dos mensajes, el primero en la noche del 8, destinado al general Jefe del Ejército del Norte, ordenándole el envío de la división 105 a Ciudadela. El segundo a las 12:30 del 9, dirigido al comandante General de Baleares y entre otras cosas escribe: «Interesa máxima urgencia envío refuerzos Menorca sin esperar uno por otros para asegurarse contra un desfallecimiento de los sublevados que podría malograr conquistar isla. Que nadie pierda tiempo y activar la Marina para que los transportes lo hagan de forma más rápida, no desperdiciando noche. En Alhucemas, desembarcamos personal, ganado, material, con bastante mar. Dígame, si lo conoce, calibres fusiles, cañones, tengan sublevados para enviarles repuestos. Comuníqueme impresión tripulación hidro amaró Ciudadela.»

Con todo esto quedan claras muchas cosas y por ello nos vamos a entretener para poner en situación al lector: Se hace alusión a Alhucemas, porque obviamente a quien le da la responsabilidad no es marino, sino militar de tierra, para insuflarle ánimos y que nada es imposible; pero al mismo tiempo, deja de lado a un marino, su Almirante Jefe de las Fuerzas de Tierra Mar y Aire del Bloqueo del Mediterráneo, quien por otra parte y de capitán de corbeta al mando del patrullero Larache,  trasladó a Franco para ocupar su puesto en el mencionado desembarcado, por lo que ya eran conocidos desde algunos años antes. A su vez daba órdenes al Comandante General de Baleares, volviendo a reincidir en mermar el mando del auténtico y bien demostrado proceder de su Almirante. Pero con estas medidas, pretendía mermar el poder y la fama de su Almirante, basándose en que no estaba presente en estas aguas, pero no por dejadez ni falta de previsión, sino porque estaba cumpliendo sus órdenes de permanecer en las costas del norte mediterráneo de España. La realidad se imponía y con todo ello tomaba el mando directo de toda operación militar. Medítense las decisiones de «Terminus» al respecto.

La división 105 se encontraba a lo largo del kilómetros 630 de la después nacional 340, la que comienza en Cádiz y termina en la frontera francesa, bordeando todo el Mediterráneo, estando al mando del coronel (estampillado de general de brigada) D. Natalio López Bravo, quien a su vez embarcó con su Estado Mayor y una compañía de zapadores, en el crucero auxiliar Mar Negro junto al Almirante. La unidad militar estaba compuesta por 1ª Brigada, dividida en 1ª Media brigada, con los Batallones 101 del Regimiento Gerona nº 18, 102 y 103 de la misma unidad. 2ª Media brigada, con los Batallones, 104, 105 y 106 del mismo regimiento. 2ª Brigada en su 3ª Medio brigada, con los batallones 107, 108 y 109 del mismo regimiento. 4ª Media brigada, con los batallones 110, 111 y 112, del mismo regimiento. 2 grupos de artillería, y las Compañías de Transmisiones, Intendencia, Sanidad: comandante médico D. Tomás Mancholas Prado, Veterinaria, con una sección de Evacuación Veterinaria y la 105 compañía de automovilismo.

Sobre las 18:00 el Almirante informa al Comandante General de Baleares, pero enviándolo previamente a su capitán de navío en el despacho de Palma, de la salida de los primeros mercantes con las tropas a bordo, con rumbo a Pollensa, añadiendo que la División 105 al completo estará en la mar a rumbo, que las tropas llevaban raciones para dos días y que el general Yagüe saldría en la primera expedición, y pide al contralmirante de la división de cruceros junto a los minadores que, escolten a los mercantes. Pero pocos minutos más tarde, el contralmirante le comunica que está a las órdenes del Comandante General de Baleares, añadiendo que por falta de vapores, las tropas irán a bordo del crucero Navarra y el minador Júpiter.

Sólo comentaremos que las órdenes las transmitía el Jefe de Estado Mayor, pero sin comunicarlo al Almirante de las Fuerzas de Bloqueo, quedando la laguna nada despreciable, por la que los transportes, cargados con la División no iban a ser protegidos, esto causo un gran enfado en D. Francisco Moreno, pues era conocedor del tráfico de destructores gubernamentales, para trasladar refugiados a Francia, y muy bien podía suceder un desagradable encuentro; porque ni siquiera sabía a qué tropas se refería, con las embarcadas en los buques de la Marina.

Los primeros en salir de Barcelona fueron, los mercantes armados Antonio Lázaro, J.J. Síster, Rey Jaime II y Vicente Puchol, y estaba embarcando el resto de la División en los mercantes, Castillo Coca, Castillo Monforte, Castillo Mombeltrán y Castillo Simancas, mientras el Almirante para dar algo de protección, esperó a salir el último de los mercantes armados, y con su crucero auxiliar Mar Negro, tratar de impedir lo que se servía en bandeja al enemigo; el destino quiso que nada ocurriera, pero no dejó de ser una temeridad sin límites. Al parecer «Terminus» pensaba que al igual que un hombre, puede agachar la cabeza o meterse en una trinchera o simplemente en un desnivel del terreno, para soportar el fuego enemigo, al menos durante un tiempo, los buques podían hacer lo mismo en la mar.

Supo más tarde que a las fuerzas que se refería el contralmirante eran, un batallón de Infantería de Mallorca; otro, trasladado con prisas de Ibiza; dos compañías de Infantería de Marina; una de Falange Naval; una batería de 75 mm; una sección de Zapadores y las correspondientes unidades de servicios, al mando del coronel de Infantería D. Francisco Rovira, yendo embarcados en el crucero Navarra, al mando del capitán de navío D. Rafael de Heras Mac-Carthy, quien a su vez era el jefe de todos ellos, los destructores Huesca y Teruel, el minador Júpiter, vapor Fuerteventura y el remolcador R-15, éste y todos los demás llevaban a remolque varias embarcaciones, para facilitar el desembarco en Ciudadela, y con la premisa de que no debería existir oposición, pero aun así el comandante del crucero, avisó a todos mantener una línea de fila, y avisar en cuanto tuvieran algún problema, así como si se levantaba niebla, aproximarse a la vista del anterior para no perder el rumbo.

Comenzaron a salir de Palma a las 00:00, les siguieron los destructores Velasco-Ceuta y Velasco-Melilla, seguidos por la división de cruceros, saliendo ésta a las 04:00, del 9, cuando todos los demás estaban a rumbo, estos últimos, adoptaron una formación contra-submarina, navegando a 22 nudos, por ello invertían rumbo cuando se alejaban un tanto, para volver a su posición inicial.

En las proximidades de Ciudadela, se avistaron dos embarcaciones, el contralmirante dio orden al Velasco-Melilla de acercarse a ellas y averiguar su proceder, no siendo otro que transportar evadidos, por ello fueron obligados a trasbordar al destructor, quedando libres los buques y sus mandos, sobre las 10:00, la escolta fue alejándose para verificar la situación, comprobando que en Ciudadela no parecía hubiera ningún tipo de enfrentamiento, se acercaron al cabo Dartuch y punta Nati, donde se verificó la existencia de banderas nacionales o blancas, dando así por seguro la entrada en puerto.

La desorganización se acumuló en el puerto de Ciudadela el 9, sobre las 10:00 entraron las lanchas rápidas y desembarcaron sus tropas, a las 11:00, comenzaban a entrar el Vicente Puchol, de éste los primeros en desembarcar fue el batallón 101 al mando de un  comandante, siendo el primero en pisar tierra, al ver la nula resistencia, fueron trasladados en camiones a Mahón, donde al llegar tomaron posiciones en las alturas de la población, sobre todo en las baterías principales, impidiendo con su presencia que el enemigo efectuar fuego sobre los buques, mientras, el resto de tropas se dividió para asegurar el resto de la isla, por orden del coronel (estampillado de general) D. Natalio López Bravo, al no encontrar resistencia, sólo algún núcleo esporádico que rápidamente fue sofocado, fue casi un paseo militar, con ello quedó recuperada toda la isla.

Pocos minutos más tarde lo hacía el J.J. Síster, sirviendo de transporte de las lanchas rápidas, (igual que con el anterior) quienes se abarloaban a los mercantes, embarcaban lo que podían y los desembarcaban en los muelles, para no alargar el tema, con la llegada de más mercantes, el trabajo de las lanchas, se mantuvo hasta las 22:20, porque a las 14:30 comenzó a llegar el convoy de Palma, por ello las lanchas no pararon en casi todo el día, aunque era auxiliadas por los buques a remolque de los salidos con estos últimos.

Mientras estos realizaban su trabajo, el Mar Negro insignia del Almirante, permanecía en zafarrancho fuera del puerto, cuando a las 13:30 recibe un mensaje del Jefe de Estado Mayor de la Marina, trasladándole el recibido desde «Terminus», el cual venía a decir, que si la División 105 no era necesaria, fuera trasladada a Tarragona, por ello no debía desembarcar la impedimenta y el ganado de la unidad militar en Ciudadela, en cumplimiento de esta orden, el Almirante envió mensaje a Barcelona, para que los mercantes (los Castillos) regresaran a Barcelona, y si alguno ya estaba en la mar, arrumbara a Tarragona, al mismo tiempo los que no hubieran salido, lo hicieran sobre el mismo puerto, mientras el insignia entraba en Ciudadela a las 14:00.

A media tarde, el Almirante comunicaba al Jefe de Estado Mayor de la Marina que, las tropas embarcadas en los mercantes armados ya estaban todas en tierra, pero sin impedimenta ni artillería, en cuanto terminaran su trabajo regresarían a Pollensa para pasar la noche y descansar, y al mismo tiempo le decía: «Menorca esta rendida».

Por la tarde-noche del 9 de febrero el capitán de navío del despacho de Palma, comunicó al Almirante, la ausencia de minas en la entrada de Mahón, como no, esto fue ratificado por el capitán de navío Muirhead Gould del crucero HMS Devonshire, porque este buque ya tenía a bordo a todos los responsables, entre ellos el capitán de corbeta D. Luis González Ubieta y González del Campillo, quien había sido comandante del crucero Miguel de Cervantes y algo más tarde Jefe de la Flota gubernamental, al dejar este cargo, paso a Jefe de Estado Mayor de la Marina y por último Jefe de la Base Naval de Mahón, y el capitán del crucero británico, era conocedor de la seguridad de la entrada, de hecho él ya había atracado en su interior, y realizado la labor humanitaria de embarcar a todos los refugiados posibles, y en estos momentos ya se encontraba rumbo a Burdeos. (Como ya hemos relatado)

El Almirante al recibir el mensaje de su Estado Mayor, dio la orden de pasar a Mahón sus buques, (contraviniendo las órdenes recibidas de salir lo antes posible de Ciudadela y transportarlas a Tarragona) entrando casi por el mismo orden, para que las tropas recibieran los vítores de agradecimiento de los habitantes, por estar un 80% de la población a favor de los alzados, de esta forma prácticamente recorrieron toda la isla, unas veces como si de un desfile se tratara y en otras con avanzadillas para proteger a los que detrás venían, algo muy importante para elevar la moral de quienes estaban en primera línea de fuego y de los que estaban por ellos, algo que al parecer «Terminus» no había previsto en este caso, porque en otras ocasiones bien que se realizaron desfiles incluso con su presencia, pero en este caso fue el Almirante quien lo llevo a efecto.

De hecho al medio día del 10, el crucero auxiliar Mar Negro con insignia del Almirante, salió de Ciudadela con rumbo a Mahón, pasando entre la isla del Aire y tierra, fondeando en Cala Figueras a las 13:55, verificando con ello no había peligro ninguno para nadie, al mismo tiempo ordenó al Jefe de la División de cruceros, destacase al destructor Velasco-Melilla a Mahón, donde debería quedar a sus órdenes, en cumplimiento de esta orden, recargó combustible al costado del crucero Canarias en Pollensa, saliendo en la madrugada del 11, con rumbo a Mahón donde entraba y atracaba en la Base Naval, a las 08:40 del mismo día.

Por el parte del Almirante a las 16:40 del 10 se sabe que, la distribución de los buques era la siguiente: «En Pollensa: La división de cruceros, cuatro destructores y 3 lanchas torpederas. En Mahón: Mar Negro. En la mar: Los mercantes armados J.J. Síster, Antonio Lázaro, Vicente Puchol y Rey Jaime II en viaje de Pollensa a Palma, de orden del Almirante, con objeto de repostar y salir con urgenciha para Mahón donde deberían reembarcar a la 105 División. En Barcelona: Júpiter para recoger raciones de la 105 División y trasladar al Almirante Jefe del Estado Mayor a Mahón. En la mar, cruzando frente a la costa catalana: Marte, Canalejas y submarino General Sanjurjo. El Palma: Cañoneros Dato y Cánovas Como queda demostrado, a pesar de restarle mando, sabía en todo momento quién y dónde estaba cada uno de sus buques.

La división de cruceros, estaba compuesta por los Canarias, Almirante Cervera y Navarra, la cual perdió su nombre al sufrir la pérdida del Baleares, en la madrugada del 6 de marzo de 1938, recuperándolo al poder ser alistado el 11 de julio seguido el Navarra-ex-República-ex-Victoria Eugenia.

El Júpiter con el Jefe de Estado Mayor de la Marina a bordo, salió de Barcelona a las 23:00, con rumbo a Ciudadela, pero el Almirante le indicó que Mahón «estaba completamente franca», entrando en éste puerto el 11 a las 08:30, atracando en el muelle de la Base Naval, el Almirante desembarcó del minador, donde acudieron a saludarle el general López Bravo y el Almirante de la Flota, a las 08:40 entraba el destructor Velasco Melilla, fueron entrando los mercantes armados Antonio Lázaro, J.J. Síster y Vicente Puchol desde Palma, el Rey Jaime II desde Barcelona, por verse obligado a regresar por llevar la impedimenta de la 105 División, y el Castillo Tordesillas, también de Palma, con medios de comunicación para instalar en Mahón, una vez todos en puerto, a las 12 se celebró una Santa Misa de campaña, a la que asistieron las dotaciones libres de servicio y los mandos de todos los buques, a su vez se obligó a las tropas gubernamentales, formaran en la explanada para presenciar el acto, al finalizar se realizó un desfile de la marinería y tropas, siendo en sí un homenaje a los caídos, que les fue negado a los presos y por último el Almirante Excmo. Sr. D. Juan Cervera Valderrama, Jefe del Estado Mayor de la Marina, pronunció una arenga.

Se nombró Jefe de la Base al que era Jefe del Sector Norte del Mediterráneo, capitán de navío D. Joaquín López Cortijo, estando a sus órdenes el capitán de corbeta D. Luis Lallemand Menacho, quien entregó el mando del mercante armado Rey Jaime I, y los tenientes de navío, D. Federico de Salas Pinto y D. Manuel Gómez Ruiz, mientras el de igual grado D. Antonio Cardona Rodríguez, especialista en electricidad, quien fue conectando los distintos aparatos radiotelegráficos, para estar enlazados con los buques y Palma, todo ello transportado por el Castillo Tordesillas, quedando así lista la base para cualquier contingencia, a su vez tomo el mando del primero los pocos medios navales disponibles, entre ellos la barcaza K-22, que el Almirante ordenó ser reparada de inmediato, y los remolcadores R-13 y R-14. A las 22:00 se izó la insignia del Almirante en el destructor Velasco-Melilla. Como se ve, no le importaba izarla aunque sólo fuera un pequeño buque o un mercante armado.

Al concluir todos los actos, la división 105 estaba casi al completo para su embarque, menos una media brigada por quedar destinada en la isla, se les dejó descansar por haber recorrido la isla en 48 horas, comenzando a embarcar a media tarde en los mercantes armados, saliendo el primero el Vicente Puchol, a las 18:00, más tarde el Antonio Lázaro y J.J. Síster, a las 22:40 lo hacía el Castillo Tordesillas, y el último el Rey Jaime II, a las 23:00, recibiendo el Mar Negro la orden de darles escolta, para ello se esperó a que salieran todos y a las 00:00 del 12 salía de Mahón, pero por orden del Almirante todos lo hicieron con rumbo por el N. de la isla, así tendrían en caso de ataque, el apoyo de la aviación, no tuvo lugar éste y comenzaron a entrar el Tarragona los cuatro transportes entre las 08:00 y las 13:00, del mismo día, mientras el crucero auxiliar comprobó que todos estaban a salvo, viró de nuevo con rumbo a Palma, donde entraba y fondeaba a las 22:00 y a las 16:00 el Comandante de Marina, transmitía al Almirante, que los cuatro estaban descargados y listos para hacerse a la mar, por haber recargado combustible.

El Jefe del Estado Mayor de la Marina, a bordo del minador Júpiter, salió de Mahón a las 22:45 del 11, con rumbo a Barcelona, desembarcado el 12 a las 08:00; el Almirante a bordo del destructor Velasco-Melilla, salió de Mahón a las 23:00, con rumbo a Palma, donde entró en la madrugada del 12; la división de cruceros se encontraba en sus boyas asignadas en la bahía de Palma, mientras el minador salió de Barcelona el 13 al medio día, entrando en Mahón el 14 por la mañana.

Sin duda ninguna la caída de Menorca, fue un duro golpe moral y político, de hecho pocos días más tarde el Gobierno de D. Francisco Franco fue reconocido por los de Francia y Reino Unido, todo ello restaba fuerza al hasta ahora Gobierno de España, de ahí la huida en masa de todos lo que podían, porque siempre ocurre lo mismo, los de arriba lo tiene más fácil que los de abajo, a pesar de ser estos quienes dan la cara a las balas. Ningún beneficio saca un país por entrar en guerra y máxime civil, como siempre sólo se aprovechan otros, en todos los sentidos, unos probando sus nuevas armas, otros robando, y otros aumentando sus negocios, a costa de la sangre vertida por extraños.

Bibliografia: Para leer clicar sobre ella.

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Mar Cantábrico

Posted By on 15 de abril de 2022

Mar Cantábrico. Autor desconocido.

Sestao. Sociedad Española de Construcción Naval. Bilbao. España, 1930.

Desplazamiento: 14.132 t. Dimensiones: Eslora 128’46, por 16’36 de manga y 10’36 metros de calado. Máquina: Diésel 4.500 C.V. Velocidad: máxima 15 nudos. Hermano del Mar Negro.

Al comenzar la guerra se encontraba en Valencia, fue incorporado al Gobierno de Madrid; por la falta de materiales fue enviado a Estados Unidos, pasando a Méjico, embarcando material de guerra en ambos puertos, a su regresó con destino a Santander o Bilbao, según pudiera llegar a cualquiera de los dos puertos, fue apresado el 8 de marzo de 1937 por el crucero sublevado Canarias, pasando a Ferrol, donde fue reparado, al concluir los trabajos se le entrego el mando al teniente de navío de la Reserva Naval D. Juan Tornos.

Recibiendo la orden de pasar al Mediterráneo como transporte, el 20 de abril quedó con base en Palma, realizando varios transportes de materiales de guerra, entre los diferentes puertos del Mediterráneo, norte de África, Cádiz e incluso uno a Sevilla, a su vez estos se intercalaban con otros, con destino a La Spezia y Cagliari, por los mismos motivos, en todas las derrotas eran escoltados por los cruceros nacionales, hasta dejarlo a salvo, fue una época de mucho navegar, dada la falta de casi todo en la zona sublevada, por ello siempre iba acompañado por el J.J. Domine, cuando los cruceros pasaban a otra comisión, a estos les daban buen resguardo los ya mercantes armados Ciudad de Alicante y Mallorca, permaneciendo cómo a tal mercante hasta el 24 de junio de 1937.

Decidió el mando por sus buenas cualidades, pasara a Ferrol para ser armado como un crucero auxiliar, lo que se produjo desde el 25 de junio seguido, fue nombrado su comandante el capitán de corbeta D. Pedro Nieto Antúnez, quien dirigió las obras de acondicionamiento del buque, entre junio y agosto, pasando primero por una gran carena y montándole cuatro cañones Vickers de 152’4/50 mm, (desmontados de la batería de costa de Monticaño, en Arteijo, Coruña, donde regresaron al finalizar la guerra) cuatro Krupp de 88/45 mm y cuatro ametralladoras Rheinmetall de 20 mm, todas la artillería principal fue dispuesta en crujía, para facilitar el tiro se recortaron planchas de su superestructura, así como los palos y se procedió a desembarcar todo aquello que fuera inútil para sus misiones, aumentando sobre todo la reserva de combustible y sus bodegas fueron rellenadas con munición, depósitos de agua y un buen almacén de víveres, adecuando a su vez los lugares de estancia y descanso de su numerosa tripulación, así como soldar unas planchas de refuerzo, donde estaban situados los pañoles de municiones, para evitar en lo posible fueran alcanzados y junto a su hermano los únicos con toda la dotación de marinos de la Armada, finalizados los trabajos se hizo a la mar el 17 de agosto.

El 23 de septiembre seguido sufrió una avería en máquinas, quedando parado a las 10:00 frente a Ibiza, fue visto por los minadores Vulcano y Júpiter, quienes quedaron en sus cercanías para darle protección, al finalizar los trabajos entró en Palma por sus propios medios, en diciembre fue elegido por el Almirante Jefe de la Flota como su buque insignia, obviamente no era el Canarias, pero como él debía estar en todas partes, en éste tenía más espacio para alojar a su Estado Mayor, quienes disponían de lugares amplios y alojamientos casi por separado, a su vez no se alejaba de la primera línea, viendo con mayor amplitud los movimientos de todos, pues en esta época ya se contaba con aviación naval desde 1917, lo que facilitaba la información de todas y cada una de las misiones a cumplir. Continuo con sus cruceros y entre ellos el 26 de diciembre seguido apresó al mercante gubernamental Victoria, al que dejo en Palma, el 28 siguiente bombardeo la estación de tren de Port Bou y seguido Palamós.

El mismo día, se le ordenó patrullar un punto a la espera de otro mercante, por la tarde el mar se levantó, pasando a muy duro en pocas horas, obligándole a permanecer a la capa para sortearlo, no era otro que el mercante Yolanda, un petrolero de 7.100 TRB, (no confundir con el Yolande, francés que era mucho más pequeño, con 1.733 TRB, éste resulto hundido por la aviación en Barcelona el 26 de enero de 1939) su propietario era griego pero con bandera de Panamá, su capitán quería entregarse a los sublevados; había salido de Estambul el 25 de enero de 1938, a pesar del mal tiempo el 2 de febrero seguido avistó al mercante a las 15:00, pasando aviso al Vulcano quien realizó la presa.

Al entrar en Cádiz de uno de sus muchos viajes con carga militar, se verificó necesitaba un repaso de máquinas, para ello el mando decidió enviarlo a su astillero de construcción, por ello se hizo a la mar y arribó a Bilbao, donde ya le estaban esperando, entro el 16 de febrero siguiente e inmediatamente se le puso en seco en Sestao, en la Sociedad Española de Construcción Naval, permaneció en reparaciones hasta el 25 de marzo continuo, realizando las pruebas de mar el siguiente 26, comprobadas arrumbo al Estrecho continuando a Palma, por ser su presencia muy necesaria, por haber pasado a Ferrol los cruceros Canarias y Almirante Cervera, por estar muy necesitados de revisar y reponer piezas de sus máquinas, continuando en sus navegaciones, bien en solitario, bien dando escolta a otros mercantes, o bien con carga a los puertos citados del Mediterráneo; encontrándose en Palma el 24 de abril de 1938, su comandante entregó el mando al capitán de corbeta D. Felipe Abarzuza Oliva, al tomar posesión, su primera salida fue para probar paravanes, (1) lo que realizó frente a cabo Blanco, así como en alguna parada, se compensó el radiogoniómetro, por saber se había desviado un tanto.

(1) Es el mecanismo usado por los dragaminas, para cortar el cable que las sujetan al “muerto” y dejar el paso libre a los buques, dotado con dos flotadores, los cuales se pueden hundir hasta alcanzar el fondo deseado, como el calado del mismo buque que transita por estas aguas o más hondo.

Salió de Palma al anochecer del 8 de mayo seguido, junto al minador Vulcano, para formar barrera entre el cabo de Bon y la isla de Pantelaria, el segundo entre Malta y Sicilia, tomando posiciones el 10, en la madrugada el 11 avistó al mercante Victoria, por la mar gruesa de poniente, le indico le siguiera hasta ser protegidos al socaire del Cabo de Bon, donde envió una dotación de presa, avisando al Vulcano para que se hiciera cargo de buque, éste le pasó su dotación de presa en la madrugada del 12 a 30 millas al NE de Bizerta, entrando en Palma el 12 siguiente; a las 15:00 del mismo día, el Almirante comunica el paso del Bósforo (comenzaba a dar sus frutos el servicio de información) del mercante Eugena Cambanis el 10 a las 15:00, con bandera griega, al mismo tiempo al minador Júpiter se le ordena salir con rumbo al mismo punto de su compañero anterior, como refuerzo del crucero auxiliar, el comandante da la orden de permanecer a longo del frontón NW de Sicilia, así se separaba del tráfico mercante de la zona para no ser descubierto, el 12 y 13 se mantuvo con la dotación con prismáticos, esperando la recalada del buque, fue advertida su presencia, poniendo proa a él llegando a su banda a las 03:00 del 15 al Norte de Pantelaria, avisando al minador de la captura, entrando en Palma el 17 los dos buques, pues por un nuevo aviso el Júpiter se quedó en la zona de patrulla. El mercante apresado, llevaba una carga de 120 vehículos diferentes, 7 cajas de accesorios y 18 t., de hierro, (de los camiones, se quedaron para la Marina 34) al ser descargado fue devuelto a su propietario.

Al dejar la presa aprovecho para recargar combustible y víveres, recibiendo la orden de salir el 18 por la tarde, con destino al canal de Sicilia y a altura del cabo de Bon, para ayudar al Canarias, llegando al lugar en la mañana del 19, poco después desde Palma el Almirante le comunica ser posible la presencia de unidades navales gubernamentales, recomendándole se sitúe cerca de Pantelaria por si fuera necesario refugiarse.

Efectivamente el Canarias apresó a unas 15 millas al sur de cabo Passaro, al mercante Ellinico-Vouono, con bandera griega, (su carga eran 250 camiones con sus repuestos, pero contratados por CAMPSA y destino Orán) comunicando al Mar Cantábrico la posición para hacerse cargo del buque apresado, se encontraron a 10 millas al Sur de cabo Scalambri (Sicilia) el 20, a las 23:30 al llegar a la voz del crucero, su comandante le comunicó, había transmitido por su radio determinadas señales, por ello le había arriado su antena, para impedir siguiera con su intención de dar la posición de los españoles, pusieron rumbo a Palma, pero la mar seguía muy movida, por ello el apresado sólo daba 4 nudos y el crucero auxiliar tenía que navegar a su misma velocidad, mientras el Canarias a rumbo a la isla de Galita, para capturar al petrolero Irania con bandera noruega, arribando al lugar el 21, al comenzar esta singladura el Mar Cantábrico, la mar era gruesa, con vientos duros del NW y horizontes tomados.

Al intentar el crucero auxiliar pasar por la popa del apresado, para confirmar su rumbo el mercante realizó una extraña maniobra, pues viró en redondo, paró máquinas y empezó a desahogar las seguridades, unos minutos más tarde desde el apresador avisto dos botes, yendo embarcados los tripulantes del apresado, todo esto de noche cerrada y como se ha dicho con una mar, nada aceptable para esta maniobra, el comandante del crucero auxiliar comunicó al Almirante el problema y seguido al Canarias, pidiendo a ambos instrucciones, recibiendo en poco tiempo las dos respuestas, el Almirante ordenó marinar el buque y de no ser posible, echarlo a pique.

Del crucero se le indicó estaba a rumbo de vuelta encontrada, para recuperar la dotación del apresado y marinar el buque si el estado de la mar lo permitía, el crucero a pesar del mal estado de la mar, navegaba a 22 nudos, para llegar lo antes posible al encuentro, al hacerlo, por Scott intercambiaron mensajes con el crucero auxiliar, al parecer todo había sido provocado, porque el comandante del crucero auxiliar, había comunicado al apresado con hundirlo si utilizaba la radio, se supone que el capitán del mercante interpreto que lo iba a hundir, por ello dio la orden de abandonar el buque, pero a esta explicación-suposición, el comandante del crucero reprendió al del auxiliar, porque ya le había advertido que él había dado la orden de anular la antena de la radio y no era necesario otro aviso.

Aclarado el mal entendido, el Canarias regresó a su zona de patrulla a la espera del Irania, el crucero auxiliar a pesar del mal tiempo, porque se mantenía el viento fresco de NW, mar gruesa y horizontes achubascados, pasando varias horas hasta que pudo arriar el bote mixto a las 11:00, momento aprovechado por calmar algo el viento y con ello la mar, además de efectuar un vertido de aceite para facilitar la navegación del bote, pasando la dotación de presa al mando del teniente de navío D. José Ramírez Martínez, el mismo bote arrumbo para recoger a toda la dotación del capturado, excepto el radiotelegrafista y un herido que permanecían a bordo, la dotación se puso manos a la obra y a las 17:00 el apresado dio avante, y en sus cercanías el Mar Cantábrico, por la baja velocidad del capturado, entraban en Palma el 25 por la mañana.

Al fondear desembarco la dotación del apresado y pasó el auxiliar a avituallarse, dando un poco de descanso a la dotación, de hecho no salió a la mar hasta el 26 de junio, junto con el minador Júpiter, por haberse recibido noticias, del paso del Bósforo del mercante griego Flora Nomicos, el 23 anterior con carga de material de guerra, de nuevo se estableció una barrera entre ambos buques, llegando el crucero auxiliar el 27 al anochecer entre cabo Bon y la isla de Pantelaria, mientras el minador se situó entre la isla de Malta y Sicilia a las 00:00 del 28, el crucero auxiliar permaneció a la espera los siguientes días hasta el 30, en ellos vieron pasar varios buques, tanto de guerra británicos y franceses, así como aviones de guerra de ambas naciones, lo que llevó a pensar al comandante del crucero haber sido descubierto, por ello comunico con el Almirante lo acontecido, solicitando autorización para cambiar de zona, situándose entre Lampedusa y el Sur de Malta, por ello se le autorizo.

Al mediodía del 30 se le notificó, la salida de El Pireo el 29 del mercante Sousy con bandera griega, (como se verá a lo largo de todos los historiales, estos buques con esta bandera, se aprovecharon todo lo que pudieron de nuestra guerra) transportando material de guerra y al mismo tiempo el anuncio de la salida el 1 de julio, de otro mercante, el Hermes con la misma bandera y puerto el 30, con rumbo a Corinto y Pantelaria, de éste se supo su derrota, por ello los dos nacionales lo esperaron al Este y Oeste de Pantelaria, donde llegó el crucero auxiliar a las 03:00 y el día 2 a las 10:00 el Júpiter, pero por causas de fuerza mayor el Almirante el día 3, ordenó el regreso de ambos a Palma, donde entraban a las 00:00 del 4 el primero y por la tarde del 5 el segundo. Todo motivado por llegar ordenes de «Terminus», dando por seguro el traslado masivo de tropas de Barcelona a Valencia por mar, lo que no se llevó a efecto.

Continuo con sus cruceros sobre las mismas aguas, en las que intercepto varios mercantes, pero todos eran legales y ninguno con destino a puertos españoles del Mediterráneo, razón por la que los dejaba en libertad, el 21 de julio el Almirante recibió un comunicado del Jefe de Estado Mayor de la Armada, quien a su vez había sido informado por el Generalísimo, de la pretensión del ejército gubernamental de efectuar un ataque en el sector de Tortosa, con la intención de llegar al mar, para proteger la costa dio órdenes al Almirante Cervera y Vulcano de abandonar su zona en Pantelaria y arrumbar a la zona descrita, al mismo tiempo el Canarias y Navarra, para acudir al mismo lugar, y por último al Mar Cantábrico, destructor Velasco, más los cañoneros Cánovas y Canalejas de salir a la mismas coordenadas, para cubrir la costa entre Vinaroz y Tortosa, el crucero auxiliar salió de Palma el mismo 21, mientras que los dos minadores, lo hicieron desde Vinaroz, al amanecer del 23 salieron a su vez las lanchas torpederas Oviedo y Badajoz desde Castellón, para reforzar el bloqueo, al reunirse, el destructor Velasco iba en cabeza zigzagueando, con los rastrillos contra-minas, formando la línea de fila el crucero auxiliar, al que seguían los dos cañoneros, el 23 se unieron las lanchas torpederas, tomando la posición a ambas bandas y altura del crucero auxiliar.

La orden era impedir la construcción de un puente de barcazas sobre el Ebro, por el que al parecer querían cruzar el río los gubernamentales, el Almirante recomendó al comandante del crucero auxiliar, utilizar su artillería, pero con cargas de pólvora reducidas, para evitar un gran desgaste (como se ve desde el principio de la guerra, la mayor preocupación del Almirante era, el gran desgaste de las piezas de artillería, porque en muchos casos no había repuesto y la guerra no había terminado), a su vez recibió el Almirante la solicitud del comandante del crucero auxiliar, para poder reforzar la agrupación naval, por si hiciera acto de presencia la aviación “negrilla”, al amanecer del 23 el Cánovas, por orden del jefe de la agrupación naval el comandante del crucero auxiliar, se acercó a la costa empezando por la playa del Trabucador, entre el cabo Tortosa y La Braña, pero no pudo distinguir el lugar exacto, a su vez un avión nacional sobrevoló la zona y tampoco pudo situarla.

Pasadas unas horas, regresaron y barajaron la costa en formación de línea de fila, pero ni rastro del dicho puente, el comandante por radio (que era un peligro por si era detectada su presencia) con el Almirante, le comunico que tanto por aire como por mar no se sabía dónde podía estar, e intentar bombardearlo a más 9 millas de distancia era una temeridad, por los daños que podría causar sin saber a dónde dirigir el fuego, porque se sumaba que los nacionales estaban en la margen derecha del cauce, y algún que otro proyectil podía caer sobre ellos, por todo ello se recibió la orden de virar todos los buques poco después de las 12:00, arribando a Vinaroz los cañoneros y a Castellón el crucero auxiliar y las lanchas torpederas, pero sucedió que el crucero auxiliar con práctico a bordo, al entrar toco fondo en dos ocasiones y estando en la dársena interior, varo de proa y popa, viendo el peligro se acercó una petrolera a la que trasvaso parte de su combustible, y con ayuda de varios dragaminas, lograron a media tarde ponerlo a flote.

Quedo de manifiesto en esta ocasión la descoordinación entre las fuerzas de Tierra y la Armada, de hecho al medio día del 23 el Almirante ordenó repetir el cruce de la costa, para el siguiente 25, pero tratando de enmendar el error anterior el Jefe del Estado Mayor de la Armada, por la noche del mismo 23, comunicó las posiciones pero sin concretar coordenadas y advirtiendo tener en cuenta que la orilla derecha estaban los nacionales, ante esto el Almirante volvió a insistir sobre la falta de información fiable y había mucho en juego, por ello había dado la orden al grupo naval de entrar en los puertos de Vinaroz y Castellón, el parte decía: «estoy completamente convencido de la inutilidad de la presencia de los buques frente a la gola del Ebro.»

Un comunicado posterior del Jefe del Ejército del Norte, confirmaba el intento del ejército gubernamental de cruzar por el puente, pero que su artillería lo había destruido, a su vez había desplazado parte de sus tropas a Amposta, para impedir el avance enemigo. Una vez más queda de manifiesto que al parecer «Terminus», ni siquiera daba información fiable a su propia Marina, lo que obviamente al Almirante lo sacaba de quicio y no era para menos.

No obstante el Almirante era consciente del peligro de la escuadra gubernamental, por ello ordenó el mismo 25, acudieran en apoyo de la agrupación naval el minador Vulcano y el destructor Velasco, ambos y como jefe de la agrupación el comandante del Vulcano, el capitán de fragata D. Benigno González-Aller Acebal, quienes salieron de Palma a las 00:00 del 26, de nuevo el crucero auxiliar al salir de Castellón a las 19:00 del 25 varó, no logrando desembarazarse de su estado hasta el día siguiente a la misma hora.

La noche del 25 estuvieron en la mar los dos cañoneros y las dos lanchas torpederas, al amanecer salieron el minador Vulcano y el destructor Velasco, entrando en Vinaroz las dos lanchas para repostar, todo el grupo quedo reunido y prosiguió en su comisión de vigilar la costa, permaneciendo a la espera de órdenes, llegando sólo una, la de regresar a puerto al anochecer del 27; se supo poco después la entrada en Barcelona de cinco destructores gubernamentales, (salieron de Barcelona el 27 y entraron en Cartagena al día siguiente, al concluir la guerra se pudo comprobar eran los Ulloa, Jorge Juan, Almirante Miranda y Escaño, quienes navegaron a 30 millas de distancia del grupo nacional y a 26 nudos de velocidad. Lo escribimos entre paréntesis, no por quitar méritos, sino porque la información ha llegado más tarde, pero había que incluirla, pero son cuatro y no cinco).

Pero muy seguro pasaron de noche, alejados de la costa y a muy alta velocidad, por ello y al saber la noticia anterior, el Almirante dio orden de salir a todos los buques, lo que realizaron de los dos puertos al atardecer del 27, se reunieron a las 22:00 a 10 millas al 090 de Vinaroz, el comandante del Vulcano y jefe del grupo ordeno navegar en línea de fila, a 1.000 metros de distancia y a 10 nudos de velocidad, yendo en cabeza el insignia, seguido del crucero auxiliar, Canalejas y Cánovas al rumbo N63E, mientras el Velasco se posicionó por el través de estribor del Vulcano a 2.000 metros, a las 22:45 se unieron las lanchas torpederas, situándose la Badajoz a 3.000 metros por la amura de estribor del Vulcano y la Oviedo a la misma distancia y posición pero por babor del minador, al llegar a su posición ambas comenzaron a navegar en zigzag, los primero 15 minutos navegando al rumbo 124, hasta que a las 23:15 el comandante del grupo ordenó virar al 004, comenzando de nuevo a zigzaguear.

La noche del 27 al 28 de julio sucedieron varios incidentes, por ser detectados varias veces y varios buques que, al final unos eran supuestos y otros reales, (de estos después por los cuadernos de bitácora, se supo que los comandantes de las lanchas, confundieron como convoy enemigo a sus propios compañeros, un error muy fácil de ocurrir, porque el único a bordo de ellas que sabía lo que se hacía era el comandante, pero a su vez tenía que estar al timón y dar órdenes y vigilar el horizonte, algo que en pocas horas de mar agotaba al más preparado. Quien hace esta aclaración es uno de los autores, de La Guerra Silenciosa y Silenciada, quien su primer mando fue comandante de la L-24 por ello sabe muy bien lo que dice) todo provocado por la casi imposibilidad de situarse las lanchas torpederas, y menos aún afinar la situación de un buque contrario.

La Badajoz pidió permiso para abrir rumbo otros 500 metros, al hacerlo avistó supuestamente al mercante gubernamental Tramontana, al que le lanzó dos torpedos, con intervalo de 25 minutos, pero ninguno hizo blanco, ante el desconcierto y falta de dirección, el Almirante ordenó la salida de Palma de los cruceros Canarias y Almirante Cervera, embarcando en el primero, enarbolando su insignia, arrumbando a Sagunto a 26 nudos en formación de exploración, (separados por unas 10 millas, para comunicarse entre ellos si había algún avistamiento y cubrir mucha más mar) barajaron la costa desde Valencia a Vinaroz, sin encontrar buque alguno, reunido con el grupo naval anterior, dio orden al Mar Cantábrico y Cánovas regresar a Palma, entrando en la bahía al anochecer del 29, permaneciendo en estas comisiones hasta finales de agosto.

El 1 de septiembre recibió la orden de salir y arrumbar al Estrecho, para relevar a otras unidades que permanecían a la espera, de la salida del destructor gubernamental José Luis Díez de Gibraltar, pero no lo hizo por recibir noticia del cruce del Bósforo del mercante Tashkent, el 31 de agosto, por ello salió de Palma el 2 de septiembre a las 18:00, el 4 se encontraba en Pantelaria, y a las 13:00 a 12 millas de la isla avistó al buque, arrumbó a él y lo detuvo, transbordo una dotación de presa, con orden de arribar a Palma, previa recalada en San Antíoco (isla de Cerdeña), prosiguió su vigilancia reconociendo 49 buques mercantes con diferentes banderas, el día 8 se encontraba en el canal de Malta, no obtuvo avistamientos, y en la madrugada del 11 entraba en Palma; el mercante apresado fue puesto en libertad, al ser revisado y confirmar no transportaba nada militar.

Permanecían en Vinaroz sólo las dos lanchas torpederas, de ahí que el Jefe del Estado Mayor de la Marina, ordenara al Almirante reforzar esas aguas, por el ataque de los gubernamentales en su ofensiva del Ebro, por pensar «Terminus» un posible desembarco del enemigo en su retaguardia para favorecer el cruce, por ello el Almirante ordenó a los cañoneros, pasar de su vigilancia en la isla de Ibiza, a Vinaroz y desde aquí bojear la costa para impedir el paso de otros buques, mientras quedaba en aguas de la isla el Mar Cantábrico y el minador Vulcano, permaneciendo en estas aguas hasta el 15 seguido, abandonándolas para pasar a Vinaroz, donde al entrar ya se encontraban los cañoneros, fondeando cerca de ellos, al mediodía del viernes 16, se hacían a la mar los tres buques, al mando de todos el comandante del crucero auxiliar, pasaron por el islote de Tagomago, virando con rumbo a la costa, comenzando a bojear la costa a 5 millas de distancia entre Vinaroz y Burriana.

Al verificar no encontrar buque alguno, recibió la orden el comandante del grupo regresar y entrar en Ibiza, lo que efectuaban a las 14:17 del 17, al llegar demandó se vigilara la entrada del puerto, para ello se destinó a un falucho con bengalas, para poder avisar de la presencia de enemigos, ante esto, en la mañana del 18 el comandante comunicó con el Almirante, el alto riesgo en el que se encontraban los buques, recibiendo la orden a las 00:00 del 19, pero poco después (casi seguro por presiones) envió otro mensaje, indicando que cambiara de fondeadero cada poco tiempo «para evitar peligro, que estimo remoto, de ataque submarino», obedeciendo las ordenes durante la noche cambio tres veces su posición en el puerto.

El Almirante decidió mover sus fuerzas, entre ellos recibió la orden el crucero auxiliar, de salir de Ibiza el 20 a las 09:45 con los dos cañoneros, Canalejas y Dato con rumbo a la vista de Vinaroz, pero todo fue en vano, (porque hasta no finalizar la guerra, no se supo que había un espía entre los nacionales, aunque nunca se llegó a aclarar del todo), al variar rumbo navegando al 155 para recalar en Cala Figueras, por la noche se avisto posibles enemigos, pero no fue a más el error, al poder distinguir era el otro grupo de buques nacionales, por ello regresaron a Palma, donde precisamente al crucero auxiliar pasaron los mecánicos a revisar su máquina, por haber fallado en algún momento de la anterior patrulla.

Reparado salió de Palma el 27 de septiembre a las 07:00 con rumbo a Ibiza, incorporándose los dos compañeros a las 13:00, formaron barrera, primero a 10 millas de la costa en el paralelo de las Columbretes, permaneciendo entre las 22:55 del 27 y las 04:00 del 28, pasando a una segunda frente a Los Alfaques, entre las 07:20 y las 15:55 del mismo día, y la tercera, frente de nuevo a las Columbretes, entre las 20:35 del 28 y las 04:20 del 29, esta movilidad impedía ser detectados por la aviación enemiga, o buques “inocentes” que transmitían sus posiciones, facilitando de esta forma evitar malos encuentros en aguas tan próximas a la costa, a su vez por la poca visibilidad y confirmado más tarde nulo tráfico marítimo, como es natural no se pudo avistar a ningún buque.

Durante el mes de octubre, participo en múltiples comisiones, siempre en conjunto con el resto de la escuadra; el Almirante volvió a sentir la presión de «Terminus», dándose el caso peregrino de recibir el 1 de este mes, la orden directa para que el crucero auxiliar fuera destinado a un punto, el Almirante, estupefacto que desde el Estado Mayor se supiera dónde estaba cada buque, no tuvo más remedio que sacarlos de su error, pues el crucero auxiliar estaba en Palma, pero revisando motores desde hacía tres días, por ello imposible fuera precisamente el buque demandado, para ello aunque pocos (como recalco en su parte) sí había alguno que podían acudir, quedando a la espera (con mucha ironía) de las órdenes para proceder.

Las presiones a veces no son buenas consejeras, y lo mejor era dejar al mando in situ, quien a su vez ya había demostrado su capacidad, y dejarlo hacer, eso sí, si se recibía como había sucedido en muchas ocasiones, comunicaciones de los informadores, al cruzar el Bósforo éste o aquel buque, era lógico actuar en consecuencia, pero nunca indicar que unidad debía acudir, pues a lo peor había una mucho más cerca; incongruencias del poder absoluto y en el fondo la desconfianza en los mandos que, era precisamente lo que más molestaba a todos.

Ya revisadas y reparadas su averías, salió el 5 de octubre de Palma, con la orden de capturar a dos mercantes con bandera de Panamá, el Beme e Ionia, así como el abanderado noruego México (curioso cuando menos y que llama mucho la atención), pero el cañonero Dato si capturó al México el 6, al que envió dotación de presa, variando rumbo para entrar en Palma el mercante, y a las 19:00 navegando a longo de la costa de Sicilia, se cruzó con el cañonero también con rumbo a Palma, para reabastecerse de combustible, el mismo 7 a las 23:00 al N/S con Scalambri (Sicilia) comenzó el crucero auxiliar a cruzar en forma de rectángulo de 120 millas de largo por 25 de ancho, hasta el 11 a las 14:30, en este tiempo avisto y detuvo al petrolero Ionia (con carga de gasolina 2.840 t.) y el vapor Kyma (con carbón), en el caso de éste, se vio forzado a disparar con una de sus piezas gruesas, porque el mercante no paraba de radiar su posición y captura.

Pero no quedo aquí el problema a resolver, al llegar la dotación de presa, entre ellos iba un cabo radiotelegrafista, quien al llegar a la mesa el primer oficial del mercante, intento apoderarse del registro de radiogramas, por ello y ante esta actitud el cabo montó su fusil, y le dio orden de no acercarse, a su vez éste elemento, ya había arrojado una bombilla al mismo equipo de radio, con la intención de pegarle fuego, por ello ya llovía sobre mojado, y a su vez el teniente de navío D. Fernando Solís y Núñez de Prado comandante de la dotación de presa, se le encaró y le advirtió que de seguir así, se vería forzado a tomar medidas drásticas, ante esto el díscolo oficial cesó de inmediato en su proceder; en ambos buques embarco dotación de presa, siendo despachados a Palma, una vez comprobada la documentación de ambos, fueron puestos en libertad, pero la carga fue depositada en Palma, el crucero auxiliar entraba en Palma el 14 seguido a las 06:00, pasando de nuevo a quedar inmovilizado, por haberse detectado fallos en sus máquinas, permaneciendo de nuevo otros 4 días parado, (se piensa que el infiltrado tenía mucho que ver en el tema).

Decir que la escuadra de Palma había quedado reducida a tres unidades, siendo el de este historial y los cañoneros Dato y Canalejas, dado que el resto se encontraba en Cádiz, por orden del Almirante Jefe del Estado Mayor de la Marina, no regresando a su base hasta el 8 seguido a las 12:30.

Dado el último enfrentamiento, el Almirante pidió al Jefe de Estado Mayor, le dijera si para mover los buques necesitaba su visto bueno, o él podía como hasta ahora, «tener la libertad de acción para mover a los demás buques con arreglo información y criterio personal», le respondió casi a renglón seguido, que todo seguiría igual. (Pero se le forzó a tenerlo que advertir, o al menos preguntar, por su actual situación, lo que dice muy mucho de las ciertas prisas de «Terminus» por acabar la guerra, cuando no era para nada necesaria su intervención, al menos en la Marina, como ya era más que demostrada la valía de todos sus miembros, a pesar de los pocos buques con que realizar su trabajo.)

Ya reparadas las averías salió de Palma el 21 a las 08:40, con destino al Canal de Sicilia, y a las 17:00 le seguía el Almirante Cervera con rumbo al meridiano de cabo Colonne, para cruzar entre los cabos Passaro e isla de Malta, conforme iba avanzando el crucero auxiliar el tiempo empezó a empeorar, llegando a ser de fuerza 8 con viento del SE, mar muy gruesa y horizontes achubascados, viendo la casi imposibilidad de soportar el mal tiempo, radio al Almirante pidiendo permiso, para arrumbar al cabo San Vito, situado en la extremidad NW de la isla de Sicilia entre Trapani y Palermo, se le autorizo como era de esperar, allí permaneció al socaire desde la madruga hasta el atardecer del 26 de octubre.

Al calmar el temporal a viento fresquito del SW, fuerza 5 y marejada, puso de nuevo rumbo a su zona de vigilancia, el 28 a las 00:30 situado a 31 millas al 085 de la isla de Pantelaria, avisto un mercante al que puso proa, a llegar a la vista era uno con bandera griega Grigorios-C II, al que obligo a parar, enviando una dotación de presa, al embarcar comprobaron que transportaba higos y material para fabricar porcelana, procedente de Grecia y Turquía, con destino a Amberes, Rotterdam y Hamburgo, pero como estaba en la lista de los sospechosos, por orden del Almirante del 28 a las 10:30 arrumbaron ambos a Palma, en su viaje de regreso la mar volvió a enfurecerse, vientos duros del NW y mar gruesa, con este movido mar entraban en Palma el 30 a las 10:00; el mercante después de ser vuelto a registrar de quilla a perilla, se ordenó dejarlo en libertad.

En este nuevo crucero registro otros 30 buques, como se puede comprobar, no estaban de vacaciones a bordo. A su vez el crucero auxiliar volvió a estar en parada, para limpiar la tubería de circulación de aceite de los motores, pero lo justo, porque se esperaba la llegada del Mar Negro para mediados de noviembre, por ello se realizó el trabajo muy rápidamente quedando listo una semana más tarde, pero sólo con los miembros de la dotación.

Mar Cantábrico popa-estribor. Autor desconocido.

Al quedar alistado, salió de Palma a un nuevo crucero, se hizo a la mar el 7 de noviembre a las 16:30, no había casi transcurrido dos horas, cuando se verificó problemas graves en la refrigeración de los cilindros de los motores, virando para regresar a su base, entrando el 8 a las 00:50, quedando a la espera de poder ser enviado a su astillero de construcción y revisar a fondo el problema, pues algo había que no se veía, la arribada a Palma del Mar Negro el 12 de noviembre a las 20:30, daba la posibilidad de darle al Mar Cantábrico (su hermano) el descanso necesario, el Almirante decidió se hiciera a la mar, saliendo el 13 seguido, entrando en Bilbao el 26, después de dos indispensables recorridos en Cádiz y Ferrol, para que pudiera arribar al puerto donde había nacido.

Fue alistado de nuevo, se confirmó en el mando al anterior comandante, quien a su vez reclamo embarcar a la misma dotación, no lo pudo lograr al 100%, pero si la mayoría, salió el 22 de febrero de 1939, entrando en Santander y Ferrol en ambas embarco parte de la anterior dotación y a su vez embarcaron prisioneros de guerra, para desembarcarlos en Cádiz, de donde al cumplir esta comisión, salió con rumbo a Palma, donde entro el 2 de marzo, quedando de nuevo incorporado a las Fuerzas de Bloqueo de Tierra Mar y Aire del Mediterráneo.

El 5 de marzo, se recibió la orden de trasladar tropas para un desembarco en Cartagena, por saber en «Terminus» que una parte de ellas, se había levantado contra el gobierno de Barcelona, y ante el riesgo de perder la escuadra gubernamental salió a la mar, permanecieron unas horas a la espera de noticias, hasta que desde Madrid se les comunicó se presentaran a las autoridades francesas en Bizerta; el Almirante inmediatamente dio orden de salir de Palma, siendo a las 15:00 cuando levaron, le acompañaba el Mar Negro, con rumbo al cabo de Palos, tres minadores lo hicieron a las 13:00 rumbo a Castellón, el rumbo de los dos cruceros auxiliares era al 225 a 12 nudos en línea de fila, hasta las 20:45, al estar al 180 de Formentera, cuando metieron al 270 variando a las 22:45 al 230, arrumbando al cabo de Palos.

El Almirante se encontraba en una encrucijada, la flota gubernamental contaba con tres cruceros, y no menos de ocho destructores, mientras él en esos momentos, sólo podía disponer del Canarias y los cruceros auxiliares, pero estos era descabellado enfrentarlos a tan poderosos enemigos, pero no quedaba otra, por ello en principio se mantuvo a la expectativa, y cuando le fue confirmado que la escuadra enemiga, navegaba con rumbo al norte de África, dio orden de acercarse al arsenal sublevado; esto le fue comunicado por ordenar despegar a la aviación de Palma y con la ayuda de la “legionaria”, quienes la avistaron sin acercarse en demasía, lo comunicaron a las 15:30 del mismo día, confirmando eran tres cruceros y ocho buques menores, situados a 40 millas al 180 de cabo Palos con rumbo 090, esto indudablemente le tranquilizó, pues todo su Estado Mayor le recomendaba virar y entrar en Palma, pero no era de los que abandonan, ya lo había demostrado al principio de la contienda, con el hundimiento del destructor Almirante Ferrándiz en el Estrecho y el daño moral que significó durante toda la guerra al bando contrario.

El comunicado que envió el Almirante al tener estas noticias a «Terminus» dice: «Aviación legionaria dice que a 15:30 avistó Flota roja compuesta por tres cruceros y ocho destructores 40 millas al Sur de cabo Palos, rumbo 090. No creo posible se dirija a Valencia. Entiendo se dirige a Argel. Continúo con Mar Cantábrico y Mar Negro sobre cabo Palos. A 19:00 estoy E/W con Formentera. Ruego me comunique si se efectúa desembarco en cabo Palos o si se espera localizar dónde se encuentra Flota roja» los mensajes fueron muchos y sería prolijo transcribirlos, pero queda constancia de la gravedad de la situación, por una parte el Generalísimo recibía noticias y enviaba órdenes con gran fluidez, entre ellos quizás el más importante, era poner en conocimiento del Almirante, las divisiones a embarcar y las prisas lógicas de efectuar el desembarco, siendo muy minucioso en todo él, llegando incluso a denominar cada buque y la unidad militar a embarcar y en que puerto, incluyendo en ello hasta los que debían embarcar en Málaga, el resto correspondía a puertos al norte de Valencia, se baraja la posibilidad de que lo embarcado en Málaga, efectuase el desembarco en la población de Águilas; a las 17:10 del 6, el Almirante comunica a su Jefe que la escuadra gubernamental, se encontraba próxima a Bujía.

Los dos cruceros auxiliares a las 07:30 del 6, llegaron a estar a cinco millas de Cartagena, justo en ese momento se recibieron 12 disparos, de la batería de poniente, cayendo los piques muy cercanos, por ello ordenó el Almirante arrumbar al Sur y alejarse del peligro, siendo manifiesto que «Terminus» no estaba al segundo de lo que ocurría, pues  transmitió incluso la orden para que los cruceros entraran en Cartagena, pero este fuego demostraba que no estaba dominada la situación, esto a su vez fue puesto en conocimiento del Estado Mayor de la Marina y a las 09:40 recibió un comunicado el Almirante diciendo: «V.E. tiene mando toda la operación».

Pensamos que con éste cambio de actitud queda todo dicho. (Vendría bien explicar la situación del momento, las prisas eran obvias, pero se basaban en los radios interceptados del general Barrionuevo que, había dado el golpe de estado en el Arsenal, estos para infundir miedo a los enemigos eran abultados en resultados, de ahí que al decir que dominaban la ciudad, lo que en parte era cierto, no era lo mismo con las potentes defensas de costa, de las que una parte si llegaron a tomar, pero la otra no, por ello al acercarse y ser divisados, fueron recibidos, nunca mejor dicho, a cañonazos. Mientras que a «Terminus» sólo le llegaban esas transmisiones, haciéndole creer que todo era más fácil, pero provocado porque Barrionuevo si era conocedor de que sus emisiones, eran conocidas en el bando contrario, de ahí que las hinchara para bajar su moral, pero no era nada seguras y había mucho en juego.)

Por fin llega el crucero Canarias, quien modero su velocidad para cruzar la proa del Mar Cantábrico a 20 nudos, quedando incorporado al dispositivo de fuerza de desembarco, eran las 09:35 del 6 de marzo, manteniéndose los tres cruceros, entre cabo de Palos y Cartagena, llegó el Rey Jaime II, con tropas siendo el primero, procedente de Málaga quedando unido a la agrupación, más tarde fueron reuniéndose otros, en esta situación la aviación de ambos contendientes estaba casi todo el tiempo sobre ellos, llegando a abrir fuego contra ellos desde los cruceros, a las 19:40 el Almirante recibe el radiograma siguiente del Jefe del Estado Mayor de la Marina: «Jefatura Aire, comunica avistada a 15:45 (2)(casi cuatro horas más tarde) Flota roja continuaba navegando hacía Levante probablemente hacia Bizerta», esto suponía un peligro menos facilitando el desembarco.

(2) Recordar que esa jefatura estaba al frente del general de división del Ejército, Excmo. Sr. Don Alfredo Kindelán y Duany, quien fue el primer capitán del Arma de Ingenieros (del ejército de Tierra) que estuvo al mando de una escuadrilla el 28 de febrero de 1913, quien a su vez fue el creador del Ministerio del Aire el 8 de agosto de 1939 y el Ejército del Aire fue creado, como a tal el 7 de octubre de 1939, pero en esta época estaba enfrentado al Almirante, porque éste pretendía que la Aeronáutica Naval siguiera perteneciendo a la Marina, pero Kindelán al final consiguió pasara a manos de su nuevo Ejército, cuando la Aeronáutica Naval había sido creada el 15 de septiembre de 1917, llegando a ser la más potente del Mediterráneo. Y como final, decir que las aeronaves de ala fija de la Armada, fueron en principio vetadas por el E.A. de hecho en 1964 se compraron cuatro avionetas Piper Comanche, dos monomotores PA-24 y dos bimotores PA-30, por estar prevista la compra de los AV-8A y que sirvieran de escuela, pero se vieron forzados a matricularlas como civiles para poder volar, por el contrario si dejaron que las alas rotatorias pudieran pertenecer a la Armada, siendo autorizadas las primera de ala fija en la 4ª escuadrilla (las tres anteriores eran de helicópteros) por la Orden Ministerial 77, del 25 de enero de 1977. Cosas de España.

Se intentó efectuarlo sobre Portman, pero las baterías hundieron varias barcazas de desembarco, viéndose obligado el Almirante a suspender la operación, a partir de aquí se sucedieron las noticias, como una que decía que, las tropas sublevadas iban a tomar la batería de costa del Tiñoso, pero no fue posible y el daño ya estaba causado, a su vez otro del Estado Mayor, casi a las 24:00 horas indicando la posible salida de Valencia, de mercantes con obras de arte con destino a Francia, para ello se destacó un destructor y vigilar esta posibilidad (sólo hay que ponerse en el momento y lugar, para saber a cuantos frentes debía el Almirante estar pendiente, y todo sin una marina adecuada, metiendo baza en realidad don Estados Mayores y obviando al suyo, el cual al fin y a la postre sería el responsable de todo.)

Amaneció 7 con buen tiempo, viento en calma y la mar llana, varios mensajes más para terminar de dotar los buques, y poder realizar el desembarco en Portman, pero nada al respecto de la situación en las baterías de costa, en las que insistía el Almirante, su posición era muy comprometida, pues se jugaba prácticamente a todos su buques, si las batería no estaban en buenas manos; esto se confirmó definitivamente, cuando a las 07:25 comenzaron a recibir piques de la batería de Portman de 152 mm y la del Negrete de 381 mm, lo único que se pudo hacer por tener algo más de alcance, fue ordenar al Canarias abriera fuego sobre la de Negrete, además de ser la más peligrosa, pero sólo pudo disparar una salva con los cañones de popa, que por desgracia no acertaron, por ello se dio la orden al minador Vulcano, tendiera una cortina de humo sobre los mercantes, dado que estos eran casi el blanco preferido y los piques se iban acercando a ellos, cada cual recibió la orden de a su máxima velocidad salir del alcance de lo que caía, lo que costo un poco a los mercantes por no disponer de altas velocidades, pero con el zigzag y el humo constante entre ellos, lograron salir de tan apurada situación, al hacerlo se dio la orden de navegar a 7 nudos al 090.

El Almirante embarco en su bote y se acercó al Vulcano, porque en él iba el jefe de la 83 división embarcada, permaneció unos 40 minutos de conversaciones, desde el mismo minador a las 09:00, el Almirante dicto un mensaje para el Almirante Jefe del Estado Mayor de la Marina, diciendo: «Durante última noche enemigo se apoderó batería 38 y 15 cm. Este de Portman abriendo fuego al amanecer sobre los buques por depresión»; a las 10:50 trasbordo a su insignia y a las 11:10 envío otro un mensaje al Estado Mayor: «Ruego comunique a Generalísimo lo siguiente. Situación Cartagena desconocida. No es posible comunicar plaza. Baterías Portman en poder del enemigo. General cuerpo desembarco me propone enviar de noche 150 hombres para ocupar por sorpresa dichas baterías. De no poder ser, propongo desembarco esta noche en cabo Palos o Mazarrón» a su vez y a la espera de noticias, todos los buques navegaban en línea de fila, unas tres millas fuera del alcance de las baterías de costa. 

El mismo 7 a las 10:30 se incorporó a la Flota procedente de Palma, el destructor Teruel, unidad que no llevaba tropas y su velocidad máxima de 21 nudos, le servía al Almirante como aviso, dándole la orden de cruzar fuera del alcance de la artillería de costa, en toda la línea y a hasta donde se perdía de vista, por ello contribuyó a avisar, al mercante Castillo Mombeltrán procedente de Málaga, para que se reuniera con el convoy, más tarde avistó al Sebastián quien había salido de Castellón, indicándole la posición del convoy; a las 12:10 desde Palma se le comunicó al Almirante: «Avistada Escuadra roja compuesta 3 cruceros 8 destructores fuera puerto Bizerta a 10:30 martes 7», como es comprensible esta noticia ya daba por finalizada en sí la campaña naval, o al menos el posible enfrentamiento con la escuadra gubernamental, a las 13:00 se le confirmó la anterior noticia: «El hidro Cant Z-506 73-2 que despego a 07:00 del 7 de marzo de Cagliari y arrumbo a Bizerta donde, a 07:45, avistó a los tres cruceros fondeados frente al puerto y los 8 destructores maniobrando en las proximidades. No arbolaban bandera y se notaba mucha actividad a bordo. La altura de la observación fue de 800 metros. Por habérsele roto la antena, regresó a Cagliari a 09:05. Volvió a despegar a 10:35 y a 12:55 amaró en Pollensa.»

El minador Júpiter, avistó un mercante navegando entre cabo Palos y Cartagena a 12 millas de la costa, arrumbó sobre él, al llegar a la voz le ordeno siguiera sus aguas, era el holandés Aurora, pero unos minutos más tarde, comenzaron a levantarse pique de más de 50 metros de altura, indicando eran las piezas de 381 mm y a menos de 200 metros del casco, su comandante se puso en contacto con el Almirante y éste dio la orden de dejar la presa y salir de allí a toda máquina, a su vez unos minutos más tarde, el minador sufrió el ataque de unos 20 aviones, respondiendo con sus piezas DCA de 88 mm, pero hubo unos momentos que fue rodeado por las bombas que caían, milagrosamente no acertó ninguna, pues volaban muy altos y eso fue lo que le salvó.

A las 14:30 el Almirante recibió un mensaje del Estado Mayor de la Marina, diciendo: «En vista de noticias que envía de encontrarse baterías parte occidental y Portman en poder fuerzas rojas, que hostilizan Escuadra, puede ordenar que tropas regresen a punto de partida permaneciendo escuadra frente a Cartagena por ahora.»

El Almirante aún permaneció unas horas pensando posibilidades, pero ninguna le parecía conveniente, por ellos a las 15:25 y 15:35, cada una para una agrupación, dio la orden de regreso a su puerto de partida, a las 16:30 emano un parte del Almirante que se ha podido saber fue manipulado o mal entendido, a causa de las claves a utilizar para realizarlo, uno da cuenta de todos y cada uno de los mercantes, e incluso de los buques de la Marina que llevaban tropas, a su vez en el mismo parte, consta que tanto el Castillo Peñafiel como el Castillo Olite, estaban de regreso, lo que como es sabido no era cierto.

El primero después de una travesía muy dura por el estado de la mar, más los constantes ataques de la aviación, logró llegar a puerto al día siguiente entrando en Ibiza, por efecto de los bombardeos sufrió un boquete en su obra viva, en forma de cruz y de un metro de longitud cada brazo, en estas condiciones no podía navegar, habiendo sufrido cuatro muertos y 25 heridos; las tropas, heridos y muertos embarcaron el seguido 10 y desembarcaron al día siguiente en Castellón, pero el segundo fue hundido en Escombreras, transportaba 2.200 efectivos del ejército, no pudo saber nada de lo que ocurría, por no llevar estación radiotelegráfica, por ello el 7 sobre el medio día, ya resuelta la sublevación, se acercó a tierra por Escombreras, donde la artillería de costa lo hundió, muriendo 1.477 efectivos y el resto fueron capturados, 342 de ellos heridos de mayor o menor gravedad y 293 quedaron prisioneros, sufriendo a su vez diferente suerte, unos fusilados, otros pudieron escapar y de los apresados, y heridos los que quedaron, fueron puestos en libertad al entrar los nacionales. Sin duda alguna fue el mayor desastre sufrido en la guerra naval, superando en bajas al hundimiento del crucero Baleares.

De hecho y mientras vivió el Almirante, nadie dio la cara por él, ni siquiera se le invitaba a ciertas celebraciones, y se mantuvo en el más oscuro secreto su buen hacer durante toda la contienda, porque en opinión de sus jefes e incluso algún general, le ignoraban por ser el culpable del hundimiento del Castillo Olite. A ello se sumaba que el Generalísimo no le perdonó nunca que hubiera intentado, estar por encima de él en esta operación, sumando a ello los múltiples enfrentamientos durante la guerra, cuando desde «Terminus» se le daba una orden que, por falta de medios o los buques estar muy lejos del objetivo, o algunos en reparaciones era materialmente imposible cumplirla, pero eso sólo lo sabía quién estaba al minuto sobre sus barcos y dotaciones, y no quien sobre un mapa en su mesa, movía los peones cual partida de ajedrez, pero con resultados reales de muertes y heridos de personas.

El Almirante ordenó a su insignia el Mar Cantábrico y a su hermano el Mar Negro, pasar a bloquear la mar entre Sagunto y cabo La Nao, auxiliados por tres destructores, comenzando el 12 de marzo, pero en principio sólo el segundo estuvo en ello, mientras el suyo fue repasado y un breve permiso a la dotación, al cumplir su comisión con todo lo sucedido, durante unas horas ambos comandante revisaron la problemática de la zona, por ello el Mar Cantábrico relevó a su hermano en las aguas de la península, saliendo de Palma el 17 a las 18:00, pasando a vigilar las aguas entre Sagunto y el cabo La Nao, el 18 a las 06:10 se encontraba frente a Valencia, cruzándose en varias ocasiones con el crucero HMS Sussex, eso sí ambos intercambiaron señales de cortesía, a las 08:00, el destructor Huesca salía de Palma para incorporarse a esta vigilancia, quedando en encontrarse, lo hicieron el mismo 18 a las 15:00, a 10 millas al 090 de Cullera, por orden del auxiliar, el destructor se acercó al puerto de Valencia, para vigilar al crucero británico por si quería embarcar refugiados en el puerto.

Pero justo al llegar a la zona se les anuncio a ambos un cambio de tiempo, pasando del actual que era bueno, a un fuerte temporal del NE, ya de madrugada se hacía sentir, por ello aguantó lo que pudo pero a las 10:15, al destructor se le dio permiso para buscar refugio al socaire de Ibiza, al medio día había aumentado la fuerza, ahora era de 8 y viento del NNE, así el destructor pudo, aumentando su velocidad a 20 nudos, llegar a su lugar, donde se le remitió un mensaje de no salir de allí hasta recibir orden superior, éste era el capitán de navío encargado del despacho en Palma.

Las causas de estos problemas eran que, estos buques no estaban construidos para soportar semejante temporal, de hecho al llegar el Almirante, pues había sido llamado a Burgos, tomo el mando de toda decisión, dado que las condiciones de mar eran, fuerza 10, viento del NE, mar arbolada, cerrazón y lluvia intensa, por ello se emitió una orden al crucero auxiliar diciendo: «Me refiero radio V.S. nº 406. Mantener contacto radiotelegráfico con Huesca estando al tanto de situación, rumbo y velocidad para ir a su encuentro y auxiliarle si es necesario. Téngame al corriente incidencias», logrando alcanzarla el destructor dio fondo en la playa Codolá (al sudoeste de la isla, entre punta Jondal y cabo Falcó) a 18:30, y el crucero auxiliar a las 19:10, al amanecer se dieron cuenta estaba en sus cercanías el minador Marte, pero éste con graves averías, al día siguiente el destructor levó rumbo a Palma, donde entró a primeras horas del 21.

El crucero auxiliar permaneció en su lugar fondeado, hasta la madrugada del 20, al medio día estaba en su zona de vigilancia, a las 17:00 avisto un mercante, aumentando velocidad de aproximación, era el francés Lezardrieux, ya conocido contrabandista, a las 19:17 cuando reconoció al buque, comunicó al Almirante la interceptación y que iba con mucha gente a bordo, recibiendo la orden de vigilarlo y si entraba en nuestras aguas lo apresara, pero quien había respondido no era el Almirante, (de nuevo había sido llamado a Burgos) sino un miembro de su Estado Mayor, porque sería imposible que el mercante ya con carga se atreviera a entrar en nuestras aguas, el crucero permaneció no obstante 6 horas cercano al mercante, y como no, ahora aparecía en escena el crucero HMS Penélope, quien había sustituido al HMS Sussex, he intercambiaron señales, incluso el británico le envió al crucero un mensaje diciendo: «Espero tendremos buen tiempo y que su guerra termine pronto».

El tiempo realmente había cambiado totalmente, ahora era un viento flojito del NW y marejadilla, el 21 con la misma mar, a las 09:00 se encontraba frente a Gandía cuando de pronto se oyeron motores de aviones, eran cinco que se les venían encima, dando la orden de zafarrancho y a los pocos instantes, empezaron a disparar los 4 cañones de 88 mm y las ametralladoras, pero se dio el alto el fuego, por distinguirse la cruz de San Andrés, aunque ya se había disparado 16 proyectiles de los primeros y 154 de las segundas, menos mal que no acertaron, al medio día se encontraba en el cabo La Nao y 24 horas más tarde frente al de San Antonio.

El 22 a las 16:30 estaba frente a Sagunto, viendo salir un mercante de Valencia, virando de inmediato para verificar el buque, al intentar llegar apareció como no el HMS Penelope, quien se interpuso dando tiempo al Seabank Spary a salir de nuestra aguas, por ello cuando pudo llegar el auxiliar ya no había solución, a su vez y para tranquilidad de éste, el comandante del HMS, le dijo que iba en lastre con rumbo a Orán; si uno quiere, se lo cree, y si no, pues no, sobre las 18:00 el auxiliar ve como el HMS variaba rumbo de nuevo a Valencia, al mismo tiempo divisó que, otro mercante se encontraba en el interior entre los malecones, dio orden de zafarrancho y aumento la velocidad al máximo, por Scott ordenó al mercante repetidas veces parara máquinas, pero no obtuvo respuesta.

El Mar Cantábrico sin temor se metió en nuestras aguas (las tres millas consabidas desde la costa), a las 19:00 estaba a 2’5 millas de tierra navegando al 090 de la farola de Valencia, en este momento metió timón a babor, pasando a pocos metros de la popa del mercante, comprobando ahora se trataba del Stancor de bandera británica, con esta maniobra el auxiliar le había ganado la mano al HMS, pero el tema no había terminado, a pesar de navegar muy cerca del mercante, lo llevaba a babor impidiéndole salir a mar abierto y navegando ambos al 090, todo sin cesar en ordenarle parara máquinas, el mercante lejos de obedecer aumentó la velocidad, mientras el HMS se puso a la misma altura a estribor del auxiliar, por lo que quedo una bonita imagen de los tres navegando en línea de frente, viendo el mercante le era imposible salir, a las 19:15 metió caña a estribor con la intención de abordar al auxiliar, este aumento la velocidad para evitar el abordaje, pero esto le permito al mercante británico pasar por la popa del auxiliar a escasos metros, el tema se alargó entonces entre el HMS y el crucero nacional.

A las 00:45 del 23 el comandante del auxiliar puso en conocimiento del Almirante el incidente, a las 05:00 cuando aún navegaban los tres en la misma distribución, se comunicó al Almirante que el crucero HMS, no había resuelto nada y solicitaba instrucciones, el Almirante que termina de llegar a Palma, fue puesto al corriente y le respondió; continuara navegando con los ingleses, al mismo tiempo le enviaba al destructor Teruel para apoyo, a las 07:45 llegó a la escena el crucero HMS Galatea, con insignia de Almirante, 15 minutos más tarde el Teruel se incorporaba a la comitiva, para no extendernos en demasía, como era de esperar al final el mismo Almirante británico, respondía que daba por seguro lo que le indicaba su subordinado, aunque éste no había podido ver desde el principio las señales de parar máquinas al mercante, por ello dejaba en libertad al mercante y se dirigía a Palma a consulta con el Almirante Jefe de las Fuerzas de Bloqueo.

Cuando se solucionó la controversia eran las 17:00, momento en que la flota de los cinco buques se encontraba a 10 millas de Dragonera, pero eso sí la falsa cortesía británica no falto, pues al ir despidiéndose los buques, el capitán del HMS Penélope, trasmitió al comandante del auxiliar: «Lamento que las respectivas misiones hubiesen dado lugar a contrariedades», pero no obtuvo respuesta del español; se supo más tarde que el mercante navegaba al máximo de refugiados, pero más listo o avisado por el anterior, ahora todos estaban a cubierto.

Terminado el problema el crucero auxiliar vario rumbo, para seguir en su zona de vigilancia, al amanecer del 24 reconoció fuera de las aguas territoriales, al mercante francés Mascot, al que dejo ir, y más tarde al inglés Stanland, pero éste estaba autorizado por el Estado Mayor de la Marina para entrar en Valencia, por ello no se le puso ningún impedimento, el mar en este día estaba de nuevo alterado, al amanecer del 25 avistó al Mar Negro, quien se presentaba para relevarle.

Al entrar en Palma, el comandante del Mar Cantábrico, escribo un informe muy revelador, es largo pero lo recortamos a lo imprescindible: «Un solo buque para cubrir 65 millas, era materialmente imposible, máxime cuando sólo daba 12 nudos de máxima, caer a 180º le costaba cuatro minutos, además de perder velocidad; la costa y lo cerca que navegaban de ella, estaba seguro vigilado el buque, por ello se aprovechaba su distancia del puerto, para efectuar la salida el mercante de turno, a ello añadir que era muy probable, fuera el crucero británico quien avisara confirmando tiempo y lugar; además, los mercantes salían de Sagunto, Valencia, Gandía y Denia, dificultando su apresamiento por falta de más velocidad y buques, se sabía la existencia de artillería de costa instalada durante la guerra, incluso aprovechando los cañones del acorazado Jaime I, de 305 mm de calibre, más otros de 152 y 120 mm y algunos más pequeños, pero todos ellos efectivos a tan corta distancia de tierra y como colofón, al parecer se había dado orden para que los mercantes, intentaran abordar y con ello salir de las dichosas 3 millas de las aguas territoriales, reconocidas principalmente por la entonces poderosa Royal Navy, (poco le quedaba de ser tan poderosa) y éste margen daba muy poco espacio disponible, máxime con la amenaza de la artillería de costa, de hecho con este incidente permaneció durante 20 horas, sin poder vigilar su zona, pidiendo al menos otro buque para mejorarla».

El buque insignia entró en Palma a media tarde del 25, quedando a la espera de noticias, debía reabastecerse y dar un descanso a la dotación. Por Decreto publicado en el B.O.E. del 24 de marzo, se cesaba en el mando del Bloqueo al vicealmirante D. Francisco Moreno Fernández, otro decreto del 29 le nombraba Comandante General del Departamento Marítimo de Cartagena (muchas gracias Generalísimo, por el detalle, seguro no había otro puesto con mayor responsabilidad), el Almirante fue dando órdenes para trasladar a todo su Estado Mayor a su nuevo destino, para formar allí el del nuevo Departamento, curiosamente el Jefe del Estado Mayor de la Marina, continuó los días 30 y 31 nombrándole por su anterior cargo, en cuantas órdenes emitía, es muy posible que ni él mismo supiera del cambio de destino, y que las Fuerzas de Bloqueo habían desaparecido, (con esto queda demostrado la buena línea de comunicación, incluso con el Estado Mayor de la Marina) el Almirante dio sus últimas órdenes, recogió todos sus papeles y el 31 de marzo embarco en su anterior insignia, con rumbo a Cartagena, donde entró el 1 de abril.

En este día se concentraron varios buques, el primero en llegar fue el cañonero Dato, quien daba escolta al vapor Sendeja, donde desde Málaga iba embarcado el 2º Batallón expedicionario de Infantería de Marina, porque el día anterior aún había focos de fuego enemigo y debían asegurar al menos la dársena, iba en él el capitán de fragata D. Augusto Chereguini Buitrago, nombrado por el Estado Mayor Comandante de Marina de Cartagena, quien nada más desembarcar tomo el mando, un poco más tarde arribaron los cruceros Canarias y Navarra, el Mar Cantábrico, J. J. Síster y los sumergibles General Mola y General Sanjurjo, sucesivamente, al estar todos se llamó al práctico, entrando el primero el Canarias quien amarro de punta al muelle de La Curra, casi seguido el Navarra a su costado, siguió el Dato, pero para mejor desembarcar amarró al muelle del Club de Regatas, desembarcando la Infantería de Marina y pasar a controlar la zona, e igualmente el nuevo Comandante de Marina del puerto.

A las 10:20 inicio su entrada el Mar Cantábrico, al atracar desembarco el Capitán General del Departamento, (aunque seguía con el grado de vicealmirante estampillado) desembarco con su Estado Mayor, pero todo el arsenal y dependencias estaba en lamentable estado, por ello sólo pudieron verificar daños y ordenar empezar al menos a limpiar escombros, tres días más tarde llegó desde Palma el yate Alcora, donde se instaló D. Francisco, y el Estado Mayor le siguió al llegar el Marqués de Comillas, el resto fue entrando y atracando o fondeando según las necesidades.

Éste crucero auxiliar, por estar sus máquinas más gastadas que las de su hermano, no siguió la misma suerte por ello al finalizar el conflicto, como todos estos buques se le desarmó, siendo devuelto a su propietario, la compañía Marítima del Nervión.

Bibliografia: Para leer clicar sobre ella.

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Mar Negro

Posted By on 13 de abril de 2022

Mar Negro. Autor desconocido.

Sestao. Sociedad Española de Construcción Naval. Bilbao, 1930.

Desplazamiento: 14.132 t. Dimensiones: Eslora 128’46, por 16’36 de manga y calado de 10’36 metros. Máquina: Diésel 4.500 C.V. Velocidad: máxima 15 nudos. Hermano del Mar Cantábrico.

Se encontraba en Barcelona cuando llegó la noticia del alzamiento, su capitán D. Antonio Vera Berdeguer, participo en el intento de desembarco en Mallorca; al ser tomada Málaga el 10 de febrero, se dio orden al acorazado Jaime I de salir con rumbo a Almería, y en su apoyo el Mar Negro, embarcando toda clase pertrechos, en marzo de 1937 fue torpedeado sin éxito, el 18 de mayo seguido salió de Cartagena, junto a otros dos mercantes con rumbo a Odessa, al regresar a pesar de la barrera formada por varios buques nacionales, logro pasarla entrando en Barcelona el 19 de julio, donde desembarcó su carga, consistiendo en: 20 aviones, 25 carros de asalto, 30 cañones y 800 t., de diferente munición.

No sabemos su fecha de salida de Barcelona, pero se encuentran datos (estos entre los buques gubernamentales, prácticamente no existe documentación alguna, o bien no se escribían o bien se le pego fuego cuando todo estaba perdido) al ser notificado el Almirante, de la presencia de varios mercantes con rumbo a la península, entre ellos el Mar Negro que se encontraba en Bona, ordenando salieran prácticamente todos los buques disponibles a cruzar diferentes puntos, formando una más de las muchas barreras efectuadas, pero a su regreso encontrándose en aguas de Argel, su capitán de acuerdo con sus cinco oficiales y parte de la marinería, ordenó poner rumbo y arribó a Cagliari (al Sur de la isla de Cerdeña), entrando en el puerto el 1 de septiembre, donde se pasó a los nacionales, transportaba 203 camiones y sus repuestos, más 80 barriles de lubrificantes.

Al ser conocida la notica el Almirante de la Flota dio orden al mercante armado Rey Jaime I, para que se hiciera cargo del buque, para no arriesgar envió una dotación de presa, el 4 seguido se encontraron en la mar con el crucero Canarias, quien envió a su vez dotación de presa al mando del alférez de navío D. Pascual Pery Junquera, regresando la dotación del mercante armado a su buque, dejando a éste en libertad y aproando al Estrecho, donde al llegar se lo entregó al mercante armado Vicente Puchol, entrando ambos en la bahía de Cádiz, desembarcando los vehículos que, pronto fueron conocidos como los “Katiuska”, eran de poco tonelaje, pero muy robustos, aunque duros en su conducción.

Se le entrego el mando al teniente de navío D. Fernando Solís y Núñez del Prado, saliendo por la tarde del 26 seguido junto al J.J. Domine, con rumbo a Italia, dándoles escolta los cruceros Baleares y Canarias, quienes ya en la mar ordenaron pusieran rumbo a Spartivento, dejándolos la escolta en la madruga del 28, por considerar estaban a salvo, a su regreso a Cádiz desembarco los materiales, continuo durante los meses de enero y febrero de 1938, prestando sus servicios como a tal mercante.

En este momento por la casi seguridad de los mercantes propios, al disponer de aviones de descubierta, así como varios bombarderos, se suprimieron los convoyes, pasando a realizar los viajes cada buque por su cuenta y riego, al mando del teniente de navío D. José Estrán López, continuo realizando viajes a Italia, en uno de ellos especialmente con aviones de combate, precisamente el Mar Negro fue el primero en efectuar esta nueva modalidad, para ello iba embarcada una dotación fuerte de Infantería de Marina, para asegurar el buen estado interno de los buques, estando al mando de esta unidad el Comandante militar, teniente de navío D. Eugenio Valero y Manuel de Céspedes, saliendo de Cádiz el 4 de abril, con rumbo a Melilla, donde permaneció 24 horas, zarpando de nuevo con rumbo a Palma, donde entraba el 8 seguido, desembarcando 99 minas y 6 torpedos, saliendo con rumbo a Pollensa donde a su vez desembarcó 150 t., de bombas, dos cañones de 120 mm para el ejército con sus sirvientes y municiones.

En este tránsito navego enmascarado como mercante alemán, incluso la dotación iba de paisano y por si algo ocurría, el comandante militar disponía de los detonadores y mechas, para explosionar dos bombas, instaladas en los túneles de los ejes de las hélices para hundir el buque, obviamente en caso in-extremis, a su vez despegaron aviones de Formentera y Melilla, para proporcionar un área de seguridad o en todo caso de aviso, la derrota fue navegar en paralelo a la costa argelina a unas 12 millas de los cabos más salientes: éste era el actual dispositivo de protección de los mercantes en ese triángulo, por cierto muy peligroso con puntos fijos de Cádiz, Melilla, Palma, entro sin haber sido divisado ningún enemigo.

Por orden superior se debía reforzar las defensas de los puertos recién tomados al enemigo, para ello se enviaba cuando se disponía de ellas al Mar Negro, entre otros desembarcó 2 piezas Armstrong-Schneider Italia de 120/45 mm, con 9.000 metros de alcance, en Vinaroz, en los Alfaques 2 piezas Krupp de 150 mm, con alcance de 16.000 metros, más 4 Vickers DCA de 76’2/45 mm; en Castellón 4 piezas Krupp de 150 mm, con alcance de 16.000 metros, más una batería de 4 Krupp DCA de 88/45 mm; en Ibiza 2 piezas Armstrong-Schneider Italia de 120/45 mm con 9.000 metros de alcance, todo ello en diferentes viajes.

Salió de Palma con rumbo a Cádiz, donde se le cargo chatarra, para ser desembarcada en Bilbao, donde llegó a finales de mayo, a su vez se aprovechó para armarlo con cuatro cañones Vickers de 152’4/50 mm, siendo los que estaban defendiendo la costa y el puerto, cuatro Krupp de 88/45 mm y tres ametralladoras Scotti de 20 mm, así como soldar unas planchas de refuerzo en los costados en su interior, donde estaban situados los pañoles de municiones, dirigido todo ello por el capitán de corbeta D. Francisco Benito Perera, (1) quien al terminar los trabajos fue nombrado su comandante y junto a su hermano, los únicos con toda la dotación de marinos de la Armada.

(1) Éste oficial permaneció entre 1936 y 1937 en zona gubernamental, siempre huyendo de los gubernamentales, fue acogido por un tiempo en la embajada de Suiza, consiguiendo por fin en la noche del 13 al 14 de febrero de 1938 cruzar las líneas del frente pasando a zona nacional, el 22 de marzo seguido se le destino al Estado Mayor de la Marina y poco después como comandante de los puertos liberados en el Mediterráneo, ceso el 3 mayo por pasar destinado a la Comisión Inspectora de Obras de Transformación del Mar Negro en crucero auxiliar, tomando el mando del buque el 29 de agosto de 1938, permaneciendo en su puesto hasta finalizar la guerra. Alcanzó el grado de Vicealmirante y fue director de la Escuela de Guerra Naval.

Al completarse el armamento y realizar unas breves pruebas de todo ello, se le ordenó incorporarse al Mediterráneo, participando como a tal crucero auxiliar en varias comisiones de escolta, a convoyes entre la península y sobre todo los puertos italianos ya citados, donde los transportes debían llegar, cargar y regresar a salvo, no en balde era una unidad (junto a su hermano el Mar Cantábrico) capaz al menos de utilizar un calibre de artillería que, en caso de acertar sus resultados siempre eran temidos por el enemigo, (siempre que no fuera un buque militar con mayor velocidad), se incorporó a las Fuerzas del Bloqueo en Palma a primeros de noviembre de 1938, sabemos con certeza que el día 4 de este mes, se le ordenó salir para formar barrera, pero con disgusto del Almirante, por no llevar todavía alistada la dirección de tiro principal, con los inconvenientes propios que podía ocasiona así mismo y sus compañeros.

El 12 seguido todo listo y comprobado, el Almirante propuso al Jefe del Estado Mayor relevar al Mar Cantábrico, para que pasara a reparar a Bilbao, lo que le fue autorizado, salió de Palma el 17 a las 21:40, con la intención de embarcar en Pollensa un hidro, para ayudarle en la vigilancia de la zona, pero estando a rumbo se levantó viento del NE y marejada, por ello al llegar a la altura del cabo Formentor, le era imposible con tanto movimiento embarcar el avión, regresando a Palma el mismo día al anochecer.

Salió el 20 seguido de Palma a las 16:00, con rumbo a su zona de patrulla, no siendo otra que la comprendida en el canal de Sicilia, entre Pantelaria y Granitola, el 21 rebasado N/S con Spartivento, avistó al Dato que regresaba de su patrulla, en la tarde del 21 avisto y detuvo al mercante con bandera griega Nitsa, estando en ello se levantó un viento duro NW, por ello buscó junto a su presa refugio al socaire de Pantelaria, permaneciendo en el lugar hasta la mañana siguiente, cuando en un bote se envió a la dotación de presa, al mando del alférez de navío de la Reserva Naval D. Antonio Vela Verdaguer, con una dotación de 12 hombres armados, una vez a bordo maniobro para acoderarse con el crucero auxiliar, el comandante dio orden de transbordar a siete miembros de su dotación al apresado, quienes revisaron la carga, consistiendo el grano de Constanza y destino al Reino Unido, a llegar el apresado a Palma y de nuevo ser revisado, al no llevar armamento se le dio la libertad el 2 de diciembre seguido.

Mientras el crucero auxiliar continuo su vigilancia, avistando al mercante con bandera griega Ioannis Frangos, pero su capitán se negaba a ser abordado, lo que comunico al Almirante y éste confirmando datos, le dio la orden de dejarlo en libertad, a medio día del 24 se encontraba a 30 millas al S de cabo Passaro, navegó reconociendo el tráfico de buques hasta el anochecer del 27, por recibir orden del Almirante de regresar a Palma, donde entró en la noche del 29. En este largo crucero, apresó al mercante con bandera griega Aris, el petrolero Atlas y carguero Oropos, a estos con dotación de presa entraron en Palma, donde fueron registrados, por el mismo orden por no ser contrabando el primero salió el 24, el siguiente el 31 de diciembre y el 5 de enero el último, por orden del Almirante en el caso de los que portaban combustible, era primero descargado en la base, cumplida la comisión se les daba orden de salida en libertad. A su vez visito otros 23 buques, los cuales fueron puestos en libertad.

Por las necesidades de la guerra, se planteó efectuar un desembarco en la zona de Hospitalet, por el inminente comienzo de la ofensiva sobre Cataluña, el Almirante consulto las necesidades de buques al Jefe del Estado Mayor, quien le indicó dejara al crucero auxiliar en su servicio de vigilancia en la zona ya descrita, pero los cañoneros Dato y Cánovas, deberían permanecer en Palma listos para zarpar, por si era necesaria su presencia en la zona mencionada.

Hacemos punto y aparte con este desembarco, porque ocupa en una obra sólo 18 páginas, por ello tratamos hacerlo asequible al lector; al ser varios los cruces de disposiciones que el Almirante Jefe de las Fuerzas de Bloqueo, no consideraba viable por muchas razones, incluso llega a recordar a «Terminus» el fallido desembarco de Gallipoli, por ser posiciones encontradas, llegando a escribir que, mientras los británicos contaban con varios acorazados, no pudieron evitar el fracaso, mientras que él sólo disponía del crucero auxiliar de éste historial (porque los tres mercantes armados en servicio, estaban en Ferrol en revisiones necesarias) y los pequeños cañoneros, sumando la posible presencia de buques gubernamentales, incluidos sumergibles, más toda la aviación disponible por estos, de forma que procuró alargar la decisión y le dio resultado, pues el avance de las tropas del ejército, consiguieron en pocos días alcanzar la zona del desembarco, por ello el 14 de enero de 1939 el Generalísimo canceló la orden anterior.

Al parecer estos desencuentros fueron la causa de falta de comprensión de «Terminus» con respecto al Almirante y sus pocos medios, lo que se tradujo en constantes enfrentamientos, porque los de tierra, nunca aplican la frase de Nelson: «Un cañón en tierra vale por 10 embarcados». Y esto para un marino es básico, y de ahí lo bien que funciono el desembarco de Alhucemas, pero estas acciones no siempre salen bien, si antes no se ha previsto con minuciosidad (como en Alhucemas), para solventar las posibles contrariedades.

Ante el parón provocado por el tema anterior, el Almirante ordenó salir a la mar el día 3 de enero, y sucesivos al crucero auxiliar y cañoneros Marte y Canalejas, para ejercicios de fuego naval, con blancos remolcados por los bous, así como al terminar estos, los destructores lanzaron sendos torpedos de prácticas, para mejorar sus sistemas de puntería, mientras otros buques participaron en otras comisiones, como el envío a la isla Columbrete Grande, del J. J. Síster, para informar detenidamente, de la posibilidad de establecer en él a un destacamento del tropas. Como se ve el Almirante casi ni dormía.

El 22 de enero al atardecer, se hizo a la mar en busca del hidroavión Cant Z 506 B73-4, a los mandos del capitán D. Federico Pérez Esteve, quien había salido por la mañana en sus acostumbradas misiones de patrullar la mar, en la zona al S de Cabrera, pero no había regresado a su base, por ello se le ordeno al minador Marte, le acompañara así como sus compañeros los hidros terminados en 2 y 9, para ayudar, pero sucedió que el mar se levantó, soplando un viento de 50 nudos de Norte, provocando una mar gruesa, pero la suerte se alió con la tripulación del hidro, pues al suceder un fallo de motor, no pudo transmitir su posición, pero amaró y se quedaron al garete, a su vez fue visto por el mercante con bandera británica Mirupanu, (éste era un viejo conocido, fue apresado por el Ciudad de Valencia el 24 de julio de 1937 en su campaña del norte, pero al ir con carga de alimentos, se le dejo en libertad) dando la orden su capitán de acercarse al hidroavión para embarcar la tripulación, al encontrarse el crucero auxiliar a la altura de Pollensa, recibió del Almirante la noticia de estar a salvo la tripulación, pero había que seguir en la búsqueda del avión por si era recuperable.

El Marte por las malas condiciones, recibió orden de regresar a su base, quedando sólo el crucero auxiliar, para ello su comandante trazó las rutas para el día siguiente, pero unas horas más tarde, recibió la orden de regresar a Palma, obedeció pero fue tan hábil que a su parecer, cambio la ruta de regreso, porque el avión era muy necesario y su piloto había demostrado amarar casi sin problemas, siendo algo que no se podía dejar pasar, efectivamente, pasadas unas horas lo divisó, se le dio remolque y así intento alcanzar Pollensa, pero el 25 roló el viento a WSW, provocando que el hidro fuera levantado dándole la vuelta y hundiéndose, pero el comandante del crucero no cejó, ordenó fijar el cable, pero se zafó, era de noche y permaneció a su lado hasta el amanecer, lanzando otro cable continuo el remolque, hasta llegar a Puerto Colom, donde por el poco fondo lo adrizaron, fue cuando se lo entregó a una lancha quien lo termino de entregar en Pollensa. Lo que a veces se consigue por ser un hombre de mar.

Por las noticias recibidas, el Almirante de la Flota decidió embarcar en éste crucero auxiliar, saliendo de Palma el 26 de enero de 1939, enarbolando su insignia con rumbo a Barcelona, el 27 cruzaba frente al puerto por saber que la tarde anterior habían entrado los nacionales, se mantuvo a 3 millas de la entrada hasta recibir noticias de estar controlada la situación, y sobre todo realizar limpieza de los minados, para evitar algún que otro desastre, para a su vez poder dejar entrar mercantes con todo tipo de alimentos, por estar colapsas en su huida las carreteras, así como haber dinamitado los gubernamentales las vías férreas, imposibilitando a corto plazo otro auxilio que no fuera por mar, pero el Almirante siempre previsor, ya había nombrado a un jefe del sector naval, siendo el capitán de navío D. Juan Carre Chicharro, quien dejó el mismo cargo en Santander, para acudir a la ciudad Condal, pero dependiendo de él, así los trabajos se planificaban sin intrusiones.

No conforme con lo sucedido, continuó rumbo para cruzar entre cabo San Sebastián y San Feliú de Guisols, en la noche del 27 al 28, ya amanecido estando a la altura de Palamós avistó un mercante con bandera británica fondeado, no se lo pensó para reconocer el buque, era uno más de los muchos que había burlado el bloqueo, protegido por su pabellón de pertenencia, en este caso el Orange, sin pensarlo ordeno abrir fuego, pero sólo durante 4 minutos y carga reducida, a las 08:30 una batería en tierra abrió fuego sobre su buque, pero le respondió sólo con una salva.

Volvieron los encontronazos en las alturas, el Generalísimo quería entrar la ciudad, pero en barco (imaginamos que por la poca seguridad de hacerlo por tierra y verse sorprendido por algún tirador) por ello demandaba fuera rápidamente rastreadas las entradas y así asegurar el paso del crucero auxiliar, para ello se envió un flotillas de rastreadores (dragaminas), los cuales salieron de Tarragona el 27, pero ya se tenía el caso muy reciente, de ser hundido por una de ellas, precisamente al intentar entrar el Nuevo Pepe Lestón, uno de los rastreadores en Tarragona, por esta razón el Almirante indicaba que primero se cercioraran para su entrada en Barcelona, pero el Jefe no estaba para esperar.

Sucedió que fue interceptado un falucho por el crucero auxiliar, afirmando rotundamente su patrón que, el puerto de Barcelona no se había minado, ante esto el Almirante decidió ante la apremiante orden del Generalísimo, jugarse su barco y posiblemente la vida de otros muchos, incluida la suya, pues como buen Comandante en Jefe de la Flota sería el último en abandonar el casco, al dar la orden de arrumbar a la bocana de entrada, toda la dotación se quedó perpleja, pero no había otra que cumplir lo que demandaba el mando supremo, por ello entró y atracó a las 20:30 del 28 de enero, al comprobar que no había minas, informó a su vez al Almirante Jefe del Estado Mayor, para que lo hiciera llegar al Generalísimo, no conforme con su buen paso al puerto, ordeno que el 29 al menos se limpiara un canal de 800 metros de ancho; continuo dirigiendo desde su amarre las operaciones del resto de la Flota.

Como curiosidad, los primeros mercantes entraron el 29 embarcando víveres, el Castillo Coca y el Castillo Simancas, el 31 el Cala Morlanda, el 1 de febrero el mercante armado Rey Jaime II, éste desde Sevilla con la misma carga, entrando en pocos días otros muchos con diferente carga, el Almirante se interesó por los compañeros presos en el castillo de Montjuich, pues la mayoría lo pasaron muy mal, tanto que, como el caso de un compañero de promoción, el capitán de navío D. Claudio Lago de Lanzós y Díaz, murió de hambre; confirmado y verificado que todo estaba funcionando, se hizo a la mar el 29 a las 19:35, con rumbo a Palma, donde entró el 30 a las 07:05, desembarcado nada más terminar la maniobra de fondeo.

Al ser tomada Barcelona, el Almirante designo zonas a todos sus buques, al Mar Negro le correspondió, vigilar entre San Feliú de Guisols y cabo San Sebastián, cruzando por el temor a las minas por fuera de las tres millas, navegaba la división de cruceros, para acudir lo antes posible a un ataque, como el llevado a cabo, seguramente por confusión sobre el cañoneros Cánovas, quien salió ileso, a pesar de ser 20 aviones I-16, los que en formación de cadena ametrallaron al buque, estando no muy lejos el crucero auxiliar, salió de Barcelona el 3 de febrero, entrando el mismo día por la tarde en Palma.

El 5 seguido el Almirante embarcó enarbolando su insignia en este buque, saliendo de Palma a las 10:00 con rumbo a Barcelona, mientras tanto de nuevo el Generalísimo pidió efectuar un desembarco en fuerza en Palamós, pero sólo daba dos o tres días para prepararlo, sin especificar que tropas y donde debían embarcar, por ello el almirante se hizo a la mar, pero otra vez se cruzaron radios-mensajes, por las cuestiones de siempre, por ello desde «Terminus» se le notificó el mismo 5 a las 21:00, la supresión del desembarco, porque las tropas por tierra ya habían alcanzado y tomado la población citada.

Cuando el 8 de febrero se levantaron las tropas de Ciudadela, se mantuvieron unas conversaciones entre capitán de fragata Sartorius, jefe de las tropas de la población, con el capitán del crucero HMS Devonshire fondeado en Mahón (siempre en su sitio por si caía la breva), de ello se comunicó a «Terminus», éste a su Jefe de Estado Mayor de la Marina, y de éste al Almirante de la Flota, quien se encontraba a bordo del crucero auxiliar de éste historial, por estar preparando una demostración de fuerza frente al Puerto de La Selva, a su vez ordenada por el Almirante Jefe del Estado Mayor. Demasiados dando órdenes y casi al mismo tiempo, lo que nos trae a la memoria un viejo refrán: Si tú casa se quema y en tu culo tienes un avispero, ¿dónde acudirías primero?.

Fue una temporada muy rara, pues el Jefe del Estado Mayor de la Marina, por orden de su jefe, se convirtió en el Jefe de la Flota, lo que llevó a varios errores, y en cierta forma a situaciones nada agradables y que pudieron provocar peores errores. De hecho el tema que se trata, el Almirante de la Flota no tuvo noticia hasta unas horas más tarde, a su vez el General Kindelán, jefe de la aviación, propuso una intervención rápida sobre Ciudadela, pero ni el Jefe del Estado Mayor de la Marina ni «Terminus» le hicieron el menor caso, pues las ordenes eran principalmente ablandar al enemigo en Cataluña, antes que atender a los de Ciudadela, porque no se tenían noticias fiables, dejando para más adelante el “plan Sartorius”.

Horas más tarde, al seguir avanzando a gran velocidad las tropas a la frontera francesa, a las 15:00 horas del mismo 8, el Almirante recibía la noticia, de hecho el mismo Generalísimo escribió de su puño y letra, dos mensajes el primero por la noche del mismo 8, al jefe del Ejército del Norte, ordenando enviar lo antes posible la división 105 a Ciudadela, el segundo a medio día del 9 al comandante general de Baleares, en el que hace referencia al desembarco de Alhucemas.

Con estas decisiones-órdenes D. Francisco Moreno había quedado en segundo lugar, al asentar su base de operaciones el Almirante Jefe de las Fuerzas de Bloqueo del Mediterráneo en Palma, pero a su vez y de nuevo, «Terminus» se había saltado toda la escala de mando, tomando las decisiones sin consultar con nadie, quienes en algunas cosas eran más expertos.

Mar Negro atracado. Autor desconocido.

Las tropas de la 105 división se encontraban vivaqueando en el kilómetro 630 de la carretera a Francia (el kilometraje de esa carretera comienza en Cádiz, es la posterior N-340, entre Cádiz y La Junquera) al mando del coronel D. Natalio López Bravo, quien embarcó en el Mar Negro junto a su cuartel general y una compañía de zapadores, estando en Tarragona, donde acudieron los buques para embarcar en ellos, a media tarde del 8 el Almirante informa al comandante general de Baleares, la salida del primer contingente de tropas embarcadas, llevando raciones para dos días, y pidiendo que la división de cruceros y los minadores, se pusieran a rumbo para dar escolta al convoy, yendo a su vez embarcado el general Yagüe, pero (uno más de los encontronazos) el contralmirante Jefe de la División de cruceros, le informa que está a las órdenes del comandante general de Baleares, quien a su vez está a las órdenes del Jefe del Estado Mayor de la Marina, por ello no podrán prestar ese servicio por encontrarse en otras comisiones, terminando por decir (Yagüe) que, por no disponer de mercantes, las tropas irían embarcadas en el crucero Navarra y minador Júpiter; era incongruente y casi un sarcasmos que, las tropas viajaran en buques de la Armada y no en mercantes, y sin protección, algo impensable por un buen mando naval.

A esto se sumaba ser conocida la presencia de destructores gubernamentales, en estas aguas en varias ocasiones, siendo un alto riesgo si hacía acto de presencia la escuadra de Cartagena, no hay que olvidar que durante la campaña militar en Cataluña, los viajes de los destructores, siempre y como mínimo 3, llegando a 5, se convirtió en habitual, por lo que no era de extrañar se encontraran con ellos, dadas las dificultades de huida de muchos, de la zonas conquistadas o próximas a ellas.

Ante ello una vez más el Almirante (sin autorización de superiores) ordenó que, la división embarcara en su propio buque, el J. J. Síster, Rey Jaime II, Antonio Lázaro y Vicente Puchol, comenzando a embarcar a las 20:00 del mismo 8, quedando en puerto por no poder embarcar dos batallones, media batería, una compañía de zapadores y parte de los servicios, pero fueron llegando los transportes Castillo Coca, Castillo Monforte, Castillo Mombeltrán y Castillo Simancas, empezando a embarcar ya entrada la noche, llegando la noticia a las 21:30 del agravamiento de las posiciones en Ciudadela, lo que sí cabe aumentó la velocidad de carga para su socorro, encontrándose los primeros en la mar, llegó la noticia en la madrugada del 9, comunicando que la situación en Ciudadela se había estabilizado y según el parte decía: «todo está normalizado aguardando vuestra llegada».

Ante esto el Almirante transmitió al Jefe del Estado Mayor de la Marina, el dicho parte, pero por ausencia del titular, estaba su segundo, el capitán de navío D. Salvador Moreno Fernández, (hermano del Almirante) quien inmediatamente transmitió al Almirante: «…tener cuidado no sea una añagaza.» lo que lógicamente no cayó en saco roto, para ello se mantuvo a cierta distancia el Mar Negro, por ser el que mayor calibre y número de piezas, por ello entraron con las cubiertas llenas de soldados, pero todos con sus armas cargadas y muchas ametralladoras situadas en lugares altos, para protección de las tropas, el primero en hacerlo fue el Vicente Puchol, quien al atracar comenzó a desembarcar tropas, fue el batallón 101 el primero en ser desembarcado, dirigiéndose a Mahón y tomando el castillo de La Mola, asegurando así el desembarco del resto, al quedar por los nacionales la artillería de 381 mm que en esta loma se encontraba, le siguió el J. J. Síster, Antonio Lázaro y Rey Jaime II; dando fondo el Mar Negro por falta de espacio en los muelles a las 11:00, al estar asegurado el puerto y sus cimas próxima a las 14:00.

Para completar los datos de este desembarco, desde Barcelona zarparon también con tropas los buques, crucero Navarra, minador Júpiter, destructores Huesca y Teruel, el mercante Fuerteventura y el remolcador R-15, con las fuerzas compuestas por un batallón de Infantería Mallorca, otro que se trasladó desde Ibiza, 2 compañías de Infantería de Marina, una de Falange Naval, una batería con piezas de 75 mm, una sección de Zapadores, una sección de Sanidad y los servicios propios de la División, al mando del coronel de Infantería D. Francisco Rovíra, y el jefe del convoy a bordo del crucero Navarra, el capitán de navío D. Rafael de Heras Mac Carthy, estos llegaron a las 14:30 del 9, una vez todo en tierra y la isla tomada, el Almirante dio orden de pasar de Ciudadela donde se había efectuado el desembarco, a Mahón para facilitar su reembarque, porque desde «Terminus» se le ordeno que, si las tropas no eran necesarias en su totalidad, regresaran lo antes posible a Barcelona, el Almirante casi desoyó esta orden, obligando a que desembarcaran todos, para trasladarse a pie y camiones a Mahón, así recibieron el aplauso y los vivas de los liberados, pero el 11 por la tarde ya estaban todos a bordo.

Los de siempre a lo suyo, pues al ir entrando en las diferentes poblaciones de la isla, sólo encontraban a algún despistado, porque los mandos gubernamentales, habían embarcado en el crucero HMS Devonshire, quien los salvo de la represalia propia por los asesinatos cometido en la isla, una más de la No Intervención de este país que no hay que olvidar, porque sus formas siempre han sido igual de merecedoras de confianza hacia España, por esta razón ellos quedan como libertadores (aunque no los aceptaran en su territorio nacional) y los españoles como conquistadores y asesinos. Conclusión, por la desorganización en el alto mando, el grueso de tropas cruzaron a Menorca sin protección, mientras que estos últimos todos eran buques de la Marina, algo que sigue llamando la atención, cuando menos. Eso sí, una vez todos ya con los pies en la isla, llegó la división de cruceros para dar protección.

El Almirante siempre sin perder su proceder, una vez reembarcadas las tropas, fueron saliendo de Mahón, pero esta vez hasta con dos horas de diferencia de un buque al siguiente, por ello fue el primero en salir e ir vigilante de los transportes, saliendo a las 00:00 del 12, los acompaño a todos hasta dejarlos salvo y cuando el último estuvo a buen seguro, dio la orden de virar regresando a Palma, donde fondeo a las 22:00.

El Almirante salió de Palma el 17 de febrero con rumbo a Barcelona, donde amarro el 18 a las 00:50, por recibir la orden del Ministro de Defensa, general de división Excmo. Sr. D. Fidel Dávila y Arrondo Gil y Arija, por haber recibido noticias sobre la flota gubernamental, (lo que indica que el servicio de información, era conocedor por estar muy cerca las tropas nacionales, de la posibilidad de salir la Flota gubernamental, de su base de Cartagena y arrumbar a algún puerto de África en poder de las autoridades francesas), desembarco y hablaron en la población de Gavá, el 20 llegó el Generalísimo, junto al Jefe del Estado Mayor de la Marina, para tratar de establecer unas líneas de actuación, por tener que hablar Franco con el delegado francés, para evitar que los rojos hundieran la Flota, por ser conocedores de la desmoralización general en la gubernamental, llegando a la conclusión que emano del delegado francés, dado que sus jefes no pensaban que fueran capaces de efectuar semejante barbaridad, así quedo el asunto, a la espera de noticias.

El 20 seguido, regresó Franco a Barcelona, donde presencio un gran desfile militar, en el que participaron 80.000 efectivos, con sus carros de combate, artillería e incluso ambulancias militares, al concluir el evento, se reunió con el general Alfredo Kindelán Dunay, jefe del ejército del aire (aunque no existía como a tal oficialmente), porque todavía no se había separado del Ejército y con el vicealmirante estampillado, don Francisco Moreno Fernández, para que entre los dos prepararan un desfiles de sus respectivas fuerzas, en el caso que nos ocupa, el Almirante lo tuvo complicado, porque aún quedaban varios cruceros, destructores y sumergibles en la zona gubernamental, quienes podían ser avisados de ello y presentarse para dar un ejemplo de resistencia, aun así lo llevó a efecto, aunque como es lógico no con todas sus unidades disponibles, era propio dejar alguna en reserva por prevención, de hecho el Almirante enarbolo su insignia en el crucero Canarias, mientras que el Generalísimo lo hizo con insignia de capitán general en el Mar Negro, además tenía más espacio para albergar a todos los invitados.

De hecho en opinión del almirante británico Peter Gretton, al respecto dice: «Este acontecimiento debe considerarse algo temerario pues la potente Flota republicana, que disponía también de 2 submarinos, aunque desmoralizada, se encontraba en Cartagena, pero no hubo incidentes y todo trascurrió de acuerdo con los previsto». A pesar de ser británico, hay que reconocer que como profesional de la Marina, su afirmación es tan valiosa, como la acción-reacción llevada a cabo por el Almirante de la Flota Española.

El 22 de febrero de 1939, el Mar Negro con el Generalísimo a bordo, se situó a media milla al 315 del cabo Saloú, punto señalado para presenciar la revista naval, siendo su guardia las lanchas torpederas, se hizo con tanta prisa que, al comenzar el desfile los aviones los sobrepasaron, impidiendo poder disparar las salvas con su artillería de 88 mm, en honor a la presencia del Jefe de Estado, por considerarlo peligro para los aviones dada su poca altura de vuelo, la cabeza del desfile era el Canarias y el final el minador Júpiter, de hecho el Canarias al saber del pasó del último, viro por contramarcha, cada cual al llegar a ese punto hacía lo mismo pero con rumbos distintos, para empezar a cubrir más mar, casi se abarloó al Mar Negro y el Generalísimo trasbordó del crucero auxiliar y embarco en el crucero, donde a su vez hubo otro desfile de la dotación, a las 18:00 desembarco el Generalísimo y el Jefe del Estado Mayor de la Marina, con rumbo a Tarragona, a su vez el Almirante dio la orden de pasar cada buque a su lugar, por ello al anochecer del mismo día cada uno iba a un rumbo distinto, el crucero auxiliar entro en Palma a las 08:00 del 23, cuando el resto de cruceros ya estaban en sus puntos de fondeadero, porque las unidades ligeras entraron todas en Barcelona.

Entre el 5 y 10 de marzo, estuvo siempre al lado o cerca de su hermano e insignia, (por no extendernos demasiado, ya se explica en él el tema algo más extenso), durante todas estas operaciones navales, con el intento de desembarco en Cartagena o playas y poblaciones cercanas, por haberse sublevado parte del ejército de la ciudad departamental, se vio en parecidas situaciones a su gemelo, como recibir un saludo, en forma de proyectiles del calibre 381 mm y 152’4/50 mm, sabiéndolo por los piques que levantan al caer al mar, y varios de ellos se elevaban por encima de los 50 metros, todo producido por suponer que las baterías de costa estaban en poder de los sublevados, pero sólo eran una parte, la otra cumplía con su obligación, en este caso contraria a los interés nacionales, lo que casi produjo un desastre, pues ambos buques estuvieron a poco de entrar en Cartagena. Las prisas en preparar esta operación, fueron la causa del desastre producido con el hundimiento del Castillo Olite, añadir que no es entendible que, siendo conocedores que éste buque no llevaba radio, se le dejara salir de Castellón sólo, (como se hizo con todos) porque de ninguna forma se podía comunicar con nadie y de ahí su hundimiento, con cientos de bajas.

El Almirante dio la orden a su buque y a su hermano el Mar Negro, para bloquear la mar entre Sagunto y cabo La Nao, auxiliados por tres destructores, comenzando el 12 de marzo, fueron avistando varios buques, entre ellos como no el destructor HMS Impulsive, y horas más tarde al crucero HMS Sussex, éste tuvo el detalle de saludar con un “buenos días”, se identificó a un vapor francés el Ouad Vquem; a las 04:15 del 15 el destructor Velasco Melilla, avisto al ya conocido contrabandista con bandera británica Stanhope (que suerte tuvo por no estar al mando Don Blas de Lezo, para que luego alguien ponga en duda que, la historia no se repite), pero navegaba a 4 millas de la costa, quien al divisar al español aviso a su crucero, el cual se presentó y ante esto el español nada podía hacer, por ello viro mar adentro, pero si vio que el crucero le daba protección hasta el final, pues ambos entraron en el puerto de Valencia, esto el comandante del destructor lo puso en conocimiento del Almirante, así mismo unas horas más tarde avisto dos faluchos de pesca, quienes informaron que en el puerto sólo estaba el mercante británico y el resto todos hundidos por la aviación.

El 16 a las 05:35 el Mar Negro avisto un mercante con derrota a Valencia, iba al rumbo 330 y en lastre, pasando la orden de reconocerlo al destructor Velasco Melilla, al llegar a la voz supo era el Stangate, un viejo conocido de la zona, permaneció el destructor hasta llegar el crucero auxiliar, porque el primero debía cruzar a Palma y recargar combustible, el crucero maniobró para acercarse al mercante, eran las 10:00 cuando por código internacional le comunicó: «Al entrar en aguas jurisdiccionales romperé el fuego contra Vd» transcurrida media hora había entrado en estas aguas, justo frente al Saler, precisamente donde los gubernamentales se suponía habían instalado una pieza de 305 m/m del acorazado Jaime I, estando a 3.000 metros del cañón, el crucero auxiliar le ordeno seguir sus aguas, pero el mercante respondió: «Me vuelvo a Gibraltar», si realizaba esa maniobra salía de las aguas españolas, pero el crucero se lo impidió, llegando a estar a 2,5 millas de distancia de la boca del puerto de Valencia, ordenándole parar máquinas y en ese instante aparecía a la vista el HMS Sussex, el crucero auxiliar se interpuso entre éste y el mercante, por tener la dotación de presa a bordo, por ello vario rumbo siempre por dentro de las aguas jurisdiccionales, pero proa a Norte, para alejarse de la posible reacción de la pieza del Saler, el crucero británico ordeno parar máquinas a ambos a las 12:00, pero hasta las 13:00 y por la insistencia del británico, no se le hizo caso.

El crucero británico arrió un bote, al mando de un jefe y otro oficial, éste como interprete, puesto que al mando del mercante estaba el oficial español de la dotación de presa, pidiendo muy británicamente permiso para subir a bordo, dándole permiso para efectuarlo, el jefe de la Navy se informó de primera mano del apresamiento, informando al capitán del crucero, éste se puso en contacto con el comandante del crucero auxiliar, preguntándole con mucha amabilidad donde se había efectuado el apresamiento, respondiendo: «Me complace comunicarle que Stangate fue apresado a 2,5 millas al SE de la farola del malecón de Valencia cuando se dirigía a ese puerto no estando autorizado por mi gobierno» el timonel del mercante se comunicó con el comándate del crucero auxiliar, diciéndole que: «Comandante inglés ruega arriar bandera inglesa. Buena presa» y el del auxiliar le dijo: «Arríe Vd. La bandera inglesa y diríjase directamente a Palma y a los oficiales ingleses que presenten mis respetos a su Capitán» éste respondió con mucha sorna: «Muchas gracias. A quien madruga Dios le ayuda» a las 14:55 desembarcados los oficiales británicos, arrumbo a Palma.

En su derrota se encontró con mar gruesa y viento fresco del NE, entrando en Palma a las 10:30, mientras el comandante del Mar Negro informó al Almirante de la presa y las circunstancia de lo ocurrido, recibiendo la orden de continuar con rumbo a Sagunto, estando a la altura de ésta población, sobre las 14:10 cayó un proyectil de 150 mm sobre su estela, llamando a zafarrancho a su dotación, pero transcurridos unos minutos, ya no volvió a recibir aviso alguno.

Viro 180º y puso rumbo al S, al hacerse de noche se encontraba a la altura de Gandía, avistando un mercante muy cerca de tierra, por ello vario rumbo a su posición, pero navegando siempre para impedirle salir de las aguas jurisdiccionales, llegando a estar en paralelo, pero el crucero auxiliar no le dejaba aguas hacia fuera, de nuevo el mismo crucero británico no estaba lejos, el comandante del auxiliar le pidió al intruso parar máquinas, pero éste no hizo caso y maniobró para salir, lo que consiguió por pocos cables, momento aprovechado por su mayor velocidad el crucero británico, interponiéndose entre el crucero auxiliar y el mercante, ordenándole al mercante que siguiera sus aguas, el comandante del auxiliar al ver la separación aumento lo que pudo la velocidad y se interpuso entre ambos buques, sabiendo en ese momento era el ya famoso Stanhope, el capitán del crucero inglés, comunicó al del Mar Negro, que el buque estaba fuera de las aguas jurisdiccionales españolas, el comandante del auxiliar le dijo: «éste buque es un pirata, porque ya lo había visto entrar en Valencia el 15 pasado, protegido por Vd.» y en esta ocasión había sido detenido dentro de las aguas de España.

A las 20:30, los tres navegaban al 077, mientras continuaba la porfía, el mercante había quedado entre ambos buques, el crucero auxiliar a estribor del mercante y el HMS Sussex a babor, pero sin mediar palabra a las 20:35 el mercante cayó bruscamente sobre el Mar Negro, quien metió a babor para tratar de evitar el abordaje, lo que casi logró pues sólo le causo un pequeño raspón en la obra muerta, el comandante del auxiliar comenzó a dirigir toda clase de improperios al del mercante, el del crucero le ofreció, (con la típica falsedad británica) prestarle ayuda, a lo que el español rehusó sin mediar más palabras, se dio por terminado el problema, por recibir la orden el auxiliar de regresar a Palma, donde fondeó a las 07:40 del 17 de marzo, pues parte de su dotación debía embarcar para recuperar la escuadra internada en Bizerta.

El Mar Negro salió de Palma el 24 a las 18:00, en la madrugada del 25 avisto a su hermano, se presentó en la zona de Valencia para relevar al Mar Cantábrico, éste le informó de la presencia del destructor británico HMS F-31 Mohawk, a quien avistó a las 07:10, continuando en su vigilancia, al medio día se encontraba a 5 millas al 010 del cabo San Antonio; amaneció el 26 con viento del NW con fuerza 5, y a las 09:30 fue atacado por la batería de Sagunto, dos de sus proyectiles levantaron piques por babor, algo alejados, unas horas más tarde volvió a cruzarse con el HMS, ya a media tarde un hidro nacional lo saludo sobre el paralelo de Cullera, el 27 había mejorado el tiempo, a las 09:30 avisto a un hidro nacional perseguido por dos cazas enemigos, dando la orden de maniobrar para poder abrir fuego con sus piezas de 88 mm y ametralladoras DCA, lo que efectuó logrando con ello dejaran en libertad al perseguido (la moral no debía estar muy alta en estas fechas en la zona gubernamental), porque viraron y el hidro se perdió en el horizonte.

Se le comunicó la salida del destructor Velasco Ceuta de Palma a las 06:00, se puso en contacto con él para fijar un punto de encuentro, a las 10:15 reconoció al mercante con bandera británica Atlantic-Guide, pero era uno de los autorizados, dejándole el paso franco, de nuevo a las 11:15 se cruzó con el HMS, quien muy educadamente saludo por Scott, dándole los buenos días, como es de educación, el auxiliar le respondió lo mismo, (pero el comandante se preguntó porque no lo había hecho antes), y poco después se divisó como le daba escolta al anterior mercante, (tarde llegaba de no ser autorizado) avistándose el destructor al 045 a las 14:30 a 8 millas de Cullera, quedando a las órdenes del comandante del crucero auxiliar, pero así se pudo ampliar la vigilancia.

El mismo 27 a las 14:15 un mercante británico salió de Valencia, nada más que escoltado por dos destructores HMS, (no hace falta preguntar quiénes serían, para darles esta esmerada escolta) al estar a la altura de Gandía, divisaron en puerto, un crucero y destructor HMS, más tarde vieron a estos dar escolta a otro mercante; el día 28 de nuevo a las 03:30, 07:20 y 21:15, se divisaron incluso identificaron tres mercantes, el primero era un desconocido que además era más rápido y logro salir a aguas internacionales, el segundo era el Lizardrieux francés, quien llamó al verse acosado al destructor de su nacionalidad Tigre, hubo sus más y sus menos, incluso un disparo de advertencia del Velasco Ceuta, pero nada se pudo hacer por apresarlo, el tercero era el Ploubazlanec, avistado cruzando las aguas del puerto de Valencia, el auxiliar le obligo a parar y arriando un bote fue inspeccionado, reconociendo no había nadie a bordo excepto la tripulación, iba con carga de víveres y paños de tela, razones por las que se le dejó en libertad, entre estos actos, el destructor sufrió una avería, por lo que no podía dar más de 12 nudos máximo, (toda una ayuda italiana), porque no había casi salida al mar de estos buques que, les obligara una avería regresar a puerto, pero en aquellos y estos momento no había más.

El 28 a las 13:40 el destructor se acercó a la voz al auxiliar, comunicando que los nacionales habían entrado en Madrid casi sin oposición, dicho esto vario rumbo a Palma donde entro a las 23:30, para ser revisada su avería y cargar combustible (estos destructores tenían muy poca autonomía) el auxiliar se quedó sólo continuando en su comisión, al amanecer del 29 estaba al E/W de Gandía, observando a un HMS con muchos botes en sus costados, y un poco más adentro del puerto, otro buque muy escorado a babor, por la tarde volvió a cruzarse frente a Gandía con un crucero y un destructor HMS, mientras en refuerzo había salido de Palma a las 08:00 en destructor Velasco Melilla, reuniéndose con el crucero auxiliar a las 16:00.

A las 18:15 recibieron la noticia desde «Terminus» comunicando que, las fuerzas pro nacionales se habían levantado contra el Gobierno en Valencia, logrando controlar al menos la capital, eran militares y falangistas quienes lo habían conseguido, el Mar Negro se acercó, verificando que todos los buques dentro del puerto, enarbolaban la bandera bicolor, a las 18:33 entró el crucero y dio fondo en la rada de Valencia con 19 metros de fondo, (no entramos en las prisas ya dichas en otros momentos, porque es largo de explicar, ya que en esta fecha el Almirante había sido relevado de su cargo, y por tanto otros ocupaban esa responsabilidad, pero a su vez descoordinados, lo que en un momento dado podía causar la perdida de los buques. Lo dejamos aquí) sólo añadir que para refuerzo se había enviado al minador Marte, quien a su llegada aún aumento más el desorden.

Ahora al mando del Comandante General de la Escuadra, se les ordena continuar con la vigilancia, siendo repartida entre Cullera y cabo La Nao al Marte, mientras el crucero auxiliar al S de este, con la escolta del Velasco Melilla, ya anochecido sobre Denia avistaron un crucero HMS fondeado en su puerto, y obligaron a detenerse a un falucho, por no llevar a nadie sospechoso se le dio libertad, al amanecer del 30, el Velasco Melilla se adelantó a reconocer Cullera, en cuyo faro había izada una bandera blanca, al verla el destructor informó de ello al crucero: «Cullera es nuestro. Hay cañones en Cullera. Toda la costa es nuestra. Deberíamos entrar en Valencia antes que el Ejército» a las 08:05 el comandante del destructor insiste: «Si me autoriza a maniobrar con independencia amarraré en Valencia bajo mi responsabilidad» el comándate del crucero le responde: «Siento no poder autorizar», poco más tarde le indico se incorporara al Marte frente a Valencia.

El Marte permaneció toda la noche del 29 al 30 cruzando entre Sagunto y Valencia, hasta que a las 00:00 del 30 recibió un mensaje del Comandante General de la Escuadra: «Urgente: Al ser de día procure establecer contacto con Valencia sin entrar en puerto. Caso circunstancias favorables destaque destructor ocuparla. Continúe con Mar Negro vigilancia zona asignada» como queda patente la orden se contradice, pero todo porque la entrada en Valencia, por otra parte capital de la República durante un tiempo, era muy importante para ser tomada por la Marina y ese honor el Generalísimo se lo reservaba al Ejército, como si éste hubiera podido hacer mucho sin el cierre a veces casi total de la frontera marítima, con escasa fuerzas y algunas que funcionaban de tarde en tarde, pero la Armada no iba a ser favorecida por ninguna razón.

Pero el comandante del Marte, a la sazón el capitán de fragata D. Carlos Vila Suanzes, al parecer era muy cabezón, pues a las 07:30 del 30, estaba frente al puerto de Valencia, acudieron los prácticos y abordaron en buque, informándole: «No hay minas que obstruyan la entrada en el puerto; había un barco hundido que velaba pero era fácil librarlo con las enfilaciones suministradas; las tropas entrarían a las 10:00; la ciudad estaba engalanada; la Falange se había hecho cargo del mando; existía tranquilidad absoluta» esto fue lo que transmitió a su Comandante General, quien a su vez y ante tan grata notica, ordenó al Velasco Melilla comandante el capitán de fragata D. Mariano Romero y Carnero (no al Marte, quien había recibido la orden de arrumbar a Gandía) entrar en el puerto, eso sí con toda clase de precauciones, hasta verificar la entrada de las tropas del ejército.

El destructor a las 09:30 puso rumbo al puerto, entrando y fondeando a las 10:30, cuando ya estaban las tropas de Infantería de Marina, traídas aprisa desde Castellón para dar seguridad a la dársena, pero el centro y periferia de la ciudad controladas por el ejército, permaneció hasta el 31 a las 18:00, mientras un cautivo liberado, por haber conseguido documentos falsos de su identidad, permaneció toda la guerra de cárcel en cárcel, era el teniente de navío D. Enrique Barbudo Duarte, levantó un plano en ese espacio de tiempo, de todo el puerto y la situación de cada buque hundido.

El crucero auxiliar continuo sus reconocimientos, hasta el S de Cullera, estos le habían sido asignados al Marte, pero el descontrol hizo que, fuera otro el buque a realizar esta minuciosa labor, el 30 a las 09:05 el crucero auxiliar entraba en la rada de Gandía, donde se encontraban fondeados los cruceros HMS Galatea y HMS Sussex, varios destructores de igual nacionalidad, el destructor francés Linx, y tres mercantes con diferente bandera extranjera, en el puerto se había concentrado unos 10.000 milicianos, entre ellos varios miembros del Consejo de Defensa, quienes embarcados salieron con rumbo a Marsella y Reino Unido, el crucero envió un bote, con 22 hombres armados al mando del 2º comandante, en el puerto había hundidos dos vapores, el crucero salió de nuevo para reconocer los puertos de Denia y Jávea, regresando a Gandía a las 22:00, fondeando entre los dos cruceros HMS.

Hubo mucho movimiento en este puerto, hombres que de paisano embarcaban en uno u otro, incluido el Tigre francés quien ni siquiera paro máquinas, se aguantó sobre ellas en el interior, embarcando un hombre y saliendo rápidamente, de hecho entro el HMS F-31 Mohawk, donde embarcaron cuatro personas, saliendo igualmente de inmediato, el 1 de abril entro el buque hospital Maine, (curioso el nombre y el momento) y el destructor HMS F-36 Nubian, viendo esto el comandante del crucero, reclamo la presencia del cónsul británico, quien informó que, su gobierno estaba autorizado para realizar esta labor humanitaria, (sic) pero no se cortó, pues a su vez le pidió un listado, con los nombres de buques que, en los últimos días habían entrado en puerto y su destino, y esperaba que, a su regreso la tuviera terminada, el crucero se hizo a la mar el 1 de abril al anochecer, entrando el 2 en Denia, de donde salió para entrar en Jávea el 3, aquí el capellán del buque celebro una misa de campaña; en los puertos visitados para saber la situación real, dio permiso para que su dotación por turnos salieran a dar un paseo, el 4 a las 00:00 salió con rumbo a Palma donde fondeo a las 10:40 del mismo día.

El estado en que se encontraban los buques de Bizerta, era calamitoso, entre otras muchas cosas, habían arrojado al mar los cierres de los cañones, y los tubos de comunicación desde el puente, estaban obstruidos con sobras o no de alientos, aparte de necesitar un buen recorrido en todos ellos, por fuera y por dentro, y revisar máquinas, esto causo que en concreto éste crucero por falta de buques en la Armada, permaneció en servicio activo hasta el 14 de noviembre de 1939, al entrar éste día en Bilbao, pasando de inmediato a Sestao y en la Sociedad Española de Construcción Naval, se le desarmó y regresó a su estado anterior a la guerra, al ser completado fue devuelto a su propietario, la compañía Marítima del Nervión.

Bibliografia: Para leer clicar sobre ella.

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Cabo Santo Tome

Posted By on 11 de abril de 2022

Cabo Santo Tome. Autor desconocido.

Construido por la Sociedad Española de Construcción Naval en Sestao (Bilbao). España, 1932. Hermano del Cabo San Agustin.

Desplazamiento: 16.900 t. Dimensiones: Eslora 153 por 19’38 de manga y calado de 8’38 metros. Máquina: motor diésel MAN Masch de dos tiempos con 9.200 C.V. Velocidad: máxima 16 nudos, a 133 revoluciones por minuto.

Era un trasatlántico muy moderno perteneciente a la naviera Ybarra y Cía. de Sevilla, se desconoce en qué puerto (suponemos que en Barcelona) se encontraba al producirse el alzamiento, comenzando por saber que quedo en el bando gubernamental, siéndole ordenado salir con rumbo a Sebastopol, donde al llegar fue artillado con 4 cañones-obuses Putilov de 152/35 mm, mod. 1909 ruso, tres de 45/46 mm K-21 y doce ametralladoras Breda de 13’2 mm, (al igual que su hermano San Agustín), hay diferencias sobre éste armamento, en las diversas fuentes consultadas, así como la variante de ser o no un cañón o un obús, (por su longitud de calibres, era un cañón, porque a éste en España, si pasaba de 25 calibres era un cañón, pero no sabemos cómo era considerado en su país de origen, de ahí el poner a ambos separados por un guion).

Pasando a realizar viajes a los puertos del Mar Negro de la URSS, donde embarcaba material de guerra tanto en Odessa, Feodosia y Novorosisk, navegando siempre de regreso a longo de la costa norteafricana, normalmente entraba en Orán, donde permanecía a la espera de serle comunicada la salida, de la escuadra gubernamental de Cartagena, para darle protección hasta entrar en el mismo puerto, desembarcando el material transportado, en estos casos siempre llevaba el nombre de Korsu, utilizando pabellón británico, realizando muchos viajes, porque por su velocidad y capacidad de transporte, lo convertía en muy necesario, tanto que ni siquiera paraba, en cuanto se le reabastecía de combustible volvía a la mar, sin prácticamente descanso de la dotación.

Pero el día 9 de octubre de 1937, avisado el Almirante Jefe de las Fuerzas de Bloqueo de su paso por el Bósforo, (ya funcionaba el servicio de información naval) ordenó a los cañoneros nacionales Cánovas del Castillo y Eduardo Dato, permanecieran a la espera de su llegada, lo que sucedió al día siguiente frente a Galita (Argel), por ello comenzó un combate naval, denominado por algunos como Cabo Rose, en el que el mercante resultó hundido.

Cabo Santo Tome hundimiento. Autor desconocido.

Hay discrepancias en cuanto al calibre de las piezas de mayor calibre de este mercante armado, (en realidad y por su poder artillero, era en sí un crucero auxiliar) el comandante del cañonero Cánovas del Castillo, capitán de corbeta D. Pascual Cervera y Cervera, verifico que los daños recibidos por su buque, no podía haber sido causados por piezas inferiores a 120 mm, y por ello a este dato se acogen algunos autores, pero no tiene base ninguna, por no llevar este calibre a bordo, dejando con ello aclarado era el que consta en este historial.

La artillería aquí descrita es la que daba el parte, (de los pocos) que los gubernamentales dejaron escritos, si mentían; ahí no entramos. Pero por el tonelaje de este buque, era superior al del mismo crucero Canarias, (e incluso al acorazado Jaime I) pensamos que es muy posible fuera el detallado en sus características.

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Alfonso Senra

Posted By on 9 de abril de 2022

Construido en Reino Unido, 1876.

Desplazamiento: 6.430 t. Dimensiones: Eslora 85’10, por 11’55 de manga y 7’35 metros de calado. Máquina: vapor a carbón de 775 C.V., con caldera de 8 Kg. Velocidad: máxima 9 nudos.

Fue comprado en España en 1921, por la naviera Junqueras de Gijón.

En la noche del 11 de septiembre de 1936, el bou Argos P-32, al mando del teniente de navío D. Federico Pintó y Zalva, a la altura de cabo Torres divisó una sombra, por navegar con las luces apagadas, aviso de ello a su compañero el bou Ciriza nº 4, entre ambos lograron apresarlo, venia del Mediterráneo con 1.000 t., de víveres y otras tantas de carbón, con destino Gijón, los tres entraron en Ferrol el 12 seguido.

Por la falta de buques fue armado en Ferrol, al parecer con un cañón Vickers de 101’6/50 mm y otro Armstrong/Elswick de 76’2/50 mm, para poder intimidar a sus enemigos.

Participo en varias barreras, junto a sus compañeros en la campaña del norte, en las que su participación no fue de resaltar en primer término, pero al entrar las tropas nacionales en Gijón, el 21 de octubre de 1937, dando por finalizada la guerra en el Cantábrico, y asegurado el puerto por las tropas de tierra, se le ordenó entrar el primero.

Al finalizar la guerra en esta zona, y por disponer los nacionales de otros buques, con mejores cualidades náuticas, dada su lentitud por los muchos años a flote, se decidió pasara a desarme, al finalizar los trabajos, fue devuelto a su propietario, quien a su vez lo rebautizó Simancas.

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Antonio Lazaro-Cristoforo Colombo

Posted By on 7 de abril de 2022

Antonio Lázaro. Autor desconocido.

Construido en Sestri-Ponente, Odero. Génova. Italia, 1896.

Desplazamiento: 1.900 t. Dimensiones: Eslora: 81’74 por 12’25 de manga y 3’85 metros de calado. Máquina: 2 motores MAN Masch con 4.000 C.V. Velocidad: máxima 12 nudos.

Bautizado en origen como Cristoforo Colombo, lo compro en 1910 la Compañía Valenciana de Navegación, quien le cambio el nombre por el que consta en este historial, fue comprado en 1917 por Trasmediterránea, siendo uno de los mercantes que tomó parte en el desembarco de Alhucemas transportando, dos Banderas del Tercio, una sección de camilleros, otra de faeneros y otra de la Compañía de Mar, al concluir esta guerra continuo en sus servicios propios.

Al producirse el alzamiento estaba en Melilla, quedando en el bando sublevado, por lo que pasó a Cádiz donde en noviembre de 1936, fue armado con una pieza Vickers de 120/45 mm, dos Vickers de 101’6/50 mm, un Nordenfelt de 57/37 mm y dos Vickers de 47/50 mm y una ametralladora Breda de 13’2 mm y al igual que el Vicente Puchol, se le instalo el equipo para fondear minas, desempeñando esta comisión en muchas ocasiones, al dejar caer los artefactos, prácticamente a lo largo de toda la costa mediterránea, frente a los puertos más o menos utilizados, los cuales dieron su resultado, incluso el destructor británico HMS Hunter tropezó con una de ellas, el 6 de mayo de 1937 frente a Almería, causando un problema diplomático más a los nacionales, pero pudo salvarse y ser remolcado a Gibraltar. (La culpa era de ellos, por meterse en aguas territoriales de España, si no hubieran sido tan chulos, esto no les habría pasado, porque fuera de las tres millas no se minó ninguna zona, en toda la costa de española.)

En la mayor parte de estas misiones era escoltado desde lejos por el crucero Canarias, posteriormente pasó al canal de Sicilia donde permaneció un tiempo, al regresar a Cádiz se le cambio su artillería, quedando con un cañón Nordenfelt de 57/37 mm y una ametralladora Breda de 13’2 mm, entregándole el mando al capitán de corbeta D. José Luis Gener Cuadrado, permaneciendo en aguas del mar de Alborán; al ser tomada la población de Vinaroz por los sublevados, pasó destinado a su puerto.

Llegó un comunicado al Almirante Jefe del Bloqueo, de la salida de Palermo del petrolero Ionia, (1) pues su armador había comunicado a las autoridades italianas, por tener la intención ordenada a su capitán de entregar el buque a los nacionales, por ello se montó un dispositivo para capturarlo, participando el crucero Baleares, y los mercantes armados, Antonio Lázaro y Vicente Puchol, saliendo todos ellos de Palma el 11 de julio, a ello se añadió el hidroavión Cantz Z nº 6, quien lo avistó al Sur de la isla de Mallorca a las 07:00, pasando el aviso y el más cercano, era el de este historial, por ello a las 08:45 lo tomó cerca del islote Imperial, en precaución de no ser a su vez interceptado por la flota gubernamental, el mismo Almirante embarcó en el crucero Canarias, saliendo a las 10:00 con rumbo a la zona descrita por el hidro, pero al acercase vio que el petrolero iba escoltado por el Antonio Lázaro, aun así dio orden de seguir la estela, y al mismo tiempo que todos los buques regresaran a su base. Por la importante captura el Jefe del Estado Mayor de la Armada felicitó al Almirante y a todos los comandantes y dotaciones.

(1) Era portador de 5.259 t. de fuel-oíl y 3.400 t. de gasóleo, habiendo sido pagado por el gobierno de Valencia.

Antonio Lázaro. Autor desconocido.

Recibió la orden de salir junto al Vicente Puchol el 15 de julio, con rumbo al Sur del cabo Matapán por ser una zona de obligado paso, de los mercantes provenientes de Odessa, al estar a la altura Sapartivento e islote Marítimo (isla de Sicilia) entraron en la primera, saliendo a las pocas horas, el 19 pasaron entre cabo Matapán y las islas Kirheras, continuando a rumbo pasaron por el Norte de la isla de Creta, pero a las 14:00 el Vicente Puchol avisó tener avería en máquinas, por ello ambos variaron rumbo a Palma donde entraban a las 06:30 del 23 seguido, éste contratiempo impidió poder completar su misión.

Durante su campaña en aguas de Sicilia, capturo al mercante griego Sidney, regresando a su base en Stampalia (o Astiyalia), en el Dodecaneso de donde salió el 28 de agosto de 1937, por recibir la orden de pasar a Palma, al arribar, se le destino casi exclusivamente como minador a principios de septiembre seguido, quedando en su base de Palma. Continúo realizando barreras en el estrecho de Sicilia, pero sin noticias concretas, sólo volvemos a saber de él, cuando a mediados de diciembre de 1938, al mando del capitán de corbeta D. José Hernández Flórez, se incorporó a las fuerzas navales del Mediterráneo y en conserva del J.J. Síster, participaron en un transporte de tropas, entre Castellón y Vinaroz, el 3 de enero de 1939 repitieron ambos buques otro transporte de tropas, cada uno salió de puerto distinto, el de este historial de Castellón y su compañero desde Vinaroz, con destino a Palamós, por estar ya avanzada la ofensiva sobre Cataluña, continuando como transporte en estos menesteres.

El 21 de enero se le ordenó salir con rumbo a la isla de Gaita, sobre la derrota denominada en clave “Nyon nº 2”, por tenerse conocimiento del paso del Bósforo del mercante con bandera panameña Oil Shipper, pero a veces el peor enemigo era la misma mar, porque el 23 se levantó un viento con fuerza 12, mar arbolada, impidiendo mantener su posición, buscando un lugar al socaire de las grandes olas, lo que impido divisar al mercante, quien a su vez debió buscar refugio en otro puerto, donde no pudo ser localizado, al calmar la mar y comunicar a su Almirante la imposibilidad de localizar al buque buscado, se le ordenó regresar a Palma, donde entró el 26 seguido.

El 29 de enero, recibió al orden de salir con rumbo a Barcelona, donde el 4 de febrero quedaron reunidos los cuatro mercantes armados, Antonio Lázaro, Vicente Puchol, J.J. Síster y Rey Jaime II, para formar parte de las fuerzas navales y llevar a efecto un desembarco en la retaguardia enemiga, pero el avance de las tropas eran más rápido de lo pensado, por ello quedó sin efecto el intento de desembarco. (2)

(2) En la obra citada en la bibliografía, del General Francisco Franco Salgado-Araujo dice: «Cuando la guerra nuestra estaba casi terminada, concebí (en palabras del Generalísimo) la idea de hacer un desembarco de tropas en las costas de la provincia de Gerona, para cortar la retirada al enemigo y que no llevasen a Francia todo el material de guerra. El almirante don Francisco Moreno dio un informe pesimista y la maniobra no se llevó a cabo. Hay mucho militar que cree que en la guerra no hay que dejar nada al azar y está equivocado, pues siempre hay que arriesgar algo». Añadimos que precisamente Franco no era de los que se la jugaba por nada. A su vez los hermanos Moreno en su obra, dicen: «De lo expuesto parece deducirse que, a pesar de su dilatada y estrecha colaboración con el Generalísimo, su opinión profesional –tras permanecer gran parte de su vida sin ejercer el mando de tropa- no merece demasiado crédito». Esta vez, el general Franco Salgado Araújo oyó campanas sin saber dónde

El 3 de febrero de 1939 se recibió la orden del Almirante de concentrase en Barcelona, junto a otros tres mercantes armados, los J.J. Síster, Rey Jaime II y Vicente Puchol, quedando reunido el 4 de febrero por la mañana, participando en el desembarco de Ciudadela el 9 de febrero de 1939, transportando la división 105 del ejército, el Almirante transmitió al Jefe del Estado Mayor de la Marina, el parte de instrucciones, pero por ausencia del Jefe, estaba su segundo, el capitán de navío D. Salvador Moreno Fernández, quien inmediatamente transmitió a su hermano el Almirante, «tener cuidado no sea una añagaza», lo que lógicamente no cayó en saco roto, al arribar se mantuvo a cierta distancia el Mar Negro, por ser el que mayor calibre y número de piezas disponía, por ello los primeros en entrar lo hicieron con las cubiertas llenas de soldados, pero todos con sus armas cargadas y muchas ametralladoras situadas en lugares altos, para protección de las tropas.

El primero que entro fue el Vicente Puchol, quien al atracar comenzó a desembarcar las tropas, fue el batallón 101 el primero en hacerlo, al mando de un comandante, quien al no tener oposición, fueron trasladados en camiones a Mahón, tomando el castillo de La Mola, asegurando así casi el resto de la isla, al quedar por los nacionales la artillería de 381 mm que en esta loma se encontraba, le siguió en la entrada y desembarco el J.J. Síster, Antonio Lázaro y Rey Jaime II; dando fondo el Mar Negro por falta de espacio en los muelles a las 11:00, al estar asegurado el puerto y sus cimas próximas a las 14:00, fueron desembarcando todas las tropas, por orden del Almirante fueron recibiendo el saludo de los habitantes, mientras los buques salieron de Ciudadela y entraron en Mahón sin problemas, donde a su vez fueron reembarcadas las tropas, quedando de resguardo una media brigada, de la división 105, abandonando el puerto a las 00:00 del 12, pero navegaron por el N. de la isla, para evitar ser atacados por la aviación enemiga, entrando en Tarragona al medio día del mismo 12.

Participó en los traslados de tropas que, junto a los mismos cruceros y muchos más mercantes, fueron embarcadas las tropas desde Palamós a Tarragona, saliendo el 16 siguiente con efectivos de la 12 división, al mando del general de brigada (estampillado) D. Carlos Asensio Cabanillas, desembarcándolos en el puerto de destino al día siguiente, cuando aún se estaba en este transporte, el Almirante recibió la orden de enviar buques, para efectuar otro transporte desde Palamós y San Feliú de Guixols a Tarragona, donde al cumplir el anterior realizaron éste, embarcando en esta ocasión 6 batallones de la 4ª División de Navarra, saliendo el 20 de Palamós y desembarcando las tropas el 23, donde quedó fondeado a la espera de nuevas órdenes.

Entre el 5 y 10 de marzo se produjo la sublevación en Cartagena, el primer día se encontraba a la espera de órdenes en Tarragona, al saberse este acto, el Almirante ordeno reunir todas sus fuerzas en Castellón el mismo 5, se dio la Orden de Operaciones previas al desembarco en Valencia, llevando a bordo a 700 efectivos del ejército, (era todo un convoy con tres transportes, tres mercantes armados, varios rastreadores, más todas las unidades de la Marina en la zona) al completar la carga, salió a las 21:45 y fondeo fuera del puerto de Castellón.

Por órdenes tajantes de «Terminus» tuvo que levar y poner rumbo a Cartagena, lo que significaba no llevar escolta y lo peor, ni siquiera navegar en convoy, a él poco más tarde se le unió el J.J. Síster, pero seguían sin saber a dónde estaba destinado el transporte, por fin a las 23:59 del mismo día, llega la orden para que ambos cruceros auxiliares y el minador Vulcano, sin esperar a nadie se dirijan a Cartagena, (con esta orden ratificaba las anteriores, fue transmitida por el Jefe del Estado Mayor de la Marina, por ello el Almirante Jefe del Bloqueo, no tuvo ni parte ni arte en el posterior desastre), a las 14:00 del 6 recibieron la orden de arrumbar ambos buques al 168, a 12 nudos y recalar a 15 millas del Cabo San Antonio, y alejarse en la navegación de la costa, por peligro de la aviación, a las 13:00 del 6 estaban de través con cabo Palos y a las 14:45 a la vista de Cartagena.

En este momento se advirtió que las baterías de costa de Levante, abrían fuego sobre las de Poniente, eran sobrevolados por aviones gubernamentales y el práctico no salía, se fueron agrupando fuera del alcance de la artillería, el Almirante ya presente a bordo del Mar Cantábrico, junto a su hermano el Mar Negro y el Rey Jaime II procedente de Málaga, al amanecer del 7 la mar estaba en calma, lo que podía favorecer el desembarco, el cual no se había llegado a un acuerdo donde realizarlo, mientras el Almirante prefería Portman, «Terminus» indicaba mejor en el mismo puerto (pero las baterías que lo defendían no estaban de su parte, como por desgracia se demostró), intentaron acercarse a Portman, pero las baterías de costa comenzaron a disparar, (la sublevación había sido controlada) el Almirante no muy lejos de ellos a bordo de su buque insignia, dio la orden de aproar a mar abierto, incluso realizó varios disparos para atraer el fuego, pues él no llevaba tropas indefensas a bordo, viendo la imposibilidad de efectuar el desembarco, el mismo 7 a las 18:00 dio orden a todos los buques de arrumbar a sus puertos de partida, pero esta no pudo ser oída por el Castillo de Olite, (3) pues ni siquiera llevaba un radiotransmisor.

(3) El Castillo Olite, transportaba 2.112 efectivos del ejército, no pudo saber nada de lo que ocurría, por ello el 7 sobre el medio día, ya resuelta la sublevación, se acercó a tierra por Escombreras, donde la artillería de costa lo hundió, muriendo 1.477 efectivos y el resto fueron capturados, 342 de ellos heridos de mayor o menor gravedad y 293 quedaron prisioneros, sufriendo a su vez diferente suerte, unos fusilados, otros pudieron escapar y de los apresados y heridos los que quedaron, fueron puestos en libertad al entrar los nacionales. Sin duda alguna fue el mayor desastre sufrido en la guerra naval, superando en bajas al crucero Baleares.

El Antonio Lázaro, navegaba dando remolque al R-12, fue avistado por los dos cruceros auxiliares, recibiendo un mensaje del Almirante a las 22:40, siendo reconocido mediante luces del proyector, terminando «Diga si ha podido haber confusión. Manifieste situación, rumbo y velocidad», pero el Almirante no obtuvo respuesta, por ello a las 02:15 por radiotelegrafía a las 02:25, (obviamente el comandante del mercarte, no recibía las órdenes del Almirante, pero más tarde se supo que sí, pero por no saber si eran sublevados o gubernamentales, no se daba a conocer) este mal entendido se deshizo casi al amanecer del 8, cuando a las 04:30 el Lázaro respondió, pues a su vez no sabía de la presencia de toda la escuadra nacional, se sucedieron varios reproches, pero lo explicado era más que natural no respondiera, los dos cruceros permanecieron en estas aguas, hasta las 06:00 del 9, cuando entraron en Palma, y el mismo 9 por la mañana el Antonio Lázaro dejaba su remolque frente a Ibiza, regresando a su base de Palma, donde, al finalizar la guerra pasó a Cartagena para ser desarmado y entregado a su propietario.

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Ciudad de Alicante-Infante Don Juan

Posted By on 5 de abril de 2022

Ciudad de Alicante. Autor desconocido.

Construido en la Unión Naval de Levante, Valencia. España, 1930.

Desplazamiento: 2.900 t. Dimensiones: Eslora 78’00 por 12’40 de manga y calado de 4’63 metros. Máquina: 2 motores diésel MAN Masch con 2.800 C.V. Velocidad: máxima 16’3 nudos. Era casi hermano del Ciudad de Valencia.

Fue bautizado en su botadura como Infante Don Juan, nombre que fue cambiado al advenimiento de la República, por el que consta en este historial.

Al producirse al alzamiento se encontraba en Villa Sanjurjo (Alhucemas), quedando a las órdenes del coronel Jefe de la Alta comisaria, no pudo moverse hasta recibir órdenes el 30 de septiembre de 1936, en principio fue destinado sobre todo al transporte de tropas, entre el protectorado de Marruecos y la Península, siendo el más nombrado el realizado el mismo 30 de septiembre, quedando al resguardo del peñón de Alhucemas, donde permaneció hasta primeros de octubre seguido, en éste mes realizo varios viajes entre Ceuta, Alhucemas y Cádiz, para seguir aportando efectivos al Ejército, misión primaria en aquellos momentos, por ser muy necesarios estos refuerzos en la Península.

Recibió la orden de pasar a Cádiz, entrando en Matagorda el 1 de noviembre de 1936, siendo nombrado el mismo día su comandante el capitán de corbeta D. Benigno González-Aller Acebal, siendo armado con un cañón Vickers de 120/45 mm, dos Vickers de 101’6/50 mm, dos Vickers de 47/50 mm y una ametralladora de Breda 13’2 mm, al terminar los trabajos, fue destinado al Cantábrico, con base en los sucesivos puertos, empezando por Ferrol, Ribadeo, Pasajes, Bilbao y Santander, mientras duro la campaña naval del Norte.

Al estar ya casi anunciado el final de la guerra en la cornisa norte, terminando con la entrada de las tropas nacionales, en la población de Avilés el 21 de octubre de 1937, puso punto final a esta larga campaña; como esto ya se veía venir, mediado marzo anterior se le destino al Mediterráneo, con base en Ceuta e incorporado a las Fuerzas Navales del Estrecho, donde permaneció vigilando el Estrecho, pasados unos días, se le ordenó salir con rumbo a Las Palmas de Gran Canaria, donde embarcó tropas con destino a Cabo Juby, Villa Cisneros y Güera, desembarcando unidades del ejército en todos ellos, de regreso entro en La Palma, pasando a Ceuta donde llegó el 30 del mismo mes, por necesitar un repaso de sus máquinas, pasó a Cádiz donde fue revisado de quilla a perilla, aunque se realizó el trabajo en muy poco tiempo, porque el 17 de abril seguido entraba de nuevo en Melilla (segunda base de las Fuerzas Navales del Estrecho).

A pesar de estar destinado en Ceuta, el Almirante al necesitarlo pasaba a Palma, de aquí salió el 21 de mayo con rumbo a la isla de Pantelaria, donde arribaron en la tarde del 26 de mayo de 1937, permaneciendo a la espera del paso de mercantes procedentes del Bósforo, al no poder verlos en la tarde del 30 puso rumbo a Favignana, para recargar combustible, donde fondeaba el mismo día por la noche, el 31 seguido salió y arribo a Cagliari, pasando casi inmediatamente a La Spezia, donde embarcó, entre otros materiales, dos escuadrillas de cazas, el 2 de junio zarpó con rumbo a Cagliari, donde se reunió con el Mallorca, quien había llegado la tarde anterior, saliendo con rumbo a Palma, arribando el 7 seguido desembarcando los materiales.

Saliendo el 11 a su zona de vigilancia, se encontraba el 16 entre cabo Bon y Pantelaria, recibiendo un comunicado el 17 al amanecer, avisando de la salida de la escuadra gubernamental, por ello se le indicaba regresase a su base, pero justo estando en rumbo a Cagliari sufrió una avería en máquinas, por ello se quedó en este puerto hasta ser reparado, pero no fue solucionado el problema, recibiendo la orden del Almirante de salir como pudiera y arribar a Palma, para dar solución a la avería, lo que a duras penas pudo lograr, entrando en su base el 20 seguido.

Tanto el J.J. Domine como el de este historial, participaron en varias ocasiones en la misma derrota, siendo salir de Palma y estacionarse a poniente y levante de la isla de Pantelaria, vigilando el cuello de botella que esta isla produce entre Italia y África, para su vez poder avisar del paso de las posibles presas, a los cruceros Canarias y Baleares, pero la presencia precisamente de los cruceros, al ser vistos por otros mercantes en tránsito, se supone avisaban de su presencia a los buscados, de forma que resultaba peor el remedio que la enfermedad, decidiendo el mando quedaran a distancia de los mercantes armados.

El 24 de junio de 1937 se le entregó el mando al teniente de navío D. José Noval Brusola, por pasar su anterior comandante de Segundo del crucero Baleares, habilitado como capitán de fragata, el 27 el Almirante recibió la comunicación del Estado Mayor de la Marina, anunciando la llegada a las costas mediterráneas de los vapores gubernamentales, Santo Tomé, Zorroza y Campillo, haciendo hincapié en el primero, porqué transportaba 25 carros de combate, 30 camiones, 6 aviones, 40 cañones, 1.600 t. de munición, 5.000 de víveres y 50 de medicinas, mientras el último embarcaba 4.000 t., de combustible, para su interceptación se montó todo un operativo, participando casi todas las unidades de la marina, a éste se le designo a la línea entre Formentor y Marsella, saliendo de Palma a las 18:00 del 29 de junio, a pesar del gran dispositivo para poder localizarlos, incluidos un sumergible, fue imposible, recibiendo la orden de regresar el 1 de julio a su base.

El Gobierno de Valencia, ordenó el 29 de junio de 1937, la requisa de todos los mercantes que llevaban la bandera de la República, para proteger a estos buques y poder navegar con cambio de nombre, y banderas de otros países, de esta forma quedaban a salvo de ser apresados por los nacionales, incluso y como no, las compañías británicas los acogieron con gran interés, y la francesa France-Navigatión, cuyo director era el general soviético Krisvitsky, (jefe en España del NKVD, o servicio secreto soviético, más tarde paso a llamarse KGB) por ello se utilizaban los puertos de embarque de Gdynia, Dantzig, Memel, Tallin y Leningrado, para efectuar la descarga en los franceses de Le Havre, Brest, Lorient y Burdeos, incluso unos lo hacían en Amberes, de donde se volvía a embarcar en buques no españoles, para desembarcar en Burdeos, y en caso de que la frontera estuviera cerrada por La Junquera, la mercancía se trasladaba en ferrocarril, desde el Atlántico al Mediterráneo, se embarcaban en Marsella y sin salir de las aguas territoriales, desembarcaban en Barcelona, o Tarragona.

El 4 de julio embarcó el batallón ciclista de guarnición en Mallorca, lo traslado a la Cádiz, pero por la importancia de lo que llevaba a bordo, fue escoltado por los cruceros Canarias y Baleares, estos al estar a salvo en el Estrecho viraron, el mercante armado entró en Cádiz el mismo día, desembarcando la tropa y al finalizar paso a Matagorda para solucionar su problema de máquinas, el 17 siguiente se le entregó el mando al capitán de corbeta D. Ricardo Calvar González-Aller, entre el 8 de julio y 24 de agosto, permaneció inmovilizado en Matagorda (Cádiz) por reparaciones, al parecer el problema de máquinas era complejo, pues hasta el 27 de agosto no pudo hacerse a la mar, pasando a Melilla, donde acudió el Canarias para darle escolta el 28, entrando en Palma el mercante armado al día siguiente de madrugada.

Hacemos punto y aparte, porque la cuestión tiene su miga. Se trata como no, del mercante Burlington ex Nausika de 6.100 t., el cual ya se sabía había estado en puertos de la URSS, tanto en el mar del Norte como en el mar Negro, al cruzar una vez más el Bósforo fue identificado, por ello se alertó al Almirante, quien ordeno formar barrera en Pantelaria, por ser identificado al cruzar los Dardanelos con rumbo a El Pireo, sin duda fletado por el gobierno de Valencia, al llegar al último mar fue identificado por el destructor italiano Aquila, quien lo siguió, indicando que en su popa llevaba una gran bandera británica, arrumbo al estrecho de Messina continuando a Spartivento, al sur de Cerdeña, donde fue avistado por el crucero armado italiano Río (ex Barletta), de éste intento escapar, pero al ver la intención efectuó un disparo, ante ello se lo pensó mejor y paró máquinas, pasando una dotación de presa al mando del teniente de navío español D. Rafael García Angulo, quien ordeno revisar su carga, eran 7.000 t. de gasolina, se pusieron en marcha rumbo al islote de Toro, donde les esperaba el Ciudad de Alicante, por haber salido de Palma el 30 anterior, al quedar con éste el italiano regreso a su mar, el comandante del mercante armado, confirmó al Almirante que era un buque abanderado en Grecia, pero con documentación británica, los pormenores de la carga y el puerto de destino que, casualmente era Cartagena y fletado por CAMPSA.

Ante ello el Almirante se puso en contacto con el de la flota británica, para que averiguase lo que pasaba con él, añadiendo que de ninguna forma iba a consentir dejarlo llegar a su destino. Sobre este tema en la obra del Almirante Gretton dice: «el incidente del Burlington causó muchos problemas» y así era, pues al saber la verdad el almirante británico, respondió: «El 2 de julio lo compró la naviera Finchley, quien le cambio el nombre; El 10 de julio navegaba con pabellón griego y nombre Nausika; el 27 de julio recibió un certificado provisional de Registro británico en El Piero; el 21 de agosto fue vendido a la naviera Burlington». Como es patente “alguien” firmaba documentos para favorecer a unos, y no se sabe si en realidad, era el dinero quien mueve montañas. Se puso fin al problema, al entrar en Palma pasando a descargar el combustible, para ser utilizado por los sublevados, pero las quejas desde Londres obligaron a poner en libertad al buque, pero sin su carga. Una más de estos piratas con sombrero y pajarita, que dicen ser muy honestos, y por supuesto muy señores o sea Sir, si le añaden el “es” ya no llegan.

Salió de Palma en la noche del 7 de septiembre, con rumbo a su zona de patrulla, entre cabo Bon y Pantelaria, estando en ella el 9 por la mañana, después de ocurrido el combate de Cherchel, (el anterior 7, por ello algo intranquilos los sublevados) estando situado al Norte de la isla de Pantelaria, fue alertado por el destructor italiano Centauro, del paso del mercante River Tyne, por el paso de Messina, pero unas horas más tarde a rumbo de encontrar el buque designado, el mismo destructor le aviso que había sido puesto en libertad, por el Ministerio e Marina italiano, por ello viro a su zona, por acudir el crucero Canarias, al ser avisado del posible apresamiento, pero de pronto la mar se arboló, viéndose obligado el mercante armado a abandonar estas aguas e intentar llegar a su puerto base de Favignana, en la isla de Sicilia, por no poder dar más de 9 nudos de velocidad máxima, logrando entrar permaneciendo hasta el 10 seguido, al recibir la orden del Almirante de regresar a su base de Palma, por haber mejorado el temporal donde fondeó el 13 a las 09:00.

Una vez más salió el 18 a las 00:00, para formar barrera junto a varios buques más, con la intención de capturar al Rey Jaime II, quien salía de Barcelona con destino a Mahón, pero dado que se avistaron varias sombras en la noche, el Almirante a bordo del Canarias se hizo cargo directamente de la acción, de hecho recibió un impacto de torpedo su insignia, por haber lanzado dos el destructor gubernamental Almirante Antequera, el cual golpeo en el casco del crucero, pero no explosionó, a su vez este acto fue para cubrir su retirada, el Almirante arrumbo a las sombras y por ello apresó al Rey Jaime II y el J. J. Síster, al saber de la captura, el Almirante dio la orden a éste mercante armado de regresar a Palma, quedando al ser alcanzado incorporado al Canarias, y demás compañeros, siendo éste el último que entró el 18 a las 09:00.

Decir que la escolta de ambos mercantes, era de tres destructores, el mencionado, y los Gravina y Sánchez Barcáiztegui, éste tocado por un proyectil del Canarias, pero una vez más se dieron a la fuga, en vez de defender lo que debían. La falta de mandos cualificados, fue sin duda alguna el talón de Aquiles de la escuadra gubernamental, pero a su vez se unía la presencia de los comités, los cuales eran los verdaderos responsables de estas acciones, porque de ser tocado su buque y ellos tener que ser rescatados, estaba muy claro su fin, y obviamente de esto huían, aun dejando nunca mejor dicho, en la estaca a sus supuestos compañeros, esto al final se convirtió en una caza de brujas en sus filas, de las que cada cual se las apañaba para salvarse sin mirar atrás.

Esta vez se hizo a la mar en compañía del cañonero Dato, saliendo de Palma el 26 de septiembre, llegando a su zona de patrulla el 29, se mantuvieron en ella hasta recibir la orden de regresar a su puerto base, entrando el 2 de octubre. Estas nuevas barreras eran ordenadas por el Almirante, dado el éxito de la anterior, pero como se ve, los mercantes armados acompañados ahora por buques de la Armada. El 9 de octubre seguido embarcaron en éste y el Mallorca, las dotaciones para los dos nuevos destructores comprado a Italia, eran el Velasco-Melilla y el Velasco-Ceuta, que por ser muy parecidos al Velasco, se les añadió una cuarta chimenea (al igual que el de éste, para dificultar aún más su identificación) y evitar fueran descubiertos, como lo que eran, dos nuevas unidades, permaneció con ellos hasta estar algo instruidas las dotaciones, regresando a Palma el 12 por la tarde.

El 4 de diciembre salió de Palma, con la escolta de los dos Velasco, quienes lo dejaron a salvo en el meridiano de la isla de Tabarca, regresando a su base los destructores, continuando rumbo a Ceuta donde entró el 5, de donde pasó a Melilla dos días más tarde, para embarcar munición varia, con destino a Palma, entrando el 8 seguido, salió de Palma con rumbo a Ceuta, de donde se hizo a la mar a finales de diciembre, pero en estos días la aviación gubernamental estaba muy activa, por esta razón siempre iban acompañados de unidades de la Marina, de hecho en este caso el Almirante a bordo del Mar Cantábrico, lo divisó y dio orden de arrumbar a Palma, pero con la escolta del Canarias, Almirante Cervera y los dos destructores, pues se había unido el petrolero Campas a éste, entrando en Palma el 31 de diciembre sin novedad que reseñar.

El 26 de diciembre anterior, fue nombrado un nuevo comandante, pero no tomó el mando hasta la llegada, era el capitán de corbeta D. Ramón de Aubarede Leal, quien permanecería al mando hasta finalizar la guerra.

Entre el 18 y 20 de enero de 1938, formó parte del 5º convoy, entre el Estrecho y Palma, junto al petrolero Campas y Mar Negro, escoltados por la división de cruceros, enarbolando su insignia el Almirante en el crucero Canarias, todo él transcurrió sin problemas de ningún tipo, hasta la mar estuvo en calma a pesar de la época del año, continuo en estos servicios hasta recibir la orden de pasar a Ferrol, donde arribó a mediados de marzo.

Por la orden del gobierno de Valencia (la de arbolar y pertenecer los buques españoles, pero con otra bandera), se decidió por «Terminus» fueran los Ciudad de Alicante y Ciudad de Valencia, los que llevaran a efecto el acoso a los mercantes propiedad del Gobierno de la República, pero se hizo con tanta prisa que se olvidaron cosas básicas, como ejemplo, en el primer crucero, se olvidó lastrar los buques convenientemente, tampoco aumentaron su capacidad de depósito para combustible, lo que limitó mucho su navegar, no llevaban ningún tipo de calefacción, ni frigoríficos, sólo llevaba comida para unos pocos días y como final, se les olvido que en aquellos lares, la temperatura llegaba a muchos grados bajo cero, y sólo embarcaron para la dotación unos jerséis de lana, como toda prenda de abrigo, alguno ni siquiera guantes y faltos de mantas para todos. De hecho desde la toma de la decisión y realizar el armamento, sólo se dispuso en el caso del Ciudad de Alicante de catorce días, de ahí la falta de muchos materiales, a parte de la poca experiencia en esos momentos de la Marina, en este nuevo tipo de guerra naval.

Ciudad de Alicante. Autor Desconocido.

Al entrar en Ferrol se le cambio el armamento, por dos cañones Vickers de 101’6/50 mm, un Vickers de 47/50 mm y una ametralladora Breda de 13’2 mm, su comandante el capitán de corbeta D. Ramón de Aubarede Leal, único oficial de la Armada, de Segundo un teniente de navío de la reserva naval, un capellán, un teniente médico y un practicante, la dotación era la misma que cuando era particular, pero ahora militarizada, más un sargento al mando de dos secciones de infantes de marina y artilleros, cuando iba a salir como a tal crucero, se le mimetizó cambiando su aspecto exterior, cambiando sus colores por, casco negro, línea de flotación en blanco, y el guarda calores más la superestructura en ocre, sin distintivos de empresas privada y cómo no, se le cambio el nombre por Noaik, matriculado en Bartha, Noruega.

Zarpó en la madrugada del 8 de abril de 1938 de Ferrol, para realizar un crucero de información, hasta la isla de Ouessant, y tratar de verificar el tráfico de buques con destino a puertos franceses de la costa oeste, no logrando divisar al Virginia, del cual se tenían noticias de su presencia, continuó su navegar hasta una posición a 30 millas al Norte de Penmarch, península de la isla de Albión situada en su extremidad sudoccidental, al divisar esta posición varió rumbo a la boca del Gironda, siempre por fuera de las aguas territoriales francesas, manteniéndose entre las 10 y 12 millas de la costa, para evitar se le ocultara cualquier otro buque, a las 20:00 del día 10, viró con rumbo de regreso a Ferrol, donde entraba el 12 seguido.

Pasó a Gijón, de donde zarpó el 18 siguiente para intentar capturar al mercante Diana, se paseó por aguas del canal de Bristol y de la Mancha, navegando en vigilancia de la ruta Penmarch-Burdeos, pero no pudo avistar al que buscaba, entrando en Ferrol el 24; en esta ocasión, le apoyaban los patrulleros Galerna y Álava, quienes navegan aparentando ser bacaladeros en su trabajo, pero cumplían la comisión de vigilar el golfo de Vizcaya y el paso de tráfico al puerto de Burdeos.

Es muy probable que los tres buques fueran avistados, por ello no lograron su objetivo, por contra sí puso en alerta a los que, protegían los mercantes con destino a puertos franceses, y supuso un gran triunfo, pues el tráfico bajo mucho, por no decir que fue casi anulado, gracias a la presencia de estos buques armados, eso sí, aumentó el control de las dos armadas afectadas, la británica y francesa.

Se propuso poder comprobar si era cierto que los pesqueros republicanos, traficaban con material de guerra en el golfo de Vizcaya, porque en los puertos franceses se encontraban más de doscientos cincuenta, pero de ellos ciento trece estaban embargados, ciento nueve en diferentes situaciones, muchos de estos en situación de pre-embargo y sólo veintisiete con permiso de navegación, de ellos ya se sabía que doce, habían logrado pasar al Mediterráneo por el canal del Midi, mientras, la situación de los buques de guerra, el destructor José Luis Diez había sido averiado por el Canarias en el Estrecho, quedando en Gibraltar muy escorado y fuera de servicio, los sumergibles C-2 y C-4, habían logrado pasar el Estrecho y se encontraban en Cartagena, mientras que el Torpedero nº 3, había sido vendido y desguazado; de la marina auxiliar vasca, el Donostia se encontraba en La Rochele embargado y desarmado, el Gipuzkoa y  Bizkaia amarrados en Burdeos, bajo vigilancia de las autoridades francesas y a su vez, vigilados por los servicios secretos nacionales, por ello eran muy escasas las posibilidades de hacerse a la mar estos últimos sin conocimiento de la Marina.

Dato curioso: En Gran Bretaña, y en su puerto de Milford Haven, en el canal norte de Bristol, en su costa occidental, se encontraban once parejas de pesqueros vascos, quienes salían a pescar, pero como es natural por parejas, este arte era desconocido por los británicos, comprobaron era más eficaz y los vascos les enseñaron como hacerlo, porque para los ingleses, les era muy complicado y arriesgado por no tener ni idea. Cosas veredes amigo Sancho, mucho poder militar, pero legos en las artes de pesca.

Como se puede comprobar, desde finales de abril a finales de septiembre, no se tienen noticias de sus navegaciones, algo que nos llama la atención, pero ante la falta de ellas, no podemos primero, dejar de hacerlo notar y segundo, atenernos a lo que disponemos, por ser documentos fehacientes de lo ocurrido y a falta de ellos no nos los vamos a inventar. Bien es posible realizaran viajes incluso de transportar tropas del norte al Mediterráneo, como más tarde se verá por no ser necesarias en una zona, pero sí en otras, o bien salir a la mar para dejarse ver, y no ocurrir nada reseñable.

En la noche del 27 de septiembre de 1938 salieron el Ciudad de Alicante, junto al Galerna desde Santander, una hora antes, los comandante abrieron los pliegos secretos, por ello se hizo con tanto secreto que, ni siquiera en el puerto supieron de su salida, la misión consistía en un crucero de unas siete singladuras, para cubrir un cuadrado que los llevaba por todo el golfo de Vizcaya, aproximándose a la costa francesa, así como al canal de La Mancha y sur de Irlanda, para regresar a Ferrol, pero nobleza obliga y al estar en la mar el 28 siguiente por la noche, recibieron la noticia de la movilización del ejército alemán, por ello debían tomar más precauciones, por estar en alerta todas las armadas europeas, esto le obligo a llegar hasta el paralelo de Nantes, de donde viraron rumbo a Ferrol, entrando el Ciudad de Alicante el 30 por la noche y el Galerna a primeras horas del 1 de octubre, éste divisó en superficie un sumergible francés a unas 60 millas de cabo Ortegal.

Al regresar de este crucero, el mercante armado fue lastrado con 200 t., de hierro en barras, mejorando mucho su estabilidad longitudinal, a su vez se le preparó para su crucero como a tales mercante armados, recibiendo la orden de no izar bandera alguna, si fuera necesario la de cualquier país, pero nunca la suya, sólo en el caso de abrir fuego contra algún otro buque, para cumplir con las leyes internacionales.

Sólo se notificó la salida al embajador alemán en Burgos y éste a su alto mando naval, por si se diera el caso de verse obligados a refugiarse o por entrar en puerto, para embarcar bastimentos en el Mar del Norte. Así mismo se les ordenaba no permanecer juntos, más bien todo lo contrario, para así confundir a quienes les pudieran identificar, no en balde los buques eran casi gemelos y facilitaba su enmascaramiento, aunque sólo fuera de palabra.

El principal problema de los Ciudad de Alicante y Valencia, se encontraba en que eran buques previstos para navegar por el Mediterráneo, y ahora debían afrontar otras aguas más movidas y frías, lo que produjo dadas las prisas lo que ya comentamos con anterioridad, pues faltó de todo y se pasó muy mal, de todo esto sobresaltar que, las dotación de los buques era la misma que en Trasmediterránea, pero militarizados y su comportamiento, como buena gente de mar fue en todo momento impecable, el gran inconveniente fue no disponer de ningún tipo de calefacción, por lo que el frío era intenso, pues incluso la cubierta de botes estaba abierta y en algún trozo de ella un simple cristal, por ello las bajas temperaturas era el mayor mal a sufrir.

Los dos buques pasaron a estar al mando directo del Jefe del Estado Mayor de la Armada en Salamanca, quedando el Comandante General del Departamento Marítimo del Cantábrico, como auxiliar del anterior y prestar su máximo apoyo en abastecimientos y reparaciones. De esta forma quedaban directamente al mando del Cuartel General del Generalísimo, en detrimento del Comandante General de la Flota y Jefe de las Fuerzas de Tierra Mar y Aire del Bloqueo del Mediterráneo.

Una más en la Historia. Aunque dándole un poco de cuartelillo, no estaba de más estuvieran bajo ese mando, por si las circunstancias del momento, era necesario actuar al más alto nivel, ya que éste, era quien recibía las noticias, de todos los agentes de información repartidos por toda Europa, Méjico, EE.UU. y U.R.S.S., el 4 de octubre fue nombrado Segundo el alférez de navío de la Reserva Naval don Indalecio Llamas Aldaeta, a quien se le habilitó de teniente de navío.

Decir que, un servicio de información, es imposible crearlo de la noche a la mañana, por ello se sufrieron diferentes inconvenientes, aunque en este caso funcionó todo lo bien que se esperaba, a veces no tanto, porque de la exactitud de sus comunicados dependía muy mucho el éxito de los mercantes armados, pero a su vez los servicios de información gubernamentales, sabiendo la presencia de estos, solían dar falsa fechas de salida aumentado así la confusión, a ello se sumaba que Ferrol si disponía de medios de comunicación apropiados, así como el Jefe del Estado Mayor de la Marina en Salamanca, pero en «Terminus» no se contaba con ellos, de ahí que ciertas órdenes, emitidas desde aquí no se recibieran a tiempo en el Estado Mayor, para ser trasmitidas a los buques, o en todo caso a Ferrol, Cádiz o Palma, por disponer en estas bases de buenos equipos, aunque las informaciones eran rápidamente comunicadas, con todo, ello causaba un grave perjuicio a los comandante, los cuales sobre la marcha iban solucionando los problemas.

A mediados de octubre, el servicio de información transmitió: «Garbi, ex Vasco, de 1.220 t., en Rotterdam; Arráiz de 4.538 t., en Newcastle; Cantabria, ex Alfonso Pérez, de 5.700 t., en Londres: Sil de 2.522 t., en Grimsby: El Condado de 3.472 t., en Londres; Juan Astigarraga de 6.100 t., y Bartolo de 5.200 t., en Leningrado; Río Miera de 744 t., en Grimsby; Itxal-Zabal, ex Lolita Artaza de 1.719 t., en Estocolmo.»

Como se ha indicado cada mercante armado iba por separado, por ello intentaremos tratar a cada uno igualmente por la misma razón, a pesar de actuar casi sincronizados en sus cruceros, aunque distantes varios cientos de millas uno del otro, pero a veces dadas las circunstancias casi estaban a la vista.

El 20 de octubre salieron ambos mercantes armados de Santander, el 22 se supo por el Estado Mayor que el Garbi, había encendido máquinas para salir de Rotterdam, por ello se mantuvo cruzando, para intentar dar caza a los vapores El Condado, Cantabria y Río Miera, entre el 29 y 31 siguiente permaneció en la derrota de Grimsby-Skagerrat, por estar a la espera de la llegada del Río Miera, éste fue apresado por el Ciudad de Valencia; sobre las 14:30 en aguas de Skagerrat, divisó al mercante al que se acercó y paso la dotación de presa, tomando el mando el oficial de la Reserva naval don Antonio Ichazo Urquiza, quien intentó poner rumbo a Ferrol, pero el temporal iba aumentado en intensidad, por ello decidió arrumbar a Endem, donde entró por la mañana del 4, al hacerlo se le aplicaron las leyes de guerra, no pudiendo permanecer más de 48 horas.

Pero los inconvenientes eran muchos, el Miera sólo llevaba comida para cuatro días, la máquina estaba medio averiada, porque sólo podía dar dos nudos de velocidad, y para terminar de arreglar el problema, su calado era tan pobre por falta de carga, obligándole sólo a navegar contra el viento, además de necesitar en los dos buques reabastecerse de combustible, y por supuesto nadie de las dotaciones podía bajar a tierra, todo se realizó con alguna ayuda de mecánicos alemanes y el abastecimiento fue normal.

Todo estaba en marcha casi sin problemas, cuando se recibió un comunicado del Estado Mayor, por el cual debían dar la máquina lo antes posible, pues se sabía que el vapor Conde de Zubiría (3.205 TRB.), tenía previsto recalar en Inmimghan (Río Humber) bien el domingo 6 o lunes 7, debiendo terminar la comisión el 8; pero para ello debía de estar preparado para poder salir el Miera, lo cual no estaba del todo claro, pues aún quedaban por embarcar 300 t., de carbón para darle más calado, hablado el problema con las autoridades alemanas, como el Miera no iba armado le autorizaron quedarse.

Como la nueva derrota debía terminar el 8, ambos comandantes quedaron en reunirse el 9 frente al Río Ems por la mañana, para arrumbar en conserva a Ferrol; así el 6 a las 17:00 salía del puerto el Ciudad de Alicante, con derrota a Skagerrat, al medio día del 7 se encontraba en la posición 53º 40’ N y 02º 31’ E, rumbo al 280 con velocidad de 12 nudos.

El Estado Mayor jugaba sus informaciones, por ello cuando el Ciudad de Alicante se encontraba en posición de interceptar al Conde de Zubiría, recibió un nuevo mensaje, señalándole como imperioso interceptar al Itxas-Zabal ex Lolita Artaza, (1.622 TRB.) quien había salido de Copenhague con destino a Burdeos a las 04:00 del domingo 6 con carga de material de guerra, navegando a 10 nudos, esto causaba un pequeño trastorno, puesto que el primero estaba en su derrota de Leningrado a Inmingham, pero se decidía era mejor capturar un buque con armas que otro con mercancías, por ello y cumpliendo órdenes el Ciudad de Alicante varió rumbo, en demanda de Quessant, donde al llegar comenzó a cruzar entre Burdeos y la isla de Yeu.

Mientras el Río Miera zarpaba de Emden el 8 de noviembre al anochecer y sin ampararse a nada, por haber recibido a su vez la comunicación de cambio de comisión del Ciudad de Alicante, puso rumbo a Ferrol, donde entraba el 16 seguido con 150 t., de carbón en las carboneras, muy justo de combustible para cumplir su comisión, pero lo logró.

Tanta era la importancia del Estado Mayor le daba al Itxaz-Zabal ex Lolita Artaza, que al igual que había transmitido al Ciudad de Alicante su importancia, lo hizo con el Ciudad de Valencia, para que entre ambos cubrieran mejor las posibles derrotas, por ello una vez alistado salió de Ferrol el 9 de noviembre a las 21:00 horas, al mediodía del 10 comunicaba al Ciudad de Alicante que, sobre las 02:00 del viernes 11, se encontraría frente al río Gironda (entrada de Burdeos) y desde este punto arrumbaría al Norte con rumbo a Quessant.

En estos momentos ya estaban ambos buques a la caza del Itxal-Zabal, no recibiendo ninguno una nueva posición del mercante buscado, llegando al acuerdo de vigilar cada uno una posible zona, así el Ciudad de Valencia se quedaría en el sector norte, entre la isla de Yeu y Quessant, mientras su compañero al Sur, entre Belle Isle y la Gironda, permanecieron el 11 y 12 cruzando la posible derrota, pero nada encontraron, al medio día del 11 el Estado Mayor informaba al Ciudad de Valencia que, el Itxal-Zabal había retrasado 24 horas su salida de Copenhague, por otra información del 14 de noviembre a las 21:40, de nuevo el Estado Mayor daba como muy posible su arribada a Burdeos el miércoles 16.

Aquí tenemos la muestra de que al saber el enemigo, el funcionamiento de los servicios de información, mentían descaradamente para evitar caer en sus manos, para intentar con este juego que, los buques con destino a la costa francesa, pudieran realizar su cometido lo mejor posible, pues en este caso se supo más tarde que, el Itxal-Zabal, bien informado por otros buques o por otros servicios de información, lo cierto es que no llegó a salir de Copenhague, de ahí el fracaso total de esta comisión.

Así las cosas se le ordeno el 13 de noviembre al Ciudad de Alicante regresar a Bilbao, entrando al siguiente día por la mañana, pasando directamente a Sestao, donde se le embarcaron otras 200 t., de lastre con barras de hierro, el 15 salió rumbo a Ferrol, entrando el 16, pero previamente realizó un atraque en La Coruña, para reabastecerse de combustible, pues en la base no existía esa posibilidad, a su vez sufrió un cambio de estructuras, para cambiar su aspecto, así y al mismo tiempo embarcar víveres para treinta días, y aguada. Es casi increíble que, la base principal no contara con depósitos de combustible, para abastecer los buques; un dato curioso, aunque nada halagüeño por la dejadez política.

Mientras se encontraba en esta puesta a punto, su compañero el Ciudad de Valencia, recibió una felicitación del Caudillo, en la que entre otras cosas decía: «…dureza de la campaña realizada y la confianza depositada en el buque del que se esperaban nuevos éxitos», pero con esto se olvidaba del Ciudad de Alicante, (algo muy normal por quien estaba al mando cómo Generalísimo, en lo referente a la Marina) quedando un agravante comparativo para el comandante y dotación de éste buque.

Dejando de lado el éxito del Ciudad de Valencia, con el apresamiento del Río Miera y Cantabria, la presencia en aquellas aguas de ambos cruceros, había causado un gran trastorno y pérdidas, no siendo conocidas hasta mucho más tarde; así la motonave Sil, tan buscada por el Ciudad de Valencia, se refugió en Christiansand (Noruega), puerto del que no volvió a salir durante toda la guerra, sólo cuando faltaban unos días para finalizar, pudo hacerse a la mar; el Guernica (3.109 TRB.) estuvo realizando viajes entre Leningrado y Reino Unido, enarbolando bandera de la URSS, hasta que por miedo a ser hundido, por la presencia de los dos mercantes armados nacionales, navegaba tan cercano a la costa que embarrancó en los bajos de Vinga, en la entrada Göteborg y cercano al puerto de Niddingen (Suecia), lo que permito saltar a tierra a toda la dotación, pero el barco se perdió.

El Bartolo, (3.118 TRB. y 5.500 t. de carga) huyendo de los cruceros entró en Bergen (Noruega), sólo pudo salir y arribar a Inmingham, en Gran Bretaña, donde quedo internado, siendo devuelto al finalizar la guerra al restablecerse las relaciones diplomáticas; el Manucho (3.118 TRB. y 5.500 t. de carga) hermano del Bartolo, sabiendo la presencia de los cruceros, en su viaje entró en Bergen (Noruega) en diciembre de 1938, navegando con bandera de la naviera Anglo Soviet, puerto del que no salió hasta ser devuelto a España; de la misma naviera, estaba el Juan Astigarraga (3.569 TRB., y 4.300 t. de carga), quien se refugió en Sheernes –estuario del Támesis- desde mayo de 1938, donde permaneció hasta finalizar la guerra.

El Candina (3.587 TRB. y 4.300 t. de carga), habiendo realizado varios viajes a este puerto, con carga de hierro, en manos de la Naviera Bidasoa, quedando internado por temor a ser hundido por los mercantes armados; el Josiña, (3.314 TRB. y 4.800 t. de carga) entró por miedo a ser apresado en Bergen (Noruega), quien navegaba con el nombre falso de Josito y Cabo Quintres, (que a veces se les confunden por el cambio de nombre) donde quedo hasta finalizar la guerra; el Arrdiz (4.537 TRB. y 7.600 t. de carga), quedó internado hasta finalizar la contienda en el puerto de Christiansand (Noruega); el Vasco (1.200 TRB.), haciendo compañía al anterior. Cómo se puede comprobar, muchos no pudieron ser apresados por los cruceros, pero su vida útil quedo mermada por su presencia, demostrando fue un acierto la decisión del mando de activar, a estos mercantes armados.

Quedó listo para salir el 25 de noviembre, a pesar de estar previsto fuera el 28, se hizo a la mar desde Ferrol con rumbo Skagerrat, con la comisión de siempre, tratar de interceptar a cualquier mercante en manos gubernamentales, en aguas del mar del Norte, pero al salir de puntas se encontró con una mar muy movida, sobre todo al doblar el cabo Prior y estando en rumbo 024, un golpe de mar lo dejo atravesado al mar, dando bandazos de hasta 47º, ante la imposibilidad física de poder mantener su rumbo a Quessant y evitar mayores problemas, su comandante dio orden de virar, lo que llevo su tiempo y regresar a Ferrol donde entró a las 14:15, de los golpes de mar visitaron la enfermería dos heridos leves y cuatro contusos, esto a pesar de ser una dotación ya fogueada.

Mientras se encontraba en puerto, se recibió la orden de salir en cuanto mejorara el estado de la mar, con la intención de capturar Itxas-Gane, ex Delfina, además de cambiarle la zona a vigilar, al mar de Irlanda, pero al día siguiente, se le comunicó estar anulada la orden anterior y seguir con la inicial ordenada. Aclarado el tema, en la madrugada del 27 de noviembre, salía de nuevo al mismo rumbo y zona, pero la mar del NW continuaba dando problemas, pues ahora se añadían fuertes chubasco del SW, no se arredraron y continuaron a rumbo, por ello el 28 embocaban el Canal de la Mancha con rumbo al 064.

En las singladuras del 29 ya se encontraba en pleno mar del Norte, con temporal duro del SW, por la tarde se cruzó con el acorazado HMS Royal Oak, al que saludo enarbolando bandera de Noruega, en la mañana del 30 se sufrió una avería en el motor de estribor, obligando a incomunicarlo durante una hora y media, sumándose la necesidad de comunicarse a la voz a media tarde, por abatir sobre Horn-Rev, situado a la altura de la mediana de la península de Jutlandia.

El 1 de diciembre a las 12:00, se encontraba a 5 millas al Norte del faro de Hirshals, extremo Nordeste de la península de Jutlandia, a unas 11 millas al 240 del Skagen, donde comenzó a visionar el horizonte y vigilar el paso de buques mercantes, los 1 y 2 el Estado Mayor transmitió la entrada del Manucho, Luchana y Candida en Bergen, y el Garbi, ex Vasco en Christiansand, todos procedentes de Leningrado, además de otro no identificado, por lo que eran cinco los buques presentes en aquellas aguas, razón por la que varió rumbo para vigilar estos puertos, la singladura fue con niebla cerrada hasta las 21:00, al despejar puso rumbo a la derrota Bergen-Battray-Head y Christiansand-Támesis, pero con la orden expresa de hacerse ver en las costas noruegas.

De nuevo el 5 seguido se vio obligado a abandonar su derrota, por el duro temporal del SW, por ello trato de mantenerse y buscar abrigo al socaire de la misma península de Jutlandia; el temporal fue tan duro, que se llegó a tener escoras de 50º con vientos del SW, hasta conseguir doblar el Norte de Jutlandia en dirección a NE, de hecho, se destrincaron las cajas de municiones de la ametralladora, unas se destrozaron y otras se fueron por la borda al mar, de estas fueron 270 los proyectiles perdidos, lo mismo ocurrió en el portalón de babor y el carretel de las estachas del castillo, de resultas de todo estos destrozos y tener que volver a trincarlos, seis hombres resultaron lesionados, además de padecer un gran esfuerzo extra para toda la dotación.

Por todo ello entre el 5 y 11 de diciembre, el dichoso temporal y cerrazón, le impidió verificar su cometido de vigilar el tráfico, pues se mantuvo hasta que amainara en la posición mencionada, a ello se sumaba que la onda de comunicaciones era la misma para los dos bandos, por ello sólo se comunicaban a las 06:00 y 18:00 con el Estado Mayor, pero si sabían que, en las cercanías se encontraba algún otro mercante, no podían conectarse, para evitar fueran detectados por quienes no era conveniente.

Sí recibieron mensajes del Estado Mayor de la Marina, en los que de nuevo daba por seguro la estancia de los buques Itxas-Zabat, Sil, Garbi, Neptuno y Arraiz en Christiansand y los Josiña, Baurdo, Manucho, Candina y Luchana en Bergen, más otro con referencia al Itxaz-Game ex Delfina, quien proveniente de la URSS, no había entrado en Bergen donde se le esperaba; siendo muy posible navegara con rumbo de arribada a Bristol, como más tarde se confirmó.

El 8 de diciembre el Estado Mayor ordenaba al mercante armado dejarse ver por Christiansand, pero siempre dejando al comandante en libertad de acción, al amanecer del 11 de diciembre la mar parecía dejar de estar alborotada, por ello arrumbó al faro de este puerto, de forma que dejaba patente la vigilancia de la escuadra nacional, dejándose ver en la farola de la isla de Okso, es la que señala la entrada a Christiansand, al encontrase a tres millas de este faro, enarboló la bandera nacional y el gallardete del comandante, por ser la visibilidad excelente realizó casi unas maniobras a su gusto, variando de rumbo y dejando claro cuáles eran sus intenciones, en caso de que algún mercante se hiciera a la mar, permaneció en esta actitud hasta las 14:00, variando en cuanto supo no era visto desde tierra, arrumbando al Támesis.

Tras una hora al rumbo citado, viro al 280 y a 12 nudos de velocidad, mediada la tarde arrumbó al 308 y al llegar de nuevo a la costa noruega, la barajó con rumbo al N. justo en ese momento la mar volvió a gruesa y el viento duro del S.E., el 12 seguido desde el Estado Mayor se comunicó a ambos cruceros que, los comandantes quedaban en libertad de movimiento, por conocerse las dificultades que presenta la mar tan alterada, por ello si lo consideraban necesario, podían entrar en Wilhemshaven para rellenar combustible y víveres, previo aviso al Agregado Naval en Berlín, precisamente el embajador era el Almirante Marqués de Magaz y el Agregado Naval el capitán de corbeta don Manuel Espinosa Rodríguez, quien curiosamente tomó el cargo en octubre del 1938 y se mantuvo en su puesto hasta el final de la II Guerra Mundial, como era más que propio al ser ambos marinos, pocos problemas pondría Berlín para solucionarlos.

El comandante con excelente criterio, no se quedó conforme con la orden recibida, pues nada se le decía que hacer sobre el puerto de Bergen, por ello puso rumbo a él, pero al estar cerca había anochecido, flanqueó las farolas de Feye y Halmengra, recalando al día siguiente el 13 de diciembre a las 07:00, y desde las 08:00 hasta treinta minutos más tarde, permaneció voltejeando a tres millas de distancia, eso sí, con la bandera y el gallardete ya mencionados enarbolados, para que nadie se llamara a error de cálculo, al concluir puso rumbo a la entrada Sur del mismo puerto, frente a la isla de Morsten, comenzando su ir y venir entre las 12:00 y las 13:15, cuando varió rumbo a la costa Sur, que por tener la mar de proa, se vio obligado a bajar la velocidad a 10 nudos, sobre las 18:00 se encontraba al EW con la farola de Utsire (entre Bergen y Stavanger), pasando al rumbo 170 con viento duro del SE y mar gruesa, lo que le obligo de nuevo a bajar la velocidad a 7 nudos.

El 14 era cerrado con agua y poca visibilidad tanto que, sólo le permitía navegar a 5 nudos, a las 14:45 se encontraba a la altura de la farola de Naze (a unas 30 millas al O. de Christiansand) al estar en posición NS de ella, varió rumbo para a las 18:00 para cortar la derrota de Christiansand-Támesis, comenzando a cruzar a muy baja velocidad, al poco tiempo se averió la dinamo de estribor, no pudiendo terminar de repararla hasta el día siguiente por la tarde; las complicaciones aumentaron, pues el temporal cargaba ya casi atemporalado, y las previsiones no eran de mejorar a corto plazo, impidiéndole mantener el rumbo marcado, por todo ello el comandante ordeno navegar para buscar el abrigo de la isla de Jutlandia, lográndolo el mismo 15 a las 18:00 horas, el 16 sobre las 15:00, mejoró el temporal lo que aprovechó el crucero para reanudar su vigilancia en la derrota de Christiansand-Támesis, permaneciendo unas horas a la altura de la isla de Okso.

Por la noche recibió la orden de regresar a Ferrol, cuando ya se encontraba cinco horas al rumbo 160, a 11 nudos, otro radiograma urgente, éste recibido en la madrugada del 17, por la que se le anulaba el anterior y ordenaba fondear en Heligoland, para rellenar combustible y víveres, pero con rapidez y en cuanto estuviera en condiciones de salir, cruzar en la derrota de Christiansand-Támesis, por haberse recibió la noticia, por la que un delegado del Gobierno de la República, se encontraba en Bergen para obligar a todos los mercantes se hicieran a la mar de todos los puertos noruegos, así al menos alguno llegaría a su destino. (Siempre pidiendo el sacrifico a los demás, pero no para ellos.)

Pero mientras navegaba con rumbo a Heligoland, el comandante intentó comunicar con el Agregado Naval en Berlín, sin obtener resultado, navegaba al EW de la punta Hanstholm (punto de inflexión del perfil de la costa, de la isla de Jutlandia, entre sus direcciones NS y NE), a su vez comunico al Estado Mayor, le fueran entregadas cartas de navegación de la zona, porque a bordo no existía ninguna y no era cuestión baladí navegar sin ellas, por ello y como respuesta, se le comunicó al comandante variar rumbo a Wilhemshaven, así el mercante armado el 18 a las 15:00 se encontraba a la altura del faro de Wesser, donde embarcó el práctico, quien lo llevó por el Río Jade y tras dos horas y media, llegaron a un muelle donde se le recargó de víveres y combustible, pero sin llegar al puerto de destino, el mismo Comandante en sus escritos, recalca lo mal que se encontró en esta recalada, como si nadie le quisiera dar nada que no fuera lo encargado desde el Estado Mayor.

De hecho la enfermería del buque estaba llena, por razones obvias de las bajas temperaturas, pues en esos momentos se estaba a 16º bajo cero y la falta de ropa de invierno agudizaba el problema, para terminar de arreglar el panorama, se produjo una rotura de la bomba del aljibe de abordo, por ello sólo se pudo embarcar 50 t. de agua, mientras que el combustible y víveres, se hizo mediante una barcaza, realizando el trabajo pero muy lento y cansado, una vez concluido todo, el 19 a las 20:15 el práctico, quien no había desembarcado, dio la orden de poner en marcha los motores y arrumbar a Barkum-Riv (a poniente de Wesser, y a unas 45 millas de Emden), para completar el panorama, estando en estos trabajos, el comandante recibió un radiograma del Estado Mayor, comunicándole la posibilidad de que un submarino soviético, estuviera a la espera en aguas internacionales, entre Escalda y Wielingen en la costa belga en el Canal de la Mancha, para tratar de hundir al crucero; pero nada más se decía, por lo que no se sabía si era cierta o no la noticia, a su vez el comandante envió otro radiograma, comunicando regresaría a la derrota Christiansand-Támesis, por no recibir ninguna contra orden, al desembarcar el práctico puso rumbo a continuar su comisión.

El 20 seguido se encontraba a rumbo en la derrota prevista, en esos momentos estaba NS con Barkum-Riv, pero en la madrugada comenzó una fuerte nevada, por no estar en condiciones el gonio, decidió el comandante salir de esta derrota, por serle imposible divisar más allá de los 200 metros, al anochecer, cuando se encontraba a 10 millas al E. de Lowestorft, de nuevo el Estado Mayor le ordenaba regresar a Ferrol, en cumplimiento de la orden embocó el Canal de la Mancha a 11 nudos, pero la mar gruesa con sus grandes bandazos y embarcando agua que, le impedía desalojar con facilidad, por ser muy seguidos los golpes de mar, sólo le permitió navegar a 3 nudos, el viento y la mar lo abatían sobre la costa francesa, visto que no había otro remedio, el comandante ya el 23 dio orden de virar al 340, con la intención de pasar a Quessant, la cual y por fin pudo situar con el gonio, a las 14:00 navegando al 090, por la tarde comenzó a mejorar el tiempo, al hacerlo aumento la velocidad, lo que le llevó al mediodía del 24 de diciembre a avistar la Estaca de Bares y Ortegal, prosiguiendo en su rumbo entraba en Ferrol a las 16:00.

Unas horas antes, cuando el Jefe del Estado Mayor de la Armada, vicealmirante (recordar que éste era el más alto grado durante la República, pero no se cambió a los grados anteriores, hasta finalizar la guerra, con ello es patente que, la graduación no era en principio de un gran interés del Generalísimo, era muy obvio, tenía otras cosas más importantes en que pensar) don Juan Cervera Valderrama, supo la mejoría del tiempo e intentar corregir el error por olvido, envió un radiograma al comandante, diciendo: «Agradecía…por el espíritu y celo demostrados en el cumplimiento de su dura y penosa misión», felicitación que fue recibida y trasladada a la dotación, dejando un buen sabor de boca en todos ellos.

Había estado en la mar un mes completo (es muestra clara la ampliación de los depósitos de combustible) y no en muy buenas condiciones, como ya se ha comentado, pero de todas ellas como otrora los marinos de España, supo salir de los agobios y terminar cumpliendo las órdenes recibidas.

A su llegada el comandante Aubarede, dejo muy claro a sus jefes que en esas condiciones era prácticamente imposible cumplir nuevas misiones, en mar tan frio y normalmente alterado, por ello reclamó varias reformas en el buque, para facilitar la vida a bordo y así él poder exigir el 100% a sus hombres, de lo contrario era una irresponsabilidad total y absoluta, tratar de imponerse cuando por el frío, ni siquiera podían llevar su mano a la gorra para saludar, lo que fue tomado en cuenta, por ello se le instalo calefacción al menos en las camaretas, se les dotó de más mantas y ropa de abrigo, porque con sólo una prenda era imposible ni siquiera poderse cambiar, máxime si una rociada de mar le había envuelto, esto más el frio era causa segura de enfermar, por ello se le instalo un gonio en condiciones, a su vez el Estado Mayor por iniciativa del comandante, fue rectificado su armamento de situación, logrando mejor estabilidad y mayor sector de fuego, quedando para su nueva comisión con un cañón Vickers de 101’6/50 mm, un Vickers de 47/50 mm y una ametralladora Breda de 13’2 mm, con estos trabajos pasó el fin de año en puerto.

El Ciudad de Alicante ya mejorado para desempeñar su comisión, fue reabastecido para comenzar su tercer crucero por el mar del Norte, saliendo el 5 de enero de 1939 de Ferrol, con rumbo al Canal de la Mancha. Como ya se veía en el horizonte el fin de la guerra, los gubernamentales intentaban escapar de los nacionales por cualquier medio, así supo el Estado Mayor de la salida de Reval a El Havre o Burdeos, del vapor panameño Fina, ex Patria, activándose de nuevo la alarma en los tres buques.

Las prioridades se aunaban, por ello el Ciudad de Alicante recibió la orden del Estado Mayor, de zarpar a patrullar por el Cantábrico llegando a Luarca, para impedir la fuga de trescientos mineros por la ría de Villaviciosa, permaneció 24 horas en esta comisión, pero no pudo localizar lo que se le demandaba, obligándole a regresar a Santander el 17 por la noche.

El Estado Mayor confirmó en el mando en Jefe de los tres buques al comandante del Ciudad de Valencia, quien desplego sus fuerzas para interceptar al Habana, (se expandió a los 360 grados del Orbe que este buque había embarcado niños en la zona gubernamental, saliendo de Burdeos con rumbo a América), mientras llegaron nuevas comunicaciones, confirmando que el mercante no llevaba niños, sino a dos mil quinientos brigadistas, más obras de arte, oro y plata, y muchas alhajas de las decomisadas por el gobierno de Barcelona, demostrándose la mentira extendida de llevar a niños, (años más tarde alguien hablaba de los escudos humano, pero esto no fue inventado por ellos, sino por estos) una falsedad propia de quienes se escondían detrás de la verdad, para intentar salir libres de las atrocidades cometidas y con los bolsillos llenos.

El Ciudad de Valencia abandonaba Santander el 23 a las 00:00, al terminar de ser repostado de víveres y combustible, el Álava, al terminar de repostar combustible se hizo a la mar, con rumbo a la desembocadura del Gironda, mientras que al Ciudad de Alicante, le llegó la orden al amanecer del 22, cuando se encontraba en el paralelo de Saint Nazaire, virando para estar el mismo día al anochecer en el través de El Havre.

En el puente del Ciudad de Alicante se encontraban los vigías con sus prismáticos, pues la niebla impedía poder ver poco más allá de su posición, gracias a estos en ese momento se divisó, a unos 200 metros un humo a ras de agua que, cruzaba con rapidez a rumbo de colisión, dando la orden el comandante Aubarede, de caer a babor, de esta forma evitó ser el blanco, quedando por unos momentos paralelo al artefacto, y transcurridos unos minutos, se quedó a su popa, no en balde el comandante era un experto en el mando de sumergibles, por ello supuso que casi seguro era un torpedo, señalando en su informe que: «…bien estaba en la última fase de su recorrido o que muy bien podía estar quemando mal su combustible propulsor», sabedor de esto lo notifico inmediatamente al Estado Mayor de la Armada, para que a su vez lo comunicara a sus compañeros de comisión, pero al concluir la primera, la envió al Ciudad de Valencia, como aviso para permanecer muy atentos. A su vez el Estado Mayor, confirmo que un sumergible soviético se encontraba en la zona, por estar protegiendo las bocas del Escalda y Wielingen, por esta noticia era muy probable fuera un intento de hundir al mercante armado.

El Ciudad de Alicante continuó su crucero sobre el Estrecho de Dover y Canal de la Mancha entre el 23 y 29, reconociendo el tráfico marítimo muy elevado en la zona, para tratar de pasar desapercibido por la noche navegaba totalmente a oscuras, pero a su vez por esto mismo, se añadía la gran dificultad de tener que evitar abordar a algún buque, por estar casi rodeado de varias decenas de pesqueros faenando en esas aguas.

Junto al Ciudad de Valencia permaneció cruzando las aguas de Quessant, mientras el Álava permanecía en sus aguas el 25, pero el 26 forzosamente tuvo que ponerse a la capa, pues el temporal aumento su intensidad, siendo el viento del WSW; calmado algo el viento se mantuvo hasta el 28 de enero frente a la Gironda, por recibirse un radiograma éste mismo día a las 20:00 horas del Estado Mayor, comunicando que el Fina había entrado en El Havre el 25, con ello se daba fin al intento de interceptarlo, recibiendo la orden el Ciudad de Valencia y Álava de regresar a Santander, donde entraron el 30 de enero.

El 29 de enero el Ciudad de Alicante paso al mar del Norte, ahora se encontraba en Noruega un agente nacional, era el teniente de navío D. Mariano de Urzáiz y de Silva, duque de Luna, quien mantendría al comandante del crucero al día de los acontecimientos en la zona, no en balde se estaba informando de los buques refugiados en Bergen y Christiansand, para conocer sus intenciones.

Al alcanzar aquellas aguas se le notificó la presencia del vapor Candina, (3.587 TRB.) cuyo capitán estaba a favor de los nacionales, al darse cuenta de ello desde Valencia se le relevó del mando, cuando el 30 a las 00:00 horas el mercante armado se encontraba a 27 millas de la isla holandesa de Terschelling (isla muy importante del archipiélago de las Frisias Occidentales, algo al norte de Amsterdam) navegando al 020, variando rumbo a Pentlan Firth (extremo septentrional de Escocia, en el estrecho entre ésta y las islas Orcadas) con la intención de interceptar al vapor, por saberse había salido de Bergen el mismo día 30, a las 17:00, ya de madrugada se recibió un nuevo mensaje del Agregado Naval en Berlín, quien aseguraba que el teniente de navío Urzáiz se encontraba en Bergen, con la intención de entregar el Candina al mercante armado, cuando ya estuviera en aguas internacionales, por esta noticia se debía apresurar para encontrase, en las proximidades a Kors-Fiord, salida Sur de Bergen.

De nuevo al parecer el mercante aplazó sus salidas sucesivamente, por ello se mantuvo a la espera cruzando sobre Kors-Fiord a 8 millas de la costa, los días 30 de enero y 2 de febrero, cuando el 3 recibió la notificación de la salida del Candina el 2 a las 23:00 de Bergen, no lo dudo el comandante, ordenando un rumbo de colisión el mismo 3 a las 01:00, para cortar la derrota del mercante entre Bergen-Pentland Skerries (Escocia), pero a las 21:00 del mismo día, el Agregado Naval en Berlín, comunicaba que el Candina al salir había sufrió una avería en su motor, (no sabemos si intencionada o no) obligándole a ser remolcado para su atraque y, tardaría entre 3 y 4 días en repararla, a su vez que el capitán había sido sustituido por el segundo de abordo, siendo conveniente que el mercante armado no se dejara ver durante unos días.

El 3 se alejó algo de las rutas normales, permaneciendo en ellas el 4 y 5, el 6 por fin el Agregado Naval en Berlín, preguntaba al Ciudad de Alicante, durante cuánto tiempo podría permanecer en aquellas aguas, se le respondió que hasta el 13 de febrero tenía víveres, pudiendo mantenerse hasta el 10 si era repostado en Emden, y si no era así, sólo hasta el 8, por estar obligado a regresar a su base; mientras continuaba la duda de si podría ser reparado el Candina el 8 a primera hora y si saldría inmediatamente o no.

El Estado Mayor de la Armada ordenó al mercante armado, el 7 a las 20:00 horas, poner rumbo de regreso, al encontrarse en demanda del estrecho de Dover, recibió nueva orden, era la de hacer recalada sobre Pasajes, para embarcar prisioneros de un campo de concentración, para transportarlos al Sur de la península, el 12 atracaba en el puerto mencionado, donde embarcó a los prisioneros, para cumplir su última misión como a tal crucero en corso.

No obstante en esta comisión y llegada a Pasajes, había batido el récord de permanencia en la mar, pero tanto el comandante como la dotación, no estaban satisfechos por no haber capturado el mercante, a pesar de los sufrimientos pasados en las aguas del mar del Norte, a su favor estaba (se supo más tarde) que el buque quedo internado sin poder moverse, siendo recuperado meses más tarde de finalizar la guerra.

A su vez, quedó patente que la presencia de los dos cruceros en el mar del Norte, obligó a muchos mercantes a quedar atracados, impidiendo con ello al gobierno de la República, recibir todo el material necesario para intentar prolongar la guerra, como se trataba de hacer, pues en todos los Servicios Secretos era sabido que a no tardar, Europa estaría en guerra, como se demostró (por lo escrito por el Almirante don Juan Cervera Valderrama) en la reunión de los gobiernos de Reino Unido y Francia en la conferencia de Chambelain el 25 de noviembre de 1938, precisamente por el «clamor que produjo la actuación de estos barcos.»

Una de sus últimas comisiones, fue acudir a Ferrol, Cádiz y Palma, para ir reuniendo las dotaciones destinadas a embarcar en los buques gubernamentales, huidos de Cartagena a Bizerta, para ser devueltos a España, de Ferrol salió el 3 de marzo, entrando en Cádiz el 5 seguido, saliendo de éste con rumbo a Palma, donde entró el 11 siguiente, desembarcando los efectivo embarcados en ambos puertos, al estar listo recibió la orden de regresar a Ferrol, entrando el 23 desembarcando un batallón de efectivos del ejército, este fue su último servicio, por quedar amarrado y a la espera de ser desarmado, al concluir su acicalado como lo era antes, fue devuelto a la compañía Trasmediterránea, su propietaria.

Bibliografia: Para leer clicar sobre ella.

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Ciudad de Mahon-General Berenguer

Posted By on 3 de abril de 2022

Ciudad de Mahón. Todo-Avante. Trasmediterránea.

Construido por Echevarrieta y Larrinaga en Cádiz. España, 1931.

Desplazamiento: 2.150 t. Dimensiones: Eslora 67’50 por 11’04 de manga y calado de 4’50 metros. Máquina: Motores diésel a gasoil, de 2.325 C.V. Velocidad: máxima 15’2 nudos.

Era un correíllo de Trasmediterránea, bautizado como General Berenguer, al instaurarse la República se le cambio el nombre por el que se le cita aquí.

Al producirse el alzamiento se encontraba en Las Palmas de Gran Canaria, por ello al principio no supo nada de la guerra porque en las islas, no hubo tal, sólo pequeños grupos que fueron reducidos en las diferentes islas del archipiélago.

Fue armado en el mismo puerto, con un cañón Vickers de 101’6/50 mm, procedente del cañonero Canalejas, más otro un Armstrong/Elswick de 76’2/50, del guardacostas Arcila y una ametralladora Rheinmetall de 20 mm, a mediados de septiembre de 1936, le fue cambiado el nombre para esta comisión por el de Ciudad de Macao.

El 25 de septiembre se nombró su comandante el teniente de navío D. Fernando Balén García, el 4 de octubre embarcaron dos compañías de Infantería, una sección de ametralladoras, un Tabor de tiradores de Ifni y una batería de artillería de cuatro cañones ligeros, sumando en total 448 hombres, destinado a pacificar la Guinea, saliendo el mismo día con rumbo a su destino, por ello pasó a Villa Cisneros, teniendo un enfrentamiento con los mercantes a favor de la República, Viena y Clavijo a los que apresó, continuando su navegar hasta Guinea.

Donde estaba presente el mercante gubernamental Fernando Poo, (el más moderno de la flota de Trasmediterránea), al llegar a Santa Isabel, confirmó que ésta estaba por los sublevados, dejando parte de la tropa para asegurarla, puso rumbo a Bata enarbolando bandera francesa, donde el 14 de octubre divisó al Fernando Poo, al verlo se cambió la bandera, y se lanzó un bote para tomar el mercante, pero al estar cerca recibió fuego de fusilería, tanto desde el barco como desde tierra, por estar a unos 100 metros de ella, ante esta reacción se ordenó abrir fuego con la artillería, causándole un incendio, varias vías de aguas y varios heridos, y por desgracia uno de los proyectiles ocasionó la muerte de tres frailes y un civil, quienes estaban presos de los gubernamentales, enarboló bandera de rendición y se enviaron varios botes con tropas, fueron capturados 40 hombres, pasando a las bodegas, mientras tanto el Fernando Poo escoró violentamente a su banda de babor, arrastrando con él a varios presos y seis marineros canarios, desembarcando las tropas se ocuparon sin resistencia, en Bata, Kogo y Benito, y el resto del territorio, escapando varios gubernamentales, por conseguir pasar a zona controlada por Francia, algunos de ellos lograron llegar a éste país y de aquí pasar a la España gubernamental.

Regreso a Santa Isabel para saber de primera mano como estaba la situación, pero estaba garantizada su seguridad, al confirmar estar segura salió con rumbo a Las Palmas, donde al llegar desembarco los prisioneros y otros pasaron a ser atendidos por el personal sanitario. La intranquilidad en la Guinea fue producida por la salida con rumbo a la península del crucero Méndez Núñez, al tomar el mando del crucero los miembros de los sindicatos, anarquistas y sovietizados, quienes en vez de permanecer y asegurar aquel trozo de España, prefirieron huir en busca de mejor apoyo.

De Las Palmas arrumbó a Cádiz, donde se le cambio el armamento por dos cañones Vickers de 101’6/50 mm, entregando el mando al capitán de corbeta D. Alejandro Mac-Kinlay de la Cámara, pasando a dar protección a los mercantes nacionales, quienes arrumbaban normalmente a La Spezia, para embarcar de todo los necesarios para la guerra, así como a veces con tropas del C.T.V., que bien regresaban a su país o venían destinados a este cuerpo, hasta poco antes de finalizar la guerra, el mismo mercante armado también contribuía al transporte de estos efectivos.

Por necesidades del servicio, el 18 de julio de 1938 tomó el mando el capitán de corbeta D. Carlos Pardo y Pascual de Bonanza, quien permaneció como su comandante hasta finalizar el conflicto. Pero al mismo tiempo, cuando éste servicio citado contaba con más buques, era siempre el que navegaba con todo tipo de pertrechos de boca y guerra, saliendo siempre de Las Palmas de Gran Canaria, con destino a los territorios españoles de Guinea Ecuatorial, en ello se mantuvo en servicio hasta finalizar la guerra, pero esta ruta por su inexistencia estratégica, en el caso de la guerra civil, no tuvo mayor renombre por falta de apresamientos y formar barreras, pasando a ser desarmado y entregado a su propietario, la compañía Trasmediterránea.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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Ciudad de Palma-Príncipe Alfonso

Posted By on 1 de abril de 2022

Ciudad de Palma. Trasmediterránea. En armamento.

Construido en Cantiere Navale Triestino di Monfalcone. Trieste. Italia, 1930.

Desplazamiento: 5.560 t. Dimensiones: Eslora 101’52 metros, por 14’93 de manga y calado de 5’78 metros. Máquinas: Motor diésel de 6.200 CV. Velocidad: máxima 12 nudos.

Construido para Trasmediterránea, siendo bautizado Príncipe Alfonso, su nombre fue cambiado por el éste historial, al proclamarse la II República.

Se encontraba en Palma de Mallorca al producirse el alzamiento, pasando por ello a poder de los sublevados, siendo armado con rapidez con lo disponible que no era mucho, participando en la toma por los alzados de las islas de Ibiza y Formentera, regresando a Palma; por mediación del capitán de corbeta italiano Margottini, al mando de destructor Niccolo Zeno, quien se encontraba en Palma de visita, se decidió enviarlo para ser armado a La Spezia, entregándole el mando al teniente de navío D. Álvaro Urzáiz y de Silva.

Zarpando a las 19:00 del 5 de septiembre de 1937 con rumbo a La Spezia, para ser recorrida la máquina y se le armó correctamente con dos cañones Armstrong de 120/45 mm y dos Armstrong (Ansaldo) de 76’2/40 mm y dos ametralladoras Scotti de 20/70 mm Mod. 1938, se realizaron unos cortos ejercicios de fuego, para comprobar que todo estaba en su lugar, saliendo el 10 seguido con rumbo a Palma, siendo nombrado su comandante el capitán de corbeta D. Indalecio Núñez Iglesias, pero para no ser interceptado por los gubernamentales, se le renombro Ariadne, al entrar en su puerto base se le volvió a renombrar por su nombre inicial, quedando destinado en la misma Palma, y enviado a patrullar las aguas entre Sicilia y Favignana, al regresar se le destino a patrullar el Estrecho, al quedar casi limpio de enemigos, el mando ordenó pasase al Cantábrico.

El 24 de marzo de 1937 salió de Ferrol con destino a Pasajes, reforzando con su presencia las pocas unidades navales allí existentes (como otros varios de estos buques), el mismo día por la noche se le ordenó salir y reunirse con los buques en la mar salidos de Ferrol, eran el acorazado España 2º al mando del capitán de corbeta D. Pedro Nieto Antúnez y el destructor Velasco, esta fuerza se mantuvo cruzando sobre la costa enemiga, a unas 30 millas de tierra y otras iguales de distancia ente sí, para así (era la época pre-radar) poder vigilar más millas, y al mismo tiempo se cubría la posible intención de entrar mercantes, entre Santander y Bilbao, realizando por su mayor velocidad misiones de aviso, al anochecer del 25 un serviola del acorazado, aviso de la cercanía de una vela de un sumergible, por ello comenzó a zigzaguear, siendo conocido por los tres buques el posible avistamiento, acudiendo en demanda a la zona, pero pasadas unas horas, nada más se pudo afirmar sobre este supuesto sumergible, (el gran problema era la falta de dotaciones con experiencia).

El despliegue siempre se hacía con el acorazado en el centro, el destructor Velasco a proa, y a popa el de este historial, de forma que pudiera acudir lo antes posible ante cualquier amenaza, para dar protección a estos buques con mucho entusiasmo, pero con poco poder militar, el 26 se avistó al vapor Jaime Girona gubernamental, cuando intentaba entrar en Santander procedente de Gijón, con carga de carbón, por evitar la captura se acercó tanto a la costa que, varó en el cabo Mayor, pudo salir de la varada en la pleamar y entrar en Santander, donde se hundió hasta tocar fondo, quedando a flor de agua la cubierta de botes.

Continuó el grupo en su vigilancia, con sus diversas vivencias como siempre ocurre en la mar, la más notable ocurrió el mismo día 26, dado que el destructor advirtió sufrir un fallo en su máquina, acercándose el acorazado para darle escolta a Pasajes, donde entro para reparar, por la noche el Ciudad de Valencia apresó al mercante Eretza-Mendi, dejándolo en Pasajes, el 27 siguiente se incorporó el bacaladero armado Galerna, entre éste y el Ciudad de Palma, reconocieron varios buques, en la noche del 28 radio Santander transmitía, a todos la presencia de ellos en sus aguas, noticia que a buen seguro obligo a algunos mercantes británicos, reconocidos la noche anterior a entrar en puerto, a su vez el 30 la misma emisora ponía en conocimiento que, el destructor José Luis Díez gubernamental al mando del capitán de corbeta D. Horacio Pérez y Pérez había salido de Burdeos, inmediatamente el comandante del acorazado marcó los puntos de reunión, para todos los suyos a unas 30 millas al Norte de cabo Mayor, con el fin de alejarlos del peligro hasta su llegada.

Al amanecer del 30 el Ciudad de Palma se encontraba próximo a la costa de Santoña, siempre en busca de buques que pudieran romper el bloqueo, al recibir el mensaje del acorazado arrumbó al punto marcado para su buque, justo al llegar a la demarcación se encontró con el Ciudad de Valencia por su aleta de babor, quien también se dirigía al mismo lugar, pero al mismo tiempo perdía de vista al acorazado por su aleta de babor, por estar éste parado al tener que reconocer un pesquero abarloado, en ese momento avistó en demora Norte un destructor desconocido, porque el comandante del mercante armado, veía que se parecía a los nuestros, pero era británico, por llevar el palo de mesana más corto, (única diferencia, pero sólo conocida por los oficiales del cuerpo) aunque su Segundo teniente de navío D. Álvaro de Urzáiz y de Silva, le indicó era el José Luis Díez, pero no le hizo caso, lo que más tarde le daría la razón.

El Ciudad de Palma, quien no había recibido el mensaje de la presencia del destructor gubernamental y sólo el del anuncio anterior, metió caña a estribor, pero la mantuvo poco tiempo, porque a las 06:10 el destructor (desconocido) disparó sobre él, inmediatamente se ordenó zafarrancho y viro 180º a estribor, para poder acercarse lo máximo al acorazado, éste a su vez se había apercibido de la presencia del enemigo, pero el destructor después de efectuar el disparo, viro a estribor manteniendo su anterior derrota, esta maniobra desconcertó al comandante del mercante armado, por llegar a convencerse que había sido un reflejo del amanecer (el disparo), pues no era propio que si quería hundirlo abandonara el rumbo de persecución, pero lo que no sabía el destructor, es que de mantener el rumbo actual se encontraría con el España 2º, el comandante del Ciudad de Palma, se mantenía en la firmeza de ser un buque de la Royal Navy, porque de ser el gubernamental, no entendía ese proceder pues él estaba «en situación táctica francamente peligrosa y muy desfavorable»

A las 06:08 el acorazado se encontraba bloqueando Castro Urdiales, al recibir el mensaje del avistamiento del mercante armado, puso rumbo a toda máquina (sólo daba esporádicamente 17 nudos, la máxima mantenida era de 15), enviando una orden para que tanto el Ciudad de Palma y Galerna, arrumbaran a su encuentro, además de alejarse lo máximo posible al O, cada cual a su máxima velocidad, pero a las 06:20 cuando se encontraba el destructor a 11.000 metros de distancia, abrió fuego contra el Ciudad de Palma, lo que puso en un grave aprieto al mercante armado, al estar su artillería fuera de alcance sin posible defensa, dando la orden de arrumbar unos grados más al N., a toda máquina, para acercarse lo antes posible al acorazado, el destructor continuo disparando llegando los proyectiles a unos 800 metros, la segunda, tercera y cuarta, llegaron a 200, pero todos centrados en dirección, en la quinta salva quedó centrado de lleno.

Pasados 15 minutos, desde el España 2º se vieron los piques sobre el mercante armado, variando rumbo para intentar dejar a sotafuego al mercante, pocos minutos después desde la dirección de tiro del acorazado, marcaron la distancia, dando se encontraba el enemigo a 28.000 metros de distancia, volviendo el comandante del acorazado a pedir el máximo posible de velocidad, de nuevo se pudieron dar los 17 nudos, pero no por mucho tiempo, como se le comunicó por el jefe de máquinas, porque sólo funcionaban tres calderas, a las 06:30 abrió fuego con la torre nº 1, en máxima elevación y se efectuó el disparo, aprovechando el momento más favorable del cabeceo, para obtener algo más de alcance, pero al ir acortando distancias, entro en juego la torre nº 2, llegando a alcanzar los 20.000 metros de distancia.

Curiosamente al disparar el destructor la quinta salva, no volvió a hacer fuego, según se cree por haber visto en la lejanía la humareda del acorazado, éste continuó a su rumbo de vuelta encontrada, mientras el destructor hizo lo propio, por ello se acortaron muy rápidamente las distancia, hasta que el destructor pudo distinguir quién era el enemigo, lo que le llevó a decidir lanzar una cortina de humo y virar, el comandante del España 2º, supuso que la intención del enemigo era entrar en Santander, al verlo desaparecer por la cortina de humo, ordenó virar para cruzarse en su rumbo, pasados unos minutos desde el mercante armado se avisó al acorazado, del rumbo del enemigo y justo era lo que había pensado el comandante.

Para librarse en lo posible el destructor, intentó mantenerse entre los dos buques auxiliares nacionales, para eludir el fuego del acorazado, el comandante del destructor le pidió al jefe de máquinas, un esfuerzo para ganar velocidad, y poder salir de tan grave situación, Loyola (jefe de máquinas), ordenó a toda su personal abandonar la cámara de máquinas, y él mismo abrió a tope las válvulas de las turbinas, el casco dio una tremenda entrepada, dejando tras de sí una gran ola con su espuma, al mismo tiempo se dejó salir una cortina de humo, para encubrir su rumbo, pero dio la orden de navegar en zigzag (lo que obviamente retrasaba su avance), aunque obligado por los piques que caían muy cercanos, al mismo tiempo que abría fuego, pero sin causar daños, pues sus piezas tenían menor alcance.

Todo ocurrió en muy pocos minutos, porque a las 06:40 desde el mercante armado y el acorazado se pudo ver con claridad al destructor, por navegar en zigzag el humo iba hacia arriba y a estribor, por ello quedaba al descubierto (según parecer era más un problema del combustible que, lo que intentaba conseguir el comandante del destructor), pero ahora el destructor se alejaba de los nacionales, por ir lanzado a algo más de 30 nudos, por ello y a las distancias del combate, el gubernamental pudo entrar en Santander, por pasar a 30.000 metros por la proa del acorazado, y éste no tenía tanto alcance y menos aún velocidad para poderle cortar la proa, perdiéndolo de vista al interponerse la isla de Mouro a las 07:15.

Reseñar que al estar seguro el destructor, los hombres de máquinas bajaron a la cámara para ventilarla, al mismo tiempo para bajar la velocidad y poder entrar en puerto, pero al intentar atracar en los astilleros Corcho, no lo pudo efectuar sin ayuda de un remolcador, porque el aceite lubricante se había quemado, fundiéndose el metal antifricción, quedando por ello los ejes agarrotados, razón por la quedó de momento totalmente fuera de servicio, de hecho no volvió a navegar hasta bien entrado el mes de junio.

El 6 de abril el mercante armado recibo orden de zarpar, saliendo al medio día de Ferrol, con rumbo prefijado para formar una barrera de protección, pero la orden le indicaba situarse a 45º 30’ N y 21º W, que no correspondía a la anterior, quedando para cruzar este meridiano con la comisión de capturar a los dos mercantes, el Agire-Mendi (5.529 TRB.) y Unbe-Mendi (4.313 TRB.) (éste a su vez fue uno a los que daban escolta los cruceros sublevados, cuando el 6 de junio de 1938 fue hundido el crucero Baleares), por saberse estar próxima su llegada a estas latitudes, al anochecer del 9 alcanza la mencionada posición, cruzó el meridiano de 21º W, y el 10 arrumbaba a cortar la derrota ortodrómica (1) de las Antillas a las Sorlingas (son las Seille, situadas en el extremo Sudoccidental del Reino Unido, a unas 22 millas de Finisterre), para alcanzar al medio día la posición del Unbe-Mendi, pero al llegar el vapor no pudo ser avistado.

(1) La derrota ortodrómica es la que sigue el arco del círculo máximo y es la más corta entre dos puntos (representada en la carta gnomónica por una línea recta), y la derrota loxodrómica, la que corta todos los meridianos bajo un mismo ángulo de rumbo (representada por una línea recta en las cartas mercatorianas). De normal los barcos navegan siguiendo la loxodrómica en distancias cortas, pero en derrotas transoceánicas siguen la ortodrómica que, calculan diariamente, esto es, el rumbo inicial, mediante fórmulas matemáticas.

Persistió navegando según su parecer e intentar llegar darle alcance, así el 11 por la tarde fue marcado por el gonio un numeral al Sudeste, variando a rumbo de colisión para averiguar quién era, el 12 al amanecer al avistarlo supo era el Agire-Mendi, pues continuaba enviando mensajes no cifrados, (los capitanes de ambos buques querían entregarlos, de ahí muy posiblemente no dejar de transmitir, esto fue notificado por los servicios de inteligencia) por ello y la falta de discreción a las 17:00 situó visualmente al vapor, al quien ordenó arrumbar al Nordeste a 10 nudos, la mar algo movida impedía a los botes abordar el barco, hasta que calmada algo se pudo enviar una dotación de presa, al mando de su Segundo el teniente de navío D. Álvaro de Urzáiz y de Silva, quien recibió la orden de formar barrera con el capturado, para intentar apresar al primer mercante.

En la derrota ortodrómica ya citada, y a su vez realizar llamadas por T.H.S. al mercante, se tardó pero se consiguió respondiera el Unbe-Mendi, al hacerlo el Ciudad de Palma lo situó a 100 millas, no se volvieron a utilizar las comunicaciones, pero dio orden a su Segundo arrumbar a Ferrol, donde entraba el 14 seguido, el mercante había salido de Santiago de Cuba con carga de azúcar, en principio y para confundir con destino a Rotterdam; al conseguir tener fijada la posición del Unbe-Mendi, aproó a cortarle la proa, lo que tuvo lugar el día 12 a las 17:00, una vez asegurada la presa entro en Ferrol con ella en la madrugada del 14, unas horas más tarde que su Segundo.

Queda manifiesta la superioridad de la flora nacional, a pesar de sus pocos medios, pero en parte era gracias a los marinos mercantes embarcados, por ello el comandante del crucero auxiliar, destacó en su informe a los radiotegrafistas D. Jaime Balaguer y D. Jaime Porcel, quienes se mantuvieron en sus puesto, incluso sin dormir lo suficiente, para conseguir el apresamiento de los vapores y a su vez la facilidad de los encargados de los gonios, para situar a los buques por una simple señal de radio.

A su vez y como demostración del estado de la mar, entre el 12 y 14, el minador Júpiter permaneció bombardeando objetivos en la costa asturiana, con mar tendida del Norte, dio bandazos en los que el clinómetro llego a marcar 39º, el 17 de abril de 1937, fue nombrado comandante del minador el teniente de navío D. Francisco Núñez Olañeta.

Durante toda su estancia en las fuerzas navales del Cantábrico, su base fue Ferrol, entre sus varias salidas al mar para cumplir su comisión, el 30 de abril de 1937 al tocar el acorazado España una mina propia, frente a Santander, explosionó entre la sala de calderas de popa y la cámara de turbinas, por debajo del blindaje, siendo una de las partes más débiles de su protección por no decir nula, recibiendo tres llamadas de auxilio, pero se encontraba a 45 millas de distancia, lo que a su velocidad máxima de 14 nudos, eran tres horas para llegar a la zona, no cejó en su empeño, pero al alcanzar la demarcación, el destructor Velasco ya se perdía de vista, por haber embarcado a toda la dotación del acorazado.

A principios de junio, ya muy cerca las tropas de Bilbao, la Royal Navy parecía cambiar de posición, en la misma noche del 31 de mayo, el patrullero Galerna fue informado por el capitán del destructor HMS Faulkner, quien a su vez le había ofrecido víveres frescos, le indico que el José Luis Díez estaba en Bilbao, pero sus salidas era espaciadas y muy cortas, y un sumergible se encontraba en Santander, pero al igual que su compañero, si salía era de noche y pocas horas; de todo ello al encontrarse con el crucero Almirante Cervera le informó a la voz, para evitar se supiera en la zona enemiga.

Se encontraba en Ferrol el 14 de junio, encargado de transportar a Bilbao, por estar ya en manos nacionalistas, una compañía de Infantes de marina, un grupo de oficiales y marinería para tomar posesión de la Comandancia de Marina de la ciudad, saliendo de Ferrol el 14 de junio a las 20:00, entrando en Pasajes, de donde salieron el mismo día el Ciudad de Valencia, Galerna y minador Júpiter, para cumplir a su vez otras comisiones, el 16 seguido el Vicealmirante (quien había sido ascendido a este grado en enero de 1937) manteniendo el cargo de Comandante General del Departamento Marítimo del Norte, Excmo. Señor D. Luis de Castro Arizcún, fue trasladado de Ferrol en el crucero Almirante Cervera, trasbordando al minador Júpiter el mismo día al Norte de cabo Ogoño, por estar ambas unidades dando escolta a un convoy, el minador entró en Pasajes donde el Almirante embarco en el Ciudad de Palma, para arribar a Bilbao, al entrar desembarcó el Almirante y una vez dispuesto todo, regresó a Ferrol, pero por carretera, mientras el mercante armado se quedó unos días hasta estar todo en orden.

Todo esto se produjo por orden del Estado Mayor de la Marina, por ser conocedores de la salida de varios buques, transportando las reservas de oro, billetes de Libras Esterlinas y Dólares, monedas, joyas, obras de arte procedentes del expolio de iglesias y valores depositados en el Banco de España en su sucursal de Bilbao, y posteriormente en la de Santander y Gijón se sabía que uno de los mercantes era el británico Shenak, quien había recibido la carga del Axpe-Mendi, y con rumbo a La Pallice, por ello se envió al crucero Almirante Cervera a tratar de apresarlo, pero para dar resguardo a su buque, se encontraba el acorazado HMS Resolution, al mando del capitán de navío Surdee, (quien personalmente había organizado el tema) al estar fuera de nuestras aguas, y con la presencia del mencionado acorazado, era imposible cumplir la comisión encomendada, a ello se sumaba que la salida de los mercantes británicos, se había efectuado entre el 13 y 14, por ello el 29 siguiente el Almirante Cervera y Júpiter, arrumbaron a Ferrol donde entraron el mismo día. (Con estas noticias y acciones se demuestra que los Servicios de Inteligencia de Salamanca, ya funcionaban algo mejor)

Este fue el comportamiento de los isleños, aplicando lo creado por ellos, del comité de No Intervención. Sabiéndose más tarde que en realidad fueron los buques Seabank ex Joyce Llewllyn, Thurston, ambos arribaron a La Rochele, Thorpehall éste lo hizo sobre La Pallice y el Mydoll entro en El Havre, siendo los que transportaron los fondos del Banco de España de las tres capitales norteñas, esto provocó la reclamación de Salamanca, pero parte de las 4.000 cajas con un peso cada una de 75 kg., fueron desembarcadas en Londres, donde al parecer parte del tesoro quedó a buen resguardo. (Esto en sí es otra Historia, la cual si el tiempo lo permite ya se contará.)

El 7 de julio comenzó a trabajar la Comandancia de Marina de Bilbao, entregándole el mando unos días antes, al capitán de navío en la reserva D. Félix Bastarreche y Díez de Bulnes, ese mismo día entraban el Ciudad de Palma, acompañado por los bous Fantástico y Mercedes, dando escolta a los transportes, Víctor Chávarri, Genoveva Fierro, Dionisia y Comercio, transportando víveres para repartir a la población en su mayoría.

Como aclaración sobre el tema de la presencia constante de la Royal Navy, el 9 de julio relevó el HMS Royal Oak, (en el que enarbolaba su insignia el contraalmirante Ramsey) al HMS Resolution, y los destructores presentes pertenecían a sus 2ª, 4ª, 5ª y 6ª flotillas, turnándose entre 16 buques, la permanencia constante de 2 de ellos como escolta de su acorazado y cuando se presentó alguno de ellos con insignia de Contralmirante, se sumaba uno más a la escolta, también hizo acto de presencia el crucero acorazado HMS Hood y el HMS Repulse, estos en diferentes actos que, en algunos casos los problemas podían haber ido más allá. Y cómo no, también en esta época hizo aparición un destructor norteamericano, el USS Kane, pensamos que vino a aprender, pues para nada debía estar en estas aguas en esta época. La última presa del mercante armado en este mar, fue el 15 de julio, un pequeño motovelero de 28 t., por nombre Izar, entrando ambos en Ferrol el mismo día.

El día 26 de agosto al entrar los nacionales en Santander, el mando ordenó pasar a dar resguardo a Asturias, se designaron los buques que debían prestar el servicio de vigilancia y las zonas respectivas, el Ciudad de Palma recibió la orden de regresar a Ferrol, el día 30 seguido salía llevando a bordo Comandante General del Departamento Marítimo con rumbo a Santander, pero realizó entradas para pasar revista en La Estaca y Ribadeo, el 5 de septiembre se hizo de nuevo a la mar, yendo embarcado el Comandante General, entrando en Bilbao y Pasajes, regresando a Ferrol, donde desembarco el Comandante General, saliendo de nuevo el 8 seguido de Ferrol, incorporándose a las fuerzas del bloqueo.

A pesar de las complicaciones políticas con los buques que arbolaban la bandera del Reino Unido, capturó al mercante Abery Ecuna, al terminar las acciones en el Cantábrico, por derrumbarse el frente de Asturias el 21 de octubre de 1937, paso a Ferrol, sólo los mercantes británicos estaban presentes, por estar apoyados por su marina de guerra, al frente el acorazado HMS Resolution, enarbolando insignia del contralmirante Calvert, con los que de nuevo hubieron sus más y menos, algunos de los mercantes fueron buena presa a pesar de la oposición de la Royal Navy, y la mayoría iban abarrotados de refugiados, por ser personas muy vinculadas a los partidos gubernamentales, a su vez el HMS Royal Oak dio escolta al mercante británico Stangrove, hasta dejarlo a salvo de los nacionales.

Consideramos es pertinente dar a conocer esto, porque al parecer (por informaciones mucho más tarde de los sucesos) transportaban al presidente del Tribunal Popular, el secretario particular del Delegado de Gobierno, más otro centenar de personas muy relevantes, por ello es muy probable se le diera resguardo por el mismo acorazado, pero el tema se había terminado al menos en esas aguas, de hecho también se sabe que el 28 de agosto, entraron entre pesqueros y mercantes 51 cascos en La Pallice, 12 pesqueros en La Rochele, y 14 en Le Verdun, más una lancha de vigilancia, indicando con ello que la fuga fue masiva y casi todos al mismo tiempo con la intención de no poder ser interceptados, o en todo caso una mínima parte.

En principio éste buque fue utilizado como buque hospital, desde agosto de 1937 por la gran cantidad de bajas en las tropas de ambos bandos, pero por necesidades y ya casi sin ser necesarios sus servicios como a tal buque, entre el 23 de octubre de 1937 y enero de 1938, continuo en su cometido como mercante armado, pero sin datos reseñables, a su vez por ser necesario fue de nuevo activado como buque hospital, pasó a Ferrol donde se le desmontó la artillería para quedar más apropiado a su nuevo cometido, saliendo como a tal el 4 de febrero de 1938, por la gran necesidad de este tipo de buques tan especiales, permaneciendo en su comisión transportando heridos a diferentes puertos, realizando en total unos treinta viajes, dando el mando por finalizada su misión el 21 de marzo de 1939, siendo devuelto a su empresa propietaria, Trasmediterránea.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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Ciudad de Valencia-Infante Don Gonzalo

Posted By on 30 de marzo de 2022

Ciudad de Valencia. Autor desconocido.

Construido en la Unión Naval de Levante, Valencia. España, 1931. Casi hermano del Ciudad de Alicante.

Desplazamiento: 2.920 t. Dimensiones: Eslora: 78’00 por 12’40 de manga y calado de 4’63 metros. Máquina: 2 motores diésel MAN Masch, con 2.240 C.V. Velocidad: máxima 16’3 nudos.

Buque correíllo de Trasmediterránea, al ser botado se le bautizó como Infante Don Gonzalo, al producirse el cambio de gobierno en España, la reciente República lo renombró por el arriba indicado.

Se encontraba al producirse el alzamiento en Santa Cruz de Tenerife, siendo incautado por los sublevados, salió con una pequeña tropa a bordo para asegurar no se pasaba al bando contrario, hizo escala en Gran Canaria y continuó su navegación a Cádiz, yendo con cautela al ser visto muy cerca de su ruta, en aguas del Estrecho el acorazado gubernamental Jaime I.

Al llegar, sobre todo se le destino al transporte de tropas y materiales desde el protectorado de Marruecos a la Península, al quedar asegurado el Estrecho en noviembre seguido pasó a Cádiz, y en Matagorda fue artillado con un cañón Vickers de 120/45 mm, dos Vickers de 47/50 mm y dos ametralladoras Rheinmetall de 20 mm, de donde recibió la orden de pasar al Cantábrico, entregando el mando el 27 de octubre al capitán de corbeta D. Carlos Pardo y Pascual de Bonanza, único oficial de la Armada, de Segundo un teniente de navío de la reserva naval, un capellán, un teniente médico y un practicante, la dotación era la misma que cuando era particular, pero ahora militarizada, más un sargento al mando de dos pelotones de infantes de marina y artilleros, al entrar en Ferrol se le cambio parte del armamento, quedando ahora con un cañón Vickers de 120/45 mm, dos Vickers de 101’6/50 mm, dos Vickers de 47/50 mm y dos ametralladoras Rheinmetall de 20 mm.

Cuando iba salir como a tal mercante armado, se le mimetizó cambiando su aspecto exterior, cambiando sus colores; casco negro, línea de flotación blanca, y el guarda calores más la superestructura en ocre, sin distintivos de empresa privada y cómo no, se le cambio el nombre por Nadir, matriculado en Bartha, Noruega.

El 26 de noviembre de 1936 terminadas las obras de armamento se hizo a la mar, entre el 8 y 11 de diciembre junto al acorazado España 2º, intentaron capturar al petrolero Campuzano, pero las condiciones de mar lo impidieron, unido a los bous de Ribadeo capturaron al Roma de 850 t., entrando con él en Ferrol el 13 de febrero de 1937, formando escuadra con otras unidades, apresaron al Mar Báltico y al Fernando L. Ibarra, en la noche del 26 de marzo seguido capturó al Eretza-Mendi al que dejo en Pasajes, en estas operaciones, entre el 24 de marzo y 1 de abril de 1937, siempre en compañía del acorazado España 2º y Ciudad de Palma son las más movidas de toda la campaña del norte, entre el 2 y 4 seguido formó parte de las fuerzas navales del norte, para tratar de dar caza al sumergible C-4, pero este último día se dio la orden de abandonar esas aguas, por haber logrado salir al Atlántico.

El 11 seguido avisto un destructor, el cual muy pegado a tierra entró en Santander, pero éste llevaba visible la bandera británica, por ello no intervino, pero en realidad era el Ciscar, quien había salido de Cartagena el 8 anterior, (ni siquiera enarbolaban su bandera para no sufrir daños), el 13 de junio de 1937 junto al crucero Almirante Cervera, estaban frente a Bilbao, de donde salían varios buques con escolta de los HMS, por ir embarcados todo tipo de personajes del gobierno vasco, quienes abandonaban su tierra por la pronta caída de la ciudad (ese mismo día), no pudiendo hacer nada, por la presencia de las grandes unidades británicas, quienes incluso entraba en las 3 millas, y los buques iban a sotafuego de los sublevados, impidiendo con ello poder tratar de ofenderlos (cosas de la No Intervención).

El 18 junio apresó al Aita San Francisco, quien había salido de Santander con destino a Bermeo, acompañándolo hasta Pasajes, (ni el Almirante Cervera, Galerna, Júpiter y éste, pudieron entrar en Bilbao al entrar los nacionales, por recibir la orden de proseguir con sus navegaciones, no deja de ser una curiosa orden, sobre todo porque estos habían sido de los más activos en este mar).

El 23 siguiente sobre las 20:00 se presentó frente a Gijón el vapor francés Ploubazlanec, dándole escolta el destructor de la misma nacionalidad Le Fantasque, pero éste en zafarrancho, el comandante del mercante armado, le pidió le dijera si le daba escolta hasta las aguas territoriales, por toda respuesta le respondió: «Me excuse, pero no puedo decir nada», permanecieron fuera hasta el amanecer del día siguiente, cuando arrumbaron a puerto y al entrar en las aguas territoriales, el español le efectuó un disparo de aviso, más las señales correspondientes para que parara máquinas, pero como iba a sotavento del destructor entró, pero el militar se quedó en la bocana, (éste era el comportamiento de nuestros amigos de siempre, para qué extenderse).

El Gobierno de Valencia ordenó el 29 de junio de 1937, la requisa de todos los mercantes que llevaban la bandera de la república, para proteger a quienes navegaban con cambio de nombre y banderas de otros países, de esta forma quedaban a salvo de ser apresados por los nacionales, incluso y como no, las compañías británicas los acogieron con gran interés, y la francesa France-Navigatión, cuyo director era el general soviético Krisvitsky, (jefe en España del NKVD, o servicio secreto soviético, más tarde paso a llamarse KGB) por ello se utilizaban los puertos de embarque de Gdynia, Dantzig, Memel, Tallin y Leningrado, para efectuar la descarga en los franceses de Le Havre, Brest, Lorient y Burdeos, incluso unos lo hacían en Amberes, de donde se volvía a embarcar en buques no españoles, en caso de que la frontera estuviera cerrada por La Junquera; la mercancía se trasladaba en ferrocarril desde el Atlántico al Mediterráneo, se embarcaba en Marsella y sin salir de las aguas territoriales, desembarcaban en Barcelona, o Tarragona.

El mismo 24 de julio anocheciendo apresó al mercante británico Mirupano, también frente a Gijón, y a pesar de la presencia del destructor HMS Boreas, (al menos estos respetaban las 3 millas ya consabidas, cuando les convenía) acompañándole hasta Ribadeo, donde a las 21:00 los bous Tritonia y Tito se hicieron cargo de él, hasta dejarlo en Ferrol, (en estos momentos el contralmirante jefe de los buques de la Royal Navy iba a bordo del acorazado HMS Royal Oak, con seis destructores de apoyo, quienes barajaban constantemente la costa) el 10 de agosto repite captura de otro británico el Burlington, (5.005 TRB.), transportaba 700 t., de gasolina, el 26 de agosto fue el primero en entrar en Santander, desembarcando efectivos de Infantería de Marina, para resguardo del puerto y al recién nombrado Comandante de Marina del puerto, capitán de fragata D. Manuel Ferrer Antón (este cargo con la República había desparecido).

Al concluir esta parte de operaciones pasó a Bilbao, donde en los astilleros de la Sociedad Española de Construcción Naval en Sestao fue revisado de motores y un repaso general del estado del buque, pero al salir a realizar las pruebas mediado septiembre, se vio forzado a regresar por avería en los cojinetes, en los cuales se encontraron perdigones, consiguiendo se rayaran, se reparó y volvieron a salir, de nuevo se repitió el problema y por último una tercera vez, (al parecer en la empresa había alguien no muy de acuerdo, en que el buque funcionara correctamente) esta fue la razón del retraso de casi un mes para volver a entrar en servicio.

Una vez solucionado el problema anterior, las prioridades se aunaban, por ello el Ciudad de Alicante recibió la orden del Jefe del Estado Mayor, de zarpar a patrullar por el Cantábrico llegando a Luarca, para impedir la fuga de trescientos mineros por la ría de Villaviciosa, permaneció 24 horas en esta comisión, pero no pudo localizar lo que se le demandaba, por ello regresó a Santander el 17 de octubre por la noche.

Quedó incorporado a las fuerzas navales, destinadas a interceptar los buques con refugiados, porque no eran sólo encontrar a responsables, sino también en muchas ocasiones, el oro de las sucursales del Banco de España en Santander y Gijón, más todo lo que contenían las cajas de seguridad de esta entidad privada, por todo ello se debía tratar de evitar el robo, de ahí que se alternasen los cruceros Almirante Cervera, Baleares y éste, lo que en parte se consiguió, con el apoyo de los bous, por ser el número muy elevado de presas, así entre el 20 y 27 de octubre frente a Avilés, junto al crucero Almirante Cervera, los bous Tritonia, Alcázar de Toledo y el minador Júpiter, apresaron varios mercantes, todos ellos con refugiados de mayor o menor identidad, siendo transportados a Ferrol, donde desembarcaron.

En otros casos la intervención del crucero HMS Southamton, desdiciendo que el apresamiento era en aguas internacionales, tuvieron que dejarlos ir, la constante protección británica a los buques con su bandera (aunque no fueran de verdad), este tipo de acciones fueron de las últimas, se procedía de esta forma para evitar un enfrentamiento nada deseado por Salamanca, porque en el fondo lo que le interesaba al Reino Unido, era no perder el flujo de llegada de mineral de hierro a sus puertos, a su vez entraban divisas que favorecían otras compras, de paso se daba trabajo y en parte se recuperaba el negocio, por esta razón el Generalísimo garantizó no les faltaría, es de suponer que esta garantía fue transmitida, por el representante de la zona sublevada en Londres y de aquí a sus almirantes, quienes bajaron la presión.

En la mayoría de todos los apresados, los embarcados eran milicianos, aunque entre ellos había siempre algún jefe muy involucrado. Entro en el puerto del Musel el minador Vulcano, encontrándose siete buques hundidos por efecto de los bombardeos aéreos, entre ellos el buque con bandera panameña Reina y el destructor gubernamental Ciscar, al concluir en la primera decena de noviembre todo movimiento naval, se nombró un nuevo comandante el 11 de noviembre de 1937, entregándole el mando al capitán de corbeta D. Juan José Jáuregui y Gil Delgado, cesando el del mismo grado D. Carlos Pardo y Pascual de Bonanza.

Decir que, un servicio de información es imposible crearlo de la noche a la mañana, por ello se sufrieron diferentes inconvenientes, aunque en este caso funcionó todo lo bien que se esperaba a veces no tanto, porque de la exactitud de sus comunicados, dependía muy mucho el éxito de los mercantes armados, pero a su vez los servicios de información gubernamentales, sabiendo la presencia de estos, solían dar falsa fechas de salida aumentado así la confusión, a ello se sumaba que Ferrol si disponía de medios de comunicación apropiados, mientras que el Jefe del Estado Mayor de la Marina también, pero en «Terminus» no se contaba con ellos, de ahí que ciertas órdenes, emitidas desde aquí no se recibieran a tiempo en el Estado Mayor, para ser trasmitidas a los buques, o en todo caso a Ferrol, Cádiz o Palma, por disponer en estas bases de buenos equipos, aunque las informaciones eran rápidamente comunicadas, con todo, ello causaba un grave perjuicio a los comandante, los cuales sobre la marcha iban solucionando los problemas.

A causa de la orden anterior del gobierno gubernamental, decidió el Generalísimo fueran los Ciudad de Alicante y Ciudad de Valencia, los que llevaran a efecto el acoso a los mercantes propiedad del Gobierno de la República, pero se hizo con tanta prisa que se olvidaron cosas básicas, como ejemplo, en el primer crucero, al regresar se olvidó lastrar los buques convenientemente, tampoco aumentaron su capacidad de depósito para combustible, lo que limitó mucho su navegar, no llevaban ningún tipo de calefacción ni frigoríficos, sólo comida para unos pocos días y como final, se les olvido que en aquellas aguas, la temperatura llegaba a 16º bajo cero, y sólo embarcaron para la dotación unos jerséis de lana, como toda prenda de abrigo, alguno ni siquiera guantes y faltos de mantas para todos.

De hecho desde la toma de la decisión y realizar el armamento, sólo se dispuso en el caso del Ciudad de Valencia de diez días, de ahí la falta de muchos materiales, a parte se unía la poca experiencia en esos momentos de la Marina, en este nuevo tipo de guerra naval, continuando con su misión de interceptar el tráfico marítimo del Norte, permaneciendo constantemente en la mar, excepto las propias recaladas para abastecerse de combustible, víveres y proyectiles.

Entre octubre de 1937 y octubre de 1938, permaneció primero en la zona del Cantábrico, pasando en ocasiones al Mediterráneo, por orden del Almirante, en todo este año formo parte de diferentes barreras para capturar mercantes enemigos, pero la mayor parte de ellos, bien por unas causas bien por otras, fue imposible cumplir la comisión, todo por lo ya sabido de falsas informaciones, precisamente para evitar ser capturados, fue una época muy movida pero por la dificultad no se obtuvieron grandes resultados.

El 18 de octubre 1938 volvió a salir como otras tantas veces, pero desde Gijón, realizando la misma ruta anterior, exploró los canales de Bristol y la Mancha, y la derrota Penmarch-Burdeos, de donde puso rumbo para entrar en Ferrol el 24, en este crucero no pudo apresar el Diana por no ser avistado, el 30 de octubre seguido apresó al español Río Miera, por seguir con su crucero lo entregó a su hermano, el Ciudad de Alicante, y el 2 de noviembre seguido hundió al Cantabria (ex Alfonso Pérez).

Se le prepara para su crucero como a tales mercantes armados, recibiendo la orden de no izar bandera alguna, si fuera necesario la de cualquier país, pero nunca la suya, sólo en el caso de abrir fuego contra algún otro buque; sólo se notificó su salida al embajador alemán en Salamanca y éste a su alto mando naval, por si se diera el caso de verse obligados a refugiarse, en algún puerto alemán o por ser necesario hacerlo para no ser hundido y sobre todo para embarcar bastimentos en el Mar del Norte, algo que ya se había hecho en el Mediterráneo gracias a Italia, al mismo tiempo se les ordenaba no permanecer juntos, más bien todo lo contrario, para así confundir a quienes les pudieran identificar, no en balde los buques eran casi gemelos y facilitaba su enmascaramiento, aunque sólo fuera de palabra.

El principal problema de los Ciudad de Alicante y Valencia, se encontraba en que eran buques previstos para navegar por el Mediterráneo, y ahora debían afrontar otras aguas más movidas y sobre todo mucho más frías, lo que produjo dadas las prisas lo que ya comentamos con anterioridad, pues les faltó de todo a la dotación y por ello lo pasaron muy mal, de todo esto sobresaltar que, en los buques su tripulación era la misma que en Trasmediterránea, pero militarizados y su comportamiento, como gente de mar fue en todo momento impecable, para el manejo de la artillería sí embarcaron especialistas del ejército al mando de un sargento, el gran inconveniente fue que, no tenían ningún tipo de calefacción, por lo que el frío era intenso, dado que incluso la cubierta de botes estaba abierta y en algún trozo de ellas un simple cristal, por lo que el frío, viento y mala mar eran el mayor mal a sufrir.

Los buques pasaron a estar al mando directo del Jefe del Estado Mayor de la Armada, pero éste a las órdenes de «Terminus», quedando el Comandante General del Departamento Marítimo del Cantábrico, como auxiliar del anterior y prestar su máximo apoyo en abastecimientos y reparaciones, por ello quedaban directamente al mando del Cuartel General del Generalísimo, en detrimento del Comandante General de la Flota y Jefe del Bloqueo Naval del Mediterráneo. Una más en la Historia.

Aunque dándole un poco de cuartelillo, no estaba de más estuvieran bajo ese mando, por si las circunstancias del momento era necesario actuar al más alto nivel, ya que éste, era quien recibía las noticias, de todos los agentes de información repartidos por toda Europa, Méjico, EE.UU y U.R.S.S, costo conseguirlo, pero dio sus frutos gracias al gran esfuerzo de muchos hombres, los cuales a fecha de hoy (salvo alguno mencionado) siguen en el anonimato.

A mediados de octubre de 1938, el servicio de información transmitió: «Garbi, ex Vasco, de 1.220 t., en Rotterdam; Arráiz de 4.538 t., en Newcastle; Cantabria, ex Alfonso Pérez, de 5.700 t., en Londres; Sil de 2.522 t., en Grimsby; El Condado de 3.472 t., en Londres; Juan Astigarraga de 6.100 t., y Bartolo de 5.200 t., en Leningrado; Río Miera de 744 t., en Grimsby; Itxal-Zabal, ex Lolita Artaza de 1.719 t., en Estocolmo.»

Como se ha indicado cada mercante armado iba por separado, por ello intentaremos tratar a cada uno igualmente por la misma razón, a pesar de actuar casi sincronizados en sus cruceros, aunque distantes varios cientos de millas uno del otro y a veces casi a la vista, según requerían las órdenes recibidas.

El 20 de octubre, salieron ambos cruceros auxiliares de Santander, el 22, se supo por «Terminus» que el Garbi, había encendido máquinas para salir de Rotterdam, el Ciudad de Valencia se encontraba vigilando el 23 la desembocadura de Tyne, la cual se encuentra al sur de Edimburgo, el 25 estaba al E., de Skagerrat, con la intención de cruzar la derrota del Arráiz, quien había salido de Newcastle con rumbo al Báltico, pero el 27 regresaba a la costa británica, por ello cruzó estas aguas permaneciendo a la espera, pero no llegó ningún comunicado, ni se pudo divisar el mercante, a pesar de los grandes esfuerzos de la tripulación, pues varios hombres con prismáticos vigilaban en todas las direcciones, aunque cada uno cubría un sector predeterminado por el mando.

El 23 y 24 seguidos desde el Estado Mayor se había transmitido, la salida de varios buques españoles, pero ninguno de ellos fue divisado por los mercantes armados, pero el 29, se advertía de la salida por el río Humber, situado en la zona oriental del Reino Unido, desembocando en Grimsby, del vapor Río Miera (carbonero de 744 t. de registro y 1.000 de carga) con destino a Leningrado, el mercante armado maniobró en consecuencia para interceptarlo, lo que ocurrió a las 13:00 horas del 30, ante la sorpresa del vapor, sobre todo al largar la bandera nacional y el gallardete del comandante, pero fuera de las aguas territoriales británicas, aunque sí estaba presente un destructor canadiense, el Saguenay, de 1.337 t., (pedirían refuerzos a sus hijos); tras un breve fuego del mercante armado, el vapor capitaneado por Pascual Telechea paró máquinas, pasando una dotación de presa, y al parecer del fuego recibido, una bala de fusil murió el cocinero del mercante, quien había sido trasladado a éste para ser tratado por el médico, pero el impacto era mortal, por ello se le dio sepultura en la mar, el apresado puso rumbo a Skagerrat, bajo la vigilancia de la dotación de presa y al mando de su capitán, navegando a un lugar ya predeterminado, donde se encontró con el Ciudad de Alicante, éste se hizo cargo de la presa, para a su vez poner ambos rumbo a Emden.

El Ciudad de Valencia se mantuvo cruzando por el mar del Norte, hasta recibir un mensaje de «Terminus» a las 17:00 del 1 de noviembre que decía «Vapor Cantabria perdió marea madrugada y espera salir esta tarde», por ello varío rumbo para permanecer a la espera, manteniéndose en la vigilancia de la desembocadura del río Támesis, el 2 siguiente avistó al Cantabria (ex Alfonso Pérez, de 5.700 TRB.), al producirse el alzamiento fue un buque prisión en Santander, donde el 27 de diciembre de 1936 fueron asesinadas 276 personas; iba pintado todo de negro y a su proa el mercante Stomholm, con rumbo desde Gravesende, en el estuario del Támesis, a Inmingham, situado en la costa oriental del Reino Unido, al encontrarse en la desembocadura del río Humber cercano a Hull y Grimsby, fue avistado por el mercante armado, quien izó la bandera nacional y arboló el gallardete del comandante.

Al ver esto el mercante varió rumbo para entrar en aguas de Gran Bretaña, el mercante armado maniobró para cortarle la proa, el Cantabria al verle a su costado intento abordar al Ciudad de Valencia, éste en defensa propia reaccionó abriendo fuego, eran las 15:50 y un proyectil de 101’6 mm le acertó en una carbonera y le partió una tubería principal de vapor, perdiendo inmediatamente velocidad, quedando en poco tiempo parado, a su vez se apreció era una gran avería, pues comenzó a adquirir una alarmante escora, la dotación comenzó a lanzar los botes, poco después ya era claro su hundimiento, desapareciendo de la superficie habiendo dado la quilla al sol por estribor a las 19:55, a unas 8 millas del faro de Happisburgh.

En ayuda de los náufragos acudió el mercante inglés Pattersonian, y el bote de salvamento de la estación de Cromer, en éste fue rescatado el capitán del vapor señor Argüelles, su esposa, sus dos hijos y el mayordomo, por su parte el Ciudad de Valencia rescató veintitrés hombres, dos mujeres y tres niños, sabiéndose más tarde que sólo se había ahogado cuatro tripulante, quizás heridos por la explosión no pudieron ya salir del barco, la caza había comenzado a 25 millas de tierra, lo que deja bien claro que el mercante armado no estaba muy cerca de la costa, por evitar susceptibilidades, en la persecución y lugar de hundimiento se había recorrido 15 millas, por ello quedaba muy clara la intención del mercante armado.


Ciudad de Valencia. S-25 Sunderland Daily Mail.

A pesar de ello, en la prensa británica se publicó en grande titulares: «¡Desde la Armada Invencible no se oían en Londres cañonazos españoles!», pero lo que más molestó al bando nacional fue que, un avión de la RAF tipo Short S-25 Sunderland tiro una foto, publicada en el diario londinense Daily Mail, en la que claramente se veían los cañones del Ciudad de Valencia, llegada a manos de «Terminus», (no hay que preguntar quién la envío) salió una comunicación con destino a Ferrol, para remediar la situación, bien con alguna superestructura, o como fuera posible, pero había que evitarlo o disimularlo mucho mejor; el Ciudad de Valencia arribó en la madrugada del 5 de noviembre a La Coruña, donde relleno combustible y de donde salió el mismo día, regresando el 6 a Ferrol, para embarcar materiales y víveres, logrando como siempre hacerlo todo en poco tiempo, quedando alistado en pocas horas para hacerse a la mar.

Mientras se encontraba en esta puesta a punto en el Ciudad de Valencia, se recibió una felicitación del Caudillo, en la que entre otras cosas decía: «…dureza de la campaña realizada y la confianza depositada en el buque del que se esperaban nuevos éxitos», pero con esto se olvidaba del Ciudad de Alicante, (algo muy normal por quien estaba al mando cómo Generalísimo, en lo referente a la Marina) quedando un agravante comparativo para el comandante y dotación de éste último buque.

Dejando de lado el éxito del Ciudad de Valencia, con el apresamiento del Río Miera y Cantabria, la presencia en aquellas aguas de ambos mercantes armados, había causado un gran trastorno y pérdidas, no siendo conocidas hasta mucho más tarde; así la motonave Sil, tan buscada por el Ciudad de Valencia, se refugió en Christiansand (Noruega), puerto del que no volvió a salir durante toda la guerra, sólo cuando faltaban unos días para finalizar, pudo hacerse a la mar; el Guernica (3.109 TRB. y 5.000 t. de carga) estuvo realizando viajes entre Leningrado y Reino Unido, enarbolando bandera de la URSS, hasta que por miedo a ser hundido, por la presencia de los dos mercantes armado, navegaba tan cercano a la costa que embarrancó en los bajos de Vinga, en la entrada Göteborg y cercano al puerto de Niddingen (Suecia), lo que permito saltar a tierra toda la dotación, pero el barco y su carga se perdió.

El Bartolo, (3.118 TRB. y 5.500 t. de carga) huyendo de los cruceros entró en Bergen (Noruega), sólo pudo salir y arribar a Inmingham, en Gran Bretaña, donde quedo internado, siendo devuelto al finalizar la guerra y restablecerse las relaciones diplomáticas; el Manucho (3.118 TRB. y 5.500 t. de carga) hermano del Bartolo, sabiendo la presencia de los mercantes armados, en su viaje entró en Bergen (Noruega) en diciembre de 1938, navegando con bandera de la naviera Anglo Soviet, puerto del que no salió hasta ser devuelto a España; de la misma naviera, estaba el Juan Astigarraga (3.569 TRB. y 4.300 t. de carga), quien se refugió en Sheernes –estuario del Támesis- desde mayo de 1938, donde permaneció hasta finalizar la guerra.

El Candina (3.587 TRB. y 4.300 t. de carga), habiendo realizado varios viajes a este puerto, con carga de hierro, en manos de la Naviera Bidasoa, quedando internado por temor a ser hundido por los cruceros; el Josiña, (3.314 TRB. y 4.800 t. de carga) entró por miedo a ser apresado en Bergen (Noruega), quien navegaba con el nombre falso de Josito y Cabo Quintres, (que a veces se les confunden por el cambio de nombre) donde quedo hasta finalizar la guerra; el Arrdiz (4.537 TRB y 7.600 t. de carga), quedó internado hasta finalizar la contienda en el puerto de Christiansand (Noruega); el Vasco (1.200 TRB.), quedando en el mismo puerto que el anterior. Cómo puede verse, muchos no pudieron ser apresados por los cruceros, pero su vida útil quedo mermada por su presencia, demostrando fue un acierto la decisión del mando de activarlos, como a tales mercantes armados.

Tanta era la importancia que Salamanca le daba al Itxaz-Zabal ex Lolita Artaza, (1.622 TRB.) que al igual que había transmitido al Ciudad de Alicante su importancia, lo hizo con el Ciudad de Valencia, para que entre ambos cubrieran mejor las posibles derrotas, por ello una vez alistado salió de Ferrol el 9 de noviembre a las 21:00 horas, al mediodía del 10 comunicaba al Ciudad de Alicante que, sobre las 02:00 del viernes 11, se encontraría frente al río Gironda (entrada de Burdeos) y desde este punto arrumbaría al N. con rumbo a Quessant.

En estos momentos ya estaban ambos buques a la caza del Itxaz-Zabal, no recibiendo ninguno una nueva posición del mercante buscado, llegando al acuerdo de vigilar cada uno una posible zona, así el Ciudad de Valencia se quedó en el sector norte, entre la isla de Yeu y Quessant, mientras su compañero al sur, entre Belle Isle y la Gironda, permanecieron el 11 y 12 cruzando pero nada encontraron, al medio día del 11 «Terminus» informaba al Ciudad de Valencia que, el Itxaz-Zabal había retrasado 24 horas su salida de Copenhague, por otra información del 14 de noviembre a las 21:40, el Estado Mayor daba como muy posible su arribada a Burdeos el miércoles 16. (Cómo se ve las noticias a veces contradictorias, por muy bueno que se sea siempre hay que evitar que los problemas te sobrepasen, nadie puede estar en dos sitios, o incluso más, a la vez, pero…quien manda, manda aunque sea mal.)

A este problema por lo novedoso de los medios de información, (aunque en realidad no lo era tanto, ya que por ejemplo hay noticias de cuando en 1898, con el problema de Cuba ya había “informadores” ) también cabe que el enemigo conocedor de su existencia, no dijera la verdad en ningún momento, pues en este caso se supo más tarde, que el Itxaz-Zabal, bien informado por otros buques o por otros servicios de información, lo bien cierto es que no llegó a salir de Copenhague, de ahí el fracaso total de esta comisión, pero a su vez el buque quedo en puerto, sin poder llegar a su destino, una vez más se demuestra que el dominio de la mar es imprescindible, incluso en una guerra civil.

El mismo 14 recibió orden del Estado Mayor de permanecer en el Báltico, al mediar el 15, se encontraba a 8 millas al N. del faro Terschelling (un buque faro situado cerca de las islas Frisias, quien cierra por el N. la ensenada de Zuider Zee, para poder entrar en Ámsterdam y La Haya), con rumbo al 012 y 12 nudos, en pura posición de espera, sobre las 19:40 recibió información del Sil (motonave de 2.520 TRB. y 3.190 t. de carga) sobre su salida de Estocolmo, por ello navegó en derrota de cruzar sus aguas, tomando posición en los Estrechos de Dinamarca, pues se había recibido una nueva comunicación, por la que el Neptuno (motonave de 3.569 TRB. después de esta acción se refugió en Christiansand (Noruega) quedado más tarde internado en Hull, Gran Bretaña) quien había salido de Patenieme (Finlandia) el domingo 13 de noviembre.

El seguido 17 el mercante armado a las 18:00 se encontraba a 9 millas del faro de Hirsh, a 22 millas del extremo nordeste de Jutlandia, con rumbo al 243 y 8 nudos de velocidad, el siguiente 19 entró en el Kattegat, entre Dinamarca y Suecia, donde redujo velocidad y estuvo cruzando hasta el 21, cuando recibió un nuevo comunicado del Estado Mayor, dándole razón de que el mercante esperado había entrado en Copenhague, fue el comandante del mercante armado, quien supo que era conocida su presencia y de ahí las previsiones del enemigo, por ello decidió abandonar estas aguas, variando rumbo a la desembocadura del Humber, donde se encontraba el 22, comenzando a cruzar la costa a 20 millas de distancia de ella.

Posteriores informaciones de «Terminus», decían que el Sil había retrasado su salida de Estocolmo, por ello ya nada se podía hacer, pues no saldría para poder apresarlo, por ello al ser recibida la noticia se mantuvo en su nuevo rumbo, cruzando entre el Támesis y Skagerrat, estando en él se desató un duro temporal, viéndose precisado a tomar la mar de popa, con el alto riesgo de perder el rumbo en cualquier momento, pues los golpes se recibían primero por el timón, por ello había que estar muy atento, mucho tacto y preciso movimiento de la rueda del timón, para evitar virara demasiado y diera el costado a los golpes de mar, ello sin duda hubiera podido hundirlo, a su vez esto obligaba a cambiar de timonel cada dos horas, por causar un cansancio extra del piloto, mientras se recibían radiogramas del Estado Mayor, anunciando la salida el 17 del Arkangel con destino a Sharpeness (canal de Bristol cerca de Gloucester) del Itxas-Game, ex Delfin, al mismo tiempo, la salida del Arráix desde un puerto de Finlandia con destino a Hartlepool, (algo más al S. de Sunderland).

El Ciudad de Valencia se encontraba el 25 a 13 millas del barco faro de Horns, un nuevo radiograma del Estado Mayor en la noche del 26, comunicaba que dos destructores noruegos, el Aeger y Sleipner (pequeños buques pero muy modernos, de la clase Slaiper, compuesta por seis unidades, de 590 t. tres cañones de 102 mm, un cañón de 40 mm y dos tubos de lanzar de 533 mm, con velocidad máxima de 30 nudos) darían escolta a los dos mercantes, hasta el límite de sus aguas jurisdiccionales, a pesar de ello se mantuvo en sus cruceros en los estrechos de Dinamarca, hasta que el 29 de noviembre a las 00:00, viró de rumbo para atracar en Ferrol, donde entraba el 1 de diciembre, pasando inmediatamente a ser revisado a petición del comandante, se le cambio de posición los cañones Vickers de 101’6/50 mm, para ser colocados en el plano diametral, consiguiendo con ello tener más amplio sector de fuego, así mismo fue lastrado con 200 t., de hierro en barras, mejorando mucho su estabilidad longitudinal y se le amplio la capacidad de sus depósitos de combustible.

Después de 28 días de descanso para la dotación y mejoras en la habitabilidad del buque, y tres después de haber atracado el Ciudad de Alicante, se hacía a la mar de nuevo, con la orden de no rebasar en el Báltico la isla de Bornholm, como siempre con plena libertad de movimientos, y en caso necesarios podría recargar víveres y combustible, bien en Heligoland o Wilhemshaven, en principio debía permanecer en la mar 20 singladuras, se hace notar el aumento de autonomía.

El 27 de diciembre el Nadir o Ciudad de Valencia abandonaba Ferrol con rumbo al Mar del Norte, el 29 por la mañana se encontraba de través sobre la isla de Wight, ya en el Canal de la Mancha, el 30 entraba en el Mar del Norte, virando para remontar Hanstholm, en el extremo NW de la península de Jutlandia el 31 de diciembre, al amanecer del 1 de enero de 1939 los chubascos eran de nieve y se sumaba la niebla cerrada por ello se acercó, para fondear en Spirbakken hasta el mediodía del 2, durante esta espera recibieron varios radiogramas, los cuales daban posiciones de buques, pero era imposible poder navegar, se dio el caso concreto de llegar un aviso con 60 horas de retraso, anunciando la salida de Christiansand con rumbo a Inglaterra, pero sin precisar puerto del mercante Itxaz-Zabal, ex Lolita Artaza, ante ello el comandante se puso a rumbo, para intentar divisarlo, pero le fue imposible, manteniéndose en su zona de crucero.

Entre tanto se cometió un grave error, por utilizar la misma onda de comunicaciones que el bando contrario, obligando por ello a sólo transmitir entre los buques y Burgos a las 06:00 y 18:00 horas, pero si sabían que en las cercanías se encontraba algún otro buque, no podían conectarse, para evitar fueran detectados por quienes no era conveniente.

Lo siguientes tres días, permaneció frente a Christiansand, los radiogramas no paraban de recibirse, entre ellos uno daba la noticia de la arribada a Cardiff el 3 enero, del mercante Itxaz-Zabal, ex Lolita Artaza, quien había hecho la derrota desde su puerto de salida, pegado a la costa noruega hasta Bergen, de donde arrumbó al norte de Escocia, por otro radiograma recibido, el Agregado Naval en Berlín, advertía de la avería sufrida en su radio durante 48 horas, de ahí los retrasos en transmitir los informes, por otro, comunicaba las pocas ganas que tenían las dotaciones refugiadas en Bergen y Christiansand, pues se estaba barajando la posibilidad de transbordar la carga a mercantes británicos y con ellos llegar a aguas francesas, para evitar ser atacados por los mercantes armados nacionalistas, en vista de todas estas comunicaciones, el Estado Mayor decidió prestar más atención al Itxaz-Zabal, por ser el único que se había atrevido a moverse y para ello ordenó se reunieran los dos cruceros y el patrullero Álava, para lograr interceptarlo.

El 6 de enero estando en aguas noruegas, recibió el Ciudad de Valencia la orden de comenzar la búsqueda del Itxaz-Zabal, el 7 el Álava, al mando del teniente de navío don Victoriano Sánchez Barcáiztegui, (desde el 26 de mayo de 1938), se le ordena vigilar sobre todo la entrada a Burdeos, puerto de arribada del Itxaz-Zabal, se hizo a la mar el mismo día desde Santander, por tenerse noticias de haber salido de Cardiff el viernes 6 de enero a las 20:00, poco después les llego la noticia a ambos buques que, el mercante gubernamental había retrasado 24 horas su salida, lo que permitía al mercante armado alcanzar la zona más probable de ruta entre ambos puertos y así ayudar a su compañero, de hecho el 8 se encontraba al rumbo 075 de Dover y a 12 nudos de velocidad, con ello conseguía estar en la posible ruta del mercante buscado.

Cuando todo estaba previsto, llegó un nuevo radiograma, diciendo que el mercante aplazaba su salida de nuevo; es de suponer fuera avisado por otros buques, y de ahí que se quedara de momento a la espera, por ello se le ordeno al Álava regresar a su puerto base y comisiones propias, mientras al Ciudad de Valencia, se le indica cruzar sobre el Canal de la Mancha y así impedir la salida no sólo del esperado, sino de cualquier otro. Era la constante pelea del ratón y el gato, y casi seguro por estar en conocimiento el enemigo de todas sus transmisiones, aunque es más seguro que los muchos pesqueros quienes faenaban en esas aguas, dieran avisos por otra honda de su presencia en estas aguas.

No obstante nunca se daban por vencidos los nacionales, de hecho el 10 al amanecer se recibe un nuevo radiograma del Estado Mayor, comunicando que el mercante Itxaz-Zabal, había salido de Cardiff, dando la orden de volver a sus aguas, por ser el puerto de arribada el mismo previsto, lo peor era que el Álava se encontraba ya a más de 100 millas de distancia, por estar al norte de Suances, pero el Estado Mayor al saber la posición del patrullero, le indica siga su rumbo hasta Santander, para rellenar combustible y víveres para diez días, entrando en puerto el 13 a las 20:30 horas, mientras el Ciudad de Valencia, sí se encontraba en aquellas aguas, por estar próximo a Quessant, recaló en Land’s End, desde aquí se mantuvo a la espera sobre el canal de Bristol, hasta la isla de Lundy, donde permaneció entre el 10 y el 15 de enero.

Todo eran comunicaciones de unos y otros, las cuales alarmaban y el comandante del mercante armado casi no sabía a donde aproar, pues el Agregado Naval en Berlín avisa que, tras el buen hacer del Itxaz-Zabal, los buques refugiados en Bremen, ahora querían hacerse a la mar por la misma ruta, a su vez le preguntaba al comandante, en que fechas podría estar en la zona, indicando seguido que el Patria, con el nombre de Fina, se encontraba embarcando municiones y camiones en Reval, para el gobierno popular, siendo su puerto de arribada Burdeos. Pero otras informaciones, esta vez desde Londres, decía que el 14 a las 13:00 había salido el Itxaz-Zabal de Cardiff.

Así las cosas y con tanta información que, en el fondo no se sabía si era cierta, el Estado Mayor el 14 a las 15:00 enviaba un radiograma, señalando que se hicieran a la mar, el Ciudad de Alicante y el Álava para incorporarse lo antes posible al dispositivo de interceptación, dando como primer objetivo apresar el trasatlántico Habana, quien había embarcado niños de la zona gubernamental y saldría de Burdeos rumbo a América, marcando como segundo objetivo al Itxaz-Zabal, con su derrota para arribar a Burdeos.

Se ordenó al Ciudad de Alicante, quien ya había concluido sus reformas y recorrido de máquinas, corrigiendo las deficiencias ya resaltadas, para rellenar combustible y víveres para treinta días, saliendo de Ferrol y arribar a Santander, donde quedaría a la espera de noticias junto al Álava.

El Estado Mayor confirmó en el mando de los tres buques al comandante del Ciudad de Valencia, quien desplego sus fuerzas para interceptar al Habana, (se expandió a los 360 grados del Orbe que este buque había embarcado niños en la zona gubernamental, saliendo de Burdeos con rumbo a América) mientras llegaron nuevas comunicaciones, confirmando que el mercante no llevaba niños, sino a dos mil quinientos brigadistas, más obras de arte, oro y plata, más muchas alhajas de las decomisadas por el gobierno de Barcelona, demostrándose la mentira extendida de llevar a niños, (años más tarde alguien hablaba de los escudos humano, pero esto no fue inventado por ellos, sino por estos) una falsedad propia de quienes se escondían detrás de la verdad, para intentar salir libres de las atrocidades cometidas y con los bolsillos llenos.

En sus patrullas como era propio, tuvieron que sortear diferente fuerzas de mar, pero las propias del Cantábrico siempre eran muy parecidas, lo peor era que a veces debían soportar el mar cruzado a su derrota, y esto producía muchas presiones e incluso agotamiento, además de obligar al casco a soportar inclinaciones muy peligrosas, como resultado de ellas se producían roturas de cristales y algún que otro desperfecto a bordo, pero nada de todo esto impedía continuaran en la mar; a falta de buenas noticias, el Estado Mayor ordenó el 19 de enero al Ciudad de Valencia regresar a Santander, donde entró el siguiente 20, dando por concluida su tercera comisión como a tal crucero. El 21 recibía la orden el Ciudad de Alicante de aproar al Mar del Norte, mientras quedaba vigilando Burdeos el Álava, hasta que unos días más tarde recibió la orden de arrumbar a Santander.

Como ya se veía en el horizonte el fin de la guerra, los gubernamentales intentaban escapar de los nacionales por cualquier medio, así supo el Estado Mayor de la salida de Reval a El Havre o Burdeos, del vapor panameño Fina, ex Patria, activándose de nuevo la alarma a los tres buques, el Ciudad de Valencia abandonaba Santander el 23 a las 00:00, al terminar de ser repostado de víveres y combustible, así como reparadas las últimas averías sufridas, el Álava, al terminar de repostar combustible se hizo a la mar, con rumbo a la desembocadura del Gironda, mientras que al Ciudad de Alicante, le llegó la orden al amanecer del 22, cuando se encontraba en el paralelo de Saint Nazaire, virando para estar el mismo día al anochecer en el través de El Havre.

El 22 en el puente del Ciudad de Alicante se encontraban los vigías con sus prismáticos, pues la niebla impedía poder ver poco más allá de su posición, gracias a estos en ese momento se divisó, a unos 200 metros un humo a ras de agua que, cruzaba con rapidez con rumbo de colisión, dando la orden el comandante Aubarede, de caer a babor, quedando por unos momentos paralelo al artefacto, y transcurridos unos minutos, se quedó a su popa, no en balde el comandante era un experto en el mando de sumergibles, por ello supuso que casi seguro era un torpedo, señalando en su informe que: «…bien estaba en la última fase de su recorrido o que muy bien podía estar quemando mal su combustible propulsor», sabedor de esto lo notifico inmediatamente al Estado Mayor de la Armada, para que a su vez lo comunicara a sus compañeros de comisión, pero al concluir la primera, la envió al Ciudad de Valencia, para notificar la presencia de algún sumergible y ni que decir, sobre lo atentos que deberían permanecer. A su vez el Estado Mayor, confirmo que un sumergible soviético se encontraba en la zona, por estar protegiendo las bocas del Escalda y Wielingen, por ello era muy probable fuera un intento de hundir el mercante armado.

El Ciudad de Alicante junto al Ciudad de Valencia permanecieron cruzando las aguas de Quessant, mientras el Álava se mantenía en sus aguas el 25, pero el 26 forzosamente tuvo que ponerse a la capa, pues el temporal aumento en intensidad, siendo el viento del WSW; calmado algo el viento se mantuvo hasta el 28 de enero frente a la Gironda, por recibirse un radiograma a las 20:00 horas del Jefe del Estado Mayor, comunicando que el Fina había entrado en El Havre el 25, con ello se daba fin al intento de interceptarlo, recibiendo la orden el Ciudad de Valencia y Álava de regresar a Santander, donde entraron el 30 de enero.

A su vez, quedó patente que la presencia de los dos cruceros, en el Mar del Norte, obligó a muchos mercantes a quedar atracados, impidiendo con ello al gobierno de la República, recibir todo el material necesario para intentar prolongar la guerra, como trataba de hacer, pues en todos los Servicios Secretos era sabido que a no tardar, Europa estaría en guerra, como se demostró (por lo escrito por el Almirante don Juan Cervera Valderrama) en la reunión de los gobiernos de Reino Unido y Francia en la conferencia de Chambelain el 25 de noviembre de 1938, precisamente por el «clamor que produjo la actuación de estos barcos».

Al concluir su campaña en el Mar del Norte, el Almirante le ordenó pasar a Palma, en su cumplimiento salió de Ferrol, recalando en Ceuta el 7 de febrero, donde embarcó el batallón 405 de Orden Público con destino a Barcelona, realizando una escala en Palma el 10, zarpando y entrando en la Ciudad Condal el 12, esa misma mañana desembarco la unidad, a partir de ese momento quedo a las órdenes del Almirante, poco después realizó un último servicio, para trasladar la división 105 desde Palamós y San Feliú de Guixols a Tarragona, donde desembarcó la unidad militar, junto al J. J. Síster, Vicente Puchol, Antonio Lázaro, Rey Jaime II, y el Mallorca, al concluir las operaciones, volvieron a embarcar las tropas y las desembarcaron en Menorca, logrando en sólo un día la pacificación, reembarcando parte de la unidad miliar y desembarcarla de nuevo en Tarragona, de donde se trasladó a Palamós.

Donde permaneció los días 19, 20 y 21 de febrero de 1939, el 22 atracó en Barcelona, saliendo el 26 por recibir la orden del Almirante de regresar a Ferrol, a su arribo continuo atracado hasta finalizar el conflicto, una vez aclarados todos los problemas políticos, embarcó cuatrocientos marineros, zarpando rumbo a Cardiff para regresar con los mercantes, que allí se encontraban retenidos, a su regreso amarro en Ferrol, de donde unos meses más tarde pasó a ser desarmado, recuperando sus estructuras e interior iniciales, al concluir los trabajos, fue entregado a la compañía Trasmediterránea, su propietaria.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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J.J. Dómine

Posted By on 28 de marzo de 2022

J.J. Domine. Autor desconocido.

Construido por la Sociedad Española Construcción Naval en Bilbao, 1935.

Desplazamiento: 9.650 t. Dimensiones: Eslora 119’49, por 16’40 de manga y calado de 6’67 metros. Máquina: 2 motores diésel a gasoil con 6.250 C.V. Velocidad: máxima 16’2 nudos.

Buque correo de Trasmediterránea, realizando la ruta entre Barcelona y Canarias, con escala en Cádiz, encontrándose cerca de éste último puerto se enteró del alzamiento, por ello no entro y continuo rumbo a Las Palmas de Gran Canaria, donde arribó el 18 de julio de 1936, quedando en manos de los alzados, se le entregó el mando al alférez de navío D. Pedro Antonio Cardona Rodríguez, quien era Comandante Militar de la zona, pero en principio fue utilizado por su moderna instalación como estación de radio.

El 5 de septiembre de 1936 se le entregó el mando al teniente de navío D. Daniel Yusti Pita, recibiendo la orden de salir el 6 de septiembre, embarcando el teniente de navío D. Ignacio Martel Viniegra, (Comandante Militar) al mando de 650 falangistas y diverso material de guerra, con destino a Vigo (el grave problema de estos voluntarios, fue que entre ellos se sabía que, muchos se habían afiliado a la Falange en los últimos momento, al aparecer demasiados y el mando no estaba muy seguro de su fidelidad), de la única marinería fiables, era un pequeño grupo del cañonero Canalejas, quienes abordaron el mercante por seguridad, a ello se sumó el problema de haber dado a la publicidad la salida del buque, como en esos momentos la escuadra gubernamental era dueña del Estrecho, la solución de cruzar por sus aguas no era segura, de ahí que el comandante diera orden de arrumbar a mar abierto alejándose de las costas de Portugal.

Los mismos oficiales del ejército al mando de los voluntarios, tampoco estaban muy seguros de la fidelidad de los transportados, pero con la firme decisión unos y otros de impedir a toda costa se hicieran dueños del barco, lo que se confirmó cuando el 9 seguido entró en Vigo y desembarcaron, muchos de ellos desertaron, siendo en su mayoría miembros de la FAI y CNT, por estar fichados en el archipiélago, fue su forma de poder huir del peligro.

Nada más atracar Cardona fue llamado a Ferrol, dándole la orden de arribar a la misma base, pero al regresar a Vigo el barco había desembarcado el material, habiendo embarcado el general Gella, (seguramente por orden de Burgos) se hizo a la mar con rumbo de nuevo a Santa Cruz de Tenerife, al arribar volvió a embarcar una compañía de infantes y una batería de artillería, volvió a salir con rumbo a Las Palmas entrando el 21 seguido, donde desembarcó la tropa y sin perder un minuto se hizo a la mar con rumbo a Ferrol.

Donde paso a ser armado con 4 piezas Vickers de 101’6/50 mm procedentes del acorazado España 2º (El abuelo) y una ametralladora Rheinmetall de 20 mm, el 11 de octubre ya terminados los trabajos, se le entregó el mando al capitán de corbeta D. Javier de Mendizábal Gortázar, (1) quedando en aquellas aguas en comisiones de vigilancia, entre el 14 y 16 de octubre, por orden del comandante General de Ferrol, formó barrera con el acorazado España 2º y los bous de Ribadeo, en el paralelo de Cabo Villano, por tener noticia de que el vapor Silvia con bandera griega, de 5.300 TRB, transportando una carga de 40.000 fusiles y 1.300 ametralladoras, pretendía entregarse a los nacionales, pero este buque como todos los de su bandera, lo que hacían era jugar a dos bandas, de forma que nunca se le localizara, por ello se le busco en la supuesta derrota, donde no pudo ser visto, a pesar de haber bajado al paralelo de Lisboa (lo bien cierto es que, éste vapor fue apresado en dos ocasiones al cruzar el Estrecho, pero en ambas sólo llevaba carbón, se procedía a desembarcar la carga y se le dejaba en libertad).

(1) Lo acontecido en España, por unas horas se trasladó a Portugal, en cuya marina también se levantaron en contra del gobierno, para pasar a ayudar a la República española, tres de sus buques que se encontraban en Lisboa, los avisos Alfonso de Albuquerque y Batolomé Díaz, junto al destructor Dao, quienes hacía poco habían visitado puertos españoles, se amotinaron encerrando a sus mandos, levantaron presión en sus máquinas y por el Tajo intentaron salir al océano, para reunirse con sus amigos españoles, enterado el Gobierno dio orden tajante de pararlos, por ello al llegar a estar bajo el fuego de las defensas de costa de la capital, no dudaron y comenzaron a disparar, siendo alcanzados dos de ellos, uno el Alfonso de Alburquerque, para no irse al fondo se vio en la necesidad de varar. Una vez más quedo demostrada la diferencia de poder, de una artillería en tierra a la embarcada. Es un hecho muy poco conocido, porque a su vez el Gobierno luso lo decreto como “secreto de estado”.

El J.J. Dómine se unió al Ciudad de Valencia, ambos quedaron a las órdenes directas del Comandante General de Ferrol, siendo sustraídos al Almirante, quien a partir de este momento nada tuvo que ver, durante todo el tiempo que duró la campaña del Cantábrico; al saberse la salida de la escuadra gubernamental, con destino al norte, se quedó por orden en Ferrol, el 19 de octubre de 1936, volvieron a la mar todos los buques, pasando éste a formar pareja con el acorazado, el 25 seguido se le ordeno situarte frente a cabo Villano, para apresar a otro buque griego, el Panis, quien transportaba armas ligeras para los enemigos, pero una vez más no pudo ser avistado, al saber que no podía darle alcance, se unió al acorazado para dar protección, a la recalada en Vigo de los vapores La Palma, Plus Ultra y León y Castillo, provenientes de Canarias con tropas.

Llegó una nueva información, en la que se indicaba la intención de entregarse el mercante británico Carls, para ello éste regreso a la altura de cabo Villano, donde ya estaban los bous de Ribadeo y el Torpedero nº 2, sucediendo que el J.J. Dómine se vio forzado a abandonar la barrera, por estar muy justo de combustible, el 3 de noviembre entraba en Vigo y el 4 volvía a salir, el dispositivo se montó el 6 y se mantuvo hasta el 21, todo este tiempo la mar se mantuvo alterada, en este despliegue fueron capturados los mercantes, Lisken noruego, y los soviéticos Petowsky y Viktoraia Piatilevka, pero justo el esperado no pudo ser avistado, otro que al parecer utilizaba la treta consabida, pero por orden el mercante armado el 16 paso a vigilar los puertos de Gijón, Santander, Castro Urdiales y Bilbao, no encontró nada y recibió una nueva orden, por ella se montaba a su vez otra barrera, en el paralelo de La Estaca, por saber que el mercante Rona con bandera noruega, también quería entregarse, pero al igual que muchos otros, no era esa su intención y no pudo ser avistado.

Entre el 16 y 23 de enero de 1937, junto al acorazado bombardeo El Musel, seguido participó en una nueva barrera, pero estando en ella recibió la orden por ser designado por el mando, para trasladar personalidades marroquíes a La Meca, al entrar en el golfo de Cádiz, fue perseguido y atacado por varios destructores gubernamentales, viéndose obligado a entrar en Sanlúcar de Barrameda, al despejar la mar los enemigos, entro en Cádiz, pasando a Matagorda, donde fue desarmado por necesidad, a su vez cambió su nombre para este viaje por el de Mogreb-El-Aksa, al quedar alistado salió con rumbo a Ceuta, y Melilla donde embarco la comitiva, puesto en conocimiento del embajador en Italia, arribaron al puerto ceutí varios cruceros y destructores italianos, quienes le dieron resguardo hasta arribar al Canal de Suez, permaneció tres semanas en Mansua, desde aquí tuvo la misma protección anterior, hasta llegar a Cagliari, donde le esperaban los mercantes armados Vicente Puchol y Antonio Lázaro, al estar sobre Spartivento se les unió el crucero Canarias, y poco más tarde los minadores, y unas horas más tarde el Baleares, entrando en Ceuta el 1 de abril seguido, pero varios de los importantes transportados a La Meca, quisieron saludar y dar las gracias al Caudillo, por ello pasaron con el mismo buque a Cádiz, donde acudió el Jefe de Estado en avión; (2) todo este despliegue fue necesario, porque un avión Cant Z-501 avisto la salida de la Flota gubernamental, esto obligó al Almirante a ordenar la máxima protección al J.J. Dómine.

(2) Esto lo relatamos porque demuestra hasta donde llegaba el problema, que no era poco: El piloto era un suboficial, quien en el viaje de regreso no sabía distinguir las ciudades (o quizás era otra su intención) siendo el mismo Franco quien se sentó a su lado y le fue indicando el rumbo, hasta dejarlo a salvo en Salamanca; después se supo que el piloto a su regreso, se pasó a los gubernamentales. No es de extrañar las suspicacias del Generalísimo al respecto, y por ello rara vez aparecía en público o realizaba viajes, estando prácticamente toda la guerra en su «Terminus», donde sí se encontraba seguro. Por la misma razón los altos mandos siempre iban por carretera, nunca en aviones. A veces las cosas no son tan sencillas como aparentan.

Al arribar a Cádiz, por orden del Almirante se le volvió a armar, ahora con cuatro Vickers de 120/45 mm, (por estar muy desgastados los montados del acorazado España 2º) estos procedentes del Baleares, por ello se entregó el mando al capitán de corbeta D. Jerónimo Bustamante y de la Rocha, a su vez fue nombrado su Comandante Militar, el teniente de navío D. Fernando Balén Gracia, (este mando era de las tropas encargadas, para evitar que los transportados o dotación, se amotinaran y se pasara el buque al bando contrario, estaba presente en todos los buques civiles militarizados, pero no nos es posible saberlos todos) pasando destinado como transporte a Palma, comenzando a realizar varios viajes a La Spezia y Cagliari en el mismo mes de abril, lo que fue algo habitual dadas las necesidades de la escuadra, así como del ejército, a finales de mayo de 1937 seguido salió de Palma, (como otras tantas veces) con rumbo a los mismo puertos citados, donde embarcó material de guerra diverso, allí acudieron para darle escolta, el Ciudad de Alicante y Mallorca, y junto a su compañero el Mar Cantábrico, salieron con rumbo a Palma el 7 de junio, donde entraron al día siguiente, para salir el mismo día con escolta para desembarcar parte de lo transportado en Cádiz.

Continuó en su misión, el mando viendo su gran velocidad, prosiguió prestando sus servicios como transporte rápido, utilizando según convenía el nombre de Archenfels, dándose el caso de ser detenido por dos destructores gubernamentales en el Mediterráneo, pero izó bandera italiana y por radio aviso a estos del intento de ser capturado, al oírlo en un perfecto italiano, los dos destructores lo dejaron libre. La típica picaresca española estaba en marcha.

A su vez se le destinaba a trasladar materiales y efectivos entre Melilla y Argel, o entre las dos ciudades españolas norteafricanas, cómo de estas a Palma y a Cádiz, de hecho el Almirante formó dos parejas de mercantes, una formada por el Marqués de Comillas y J.J. Dómine, denominada como “rápida” y otra con dos mercantes que sólo daban 11 nudos de la naviera Sota y Aznar, el 17 de julio salió de Palma escoltado por el crucero Canarias, con rumbo a Spartivento, cambiando el nombre por Stelvio, por ser uno con matricula de Génova, al estar a salvo, el crucero regresó a su zona de patrulla; continuó viaje entrando en el arsenal de La Spezia el 22 seguido a las 22:00, para embarcar material de guerra para el ejército, encargado por el gobierno de Salamanca, el 27 continuo salió de La Spezia, con cien oficiales y suboficiales italianos del C.T.V., varias piezas de artillería de 65 mm, 75mm, y 105 mm, todos ellos para el ejército, siendo escoltado por el destructor italiano Leone Pancaldo, hasta estar próximo a la isla de Cabrera, donde continuo con la escolta el Malaspina, entrando ambos en Palma el 31 a las 11:30, a pesar de ser su destino Sevilla, pero de nuevo la flota gubernamental estaba en la mar, de ahí el no confiarse por estar la división de cruceros en otras comisiones.

El 20 anterior se le comunicó al Almirante, por el agregado naval en Roma, el capitán de fragata Arturo Génova Torruella, quien estaba al mando de toda la vigilancia en su zona, que el gobierno italiano habían autorizado una vieja proposición del Almirante, no siendo otra que poseer una base en la isla de Stampalia (o Astiyalia) en el Dodecaneso, lo que permitía enviar a ella los mercantes armados, para su abastecimiento y si era posible algún descanso de las dotaciones.

Tanto el Ciudad de Alicante como el que se trata en este historial, participaron en varias ocasiones en la misma derrota, siendo salir de Palma y estacionarse a poniente y levante de la isla de Pantelaria, vigilando el cuello de botella que esta isla produce entre Italia y África, para a su vez poder avisar del paso de las posibles presas, a los cruceros Canarias y Baleares, pero la presencia precisamente de los cruceros, al ser vistos por otros mercantes en tránsito, se supone avisaban de su presencia a los buscados, de forma que resultaba peor el remedio que la enfermedad.

En otro viaje a Cádiz el 1 de agosto, sobre el cabo de Tres Forcas, su escolta el crucero Canarias le dejo a salvo, mantenido su rumbo a Cádiz, donde entró el mismo día, al desembarcar lo transportado salió con rumbo a Palma, donde al arribar se le dio un pequeño descanso a la dotación, salió junto Marqués de Comillas, con rumbo al puerto italiano, al regreso, al llegar a Pantelaria se le unió el crucero Canarias, al estar cerca de Palma, éste continuó en la mar, mientras el mercante armado entraba en Palma el 13 por la tarde, al día siguiente salieron de nuevo los dos mercantes armados, con rumbo al puerto italiano (al parecer se había llegado a un acuerdo con los italianos, para ellos preparar los materiales, por ello debían llegar los buques los 15 y 30 de cada mes), donde embarcaron material de guerra, saliendo de Cagliari de nuevo, a su regreso el 27 seguido fueron escoltados por el destructor italiano Usodimare, quien se retiró al encontrarse con los dos cruceros, (porque en este caso se había unido los dos grupos de mercantes, el Marqués de Comillas y J.J. Dómine, y Vicente Puchol y Mallorca) en éste último al llegar a Palma y desembarcar los materiales, embarcaron las futuras dotaciones, para hacerse cargo de los dos destructores comprados a Italia.

Quedaron ambos mercantes en Cádiz, a primeros de septiembre fue nombrado el teniente de navío D. Daniel Yusti Pita, como Comandante militar, saliendo junto al Marqués de Comillas el 12 seguido al medio día, reuniéndose con el destructor Velasco, (por haber estado en una profunda reparación en Ferrol, llevada a buen término entre el 13 de junio al 3 de septiembre y el día 11 entro en Palma), junto al crucero Baleares, a la altura de las islas Habidas, al siguiente día 13, se incorporó a la escolta el crucero Canarias, hasta dejar a los mercantes al 290 y 64 millas del cabo Bagut (muy próximo al paralelo de la isla de Cabrera), dando la orden el Almirante (quien enarbolaba su insignia en el crucero) de continuar por el sur de Spartivento, arribando a La Spezia sin novedad el 15 por la mañana.

Al estar listos ambos mercantes se hicieron a la mar el 18 seguido, con la escolta del destructor italiano Ugolino Vivaldi, hasta rebasar Spartivento, (la carga de éste mercante era: 3 piezas de artillería de 150 mm, 4 de 75 mm, 20 de 65 mm, 86.000 proyectiles de 67 mm y 127.000 de 45 mm, más materiales de fortificación para el cuerpo de ingenieros, todo ello para el Ejército, sumando en total 1.433 t., más un cónsul de milicias y 139 oficiales y suboficiales del C.T.V.), al ser conocida la salida, de nuevo los dos cruceros nacionales acudieron al lugar ya descrito, donde se hicieron cargo de la escolta, pero por avisos de salida de la flota gubernamental, se les unió la aviación de Palma, para poder avisar en caso de ser avistada la contraria, su navegación era los dos mercantes en línea, y a su costados cada uno de los cruceros, navegando al 217, para arribar el 21 a las 05:30 a 15 millas de Argel, entre el cabo Ténez y cabo Ivi, donde el Almirante dio orden al Baleares de vigilar la costa al norte de Valencia, entrando los mercantes en Cádiz el 22 por la mañana, donde a su vez desembarco el Almirante por primera vez por enfermedad, quedando el mando de la escuadra a las órdenes del capitán de navío (estampillado de contralmirante) D. Manuel de Vierna y Belando, comandante del crucero Baleares y de la división de cruceros.

El 26 de septiembre, junto al Mar Negro salían de Cádiz a las 18:00, con rumbo a La Spezia, con la protección del crucero Canarias y al estar en la zona de peligro se unió el Baleares, al igual que siempre, al terminar de embarcar los materiales, esta vez fueron 400 t., de material de guerra y 750 efectivos del C.T.V., quedando avisados por sus mandos, que obedecieran sin objeciones al comandante militar del buque; salió el 2 de octubre, con la escolta del destructor italiano Leone Pancaldo, con rumbo a la isla de Cabrera, donde le esperaba el crucero Canarias, al sur de la isla el día 4 a las 05:15 (en estos momentos el único en servicio), por ello el destructor italiano viro a su zona, entrando en Cádiz el 6 a primeras horas del día, (como curiosidad decir que el crucero, en tan sólo un año de servicio y unos pocos días, había navegado 91.160 millas).

El 10 de octubre salió de Cádiz, con rumbo a Palma, junto al Campuzano y con la escolta del crucero Canarias y minador Júpiter; en este caso transportaba, bombas de aviación, proyectiles y materiales de defensa portuaria, entrando en Palma el seguido 11 a las 14:30, justo al entrar el crucero, se encontraba fondeado el de su mismo tipo HMS London, con la insignia del contralmirante Sir James Fownes Somerville, (quien se hizo famoso durante la II G. M., como jefe de la escuadra basada en Gibraltar) rindiendo honores al que entraba, como era preceptivo universalmente y en estos detalles, los británicos no fallaban ni por casualidad, pero no por ello continuarían los enfrentamientos, por dar protección ellos a sus buques, porque el negocio no está reñido con la guerra, por ello en el fondo, ésta en sí es un negocio muy macabro, pero negocio.

El 14 de noviembre salieron éste y el Marqués de Comillas, rumbo a La Spezia, al estar en aguas italianas y como siempre, cambiaron los nombres de los buques y la bandera por la de este país, entrando el 16 seguido, embarcando materiales de guerra y como era habitual efectivos de reemplazo del C.T.V., el 21 consecutivo salió éste y el 23 el Marqués de Comillas, lo que nos indica que una vez embarcados los materiales, no se esperaba, eso sí al salir le dio escolta el destructor italiano Antonio da Noli, mientras que a su compañero, fue el Leone Pancaldo, quienes los dejaron a salvo sobre la isla de Cabrera el 23, por estar a la espera de primero del destructor Velasco, el 25 se incorporó el cañonero Dato, porque por estar en otra comisión el crucero Canarias, no pudo acudir a la cita, mientras se incorporó a este convoy el petrolero Campas, el crucero se presentó el 26 a primera hora, transcurriendo la navegación sin sobresaltos, entrando el 27 el Campas en Ceuta, mientras el Velasco, J.J. Dómine y Marqués de Comillas, lo hacían el 28 en Cádiz de madrugada, una vez todos a salvo el crucero entro a las 08:00.

Transcribimos por considerarlo pertinente que, en el parte del Comandante Militar del J.J. Dómine, teniente de navío D. Daniel Yusty Pita, en este transporte dice: «La actitud de las fuerzas de transporte italianas dejó bastante que desear; más parecía una fuerza disciplinaria que otra cosa estando el calabozo del barco constantemente lleno de arrestados a los que alguno hubo que poner en barra.» Esta última expresión, según la Enciclopedia General del Mar significa: Hierro largo con grilletes, para asegurar a los presos.

El 9 de diciembre, por un avistamiento aéreo, se supo la presencia en Argel de tres mercantes, a la espera de recibir protección para entrar en Cartagena, en esos momentos sólo estaba en servicio en la Flota gubernamental el crucero Méndez Núñez, quien salió junto a seis destructores, por ello el Almirante ordenó reunirse la división de cruceros, Canarias, Baleares y Almirante Cervera, por coincidir a su vez con la salida de Cádiz, del J.J. Dómine y Mar Cantábrico, con destino a La Spezia, los crucero bombardearon a los mercantes gubernamentales, sin saber su efectividad, pero su presencia fue conocida en Cartagena, permaneciendo toda la noche en zafarrancho, el 10 por ello vigilantes pero sin consecuencias, y el 11 el Baleares y Almirante Cervera, pasaron cerca del puerto, pero sólo pudieron identificar a uno, el Mar Caribe, se reunieron de nuevo los tres cruceros el mismo día a las 08:50, a unas 15 millas de la costa argelina, al paralelo 36’53 N. al no existir peligro, el Almirante ordenó al Almirante Cervera destacarse, para dar escolta a los dos mercantes, quienes se reunieron el 12 a 8 millas al N. de las islas Habidas.

En este espacio de tiempo, el Canarias y Baleares, bombardearon el puerto de Valencia, al cumplir esta acción arrumbaron a 18 nudos al 140, al llegar a la altura del cabo La Nao, viraron al 197, para encontrase con los tres barcos a las 11:30; al cortar el meridiano de Mahón, los tres cruceros dejaron la escolta, continuando los mercantes rumbo a Spartivento, pasando a La Spezia donde embarco varios cañones de 105 mm, 10 de 149 mm, 26 camiones, 11 camionetas, 200 bicicletas, etc. más 40 oficiales, varios suboficiales y 75 soldados del C.T.V. de reemplazo, y dos oficiales españoles mutilados, saliendo el 27 siguiente con la escolta del destructor italiano Ugolino Vivaldi, hasta la isla de Cabrera, donde le esperaba el cañonero Cánovas del Castillo, quien le dio resguardo hasta Cádiz, entrando el 29 seguido.

Entre el 7 y 9 de enero de 1938, realizo un transporte entre Cádiz y Palma, debía ser algo muy importante, pues la escolta fue de la división de cruceros al completo, sólo con la diferencia de que al no ir embarcado el Almirante, el insignia de la división era el Baleares, entrando en Palma el 9; entre el 19 y 20 de febrero, junto al petrolero Campas y el mercante armado Rey Jaime II, de nuevo escoltados por la división de cruceros, cruzaron desde Formentera hasta Tres Forcas, en este caso el insignia era el Canarias por ir a bordo el Almirante, entrando el 9 en Cádiz.

El 4 de abril de 1938, fue nombrado su Comandante el capitán de corbeta D. Julio César del Castillo y Escarza, sin escolta salió de Cádiz con rumbo a Santa Cruz de Tenerife, donde embarco tropas, recaló para la misma comisión en La Luz de Gran Canaria, entre estos puertos embarcó 2.749 efectivos, tan sólo al mando de un teniente, 4 sargentos y 8 cabos, a quienes desembarco en Ceuta el 12 seguido, eso sí por prevención ascendió por el océano, al virar la ruta para llegar a su puerto de destino, parecía venía de las Azores, al desembarcar la tropa salió con rumbo a Cádiz, seguido realizó dos viajes redondos entre su base y La Spezia, el primero se demoró por estar de visita Hitler, coincidiendo en la base italiana, por ello se le cambio el nombre por Stelvio, así el visitante no podría identificarlo, al pasar el invitado, fue saludado como correspondía a unos italianos.

Al concluir la visita inesperada, continuaron sus trabajos, entre ellos volver a renombrar el buque, por su nombre original, saliendo el 23 de mayo, arribando a Cádiz el 25 seguido, donde desembarcó diverso material de guerra, sobre todo piezas de artillería y munición así como 50 soldados italianos y 18 evadidos de la zona gubernamental, entre ellos el teniente de navío de la Marina española D. Antonio Álvarez Ossorio y Carranza, seis oficiales del Ejército español, dos abogados, seis civiles y cinco jóvenes estudiantes, entre ellos D. Juan José Espinosa San Martín, quien más tarde fue ministro de Hacienda y D. José Ramón Fernández Bugallal, quien pasados los años fue Subsecretario de Hacienda; en el segundo con escala en Palma, transporto 400 soldados italianos y 550 t., de material de guerra.

En julio realizó otros dos viajes a La Spezia, con regreso a Cádiz, en el primero embarcó siete aviones desmontados, más 1.057 t., de material para el C.T.V. a su vez embarcaron de este mismo cuerpo 31 oficiales, 20 suboficiales y 346 soldados; en el segundo 10 cajas con 3 ametralladoras Scotti de 20 mm y 80 cajas de munición con 18.000 proyectiles, estas tres armas estaban destinadas a Bilbao, para ser montadas en el crucero auxiliar Mar Negro, el 30 de julio de 1938 entregó el mando de éste mercante armado, D. Julio César del Castillo y Escarza, pasando tomar el del Rey Jaime II.

Inexplicablemente en este lapso de tiempo, agosto de 1938 y primeros de marzo de 1939, no se tiene noticias sobre él, es posible que dado su tanto navegar permaneciera un tiempo en reparaciones, o bien por estar muy avanzada la guerra, se le dejó descansar, si sabemos que realizó viajes con materiales de guerra a Vinaroz, Castellón, Tarragona, y puede que también parte o la totalidad de sus dotación fuera necesaria para embarcar en otros buques de guerra, porque algunos se incorporaron en este tiempo.

El 5 de marzo de 1939 a las 15:15 salió de Cádiz con rumbo a Málaga, donde atracó el 6 a las 02:00, a su vez fue nombrado su Comandante militar el teniente de navío D. José Estrella Martínez, comenzando a embarcar 2.800 hombres de la División 122, 7.000 bombas de aviación, más otros materiales, saliendo el 6 a las 13:40 a una velocidad de 14 nudos, con la orden de ponerse en contacto con el Almirante Jefe del Bloqueo, cuando llegara a la vista de la plaza, (3) formando parte del convoy que debía desembarcar en Cartagena, al llegar a la zona fue recibido con fuego de la batería de Portman, su comandante reacciono de inmediato alejándose del alcance de ésta, pero no pudo evitar que los proyectiles al explosionar al contacto con la mar, su cubierta sufriera daños, pero ninguno de importancia, y sin sufrir heridos.

(3) Con esta referencia, quedaba muy claro el descontrol provocado, desde el Cuartel General del Estado Mayor de la Marina, pues sólo el detalle de «con la orden de ponerse en contacto con el Almirante Jefe del Bloqueo, cuando llegara a la vista de la plaza» era una orden descabellada, por peligrosa, por ignorar las importantes defensas de la plaza, o que como realmente sucedió, se pensaba que la sublevación había triunfado, lo que de todas, todas, no era cierto como quedó demostrado con lo sucedido al Castillo Olite, que no fueron a más por las precauciones tomadas por el Almirante. Bien es cierto que el general Barrionuevo, jefe de la sublevación, en sus radios transmitía esa seguridad ampliada, por saber que era oído por los gubernamentales, pero por los resultados, sólo era para desanimar a estos y de ahí la confusión creada en su propio bando.

A las 05:00 del 7 fue avistado por el crucero Canarias sobre el cabo de Palos, comunicándole: «Manténgase a 10 millas al Sur de cabo Palos. Pida instrucciones al Almirante del Bloqueo en Mar Cantábrico» pero por las prisas ordenadas, el comandante respondió: «No tenemos clave», (otra que dice y no poco, la mala organización o falta de comunicación entre Ejército y Marina) a esto el comandante del crucero le indicó: «Siga mis aguas», puesto en conocimiento del Almirante, ordeno a su insignia aproar a su posición, llegando a la voz a las 16:07, recibiendo la orden de regresar a Málaga, donde desembarco la tropa, quedando en éste puerto hasta finalizar la guerra, recibiendo a los pocos días la orden de salir con rumbo a Cádiz, unos meses más tarde pasó a Matagorda para ser desarmado, e intentar devolverle su estado inicial, siendo entregado a su propietario, la compañía Trasmediterránea.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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J.J. Síster-Galileo Galilei

Posted By on 26 de marzo de 2022

J.J. Síster. Autor desconocido.

Construido por Nicoló Odero fu Alessandro & C. Sestri-Ponente. Odero. Génova. Italia, 1896.

Desplazamiento: 2.724 t. Dimensiones: Eslora: 86’31, por 11’25 de manga y calado de 6’90 metros. Máquina: 2 motores MAN Masch con 3.700 C.V. Velocidad: máxima 14 nudos.

Sirvió en Italia como Galileo Galilei, hasta ser comprado por la Compañía Valenciana de Navegación, quien le cambio el nombre por el que consta en este historial, fue comprado en 1917 por Trasmediterránea.

Al producirse el alzamiento fue incautado por los gubernamentales, por estar en el puerto de Málaga, donde fue utilizado como buque prisión, a su vez fue elegido como tribunal para juzgar a los sublevados, no siendo todos porque con la excusa de los bombardeos de la ciudad, fueron sacados varios y asesinados, lo que llama más la atención, es que fue nombrado instructor de las diferentes causas, el oficial 3º radiotelegrafista, ascendido a Capitán de Navío de un plumazo, José Balboa López, hermano de Benjamín, quien estaba en la Estación Radio de Ciudad Lineal en Madrid, lo que precisamente no garantizaba la seriedad de estos juicios.

Permaneció en su puerto, hasta salir de Cartagena como transporte, siendo el 19 de enero de 1937, cuando entraba en Tarragona, pero el 20 seguido salió y un sumergible nacional le lanzó dos torpedos, pero ninguno acertó en el buque, continuo transportando materiales de guerra, entre los puertos de la costa Mediterránea, y la isla de Menorca, quien necesita más de ellos, y se sabe de un viaje a Odessa, regresando con material de guerra a Barcelona.

Por noticias recibidas por el Almirante, dio orden de formar varias barreras, con los mercantes armados y los pocos bous disponibles, pero apoyados por los cruceros Canarias y Baleares, una entre el norte de África y las islas Baleares, y otra al norte entre las islas y cabo de Creus, quedando formadas por la mañana del 17 de septiembre de 1937, después de varias vicisitudes, el Baleares al frente de la norte, se le ordeno bajar a la segunda, mientras el Canarias pasaba a ocupar su puesto en la anterior, fue aquí cuando el mismo día a las 21:32, el teniente de navío D. Manuel Rodríguez Rey, en su puesto de la dirección de tiro «A», (la más alta del buque), comunico al puente que el marinero voluntario, el serviola Ramón de la Rocha y Mille, dio aviso de distinguir unos “bultos”, añadiendo que: «él personalmente no veía nada».

En el puente todos con sus primaticos permanecieron un tiempo vigilantes, pero al igual que el oficial de la dirección de tiro, no pudieron distinguir nada, no obstante el Almirante pidió el nombre de quien los había avistado, se le dijo, y como era el mismo que avistó el primero al Almirante Ferrándiz en el Estrecho, siguió con su corazonada, ordenando variar rumbo a los “bultos”, pasados unos minutos se avistaron dos sombras al W., al acercarse más se supo que era un convoy, en cabeza el destructor Almirante Antequera, le seguía a 500 metros el J.J. Síster, a éste le seguía a 700 por su popa el Rey Jaime II, y los destructores Gravina por la amura de estribor del J.J. Síster, mientras a la misma altura que su compañero, el destructor Sánchez Barcáiztegui por babor.

Estos tenían órdenes por si se producía un encuentro con los enemigos, ésta consistía en que el Sánchez Barcáiztegui se quedaría con los dos mercantes, mientras sus compañeros atacarían al torpedo a los contrarios, y si lograban hacer blanco, continuar con el fuego de artillería, con punto de reunión finalizado el combate en Mahón; en el Canarias nada más confirmarse el avistamiento se tocó a zafarrancho, (a esto el Almirante lo reservaba hasta el último momento, por no agotar a la dotación con falsas alarmas que, por otra parte eran casi continuas, y esto producía un gran cansancio en todos, aumentando la posibilidad de causar errores), así mismo aumentó la velocidad a 25 nudos, al mismo tiempo el Almirante tomo el mando directo de la operación, dando la orden de variar rumbo poco a poco, hasta que a las 21:40 alcanzo el 330, justo en ese momento se advirtió que la formación enemiga se rompía, saliendo cada buque en una dirección distinta y distante, volvió a ordenar variar al 320, para interceptar el rumbo de retirada a Barcelona, al mismo tiempo evitaba estar situado de través, por lo que un ataque al torpedo no sería viable, por bajar mucho la posibilidad de llegar a ser acertado.

A su vez por un informe gubernamental del Comisario Político del destructor Almirante Antequera, Salvador Ros se sabe que, «Apareció, pues, el crucero a una distancia de 8 ó 9 mil metros y, acto seguido, se dio la señal de “enemigo a la vista”, así como su distancia y demora e inmediatamente nos separamos del convoy al objeto de tomar posiciones de ataque con torpedo» lo que como ya se ha visto fue previsto por el Almirante.

Pero continua el relato del Comisario político diciendo: «El Antequera atacó con sus torpedos a una distancia de 2.000 o 2.500 metros exponiéndose temerariamente a tan corta distancia de aquel monstruo que debió oír los gritos de “viva la República” que daba nuestra dotación; pero nuestro ataque fue completamente nulo y puso de manifiesto (esto es lo que quiero llamar la atención) el nerviosismo, la contradicción o algo peor…de algunos mandos, pues, una vez que pudimos hacer el ataque a tan corta distancia, de hacerse ordenada u conscientemente, hubiésemos dado con los torpedos en el corazón del crucero enemigo.»

Continua diciendo: «Se lanzaron dos torpedos, muy mal tirados y con un barullo en las órdenes, sin tener los datos concretos y sin fijar posiciones exactas. A mi juicio, se tiró de cualquier manera y a destiempo, con el solo deseo de salir pronto del peligro en que nos encontrábamos» añadiendo: «El Gravina se incorporó, o mejor dicho, creo que trató de incorporarse por la popa del Antequera para efectuar el ataque indicado, pero no sé qué debió ocurrirle porque, a pesar de las reiteradas órdenes de ataque, no lo efectuó, dando lugar a que el enemigo no tuviese más objetivo que el Antequera durante mucho tiempo.»

El crucero abrió fuego, pero al aumentar la velocidad los destructores y navegar en zigzag, le impidió hacer blanco por ser de noche y no poder calibrar bien las distancias, aunque en opinión de algunos oficiales, si debió de ser dañado uno de ellos al menos. Sólo como curiosidad; había a bordo una pugna entre las dos torres proeles del crucero, porque la primera estaba fabricada en el Reino Unido y la segunda (más elevada) la primera construida en San Carlos, por ello se hace una relación que dice: «La torre 1 hizo 14 disparos, la torres 2, 17, de ellos 8 con el cañón izquierdo y 9 con el derecho» cosas de españoles.

A su vez advertir al lector que, los tres destructores estaban al mando de Alféreces de Navío y el jefe de la flotilla un Capitán de Corbeta, como consecuencia de lo transcrito fue destituido el jefe de la flota gubernamental, capitán de corbeta D. Miguel Buiza y Fernández Palacios, siendo relevado por el también capitán de corbeta D. Luis González de Ubieta, quien era el Jefe de Estado Mayor, pasando a sustituirle, el capitán de navío D. Valentín Fuentes López, quien a su vez había sido el jefe de la flota en el Cantábrico, mientras duro la guerra en éste mar.

Mientras el Almirante al respecto de esto dice: «El Síster, indudablemente había sido armado de cualquier modo, pues ni llevaba todas las luces de situación ni pudo encender las de cubierta. Es probable que no llevara estación radiotelegráfica o por lo menos que le faltase el operador».

A las 22:13 los destructores fueron perdidos de vista, pero no así los mercantes quienes ahora navegaban en demora al SSE. por la distancia parecían dos pesqueros, el crucero gobernó al 160 a 26 nudos, a las 22:50 se les reconoció arrumbados al 135, al estar más próximo el crucero bajo la velocidad a 20 nudos, al encontrarse a la distancia propia lo alumbró con sus proyectores al más rezagado, por su estado era seguro su pertenencia a los gubernamentales, a pesar de los esfuerzos dialecticos fue imposible mantener una conversación, así el crucero se acercó al de proa, éste fue identificado como el Rey Jaime II, con éste las comunicación fue rápida y por él se supo que el anterior era el J.J. Síster, al primero se le dio la orden de arrumbar con las luces encendidas a la isla de Dragonera.

Continuaron rumbo los tres a Palma, el crucero se mantuvo muy alerta para evitar se lanzara algún bote y algunos (los de siempre) se pusieran a salvo, al mismo tiempo que daba su posición y rumbo a los minadores, y al mercante armado Ciudad de Alicante, llegando casi todos al mismo tiempo, pero desde diferentes puntos del cuadrante, a las 04:00 entre 18 y 20 millas al norte de Soller se reunieron, dando la orden al Ciudad de Alicante de adelantarse, entrando los mercantes, cañoneros y mercante armado en Palma a las 08:25 del 18, el crucero se mantuvo a distancia esperando saber que todos estaban fondeados, por ello al serle comunicado entro a las 09:00.

Al respecto de toda esta relación de hechos, el Almirante añade al final su opinión, demostrada diciendo: «Durante esta operación —escribe el Almirante en sus memorias— el servicio de serviolas funcionó admirablemente; los dos vapores del convoy no fueron perdidos de vista en ningún momento durante la persecución de los destructores. Esta mejora del servicio fue consecuencia del intensivo entrenamiento de toda la dotación en el de vigilancia.»

El vapor J.J. Síster fue reparado lo necesario para pasar de inmediato, a prestar servicios de transporte en la flota nacional, saliendo de Palma el 28 de septiembre, con rumbo a Cádiz, donde fue escoltado por el Canarias hasta la costa de Argel, y de aquí a la isla de Alborán por el Baleares, entrando el 1 de octubre; continuo como mercante en sus viajes, tanto a puertos norteafricanos, como a los peninsulares, así como a los dos archipiélagos, hasta que estando en Palma, se le ordenó salir en enero de 1938 arribando a Cádiz, pasando a Matagorda donde fue artillado con dos cañones Vickers de 101’6/50 mm y un Armstrong/Elswick de 76’2/50 mm, entregando el mando al capitán de corbeta D. José Cervera Tribout, comenzando como a tal mercante armado a prestar sus servicios en el Mediterráneo en 1938, sus primeras comisiones fueron hacer viajes a La Spezia, para embarcar armamento con destino a Palma, y desde aquí a los puertos nacionales del sur de la península, participando al mismo tiempo en varias búsquedas para localizar hidros que habían caído a la mar, así como formar barreras para impedir la llegada de ayuda a la zona enemiga.

J.J. Síster en armamento. Autor desconocido.

Continuo en estos servicios, perdiéndosele la pista, hasta septiembre-octubre de 1938, por pasar a lo ya mencionado de formar barreras, así como continuar con sus viajes al puerto italiano, siempre utilizando a su regreso la ruta de pasar entre Córcega y Cerdeña, y al llegar al paralelo de Menorca, con rumbo al sur barajar la costa africana, hasta entrar en el mar de Alborán, continuando a Cádiz donde desembarcaba lo transportado, de donde regresaba con escolta a Palma.

El 3 de noviembre a las 15:00 salió de Palma, para formar barrera en el canal de Sicilia, donde llegó a mediodía del 5, permaneciendo hasta el mediodía del 7, entre ambas fechas como era habitual reconoció varios buques, entre ellos el día 6 al griego abanderado Garoufalia, con una carga de 2.959 t. de cebada y trigo, procedente de Odessa y supuesto destino a Rotterdam, por lo que envió una dotación de presa, con la orden de arribar a Palma, unas horas más tarde del mismo día apresó al también griego Faneromeni, con 2.127 t., de antracita con destino a Amberes, cargada en Mariopol (URSS), al no tener más efectivos pidió permiso al Almirante y éste le indico regresa a su puerto base con la presa, entrando al mediodía del 9, después de revisadas las mercancías los dos buques fueron declarados “buenas presas”, por ello se desembarcó la carga y fueron incorporados a la flota mercante, el primero con el nombre de Castillo Villalonso y el segundo, Castillo Belmonte, seguido se hizo a la mar con rumbo al Estrecho, donde capturó al mercante con bandera griega Nicolau Eleni, de 4.528 t., al entrar el Palma, la presa se dio por buena y pasó a llamarse Castillo Madrigal en la flota de transportes.

Por aviso de los servicios secretos, se comunicó al Almirante la salida de El Pireo del buque con bandera panameña Ilona, ex-Lydia, con carga de material de guerra el 19 de noviembre, siendo conocida su intención de arribar al puerto de Marsella, dando el Almirante orden al mercante armado se hiciera a la mar de inmediato, saliendo el 23 seguido por la mañana, pero sabiendo los contrabandistas lo mal que llevaban al cruzar los estrechos de Messina, el mercante se quedó un tiempo a la espera, donde a su vez fue avistado y comunicando al Almirante que el 24 a las 18:00 aún estaba fondeado en las cercanías del puerto, por ello arrumbo a su zona de espera al Norte del estrecho de Mesina, donde permaneció el 25 y 26, pues este día fue relevado por el minador Vulcano, con el que se cruzó el 27, y el J.J. Síster entro en Palma el 28 a las 10:00.

El 14 de noviembre de 1938, transportó de Palma a Vinaroz a mil hombres del ejército en viaje nocturno, durante el traslado avisto luces verdes, correspondientes a los aviones que le daban protección, el 15 salió por ser avisado de la caída al mar de un avión de la escuadrilla negrilla (italianos), como era de noche cerrada no pudo localizarlo y el Almirante a las 00:30 le ordenó regresar a Vinaroz, donde embarcó efectivos heridos y personal de transporte con destino a su base de Palma. En diciembre efectuó seis viajes transportando víveres, ganado, gasolina y carga general, entre Palma, Vinaroz y Castellón, todo era material para el Ejército y favorecer el avance hacia el sur, entre ellos destacó uno, para ello embarco en Palma 50 efectivos del ejército y 50 de Infantería de Marina, para entrar en Vinaroz donde embarcaron 500 prisioneros, siendo desembarcados en Palma.

El 3 de enero de 1939, fue designado para embarcar tropas en Castellón y trasladarlas al paralelo de Hospitalet, fueron muchos los barcos empleados en este traslado de tropas del Ejército, al arribar a su base, se le designó para comprobar la posibilidad de establecer un destacamento en las islas Columbretes, para confirmar esto, embarcaron el capitán de corbeta, D. Pedro Sanz y Torres, jefe de la Sección de Organización del Estado Mayor del Almirante Jefe de las Fuerzas de Bloqueo, un comandante de Estado Mayor del Ejército y otro de Ingenieros, todos pertenecientes a la guarnición de Palma.

Continuo en sus trabajos de transporte por todo el litoral y si había aviso, a cruzar por la isla de Pantelaria, el 23 seguido se le encomendó el traslado de una compañía de Infantería de Marina a Vinaroz y para no desperdiciar el viaje, embarco un batallón (757 efectivos) del mismo cuerpo con destino a Tarragona, a su vez embarcaron 150 prisioneros, para ser transportados a Palma.

El Almirante fue llamado a Burgos, para ello embarco el 30 de enero en el destructor Velasco Melilla, quien lo trasladó a Tarragona continuando por carretera viaje a la capital burgalesa, (obsérvese que casi nadie, salvo rara vez se utilizaba el vuelo, para trasladarse de un punto a otro en la península) a su regreso se encontraba el J.J. Síster a la espera, embarco y lo transporto a Palma, donde entraba el 3 de febrero a las 15:50, ni siquiera fondeo, pues se había dado la orden del Almirante de concentrase en Barcelona, junto a otros tres cruceros auxiliares, los Antonio Lázaro, Rey Jaime II y Vicente Puchol, quedando reunido el 4 de febrero por la mañana.

El 9 el capitán de navío del despacho de Palma, comunicó al Almirante, la ausencia de minas en la entrada de Mahón, como no, esto fue ratificado por el capitán del crucero HMS Devonshire, Allan Hillgarth, porque éste buque ya tenía a bordo a todos los responsables, entre ellos el capitán de corbeta D. Luis González Ubieta y González del Campillo, quien había sido comandante del crucero Miguel de Cervantes y algo más tarde Jefe de la Flota gubernamental, al dejar este cargo, paso a Jefe de Estado Mayor de la Marina y por último Jefe de la Base Naval de Mahón, y el Capitán del crucero británico, era conocedor de la seguridad de la entrada, de hecho él ya estaba atracado en su interior, lo mismo se recibió de Ciudadela, por ello se eligió éste puerto para el desembarco y por estar muy alejado de las baterías de la Mola.

Fue uno de los asignados para transportar tropas, en el desembarco de Ciudadela el 9 de febrero de 1939, transportando efectivos de la 105 división, el Almirante transmitió al Jefe del Estado Mayor de la Marina, el parte de instrucciones, pero por ausencia del su Jefe, estaba su segundo, el capitán de navío D. Salvador Moreno Fernández, quien inmediatamente transmitió a su hermano el Almirante, «tener cuidado no sea una añagaza», lo que lógicamente no cayó en saco roto.

Para ello se mantuvo a cierta distancia el Mar Negro, por ser el que mayor calibre y número de piezas disponía, por la misma razón los restantes entraron con las cubiertas llenas de soldados, pero todos con sus armas cargadas y muchas ametralladoras situadas en lugares altos, para protección de las tropas, el primero en hacerlo fue el Vicente Puchol, quien al atracar comenzó a desembarcar tropas, eran del batallón 101 al mando de un comandante, fue el primero en ser desembarcado, al comprobar la nula oposición, fueron trasladados en camiones a Mahón, tomando el castillo de La Mola y alrededores, asegurando así casi toda la isla, al quedar por los nacionales la artillería principal de 381/45 mm que en esta loma se encontraba, le siguió el J.J. Síster, Antonio Lázaro y Rey Jaime II; dando fondo el Mar Negro por falta de espacio en los muelles a las 11:00, al estar asegurado el puerto y sus cimas próxima a las 14:00, por orden del Almirante desfilaron las tropas hasta Mahón.

Se quedó en la isla para darle protección una media brigada, de la división 105, una vez reembarcadas las tropas, abandonaron el puerto a las 00:00 del 12, pero navegaron por el N. de la isla, para evitar ser atacados por la aviación enemiga, entrando en Tarragona al medio día del mismo 12.

Pero no les dieron ni tiempo para descansar, la guerra es así, porque «Terminus» demando el 15 fuera trasladado el cuerpo de ejército de Aragón, de Tarragona a Castellón, para ello se unieron los cuatro anteriores mercantes armados, más el Ciudad de Valencia y Mallorca, estando como buque insignia de esta operación el minador Vulcano; el Vicente Puchol sufrió una fuerte avería en la roda y las tuberías del motor, al entrar de noche y abordar el espigón, necesitando ser puesto en seco, a su vez estuvieron presentes varios mercantes, pues todos en los mercantes armados no era posible transportarlos, el 14 el comandante de la expedición a las 20:40, informo al Almirante no haber llegado nadie del Ejército, cuando sus buques estaban todos dispuestos hacia horas, el Almirante se puso en contacto con Burgos, de aquí le respondieron que, los planes habían cambiado, (esto demuestra las malas comunicaciones entre Ejército y Marina, porque si no pregunta, no se le informa) ahora debería entrar en Palamós, donde embarcaría la 12 División, (al mando del general de brigada (estampillado) D. Carlos Asensio Cabanillas) con 12.000 efectivos y 1.200 acémilas, permaneciendo en este transporte entre el 15 y 22 seguidos.

Pero el problema se agravó, porque algunos de los mercantes no estaban disponibles, por estar cumpliendo otras órdenes del Jefe del Estado Mayor, se dio el caso peregrino (por existir dos mandos y precisamente coordinados) que los Mallorca y Antonio Lázaro, salieron a primera hora de la mañana del 15 con destino a Tarragona, en vez de a Palamós, por no recibir la orden de hacerlo, los buques fueron llegando a su puerto de destino, el primero en llegar fue el minador Vulcano a las 14:00 del 15, y poco más tarde fueron entrando el resto de los que se pudo disponer, comenzando el embarque, pero a las 08:00 del 16, el comandante del minador, comunica que desde las 00:00 horas anteriores, ya no quedan tropas que embarcar y los mandos le indicaban que faltaban otras unidades, entre el 16 y 17 fueron llegando más tropas de la unidad militar, siendo el último en terminar su embarque el mercante Castillo de Monforte, con 300 efectivos y 710 mulos, entrando el último en Tarragona el 18 a las 11:10.

El Estado Mayor de la Marina dispuso otro transporte, esta vez era el Cuerpo de Ejército de Navarra, ante el desconcierto de las previsiones de la operación pasada y ésta, el Almirante embarcó en el Mar Negro, con rumbo a Barcelona, donde se encontraba en la madrugada el 18, a su vez el comandante del Vulcano jefe y responsable del movimiento de buques, al saber que era todo un Cuerpo de Ejército, (que en esos momentos contaba con 6 divisiones), comunicó le era imposible hacerlo, por la falta de buques para tanto efectivo, materiales y acémilas, previsto el embarque en San Feliú de Guixols y Palamós, pero de nuevo hubo cambios, pues ahora le indicaban que sólo eran 6 batallones de la 4ª división y algún material, siendo las disponibles en Palamós; al disminuir considerablemente las cantidad de tropas y materiales, lo que le fue confirmado al Almirante el 20 al medio día, sólo participaron en este traslado los dos mercantes armados, los Antonio Lázaro y Mallorca con el transporte Castillo de Mombeltrán, dejando en San Feliú de Guixols los restantes buques allí fondeados, salieron el 20, 21 y 22 respectivamente, entrando en Tarragona el 23, donde desembarcó la tropa.

Un tercer transporte le correspondió al de este historial, se encontraba en Palma reparando, al quedar medio alistado salió con rumbo a Barcelona, donde el 21 se encontraba atracado, se trasladó a Tarragona donde embarcó 220 soldados de artillería de costa, se hizo a la mar en cuanto estuvo listo, pero el mal tiempo le obligó a regresar a puerto el 23, de nuevo al calmar la mar el 25 salió con rumbo a Mahón, donde desembarcó a los artilleros, para hacerse cargo de la artillería de costa de La Mola, regresando a su base en Palma el 26.

Entre el 5 y 10 de marzo de 1939, fue uno de los que participó en el frustrado desembarco en Cartagena, había embarcado en Castellón tres batallones de infantería, con todos sus pertrechos de guerra, el 5 a las 22:10 al comenzar a levar el ancla, se enredó con un trozo de cadena, seguramente perdido por otro buque, quedando en la misma boca de entrada intentando salir del apuro, al conseguirlo quedó más afuera fondeado junto al Antonio Lázaro, pero ambos recibieron la orden del Estado Mayor de salir de inmediato, con rumbo a Cartagena, sin esperar al resto de buques, siendo los primeros en salir, entre las doce y la una de la madrugada de día 6 se pusieron a rumbo, pero sin saberse a bordo la misión exacta, a las 14:00 recibieron la orden del Almirante: «Arrumbar al 168, régimen 12 nudos para recalar a 15 millas de cabo San Antonio. Mar llana y ventolina de SSW.»  

A 06:00 el Almirante envío otro radio: «Alejarse de la costa. Atención a la aviación enemiga», a las 14:00 fue avistado por varios buques, entre ellos el insignia del Almirante, en el Mar Cantábrico, pero en éste se recibe un aviso a las 23:00 por el que se comunica que, la situación en Cartagena ya no es favorable, pasando la orden a todos los buques de permanecer alejados de la costa, a las 05:00 del 7, reunidos varios transportes, mercantes armados y cruceros auxiliares, aproaron para efectuar un desembarco en Portman, pero al estar cerca, a las 07:25 comenzaron a recibir fuego de la batería de 152’4 mm de la misma Portman y también los piques de los de 381 mm de las piezas de Negrete, los cuales llegaron a estar a 500 metros de los buques, de esto informó el Almirante al Estado Mayor de la Marina, recibiendo a las 14:00 el siguiente mensaje: «En vista de noticias que envía de encontrarse las baterías parte occidental y Portman en poder de fuerzas rojas, que hostilizan Escuadra, puede ordenar que tropas regresen a punto de partida, permaneciendo Escuadra frente a Cartagena por ahora» por ello todos los mercantes con tropas recibieron la orden de regresar, menos el Castillo Olite, por no llevar radio, y a las 16:30 el J.J. Síster, viró para regresar a Castellón.

A su arribada a Castellón desembarco las tropas y materiales, pero estando en este menester, recibió la orden de salir lo antes posible, lo que efectuó el mismo 8 entrando el mismo día en Ibiza, para transportar a los efectivos que iban a bordo del transporte Castillo Peñafiel, quien había arribado al puerto el mismo día a las 16:00, después de haber sufrido varios ataques de la aviación enemiga, sufriendo varias bajas, aparte de estar la mar muy movida, imposibilitándole poder llegar a su puerto de salida, y un boquete en su obra viva, en forma de cruz y de un metro de longitud cada brazo, en estas condiciones no podía navegar, habiendo sufrido cuatro muertos y 25 heridos; las tropas, heridos y muertos embarcaron el seguido 10 y desembarcaron al día siguiente en Castellón.

El 14 por la noche seguido embarcó el Almirante, para ser transportado a Tarragona, continuando viaje en automóvil hasta Burgos, donde permaneció entre el 16 y 20 en conversaciones con el Generalísimo, regresando el 21 embarco de nuevo, para trasladarlo a Palma donde entro el mismo día de noche, al ser tomada Cartagena por las tropas del ejército, se recibió una orden para que J.J. Síster y Mar Cantábrico, entraran en el puerto, por haber sido nombrado el Almirante, Capitán General del Departamento, salió de Palma el 31 de marzo a las 17:15, a las 10:20 del 1 de abril entraba el insignia, siendo saludado por las dotaciones de los cruceros Canarias y Navarra, quienes había entrado la noche anterior, saludando al Almirante con los honores de ordenanza, permaneció un tiempo en el puerto, hasta recibir la orden de salir con rumbo a Cádiz, donde fue desarmado e intentar darle su anterior aspecto, al concluir los trabajos fue devuelto a su propietario, continuando sus servicios como mercante, en la misma compañía propietaria.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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Mallorca

Posted By on 24 de marzo de 2022

Mallorca. Autor desconocido.

Construido por Nicoló Odero fu Alessandro & C. Sestri-Ponente. Génova. Italia, 1914.

Desplazamiento: 2.835 t. Dimensiones: Eslora 92’5 por 7’38 de manga y 6’25 metros de calado. Máquina: Alternativa de triple expansión con 3.150 C.V. Velocidad: máxima 14 nudos.

Fue un pedido de Isleña Marítima, en 1929 fue comprado por Trasmediterránea y destinado como buque correo.

Al producirse el alzamiento se encontraba en Mallorca, preparado para salir en su servicio regular, rumbo a Valencia a las 20:00 del 19 de julio (cuando todavía no se sabía nada en las islas de la promulgación del estado de guerra, por Madrid), pero si al parecer se había enterado la tripulación, pues no se encontraba ninguno a bordo y sólo el capitán y los oficiales estaban en las oficias de la compañía Trasmediterránea, sita en el mismo muelle de atraque, se intentó sustituir a los “desaparecidos” (por enviar a sus domicilios a la Guardia Civil y no encontrar a ninguno) por ello la tripulación del Ciudad de Tarragona, el cual se encontraba en Ciudadela, donde por orden acudió un teniente de la Guardia Civil, pero al no tomar la precaución de acompañarle algunos efectivos, fue detenido y éste buque salió con rumbo a Barcelona, mientras el de este historial quedó atracado en Palma en espera de noticias.

Al entrar en el puerto el crucero Canarias con insignia del Almirante, se encontraban el crucero HMS Devonshire, el italiano Eugenio di Savoia y el destructor Niccolo Zeno, más el francés Chevalier Paul, quienes fueron a saludar al Almirante, y en conversaciones con el capitán de corbeta Margottini, (capitán del destructor italiano), se decidió enviarlo para ser armado a La Spezia, entregándole el mando al capitán de fragata D. Pedro Sans y Torres, zarpando en la noche del 31 de septiembre de 1936, junto al Rey Jaime I, al arribar a la base italiana, se le montó un cañón Armstrong de 120/40 mm y un Armstrong (Ansaldo) de 76’2/40 mm y dos ametralladoras Scotti de 20/70 mm.

En noviembre seguido pasó a Palma de Mallorca, con el nombre de Isarco, para impedir fuera capturado por la escuadra enemiga, pero al arribar se le cambio de nuevo el nombre por el de este historial, y se le entregó el mando al capitán de fragata D. Gabriel Rodríguez Acosta, quedando con base en Mallorca desde donde zarpaba en misión de vigilancia del tráfico marítimo.

Realizo varios cruceros formando barrera para interceptar mercantes con rumbo a la península, el más destacado tuvo lugar entre el 9 y 26 de diciembre de 1936, para prestar apoyo a la intervención de siete unidades de sumergibles italianos (legionarios), con el fin de poder frenar el tráfico de material de guerra a los gubernamentales, pocos días después participo en el despliegue de fuerzas, por saberse la llegada del mercante ruso Komsomol, el cual fue hundido por el crucero Canarias, con su artillería de 120/45 mm, el 14 de diciembre de 1936 a las 18:00 horas, quedando ya afirmado el poder de los sublevados en la mar.

A su vez esto fue criticado por todas las potencias, por ser el hecho acontecido en aguas internacionales, siendo como siempre los británicos quienes más publicidad y ataques dirigió contra los sublevados; continúo con sus patrullas, siempre acompañando al Rey Jaime I, pues ambos por su combustible, el carbón y sus limitaciones de autonomía parecidas, de esa forma cuando uno debía regresar a carbonear, también lo hacía su compañero.

El 24 de mayo de 1937 se nombró su comandante al capitán de corbeta D. Carlos Navarro Dagnino, saliendo a patrullar las aguas de Sicilia y su estrecho con África, donde el 26 de mayo frente a la isla de Pantelaria, obligo a parar máquinas al vapor holandés Orester, al ver llevaba un avión en cubierta, su capitán le informó que era para la aviación holandesa, se comprobó la documentación y al ser cierto se le dejo en libertad, con las consiguientes excusas de buena fe; entró en La Spezia, y al día siguiente lo hacía en Cagliari donde le esperaba el Ciudad de Alicante, embarcando diferente material de guerra, en este puerto se reunieron a su vez el J.J. Dómine y Mar Cantábrico, saliendo todos con rumbo a Palma el 7 de junio donde arribaron el mismo día, desembarcaron los materiales, pero los dos últimos aún con su carga salieron con escolta al Estrecho, donde desembarcaron lo transportado en Cádiz.

En sus cruceros apresó los mercantes Juss y FranÇois en junio de 1937, prosiguió en su comisiones de vigilancia, siempre regresando a su base en Favignana, de donde salió el 20 de agosto de 1937, por recibir la orden de pasar a Palma, donde entró el siguiente 21, al arribar se le desmotó la pieza de 76’2/40 mm, instalando en su lugar un Vickers de 47/50 mm, entregando el mando al capitán de corbeta D. Patricio de Antonio Morales prosiguiendo en sus cruceros y como se indica, arribando a La Spezia y embarcando materiales para las tropas, desembarcándolas bien en Palma, Melilla, Ceuta y Cádiz, así como al avanzar las tropas por tierra, llevar la misma carga a Málaga.

Encontrándose en Cádiz, salió en misión de vigilancia, apresando en el Estrecho a primeros de enero de 1938, al mercante con bandera de Estonia Juss, de 1.187 TRB, lo acompañó a su base y se dio como buena presa, pasando a la flota nacional con el nombre de Castillo Gibralfaro, desde aquí como en muchas otras ocasiones, arribaba a Palma de donde a su vez salía, con rumbo a La Spezia donde en varios convoyes regresaba con carga de todo tipo, igual era material de guerra, como combustible.

A primeros de agosto de 1938 fue nombrado su comandante, el capitán de corbeta D. Carlos Navarro Dagnino, saliendo de Cádiz a patrullar el Estrecho entre el 24 y 27 seguidos, regresando sin haber tenido ningún encuentro, el 16 de septiembre embarcó en Cádiz, para transportarlas a Ceuta, (como él otros muchos participaron en este trabajo), por el posible cambio en Europa, en vísperas de la Conferencia de Múnich, (1) por esta razón el Estado Mayor de la Marina, adopto unas decisiones en previsión de algún cambio perjudicial para España, al desembarcar los efectivos, fue destinado a vigilar la salida desde Gibraltar del destructor gubernamental José Luis Díez, estando en esta comisión, fue sustituido por un minador, recibiendo la orden de regresar a Palma.

(1) Por esta conferencia, Francia traslado fuertes contingentes de tropas a Bayona y Pirineos, por ello a su vez el mando nacional, traslado de la Península al protectorado de Marruecos 16 batallones, por si Francia intentaba tomarlo, a su vez los británicos llamaron a sus reservista de costas, marina y defensas, en Gibraltar cerraron la frontera entre el peñón y La Línea y a su vez las dos bocas de entrada al puerto, se instaló una talanquera en cada una, pero con una treta de las de siempre de estos señores, se recibió un comunicado en el destructor gubernamental, diciendo que: «El almirante vería bien que el José Luis Diez amarrara en la boya nº 1» pero no había terminado de leer el mensaje, cuando dos remolcadores se acercaron para trasladarlo, todo porque así su casco servía para cerrar por completo una de las entradas. Talanquera: Valla, pared o cualquier lugar que sirve de defensa o reparo.

Participó en las operaciones para la toma de Menorca, al finalizar regresó a su base de Cádiz, donde fue entregado el mando al capitán de corbeta D. Patricio de Antonio y Morales, de donde volvió a salir para los ya referidos traslados de unidades militares, entre las poblaciones de Palamós y Tarragona; el 28 de febrero de 1939 se encontraba en Cádiz, saliendo a las 22:15 por recibir la orden de entrar en Palma y embarcar dotaciones de los buques auxiliares, salió de Palma el 31 de marzo, entrando junto al Marqués de Comillas en Bizerta el 1 de abril, con las dotaciones españolas para embarcar en la escuadra gubernamental, donde ésta se refugió a primeros de marzo de 1939; con la orden de entrar en Barcelona, pero primero hizo recalada en Palma.

La escuadra al mando del contralmirante Excmo. Sr. D. Salvador Moreno Fernández, arrumbo a un punto a 70 millas al 086 de cabo de Palos, donde había sido hundido el crucero Baleares, donde pararon máquinas, se izaron banderas y gallardetes, las dotaciones cubriendo candeleros todos de blanco, rezaron un responso, se dieron las voces de rigor en estos actos y desde el crucero Miguel de Cervantes, se lanzó al agua una corona de laurel con una bandera de España, al terminar el acto que fue muy breve, los buques de la escuadra arrumbaron a Cartagena, el resto a sus puertos base. Al finalizar esta comisión pasó a ser desarmado en Matagorda, al concluir los trabajos en los que fue prácticamente reconstruido, fue entregado a su propietario.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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Rey Jaime I

Posted By on 23 de marzo de 2022

Rey Jaime I. Autor desconocido.

Construido por Nicoló Odero fu Alessandro & C. Sestri-Ponente. Génova. Italia, 1911.

Desplazamiento: 2.850 t. Dimensiones: Eslora 96’35, por 11’50 de manga y 6’7 metros de calado. Máquina: 2 x alternativa triple expansión con 4.000 C.V. Velocidad: máxima 16 nudos.

Era un correillo pedido por Isleña Marítima, en 1919 fue comprado por Trasmediterránea.

Al comenzar la guerra se encontraba en Mallorca, quedando destinado como buque prisión, al apaciguarse las aguas las autoridades de la isla, se pusieron de acuerdo con el capitán de corbeta Margottini, quien se encontraba en el puerto, al mando del destructor italiano Nicolo Zeno, se puso en contacto con sus mandos, para poder enviar el mercante y ser armado, una vez aceptado se le entregó el mando al capitán de fragata D. Pedro Sans y Torres, (este oficial fue el encargado de llevar a éste y al Mallorca, por falta de oficiales) zarpando en la noche del 31 de septiembre de 1936 con rumbo a La Spezia, donde en octubre seguido se le montaron, un cañón Armstrong de 120/40 mm y otro Armstrong (Ansaldo) de 76’2/50 mm, más dos ametralladoras Scotti de 20/70 mm, (1) regresando al finalizar el armamento a finales del mismo mes a Palma, realizando la derrota con el nombre de Buccari, para impedir fuera interceptado por los enemigos, al llegar se le volvió a escribir su verdadero nombre, permaneciendo en puerto y alguna salida para instruir a la dotación, fue entregado el mando el 7 de enero de 1937 al capitán de corbeta D. Carlos Vila Suanzes, quedando asignado a la base de Palma.

(1) Al respecto de este armamento, el Almirante expuso a «Terminus» lo siguiente: «Los dos vapores Mallorca y Jaime I que estaban montando en La Spezia un mezquino armamento…» Pensamos que esta dicho todo y con ello que los italianos se estaban aprovechando de la situación, como ocurrió en casi todos los materiales que, bien se compraban o bien los cedían como un favor, por cualquiera de los que “ayudaban”, tanto a una parte como a la otra, para obtener en benéfico propio unos cuantos millones de pesetas, pero sin perjudicar a sus propios ejércitos, por ser la mayoría material para nada moderno.

El 2 de febrero el Almirante dio la orden de zarpar, a los mercantes armados Rey Jaime Iy Mallorca, para vigilar la zona del meridiano de Formentor, frente a la costa catalana, pero por fallos en sus máquinas, no pudieron hacerlo, aunque sí pudieron llegar a su base, permaneciendo en estos trabajos unos días, por orden del Almirante este mercante armado y su compañero Mallorca, salieron el 23 de febrero por la mañana, para cruzar en rumbo Norte-Sur en la línea de Marsella-cabo Creus, en comisión de vigilancia del tráfico marítimo, estando en ella al mismo tiempo el crucero Almirante Cervera, para ayudar en caso de avistamiento, al terminar su comisión regresaron a Palma.

El 25 de febrero por la tarde el Almirante, recibió la noticia del paso del Bósforo (el 22 anterior) del buque de pasaje Marqués de Comillas, en poder de los gubernamentales y sin duda cargado con material de guerra, por ser además uno de los más rápidos del momento, para ello se fijó unos puntos entre las islas Baleares y la costa francesa, pues era conocido que su destino estaba previsto entrar en Barcelona, por considerar el Almirante que su velocidad impedía ser detectado en el canal de Sicilia, entre los buques que formaron la barrera, estaba el de este historial, y como jefe de toda ella el crucero Almirante Cervera, siendo el que más cerca estaba de la costa, por ello al amanecer del 26 fue atacado por un avión gubernamental, pero sin acierto, continuo en su ruta y ya por la mañana avistó al mercante, al que se le disparo por la proa, siendo cuando paró máquinas y fue abordado por un dotación de presa, fue conducido a Palma, recibiendo la orden los demás de regresar a su base junto al crucero, el mismo 26 recibieron la orden ambos de salir, para formar barrera entre los cabos de Creus, San Sebastián y Tossa, vigilando toda la noche, al amanecer y no ser avistado ningún buque, recibió la orden de regresar, fondeando en Palma el mismo 27.

El 9 de marzo el Almirante, recibió la orden de trasladar la mitad de la oficialidad de la Marina a la Península, pero no se pudo realizar, por estar esperando la llegada del Mar Cantábrico, y por ello todos estaban embarcados, y en aguas del Estrecho para impedir su paso, ante ello el Estado Mayor dio la orden de anular la orden anterior, regresando a su base a repostar, su combustible era carbón y su carga lenta con consumo muy alto, permitiéndoles sólo una permanencia de 4 ó 5 días, al quedar libres de la vigilancia del vapor esperado, embarcaron entre ambos mercantes armados (Mallorca) 190 jefes y oficiales, 300 suboficiales, 250 soldados y 150 falangistas, más 1.150 t. de pólvora para el Ejército y 78 para la Marina, todo llegado con otros transportes a Palma, desembarcando en Cádiz lo transportado el 15 seguido, el 16 salió junto al crucero Baleares, para situarse entre Cerdeña y Túnez, al N. y S. de la isla de Galita, donde permanecieron hasta el 20, regresando el mismo día por la noche a Palma, sin haber avistado posible presas.

Junto al Mallorca salió de Palma el 27 de marzo, el 28 amarraron en Cagliari, pero fue en La Spezia donde el 2 de abril embarcaron material de guerra y efectivos militares, al regreso el 5 siguiente a las 14:00 horas a unas 15 millas al N. de Bujía, se encontraron con los cruceros Baleares y Canarias, quienes se colocaron a proa de los cruceros auxiliares en línea de fila, navegaron a longo de la costa argelina y el 7 los cruceros entraron en Ceuta, los auxiliares en Cádiz  pero hubo un nuevo encontronazo entre el Estado Mayor de la Marina y el Almirante de la Flota.

El primero envió un radiograma diciendo: «Descifre personalmente. Generalísimo enterado hundimiento del Poli recomienda evite actos que puedan crear situación difícil a nuestra ya complicada diplomacia» (el Poli era un buque abanderado en Grecia, el cual ya había sido interceptado y puesto en libertad en dos ocasiones, pero en ésta por los informes, el Almirante había dado la orden de hundirlo, pero antes su dotación había pasado al Baleares, quien con la artillería de 120 mm lo hecho a fondo).

La respuesta del Almirante a su Jefe de Estado Mayor fue: «Esto quiere decir que no se debe hundir a nadie, sea griego o panameño fuera de las aguas españolas. Tomo buena nota y si los encuentros con buques contrabandistas tiene lugar lejos de Palma, me guardaré muy bien de darles órdenes. Nuestra actuación es cada vez más difícil; verdad es que son los vapores ingleses ahora los que se dedican a molestar más. El hundimiento del Komsomol, no aprobado ni desaprobado por Salamanca, trajo consigo prácticamente la supresión del contrabando en vapores rusos; es un hecho real, pero en las altas esferas pasó completamente desapercibido.»

Como se puede comprobar el Almirante dejaba muy claro con todo esto que, cada cual iba a la suya sin valorar el esfuerzo de los marinos, quienes con muy pocos medios, sólo intentaban reducir el tráfico a la zona gubernamental, favoreciendo con ello el desarrollo de la guerra en tierra y cuando esto se lograba, desde «Terminus» no se hacía el menor comentario, ni se publicaba nada en agradecimiento al esfuerzo de todos, el cual por otra parte parecía baldío y para nada apreciado. En esta tesitura se vio en más de una ocasión el Almirante, pero…como buen militar, las órdenes se cumplen, no se discuten.

El 20 de abril de 1937 entró en vigor el Control Internacional, lo que en sí fue un reconocimiento de que en España se estaba en guerra, pero a su vez cada país de ese Control, actuaba a sus anchas y a su vez esto no era bueno para nadie, y menos aún para acortar la guerra, y ahorrar vidas, pero como no eran de las suyas, no les importaba en absoluto quien venciera a quien, incluso a algunos les sirvió para probar armas para lo que se avecinaba, pero no con sus habitantes, sino con el pueblo español, al que casi todos le tienen cierta fobia, por las acciones de guerra en siglos anteriores, por ello los enemigos de España están en todas partes y esto lo manifiesta sin duda ninguna.

El 19 de abril salieron de Cádiz para concentrase en Ceuta, pero de aquí salió a Menorca, por llevar a bordo las dotaciones que el siguiente 20 debían hacerse cargo de los sumergibles General Mola y General Sanjurjo, al desembarcarlos se unió a uno más de los muchos convoyes con destino a La Spezia, en él iban tres cruceros auxiliares y los dos cruceros Baleares y Canarias, estos como era normal, los escoltaban hasta estar a salvo, llegando al puerto italiano y embarcando la carga, saliendo lo antes posible y de regreso en el mismo lugar, volvían los cruceros a darles escolta hasta llegar al Estrecho, donde llegaron a Cádiz el 27 seguido, poco antes del mediodía del 28 salieron con rumbo a Palma, donde embarcaron 1.600 efectivos del ejército, 1.800 bombas, más otros materiales, el mismo 28 los cruceros se unieron para darles escolta, el 29 cuando al medio día se encontraban sobre cabo Ténez, el Almirante  comunicó la presencia sobre el cabo de Palos de la escuadra gubernamental, los dos cruceros continuaron protegiendo a los buques, hasta dejarlos a salvo, al encontrarse sobre el cabo Quilates-Alhucemas, cuando viraron al E. para intentar dar caza a la escuadra enemiga, pero no la localizaron.

El 18 de mayo, salió de Palma en otro convoy, con el mismo destino al puerto italiano, como era normal fueron dando resguardo los cruceros, hasta dejarlo en franquicia, todo esto sabiendo que la escuadra gubernamental se encontraba en la mar, llegaron al puerto de destino y comenzó el embarque de materiales de guerra, a su regreso por la misma ruta entraron en Palma, pero el de este historial desembarcó lo transportado y embarco efectivos del ejército, saliendo de nuevo con destino a Cádiz, al llegar desembarcó la tropa, regresando a Palma para reabastecerse.

Zarpó el 21 seguido, esta vez para vigilar en la zona de la isla de Pantelaria, en la que permaneció hasta el 24, porque su falta de autonomía le obligaba a realizar cortas permanencias en la mar, impidiéndole permanecer más tiempo en la zona, entrando en Palma el 26 al mediodía; embarcó cuatro cañones de campaña de 150 mm, 100 carritos con ametralladoras y efectivos del Arma de Artillería, saliendo el 9 de junio con rumbo a Cádiz, durante el trayecto sufrió una avería en su sistema de propulsión, pero no le impidió poder entrar en la bahía gaditana, desembarcó la tropa, pasando a reparar en Matagorda, permaneciendo en ello 25 días, aun en reparaciones el Almirante decidió pasara destinado a Melilla.

El 8 de julio salió de Melilla dando remolque a la lancha torpedera Requeté, con destino a Palma, donde la dejó el 9 seguido, pero sólo estuvieron un día, por recibir la orden del Almirante de pasar a Soller, puerto mucho más seguro para pequeños buques, regresando a Palma al día siguiente; el 27 salió de Palma con rumbo a los estrechos de Sicilia, al puerto base de Favignana, de donde salió para relevar al Antonio Lázaro, regresando sin haber divisado nada importante el 29, permaneció casi otro mes en revisiones necesarias, por ello el 2 de septiembre, el Almirante recibió la noticia de la entrada en Cagliari del Mar Negro, por haberse pasado a los nacionales, a sugerencia del almirante italiano Marengo, envío al Rey Jaime I para hacerse cargo del buque, pero por asegurar su presa el Almirante envió al Canarias, quien el día 4 trasbordo una dotación de presa, por ello el mercante armado quedo libre, entrando por la noche del mismo día en Palma, mientras el crucero y la presa arrumbaron al Estrecho.

Estando en Palma el 14 seguido se le ordeno transportar a Melilla, al hidro siniestrado He 60-4, lo que efectuó, regresando a su base el 16; el 24 de octubre en un nuevo crucero en los estrechos de Sicilia, apresó al mercante Margrete, con bandera danesa, con una carga de 500 t. de patatas, fue declarado buena presa, entre tanto permaneció siempre que podía o le dejaban sus máquinas, porque prácticamente todo noviembre lo paso en reparaciones, continuo en diferentes barreras, formadas para interceptar los buques provenientes del Bósforo, el 7 de diciembre hizo lo propio con el mercante Athinai, con bandera griega, al ser revisada su carga declarada como general, era cierto y por ello consultado con el Almirante, se le dejo en libertad, regresó a su base donde repostó, salió en un crucero llegando a la isla de Pantelaria, formando conserva con el Ciudad de Valencia, tras permanecer unos días arrumbo a su base donde entro el 26 seguido, el mismo día después de carbonear se hizo de nuevo a la mar hasta la misma isla anterior, por saber se acercaban procedentes del Bósforo tres mercantes, a los que no pudieron avistar, regresando a Palma el 30 de diciembre.

Permaneció unos meses en reparaciones, por ello no se tiene noticias sobre él hasta julio y agosto de 1938, al entrar en servicio se nombró su comandante, al capitán de corbeta D. Luis Lallemand Menacho, realizando varios cruceros en aguas de Pantelaria y estrecho de Sicilia, así como transporte de material de guerra desde La Spezia a Cádiz o Palma y entre estas, y del 22 al 26 de agosto, permaneció en el Estrecho para dar protección al tráfico marítimo entre Ceuta-Melilla y Cádiz, el 29 seguido por la noche creyó divisar un sumergible, por ello pidió permiso al Almirante, para entrar en Cádiz, al mismo tiempo al destructor Huesca le paso lo mismo, más tarde se supo eran ciertos estos avistamientos, pero los sumergibles eran extranjeros, todo ello provocado por la presencia del destructor gubernamental José Luis Díez en Gibraltar, esto causaba una cierta tensión en toda la flota, el 5 de septiembre formo barrera con otras unidades, por la posible salida del destructor mencionado, en la cual cesó por serle ordenado pasar a Palma.

Por la conferencia de Múnich la presión fue en aumento, pensando incluso que Francia, quien había trasladado varias unidades militares a la frontera con España, podía muy bien aprovechar la ocasión y hacer lo mismo con el protectorado español en Marruecos, de ahí la orden de trasladar unidades militares a Ceuta y Melilla, en las que participo entre el 17 y 20 de septiembre. No se tenían bastantes problemas en la península que, ahora había que trasladar tropas necesarias para proteger el protectorado; los males nunca vienen solos.

Al finalizar el anterior transporte, se le destino de nuevo a la vigilancia del Peñón, relevando al minador Júpiter en esta comisión el 15 de octubre, el 20 regreso el minador y éste mercante armado, recibió la orden de entrar en Algeciras y permanecer a la espera de nuevas órdenes; sucedió que el Júpiter estuvo presente sobre Casablanca, pero al salir de Cádiz no había repuesto víveres, por falta de ellos, lo puso en conocimiento del Almirante, recibiendo la orden de regresar Cádiz, y al mismo tiempo al mercante armado, se le ordenó salir de Algeciras y relevar al minador frente a Casablanca, de hecho capturo al mercante Ivisup al salir de las aguas francesas, dejándolo en Cádiz, donde entraron ambos.

A partir de este momento y al entrar en servicio el Mar Negro, muy superior en armamento, por tener más desplazamiento, quien junto a su hermano el Mar Cantábrico, eran los únicos con dirección de tiro instalada, con aumento de protección en forma de coraza, en sus polvorines y toda su dotación era militar, incluido una sección de infantes de marina, viendo que su buen estado (después de la gran reparación anterior), se aprovechó para convertir a éste en transporte, por ello fue desarmado en Matagorda, entregando el mando de su comandante D. Luis Lallemand Menacho, a otro compañero, éste prosiguió sus navegaciones por el Mediterráneo, hasta finalizar la guerra como transporte, participando en múltiples comisiones y ser devuelto a su propietario.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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Rey Jaime II-Corte

Posted By on 21 de marzo de 2022

Rey Jaime II-Corte. Autor desconocido.

Construido por Swan Hunter & Wigham Richardsond. Newcastle, 1906.

Desplazamiento: 2.150 t. Dimensiones: Eslora 80’04, por 10’50 de manga y calado de 6’44 metros. Máquina: Alternativa de cuádruple expansión con 3.750 C.V. Velocidad: máxima 17 nudos.

Encargado por una naviera francesa y bautizado Corte, fue comprado en 1910 por la Compañía Isleña Marítima, quien le rebautizo con el nombre de este historial, en 1919 lo compró Trasmediterránea, participó en el desembarco de Alhucemas, en la 6ª Flotilla como reserva de transporte.

Al producirse el alzamiento prestaba servicio a Madrid, como buque prisión en Alicante, participo como a tal transporte, en el intento de desembarco del capitán Bayo en Porto Pi (Mallorca), presente la escuadra el 14 de agosto de 1936 por orden apagaron los faros, el 15 fueron bombardeadas por la aviación los diferentes puntos a desembarcar, éste día era claro y sin luna, lo que se aprovechó para salir de Mahón la flota, transportando entre 8 y 9.000 efectivos, comenzando a avanzar, la reacción de los sublevados fue contundente, en represalia el 21 y 23 bombardearon Palma, mientras Bayo pidió la presencia del acorazado Jaime I, el 25 directamente al ministro de Marina, la rápida respuesta de Italia enviando unos caza CR-32 Chirri, previo pago realizado por la aportación en oro (todo tipo de joyas) de los habitantes de la isla, logró reducir la presión gubernamental.

Al mismo tiempo fue nombrado ministro de Marina Indalecio Prieto, el 29 le informo Bayo de la difícil situación de sus tropas, el 31 los gubernamentales conquistaron la altura de Pulas, pero al día siguiente fue retomada por los nacionales, el 3 de septiembre por fin llegó el acorazado y con su apoyo se tomó terreno a los defensores, pero viendo la imposibilidad de avanzar más, Bayo recibió la orden de reembarcar sus tropas, las cuales en la noche entre 3 y 4 seguidos embarcaron unos 8.000 efectivos, pero abandonaron todo el material de guerra pesado, (1) por la rapidez que se realizó el reembarco, como consecuencia de esto, la isla de Cabrera quedo desguarnecida, porque sus efectivos se unieron a Bayo, y ahora los sublevados no tuvieron ningún problema para retomarla, quedando definitivamente por estos. (2)

(1) El material abandonado consistía en: 2 camiones blindados, 12 cañones de 75 mm y 105 mm, 8 morteros de 50, 60 y 81, 24 ametralladoras, 103 tubos de repuesto para ellas, 12.300 cargadores de munición para éstas, 320 cajas de munición de ametralladoras, 2.709 fusiles, 38 mosquetones, 20 carabinas, 298 machetes, 703.345 cartuchos de fusil, 1.638 granadas de mano, 425 granadas de fusil, 1.849 granadas de mortero, 148 proyectiles de artillería, 975 bombas de aviación, 3 barcazas tipo “K”, 12 coches ligeros y 8 camiones.

(2) Todo esto provocó que, al abandonar las aguas el 13 fue bombardeada Ibiza, y el 19 siguiente desembarco una compañía, transportada en el Ciudad de Palma, quien tomo la isla sin oposición, y el 20 seguido se ocupó Formentera, quedando en manos gubernamentales la isla de Menorca, pero esto ya eran palabras mayores en estos momentos.

De regreso de su aportación al desembarco, entro en Barcelona, de donde salió con destino a Orán, y a su regreso volvió a hacerse a la mar con rumbo a Marsella, en octubre seguido realizó como correo, varios viajes entre Barcelona y Mahón, entre estas dos ciudades realizo varios viajes, con carga de tropas y material de guerra.

Entre el 15 y 19 de junio de 1937, el sumergible General Mola, con base en Sóller, estuvo a la espera de su paso por las cercanías de la costa, pero no pudo localizarlo por el mal tiempo reinante, impidiéndole mantenerse a cota periscópica y sumándose a ello, el tener problemas con los hidrófonos.

En uno de estos transportes el 16 de septiembre seguido, cuando navegaba junto al J.J. Síster y tres destructores, en ruta desde Barcelona y Mahón, fue apresado por el crucero sublevado Canarias, tras poner en fuga a los tres destructores, (3) pasando a Palma, donde fue descargada su mercancía, consistiendo en “carga general” entre otros materiales llevaba varios automóviles, uno fue cedido al Almirante por orden de «Terminus», pero lo devolvió por no serle necesario, porque no navegaba; salió de Palma junto al petrolero Campas, por la mañana del 20 de octubre, con rumbo al Estrecho pero barajando la costa argelina, como era habitual y con la escolta del crucero Canarias, entrando en Cádiz a las 09:00 del mismo día.

(3) En las Memorias del Almirante dice: «La táctica de los destructores cuya misión era proteger el convoy, maniobraron del peor modo posible, abandonaron aquel desde el primer momento. Estos buques, bien manejados, hubieran podido seguramente torpedear al Canarias». Sobre esto escribe el Comisario Político del Almirante Antequera, por constar en el mismo informe: «Si Gravina hubiese efectuado el ataque con sus torpedos, así como el Sánchez (Barcáiztegui) que, viéndose en peligro, dejó el convoy y acudió demasiado tarde, es muy seguro que el gran crucero enemigo lo hubiese pasado mal.»

El 29 de diciembre salió de Cádiz con rumbo a Melilla, transportando materiales para los buques de esta base, para ello se aprovechó la presencia de los minadores, quienes le daban escolta, entre lo transportado iban dos buzos, para intentar salvar al remolcador Ferrolano hundido en el puerto por avería, pero su baja velocidad y estando a mitad de derrota, se avisó de la presencia de dos destructores gubernamentales, por ello acudieron con gran rapidez los cruceros Almirante Cervera y Canarias, ante su presencia los enemigos dieron toda y se alejaron, entrando el convoy en su puerto de destino.

Se recibió orden del Almirante para que los cruceros estuvieran vigilantes en la mar, mientras desembarcaba lo transportado, al finalizar salió protegido por los cruceros con rumbo a Palma, entrando el 31 de diciembre al anochecer, continuó realizando servicios parecidos, hasta que junto al Campas y J.J. Dómine salieron de Palma, con rumbo a La Spezia, para embarcar material de guerra, de donde salieron con rumbo a Palma, pero ya en el meridiano de Pantelaria, se reunieron con los cruceros, quienes les dieron escolta hasta entrar en Palma el 19 de febrero de 1938, pero sólo los mercantes, recibiendo la orden del Almirante de incorporarse a Ceuta, a las fuerzas de bloqueo del Estrecho.

El 3 de marzo salió de Ceuta junto al cañonero Lauria más dos dragaminas Castor y Pollux, con rumbo a Málaga, donde atracaron, la división de cruceros salió de Palma dando escolta a los mercantes Unbe-Mendi y Aizkori-Mendi el 5 seguido, para darles escolta hasta el cabo de Tres Forcas, donde a su vez por estar de regreso el Rey Jaime II y Gobeo, les escoltarían hasta Palma, siendo en la noche del 6 cuando sucedió el hundimiento del Baleares, por ello era uno de los que formaba parte del convoy al que daba resguardo la división de cruceros.

Entre el 19 y 20 de marzo salió de Palma con rumbo a Sevilla, donde embarcó a la aviación negrilla, trasladándola a Pollensa, de donde salió con rumbo a Palma fondeando el 21, todo por orden del Almirante, por haber pedido medios aéreos para vigilar las islas Baleares, realizó unos cruceros al canal de Sicilia, al ser tomada Vinaroz, junto a sus compañeros, realizó varios viajes con tropas y materiales, el 7 de julio transportó 550 efectivos, el siguiente 10 junto al Antonio Lázaro, transportaron 1.800 efectivos, a finales de mes zarpó con rumbo a las Islas Canarias con materiales y provisiones, a su regreso paso a Matagorda, donde se le montaron dos cañones Vickers de 101’6/50 mm, procedentes del crucero Almirante Cervera, entregándole el mando el 5 de agosto al capitán de corbeta D. Julio César del Castillo y Escarza, confirmando su base en Palma.

Desde donde continuo con los regulares cruceros al canal de Sicilia, a su vez el 15 de enero junto al cañonero Calvo Sotelo, bombardeo el puerto de Adra; al alcanzar las tropas nacionales la Ciudad Condal, el 29 de enero de 1939, fue el cuarto buque en entrar, lo que hizo el 1 de febrero, el 3 seguido se recibió la orden del Almirante de concentrase en Barcelona, junto a otros tres mercantes armados, los Antonio Lázaro, J.J. Síster y Vicente Puchol, quedando reunidos el 4 de febrero por la mañana, con la intención de «Terminus» de efectuar un desembarco en la retaguardia enemiga, para impedir el paso de los materiales a Francia, pero no se llegó a realizar, porque el avance de las topas ocuparon el puerto de destino, antes incluso de embarcar las tropas.

Participó en el desembarco en Ciudadela el 9 de febrero de 1939, el Almirante transmitió al Jefe del Estado Mayor de la Marina, el parte de instrucciones, pero por ausencia del Jefe, estaba su segundo, el capitán de navío D. Salvador Moreno Fernández, quien inmediatamente transmitió a su hermano el Almirante, «tener cuidado no sea una añagaza», lo que lógicamente no cayó en saco roto, para ello se mantuvo a cierta distancia el crucero auxiliar Mar Negro, por ser el que mayor calibre y número de piezas disponía, pero los que entraron lo hicieron con las cubiertas llenas de soldados, todos con sus armas cargadas y muchas ametralladoras situadas en lugares altos, para protección de las tropas, el primero en entrar fue el Vicente Puchol, quien al atracar comenzó a desembarcar tropas, eran las del batallón 101 al mando de un comandante.

Al comprobar que no existía resistencia, en camiones fueron trasladados a Mahón, donde tomaron el castillo de La Mola, asegurando así casi el resto de la isla, al quedar por los nacionales la artillería de 381/45 mm que en esta loma se encontraba, le siguió el J.J. Síster, Antonio Lázaro y Vicente Puchol, entrando éste último por falta de espacio a las 11:00, y al estar asegurado el puerto, dio fondo el Mar Negro por falta de espacio a las 14:00.

Las tropas se pasearon por la isla recibiendo el aplauso de los liberados, al llegar a Mahón volvieron a embarcar, se quedó en la isla para darle protección una media brigada de la división 105, una vez reembarcadas las tropas, abandonaron el puerto a las 00:00 del 12, pero navegaron por el N. de la isla, para evitar ser atacados por la aviación enemiga, entrando en Tarragona al medio día del mismo 12.

Pero no les dieron ni tiempo para descansar, la guerra es así, porque «Terminus» demando el 15 fuera trasladado el cuerpo de ejército de Aragón, de Tarragona a Castellón, para ello se unieron los cuatro anteriores mercantes armados, más el Ciudad de Valencia y Mallorca, estando como buque insignia de esta operación el minador Vulcano; el Vicente Puchol sufrió una fuerte avería en la roda y las tuberías del motor, al entrar de noche y abordar el espigón, necesitando ser puesto en seco, a su vez estuvieron presentes varios mercantes, pues todos en los mercantes armados no era posible transportarlos, el 14 el comandante de la expedición a las 20:40, informo al Almirante no haber llegado nadie del Ejército, cuando sus buques estaban todos dispuestos hacia horas, el Almirante se puso en contacto con Burgos, de aquí le respondieron que, los planes habían cambiado, (esto demuestra las malas comunicaciones entre Ejército y Marina, porque si no pregunta, no se le informa) ahora debería entrar en Palamós, donde embarcaría la 12 División, (al mando del general de brigada (estampillado) D. Carlos Asensio Cabanillas) con 12.000 efectivos y 1.200 acémilas, permaneciendo en este transporte entre el 15 y 22 seguidos; en la última semana de febrero, recibió la orden de regresa a su base en Ceuta, prosiguiendo en su cometido como a tal crucero.

El 5 de marzo fue de los primeros en embarcar en Málaga, los efectivos de la división 122, pero en su caso eran el 8º batallón expedicionario de Infantería de Marina, compuesto por tres compañía de fusiles y una de ametralladoras, al estar todos a bordo salió el mismo día a las 02:25 con rumbo a Cartagena, siendo a su vez el primero en salir a su destino, al ser conocedor el Almirante de esta operación, por ser dada la orden directamente desde el Estado Mayor de la Marina, sin aviso previo a su persona, se enteró de ella por las transmisiones entre buques, (en esta operación nada tuvo que ver al principio el Almirante y sólo cuando se enteró, porque las comunicaciones mencionadas entre todos los buques, por trabajar en diferentes onda, fueron oídas en su Cuartel General que como a tal Almirante de las Fuerzas de Bloqueo del Mediterráneo, disponía de varios equipos, para poder enviar o recibir órdenes de todos ellos), por ello el Almirante se limitó a emitir una orden dictada a las 04:50 del mismo día, pero no se pudo (o no se quiso) dar a conocer hasta las 06:00: «Preferencia absoluta: No acercarse a tierra. Incorporarse al Mar Cantábrico a 8 millas al 180 de Cartagena», recibiendo a las 11:50 una comunicación de éste buque diciendo: «Sin novedad» siendo el único controlado por el Almirante, de los restantes salidos del mismo puerto, nada más supo, el mercante a las 13:30 quedo incorporado al Mar Cantábrico y Mar Negro.

Fueron llegando otros buques, entre ellos el crucero Canarias, a su bordo el Jefe de la División de Cruceros, quien saludo a la voz al Almirante en su insignia, permaneciendo todos ellos voltejeando sobre Cartagena, a la distancia ya mencionada por seguridad, dado que el control de las baterías de costa del arsenal no estaba seguro, por más que el general Barrionuevo, emitiera que todas ellas estaban en su poder, (4) continuo la espera y la llegada de otras unidades de la escuadra, destructores, minadores y cañoneros, así como de mercantes armados y mercantes, a esto sumar que la aviación gubernamental no paraba de estar presente, pero era en algunos casos contrarrestada por la DCA de los nacionales.

(4) Es conveniente advertir aquí, que el general emitía este tipo de informaciones, sabedor de ser escuchadas por los gubernamentales, por ello se daba ya como todo controlado para jugar con su moral, pero lo bien cierto era que a su vez confundía a los suyos, de hecho poco falto para que los cruceros auxiliares, entraran en el puerto, lo que hubiera supuesto con total seguridad la pérdida de ambos buques y sus dotaciones.

El 7 con buena mar, la escuadra y ya muchos de los mercantes con tropas, se mantenían a la espera de noticias fiables, pero por ser muchos más, ahora cubrían entre las 8 y 10 millas de distancia de la costa, se reciben órdenes directas de «Terminus», para efectuar un desembarco en Portman, indicando en él incluso la forma de efectuarlo, (5) lo bien cierto es que ningún buque pudo avistar al Castillo Olite ni al Castillo Peñafiel, dando orden ya de noche el Almirante, para que algunos de los buques pequeños, pudieran acercarse a tierra e intentar averiguar donde se encontraban, pero la noche es traicionera y nada pudieron avistar, siendo sabedor que ninguno de los dos mercantes llevaba radio, dio por sentada su pérdida, por ello prácticamente no le dejó dormir esta noche, aunque ni era la primera ni sería la última pasada en vela.

(5) Omitimos partes y más partes, porque sería interminable el trabajo; como aclaración a todo ello, se puede resumir diciendo que, por primera vez el Generalísimo perdió los nervios, llegando a confundir con sus órdenes y contraórdenes al más plantado, todo por el nerviosismo y premura que emitía el general en tierra, con sus partes; y en parte en otros historiales de buques algo se menciona al respecto.

Para probar que el tema de las baterías era cierto, el Almirante con su insignia Mar Cantábrico y su hermano, se acercaron a Portman, eran las 07:25 cuando de pronto cayeron muy cercanos, unos proyectiles que, por lo piques levantados se supo eran los de 381 mm y otros algo más alejados del 152’4 mm, confirmando la imposibilidad de poder efectuar el desembarco, de hecho los dos cruceros auxiliares viraron 180º y a toda máquina se alejaron del peligro, visto y comprobado esto, envió un mensaje a al Jefe de Estado Mayor, explicándole lo ocurrido, así a las 14:30 (el mensaje del Almirante fue nada más estar a salvo, por lo que podemos decir claramente que, bien se lo pensaron en las alturas, pues hay más de 6 horas de diferencia, entre el emitido por el Almirante y recibir respuesta, como si el Almirante no quisiera terminar la guerra, al igual que todos sus superiores) se recibe un radio mensaje diciendo: «En vista de noticias que envía de encontrarse baterías parte occidental y Portman en poder fuerzas rojas, que hostilizan Escuadra, puede ordenar que tropas regresen a punto de partida permaneciendo Escuadra frente a Cartagena por ahora», es clara la contrariedad con que está escrita, pero eso le paso a todos los presentes, porque en definitiva eran quienes se jugaban la vida.

A las 15:25 y 15:35 el Almirante recibe dos mensajes del Jefe del Estado Mayor, indicándole nombre de buques y horas de salida, para que regresen a su mismo punto de partida, sin demora, pero de todos ellos el que no pudo regresar fue el Castillo Olite, el Almirante transmitió a todos ellos las órdenes, el de este historial a las 16:30 puso proa a Málaga, junto al Domine, Cabo Huertas y Castillo Monbeltrán, siendo escoltados por los destructores, mientras los destinados Castellón, iban protegidos por los cañoneros, en su regreso se turnaron dando remolque al R-12, éste, Antonio Lázaro y minador Vulcano, hasta dejarlo cerca de Ibiza, continuando a su puerto de partida, el resto de unidades cada cual a su puerto base, y los dos cruceros auxiliares a Palma.

Con la salida de la escuadra gubernamental de su base de Cartagena, causada por este alzamiento, al final quedo fondeada en Bizerta, estos buques en sí y casi finalizada la guerra, no tenían razón de existir, además había que intentar recuperar la economía del país, y desde siempre los buques han sido parte muy importante en ello, porque España no es una isla, pero de alguna forma siempre lo ha sido por una u otras razones, porque al final solo queda un camino, el de la mar, por todo ello y como otros muchos compañeros, quedo a la espera de saber el final, cuando se pudo confirmar, pasó a Matagorda para ser desarmado y devuelto a su propietario.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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Vicente Puchol-Marco Polo

Posted By on 18 de marzo de 2022

Vicente Puchol. Autor desconocido.

Construido por N. Odero fu A. en Sestri-Ponente. Génova. Italia, 1896.

Desplazamiento: 1.900 t. Dimensiones: Eslora 86’35, por 11’25 de manga y calado de 5’70 metros. Máquina: 2 motores MAN Masch con 3.700 C.V. Velocidad: máxima 16 nudos.

Al ser botado se le bautizo Marco Polo, en 1917 lo adquirió la Compañía Valenciana de Navegación, cambiando su nombre por el de éste historial, en 1919 pasó a Trasmediterránea, como vapor correo. Al producirse el alzamiento se encontraba atracado en Melilla, quedando en poder de los sublevados, en principio fue destinado como transporte de tropas y materiales desde Ceuta y Melilla a Cádiz, realizando varios viajes como el de 7 de octubre de 1936, otro el 26 seguido, con escolta del crucero Canarias, al comprobar su buen funcionamiento y la falta de buques, decidió el mando convertirlo en mercante armado (no crucero auxiliar, estos sólo fueron considerados los dos hermanos, Mar Negro y Mar Cantábrico, en la zona sublevada).

Pasando al astillero de Echevarría y Larrinaga de esta ciudad en noviembre de 1936, fue convertido en minador, con un tren de minas y espacio para 60, se le armó primero con un cañón Nordenfelt de 57/37 mm, pero pronto se le rearmó con un cañón Vickers de 120/45 mm, dos Vickers de 101’6/50 mm, un Nordenfelt de 57/37 mm y dos Vickers de 47/50 mm, le fue recortado el guarda calores, para que no fuera tan llamativo y disimular quien era, quedando alistado en enero de 1937, entregándole el mando al capitán de corbeta D. Federico Parras y Charrier, pasando a realizar a parte de su misión principal de minador, dar escolta y transportar material de guerra entre La Spezia y Palma.

El 19 de febrero de 1937 junto al Antonio Lázaro, salieron de Melilla con rumbo a Palma, a la altura del cabo de Tres Forcas a las 17:00 se reunieron con los cruceros Baleares y Almirante Cervera, a la altura del cabo Ténez se unieron los dos minadores, entrando todos en Palma por la tarde del 20, el 23 salió de nuevo a la mar con el crucero Almirante Cervera, para formar barrera al norte de Mallorca, se declaró un fuerte temporal que obligo al mercante a entrar en Palma.

Tuvo lugar un incidente el mismo 23 de febrero de 1937; el crucero Baleares arrumbo a las proximidades del cabo San Sebastián pasando a las islas Medas, acercándose mucho a Valencia, la presencia del crucero se supo de inmediato en la capital, por los pesqueros que paro para ser inspeccionados y dando la orden de que regresar a su puerto, quienes al entrar dieron la alerta, las autoridades de la ciudad avisaron a la población, del inminente bombardeo por el crucero sublevado Canarias, (lo que no sabían es que el Baleares ya estaba por estos mares, de ahí el error) aconsejados los habitantes se encerraran en los refugios y mantuvieran la serenidad, pero se dio el caso que el acorazado británico HMS Royal Oak, estaba vigilante en la zona, al verlo, la artillería de costa le envío algunos regalos, uno de ellos fue a acertar en el puente, causando heridos y daños, pero entre ellos estaba el capitán del buque y otros oficiales. El que no quiera polvo que no vaya a la era.

El 25 salió para formar barrera, junto a los Rey Jaime I y Antonio Lázaro, entre el cabo San Sebastián y Formentor, separados los buques 25 millas entre sí, pero sin apartarse más de 15 de la costa, el Almirante ordeno rectificar a otra, entre los cabo de Creus, San Sebastián y Tossa, esto es, algo más al norte que la primera, siendo el de este historial el que se situó cerca de Tossa, mientras el Baleares recorría la línea, por si era necesaria su presencia en algún momento.

En estas salidas tanto el Antonio Lázaro como Vicente Puchol, siempre dentro de las tres millas, dejaban caer minas las cuales a buques de poco calado (pesqueros) no afectaban, pero a los transportes sí, ocasionando daños a diferentes de ellos, al cumplir su misión entraron en Palma para cargar combustible el 1 de marzo, por estar el mar alterado el trabajo se realizó con mucho riesgo de abordaje, entre el petrolero de quien se abastecían y los buques, al calmar el temporal se hicieron a la mar el 5 seguido los cuatro mercantes armados, estableciendo una barrera al O. de la isla San Antíoco, en la isla de Cerdeña, donde permanecieron hasta el 12, por ser relevados por el Mallorca y Rey Jaime I, entrando en Palma al día siguiente.

Salieron de Palma por la tarde del 19, con rumbo a su zona de patrulla, el 21 por la mañana se encontraron con el Canarias, recalando al N. de Pantelaria, comenzando a cruzar sus aguas e identificar buques, la mar empezó a decir quién es con sus vientos del NW., por ello el almirante les permitió buscar zonas más protegidas, el 23 recibieron la orden a las 13:00, de arrumbar al meridiano de Cagliari, para permanecer a la espera de la llegada del J.J. Dómine, con los peregrinos a La Meca y escoltarlo, así mismo salieron los minadores con el mismo rumbo de encuentro, pero el Almirante no conforme, por saber que de Cartagena habían salido cinco destructores, ordenó al Canarias arrumbar al mismo punto, al encontrase a la altura del cabo Ténez, donde ya a salvo, el crucero con los minadores viro con rumbo a Palma, prosiguiendo la escolta los mercantes armados, el J.J. Dómine por falta de combustible el 26 de marzo, arrumbo a Palma, sus compañeros se mantuvieron en estas aguas, hasta recibir la orden del Almirante el 27 a las 00:30 de regresar a Palma.

El 31 de marzo salieron a la mar ambos mercantes armados, algo que el Almirante no estaba de acuerdo, porque estos buques llevaban casi un mes sin descanso de la dotación y para colmo, sus estaciones radiotelegráficas eran obsoletas, con muy poco alcance, todo esto motivo un radiotelegrama del Almirante a su Jefe inmediato diciendo: «El Almirante Jefe del Estado Mayor sabe perfectamente que esta es la norma general desde el principio de la guerra. No hay antecedentes de una actividad mayor en ninguna campaña moderna, ni una falta de medios tan completa para la infinidad de cosas que se nos exigen. El auxilio de la Marina italiana ha cesado por completo, sin duda a consecuencia del Control Internacional.»

A pesar de ello los mercantes armados navegaron hasta su zona de patrulla, esta vez en aguas de Favignana, donde permanecieron hasta el 7 de abril, regresando a Palma el mismo día por la noche, al mismo tiempo ambos buques, sufrieron diferentes averías, por ello a veces entre salidas, entraban en Cádiz donde se les reparaba, de hecho en la tarde del 14 los dos junto a los cruceros Baleares y Canarias, arrumbaron a Cádiz, con la intención de reparar de una vez los constantes problemas en sus máquinas.

Entre el 21 y 28 de abril, los dos mercantes armados realizaron cortas salidas al N. de Menorca, por estar los nacionales bombardeando la isla, al finalizar la alerta regresaron a Palma, el mismo 28 por la tarde junto a otros mercantes armados, embarcaron 1.600 efectivos del ejército de Mallorca, 1.800 bombas y material vario de guerra, siendo escoltados por los cruceros Baleares y Canarias, pero estando al medio día del 29 sobre cabo Ténez, fueron avisados de la salida de la escuadra gubernamental, por ello los dos cruceros quienes iban a dejar la escolta, prosiguieron en ella hasta alcanzar el cabo Quilates (Alhucemas), para arrumbar al encuentro de la flota enemiga, entrando en Cádiz los mercantes donde desembarcaron lo transportado.

El 3 de junio el Almirante decidió al disponer de estos buques, por haber sido reparadas sus máquinas, y a su vez reunir las condiciones de dos mercantes armados y a su vez minadores, procedieran a minar zonas próximas en poder del Gobierno de Valencia, lo que efectuaron siempre de noche, en diferentes zonas pero, las primeras a fondear siempre fueron en aguas próximas a los puertos del Mediterráneo, esta fue una comisión que se llevó en secreto y por ello no hay datos exactos de fechas, y lugares.

Recibió la orden de salir junto al Antonio Lázaro el 15 de julio, con rumbo al S. del cabo Matapán por ser una zona de obligado paso, de los mercantes provenientes de Odessa, al estar a la altura Spartivento e islote Marítimo (isla de Sicilia) entraron en la primera, saliendo a las pocas horas, el 19 pasaron entre cabo Matapán y las islas Kirheras, continuando rumbo por el N. de la isla de Creta, pero a las 14:00 el Vicente Puchol avisó tener avería en máquinas, por ello ambos variaron rumbo a Palma donde entraban a las 06:30 del 23 seguido, impidiendo por esta contrariedad poder completar su misión, quedando 10 días inmovilizado, pero a su vez se informaba al Almirante que, el buque no podría hacer largos cruceros, y no pasar en ellos de los 10 nudos de velocidad máxima.

Continuo con sus cruceros saliendo de Palma con rumbo al cabo Carbonara (al sur de Cerdeña) y el Islote (extremidad occidental de Sicilia), regresando a Palma bien para reabastecerse, bien para descanso de la dotación, a veces se le ordenaba llegar a Pantelaria, como refuerzo de algún compañero, con ello se vigilaba lo que se considera el canal de Sicilia, patrullando el estrecho desde esta isla y la de Pantelaria, y la base disponible en Sicilia de Favignana, así como entre el cabo Spartivento, extremo S. de la isla de Cerdeña, y el cabo Bon, extremo norte de la costa de Argelia, siendo otro cierre las islas de Lampedusa y la de Malta, por ser lugar de paso obligado para todo buque proveniente del Bósforo, donde se avistaron varios mercantes, y muchos de ellos fueron presa, entre ellos el más importante la captura del Mar Negro.

El 21 de enero de 1938, apresó al mercante con bandera de estonia Pomaron, cuando intentaba cruzar el Estrecho de Gibraltar, siendo declarado “buena presa” quedando incorporado a la flota mercante nacional con el nombre de Castillo Butrón, al regreso de éste apresamiento recibió la orden de pasar a Ferrol, donde a su vez se le desarmo quedando sólo con un cañón Nordenfelt de 57/50 mm y una ametralladora Breda de 13’2 mm, al completarse los trabajos se le entregó el mando al capitán de corbeta D. José Luis Gener Cuadrado.

Al quedar alistado salió con rumbo al Estrecho, donde el 31 de mayo apresó al mercante soviético Postyshev, con matrícula de Odessa, declarado a su vez “buena presa” se incorporó a la marina nacional con el nombre de Castillo Olite, (de triste recuerdo), en agosto fue destinado con base en Palma, donde se le volvió a armar con dos cañones Vickers de 101’6/50 mm, formando parte de la fuerza naval, participando como ya se comenta en nuevas barreras, en las aguas del sur de Italia, para tratar de impedir el paso de mercantes que prolongaran la guerra.

A finales de enero de 1939, «Terminus» quiso llevar a efecto un desembarco en la costa catalana, para cortar el paso a Francia, y recuperar con ello mucho material de guerra, pero el planteamiento fue con muchas prisas y aun así, las tropas llegaron al puerto de destino por tierra, antes de poder embarcar las destinadas, por ello fue suspendida la orden.

Participó en el desembarco de Ciudadela el 9 de febrero de 1939, el Almirante transmitió al Jefe del Estado Mayor de la Marina, el parte de instrucciones, pero por ausencia del Jefe, estaba su segundo, el capitán de navío D. Salvador Moreno Fernández, quien inmediatamente transmitió a su hermano el Almirante, «tener cuidado no sea una añagaza», lo que lógicamente no cayó en saco roto, para ello se mantuvo a cierta distancia el Mar Negro, quien enarbolaba la insignia del Almirante, por ser el que mayor calibre y número de piezas disponibles, fueron entraron los restantes mercantes con las cubiertas llenas de soldados, pero todos ellos con sus armas cargadas y muchas ametralladoras situadas en lugares altos, para protección de las tropas, el primero en entrar fue el Vicente Puchol, quien al atracar comenzó a desembarcar tropas, los primeros en pisar tierra correspondían al batallón 101, al mando de un comandante.

Al comprobar que no existía resistencia, en camiones se dirigieron a Mahón, donde al llegar lo primero fue tomar el castillo de La Mola, asegurando así casi toda la isla, al quedar por los nacionales la artillería de 381/45 mm y otras que en la base naval se encontraba; en su entrada en Ciudadela le siguió el J.J. Síster, Antonio Lázaro y Rey Jaime II, dando el Vicente Puchol fondo por falta de espacio a las 11:00, entrando al estar asegurado el puerto y sus cimas próxima el Mar Negro a las 14:00.

Por orden del Almirante, los mercantes salieron de Ciudadela y entraron casi por el mismo orden en Mahón, donde de nuevo embarcó la tropa, quienes habían recorrido a pie casi la isla de punta a punta, recibiendo el aplauso de los habitantes, algo muy importante para elevar la moral de quienes estaban en primera línea de fuego, conforme iban llegando al puerto volvían a embarcar, se quedó en la isla para darle protección una media brigada, de la división 105, una vez reembarcadas las tropas, abandonaron el puerto a las 00:00 del 12, pero por el N. de la isla, para evitar ser atacados por la aviación enemiga, entrando en Tarragona al medio día del mismo 12.

No les dieron ni tiempo para descansar, la guerra es así, porque «Terminus» demando el 15 fuera trasladado el cuerpo de ejército de Aragón, de Tarragona a Castellón, para ello se unieron los cuatro anteriores mercantes armados, más el Ciudad de Valencia y Mallorca, estando como buque insignia de esta operación el minador Vulcano; el Vicente Puchol sufrió una fuerte avería en la roda y las tuberías del motor, al entrar de noche y abordar el espigón, necesitando ser puesto en seco, a su vez estuvieron presentes varios mercantes, pues todos los efectivos en los mercantes armados no era posible transportarlos, el 14 el comandante de Marina de la expedición a las 20:40, informo al Almirante no haber llegado nadie del Ejército, cuando sus buques estaban todos dispuestos hacia horas, el Almirante se puso en contacto con Burgos, de aquí le respondieron que, los planes habían cambiado, (esto demuestra las malas comunicaciones entre Ejército y Marina, porque si no pregunta, no se le informa) ahora debería entrar en Palamós, donde embarcaría la 12 División, (al mando del general de brigada (estampillado) D. Carlos Asensio Cabanillas) con 12.000 efectivos y 1.200 acémilas, permaneciendo en este transporte entre el 15 y 22 seguidos.

No participó en el frustrado desembarco en Cartagena, entre el 5 y 8 de marzo por estar en reparaciones en el puerto de Barcelona, donde le llegó la noticia del fin de la guerra, en mayo seguido fue desarmado, siendo devuelto a su propietario.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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Capitán Segarra

Posted By on 16 de marzo de 2022

Capitán Segarra. Autor Trasmediterránea

Construido por Compañía Euskalduna de Construcción y Reparación de buques. Bilbao. España, 1918.

Desplazamiento: 5.148 t. Dimensiones: Eslora 80’77 por 11’13 de manga y calado de 6’55 metros. Máquina: Triple Expansión con 1.300 C.V. Velocidad: máxima 13 nudos.

Encargado por Trasmediterránea, en la que fue clasificado como correillo, formo parte de los mercantes que intervinieron en la ayuda de la guerra de África y en el desembarco de Alhucemas en septiembre de 1925, precisamente transportando parte de la Columna Saro: 7ª bandera del Tercio, un Tabor de Regulares de Tetuán y una sección del parque móvil, más tarde en 1934, fue de los que transportó tropas de La Legión y Regulares a Avilés, al mando del general D. Juan Yagüe Blanco para combatir la contrarrevolución de Asturias, contra el mismo gobierno de la República, estando todas las fuerzas al mando en jefe, del general D. Eduardo López de Ochoa y Portuondo a quien le entregó el mando el general Excmo. Sr. D. Francisco Franco Bahamonde, quien fue nombrado por don Alejandro Lerroux García, Jefe del Estado Mayor del Ejército.

Al producirse el alzamiento se encontraba en Almería, siendo utilizado como buque prisión, donde se cometieron varios asesinatos, más tarde pasó a Cartagena donde se le artilló, al parecer con al menos un cañón Withworth-Armstrong de 120/40 mm, que había llegado de Estonia, es de suponer que aparte de esta pieza, llevara alguna más de menor calibre, así como alguna ametralladora, realizó un viaje a la URSS en noviembre de 1936, al regresar realizó varios a Francia y Orán, al parecer para estas misiones se le desarmo, quedando sólo para su defensa con dos ametralladoras, en uno de sus viajes a ésta última ciudad, a finales de 1938 ante el riesgo de ser apresado, la tripulación obligó al capitán a quedar internado, donde al finalizar el conflicto paso a España, fue desarmado siendo devuelto a su propietario, pero éste se vio forzado a pagar una larga reparación, por estar en muy mal estado general.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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Lealtad-Darro

Posted By on 14 de marzo de 2022

Lealtad-Darro. Autor desconocido.

Construido por Compañía Euskalduna de Construcción y Reparación de buques. Bilbao. España, 1931.

Desplazamiento: 3.160 t. Dimensiones: Eslora 88’39 por 12’92 de manga y calado de 5’52 metros. Máquina: Diésel con 1.954 C.V. Velocidad: máxima 12 nudos.

Fue encargado por la Compañía Pinillos, con el nombre de Darro, se encontraban en la mar cuando se produjo el alzamiento, habiendo salido de Santa Cruz de Tenerife el 13 de julio de 1936, con rumbo a la Península, su empresa le dio orden de arribar a puerto francés del Mediterráneo, estando aquí se produjo el Decreto de incautación del gobierno de Madrid, por ello pasó a ser armado en Cartagena con un cañón Vickers de 101’6/50 mm y otro Vickers de 47/50 mm, de los recuperados del primer acorazado España, fue renombrado Lealtad, y entregado el mando a un oficial del cuerpo General, saliendo del arsenal cartagenero en varias ocasiones con destino a Marsella, al mismo tiempo realizó varios tornaviajes a la URSS, navegando muchas millas por el Mediterráneo y siendo de los pocos no apresado por los nacionales.

Al entrar las tropas sublevadas en Barcelona, el 26 de enero de 1939 se le encontró atracado y en buen estado, éste mismo día en el que estando incluso armado y pintado de gris militar, los directivos de su empresa propietaria lo recuperaron, comenzando casi enseguida a navegar como mercante por su empresa propietaria, porque a España le hacía mucha falta estos medios, para importar de casi todo en aquellos triste momentos.

Lo poco fiables que son los datos no confirmados, salen a la luz con este buque, todo esto nos hace desconfiar al tratar de ellos, porque precisamente su utilización era semisecreta, y aún se confirma más, por la cantidad de veces que cambiaban de nombre y bandera, lo que complica muy mucho seguir su verdadero devenir, sumándose a ello la falta del cuaderno de bitácora, el cual no existía en casi ningún buque al mando de los gubernamentales, de ahí la falta casi total de información fiable.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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Magallanes

Posted By on 12 de marzo de 2022

Magallanes. Autor desconocido.

Construido en Matagorda. Cádiz. España, 1931.

Desplazamiento: 15.250 tn. Dimensiones: Eslora 145’13, por 17’14 de manga y 7’88 metros de calado. Máquina: dos grupos de Turbinas de vapor Curtis Parsons, con 8.290 C.V. Velocidad: máxima 16 nudos.

Fue encargado por Compañía Trasatlántica, siendo en su botadura su madrina la Reina Victoria Eugenia. Hermano de diseño y características del Juan Sebastián Elcano.

Al producirse el alzamiento se encontraba en La Coruña, el 22 de julio de 1936 al mando del capitán Manuel Morales Muñoz, salió con destino a La Habana y Nueva York, pasando a Veracruz (Méjico) donde embarco 17.000 fusiles y otros materiales de guerra, saliendo el 4 de septiembre, pero no regreso a su puerto de salida, por saber le esperaba una escolta de buques gubernamentales, arrumbó al cabo de San Vicente, al frente de ella estaba el crucero Miguel de Cervantes y varios destructores, cruzando el Estrecho llegó a Cartagena a mediados de septiembre de 1936, donde desembarco lo transportado, en lastre salió con destino a Barcelona, de donde se hizo a la mar el 10 de abril de 1937, con destino a los puertos de Tarragona, Valencia, Alicante y Cartagena, (se dice que fue armado, pero no se han encontrado datos) saliendo con destino a Feodosia y Odessa, en la URSS, entrando en Barcelona el 31 de mayo seguido con carga de aviones, carros de combate, artillería y municiones, donde desembarco su preciada carga.

Salió de nuevo con el mismo destino y comisión, era el 11 de junio de 1937, al salir por una mala maniobra abordo al destructor Alcalá Galiano, prosiguiendo su viaje, al llegar a los Dardanelos el 25 de junio, abordó por otra errónea maniobra, al mercante italiano Capo Pino, el cual por las averías causadas se hundió, al ser notificado el accidente las autoridades italianas, demandaron de las turcas que el buque quedara a buen resguardo, quedo en Constantinopla hasta ver satisfechas las demandas económicas, por ello quedó atracado hasta finalizar la guerra.

En octubre de 1939 cuando el presidente de la naviera, don José Bertrán y Musito, se puso en contacto con las autoridades turcas y tras una negociación, se acordó el pago de 75.000 libras esterlinas, al efectuarlo, se le otorgó el permiso de salida desde Constantinopla, pero estando armado el buque, por ello se envió al capitán de fragata D. Francisco Núñez Rodríguez, (quien fue relevado del mando del sumergible General Sanjurjo, para tomar el de éste), llegando el 26 de octubre de 1939, el 30 de noviembre salió del puerto turco, entrando en Pollensa el 10 de diciembre, finalizando aquí su historial militar, por pasar a ser desarmado en Cádiz y al finalizar los trabajos ser devuelto a su propietario.

Nota: De nuevo nos encontramos con que iba armado, pero ni siquiera al regresar se sabe que armamento montaba. Es posible que fueran armados algunos (como ya se menciona cuando se puede confirmar) en puertos rusos, por ello pensamos que montarían algo parecido al Cabo San Agustín y su hermano el Cabo Santo Tomé, pero no deja de ser una teoría por lo leído al respecto, aunque es patente que sí estaba armado por enviar de capitán a un oficial de la Marina y casi seguro, aunque no se menciona, con dotación de miembros de otros buques, para dar seguridad a los oficiales y a su vez poder llevar a buen término las maniobras propias de un buque en la mar.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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